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) XL, — CIENCIA E HISTORIA (+) Hasta ahora, las conferencias de esta serie) han tratado , Yatiados aspectos de Ia ciencia modema, como hundamente de Ja medicina actual. Me voy a permitir mirar Ia ciencia desde wo Angulo algo diferente, Al parecer Ja ciencia y la histone ti Poco en comin; raros son los ciontistas interesados en éstn, pcleacla moderna es tan absorbente que deja poco tiempo para cualquier otro estudio. Un cienttico que tuvo mucho renonbrc me dijo una vez, que no estaba interesado en estudiar porque la estaba haciendo;.ahora est muerto y, por despra muy poco de su obra ha resistido Ia prueba del’tiempo. Por se istoriador tiene un conocimiento muy pobre de la viens cia, poco: mas’ de lo uo. aprendi durante sus estudios secunda- ios. Sit. embargo, ambas tienen mucho més en comin de lo que apatece a primera vista; y, en verdad, la separacion neta enive lencia y los conocimienios humanfsticos es atificial y eonstituye ‘un desarrollo tardio en nuestra evoluciéa cultural como restllacs de Ia. especializacién, No exista tal separacién en el Renee lento, Girolamo Fracastoro, de cuya muerte conmemoranos avr, Pllamente el euatto.centenario en 1953, era un médico que, por fierlo, hizo importantes aportes al conoeimiento del contagio'y/ de las enfermedades infecciosas, pero antes que nada, eracun hi, ibfa poesfa y tenfa un tango de intereses extra. ‘ariamente amplio, Su contemporéieo, Paracelso, también médico, eseribié:obras teol6gicas y filosétiéns, Atm en el siglo XVIIL todavia no encontramos esia separacién tajante, Albrecht Yon Haller, quo fue talver el fisilogo mis ‘lustre do su époea, cnlrd a Ja escena literaria con-un volumen de poemas que elereis gran‘ influencia en ta literatura. alemana Jie cierto, modo, se anticipé a Goethe, Esetibié mucho sobre boténica, anatomfa, fi. siologia, y otros temas cientificos, pero ‘ambién publicd tres no. Velas y vatias obras teolégicas, Los grancles pensadores franceses do Ia Edad de las Lauces —como Diderot. D'Alamnberl, Rowen Voltaire eran filésofos, poetas e histcriadores, pero, todos es, taban profundamente interesédos en Ia ciencia. Fi gran desarrollo Sleanzado por las diversas eiencias en el siglo XIX y particular () “Serie de Confetencias sobre Las Bases Ciontitieas ‘do la. Medi: ina, patrocinadas por Ia Federacion Médien Brilaniea de Pest ‘Grado, Londves, 1054, % 126 mente el XX, es responsable del divorcio entre las ciencias y el hhumanismo, que nos inclina a veces a identificar a éste con la cultura y a las clencias con la tecnologia, 10 cual es completa- mente erréneo, El trabajo de cientificos como Darwin 0 Haeckel a tenido una gran influencia sobre la perspectiva filosdfica de Jas gentes de mi generacién, En wna conferencia de la Organiza- cién Mundial de Ia Salud, en Nancy en 1952, prevaleeié la opi- nién de que los estudiantes de medicina debfan ser iitsttados, cultos, que deberfan tener una amplia visién humanistica; youn miembro de nuestro grupo o2serv6, con toda propiedad, que 1a ciencia también cra cultura y que el adiestramiento cientifico del estudiante de medicina estaba contribuyendo de manera muy poderosa a desarrollarles esa amplia perspectiva. ‘Todos sabemos que Ta czneia tiene un futuro, talvez esplen- doroso, El progreso logrado en las pocas déeadas desde mi gra- duacién en 1917, ha sido estupendo. Sin embargo, estamos de- ‘masiado inclinados a olvidar que también tiene un pasado, y que el alto nivel, actual, es 1a expresién y resultados de una muy a evolucién por olta parte, el historiador con demasiada fa cilidad olvida que la eiencia es uno de los factores que més contribuye a motdear o plasinar la historia humana, Quetria dis- cetirel tema de esta relacién, desde dos dngulos: primero, deseo destacar la gran importancia del factor tiempo eh el desarrollo de Jas ciencias; y segundo, hablaré brevemente sobre a clencia como un elemento constructor de la historia. El momento histérico y el progreso elentifico No hay progreso en la poesfa y el arte en general, como Io hay en las ciencias. El poeta expresa los temores y esperanzas, alegrias y ansiedades de sus contempordneos, en un estilo dado, propio de Ia sociedad de ese perfodo. No tiene que basarse en la experiencia aeumulada a través de los siglos; pero el cientista, sf Una observacién puede ser muy correcta, pero se perderfa si los tiempos no estin maduros y le faltan fundamentos requeridos. Pexmitidme citar yn ejemplo muy sencilla de, 1 literatura médica de la antigua Grecla. Los médicos hipocritices habfan observado que en ciettos casos de bronquiti se ofa un mutmnullo eatacteristico dentro del pecho, semtejante al chitrido del vinagte hirviendo, En caso de pleuresfa seca, se escuchaba un ruido sin- | gular como el roce de cuero nuevo. Y en otras formas de pleure- 127 MG. omeciendo al enfermo, Jo que mis tarde Mamarfamos Ja fel el sos 7,0 un. sonido peculiar, En otras paler ras, en el siglo V a, C., los gtiegos habla, cnc ; los gti ‘ontrado el prin- cipio de Ia a¥ por qué no lo desarrollaron? Por la cémo las opiniones médicas esti ici in a veces condicionadas por fac- lores externos y depencden de In época, se aed a nostalgia fue descrita como una entidad auto noma Halide Bteduacion por Johannes Hofer, en In Universiieg se ran Guiee FOL, bajo el titulo "De Nostalgia Heimwehe™ “tucs sr lo, fue teimpresa y traducida. J. J Scheuchats eareho sgt Yo adage al ate, Los médicos ssizos estaban muy £ fermedad, en ese tiempo, debict {Oldados suizos, de servicio ‘en el exteanjero, toa eins 28 Hahabon de tal moder etl eStanfeo,ccasiontmcht ex: que desertaban, Una accis {letonesta avergonzaba a Ia nacién enteras pew dete ey mosterice meteaad fisica causada por cambios en In preatc Otro ejemplo de una extraiia ent nt fia enfermedad condicionada por onenhe se eanlsmo, desta en el sur ds Tale eae n lia, en Ja Edad Media y el Renasimiento, s! hea
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