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Es capaz de comunicar sobre todo LA PROPIA INTERIORIDAD DEL HOMBRE. A no ser que ...para comunicar no sólo "ideas", sino sobre todo algo de él mismo, de Dios
esté comunicando verdades universales, como teoremas matemáticos, o el pronóstico del tiempo, el ser mismo. Y si Dios quiere comunicar algo de sí mismo, deberá hacerlo de modo
humano con cada palabra que dice está diciendo algo de él mismo. libre, sin que nadie le obligue, y comunicarse a otro ser también libre, que es el
Cada persona es un misterio (¡y nos sorprende el misterio de Dios!), que nunca llegaremos a conocer del hombre, respetando también su libertad.
todo. Llevamos años conviviendo con una persona, y nunca la conocemos del todo. Incluso nosotros mismos
somos un misterio para nosotros mismos: nunca llegamos a conocernos del todo. Por eso, la persona humana está
abierta siempre a la sorpresa, a la novedad.
Ese misterio que somos cada uno de nosotros sólo se manifiesta a quien libremente se quiere manifestar.
No se puede forzar. La persona humana es totalmente inviolable. Se pueden registrar los archivos, se puede
requisar el disco duro de un ordenador, pero nunca se puede llegar hasta el fondo de la conciencia de un ser
humano. Sólo mediante la comunicación libre de su persona el hombre puede comunicar lo que él es.
Tiene un CARÁCTER DIALOGAL, de encuentro entre dos personas, entre dos seres libres. Por ... respetando el carácter dialogal de la comunicación humana. Es decir, que
tanto, necesariamente uno habla y otro escucha, y a continuación el primero escucha y el segundo Dios y el hombre tendrán que hablarse el uno al otro, y tendrán que escucharse el
habla. uno al otro.
El "monólogo" no es humano; sólo el diálogo es verdaderamente humano.
2. UN "ANIMAL HISTÓRICO"
El ser humano no está determinado sólo por su biología sino también por su cultura. "Yo soy yo y mis circunstancias", decía Ortega y Gasset. La cultura humana es sobre todo una
cultura histórica, propia de la época histórica en la que vive.
Hay algo en la naturaleza humana que permanece idéntica a lo largo de los siglos y en todos los seres humanos. Pero nuestra forma de ser personas y de realizarnos en la vida está
profundamente condicionado por el momento histórico en que vivimos.
Esta cultura histórica está dando forma:
1. A nuestras inquietudes. Una vaca de la realidad castellano-manchega de hoy día tendrá las mismas inquietudes "animales" de otra vaca nacida en el Egipto de los faraones. Sin embargo,
una persona nacida aquí y ahora será totalmente distinta de otra nacida hace 20.000 años.
2. A nuestra forma de conocer la realidad. Cada cultura tiene su propia forma de percibir el mundo, la sociedad. No se puede pretender que un babilonio del siglo VI antes de Cristo
explique el origen del universo con la hipótesis del "Big Bang". En cada época el ser humano conoce lo que puede conocer teniendo en cuenta la época histórica.
3. A nuestra forma de apreciar los valores éticos. Hacer sufrir a un animal, o matar a un inocente, siempre será rechazable éticamente. Hay cosas, valores éticos, que serán idénticos en
todos los lugares y en todas las épocas; cosas que dignifican a la humanidad, y cosas que repugnan a la humanidad. Pero siendo idénticos los valores éticos, cada época histórica tiene una
forma distinta de percibirlos. No se percibe igual la idea de libertad política en la sociedad actual que en la España de Carlos I. La humanidad ha ido poco a poco descubriendo esos
valores y sacando sus consecuencias.
3. UN "ANIMAL BIOGRÁFICO"
Cada individuo humano tiene su propia biografía. Es lo que cada uno de nosotros somos como fruto de lo que hemos recibido (caracteres biológicos, familia, circunstancia histórica,
etc.) y de lo que libremente hemos ido haciendo en nuestra vida, aciertos y errores.
Por eso cada vida humana es única e irrepetible. Por eso cada vida es una aventura personal, única. Vivir es el primer deber personal que yo tengo, y que no le puedo dejar a nadie para
que lo haga por mí.
I. EL RACIONALISMO Y EL FIDEÍSMO
1. La Ilustración y la Modernidad
MODERNIDAD:
ILUSTRACIÓN: 1. Corriente cultural e intelectual que se desarrolla sobre todo a partir de la Ilustración, y
1. Corriente de pensamiento iniciada en el siglo XVIII (el "Siglo de las Luces"), sobre que llega prácticamente hasta nuestros días (se quiebra en los años '70 con el
todo en Francia, pero también en los Países Bajos, Alemania e Inglaterra, surgimiento de la "postmodernidad").
2. Pretende la superación de los "tiempos de oscuridad y dogmatismo", por los tiempos 2. A veces se utiliza indistintamente, con el mismo significado, "Ilustración" y
del triunfo de la razón. "Modernidad".
3. Representantes: Diderot y D'Alembert ("La Enciclopedia"), Voltaire, Rousseau, Kant, 3. Vive de la fe en la ciencia y en el progreso.
etc. 4. Consagra el "principio de inmanencia". "Inmanencia" se opone a "trascendencia".
Algo "inmanente" es algo que "está dentro", mientras que algo "trascendente" es algo
que "está fuera". El "principio de inmanencia" proclama que todo lo que le afecta al
ser humano tiene que estar de alguna forma dentro de él, es decir, ser "inmanente"
a él. Y lo que hay dentro del hombre es su razón natural.
El estudio de la "revelación" en la teología es relativamente reciente. Su estudio obedece al cambio de perspectiva obrado por la "modernidad" a partir de la Ilustración.
HASTA LA ILUSTRACIÓN los pensadores habían aceptado en su gran generalidad A PARTIR DE LA ILUSTRACIÓN se postula que:
que: 1. No se puede aceptar la posibilidad de una revelación, porque el hombre
1. La revelación es posible (es racional pensar que la revelación es posible, e incluso únicamente puede sacar de las fuerzas de su razón natural todo lo que considere
conveniente), verdadero.
2. De hecho, Dios se ha revelado a la humanidad. 2. Se puede aceptar que Dios haya creado el mundo (deísmo), pero a partir de ese
3. La revelación proporciona un conocimiento cierto de Dios, del hombre y del mundo. momento Dios se ha desentendido de él, y el mundo es gobernado únicamente por las
leyes físicas. No se puede admitir, por tanto, la idea de que Dios haya entrado en
comunicación con el mundo creado.
3. La religión y la fe no proporcionan ningún conocimiento cierto del hombre y del
mundo, que sólo se puede obtener por la razón natural. La religión queda relegada al
ámbito de lo sentimental, lo emotivo o lo irracional.
3. Racionalismo y fideísmo
El reto planteado por la modernidad llevó a los teólogos católicos a plantearse de forma más clara:
qué entendemos por revelación;
en qué sentido la revelación nos lleva a un auténtico "conocimiento", el conocimiento por la fe;
por qué la revelación no contiene "sentimientos", "valores irracionales", sino verdades ciertas sobre Dios, el mundo y el hombre.
Como todo ensayo humano, la reflexión teológica sobre las revelación anduvo a veces por terrenos pantanosos, y a veces llegó a conclusiones equivocadas. Así ocurrió con el racionalismo y
el fideísmo.
RACIONALISMO
1. Intenta hacer compatible las ideas de la Ilustración con las que surgen de la revelación sobrenatural, aceptando la idea de que la razón natural es la única fuente de verdad.
2. Por tanto, somete toda la revelación sobrenatural a los postulados de la razón.
3. Intenta demostrar que todas las "verdades" que pretende comunicar la revelación sobrenatural, en realidad se pueden deducir a partir de la razón natural, sin recurrir a una religión
revelada.
4. Para ello se parte de los sistemas filosóficos de Descartes, Kant y Hegel.
Resultado: la revelación sobrenatural desaparece y se diluye en la razón natural.
FIDEÍSMO
1. Intenta también hacer compatibles Ilustración y revelación sobrenatural y se acepta igualmente que la razón natural es la única fuente de conocimiento
2. En lugar de reducir la revelación sobrenatural a la razón (racionalismo), se despoja a la revelación de todo fundamento racional. Fe y razón son dos ámbitos totalmente separados.
3. La religión revelada no tiene que temer nada de los postulados de la modernidad, puesto que la fe no tiene ningún fundamento racional.
4. Resultado: la fe queda reducida al ámbito de lo sentimental, o lo irracional. Así, la persona creyente se rompe en dos partes irreconciliables: un corazón-sentimiento que tiene "fe", y
una cabeza-pensamiento que es "atea".
CONSECUENCIAS: Contra el racionalismo, se proclama la existencia de una revelación sobrenatural, por la que se alcanza un conocimiento cierto de Dios, del hombre y del mundo, distinto
del conocimiento natural "con las fuerzas de la razón natural".
CONSECUENCIAS: Aunque esto no convierte a la revelación sobrenatural en racional (esto sería caer en el "racionalismo"), sí que le da un "cierto" fundamento racional que hace de la
revelación "razonable". De esta forma sale al paso otra vez del "fideísmo". El Concilio Vaticano I apunta un motivo de conveniencia de la revelación sobrenatural de tipo "intelectual": que
todas las verdades divinas puedan ser conocidas sin error por todos. Este motivo de tipo "intelectual" habrá de ser completado en el futuro con otros motivos de orden antropológico.
CONSECUENCIAS: Contra el "racionalismo", que reduce el orden sobrenatural al orden natural, y la fe a la razón, proclama la existencia del orden sobrenatural, y la ordenación del hombre al
fin sobrenatural.
Carácter dialogal de la revelación
"En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible (cf. Col 1,15; 1 Tm 1,17) habla a los hombres como amigos (cf. Ex 33,11; Jn 15,1415), movido por su gran amor, y mora con ellos (cf. Bar
3,38), para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía" (Dei Verbum 2)
1. Por medio de esta revelación, Dios invisible ha hablado a los hombres. Dios ha roto su silencio y ha salido al encuentro del ser humano.
2. Dios ha actuado así movido únicamente por amor. Nada ni nadie le obliga.
3. Dios tiene con el ser humano un verdadero diálogo de amistad. El texto toma dos pasajes de la Escritura en los que se destaca el trato de amistad de Dios con los hombres:
o Éxodo 33,11: "El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo".
o Juan 15,1415: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os
llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre".
4. Por medio de este diálogo personal, de amistad, Dios viene a vivir en medio de los hombres. El texto cita Baruc 3,38: "Apareció la sabiduría en la tierra, y convivió con los hombres".
La cercanía de Dios con los hombres ha sido tan grande que Dios mismo se ha quedado en medio de los hombres, vive como uno más en medio de ellos, y conversa con ellos. Esta
"sabiduría" que ha aparecido en la tierra, en realidad, es Cristo mismo, la Palabra del Padre que ha convivido con el ser humano.
1. Desde el principio de la humanidad, Dios da testimonio continuo de sí mismo a todos los hombres. Todo esto constituye una "preparación al camino del evangelio", cuyas principales
etapas son:
a) En la creación.
b) En la voz de la conciencia, por la que ofrece la salvación a todos los que lo buscan con sinceridad con la "perseverancia en las buenas obras" (sobre
c) En la historia del pueblo judío.
a. En la promesa a nuestros primeros padres.
b. En la llamada de Abraham.
c. En la enseñanza del pueblo judío por Moisés y los profetas.
2. Pero sólo Cristo lleva a plenitud la revelación
a) Con su iluminación a todos los hombres, porque es "la Palabra que ilumina a todo hombre" (cf. Jn 1,9)
b) Con su misma persona (su "presencia y manifestación personal")
c) Con sus palabras y obras ("señales y milagros")
d) Con su muerte y resurrección.
e) Con el envío del Espíritu Santo.
II. "Leyes" de la revelación según el Concilio Vaticano II
1. Ley de la "gratuidad"
Dios se ha comunicado movido únicamente "por su bondad y sabiduría", "movido de amor" (cf. Dei Verbum 2). Nadie le obliga.
Por tanto, hay que acercarse a la Escritura como un regalo inmerecido e inesperado.
2. Ley del "cristocentrismo"
El cristianismo no es una "religión del libro", sino una "religión de la Palabra".
Para nosotros, esa Palabra con la que nos encontramos en la Escritura no es una letra muerta, o una presencia sin rostro, sino una Persona: Cristo.
Detrás de cada palabra de la Escritura hay una presencia de Cristo.
"La palabra hecha libro (=Sagrada Escritura) contiene y es la palabra hecha carne (=Cristo)
3. Ley del "diálogo"
La revelación no es una información neutra, desinteresada e impersonal, sino que es un diálogo y conversación de amistad entre Dios y el ser humano.
La Biblia me habla si me dejo interpelar por ella, si respondo a lo que ella me pide.
4. Ley de la "comunión"
Comunión = entrar una relación de vida con una persona.
Si Dios se revela, no es para satisfacer nuestra curiosidad, sino "para invitarnos y recibirnos en su compañía" (cf. DV 2). Cuando Dios habla, llama a la puerta de nuestro corazón, para
"cenar con nosotros" (cf. Ap 3,20)
Esta comunión de vida se inicia ya aquí mediante la fe, pero no será completa hasta que lleguemos a la vida eterna, en el encuentro con Dios cara a cara.
5. Ley de la "historicidad"
El hombre es un ser esencialmente histórico . Su conocimiento está condicionado profundamente por la historia.
Dios habla al hombre en la historia (acontecimientos que suceden uno después de otro) y a través de la historia ("obras y palabras")
Hay que acercarse a la Biblia no como un libro de enseñanzas abstractas, sino como una "historia que habla" ("obras y palabras")
6. Ley de la "eclesialidad"
La Biblia ha surgido dentro de una comunidad de fe, que es la Iglesia. Ella la ha recibido, y ha encontrado en la Biblia la "norma de su fe".
Por eso, la palabra que contiene la Biblia resuena plenamente sólo en la Iglesia.
Sólo se puede leer y entender la Biblia dentro de la gran Tradición de la Iglesia. (cf. DV 7,8,9 y 10)
Inspiración
1. Qué dice la Biblia sobre sí misma
1. En el Sinaí, el "decálogo" expresa, no las palabras de Moisés, sino "las palabras del Señor" (cf. Ex 24,3)
2. Nehemías 8: cuando Esdras lee "el libro de la Ley de Moisés", el pueblo tiene conciencia de estar "delante del Señor", no simplemente "delante de un libro".
3. Salmo 119: salmo de meditación de "la Ley", entendida como "Palabra de Dios". El salmista dialoga con Dios, no con simples palabras.
Los PROFETAS son vistos como portavoces de Dios. No escuchar al profeta es como no escuchar a Dios.
Entre los ESCRITOS destacan los libros sapienciales. En ellos, la "sabiduría" es asimilada a la misma "Ley de Dios" (cf. Sirácida 24,22) y a la palabra profética (Sirácida 24,31).
Reconociendo su divinidad: Cuando Jesús o los escritos apostólicos del Nuevo Testamento citan el Antiguo Testamento, lo introducen con las fórmulas "Está escrito", o "dice la Escritura"
(150 veces en todo el Nuevo Testamento).
Reconociendo su humanidad: a veces se menciona el autor humano, por medio del cual ha hablado Dios: "David dice en el Espíritu Santo" (Mc 12,36-37, citando Sal 110); "lo que había
dicho el Señor por el profeta" (Mt 1,22, citando Is 7,14).
2 Timoteo 3,16: "Toda la Escritura está inspirada por Dios (="theopneustos") y es útil para enseñar". En este texto aparece la palabra "inspirada por Dios" ("theopneustos"), de donde
derivará el término técnico "inspiración".
2 Pedro 1,20-21: "Hombres movidos por el Espíritu Santo han hablado de parte de Dios".
2 Pedro 3,15-16: Ya existe en ese momento (finales del s. I o principios del s. II) una colección de cartas de Pablo, colocada en el mismo plano de "las otras Escrituras".
1. Periodo patrístico
Se recurren a DIVERSAS COMPARACIONES para explicar que Dios es "autor" de la Escritura, pero también el hombre es "verdadero autor":
1. El dictado, cuyo sentido abarca desde el "dictado" puro y duro, hasta la simple orden o la sugerencia. Subraya el carácter principal de la acción divina, pero reduce el papel del autor
humano.
2. La carta-mensaje. Se considera "mensajero" desde al simple "cartero", hasta al "pregonero" o incluso el "embajador".
3. El autor. Esta comparación surge en la polémica con los maniqueístas, que negaban que el Antiguo Testamento fuera en realidad Palabra de Dios. Los Padres de la Iglesia afirman que
Dios es el "autor de los dos testamentos". La palabra "autor" referida a Dios pasará a la Tradición.
La VENTAJA de estas comparaciones está en subrayar el carácter del autor humano en cuanto colaborador de Dios.
La DESVENTAJA de estas comparaciones está en reducir la función del autor humano a algo puramente pasivo.
2. Periodo escolástico
Estudiamos sobre todo la TEORÍA PSICOLÓGICA O TOMISTA, defendida por Santo Tomás de Aquino, y más tarde recogida por León XIII (Encíclica "Providentissimus Deus" 1893) y
por Lagrange y Benoit.
TESIS PRINCIPAL: Dios es el autor principal de la Sagrada Escritura, mientras que el hombre es el autor instrumental.
La obra final es resultado de las dos, aunque cada una actúe de forma distinta: la "causa principal" por su propia virtud; la "causa
instrumental", en virtud de la "causa principal".
Se puede distinguir las "huellas" dejadas por las dos (Por ejemplo, se pueden distinguir las "huellas" dejadas tanto por la destreza
del autor -causa principal- como por la calidad del pincel -causa instrumental-).
LA INSPIRACIÓN
La inspiración consiste en el hecho de que Dios como causa principal mueve sobrenaturalmente al hombre como causa instrumental
para concebir el libro, querer ese libro y escribirlo de hecho.
Para escribir el libro bíblico, el autor humano procede exactamente igual que cualquier otro escritor: busca, imagina, indaga, ordena materiales, piensa, escribe...
El Espíritu Santo NO ANULA NI SUSTITUYE está acción del autor humano, que conserva la plenitud de facultades. El autor humano no cae en una especie de "éxtasis",
perdiendo su conciencia, a la hora de escribir. No es un "muñeco" en manos de Dios.
La acción del Espíritu Santo se dirige a "elevar" las potencias naturales al orden sobrenatural de tal forma que el resultado de la obra escrita sea también toda de Dios.
¿Cuáles son las "potencias naturales" del autor humano que son "elevadas" por el Espíritu Santo? La escolástica habla de la inteligencia, la voluntad y la sensibilidad artística, de acuerdo con el
esquema psicológico propio del tomismo. De tal forma que:
Ilumina la inteligencia.
Mueve la voluntad.
TRENTO
CONCILIO VATICANO I
1. La aprobación subsecuente: como si un libro pudiera considerarse inspirado sólo en virtud de una aprobación por parte de la Iglesia después de su composición.
2. La asistencia negativa: como si la inspiración se redujera únicamente a una asistencia negativa del Espíritu Santo sobre esos escritos para preservarlos del error.
CONCILIO VATICANO II
No aparece:
1. Una definición de inspiración, sino su descripción (Dei Verbum 11)
2. La referencia al esquema escolástico o tomista.
Sí aparece:
1. Que Dios es "autor de la Escritura", afirmando al mismo tiempo que los hagiógrafos son "verdaderos autores"
2. Los hagiógrafos son instrumentos de Dios, pero conservando sus propias facultades ("en posesión de sus fuerzas y facultades")
3. Algunas conclusiones
La Biblia es una obra literaria, y como toda obra literaria es un momento creativo, tanto en su intuición como en su expresión. Todo este proceso se produce bajo la acción del Espíritu
Santo
CANON BÍBLICO
1. Conceptos preliminares
Se entiende por canon bíblico el conjunto de todos los escritos que componen la Biblia, o sea, el catálogo completo de los escritos inspirados.
La palabra griega "kanon" significa "caña larga", usada como instrumento para medir longitudes. Por esta razón, "kanon" se traduce también por "medida", "regla", "norma". Así pues, "canon"
significa "regla, norma".
¿En qué sentido hablamos de la lista de libros inspirados como del "canon de la Biblia"? En un doble sentido:
a) Son la regla de la fe, es decir, los libros en los que la Iglesia ha encontrado reflejada y expresada su propia fe, y por eso estos libros son la "norma de la fe", el criterio por el que se puede
"medir" hasta dónde llegan los contenidos de su fe.
b) Son la regla de la inspiración, es decir, los libros que señalan el límite hacia el que se extiende la inspiración bíblica. En este sentido, el "canon" es el "catálogo de los libros inspirados".
3. ¿Hasta dónde se extiende la canonicidad?
"El Santo Concilio... recibe y venera todos los libros tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento con el mismo sentimiento de piedad y de respeto, porque Dios es el autor de ambos." (DS 1501)
"Y para que nadie pueda dudar cuáles son los que recibe este Concilio, ha juzgado conveniente insertar en este decreto la lista de los Libros Sagrados" [sigue la lista de todos los libros del
Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento] (DS 1502)
"Si alguno no recibiese como sagrados y canónicos estos mismos libros en su integridad, con todas sus partes (libros ipsos integros cum omnibus suis partibus) ... sea anatema" (DS 1504)
A todos los libros del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, tanto "protocanónicos" como "deuterocanónicos".
A todas sus partes.
DEUTEROCANÓNICOS: Aquellos libros sobre cuya canonicidad alguna vez hubo dudas, pero que al final llegaron a entrar en el canon. Estos libros son:
En el Antiguo Testamento: los libros o las partes de libros escritos en griego. Son: Tobías, Judit, 1 y 2 Macabeos, Baruc, Sirácida, Sabiduría y partes de Ester (Est 10,4-16,24) y partes de
Daniel (Dn 3,24-90; 13-14).
En el Nuevo Testamento: Hebreos, Santiago, Judas, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Apocalipsis, y Mc 16,9-20 (final "canónico" del evangelio) y Jn 7,53-8,11 (la mujer adúltera).
APÓCRIFOS: Son los libros sobre cuya canonicidad se dudó durante un cierto tiempo, pero que al final no entraron a formar parte del canon.
CANON JUDÍO: Aceptan sólo los libros protocanónicos del Antiguo Testamento, es decir, aquellos escritos en hebreo.
CANON ORTODOXO: En las Iglesias ortodoxas se aceptan en general todos los libros protocanónicos y deuterocanónicos, aunque no tienen tomada ninguna decisión "oficial".
CANON CATÓLICO: Según la definición de Trento, se aceptan todos los libros, protocanónicos y deterocanónicos, con todas sus partes.
6. ¿Qué nombre reciben los libros "protocanónicos", "deuterocanónicos" y "apócrifos" en las tradiciones católica y protestante?
El único criterio válido de canonicidad, es decir, aquello que nos hace reconocer a un libro como inspirado, es la Tradición divino apostólica:
"La misma Tradición da a conocer a la Iglesia el canon de los libros sagrados" (Dei Verbum 8)
Se entiende por "Tradición divino-apostólica" a la vida de la Iglesia, desde sus comienzos en la época apostólica hasta nuestros días, que ha llegado a convertirse en "norma". Hay que distinguir
la "Tradición divino-apostólica", que junto con la Sagrada Escritura es también Palabra de Dios, y cauce de transmisión de la Revelación, de las "tradiciones", que no se remontan a época
apostólica, y aunque sean religiosas, no han llegado a formar parte de la Revelación.
1. El canon judío
En la actualidad, las comunidades hebreas sólo aceptan como canónicos los libros escritos en hebreo, es decir, los protocanónicos.
HISTORIA DE LA ELABORACIÓN DEL CANON JUDÍO:
1. SIGLO I: No parece existir un canon fijo de la Biblia hebrea, si bien se aceptan como libros sagrados y con autoridad los contenidos en la Ley (Gn, Ex, Lv, Nm y Dt), los Profetas y algunos
Escritos, fundamentalmente los Salmos.
2. ENTRE 70 D.C Y 135 D.C.(período entre las dos Guerras Judías): Parece ser que en esta época los judíos fariseos elaboran un canon concreto. No están claros los motivos que les llevan a
esta decisión, pero podrían estar relacionados con:
La necesidad de tener un aglutinante que defina su identidad tras las catástrofes nacionales del 70 d.C. (primera revuelta judía, y destrucción de Jerusalén por Tito y Vespasiano) y el
135 d.C.(revuelta de Bar Kokba y represión de Adriano).
Distinguir los libros realmente sagrados de los libros apocalípticos.
3. FINALES DEL S. II - COMIENZOS DEL S. III: El canon ya está definido en su forma actual, tal como aparece en el Talmud.
Durante los siglos II y III dos comunidades religiosas, la sinagoga judía y la iglesia cristiana, están definiendo sus identidades propias, la "norma de su fe" propia, y por tanto, su "canon".
La evolución histórica de la elaboración del canon cristiano es independiente de la llevada a cabo en el ámbito judío, aunque a veces entren en contacto.
* SIGLO I: la Iglesia cristiana naciente hereda del judaísmo una lista de "libros sagrados", sobre cuya canonicidad, como hemos visto, no hay tomada una decisión.
* SIGLOS II-V. Se discute sobre la validez del "canon largo" (que incluye deuterocanónicos) y "canon corto" (sólo protocanónicos). Pero esta distinción depende más del auditorio que se
tenga enfrente, o de los interlocutores con quienes se tenga que discutir:
Ante interlocutores judíos se emplea el "canon corto", ya que se trata de demostrar que Jesús es el Mesías anunciado en las Escrituras hebreas, y para ello sólo se puede partir de un
terreno común, que es el que aportan las Escrituras aceptadas por los judíos como canónicas, el "canon corto".
Ante interlocutores no judíos se emplea sin cortapisas el "canon largo", se trate de argumentar contra los paganos o los gnósticos, o se trate de exponer la fe ante un auditorio cristiano,
sobre todo en las celebraciones litúrgicas.
CONCILIOS AFRICANOS DE LOS SIGLOS IV Y V: Los Concilios de Hipona (año 393) y Cartago (años 397 y 419) se decantan por el "canon largo", aunque en Oriente, el Concilio de Laodicea de
Frigia (año 360) reconozca el "canon corto".
DEFINICIONES DOGMÁTICAS:
Concilio de Florencia (1441): en el Decreto sobre los Jacobitas, acepta la lista con el "canon largo" de los Concilios africanos de Hipona y Cartago.
Concilio de Trento (1546): definición dogmática solemne, con el "canon largo".
No hay declaración directa de la Iglesia apostólica sobre el canon del NT, aunque en 2 Pe 3,15 (a caballo entre los siglos I y II) se alude ya a un conjunto de cartas de Pablo, que circularía
por las comunidades, que se equipara al "resto de las Escrituras".
o Otras listas: unas veces faltan unos libros, y otras veces, otros.
o Padres (Clemente Alejandrino, Ambrosio, Agustín, Jerónimo): reconocen la canonicidad de todos ellos.
450 EN ADELANTE: No hay dudas sobre la canonicidad de los deuterocanónicos. Este consenso se ratificará en los Concilios de Hipona, Florencia y Trento.
4. Motivos de canonicidad
El único criterio válido de canonicidad es la Tradición divino-apostólica, es decir, el uso que la Iglesia ha hecho desde la época apostólica de estos libros, en los que ha reconocido la "norma -
canon de su fe". Pero esta Tradición no se ha formado de modo irracional, sino que se ha elaborado teniendo en cuenta unos motivos de canonicidad. Estos motivos son:
a) El origen apostólico: Se consideran canónicos aquellos escritos que surgen de los apóstoles, o de sus inmediatos colaboradores, o de las comunidades directamente emparentadas con ellos.
b) La ortodoxia, es decir, la conformidad de estos escritos con la auténtica predicación sobre Cristo, su vida y su anuncio. Así, se rechazaron los apócrifos.
c) La catolicidad, es decir, su uso en todas o casi todas las Iglesias, según testimonia su uso litúrgico. Los libros que fueron usados en una única Iglesia fueron rechazados.
Verdad Bíblica
1. La inerrancia es consecuencia inmediata de la inspiración.
"Como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar que los
libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra
salvación. Así, pues, "toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de
que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda obra buena" (2 Tim., 3,16-17)" (Dei Verbum 11)
La "verdad" enseñada por la Biblia es de orden salvífico ("la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación"), no de orden histórico, o geográfico, o referido al ámbito
propio de las ciencias naturales.
La relación entre verdad y Biblia se ha vivido de forma distinta en estos tres periodos históricos:
Esa forma de entender la verdad bíblica entra en colisión con las conclusiones de la ciencia moderna a partir del siglo XVII.
La tormenta más llamativa de este periodo es el "caso Galileo". Según sus jueces, al decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, Galileo había atribuido un error a la Biblia, pues en Josué 10,12 se
narraba cómo Josué hizo detenerse al sol.
INTENTOS DE SOLUCIÓN
Concordismo: Demostrar que la Biblia es verdadera porque todos sus datos se pueden conciliar con los datos de la ciencia (p.ej., seis días de la creación = seis periodos geológicos de la ciencia
moderna).
Inerrancia absoluta: Se responde al hipercriticismo racionalista con un dogmatismo intransigente. La preocupación más acuciante de los católicos era defender a toda costa la absoluta carencia de error
de la Biblia en todos los campos.
Por ejemplo, en el esquema preparatorio del Concilio Vaticano II (que fue rechazado en la primera sesión del Concilio) se leía: "De esta extensión de la divina inspiración a todo se deriva necesaria y
directamente la inmunidad absoluta de error en toda la S. Escritura ... (la fe) nos enseña que sería del todo ilícito conceder que el autor
sagrado ha errado, puesto que la divina inspiración excluye por sí misma y rechaza tan necesariamente todo error en cualquier cosa
religiosa o profana como es necesario que Dios, suma verdad, no sea autor de ningún error"
3. Periodo hermenéutico
b) Esta verdad no es científica o de otro género, sino salvífica ordenada a la salvación. No es verdadera en el sentido de la exactitud histórica o científica, sino en la perspectiva religiosa del plan salvador
de Dios: cualquier persona que quiera encontrar el camino de la salvación, sabe que la Biblia no le va a engañar.
1. Principio literario
Si la Biblia habla "a través de hombres y en lenguaje humano", habrá que investigar la intención del autor, y por ello tener en cuenta el género literario que tenemos delante. Para ellos son útiles los
métodos histórico-criticos.
2. Principio filosófico
a) Un concepto de verdad de tipo "semítico": la verdad no es algo abstracto e intelectual, sino algo muy concreto que se experimenta con todo el ser. "Conocer" la verdad significa "amar y encontrar la
verdad" (o también "hacer la verdad" y "caminar en la verdad").
b) Una Verdad que no es una idea, sino una Persona: Cristo. La "verdad cristiana" no es un sistema de ideas o de normas; no es un libro, sino que es una verdad de orden personal. Es la Persona de Cristo,
y por tanto, un "misterio personal". Porque toda persona es un "misterio", algo cuyo fondo último permanece oculto a no ser que libremente se quiera manifestar a otra persona. Sólo el amor nos pone
en comunicación con el misterio profundo de cualquier persona. Por eso el amor y la verdad están unidos: "Creo lo que no veo, y creyendo amo, y amando.. veo" (San Agustín). Y siempre estaremos en
camino de profundizar en el conocimiento de la Persona de Cristo.
Tras los atentados del 11 de Septiembre, el problema entre Biblia y verdad ha adquirido un matiz nuevo: ¿en qué sentido son culpables las religiones del fanatismo terrorista al presentarse como
"portadoras de verdad"? Hablar de "verdad", ¿no es sinónimo de "intolerancia" y "fundamentalismo"? Es cierto que existe una verdad; es también cierto que el hombre busca la verdad, (y el día que
deje de buscarla ha dejado de ser hombre), pero esa búsqueda de la verdad necesita de la libertad. Hay que tener en cuenta que la verdad cristiana es Cristo, no una ideología. Y nunca podremos decir
que lo conocemos del todo. Nunca se puede imponer la verdad porque, como afirma Juan Pablo II, nuestro conocimiento de la verdad siempre es "limitado y perfectible".
"A veces, el terrorismo es hijo de un fundamentalismo fanático, que nace de la convicción de poder imponer a todos su propia visión de la verdad. La verdad, en cambio, aún cuando se la haya alcanzado —y
eso ocurre siempre de manera limitada y perfectible—, jamás puede ser impuesta. El respeto de la conciencia de los demás, en la cual se refleja la imagen misma de Dios (cf. Gn 1, 26-27), permite sólo
proponer la verdad al otro, al cual corresponde acogerla responsablemente. Pretender imponer a otros con la violencia lo que se considera como la verdad, significa violar la dignidad del ser humano y, en
definitiva, ultrajar a Dios, del cual es imagen. Por eso, el fanatismo fundamentalista es una actitud radicalmente contraria a la fe en Dios. Si nos fijamos bien, el terrorismo no sólo instrumentaliza al hombre, sino
también a Dios, haciendo de él un ídolo, del cual se sirve para sus propios objetivos" (Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002)
3. Principio teológico
Para captar "el corazón mismo de Cristo" (San Agustín), que es la verdad bíblica, no basta con utilizar los métodos histórico-críticos, ni tampoco analizar filosóficamente la naturaleza de las verdad
cristiana. El "corazón de Cristo" está en el corazón de la Iglesia.
Por eso Dei Verbum 12 afirma que hay que leer la Escritura "en el mismo Espíritu en que fue escrita". Por eso hay que atender a las reglas para una interpretación católica de la Escritura
3. La analogía de la fe.
Relatos en los que parecen contradecirse las leyes naturales (cf. Jos En la Biblia se usan modelos sobre cómo se creía que
10,12 y el caso Galileo) era el mundo en aquel tiempo; pero estos "modelos" no
PROBLEMAS CIENTÍFICOS son "la verdad" que Dios quiso consignar para nuestra
salvación.
Prácticas sociales hoy inaceptables (esclavitud, sumisión de la No hay que interpretar como norma moral lo que sólo
mujer) son códigos sociales o litúrgicos.
Lenguas Bíblicas
1. Las lenguas de la Biblia
1. ¿En qué lengua están escritos los libros de la Biblia?
Normalmente en nuestras casas tenemos una traducción de la Biblia. Las traducciones modernas suelen hacerse a partir de las ediciones críticas, en las que encontramos los textos en las
lenguas originales.
Estas lenguas, y los libros que están escritos en cada una de ellas, son:
"Las cosas dichas en hebreo no tienen la misma fuerza cuando se traducen a otra lengua; cosa que ocurre no sólo con este libro, sino también con la misma ley, los profetas y los otros libros, los
cuales ofrecen no pequeña diferencia cuando se leen en su lengua original" (Prólogo del libro del Sirácida)
Hoy tenemos traducciones modernas muy buenas. Pero una traducción siempre es insuficiente. Una traducción siempre traiciona, y no termina de ser totalmente fiel (traduttore = traditore)
Aprender una lengua no es sólo aprender palabras; es entrar en una nueva manera de analizar la realidad. Es una organización de la experiencia humana según una determinada cultura o
una forma de ver el mundo.
Aprender una lengua exige tiempo, disciplina y esfuerzo. Los cursos que ofrecen "Aprenda inglés sin esfuerzo en 15 días" son "mentira cochina". En nuestro caso, aunque no aprendamos
hebreo, griego y arameo, es suficiente con saber algunas nociones de estas lenguas.
HEBREO GRIEGO
TIPO DE LENGUA Lengua semítica Lengua indoeuropea
Además de los sonidos comunes a nuestra lengua, tiene No tiene sonidos guturales.
también sonidos guturales (alef, he, het y ayin) como todas
las lenguas semíticas (el árabe tiene ocho).
FONÉTICA
El hebreo moderno ha suprimido esos sonidos, difíciles de emitir para los
occidentales, y sólo los conservan los judíos procedentes de países árabes.
Tiene un sistema de escritura fonética, en el que cada signo Tiene un sistema de escritura fonética.
corresponde a un sonido.
Como el latín y las demás lenguas
El alfabeto hebreo, llamado alefato, tiene 24 signos indoeuropeas, su sistema de escritura
consonánticos. El hebreo clásico, como el hebreo moderno o reproduce todos los sonidos, vocálicos y
el árabe, no tiene vocales. En la edad media los masoretas consonánticos.
ESCRITURA introdujeron en algunas ediciones de la Biblia signos de
puntuación vocálicos para conservar la pronunciación del Se escribe de izquierda a derecha.
texto.
SINTAXIS LENGUA PARATÁCTICA: las oraciones se enlazan una al LENGUA HIPOTÁCTICA: frecuentemente
lado de otra, sin subordinaciones, simplemente con una las oraciones se engarzan unas de otras,
conjunción copulativa ("we" = el "y" español). creando dependencia de unas oraciones con
otras.
Por eso tiene una dificultad grande para expresar matices como la causa
("porque", "debido a que"), la finalidad ("para que", "con el fin de que"), la Como todas las lenguas indoeuropeas, utiliza
consecuencia ("y de esta forma sucedió que", "y como consecuencia de
esto..."), la condición ("si ocurre esto... entonces ocurrirá esto otro").
los verbos ser y tener.
No tiene el verbo "ser" o "estar" para expresar la identidad o el El sistema verbal es similar al español, e
estado, y en su lugar se emplean frases nominales. incluso más rico: tiene modos verbales
(indicativo, subjuntivo), tiempos (presente,
Por ejemplo, para decir "Yo soy el rey", hay que decir "Yo el rey". "Tú futuro, perfecto, aoristo),
estás en la casa" se dice: "Tú en la casa".
Esta estructura sintáctica favorece el gusto
No tiene el verbo tener sino que en su lugar se emplea la por la precisión máxima, intentando decir de
expresión: "Hay para mí tal cosa". forma definir los conceptos, y aclarar el orden
lógico de la realidad.
El sistema verbal sólo puede expresar "acción perfecta"
(=pasado) y "acción imperfecta" (=futuro). No tiene modos
verbales (indicativo, subjuntivo). Tiene conjugaciones Al griego le gusta definir, concretar,
peculiares para expresar el mismo verbo en pasiva (nifal), en expresar de forma lógica y clara.
forma causativa (hifil), en forma intensiva (piel), reflexiva
(hitpael), etc.
Esta estructura sintáctica favorece el gusto por lo concreto y
lo dinámico, huyendo de las abstracciones y las
disquisiciones lógicas. Es una lengua apta para la narración.
Al hebreo le gusta narrar cómo han sucedido las cosas.
2. El griego bíblico
No es exactamente el griego clásico, sino el llamado koiné (=común), que es el griego hablado en el mundo helenista, con simplificaciones en el sistema verbal, e introducción de
neologismos.
Pero además, la versión koiné del griego bíblico tiene "semitismos", que son formas de expresión introducidas por influencia del hebreo. Por ejemplo:
· En el uso del superlativo, emplear "bendita entre todas las mujeres" por "la más bendita de las mujeres".
· "Trono de gloria" por "trono glorioso".
· Introducir las escenas con "y sucedió que..."
· Términos tomados del mundo judío: sinagoga, ázimos, Mesías, etc.
El texto bíblico
El Códice de Leningrado, o Leningradensis, es la Biblia Hebrea COMPLETA más antigua que se conserva. Mientras que conservamos partes de la
Biblia, o libros completos, más antiguos que este Códice, sin embargo no existe en la actualidad ningún manuscrito más antiguo que conserve la Biblia
Hebrea completa.
Es uno de los mejores representantes del texto masorético, y data del año 1008/1009 d.C.
Se conserva en San Petersburgo (Rusia), en la Biblioteca Nacional Rusa (Saltykov-Shchedrin), donde llegó a mediados del siglo XIX. Desde 1917 hasta
1991 la ciudad se llamó Leningrado, de donde deriva el nombre del manuscrito. Es el manuscrito B19a de esta biblioteca.
Se usa hoy como texto básico de las principales ediciones modernas impresas de la Biblia hebrea. Es el texto usado por la Biblia Hebraica de Rudolf
Kittel a partir de su tercera edición (1937), y de la Biblia Hebraica Stuttgartensia
2. Períodos en la evolución del texto hebreo
PRIMER PERIODO (hasta siglo I d.C.): CAMBIOS EN EL TEXTO
Registra cambios en el texto, como omisiones, adiciones, trasposiciones, compendios, aunque estos cambios no afectan a la sustancia.
Estos cambios se observan comparando el texto hebreo que ahora poseemos con la traducción de
a) la Setenta,
b) el Pentateuco samaritano,
c) los manuscritos de Qumrán.
En 1947 un grupo de beduinos descubre en unas cuevas cerca de Khirbet Qumran, en las inmediaciones del Mar Muerto, unos pergaminos enrollados y depositados dentro de jarras. Se
examinan cuidadosamente todas las cuevas del entorno, llegándose a descubrir en su conjunto una preciosa biblioteca de escritos pertenecientes a una secta judía de entre los años 150 a.C.
y 70 d.C. Contienen textos bíblicos, comentarios a textos bíblicos, y otros documentos relativos a la secta de Qumrán. Se han encontrado manuscritos de todos los libros del Antiguo
Testamento hebreo, con excepción de Ester. Entre los hallazgos más importantes está uno de los rollos de Isaías, de unos 8 metros. El texto es casi idéntico al conservado en el texto
masorético.
Es posible que en el período anterior al cristianismo ya existiera una forma estabilizada de ciertas partes de la Biblia, sobre todo de la Torá.
TERCER PERIODO (500 - 900 d.C.): TEXTO MASORÉTICO, CON FIJACIÓN DE VOCALES
El texto bíblico se mantiene únicamente con caracteres consonánticos, sin vocales, hasta los comienzos de la Edad Media.
A partir del siglo VIII se desarrollan varios sistemas de vocalización. Los dos más importantes son:
a) El sistema babilónico, en el que los signos vocálicos son supralineales (se colocan sobre el signo consonántico)
b) El sistema tiberiense, en el que los signos vocálicos son infralineales .Es el utilizado por las Biblias hebreas actuales. El período de florecimiento de la escuela de Tiberíades abarca desde
780 a 930 d.C. Abarca seis generaciones de la familia más famosa de masoretas, la familia de los Ben Asher. El representante más conocido es Aarón ben Moisés ben Asher, quien editó un
texto completo de la Biblia hebrea con vocales, acentos y la correspondiente masora. El Códice de Alepo y el Códice de Leningrado son muy cercanos a este texto.
El trabajo de vocalización del texto hebreo consonántico de la Biblia corresponde a los masoretas.
La palabra "masoreta" deriva del verbo hebreo "masar", que significa "transmitir". Los masoretas tenían una preocupación por garantizar la lectura y la transmisión exacta del texto. Así,
anotaron cuidadosamente la pronunciación de cada palabra incorporando signos vocálicos, junto con otras anotaciones marginales, que constituyen la "masora". Desde entonces el texto se
copió con el mayor cuidado, reduciéndose casi a la nada las variantes entre un códice y otro.
2. El texto del Nuevo Testamento
Contamos con más de 2.500 manuscritos referentes al Nuevo Testamento. Los más importantes son los 266 códices mayúsculos o unciales, y los 84 papiros. Algunos de ellos datan del siglo II, es
decir, de una época muy inmediata al periodo en que el Nuevo Testamento se compuso. Teniendo en cuenta que las obras de la antigüedad clásica nos han llegado en versiones que se remontan
hasta la Edad Media, podemos decir que el Nuevo Testamento es sin lugar a dudas la obra de la antigüedad de la que tenemos mejor seguridad textual.
Antiguo Testamento
Código de Efrén C Siglo V Biblioteca de París Nuevo Testamento (con lagunas)
Los papiros
Se llaman así por estar escritos en papiro (material de origen vegetal, más deleznable que el pergamino, por lo que sólo se conservan los que han estado bajo condiciones ambientales
favorables)
Llenan el hueco temporal entre los códices unciales más antiguos y la época de redacción del Nuevo Testamento.
Los más importantes son:
CONTENID OBSERVACIONE
NOMBRE SIGLA FECHA LUGAR
O S
Se remonta a unos
Descubierto en Egipto
Jn 18,31- 10 años después de
Papiro Ryland's p52 120-130 d.C. Conservado en la Biblioteca
33.37-38 la redacción del
Ryland's
evangelio de Juan
Partes de
evangelios,
Adquiridos en Egipto por A.
Papiros "Chester Beatty" p45; p46; p47 siglo III de He, de
Chester Beatty en 1930-1931
Pablo y
Apocalipsis
Casi todo el
Conservado en la Biblioteca de Gran amplitud y
Papiro "Bodmer II" p66 Hacia 200 d.C. evangelio de
Cologny (Suiza) antigüedad
Jn
a) El cuerpo, que es el texto que, en opinión de los expertos, y una vez consultadas las fuentes y los manuscritos, tiene más probabilidades de concordar con el texto original. Cuando una
palabra o una frase aparece bajo una forma diferente en diversos manuscritos, se señala con una llamada al aparato crítico.
b) El aparato crítico, que recoge las variantes textuales de una palabra o una frase.
Todas las ediciones modernas de la Biblia en cualquier lengua, sean de la confesión religiosa que sean, se hacen tomando como base las ediciones críticas.
2. El "Greek New Testament" (edición 3ª) y el "Novum Testamentum Graece (Nestlé-Aland)" (edición 26ª)
El cuerpo de estas dos ediciones es idéntico, y recoge las conclusiones a la que llegó un equipo internacional e interconfesional, dirigido por Kurt Aland.
Difieren en el aparato crítico y en la división del texto.
4. Criterios usados en crítica textual
Una vez que hemos recogido los manuscritos, ¿cómo sabemos qué manuscrito es más fiable? ¿Cómo determinamos que la forma bajo la que aparece una palabra en un manuscrito es
preferible al testimonio de otro manuscrito? Para determinar la lectura más fiable, los críticos recurren a varios criterios:
a) Criterio geográfico: teniendo en cuenta que los manuscritos se difunden en los lugares donde penetra el cristianismo, hay que preferir la lectura que sea idéntica en el mayor número de
lugares alejados entre sí.
b) Criterio genealógico: si podemos demostrar que hay una lectura en un manuscrito, que los demás manuscritos dan por supuesta, debemos preferir la lectura de aquel manuscrito a la de
éstos últimos.
c) Criterio literario-estilístico: hay que preferir la lectura que está más acorde con la estructura literaria o la perspectiva teológica de un autor.
a) La más breve.
b) La "lectio difficilior", es decir, la que tiene un sentido más difícil de entender, puesto que la tendencia de los amanuenses es siempre de acomodar el sentido para hacelo más asequible.
Así, la lectura que tiene más garantías de ser original es la más difícil de entender.