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FICHA DIDÁCTICA – FILOSOFÍA

PROFESORA VALERIA ALVEZ FIORELLI

2º BACHILLERATO– AÑO 2019

¡Bienvenid@ nuevamente, mi pequeñ@ filósof@! Aunque


entre tantas dudas compartidas, dudo ahora si es correcto o no
darte la bienvenida, o saludarte simplemente, puesto que
entiendo que vamos lado a lado, juntos, recorriendo este
camino. ¡Tengo que ser lógica! ¿O no? ¿Pero qué es ser lógico?
¿Es lo mismo “ser lógic@” que la lógica? ¿Y qué tiene que ver
todo esto con el camino que venimos construyendo? Pues… sí, ARISTÓTELES DE ESTAGIRA
adivinaste, ¡vamos a descubrirlo! ¡Vamos a pensar, a razonar! 384 – 322 a. C.

LÓGICA Y COTIDIANEIDAD

«Todos tenemos alguna idea sobre la lógica y sobre su uso, aún sin haber estudiado el tema formalmente. En el
lenguaje cotidiano usualmente calificamos como “lógico” lo que nos parece evidente o claro, lo que aparentemente
no deja lugar a dudas: “Es lógico que, si tengo sobrepeso, debo comer menos”. Por el contrario, decimos que algo es
“ilógico” o “que no tiene lógica” cuando nos parece absurdo, imposible, carente de sentido: “No existe razón lógica
para pensar que los alzados en armas puedan tener interés en desmovilizarse” [R. Pombo, Revista Cambio, 14 de
agosto de 2000, p. 10]. Pero también la expresión “es lógico” se utiliza para indicar que una afirmación se sigue
inevitablemente como consecuencia de otra u otras: “Es lógico que Juan sepa nadar, porque es buzo profesional”.
Este enunciado encierra tres afirmaciones. Una de ellas está enunciada explícitamente: “Juan es buzo profesional”;
otra está implícita en el texto: “Todo buzo profesional sabe nadar”. La tercera afirmación, “Juan sabe nadar”, está
precedida de la expresión “es lógico”, como aseveración de que ella está garantizada por las dos afirmaciones
anteriores. En síntesis, en este ejemplo, la expresión “es lógico” se utiliza con el significado de “es inevitable concluir
que…”, “dado que…”.
El texto siguiente destaca la presencia de la lógica en la vida diaria. […]»

“La lógica no es una alternativa por la que podamos optar; no podemos


decidir si vamos a emplearla o no. Resulta inevitable y está presente en
cada frase que pronunciamos, ya que continuamente estamos
enunciando proposiciones lógicas. Cuando decimos, por ejemplo, que
algo es necesario, que una cosa depende de otra, que un evento es causa
de otro, cuando indicamos una contradicción o una imposibilidad, una
implicación o una dependencia, estamos haciendo lógica, aunque no
seamos conscientes de ello” [Zuleta, 1996, p. 16]

FUENTE: Bustamante, A., Lógica y Argumentación, p. 6


Vayamos pues, estimad@ filósof@, a indagar sobre posibles caracterizaciones de la
temática que ahora nos encuentra…

«LÓGICA – Bajo el título de Lógica pueden hacerse dos cosas: presentar la lógica o hablar
acerca de la lógica. Lo primero ha sido objeto de cierto número de artículos de este
Diccionario. . . Se han aplicado con frecuencia varios calificativos al término “lógica”: lógica
tradicional, lógica formal, lógica material, lógica deductiva, lógica intencional. Otros son
más bien de naturaleza histórica. Lógica oriental, es el nombre que se da a los trabajos
desarrollados sobre todo dentro de los sistemas de la filosofía india. Lógica Occidental es el
nombre que recibe el conjunto del trabajo lógico en Occidente (o en las demás partes del
globo que siguen la tradición occidental) desde los griegos hasta la fecha.
[…] Otra dirección es la (lógica) psicologista, según la cual los principios lógicos son. . .
pensamientos, y la lógica nos revela la estructura objetiva de los mismos. La lógica
psicologista es afín en algunos respectos a la empirista, pero mientras, según los empiristas,
la lógica responde a la pregunta: “¿Cuáles son las estructuras limitantes de la realidad
cuando ésta, concebida empíricamente, es sometida a abstracción nominal?”, según los
psicologistas, la lógica responde a la pregunta: “¿Cómo pensamos efectivamente la realidad
en la medida en que nuestro pensar no sea un arbitrario discurrir?”. Una tercera dirección
es la normativista. . . Según ellos, la lógica responde a la pregunta: “¿Cómo debemos pensar
para que nuestro pensamiento sea correcto?”»

Fuente: FERRATER MORA, J., Diccionario de Filosofía, pp. 69 -74

En función de lo que nos compartió José (Ferrater Mora), te invito a que respondas las
siguientes interrogantes:
1) ¿Qué problema puedes identificar en el proceso de caracterización o definición de la
lógica?
2) ¿Qué diferencia existe entre la “lógica empirista”, la “lógica psicologista” y la “lógica
normativista”?
«Lógica es el estudio de principios y métodos utilizados para distinguir el razonamiento
correcto del incorrecto.
Cuando razonamos sobre cualquier asunto, elaboramos argumentos para apoyar nuestras
conclusiones. En nuestros razonamientos exponemos las razones que creemos justifican
nuestras ideas. Sin embargo, las razones que ofrecemos no siempre son buenas. Con el
razonamiento elaboramos argumentos (algunos correctos y otros incorrectos) que podemos
formular de manera escrita o hablada. Cada argumento que enfrentamos motiva la siguiente
pregunta: ¿La conclusión a la que se llegó se sigue de las premisas que se usaron o se
asumieron? Existen criterios objetivos con los cuales puede darse respuesta a la pregunta
planteada; en el estudio de la lógica buscamos descubrir y aplicar esos criterios.
[…] Razonar es un arte y una ciencia; es algo que hacemos tan bien como lo entendamos.
Dar razones puede ser algo que surge de manera natural, pero nuestra habilidad en el arte de
construir argumentos y probarlos puede fortalecerse con la práctica.
. . . El razonamiento no es la única forma en la que sustentamos afirmaciones que hacemos o
aceptamos. A menudo, simplemente nos dejamos llevar por los hábitos, sin ninguna reflexión.
En ocasiones, apelar a las emociones o a la autoridad resulta más persuasivo que apelar a los
razonamientos lógicos y en algunos contextos tales apelaciones pueden ser apropiadas.»

Fuente: COPI, I., COHEN, C., Introducción a la lógica, pp. 4-5

«¿Qué es un razonamiento? . . . [Es] un conjunto de proposiciones relacionadas entre sí de


manera tal que una de ellas, a la que llamamos conclusión, se deriva de la o las otras, a las que
llamamos premisas. Efectivamente, en toda argumentación se afirma algo (lo que podemos
llamar conclusión u opinión) y se lo intenta justificar a través de otras afirmaciones (que
podemos llamar premisas o razones).
. . . En los razonamientos podemos distinguir dos aspectos: el contenido y la forma. El
contenido es aquello de lo que se habla, es el aspecto informativo del razonamiento. La forma
es la estructura que vincula las premisas con la conclusión y que surge cuando abstraemos el
contenido o el significado de las palabras y mantenemos los elementos que son esenciales para
el armazón lógico del razonamiento. Lo entenderemos con mayor claridad usando un ejemplo
clásico:
Todos los hombres son morales.
Sócrates es un hombre.
Por lo tanto, Sócrates es mortal.

[…] Encontrar la forma lógica de un razonamiento permite ver con más claridad la manera
en que las proposiciones se relacionan entre sí y juzgar si esa interrelación permite
efectivamente que la conclusión se desprenda de las premisas. Esta es la perspectiva de la
lógica formal, que como su nombre lo sugiere, se ocupa de analizar la forma de los
razonamientos con independencia de su contenido.
Un razonamiento es el producto de un proceso al que llamamos razonar o inferir por el cual
se llega a una proposición sobre la base de otra u otras proposiciones aceptadas como punto
de partida. Podríamos decir que razonar es extraer conclusiones a partir de lo que se sabe.»

Fuente: ALOISIO, C., GUINOVART, R., Cómo hacer cosas con razones, pp. 41-42
a) Teniendo en cuenta “las direcciones” expuestas por Ferrater Mora, ¿desde qué dirección crees que se
“define” a la lógica en el texto de Copi y Cohen?
b) ¿Qué es un razonamiento? Intenta expresar otros razonamientos que se te ocurran, basándote en el
ejemplo que se presenta en el texto de Aloisio y Guinovart.
c) ¿Por qué se considera a la lógica una ciencia formal?

RAZONAMIENTOS DEDUCTIVOS: VALIDEZ, VERDAD Y SOLIDEZ

En este tipo de razonamientos la conclusión se deriva necesariamente de las premisas. Esto significa que, si se
aceptan las premisas, también se debe aceptar la conclusión que se extrae de ellas. […] Esta relación de necesidad
entre premisas y conclusión explica la propiedad de transmisión de verdad que caracteriza a estos razonamientos.
En un razonamiento deductivo bien construido (esto es, que utilice una forma deductiva adecuada) la verdad de
las premisas se transmite a la conclusión, lo que significa que, si las premisas son verdaderas, la conclusión
forzosamente será verdadera. Cuando un razonamiento deductivo está bien formulado en este sentido, se dice
que es válido.
El concepto de validez se refiere a la forma lógica de los razonamientos y garantiza que, si el contenido informativo
de las premisas es verdadero, la conclusión necesariamente lo será. Esto no significa que todo razonamiento válido
contenga premisas verdaderas, sino que en caso de que cuente con premisas verdaderas, su conclusión resultará
verdadera.
[…] El concepto de verdad, en cambio, no refiere a la estructura de los razonamientos, sino a las proposiciones que
lo integran. Estas son las premisas y la conclusión, que serán verdaderas o falsas de acuerdo a la correspondencia
de su contenido informativo con la realidad. La lógica formal no se ocupa de la verdad de las proposiciones. Pero
es algo muy importante para evaluar un razonamiento deductivo. Para que sea óptimo debe contar con una
estructura válida y además sus premisas deben ser verdaderas. Cuando tiene estas características decimos que el
razonamiento es sólido.

Los triángulos son cuadrados.

Los cuadrados son triláteros.

Por lo tanto, los triángulos son triláteros.


RAZONAMIENTOS INDUCTIVOS: SALTO INDUCTIVO, PROBABIIDAD, FORTALEZA O DEBILIDAD.

A diferencia de lo que ocurre con los razonamientos deductivos, en los razonamientos inductivos la conclusión no
se desprende necesariamente de las premisas. Esto sucede porque la información que se da en la conclusión es
mayor que la información contenida en las premisas. Cuando se razona de esta forma se dice que se está dando
un “salto inductivo” desde las premisas hacia la conclusión. Por esta razón, se dice que la conclusión de un
razonamiento inductivo es más o menos probable, dadas esas premisas. A pesar de que no nos ofrecen un apoyo
concluyente, como los razonamientos deductivos, la verdad de las premisas en un razonamiento inductivo ofrece
un fundamento parcial para creer en la conclusión.
Considerando que la verdad de la conclusión de un razonamiento inductivo es más o menos probable, una
argumentación inductiva puede ser fuerte o débil a la hora de respaldarla. Como veremos más adelante, esto
depende a veces de la cantidad de premisas, pero en la mayor parte de los casos de su calidad.

La plata se expande cuando se calienta.


El plomo se expande cuando se calienta.
El estaño se expande cuando se calienta.

El oro se expande cuando se calienta.
Todos los metales se expanden cuando se
calientan.

La forma general de estos argumentos puede expresarse del siguiente modo:

X1 tiene la característica de A
X2 tiene la característica de A
X3 tiene la característica de A

X4 tiene la característica de A
Por lo tanto, todos los X tienen la característica de A.

En esta clase de argumentaciones, resulta claro que a partir de casos particulares se arriba a una conclusión general.
Por lo tanto, se está dando un salto inductivo.
En nuestro ejemplo vemos que luego de observar que un subconjunto de los metales se expande al ser calentado,
los científicos infieren que todos los metales se comportan de la misma forma cuando se eleva su temperatura. Este
subconjunto sobre el que se realizan las observaciones se denomina muestra.
Una muestra es el subconjunto de elementos que se considera representativo de las características de todos los
elementos de un conjunto.

BIBLIOGRAFÍA:

➢ ALOISIO, C., GUINOVART, R., Cómo hacer cosas con razones, Montevideo: Ed. Paideia, 2008, pp. 1-61
➢ BUSTAMANTE, A., Lógica y Argumentación, Colombia: Ed. Pearson, 2009, p. 6
➢ COPI, I., COHEN, C., Introducción a la Lógica, México: Ed. Limusa, 2013, pp. 4-6
➢ FERRATER MORA, J., Diccionario de Filosofía, Buenos Aires: Ed. Sudamericana, pp. 69-74

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