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LAS APROXIMACIONES SISTÉMICAS Y LOS POLISISTEMAS

STEVEN TÖTÖSY DE ZEPETNEK - “La literatura comparada y la aproximación


sistémica a la literatura y cultura”

ITAMAR EVEN-ZOHAR - “Teoría de los polisistemas”, “El ‘sistema


literario’”, “La posición de la literatura traducida en el polisistema
literario”

El nuevo paradigma de la literatura comparada y la inclusión de nuevos


métodos surge de dos macrotendencias:

1. Estudios Culturales (finales de los 60)

2. Aproximaciones sistémicas

Totosy hace un repaso de estas aproximaciones sistémicas. El comparatista


canadiense plantea una nueva perspectiva metodológica: comparative
cultural studies, que integran la apertura y flexibilidad en la elección
del objeto de los estudios culturales con el rigor de la literatura
comparada. Pues la cuestión de la cientificidad es el tema de debate de
la segunda mitad del XX.

El estudio empírico de la literatura el saber literario tiene que ser


objetivo y objetivable (fundamentado en datos) y con una metodología
compartida y aplicable a diversos casos.

Los estudios culturales parecen ofrecer una cierta despreocupación del


método y del objeto que es bien acogida. R. Williams muestra que el
concepto de cultura se ha transformado. Los estudios culturales trabajan
con novelas alejadas del canon, con preguntas que no son las tradicionales
y que tienen que ver con la realidad de los sujetos, efectivamente renuevan
el panorama inglés, como observa Williams.

Los estudios culturales habían mostrado que para hablar de la experiencia


de lo humano no se podía recurrir solo a la literatura sino a las otras

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disciplinas, a todo el corpus de saber (historia, teología, otras artes,
política, etc.). Piensan la literatura dentro de un conjunto más amplio.

Los estudios literarios y los estudios culturales se separan porque el


punto de partida de los segundos era la experiencia y desde que discursos
leer esa experiencia. Además, piensan la “trama” como aquella que
incluye las formas, las ideología y las estructuras sociales. Habían
mostrado un interés, no solo de la academia sino de la sociedad en general,
acerca de cómo las relaciones sociales presionan desde fuera al sistema
literario y desatan en la literatura unas transformaciones formales. En
definitiva, los cambios sociales producen cambios en las convenciones de
la literatura. Así, los estudios culturales, trabajan con el conjunto de
manifestaciones artísticas para estudiar como las cuestiones de carácter
social producen transformaciones en lo literario, transformaciones que
tienen que ver con fuerzas productivas extraliterarias. Se trata de una
tarea comparatística entre series (utilizando el término
estructuralista). Este es, precisamente, el núcleo de las aproximaciones
sistémicas; por ello no están tan alejadas con los estudios culturales
aunque se opongan.

Los estudios culturales inauguran la noción de “estructura del sentir


”, sólida pero efímera como la vivencia, para indicar la conexión entre
la vida material y artística y las instituciones sociales.

Totosy se plantea cómo el comparatismo se puede aprovechar de las


innovaciones de los estudios culturales.

Williams se pregunta por qué la crítica califica una obra literaria como
buena o mala. Este juicio tiene que ver con la búsqueda de la novedad con
respecto a pautas pasadas. Observar el espectro literario es interesante
porque se puede detectar la persistencia de algunos elementos exitosos
en el pasado y que ahora ya no despiertan el interés en los lectores.

La enseñanza de los estudios culturales se basa en afirmar que a partir


de la modernidad, los estratos de cultura ya no se pueden ignorar. La idea
de estratos de cultura y tradiciones culturales separadas acaba con la
modernidad: la baja cultura mira hacia la alta cultura, pero la alta
cultura también vuelve la vista a la baja; se espían mutuamente. Las

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esferas se han mezclado. Eco advierte el peligro de la cultura media (
“ mid cult ” ), que aspira a una alta cultura pero necesita de las
aclaraciones de la baja cultura (por falta de conocimiento), pero se
satisface con la sensación de que consume alta cultura, aunque esté
adaptada.

Williams cuenta que la tradición tiene que ver menos con el pasado y más
con el presente, con lo que este considera relevante. Los textos que
sobreviven son aquellos que pueden decir algo del presente.

Las APROXIMACIONES SISTÉMICAS comparten con los estudios culturales las


dinámicas entre elementos que parecen separados y no lo están, las
tensiones entre las fuerzas del campo y la integración de la literatura
en el sistema más amplio que es la cultura, la sociedad.

La teoría empírica de la literatura y las aproximaciones sistémicas se


dan de los aos 70 y 80 como una doble reaccion: a la metodologia laxa del
“todo vale” de los estudios culturales y al exceso de atención al
carácter intrínseco o dimensión textual del objeto literario y, sobre
todo, a su naturaleza lingüística.

Estas sustituyen el texto por el sistema. Conciben la literatura no como


una práctica o un hacer, una técnica o un arte, sino como una institución.
El nombre bajo el cual se reunen esas aproximaciones es el de “sistémicas
” por esa substitución del texto por el sistema. Además, aun siendo muy
diversas, todas parten del trabajo de los formalistas (Tinianov,
Eikhenbaum, Shlovksy) no para estudiar el texto, sino que recuperan su
lección para centrarse y estudiar el carácter comunicativo del sistema
literario. Se busca estudiar aquello descuidado por la teoría: la manera
en la que se definen las funciones dentro del sistema y qué relaciones
se establecen entre dos factores del sistema; cómo cada elemento
interviene sobre otros, cómo cada movimiento está definido por otro
movimiento y cómo, en definitiva, todos esos movimientos son en parte
libres y en parte determinados.

Deciden no ocuparse de la interpretación del texto, sino de sus funciones


y usos (no en situaciones de la creación sino en sus efectos posteriores).
El valor literario no es algo definido, sino algo que surge de diversos

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movimientos. Les interesa el cómo se produce la literatura, cómo de
distribuye, circula, consume, conserva y institucionaliza.

¿Cómo se lee el texto, entonces? ¿Dónde queda su interpretación? ¿En qué


se convierte lo literario, el texto, en una aproximación sistémica como,
por ejemplo, la teoría de los campos? BOURDIEU, por ejemplo, lee en
relación a una lucha de tesis del campo. Con Madame Bovary, dice, se
transforma ese campo al escribir una novela sobre nada.

La literariedad, como dominio de la función poética, no desaparece, pero


deja de ser estudiado por la crítica. Un movimiento desplaza la
centralidad del texto y la mirada de la literariedad a elementos del
sistema y, por lo tanto, cuestiones extralingüísticas. Lo literario es
el lugar donde uno puede observar (aunque no solamente, sino además),
afirma Bourdieu, cómo acontece una refracción de las tensiones del
sistema.

De esta manera, las aproximaciones sistémicas se presentan como aquellas


perspectivas teóricas que dan solidez metodológica a los estudios
culturales (aunque estos no habían tenido pretensión de estudio
científico) y carácter científico a los estudios literarios. En los
primeros años de la década de los 80 se discute si las aproximaciones
sistémicas se establecen como nuevo paradigma de los estudios literarios
y comparados que sustituyen el paradigma hermenéutico por un paradigma
científico y funcional. No llegaron, de todas formas, a conseguirlo.

La noción sistema les resultaba más útil para observar el funcionamiento


que la noción “literatura”, que consideraban un término que no daba
cuenta del hecho de que lo literario no es un conjunto de elementos
independientes sino un conjunto en el cual el papel de cada uno de sus
elementos está determinado por la relación con los otros elementos y por
su función en el sistema.

MORETTI señala que la manera de pensar el fenómeno literario está ligada


a nuestra manera de pensar el sistema capitalista. Por esto se explica
el auge de las aproximaciones sistémicas, ya que atienden a uso, consumo,
mercado, etc. ¿Qué implica pensar lo literario en estos términos?

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Se estudia lo literario desde las ciencias de la comunicación, porque se
presta atención al texto como situación comunicativa. Es un enfoce
matemático-científico. La base epistemológica de estas aproximaciones
sistémicas, desde dónde piensan lo literario, no coincide con la de los
formalistas rusos. Son próximas, pero no coinciden. La obsesión por las
formas, por formular resultados es un elemento interesante para pensar
esto, desde donde se lee lo literario. Al final, lo que se intenta es
dignificar lo literario a través de métodos científicos.

El conocimiento se obtiene empíricamente, con métodos que se pueden


compartir (aunque recopilar todos los datos de un campo parece que sirva
poco para otras aproximaciones teóricas al hecho literario) y ser
objetivas. El texto se convierte casi, en algunos momentos de exceso
científico, en algo únicamente material y que muestra datos sobre el campo
a través de su circulación. El “texto” incluso desaparece del lenguaje
que utilizan las aproximaciones sistémicas, que hablan de “mensaje”.

Entonces el papel del escritor (o productor del mensaje) y el papel del


lector (receptor) son tan importantes como el del traductor, los agentes
de la actividad docente, los editores, etc. Las aproximacions sistémicas
se convierten en el estudio de las acciones y sus circunstancias.

El significado del texto y su valor es lo que se le asigna al texto a través


de un proceso de recepción, que se le da a través de aproximaciones
cognitivas. El valor literario, afirma EVEN-ZOHAR, no es un factor a la
hora de elegir el objeto de estudio; por eso no se debe limitar al estudio
de las obras maestras centrales. Esta segunda parte de la afirmación es
positiva, pues renuncia a olvidarse de las obras periféricas, pero sí que
parece, por la primera parte de la afirmación, que se renuncia a emitir
cualquier juicio acerca de las obras.

Las aproximaciones sistémicas enseñan sobre el juicio de valor, de todos


formas, que este no es atemporal; está sujeto al paradigma hegemónico de
un determinado momento. Añaden la conciencia sobre la particularidad
histórica del jucicio y la conciencia sobre el hecho de que dentro del
sistema hay una gran cantidad de textos que permenecen fuera de la academia
y que a veces definen también lo literario.

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“Interpretar” (como leer a partir de una tradición) es distinto a “
comprender ” . Las aproximaciones sistémicas no suelen distinguir el
crítico que hace lo primero o lo segundo.

La idea de sistema no es que se una idea que no se asimile en los estudios


literarios, sino que añade una perspectiva crítica. Con GUILLÉN, pensar
la literatura como sistema significa pensar la literatura como el lugar
de múltiples relaciones, pero no exclusivamente. Recordava la necesidad
de que la literatura comparada estuviera atenta, por un lado, a la génesis
del texto literario (la creación), pero también a los avatares del libro
y las circumstancias de su distribución y recepción. Pensar tanto el orden
de la creación com el orden de la historia, parecía implicar dos momentos
separados.

EVEN-ZOHAR, en cambio, señala como diacronía y sincronía no se separan


en la realidad. Su propuesta va más allá que la de Guillén e incluye,
además, la relación entre el sistema literario y los otros sistemas (
“POLISISTEMA”). Le interesa pensar qué leyes rigen esos sistemas y cómo
se diferencian unos de otros. No le interesa hablar del sistema como
conjunto de elementos homogéneos, sino que le interesa considerarlo como
conjunto de elementos heterogéneos pero que mantienen una relación
inseparable entre sí.

La teoría de los polisistemas permite observar lo que acontece en el nuevo


paradigma de la literatura comparada; no está pensada para un sistema
estático sino dinámico. La atención se presta a lo que cambia y no a lo
que permanece estable en un sistema. Los textos de Even-Zohar están
pensados para ser metodológicos del nuevo paradigma. Liquida la
literatura comparada de las cátedras apelando a la tradición y herencia
científica de los formalismos rusos, inscribiéndose en su línea.

La teoría de los polisistemas no define la selección de sus obras según


la categoría de “ valor ” . Por eso se tiene también en cuenta la
traducción, que incluye la literatura traducida y no solo la original.
El interés por la traducción, en algunos casos, se ha considerado un
empobrecimientos de los estudios comparatistas. La traducción, de todas
formas, enriquece no solo en sentido de mercado sino en sentido de la
creación. Es, además, justamente el vehículo que hace posible la
literatura mundial

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La relación entre centro y periferia, que Even-Zohar plantea como
necesidad para la literatura comparada, ha permitido pensar la imitación
e innovación dentro de un sistema. En este sentido, Moretti retoma esta
tensión pero con el interés puesto en cómo las comunidades receptoras
reciben “ creativamente ” los retos que les plantean las grandes
literaturas.

Trabajar con la teoría de los polisistemas no significa situarse en un


corte central ni horizontal para ver el canon y la cultura oficial y de
élite en una lengua estándar (como hace la literatura comparada
tradicional), sino que significa situarse siempre en un cruce entre
diversas capas de cultura y también en un CRUCE DE DIACRONÍA Y SINCRONÍA.
La dimensión diacrónica es la que se ocupa de analizar las tensiones que
se dan en los estratos del sistema; la dimensión sincrónica tiene que ver
con la hegemonía de un elemento sobre otros.

Esto implica considerar el carácter histórico y no esencialista del canon,


efecto de una actividad y una ideología y no una propiedad del texto. Esta
nueva consideración permite observar el papel que desempeña la crítica
en la recepción de una obra. La crítica se encarga de aprehender el sentido
estético de una obra a partir de los valores del momento. Pensar la crítica
y el canon como algo histórico permite darse cuenta de cómo ha cambiado
el sentimiento estético hacia una obra, vigente solo para un momento
concreto.

Y, así, la tarea del investigador que sigue la teoría de los polisistemas


es describir y explicar dinámicas, que definen lo literario en un
determinado momento y en una determinada cultura. Los fenómenos
literarios son para él fenómenos de naturaleza social.

El sistema literario no existe fuera de las relaciones que operan dentro


de él. El sistema es como el paradigma; no hay un a priori del sistema,
sino que es en el momento. Es un sistema en presente que se observa en
un cruce entre diacronia y sincronía y que es, como el campo de BOURDIEU,
en parte heterónomo y en parte autónomo. Se puede ver afectado también
por instancias y elementos ajenos, pero esto solo se puede dar si estas
están mediadas e introducidas por alguna instancia propia del campo.

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El gesto de Even-Zohar consiste en tomar la teoría sistémica, que
pertenece a un ámbito científico, y aproximarlo a las ciencias humanas,
vinculándolo a la vez a una tradición propia de los estudios literarios:
la de los formalistas (que prestaron ya atención a la evolución y al cambio
y no tanto al origen). Por ejemplo, de TINIANOV toma el texto sobre la
evolución literaria, que incluye ya propuestas que plantea Even-Zohar,
actualizadas des del punto de vista de la expresión. Para Even-Zohar, el
valor literario o estético se define ahora como efecto y muestra de
evoluciones; para Tinianov, el valor de un fenómeno literario debe ser
entendido como significación y cualidad evolutiva, es decir, qué
significa un texto en un determinado momento o qué cambios impulsa hasta
producir un cambio en el sistema. Tinianov considera que el texto que tiene
valor permite el acontecer de una evolución dentro de una serie.

Hay, de todas formas, una gran diferencia entre lo que propusieron los
formalistas y lo que propone la teoría polisistémica. En el trabajo de
los formalistas, que aunque sabían que los elementos de una obra están
en relación tanto con su propia serie como con las vecinas, existe la
necesidad de estudiar los elementos aislados. Para el polisistema, la
unidad mínima parece ser la obra en sí.

Por otro lado, los formalistas teorizan sobre la FUNCIÓN constructiva de


un elemento, la manera en la cual un elemento funciona dentro una obra
en relación a lo que es (su esencia, su propia serie, en el diccionario,
en un manual, en su aislamiento) y con el uso que se hace de él. La series
toman elementos de otras series. Lo que importa no es tanto qué toman sino
cómo lo toman y por qué, qué funciona desempeña ese elemento.

Esto es algo que también hace el polisistema. Los formalistas ya


plantearon todo lo que el nuevo paradigma para los estudios comparatistas
proponen en este momento, pero sus propuestas parece que se perdieron
antes.

La relación que hay entre la teoría de los polisistemas y los métodos


anteriores de la literatura comparada (estudio de las influencias, de las
fuentes, etc.) reside en que los primeros prestan atención al hecho de
que se pueden delinear leyes en el momento en que se observa que dos

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escritores de lugar distintos pueden proponer cosas parecidas. Las
influencias y las fuentes no interesan a los formalistas sino como
circunstancia del sistema; como les interesa ver cómo funciona el sistema,
buscan ver aquellas coincidencias que no dependen de un contacto real.
Buscan las analogías entre tradiciones nacionales y no tanto las
migraciones más evidentes de elementos.

¿Qué elementos permiten decir que estamos frente a un nuevo paradigma


con la teoría de los polisistemas? ¿Qué aspectos nuevos permite estudiar
este nuevo paradigma respecto a las perspectivas anteriores? Hay un
cambio en el objeto de estudio. Las obras no se toman individual ni
aisladamente, sino como parte de un sistema. El contacto y filiación
establecen relaciones sistemáticas.

El sistema se define como el estado de la literatura en un momento


concreto. Se posicionan contra la esencialización del valor de las obras,
entendido el valor como resultado de un estado determinado del campo. Dan
valor, además, a las traducciones.

El campo no es lo mismo que el sistema. En el centro del campo está el


hombre; en el del sistema están las obras. En el sistema se abstrae la
figura del sujeto. El “ habitus ” , para Bourdieu es el cruce de lo
objetivo y lo subjetivo. Se trata de un trabajo más propio de la sociología
de la literatura, pues estudia sobre todo el sujeto. Even-Zohar se
interesa por los textos. Reconoce la autonomía del sistema pero también
las fuerzas externas que lo afectan.

Fokkema defiende el estudio no de obras aisladas sino de la situación


comunicativa, es decir, el estado del campo o sistema.

La serie tampoco es lo mismo que el sistema. La serie se piensa como


historia de una forma (de la literatura). La serie tiene que ver con la
materia y las formas. Las series se mueven dentro del sistema.

Se da una relativización del objeto literario en las prácticas


comparatísticas. Se piensa la literatura como parte de un sistema de

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relaciones más amplio. Este es un paradigma que permite responder a
cuestiones a las que no podía responder el antiguo paradigma.

Los cambios básicos respecto al nuevo paradigma son los siguientes:

- La idea de influencia tiene menos valor que la de analogía, que no implica


la necesidad de contacto, porque la primera no es rastreable.

- Tienen en cuenta no solo la propia serie sino la relación con otras


series. Es lo que Fokkema llama “situación comunicativa”.

- Parten del formalismo (Tinianov) pero cambian la óptica: la unidad


mínima de estudio es la obra. Mantienen interés por lo que envuelve la
obra, no el interior (¿quién?).

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