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Abuso del teléfono móvil en adolescentes

Al empezar nuestro planteamiento para llegar a tener nuestro primer encuentro con la
persona que nos ayudaría, junto a mi compañero, comenzamos buscar posibilidades de
sujetos que pudieran contribuirnos con su tiempo, es así que como fuimos buscando
ideas de quién pudiera ser. Empezamos planteándonos las características pertinentes
con las que debería contar, pues al estar trabajando con una población de adolescentes
por congruencia teníamos que encontrar a alguien de entre 12 a 18 años, así fuimos
proponiendo posibilidades para trabajar, llegamos a un acuerdo en que por la facilidad y
la disposición de tiempo, la persona con la que tendríamos nuestro primer acercamiento
sería mi hermana, ya que cumplió con todas las características, tiene 16 años de edad,
es accesible para prestarnos su tiempo y contribuirnos a nuestro trabajo de
investigación, existe un laso de confianza y lo principal, es una adolescente con un
dispositivo móvil el cual suele usarlo la mayor parte de sus ratos libres, así que se
convirtió en la persona adecuada para este primer episodio.
El primer “acercamiento” fue comentarle a mi hermana si disponía de un pequeño
tiempo para poder ayudarnos con una tarea, en principio, ella respondió que no ya que
pensó que la ayuda estaba orientada a hacer pruebas psicométricas que ya con
anterioridad me había visto trabajar con éstas pero una vez que comenté que el tema,
en parte, tiene un enfoque hacia el uso del teléfono móvil, ella accedió sin poner
ninguna negativa, esto me llevó a pensar en que, como se hablará de los celulares y
que ella hace un uso de este dispositivo tiene un interés en particular mayor que en
otros temas del cual yo le pude haber hablado.
Una vez que tuvimos contacto y quedase pactado el primer encuentro con nuestra
sujeto, junto a mi compañero de equipo, comenzamos a plantearnos en lo que diríamos
al momento de estar frente a frente con la adolescente, es así que con anticipación
empezamos a buscar algunos inventarios que tienen como objetivo comprobar si en
una persona existe un abuso del móvil o cualquier información que nos orientara más
sobre el tema; una vez que investigamos, proseguimos a seleccionar áreas del tema
para comenzar a hondar sobre la experiencia de Nayeli, nuestra sujeto, sobre su uso
con su teléfono móvil.
Nos presentamos el día y la hora en que quedó acordado el acercamiento, las
emociones que teníamos con respecto a este primer encuentro fueron muy pocas, ya
en ocasiones anteriores, en otras materias de la licenciatura, nos había tocado, de una
forma individual y como equipo, hacer trabajos que implican situaciones similares como
la que estábamos por iniciar. Nos sentimos cómodos en cuanto al espacio en donde
trabajamos ya que fue la sala de la casa del sujeto, que también es mi hogar; no
presentamos ansiedad a lo que pudiera responder la adolescente, ya que nuestro tema
se presta a algo no necesariamente complicado y sabiendo de que en la actualidad, el
que una adolescente de 16 años tenga en posesión un teléfono celular, no resulta muy
incongruente, es algo muy normal, además que fue en parte por lo que pensamos y nos
declinamos a trabajar con ella, más bien, nos sentimos seguros conversando con esta
persona, esperando que las experiencias que ella quisiera relatar nos sería de mucha
ayuda y no nos esperamos menos, así fue como nos comentó algunas opiniones
respecto a su uso con el aparato electrónico.
En el momento de la charla, sugerí a mi compañero que el tomara la mayor parte del
tiempo en la conversación, debido a que la relación entre la adolescente y yo –
hermanos-, podría hasta causar algún momento incómodo que le pondría una
resistencia a explayarse, a diferencia de que Daniel tomara la iniciativa al conversar y
así poder capturar una mejor información del día a día con el uso del teléfono de
nuestra sujeto. De esta manera, la plática se fue dando muy fluida, notamos que la
persona que nos ayudó no presentó ninguna barrera que le impidiera hablar, ella pudo
ir dándonos sus puntos de vista en relación a cada pregunta que le fuimos formulando,
nos comentaba algunos casos que presentaba en relación al uso de los teléfonos
móviles, esto nos llevó a inferir que tanto el tema, el lugar en donde se presentó este
momento, las personas que estuvieron presente y la manera en que fuimos
desarrollando la conversación, hizo que en lugar de verse como un interrogatorio o
parte de una tarea pudiera sentir más como estar hablando con dos conocidos en una
situación cotidiana y amena; fueron estos factores que creemos que le permitieron crear
una relación de trabajo y además nos deja una impresión de satisfacción por todo lo
que se hizo y como se dio.
Aunque, si bien menciono que el resultado de nuestro primer acercamiento con nuestra
sujeto pudo dar como resultado una experiencia de satisfacción, también creo
pertinente señalar datos relevantes que ocurrieron al momento de elaborar la
investigación, tal es el caso de que al momento de iniciar nuestra conversación nos
dimos cuenta de que la adolescente, Nayeli, previo a nuestra llegada al lugar donde
trabajamos, ella mantenía una conversación telefónica, se mantenía sentada y con el
celular al oído mientras recargaba energía eléctrica para su uso; otro de los momentos
con los que pasamos fue que mientras transcurría la conversación hubo un momento
en donde al sonar su teléfono móvil, ella volteó la mirada hacia el dispositivo para
después hacer uso de éste, respectivamente cuando ya tocábamos temas, por ejemplo,
en que si alguna vez había ocupado el móvil para contestar un mensaje o llamada
mientras se encontraba frente a frente, dándonos una respuesta afirmativa, esto nos
daba una muestra ejemplar del como el uso del teléfono celular va allanando ámbitos
sociales y que favorecen a la investigación de nuestro problema.
Como conclusión de este primer encuentro que mantuvimos con la adolescente son
que, en primer lugar las impresiones que nos dejan en cuanto al sentir son
satisfactorias, la experiencia de poder trabajar con ella fue muy buena, no tuvimos
ninguna limitante para poder llevarlo a cabo, esto hablando desde un pre y un durante
del encuentro, la disposición que ella mantuvo para poder conversar fue sencillo,
nuestra forma de poder conversar con ella también lo fue; como mencionaba
anteriormente, las diferentes experiencias resultantes de trabajos anteriores con
adolescentes nos ayudaron a saber cómo iniciar, dirigirnos y mantenernos para
conllevar esta tarea, otro factor fundamental fue el caso de la comodidad, nos permitió
sentirnos cómodos y viéndolo desde una observación de campo, nos permitió ver cómo
el uso del dispositivo móvil en el caso particular de nuestra sujeto puede llegar a
obstaculizar la comunicación con otras personas. Mi compañero y yo terminamos
nuestro proceso de investigación muy conformes con el resultado que obtuvimos,
sentimos que superó nuestras expectativas porque al ser una familiar y estando en su
hogar, presentaría algún impedimento para no poder explayar sus experiencias y
opiniones respecto a nuestro tema, sin embargo fue todo lo contrario, nos deja muchas
aportaciones importantes para poder tomar puntos de partida en el proceso de
investigación y de evaluación, que podremos utilizar más adelante con algunas otras
personas con las que pudiéramos trabajar y que sin duda alguna, al ser parte de un
contexto adolescente contemporáneo, es muy importante la cantidad de información
que reveló, haciendo de este primer encuentro un buen comienzo que nos ayudará para
ir mejorando en nuestro proceso de investigación.

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