Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CULTIVO IN VITRO
Los embriones inmaduros han sido los explantes mas extensivamente usados
para la iniciación de cultivos de tejidos diploides regenerables. Otros explantes
usados para la regeneración son secciones de raíces, mesocotilo, nudos de
coleoptilo, vástagos de plán-tulas, secciones de tallos, internudos y embriones
maduros. El endospermo ha sido usado para cultivo de tejidos triploides.
Phillips, Somers y Hibberd (1988) prepararon una lista de autores y de
objetivos para iniciar la regeneración.
Los cultivos de maíz regenerables son por lo general clasificados como tipo I o
tipo II. Phillips, Somers y Hibberd (1988), Armsrtong (1994) y otros han
descripto las características de estos dos tipos de cultivos. Los cultivos de tipo I
no son friables, no se subdividen o rompen automáticamente y deben ser
repicados con la ayuda de escalpelos y pinzas; se regeneran por medio de
embriogénesis somática y también por organogénesis, son altamente
diferenciados y a menudo contienen estructuras similares a hojas y estados
avanzados de embriones somáticos. Los cultivos del tipo II son muy friables, se
repican fácilmente, se regeneran casi exclusivamente por embriogénesis
somática, son relativamente indiferenciados y tienen numerosos embriones
globulares en estado somático que no se desarrollan en los medios de
mantenimiento. Estos cultivos de tipo II son preferidos para muchos usos,
sobre todo a causa de la escasa diferenciación y de la friabilidad, lo cual hace
que la selección in vitro y el establecimiento de suspensiones líquidas de
cultivos sean mucho mas simples.
La selección in vitro es posible debido a que las células de las plantas en los
medios de cultivo son genéticamente variables. Los tejidos de los callos,
plántulas o plantas derivadas de cultivos in vitro no son necesariamente
idénticos al explante usado para el cultivo. La variación en las células y tejidos
cultivados es llamada variación somaclonal; tal variación no se limita solo a la
primera generación regenerada sino que se transmite también a la progenie de
la misma. El cultivo de células es considerado como un medio para seleccionar
preferentemente líneas de células con una mutación. La selección exitosa de
cultivos de tejidos depende de la evaluación y la comprensión del agente de
selección de los medios culturales del maíz (Somers y Hibberd, 1994). El
agente para la selección de los medios culturales es elegido en base a
observaciones sobre los efectos específicos sobre otros organismos y plantas.
Las pruebas bioquímicas tales como los ensayos in vitro de inhibición de
enzimas y la medida de los niveles de metabolitos en respuesta a los agentes
selectivos, determinan el éxito o el fracaso del agente selectivo. Las plantas
regeneradas a partir de líneas de células seleccionadas en muchos casos
expresaron el nuevo carácter a nivel de toda la planta, dando mayor valor
agronómico para ese carácter particular. Usando un agente selectivo específico
para seleccionar preferentemente una línea determinada de células, puede ser
posible reducir el número de plantas que participan en todo el proceso de
selección (Smith, Duncan y Bhaskaran, 1993). Lorz (1989) comentó que
muchas de las variaciones somaclonales no tienen mayor valor para el
mejoramiento de las plantas y por otro lado Phillips, Somers y Hibberd (1988),
Anderson y Georgeson (1989), Smith, Duncan y Bhaskaran (1993) y Somers y
Hibberd (1994) han dado ejemplos de caracteres útiles mejorados por medio de
la selección in vitro. La selección para resis-tencia al tizón sureño de la hoja,
para tolerancia a los herbicidas y para un mayor contenido de triptófano son
ejemplos de selecciones exitosas obtenidas a partir de cultivos in vitro. El
cultivo in vitro de microsporas, de granos de polen y de anteras para el
desarrollo de callos haploides y plantas y el desarrollo posterior de líneas
endocriadas completa-mente homocigotas por medio de haploides duplicados
ha sido discutido en el capítulo Citogenética1 del maíz tropical. El cultivo in
vitro de tejidos haploides ha progresado considerablemente en los últimos años
y es probable que en el futuro sea cada vez mas usado por los fitomejoradores
de maíz.
Muchos de los mas importantes logros del fitomejoramiento del maíz en lo que
hace al aumento de la productividad y de la calidad se han obtenido por
fitomejoradores prácticos sin mayores conocimientos ni apoyo de los procesos
biológicos básicos de las plantas; sin embargo, ahora se reconoce cada vez
mas que el conocimiento de la biología de las plantas y de la genética
molecular abren nuevos caminos para avances mas rápidos y de mayor
impacto en el mejoramiento de los cultivos. Los marcadores de ADN propor-
cionan el eslabón fundamental para unir la biología de las plantas y el
fitomejoramiento. Esto es particularmente cierto en el caso del maíz ya que
este ha sido detalladamente estu-diado a nivel molecular y a nivel de su poli-
morfismo nuclear del ADN2 y ha sido utilizado para el análisis de los genomas y
la selección de marcadores asistidos.
Una revisión profunda de los marcadores de ADN y su papel en el
mejoramiento de los cultivos fue publicada por Paterson, Tanksley y Sorrells
(1991). Un libro titulado DNA based markers in plants, editado por Phillips y
Vasil (1994) es también una buena fuente de información sobre la importancia
y el uso de marca-dores del ADN. Otra revisión reciente que enfatiza las
aplicaciones y la importancia de los conceptos modernos de la biología en el
fitomejoramiento ha sido escrita por Lee (1995) en ADN markers and plant
breeding pro-grams.
Los mapas genéticos de QTL usando marcadores del ADN, han sido
integrados en muchas especies. Estos han proporcionado nuevos enfoques en
la determinación del orden y las funciones biológicas de las regiones de los
genomas de distintos cereales. Cuando la tecnología molecular fue aplicada
para preparar mapas cromosómicos mas densos, se creyó que esta podría ser
útil para determinar mas precisamente las diferencias entre distintas especies y
que los mapas genéticos serían exclusivos para cada especie. Al contrario de
lo esperado, ahora es posible buscar las similitudes en los genomas de esas
especies. El análisis molecular de los genomas ha mostrado homologías y las
relaciones que se conservan entre varios cereales. Tales referencias cruzadas
crearon oportunidades para trazar estrategias para clonar genes e
investigaciones sobre la evolución de los genomas. El uso de juegos comunes
de pruebas de ADN para detectar y mapear secuencias homólogas y las
relaciones obser-vadas entre especies sexualmente aisladas, por ejemplo
maíz, arroz, sorgo y trigo, está abriendo mas oportunidades para los genetistas
y los fitomejoradores. Los análisis de genética molecular han revelado
homologías y las relaciones anteriores y conservadas entre el maíz y el sorgo
(Hulbert et al., 1990; Whitkus, Doebley y Lee, 1992; Pereira y Lee, 1994;
Pereira et al., 1994), entre el maíz y el arroz (Ahn y Tanksley, 1993) y entre el
maíz y el trigo (Devos et al., 1994). Ahn et al., detectaron grandes homologías
entre el maíz, el arroz y el trigo en varias regiones de los genomas. Una de
estas es el locus que gobierna la ausencia de lígulas, una etapa importante en
la domesticación de los granos. Moore et al., (1995a) informaron sobre la
evolución de los genomios de seis gramíneas importantes, incluyendo el maíz.
El genomio del arroz es uno de los mas pequeños entre las gramíneas, y
usando el análisis de la unión de los segmentos del arroz demostraron que los
genomios de seis especies de gramíneas pueden ser alineados disectando los
cromosomas individuales en segmentos y reordenando los bloques de las
uniones conservadas en estructuras sumamente simi-lares. Este análisis ha
llevado a la interesante hipótesis o a la posibilidad de que haya un único
cromosoma ancestral de los cereales (Moore et al., 1995a,b)4.
MAÍZ TRANSFORMADO