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Este volumen corresponde al libro XXXIV

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de la Biblioteca del Bicentenario

Crónica militar de la
conquista y pacificación
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Leandro Navarro
Pehuén Editores, 2008
de la Araucanía
María Luisa Santander 537, Providencia, Santiago
Fono: (56-2) 225 62 64 / (56-2) 204 93 99 desde el año 1859 hasta su completa
Correo electrónico: editorial@pehuen.cl
www.pehuen.cl
incorporación al territorio nacional
Inscripción Nº 174.760
ISBN 956-16-0460-5 ttttt
Primera edición, Imprenta y Encuadernación Lourdes, 1909
Primera edición, Pehuén Editores, octubre de 2008

Foto portada Por el Teniente Coronel (R) de Ejército


Don Leandro Navarro
Diseño y diagramación
Olaya Fernández
María José Garrido

Impresión
Imprenta Salesianos S.A.

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por
procedimientos mecánicos, ópticos, químicos, eléctricos, electrónicos, fotográficos, incluidas las
fotocopias, sin autorización escrita de los editores.

IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE


PRESENTACIÓN

OBVIAMENTE, NO CONOCÍ a don Leandro, mi bisabuelo. Nació un siglo antes que


yo y murió tres décadas y media antes de mi nacimiento. Sí recuerdo vagas his-
torias de la mesa familiar en las que se le describía huyendo por sobre el muro
de su casa de la calle Carmen, en Santiago, para desembocar inevitablemente
en una parroquia que daba a la calle San Isidro, donde el cura lo acogía, mien-
tras amainaba la furia de los que solían terminar sus celebraciones apedreando
casas de quienes apoyaban al Gobierno del Presidente Balmaceda. Mi abuelo
Arturo, su hijo, destacaba en esas leyendas la nobleza del sacerdote, a pesar de
que quién huía era un reconocido masón. Registraba, no obstante, que su padre
jamás aceptó las insinuaciones de quedarse en el lugar con un propósito que no
fuese la escapatoria al vandalismo.
Mi memoria infantil de don Leandro es un viejo libro, que en una de sus pá-
ginas contenía una borrosa ilustración de algo así como un enfrentamiento entre
un grupo de mapuches y soldados chilenos, entrelazados con sus lanzas, sables
y caballos en un abrazo fatídico. De ese libro, cuya pista se perdió en casa de
alguno de sus nietos, nacieron las principales certezas que tengo de él: que era
militar, que luchó en la Guerra de Arauco y que escribió un libro. Lo demás fue-
ron deducciones por opuestos: mi abuelo resultó ser un hombre tremendamente
pacífico, quedo al hablar, conservador en lo político y católico observante, al
igual que su madre. Sólo advertí que heredó de su padre el amor por los libros,
el que supo transmitirme con tanta devoción como entusiasmo.
Volví a encontrarme con un ejemplar de ese libro, ya adulto, en Chile Ilustrado,
librería de viejo de don Erasmo Pizarro, en la avenida Providencia. Era un ejem-
plar de los dos tomos, empastados en un solo volumen, con tapa de cartón, que
llevaba la firma de su anterior propietario, de apellido Zañartu, con gruesos carac-
teres. Allí estaban los mismos fogosos caballeros chilenos y mapuches entrevera-
dos, como si la historia se hubiese detenido. Me emocionó pagar el equivalente a
8 Leandro Navarro/Crónica Militar Presentación 9

doscientos dólares por recuperar escenas de infancia y la obra de mi bisabuelo, na- acompañó en varias oportunidades por los pasillos de la Widener, la biblioteca
cida en la Imprenta i Encuadernación Lourdes de Arturo Prat 274 y fechada en 1909. central de Harvard, distrayéndome con libros sobre la historia patria y sus pue-
Con poca diferencia de tiempo, me hice de una copia microfilmada del ejem- blos indígenas, que amenizaron muchos ratos libres de mi obligación principal
plar que descansa en la Biblioteca Nacional, gracias a un buen consejo de doña que era escribir un texto sobre gestión cultural contemporánea en Chile, y me
Marta Cruz Coke que estrenaba en ese servicio una prodigiosa máquina que infectaron con el irremediable virus de comenzar a pensar en cuál será el próxi-
permitía reproducir libros sin infringirles el daño que causan las fotocopias a las mo libro…
ediciones añosas. Decidido a que éste sería una novela histórica sobre el bisabuelo, quiso el des-
Algunos años después, tropecé con otro ejemplar, igualmente empastado, en tino que el director de Pehuén Editores me encomendara el inesperado honor
la Librería El Cid, de la calle Merced, valorado en 360 euros. de presentar la segunda edición de este libro, un siglo después que se publicara
Provisto de un original y respaldo tecnológico, me sentí algo más cercano a por primera vez. Preferí, con su anuencia, intentar presentar al autor más que a
don Leandro, aunque nunca tanto como cuando, en 2006, en un casual encuen- la obra.
tro y conversación con José Bengoa, en los pasillos del Centro de Estudios Lati- Lo hago, con el respaldo de esa exploración humana y bibliotecaria, que se
noamericanos de la Universidad de Harvard, el antropólogo afirmó que conocía convirtió en desvelo, de regreso en Chile a mediados de 2006, entrevistando
perfectamente la obra, que la había citado más de una vez en sus libros, que el al más memorioso de sus nietos, Jorge; a mi padre, Arturo, y visitando el Mu-
autor fue uno de los pocos oficiales profesionales chilenos, que formaba parte seo Histórico Nacional, los archivos del Ejército, la Biblioteca Nacional. En tales
de un grupo de militares laicos, partidarios de una colonización diferente a la fuentes descubrí que don Leandro no sólo vivió tres guerras, que terminó abrup-
entregada previamente a los misioneros católicos o a la de “tierra arrasada”, tamente su carrera militar, defendiendo al Gobierno legalmente establecido y
practicada hacía poco en el Norte del continente americano. Dice don Leandro padeciendo luego los rigores de los derrotados, sino que tuvo una “sobre vida”
en el Capítulo III Planes de Conquista en el territorio araucano año de 1861, que: “Los vinculada a la gestión cultural.
proyectos que habían fijado la atención de estadistas y militares eran tres: 1° Reducción En efecto, a fines de noviembre de 1908 —en junio de 1893 se le había conce-
por medio de la difusión primaria y de la religión con escuelas y misioneros. 2° Ocupa- dido “cédula de retiro absoluto del Ejército”— fue designado Director del Mu-
ción del territorio exterminando violentamente a sus habitantes. 3° Reducción por medio seo Militar. Este museo, del que fue su tercer conductor, había sido creado como
de adelantos progresivos de líneas de fronteras. El 1°, puesto en práctica desde los tiem- Museo de Armas Antiguas por el Presidente Aníbal Pinto, luego de la Guerra
pos coloniales, no ha dado resultado alguno, pues el indio se ha acostumbrado a mirar del Pacífico. Don Leandro asumió con la misión de hacer un “inventario general
al misionero simplemente como un hombre bueno, pero sin influencia para obtener sus de los objetos presentes en el museo”, como solicita la Orden Ministerial Nº 5393 del
principios de libertad y como mediadores o parlamentarios con la autoridades chilenas. 22 de agosto de ese año.
El 2° proyecto, las razones de humanidad que aconseja la clemencia, no permitía lata Con ocasión del Centenario de la República, el museo fue clausurado y sus
discusión, por más que se hiciera valer el ejemplo de Estados Unidos. colecciones se repartieron. La mayoría pasaron al recientemente creado Museo
El 3° proyecto, avance sucesivo de líneas de fronteras, hasta llegar a la línea de Tol- Histórico Nacional, que era en parte, fruto de lo recolectado entre la ciudadanía
tén, que nos separaba de la provincia de Valdivia, trayendo como consecuencia al fin para desarrollar la Exposición Histórica del Centenario. Según la circular de di-
la incorporación al territorio de la República fue el que como era natural, tuviera más cha exposición, editada en 1910 por la Imprenta Camilo Henríquez, don Lean-
adeptos. Éste era el desideratum que patrocinaba con tanta vehemencia el Coronel Cor- dro formó parte en su décima sección “Armas e Insignias Militares”, que presidió
nelio Saavedra”. don Domingo Toro Herrera.
Y sin duda, me atrevo a afirmar, que también don Leandro, que más adelante Siguiendo a sus colecciones y las especies recolectadas, se convierte en Di-
reafirma que “ninguna de las ventajas de la civilización ha podido afianzarse en aquel rector de la Sección Militar del Museo Histórico Nacional, que en sus primeros
territorio por medio de las misiones”. años funcionó en cinco salas del primer piso del edificio del Museo Nacional de
Desde que tomé conciencia de su inclinación, convencido de que fue repu- Bellas Artes, al costado derecho del acceso principal, con vista al frente Norte del
blicano, liberal, laico y humanista, nos hicimos cómplices y don Leandro me Palacio, trabajo en el que lo sorprenderá la muerte, el 24 de abril de 1918.
10 Leandro Navarro/Crónica Militar Presentación 11

Informa El Diario Ilustrado del jueves 25 de abril, bajo su fotografía con frondo- Tampoco están ausentes los reconocimientos. En la “Advertencia” inicial del
sos bigotes: “A causa de un ataque de arteriosclerosis, dejó de existir en la madrugada de libro, destaca a “los cuatro Generales que más denodadamente actuaron en esa conquis-
ayer en esta capital, el Teniente Coronel retirado, don Leandro Navarro, que desde hacía ta SS. Cornelio Saavedra, Basilio Urrutia, José Manuel Pinto y Gregorio Urrutia”. Bajo
10 años desempeñaba el cargo de director del Museo Militar… La Comandancia de Ar- el mando de dos de ellos, entonces oficiales, participó en enero de 1879, del sitio
mas dispuso ayer que el Regimiento Infantería Pudeto N°12, con la tropa disponible que de Collipulli: “El enemigo emprendió la fuga al notar la aproximación de un piquete de
tenga, con la banda de música y estandarte se encuentre hoy a las 3 PM frente al N°445 40 hombres del 3° de Línea… que salvó al trote la distancia que mediaba entre Collipulli
de la calle Carmen para que acompañe los restos del señor Navarro hasta el Cementerio i el Monte Redondo. La tropa de Infantería que tan oportunamente salió a prestar ausilio
General y le rinda los honores de ordenanza”. a los Granaderos, era toda la que en esos momento se encontraba en el cuartel, y fue a
Los apedreos se habían convertido en aires marciales y la persecución en ho- cargo del Capitán don Ricardo Santa Cruz, Teniente don Gregorio Silva y Subteniente
nores militares, situación repetida, más de una vez, en la historia de Chile. Final- don Leandro Navarro”.
mente, el Ejército reconocía al oficial que había dedicado su vida a su servicio, Permaneció en territorio fronterizo pocos días más. El 14 de febrero su regi-
a narrar la historia del conflicto de Arauco y a la preservación del patrimonio miento es enviado por ferrocarril, desde Angol a Valparaíso y allí embarcado
militar. a Antofagasta. Ese mismo día la escuadra chilena tomaba posesión del puerto
Don Leandro Navarro fue un fiel exponente de un país que pasó su primer si- nortino. Había comenzado la Guerra del Pacífico.
glo de vida en guerra. Aunque nació exactamente en la mitad del siglo XIX, el 13 Su hoja de servicio señala que participó de la primera campaña al Perú y Bo-
de marzo de 1850, gran parte de su existencia transcurrió bajo banderas de lucha: livia, hasta su término, el 7 de junio de 1880. Fue nombrado Miembro del Estado
la Guerra de Arauco, la Guerra del Pacífico y la Guerra Civil de 1891 las vivió Mayor General. Luchó en el desembarco y toma de Pisagua del 2 de noviembre
como militar profesional, sufriendo las amarguras de la victoria y de la derrota, de 1979 y en la batalla de San Francisco de Dolores el 19 de noviembre, bajo
hasta ser borrado de los registros del Ejército en el que sirvió 26 años, fruto de la las órdenes del General Erasmo Escala. El 24 de diciembre ascendió a Capitán.
“hecatombe” de los acontecimientos políticos de 1891, como él mismo califica a la Luchó en la batalla de Tacna, el 26 de mayo de 1880, a las órdenes del General
circunstancia que llevó al fin del “Ejército antiguo” y el nacimiento del nuevo. Manuel Baquedano, lo que le valió que por Ley de 1° de septiembre de ese año
Hijo de un militar de Caballería, nacido en España, que abrazó la causa pa- se le concediera “una medalla de oro y una barra del mismo metal por las acciones de
triota y murió “en defensa de las leyes” el 20 de abril de 1851, era difícil que el Pisagua, San Francisco y Tacna”.
joven Leandro Luis María Navarro Rojas, no optara por las armas. El 5 de enero El 25 de octubre de 1880 pasó al Regimiento de Línea Zapadores en el que hizo
de 1866, ingresó a la Escuela Militar, desde la que, luego de cuatro años, será en- la segunda campaña del Perú, bajo las órdenes del General Baquedano. Por Ley
viado como Subteniente del Batallón 3° de Línea, al innegable lugar de formación de 14 de enero de 1882 se le concedió “medalla de oro por la segunda campaña al Perú
de los oficiales chilenos, el Ejército del Sur. y una barra del mismo metal por las acciones de Chorrillos y Miraflores”.
Su observación de lo que ocurría en la Araucanía no estuvo libre de sentido del El 28 de diciembre 1882 pasa al Batallón Santiago, 5° de Línea, con el que hizo
humor. Hacia el final del capítulo XVI, bajo el título “Las arañas y los tinterillos” expedición a Chiclayo y los departamentos del Norte del Perú, Libertad, Lam-
describe a uno de los personajes detestables del entorno. “La milicia está predis- bayeque, Piura y Cajamarca. Hizo la expedición a Arequipa en octubre de 1883,
puesta a este accidente (la araña de vientre colorado) porque los soldados acostumbran bajo las órdenes del Coronel José Velásquez. El 16 de agosto de 1884 abandonó
tender sus camas en los rastrojos secos, y con el calor de sus cuerpos hacen salir de su definitivamente territorio peruano.
escondite a la araña y fácilmente, viéndose molestada, ataca. Este es el único insecto vene- A fines de ese año, el 12 de diciembre, obtiene licencia para casarse con doña
noso que tenemos en Chile y que felizmente…, casi podemos decir ha desaparecido. Pero en Corina Sanhueza Ramírez, viuda del Teniente Coronel José Umitel Urrutia
cambio hemos adquirido otro insecto mucho más venenoso, por los males que ha infiltrado —hermano de Gregorio— que había fallecido dos años antes, en Chiclayo, a
a la constitución de la propiedad rural de la frontera, el tinterillo”. Estos sujetos hacían consecuencia de haber contraído la fiebre amarilla y de quién el Capitán Lean-
surgir pleitos sobre la propiedad de las tierras indígenas y terminaban despoján- dro Navarro había sido Ayudante. Con doña Corina tienen tres hijos varones:
doselas debido al natural desconocimiento mapuche de las leyes chilenas. Arturo, Luis y Ernesto.
12 Leandro Navarro/Crónica Militar Presentación 13

La tranquilidad duraría poco. El país había elegido a un Presidente que soña- Fue el último decreto que firmó Balmaceda. Triunfante la revolución, el 12
ba que el progreso y la igualdad eran posibles. Don Leandro, Teniente Coronel de septiembre, don Leandro fue “borrado del Ejército por la Excma. Junta de
desde 1885, fue designado Comandante del Cuerpo de Inválidos de Temuco el 2 Gobierno” y “sufrió persecuciones” según menciona la página web “Los héroes
de marzo de 1889. Probablemente, en esa condición, tuvo oportunidad de estar olvidados”.
cerca de José Manuel Balmaceda cuando en una de sus últimas giras inauguró, Fue época de tribulaciones, de falta de dinero, de la bisabuela Corina extra-
el 26 de octubre de 1890, la más formidable obra de ingeniería del siglo que viada, distribuyendo monedas a los pasantes de la calle Carmen. Es la época de
terminaba y que marcaba la integración de los territorios mapuches a Chile: el los apedreos durante los que, según recordaba mi abuelo Arturo, su padre se
viaducto del Malleco. encaramaba al tejado y caía al patio del párroco donde el cura le decía: —Bien-
venido don Leandro y con confianza venga también los domingos—.
“En la Araucanía la mayoría era balmacedista —escribe el historiador Jorge Pin- Doña Corina fue mujer muy observante y es probable que ello motivara tal
to— y por muchas razones. En primer lugar, la ocupación había sido hecha por el Ejér- comportamiento, mientras sus hijos seguían sin entender de qué había que huir,
cito y éste, que se mantuvo leal al Presidente, aún tenía fuerte presencia en la zona. En como si la derrota no hubiese sido suficiente.
segundo lugar, el ferrocarril había sido su gran ilusión y el impulso que le dio en la Fron- De esa etapa dura nació este libro, fueron tiempos de sobriedades y de in-
tera tienen que haberle granjeado la sincera gratitud de quienes veían en éste un camino vestigación, de viajes a Victoria a visitar a la familia de doña Corina y de re-
de progreso. Por último, los colonos extranjeros sabían del apoyo que les estaba dando construcción de los capítulos no vividos de la Guerra de Arauco. Entre ellos, un
el Gobierno y el Gobierno era Balmaceda. Salvo los mapuches, casi todo el mundo tenía párrafo que el municipio de Villarrica identifica como un clásico del ingreso de
motivos para estar con él. La rebelión contra el Presidente no prendió, o prendió menos las tropas chilenas a esa ciudad, que marcó el fin de la Guerra de Arauco:
que en otras partes. Había descontento, pero más fuerte era la adhesión a su persona”1.
“Al salir de esta montaña, se entra ya a la antigua Villarrica...
No era lo que ocurría en el resto del país. Eran los meses previos a la Guerra Un silencio lleno de misterio evoca los recuerdos de la Historia.
Civil y don Leandro corrió la acelerada suerte del Ejército. En enero de 1891, Lo que fue la ciudad parece no haber tenido más de 20 manzanas, que manifiesta no
como Comandante del Batallón de Línea Zapadores, es nombrado Coronel de haber sido muy poblada, porque se advierten perfectamente los edificios cuyas murallas
Guardias, Nacionales Movilizadas y ascendido a Coronel de Ejército, en mayo, arruinadas conservan aun hasta 2 y más metros de altura... El largo transcurso de cerca
rango que el nuevo Ejército no le reconoció. En agosto de 1891 fue nombrado de 3 siglos a que fue reducida a cenizas por los araucanos ha dado lugar para que todo el
ayudante de la Comandancia General de Armas de Santiago, condición en la local que ocupó se haya cubierto de una gruesa y espesa montaña… Efectivamente, ese
que presenció la entrega del mando a un viejo conocido. Luego de acompañar al fue el último día del gran problema araucano y la caída de su última guarida de esa raza
Presidente Balmaceda a la Legación Argentina, “Gregorio Cerda y Ossa, Intendente heroica que hizo tantos esfuerzos por mantener su independencia”.
de Santiago, se dirigió a casa del General Baquedano, situada en Alameda casi esquina de
Santa Rosa, para entregarle el decreto que disponía la delegación del mando. En seguida Ese silencio lleno de misterio se rompe hoy con esta reedición.
el Jefe de plaza de Santiago, Manuel J. Jarpa, acompañado del Coronel Leandro Navarro,
se presentaba a las 2:30 ante el conductor de Chorrillos y Miraflores para recibir instruc- Han pasado sólo cien años.
ciones y disponerle los 6.500 efectivos que guarnecían la capital”2.

1
Pinto Rodríguez, Jorge: Al final de un camino. El mundo fronterizo en Chile en tiempos de Balmaceda (1860-
1900). Revista Complutense de Historia de América, 22. Servicio de Publicaciones, UCM. Madrid, ARTURO NAVARRO
1996. p. 314.
2
Núñez P., Jorge: 1891 Crónica de la Guerra Civil, LOM Ediciones, Santiago. 2003. p. 97
PRÓLOGO

Las múltiples caras del engaño

“EL ARTE DE LA GUERRA se basa en el engaño”, reza una de las máximas sobre
los conflictos armados, escritas por el General chino Sun Tzu hace ya más
de 2500 años. Según la lógica genérica de este razonamiento, en el enfrenta-
miento bélico entre dos fuerzas militares más o menos equivalentes –lógica
que, cual filosofía de vida, hoy se aplica incluso en otras esferas humanas–,
“engañar” al enemigo supone ganar las batallas y hasta la guerra misma con
la menor cantidad de bajas propias y ajenas, evitando en lo posible el derra-
mamiento inútil de sangre en el campo de batalla; hacer creer al enemigo
que se cuenta con menor contingente del que en realidad se tiene; atacar por
sorpresa; dividir las fuerzas contrarias; respetar la integridad de las tropas
derrotadas y del país conquistado, entre otras tantas tácticas militares. Una
guerra “limpia”, que pone al mismo nivel las armas y la diplomacia, se diría
hoy en día.
La estrategia del engaño propuesta por Sun Tzu supone, sin embargo, una
serie de condiciones que posibiliten que un mero enfrentamiento bélico pueda
ser catalogado precisamente como un arte, donde la conjugación del verbo “en-
gañar” honorablemente al enemigo, alcance su mejor y más diáfana expresión;
el bélicamente correcto lado A de dicho concepto, podríamos decir. Requisitos
previos para que una guerra en estas condiciones sea considerada como digna,
serían en el lenguaje del estratego chino, por ejemplo, la presencia de ejércitos
regulares en ambos bandos; negociación diplomática previa hasta donde sea po-
sible; declaración de guerra; capitulación firmada una vez resuelto el bando ga-
nador; respeto a los derechos de los prisioneros y víctimas, entre otras; elementos
todos ellos, que pese a ser la mayor parte de las veces sistemáticamente violados,
16 Leandro Navarro/Crónica Militar Prólogo 17

están contemplados en las guerras modernas por tratados como las Convencio- informes de guerra oficiales, redactados con la taxonómica sinceridad de los Co-
nes de Ginebra1. mandantes de las “entradas” en territorio indígena. El párrafo que abre el libro
Vistas así las cosas, cabe preguntarse en nuestro caso y a la luz de los datos de Navarro pone las cosas en su justa medida:
aportados por el libro de Leandro Navarro, si acaso fue la campaña de ocupación
militar de fines del siglo XIX en el Wall Mapu soberano de ambos lados de Los En los comienzos del año 1859, la provincia de Arauco comprendía todo el territorio
Andes, una guerra regular o digna según los códigos chinos clásicos y más aun; que hoy forman las provincias de Bío-Bío, Arauco, Malleco y Cautín, que todavía no
¿Cuáles fueron las estrategias del engaño implementadas? estaban incorporadas al territorio nacional, manteniéndose tan extensa zona en pleno
Es aquí que quizás sin pretenderlo, la Crónica Militar, nos proporciona una dominio de la raza araucana, separados sólo por la línea del río Bío-Bío, la misma línea
visión panorámica inigualable para apreciar a cabalidad un conjunto de claves divisoria que existía desde tres siglos atrás y que respetó la España cuando reconoció
históricas y políticamente significativas. Mediante éstas, se podría intentar res- nuestra Independencia. (pág. 2)
ponder, no sólo esas interrogantes, sino que un conjunto de cuestiones relaciona-
das, desde lo estructural hasta, sorprendentemente, la cotidianeidad del antiguo De tal índole es la franqueza contenida en todo el resto de la Crónica, que in-
y actual desenvolvimiento de las denominadas relaciones interétnicas chileno – clusive hasta se podría hacer un catastro detallado no sólo de la tierra mapuche
mapuche. Esto incluso, si por razones operativas, nos restringimos en la reflexión enajenada, sino que una estadística minuciosa de los muertos y heridos en el
únicamente a los márgenes del actual territorio chileno. campo de batalla; los animales robados; siembras y rukas quemadas; las personas
Para empezar, bien sabemos que el verbo engañar contiene varias posibilida- desplazadas. El lado vil de la “conquista”.
des de interpretación. Es, de por sí, un término polisémico, tanto a nivel micro Redactada desde la soberbia complaciente de los vencedores; el autor, uno de
como en lo estructural del proceso. La ocupación de la Araucanía demuestra, a sus protagonistas directos, abre y concluye su obra poniendo al mismo nivel “la
nuestro juicio, a carta cabal, los lados opuestos de dos de sus significados extre- misión pacificadora” del la Araucanía con la coetánea Guerra del Pacífico: “los ba-
mos: la dignidad y la vileza de un conflicto armado. De partida, se establece un luartes en que cimenta sus glorias el Ejército antiguo” (p.137). Queda claro eso sí, que
primer nivel de interpretación a contar de la denominación oficial del proceso chi- pese a los autoproclamados honores, fue esta una guerra unilateral, donde uno
leno de ocupación del territorio mapuche como “Pacificación de la Araucanía”, de los adversarios –el Ejército chileno– en nombre de una supuesta superioridad
lo cual implica un inaugural y deliberado ejercicio de encubrimiento. Un hábil encubierta en la noción de “civilización”, consideró que el territorio mapuche,
eufemismo que encierra tras de sí una paradigmática arista de la(s) peculiar(es) hasta entonces absolutamente independiente, hecho que había sido sancionado
estrategia(s) del engaño aplicadas en estas tierras. La denominada “Conquista y tanto por la fuerza de los acontecimientos, como por un tratado suscrito hacía
Pacificación de la Araucanía”, fue a todas luces una guerra regular en los hechos, más de 300 años con la Corona española, le pertenecía sine qua non. Es por esto
pero completamente irregular en ciertas conductas llevadas por los vencedores y que el Estado chileno declara fiscal el territorio mapuche antes de ocuparlo.
especialmente en las consecuencias para los vencidos, consecuencias que bien sa- No se dieron aquí los dos actos centrales del arte de la guerra en el lenguaje
bemos, se arrastran hasta nuestros días, nublando el correcto análisis histórico. de Sun Tzu: declaración de hostilidades y capitulación final de los vencidos; mu-
Y este es uno de los aportes esenciales del texto de Navarro; mostrar las cosas cho menos respeto por las garantías elementales de la población civil del bando
tal cual ocurrieron, sin mayores interpretaciones antojadizas, ni adjetivaciones derrotado. Podemos decir que la guerra de ocupación de la Araucanía fue, enton-
excesivas, pues en lo medular se trata de transcripciones literales de partes e ces, una guerra regular en la forma, pero una guerra completamente irregular en
el despliegue efectivo de los hechos. En los campos de batalla de la Araucanía se
1
Han existido hasta el momento cuatro convenciones de Ginebra, desde la primera celebrada en 1864, manifestó en toda su crudeza la realidad de un enfrentamiento tecnológicamente
hasta la última de 1949; más dos protocolos adicionales de 1977. Estas Convenciones han buscado desigual: lanzas de koliwe contra piezas de Artillería y fusiles de repetición. Aun
normar el, de por sí, poco honorable ámbito de la guerra. Especialmente en lo que concierne a los de- así, la guerra costó a los militares chilenos más de dos décadas de campaña con
rechos de las víctimas directas e indirectas de una conflagración. Si bien en las primeras tres conven- el consiguiente desgaste humano y material e incluso, técnicamente podría con-
ciones se salvaguardaban sólo los derechos de los actores directos de la guerra, es decir, los militares,
en la última, estos se ampliaron a todas las víctimas civiles o militares de los conflictos. Como puede siderarse que es una guerra inconclusa, pues el rito final de toda guerra clásica:
verse, en el caso mapuche no fueron respetados ni unos ni otros de esos derechos. la capitulación, aquí sencillamente nunca ocurrió.
18 Leandro Navarro/Crónica Militar Prólogo 19

He aquí que se presenta la primera y fundante variante local del engaño. los actuales pueblos y ciudades de la Araucanía. También el surgimiento de una
auténtica galería de oscuros personajes (tinterillos, embaucadores, latifundistas
Es por aquello que, uno de los tantos niveles de lectura posibles contenidos inescrupulosos, entre otros) que crecieron y se retroalimentaron en dicho paisaje,
en la Crónica de Navarro, es dejar puntillosa constancia del afanoso despliegue donde la violencia sistemática y la ley del más fuerte, se consolidaron, desde el
de ardides aplicados por los diferentes jefes militares chilenos que mandaron en principio, como las normas de conducta pública y privada.
tierra mapuche durante aquellos 20 años que duró la campaña. Desde el enga- Pero, entremezclados con los reconocimientos a los méritos ganados en comba-
ño astuto aplicado por Cornelio Saavedra y su conocida estrategia de “mucho te por determinados soldados chilenos, también el texto de Navarro nos permite
mosto, mucha música y pocas balas”; hasta el establecimiento de jerarquías arti- entrever la dignidad de la resistencia armada mapuche, situación que inexplica-
ficiales y retribuciones monetarias a los considerados como “indios amigos”. Se blemente aún es poco relevada en personajes y circunstancias por el actual dis-
suma a esto, el exacerbamiento de las diferencias entre “abajinos” y “arribanos”; curso público del movimiento formal mapuche, que aparentemente ha preferido
el apadrinamiento, vía secuestro encubierto de los hijos de los longkos aliados, en- quedarse con la imagen de los héroes construidos por Ercilla en el siglo XVI.
tre otros. En el otro extremo, la inicua política de tierra arrasada llevada a cabo en Plenamente conscientes —tanto los alzados como incluso los “indios ami-
distintas etapas de la guerra, especialmente durante el mando del General Pinto. gos”— de su soberanía y libertad, circunstancia que en lenguaje político, equi-
Ambas estrategias, en sus aparentes diferencias, sin embargo, fueron parte de un valía a la plena vigencia de la frontera del Bío–Bío, que había sido, como se sabe,
mismo proceso en el que a fin de cuentas, una vez concluida la ocupación, afectó formalmente sancionada en el año 1641 por el Parlamento de Quilín y que de
por igual a mapuche, amigos y enemigos o alzados. una u otra forma, había sido respetada hasta mediados del siglo XIX, tanto por
Exhaustiva en circunstancias y personajes, conocidos de primera mano por españoles como por los chilenos, los guerreros mapuche que se opusieron mili-
el autor, quien participó activamente de la campaña, en su calidad de militar tarmente a la ocupación, entre ellos Kilapán, su principal figura, no hicieron otra
en servicio, la Crónica Militar es desde más de un punto de vista, una especie de cosa más que intentar defender, con la dignidad de los medios a su alcance, esa
símil de la Araucana de Alonso de Ercilla. Esta vez eso sí, no hay héroes homéri- independencia y libertad que consideraban amenazada.
cos ni hazañas grandilocuentes narradas en octavas reales. Navarro, soldado en A 125 años del último episodio de la guerra de ocupación y las actuales urgen-
campaña lo mismo que don Alonso, registra y narra en detalle la empresa, en el cias y vicisitudes del denominado “conflicto mapuche” parecen demostrar que
aséptico estilo de los informes y memorias militares, en los que además queda en aquellas desiguales batallas narradas por Navarro, se estaba jugando mucho
de manifiesto una nueva dimensión del engaño y el permanente doble discurso más que un mero episodio de una campaña militar, sino que la página de entrada
chileno en relación a los mapuches. de un proceso histórico que aún está en pleno desarrollo.
Sin bien en los parlamentos con los longko convocados por los jefes chilenos, se
trataba a estos con solapado paternalismo y se mentía deliberadamente en rela-
ción a los objetivos finales de la ocupación (los fortines eran sólo para “proteger” ** * *
a la población indígena de los míticos forajidos locales o extranjeros), en los in-
formes finales en cambio, se trata a los mapuches lo que eran, en definitiva, para Como suele suceder con los textos que de tan importantes, trascienden sus
la lógica bélica de los soldados en campaña: enemigos militares que había que propios límites temporales, la Crónica Militar también nos ilustra, en un válido
someter a cualquier precio. Aquí cada fortín, torre o empalizada, también el robo ejercicio de extrapolación histórica, de qué forma ciertas circunstancias y perso-
de animales y la quema de rukas y sementeras, por ejemplo, es parte constitutiva najes se reactualizan y adquieren nuevas significaciones bajo el presente contex-
de la estrategia mayor de ocupación y no simples sucesos anecdóticos. to.
El estilo franco de Navarro va dejando una bitácora pormenorizada hasta el Intentar dividir a las fuerzas enemigas es una estrategia clásica del arte de la
día a día de cada fase de la campaña de ocupación; del paulatino avance de las guerra, como observábamos. Las históricas divisiones internas de la sociedad
líneas de frontera, el levantamiento de la cadena de empalizadas y fortines que mapuche independiente, divisiones que conviene resaltar, son propias de un co-
con el correr del tiempo, en una metafórica impronta que alcanza hasta nuestros lectivo que tiene una estructura de poder horizontal y que, lo más importante,
días, dieron origen —discriminación y racismo mediante— a la mayor parte de toma decisiones políticas haciendo uso pleno de esa autonomía.
20 Leandro Navarro/Crónica Militar Prólogo 21

Las diferencias de estrategia entre abajinos (nagche), tradicionalmente aliados de distancia. El “extranjero provocador”, sigue siendo el mejor argumento para
de los soldados chilenos desde el tiempo de la Guerra de Independencia y arri- demostrar sin decirlo, que los mapuches no son capaces de tomar decisiones por
banos (Wenteche), a su vez partidarios de los realistas, divisiones tan hábilmente sí solos, pues son influenciables (decir “incivilizados” no es de buen tono hoy en
explotadas por los jefes chilenos, obedecían por lo demás al protagonismo de las día). Da lo mismo que esos extranjeros actuales sean unos curiosos documentalis-
relaciones históricas que la sociedad mapuche estableció con la sociedad colo- tas en busca de la última novedad etnográfica o algún pacífico ecologista.
nial española y chilena desde mucho antes de la ocupación del siglo XIX. Ambos
grupos, conviene resaltarlo, establecieron sus respectivas políticas de alianza en
base a sus conveniencias puntuales y estratégicas, opciones que fueron tomadas ****
en pleno ejercicio autonómico. Ser aliado de los chilenos como lo fueron los na-
gche por otra parte, a fin de cuentas tal vez no fue sino una manera de honrar un Entremezclado con el caudal de información que nos entrega la Crónica Mili-
compromiso que los longko como Lorenzo Kolipi pensaron, sería mutuo de parte tar, colindando con las batallas, escaramuzas e informes oficiales, aparecen otros
de los chilenos. La suerte corrida por uno y otro sector mapuche en tiempos con- bordes y personajes quizás más sutiles, apenas mencionados o sugeridos en sus
temporáneos, da luces respecto a este tema. páginas, pero no por ello insignificantes para la historia de las relaciones interét-
Si durante la guerra de ocupación se estableció la diferencia radical entre “in- nicas en la Araucanía y por extensión, en el país. Se trata en este caso de la figura
dios amigos” e “indios alzados”, protegidos coyunturalmente de represalias y de los llamados lenguaraces o capitanes de amigos, a veces citados en los des-
saqueos los primeros por lo militares chilenos; a los segundos se les aplicó el pachos de guerra, pero siempre presentes en el paisaje fronterizo, incluso desde
mayor rigor y violencia desatada. Fueron los wenteche que combatieron a las ór- mucho antes de la campaña de ocupación. ¿Quiénes eran estos personajes que
denes de Kilapán, Kilaweke; Montri, entre otros, las principales víctimas de la llegaron a detentar tan alto espectro de relaciones de confianza —hasta el nivel
guerra; a ellos se les robó toda su masa ganadera, la base de la economía mapu- de parentesco— entre los jefes mapuches del siglo XIX?
che autónoma; se les desplazó de sus tierras históricas y se les redujo a un estado En primer lugar, los lenguaraces eran funcionarios pagados al servicio de las
de hambruna posterior a la ocupación de la cual da noticias no sólo la Crónica autoridades chilenas y su función específica era servir de traductores simultáneos
de Navarro, sino que otros autores de fines del siglo XIX, como Verniory (2001), en los diversos parlamentos y reuniones convocadas, tanto por los longkos como
Préndez (1884) y Subercaseaux (1883). por las autoridades chilenas. En dichos eventos, los lenguaraces detentaban nada
Los “indios amigos” versus los “indios alzados”, siguen hoy estando plena- menos que el control de la comunicación, pues traducían hacia uno y otro lado,
mente vigentes en el imaginario estatal chileno de principios del siglo XXI. Son aunque siempre favoreciendo a los chilenos.
“indios amigos” hoy en día quienes, por ejemplo, trabajan silenciosamente sus Étnicamente hablando, los lenguaraces eran mestizos chilenos que vivían os-
escuálidas tierras; postulan a proyectos de Gobierno para el “desarrollo con iden- cilando en ambos lados de la frontera. Vestían como indios y vivían como indios,
tidad”; los que asisten a actos oficiales en los que no controlan sus procedimien- pero no lo eran ni tampoco querían serlo en la mayor parte de los casos2. Situados
tos y terminan haciendo representaciones de una ceremonia religiosa; los que en el justo borde de las relaciones interétnicas, su poder de canal de comunica-
rinden honores al mismo Ejército que les sometió. En resumen, son los mapuches ción les permitía controlar un poder clave, a través de las confianzas ganadas en-
que no causan problemas al orden establecido. En cambio, para los “alzados “de tre los longkos, un bien de tanta importancia para la cultura mapuche tradicional.
hoy, que no son otra cosa que los mapuches que han decidido mediante distintas En la conocida crónica del astrónomo estadounidense Edmond Reuel Smith, se
estrategias urgentes, reclamar sus derechos, se les piden las penas del infierno. consigna la que podría ser la definición por antonomasia de uno de estos perso-
Ahora son “terroristas” y “delincuentes” que han sido infiltrados por alguna os- najes. Se trata de Pantaleón Sánchez, referido, por lo demás, por varios cronistas
cura fuerza extranjera, por lo tanto se les “aplicará todo el rigor de la ley”.
La figura del “extranjero provocador”, denunciada en varios pasajes de la Cró-
nica, rol que tan funcionalmente ocupara Orelie Antoine en su tiempo, es tam-
2
La historia fronteriza también consigna el caso de lenguaraces o capitanes de amigos que finalmente
eligieron la menos usual de las opciones: mapuchizarse por la vía del emparentamiento con la familia
bién ahora excusa recurrente. La mentada excentricidad y/o locura del francés, de algún longko. Conocido al respecto es el caso de Santos Pulgar, el lenguaraz y secretario personal
ahora son replicables a enigmáticas conspiraciones tejidas a miles de kilómetros del longko Nekulman de Boroa (ver Guevara, T. & Mañkelef, M. (1912) (2002) pp. 157-159.
22 Leandro Navarro/Crónica Militar Prólogo 23

de mediados del siglo XIX. Dice Reuel en referencia a una artimaña ideada por Independencia, es digna ofrenda para la Patria el ver incorporada al territorio nacional
Sánchez que lo retrata de cuerpo entero: una extensa zona que se mantuvo independiente por más de tres siglos y medio” (pág 1).
Un siglo después, la realidad es contradictoria. La Araucanía histórica; el ngulu
En cuanto a la falta de moralidad en engañarlos, no la pudo ver; porque siendo ellos [los mapu, la parte occidental del antiguo wall mapu, es parte efectiva del territorio na-
mapuches] embusteros por naturaleza; consideraba legítimo atacarlos con sus mismas ar- cional chileno, pero es un territorio que hasta ahora no podría decirse en propie-
mas. dad que se encuentre completamente “pacificado” según la lógica militar, donde
De mala voluntad abandoné mi convicción de que la mejor política es la honradez, el verbo pacificar es un sinónimo de asimilar. Existen deudas pendientes en estas
pero al Capitán poco le importaban las ideas abstractas. Había pasado la mayor parte de tierras y el contenido del texto del Coronel Retirado del Ejército de Chile, don
su vida entre los indios, los conocía a fondo y estaba acostumbrado a hacerles creer lo que Leandro Navarro, aunque no fuera su intención original, es la mejor guía posible
él quería (Reuel Smith, E. 1914: 82) para tratar de entender —para unos y otros— dicho fenómeno.
La Crónica, lo hemos dicho ya, es el relato pormenorizado de los vencedores
En gran medida los lenguaraces fueron verdaderos maestros del engaño, de la guerra de ocupación de la Araucanía, pero también es el correlato adecua-
también se constituyeron acaso en un lejano referente de las coetáneas actitudes do para empezar a comprender la actuación de los vencidos, de sus pequeños y
mestizas chilenas con respecto a los mapuches, especialmente en las tierras de la grandes actos de heroísmo y dignidad, también de la claudicación y vileza de
Araucanía. Fue sin duda, por ostentar semejante poder y atributo de comunica- otros, que por el escaso tiempo transcurrido, hoy parecieran resonar con insos-
ción intercultural si se quiere, que fueron tan solicitados, cual arma de guerra, pechada intensidad.
por la estrategia implementada por Cornelio Saavedra, como por su parte, lo ¿A quién sirve más en la hora actual la reedición de este libro? A todos eviden-
recuerda la misión encomendada por éste a Juan Bautista Rosales en el año 1867 temente. A los vencedores de entonces y sus descendientes directos o adscritos,
(pág. 82). pues es el relato de una campaña militar que terminó por dar al país su actual
¿Subsiste aun la figura arquetípica del lenguaraz en las actuales relaciones in- conformación territorial y política, y que habría transformado en ciudadanos chi-
terétnicas chileno-mapuche? Clausuradas casi totalmente las opciones de mapu- lenos a un pueblo hasta entonces autónomo. Sirve también para los vencidos,
chización por opción o por emparentamiento con un longko, al estilo Santos Pulgar, pues en las letras que preceden, está reflejada a carta cabal, ni más ni menos que
las opciones étnicas son restringidas; hoy, o se es chileno o se es mapuche, pues la el memorial pormenorizado de la derrota militar que nos hizo ser lo que hoy
construcción cultural intermedia del mestizo sigue siendo deuda pendiente en el somos en función de los otros y con nosotros mismos.
Chile del Bicentenario. Los lenguaraces actuales siguen siendo los chilenos bien Esta obra puede ser, además, un tipo de vara de medida de lo que podríamos
o mal intencionados que interactúan con los mapuches en el contexto cultural in- ser de aquí en más, si es que alguna posibilidad existe de saldar semejante deuda.
dígena. Son los que se ganan las confianzas escurridizas de gentes condicionadas Equidistantes entre ambos sectores, posiblemente se encuentren los mejores be-
histórica y culturalmente a ser desconfiados. Los que comen y toman mate en neficiados con la lectura concienzuda de esta obra. Los ciudadanos y ciudadanas
las cocinas campesinas y urbanas, palmotean espaldas, encuentra “interesante” chilenas bien intencionados que no necesariamente cargan con las deudas his-
cualquier gesto de sus anfitriones y después desaparecen, dependiendo de sus tóricas de aquella guerra, pues no son ni militares, ni lenguaraces, ni mapuches
intenciones y las de sus mandantes, consiguen votos, firmas o testimonios para chilenizados a la fuerza. En ellos y en ellas, y muy particularmente en las futuras
algún proyecto de inversión social. Ello al estilo Sánchez o al estilo Pulgar. generaciones, podría de seguro generarse alguna semilla que dé un nuevo giro
al demasiado postergado debate sobre la historia e identidad nacionales a la luz
del próximo Bicentenario.
****

Han transcurrido exactos 99 años desde la publicación original e inexplica-


blemente no reeditada hasta ahora, de la Crónica Militar de Leandro Navarro, JOSÉ ANCÁN JARA
un texto originalmente publicado con una intención primordial, como el mismo Licenciado en Historia del Arte, Universidad de Chile; Master en Antropología,
autor lo afirma, en su Advertencia: “Próximos a conmemorar el centenario de nuestra Universidad Autónoma de Barcelona.
ADVERTENCIA

EN NUESTRA HISTORIA militar existe un paréntesis que comprende el período en que


terminó la revolución del año 1859, con las batallas de Los Loros y Cerro Grande,
hasta 1879 año de la Guerra del Pacífico, o sea un período de veinte años.
En este lapso de tiempo el Ejército de Chile se ocupó de la conquista y pacifi-
cación de la Araucanía, cuya empresa se inició precisamente en ese año de 1859 y
después de los sucesos de la citada revolución.
La raza araucana, degradada hoy si se quiere, y próxima a extinguirse, no
nos debe ser indiferente a nosotros los chilenos, por sus gloriosas tradiciones
históricas y por lo indomable de su carácter, del cual nos vanagloriamos ser sus
descendientes.
No obstante el indiferentismo con que siempre se ha mirado esta raza, ha par-
ticipado como herencia al Ejército que llevará a cabo esa conquista, en que sus
sacrificios en esa larga y penosa campaña, sean desconocidos para muchos y olvi-
dados para la generalidad siendo que en esa escuela forjada al rigor en esos cam-
pamentos, fue la base con que afrontó la Guerra del Pacífico, que tantas glorias
como beneficios diera a la nación.
Próximos a conmemorar el centenario de nuestra Independencia, es digna
ofrenda para la patria ver incorporada al territorio nacional una extensa zona
que se mantuvo independiente por más de tres siglos y medio y como corolario
para dignificarla es el proyecto pendiente entre algunos abnegados y verdaderos
patriotas, gracias a la iniciativa del Teniente Coronel don Enrique Phillips de le-
vantar un monumento, en el corazón de la Araucanía, a los cuatro Generales que
más denodadamente actuaron en esa conquista SS. Cornelio Saavedra, Basilio
Urrutia, José Manuel Pinto y Gregorio Urrutia.
A rememorar esos hechos tienden estas crónicas, sin otra pretensión que ellas
puedan servir algún día como apuntes al verdadero historiador.

Leandro Navarro
PRIMERA PARTE
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CAPÍTULO I

Proyecciones de pacificación y conquista de la Araucanía.


Año de 1859.

1º Idea general de la frontera. ––2º Influencia de la revolución del año 1859.


––3º Insurrección de los indígenas, destrucción de Negrete y combate de Picul.
––4º El Teniente Coronel don Cornelio Saavedra, en la frontera. ––5º Resuelve
Saavedra acometer la pacificación y conquista de la Araucanía. ––6º Juicios de la
prensa sobre la ocupación de Arauco. ––7º Marcha Saavedra a Santiago y queda
de Intendente en Valparaíso.

1º IDEA GENERAL DE LA FRONTERA.

EN LOS COMIENZOS del año 1859, la provincia de Arauco comprendía todo el terri-
torio que hoy forman las provincias de Bío-Bío, Arauco, Malleco y Cautín, que
todavía no estaban incorporadas al territorio nacional, manteniéndose tan exten-
sa zona en pleno dominio de la raza araucana, separados sólo por la línea del río
Bío-Bío, la misma línea divisoria que existía desde tres siglos atrás y que respetó
la España, cuando reconoció nuestra independencia.
La provincia de Arauco, creada por ley en julio de 1852, la dividía en dos
secciones, una civilizada y completamente sometida a nuestra constitución y la
otra que declaraba salvaje y en completo estado de rebelión al mismo tiempo que
creaba para ambas, dos legislaciones diversas.
La primera que debiera regirse por las leyes generales del país y la segunda
someterse sin control a las autoridades y al régimen, que atendidas las circuns-
tancias especiales, determinare el Presidente de la República.
“Hasta 1850 sólo era conocida la provinciade Arauco, por los habitantes de las
provincias limítrofes y por los jefes y oficiales a quienes el servicio militar obliga-
ba a permanecer en sus fronteras, que hasta esa época eran miradas de destierros,
de sufrimientos y de privaciones”1.

1
Provincia de Arauco, por G. Fidel Veleaz, publicado en la “Revista Chilena”.
30 Leandro Navarro/Crónica Militar Proyecciones de pacificación y conquista de la Araucanía. Año de 1859 31

Las exageradas relaciones que se hacían con respecto a la ferocidad de las Antonio Arce, don Juan Alemparte y don Bernardino Pradel fueron vencidos por
tribus salvajes que la pueblan; la constancia de esas tribus para sostener durante la División Pacificadora del Ejército del Sur al mando del General don José Ma-
tres siglos y medio una lucha titánica entre la civilización que día a día la estrecha nuel Pinto en la batalla de Maipón librada el 12 de Abril de 1859 a las inmedia-
más y más; los continuos asaltos y combates que en ella se libraban, todo contri- ciones de Chillán.
buía a mirar la provincia de Arauco, como peligrosa y temible. Muchos de los vencidos en esta batalla, buscaron su refugio en las selvas de
La permanencia misma del Ejército en sus fronteras, daba lugar a que los go- Arauco, juntamente con volver a sus lares una partida como de ochocientos in-
biernos la mirasen con recelo y desconfianza, desde el momento que era ahí, dios de lanza que acompañaban a éstos y entre ellos don Bernardino Pradel, que
donde hasta 1851 se fraguaron todas las revoluciones que conmovieron nuestro estuvo asilado más de tres años en la ruca del Cacique Mañil, escapando de las
país. persecuciones políticas.
Hasta 1850 la atención pública concentrada en las ardientes y muchas veces En todas las revoluciones que han azotado al país, siempre los indios han sido
sangrientas discusiones que suscitaba nuestra organización política, no permitía activos cooperadores. Así, en la revolución de 1851 que terminó con la sangrienta
al país fijar sus ojos en aquella provincia, que nada significaba para la riqueza na- batalla de Loncomilla, grandes partidas de indios auxiliares favorecían la causa
cional desde que las más ricas y productivas de la República apenas encontraban del General Cruz y otros las del Gobierno, sin importarles ni comprender la causa
mercados donde colocar sus productos. que defendían, llevados sólo del incentivo del pillaje y del saqueo.
Los dolorosos sucesos de 1851 habían dejado dispersos en el país, muchos y La frontera en abril de 1859 se encontraba casi completamente desguarnecida,
poderosos elementos de agitación, que hacían temer por la tranquilidad públi- pues sólo cubrían las plazas ya mencionadas los Cuerpos Cívicos de esos lugares
ca. Los vencidos de Loncomilla eran precisamente los soldados más veteranos, y un escuadrón de Cazadores a caballo que se encontraba diseminado en esos
los jefes más simpáticos y prestigiosos del Ejército, y esos soldados si llegaban a fuertes en circunstancias que el Ejército de Línea se encontraba repartido en los
reunirse podían influenciar al Ejército fiel, y en tal caso los males que hubieran siguientes puntos:
pesado sobre Chile habrían sido inmensos.
Esta gran zona que podría considerarse enteramente independiente del terri- En Santiago el Batallón Buin 1º de Línea, el Regimiento de Granaderos a Caba-
torio propiamente nacional, tenía como límite por el Norte la línea del río Bío-Bío, llo y dos Escuadrones del Regimiento de Cazadores a Caballo.
defendida por las plazas militares de Santa Bárbara, Los Ángeles, San Carlos de En Atacama el Batallón 2º de Línea y parte del 3º de Línea.
Purén y Nacimiento; por el Sur el río de Toltén, extendiéndose sus reducciones En Arauco el 3º de Línea, en Ñuble el 4º de Línea.
hasta el mismo Calle-Calle en la provincia de Valdivia; por el Oeste el mar y no En los Andes, Carabineros de los Andes.
teníamos más posesión que la plaza aislada de Arauco y, por consiguiente, todo En Coquimbo el Batallón 7º de Línea.
el litoral de la costa pertenecía a los araucanos, de hecho; y por el Poniente la En San Bernardo el Batallón 5º de Línea.
cordillera de los Andes. La Artillería, se encontraba distribuida con una batería en cada una de las
El único fuerte que se había logrado avanzar hasta entonces era el fuerte de plazas de Santiago, Valparaíso, Valdivia y Chiloé.
Negrete, situado en la ribera Sur del Bío-Bío y al amparo de este fuerte, se había
aglomerado una numerosa población que se dedicaba al cultivo de sus feraces
campos. 3º INSURRECCIÓN DE LOS INDÍGENAS,
DESTRUCCIÓN DE NEGRETE Y COMBATE DE PICUL.

2º INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN DEL AÑO 1859. Mientras la revolución tomaba incremento en el país, los indígenas no desper-
diciaron tan propicia ocasión para insurrecionarse, invadiendo los campos del
La revolución que conmovió al país en el año 1859 y que tuvo su campo de Sur y Norte del Bío-Bío, originando la pérdida de valiosos intereses, llevando el
acción en el Norte de Los Loros y Cerro Grande, repercutió también en el Sur, espanto y la alarma a los pueblos fronterizos y la emigración de sus pobladores
donde las guerrillas que organizaron los caudillos, don Nicolás Tirapegui, don con sus ganados y enseres.
32 Leandro Navarro/Crónica Militar Proyecciones de pacificación y conquista de la Araucanía. Año de 1859 33

Las hordas de Arauco llevaron sus actos de bandidaje en todo el departamen- los persiguiera. Este antiguo y valiente militar de la Independencia, apenas re-
to de la Laja y consumado el incendio y destrucción del fuerte de Negrete, único cibió mis avisos y mis órdenes, se movió con presteza y alcanzó a cortar a los
punto que como dije antes, se había avanzado al Norte del Bío-Bío, ensañándose bandidos que ya volvían de la Rinconada con un cuantioso pillaje, después de
principalmente en la devastación de las valiosas haciendas de los señores José haber destruido las haciendas de los señores Benavente, Masa y otros. Alem-
Luis Benavente y Domingo de la Maza, a quienes después de incendiadas sus parte y Pradel, habían hecho su excursión con cincuenta chilenos compañeros
casas y bodegas arrasaron con una gran partida de animales. de sus criminales empresas y trayendo doscientos indios, mandados por los
Esta tremenda insurrección, y una de las mejores organizadas de los indígenas Caciques Calbucoi y Huenul. El Comandante Salvo los atacó en Picul, con tanta
tenía lugar a mediados de abril, cuando tuvo lugar el famoso combate de Picul en impetuosidad y valor que los destrozó completamente, pasando al filo de sus
las cercanías del Laja, donde fueron atacados por los Escuadrones Cívicos de Laja lanzas y sus sables a ochenta y siete indios y diez o doce, de los amotinados.
y Santa Bárbara que mandaba el valiente Comandante don Domingo Salvo. Entre los cadáveres de los indios se encontró el de los Caciques Huenul y el
“Era tan terrible2 el nombre de Salvo entre los indios que lo consideraban un de un hijo de Calbucoi y este Cacique escapó estropeado, por habérsele dado
ser extraño y supersticioso. Vamos a referir un hecho: En el ataque de Picul con- vuelta el caballo y tengo noticias y ciertas de que se halla gravemente enfer-
fundido entre la masa de indios, le gritó un Sargento de su tropa que evitara una mo. De los voluntarios mandados por el Comandante Salvo, murió un pobre
lanzada que le dirigía un adversario. El momento era tan peligroso, que al verse padre de familia, llamado José María Álvarez y hubo cuatro heridos. Espero la
atacado en varias direcciones con voz aterradora gritó: ¡Soy Salvo! Bastó esta má- relación circunstanciada que he pedido al Comandante Salvo para ponerla en
gica palabra para que se desprendiese la lanza de manos de un adversario, quien conocimiento del Gobierno y recomendar a los buenos ciudadanos, que más se
fue ultimado por el Sargento que estaba a su lado.” distinguieran en ese brillante hecho de armas, que han producido tan favora-
Este fracaso de los indios en Picul a fines de abril, les obligó a repasar el Bío- bles resultados, para restablecer el orden público en esta provincia.
Bío y volver a sus posesiones del interior.
El secretario de la Intendencia de Arauco y mientras asumía el mando el pro- Dios guarde a Ud.
pietario, marchó rápidamente en carácter de interino el señor Aniceto Cordovéz, ANICETO CORDOVÉZ.
que da cuenta de este hecho de armas en el siguiente parte:
Este parte de Salvo no se ha encontrado en los archivos y según las crónicas de
Los Ángeles, abril 22 de 1859. los sobrevivientes en esos lugares, le dan mucha mayor proporción a esa insurrec-
Señor Ministro: ción y en que la matanza de indios como de españoles, ha sido interior a la estam-
pada en ese parte, pues esa gente hasta hoy la recuerda con terror y dicen que has-
Pongo en conocimiento de Ud. que el 17 del presente salí de Chillán para ta no ha mucho tiempo, se veían esparcidos por los campos del Laja, blanqueando
desempeñar interinamente la Intendencia de esta provincia. En el primer día de las osamentas de las víctimas de ese combate, al mismo tiempo que recordaban
mi marcha a la cabeza de una División de trescientos hombres de todas armas, angustiados la cantidad de mujeres y niños que los indios se llevaron cautivos.
tuve noticias de que los cabecillas del motín, Alemparte y Pradel, habían re-
unido algunos de los dispersos de la acción de Maipón y repasaban el Bío-Bío,
con el objeto de robar las haciendas de la Rinconada y rescatar a un tal Felipe 4º EL TENIENTE CORONEL DON CORNELIO SAAVEDRA EN LA FRONTERA.
Cid, yerno de uno de los Caciques que los auxilian en su obra de destrucción
y bandidaje. Estando seguro que por mucho que precipitara mi marcha no era En esta época tenía el mando de la provincia el Teniente Coronel don Cornelio
posible llegar a tiempo para impedir esta incursión, mandé repetidas órdenes al Saavedra. En las emergencias de esta revolución se encontraba ausente de ella
Comandante don Domingo Salvo, que se hallaba con una partida de doscientos obrando de consuno con el Coronel Pinto y así se explica que no tomara una
cincuenta hombres voluntarios, a las inmediaciones de Los Ángeles para que participación directa en este levantamiento, pero apenas esto ocurría, su primera
medida fue pedir al Gobierno el refuerzo de tropas para la frontera y al efecto se
2
La Araucanía por Horacio Lara. ordenó al Comandante del 4º de Línea que residía en Chillán como al Comandan-
34 Leandro Navarro/Crónica Militar Proyecciones de pacificación y conquista de la Araucanía. Año de 1859 35

te del 7 ° que estaba en Concepción, mandaran apresuradamente a reforzar las 5º RESUELVE SAAVEDRA ACOMETER LA PACIFICACIÓN Y
guarniciones de la frontera. CONQUISTA DE LA ARAUCANÍA.
Terminada la contienda civil, el señor Saavedra regresó a Los Ángeles a asu-
mir su puesto y conmovido contemplando el estado deplorable de devastación En junio de 1859 se trasladó el señor Saavedra a Santiago, a exponer su pro-
y ruina a que habían quedado reducidos los campos y poblaciones, concibió su yecto al Presidente de la República don Manuel Montt, quien comprendiendo la
gran proyecto de dominar para siempre la barbarie e integrar al territorio de la magnitud de la empresa y confianza que le inspiraba, el genio del hombre que le
República esa gran zona, que para mengua de la civilización del siglo, se man- concebía, aceptó de lleno el plan de conquista y pacificación, pero había muchas
tenía independiente y entregarlas pronto al comercio y a la industria las que son opiniones que vencer, muchas razones que atender y un cúmulo de apreciaciones
hoy florecientes provincias de Malleco, Cautín, Bío-Bío y Arauco. optimistas como luego veremos; sin embargo, pudo decirse que la ocupación y
Todos clamaban por el castigo de los rebeldes indígenas pidiendo de una vez conquista de la Araucanía quedó resuelta por el decreto supremo que copio:
por todas, la ocupación y conquista de la Araucanía pero nadie se había atrevi-
do a tomar sobre sus hombros tamaña empresa, nadie había concebido un plan Santiago, septiembre 17 de 1859.
sistemático o ideado una campaña efectiva, que en ese entonces se miraba una
quimera, creyéndose que el país no estaba preparado para ello, conformándose Con esta fecha S. E. el Presidente de la República ha decretado lo que sigue:
todos al estado de cosas de tres siglos atrás. Se autoriza al Comandante General de Armas de la provincia de Arauco,
Las ideas de conquista y pacificación no se habían escapado a algunos hom- Jefe de la División, que debe obrar contra los indígenas:
bres ilustrados y previsores de los pueblos del Sur, pero sus ecos poco se alcan-
zaban a oír en las alturas. 1º Para invertir hasta la cantidad de 25 mil pesos en gastos extraordinarios
Por esa misma época no dejó influir entre los hombres de Gobierno la presen- de guerra.
cia de un alemán, el señor Pablo Treutler que en este mismo año 1859, hizo dos 2º Para invertir hasta la cantidad de 8 mil pesos en guerrillas y partidas suel-
exploraciones en el interior de la Araucanía, halagado con las tradiciones de los tas que auxilien las operaciones del Ejército.
ricos minerales de Villarrica. El Gobierno había pedido informes, sobre todo lo 3º Para invertir hasta la cantidad de 4 mil pesos, en pago de espías o indivi-
concerniente al territorio araucano al Intendente de Valdivia señor Ruperto del duos que se introduzcan entre los indios y demás gastos de esta clase.
Solar, pues ya germinaban en la Moneda las proyecciones de conquista y el citado 4º Para hacer dar rancho al Ejército y Guardia Nacional, le acompañasen en
Intendente, aparte de su informe, mandó de viva voz al señor Treutler y sus ideas sus operaciones, desde el día que éstas principien o para sustituir el rancho por
de fácil pacificación, con los conocimientos prácticos, que acababa de recoger, no un real diario.
fueron desatendidos y por el contrario, ellos hicieron impresión en el ánimo del La comisaría abrirá una cuenta especial a cada uno de los objetos que que-
Presidente Montt e influyeron favorablemente en el proyecto de Saavedra. dan expresados y cargará a ella las cantidades que entregase según las órdenes
El señor Treutler, prusiano de Silesia, nos ha dejado un tratado obre la pro- del Comandante en Jefe.
vincia de Valdivia y los araucanos, en que trata de las costumbres y usos de los
indígenas por demás ameno e interesante. Tómese razón y comuníquese.
Es honra indiscutible que nadie podrá disputar al señor Saavedra, de ser el Dios guarde a Ud.
primer conquistador de la Araucanía porque había ganado a todos la partida, MANUEL GARCÍA.
adelantándose a su época y a los hombres que dominaban, pues impulsó los
acontecimientos. Esta resolución del Gobierno de Montt, fue mal recibida en muchos de los
círculos de la opinión, y más que todo por las pasiones exaltadas todavía de una
recién pasada lucha revolucionaria, no era para encontrar asentimiento unánime
en los partidos en que se dividía la opinión, y de ahí surgió una ardiente campaña
que se debatió en la prensa y en los círculos políticos.
36 Leandro Navarro/Crónica Militar Proyecciones de pacificación y conquista de la Araucanía. Año de 1859 37

6º JUICIOS DE LA PRENSA SOBRE LA OCUPACIÓN DE ARAUCO. dido. La existencia de un Ejército permanente es un mal de mucha trascendencia
respecto a la quietud del país, porque es muy conocido que la sobornación del
Muchas y variadas apreciaciones se hicieron notar a tiempo de efectuar la Ejército ha sido el primer objeto que ha llamado la atención de los revolucionarios
ocupación y reducción de los indígenas y entre otros conceptos, creo de oportu- y la inquietud de los indios es la única razón para tener un Ejército permanente”.
nidad exponer los de un célebre escritor y actor en esa época señor Pedro Ruiz “Aunque el Gobierno ha tenido siempre la mayor parte del Ejército sobre la
Aldea. frontera, tan poco respeto han tenido los indios por el poder de Chile, que ha sido
necesario asalariar a los Caciques de la frontera para tenerlos quietos.”
“Si vamos a juzgar la Araucanía por lo que dice la opinión pública, no daremos “Durante 300 años los araucanos mantienen la misma hostilidad a la raza es-
nunca en la verdad, porque ésta se halla dividida en varias parcialidades que tienen pañola, que al tiempo de la conquista.”
interés en que no se conozca. Para unos, Arauco, no es más que el Arauco antiguo, y “En los desórdenes políticos que han ocurrido en el país, los araucanos se
para otros una nación salvaje, que todavía no se ha despojado de sus hábitos guerre- hallan listos, siempre para tomar parte contra el Gobierno, no por simpatías ni
ros. Los que dicen esto se apoyan en la historia, sin acordarse que la historia no tiene opiniones, sino con el objeto de robar y matar impunemente, como ha sucedido
aplicación en el día y de que las naciones por bárbaras que sean, obedecen también en 1830 - 1851 y en la época que acaba de pasar.
al espíritu del siglo.” Los araucanos que no pasan probablemente de cincuenta mil almas, ocupan el
“¿Qué relación queremos encontrar entre los araucanos del siglo XVI y los del si- hermoso territorio comprendido desde el Bío-Bío hasta Valdivia de Norte a Sur,
glo XIX? Ni Arauco es el Arauco de Ercilla, ni tampoco una nación bárbara y grosera, en todo 208 millas de mar a cordillera.”
como quieren muchos.”
“De aquí han dimanado todos los errores que se han difundido cuando se ha ha- Por su parte la Revista Católica en junio de 1859 se oponía también a la conquis-
blado de ellos, cada uno los ha pintado como ha querido o parecídole que son.” ta de la Araucanía y decía que esto era sólo buscar título para armar un Ejército
bajo pretexto de castigar los latrocinios y para invertir caudales que no valdrían
La Araucanía tenía muy buenos terrenos, muchas minas, mucho ganado, y el territorio conquistado.
esos tales no podían mirar con ojos enjutos que los indios estuviesen en posesión
de tantas riquezas. Los que nada tenían y se proponían hacer su verano con esta
ocupación, opinaban que se entregase a sangre y fuego. Los que no estaban por 7 ° MARCHA SAAVEDRA A SANTIAGO Y QUEDA DE INTENDENTE EN VALPARAÍSO.
la guerra proponían las colonias de jesuitas y discutían de antemano sobre cuales
eran los mejores obreros evangélicos. A pesar de todo, y siempre impertérrito, el señor Saavedra contando con la
La guerra la pedían los exaltados, porque ella se avenía bien con la impe- aquiescencia del Gobierno se trasladó a Valparaíso en el mes de septiembre, para
tuosidad de un carácter; y los moderados las misiones, porque las misiones son activar los aprestos de la campaña mientras se decretaba el proyecto de poner a
como las recetas de médicos que se aplican a todas las enfermedades sin curar sus órdenes un Ejército de tres mil hombres para iniciar las operaciones y que era
ninguna. lo concertado con el Presidente.
Cesan por fin estas discusiones y se conoció, aunque tarde, que era preciso Desgraciadamente el movimiento revolucionario que estalló en ese puerto el
estudiar las costumbres de los araucanos para elegir el mejor plan de reducción. 18 de septiembre, y que trajo la muerte del jefe de la provincia don Juan Vidaurre
La prensa por su parte, tomaba activa ingerencia en estas discusiones y para Leal y que le obligaron a tomar el mando en su reemplazo, detuvieron, como es
dar una somera idea de las opiniones predominantes en esa época léase un edito- consiguiente, los aprestos en que se encontraba empeñado.
rial de El Ferrocarril del 18 de agosto de 1859. Dejemos por un momento al señor Saavedra encargado de someter la tranqui-
lidad de Valparaíso, asunto que no nos compete relatar y volvamos otra vez a la
“Desde la época de la Independencia en 1818, hasta la fecha, ha sido necesario frontera.
mantener un Ejército de 2.500 hasta cinco mil hombres para contener los indios
araucanos solamente. A más del gasto, el trabajo de tantos brazos útiles, es per-
Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 39

CAPÍTULO II Comandante Coronel don Mauricio Barbosa.


Sargento Mayor don Juan Contreras.
Capitán don Bernabé Chacón.
Capitán don Anselmo Urrutia.
Capitán don Daniel García.
Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861.
Teniente don Sebastián Solís.
Teniente don Juan León García.
1º Arribo del 5º de Línea y un escuadrón de Cazadores a caballo. ––2º Ataque de
Ayudante don Eleuterio Ramírez.
la Plaza de Arauco. ––3º Reminiscencias históricas. ––4º Expedición del Coronel Subteniente don Filomeno Barbosa.
don Mauricio Barboza. ––5º Ataque de la plaza de Nacimiento. ––6º Expediciones Subteniente don Juan José Salcedo.
del Coronel Villalón y Comandante Fernández. ––7º Sorpresa a un Destacamen- Subteniente don Juan Antonio Huerta.
to de Caballería. ––8º Campaña al interior del Coronel Villalón. ––9º Ataque Subteniente don Corona Bravo.
al fuerte de Negrete. ––10º Segundo ataque a la plaza Nacimiento. ––11º Insu- Subteniente don Buenaventura Badillo.
rrección en la costa de Arauco. ––12º Nombramiento de Caciques gobernadores. Subteniente don Ramón Leiton.
––13º Llegada de tropas y rol de oficiales del 3º y 4º de Línea. Subteniente don José Zárate.

El 19 del mismo mes llegó a Los Ángeles, después de un viaje por tierra, el 2º
Escuadrón del Regimiento de Cazadores a caballo, que junto con el primer escua-
drón que ya se encontraba en esa frontera, constaba del siguiente personal:
1° ARRIBO DEL 5º DE LÍNEA Y UN ESCUADRÓN DE CAZADORES A CABALLO.
Comandante Coronel don Vicente Villalón.
DURANTE LA AUSENCIA del señor Saavedra, quedó en el mando de la provincia de Teniente Coronel graduado don Emeterio Letelier.
Arauco el señor Luis I. Benavente y en su administración comenzaron nuevamen- Teniente Coronel graduado don Joaquín Vela.
te las alarmas y reiterados anuncios de levantamientos de los indígenas, anuncios Capitán don José María Alvarado.
que por diferentes conductos llegaban a conocimiento del Comandante don Do- Capitán don Federico Soto Aguilar.
mingo Salvo, el hombre más versado que había en conocimientos y costumbres Capitán don Juan Bautista Hernández.
de los indios por la larga permanencia que tuvo entre ellos durante el período de Capitán don Francisco Zúñiga.
Benavides y los Pincheiras, en esa época que con tanta propiedad don Benjamín Teniente don José Francisco Lois.
Vicuña Mackenna ha llamado “la guerra a muerte”. Teniente don Juan de Dios Campos.
Los fuertes se encontraban ya regularmente reforzados con tropas del 3º y 4° Teniente don Cipriano Ojeda.
de Línea que se habían hecho venir apresuradamente. Teniente don Manuel Modesto Ruminot.
El 16 de noviembre, llegó a Arauco el vapor Maipú, a cargo del Capitán de Alférez don Pablo Nemoroso Ramírez.
Fragata don Leoncio Señoret, conduciendo al Batallón 5º de Línea y cuatro piezas Alférez don Nicomedes Saavedra.
de Artillería de montaña. Alférez don José Santos Reyes.
De esta tropa se dejaron 180 hombres del 5º y dos piezas de Artillería en el Alférez don Domingo Sanhueza.
puerto de Lebu. El 5º venía muy incompleto por sus bajas tenidas durante la re- Alférez don Feliciano Echeverría.
volución, pues sólo se componía de 350 plazas. Alférez don Rafael Poole.
El personal de oficiales era el siguiente: Alférez don Ramón Márquez.
40 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 41

Del Regimiento de Artillería se encontraba una brigada compuesta de:

Capitán don Juan Napoleón Gutiérrez.


Ayudante don Evaristo Marín.
Teniente don Antonio Ramírez.
Alférez don Ambrosio Letelier.
Alférez don Eleazar Lezaeta.
Alférez don Marcos Fidel Hurtada.
Alférez don Salustio Sotomayor.

2º ATAQUE A LA PLAZA DE ARAUCO.

En circunstancias que recrudecían las alarmas y era de urgencia emprender las


hostilidades contra los araucanos recién sublevados, tomó el mando de la provin-
cia el Coronel del Regimiento de Cazadores a Caballo, don Vicente Villalón.
Las noticias alarmantes de sublevación tuvieron plena confirmación, pues el
18 de noviembre a las 7 de la mañana atacaron la plaza de Arauco en número de
mil quinientos indios, insurreccionados por los guerrilleros de la fenecida revo-
lución Patricio Silva y Pedro Cid.
El Coronel don Mauricio Barbosa, que tenía el mando de esa plaza, hizo una
brillante defensa con la guarnición del fuerte, que se componía de las tropas del
5º de Línea recién desembarcadas.
Barbosa esperó el ataque fuera del fuerte, formando un cuadro al que impe-
tuosamente atacaron los indios, recibiendo un vivo fuego que los deshizo com-
pletamente obligándoles a huir en desordenada fuga, dejando en el campo más
de sesenta muertos.
Para perseguirlos ordenó salir algunos destacamentos pero con orden de no
alejarse mucho del recinto. Uno de éstos al mando del Subteniente del 5º don
Víctor Valenzuela, llevado de su impetuosidad y creyendo habérselas con un pe-
queño grupo que vio a la distancia se abalanzó a destruirlo y de un monte cer-
cano, reaparecieron un grueso número de indios que rodearon al oficial que fue
miserablemente lanceado, juntamente con seis soldados más del piquete que se
había defendido regresando el resto a cobijarse al recinto del fuerte. Envalentona-
dos los indios con este ligero triunfo, llevaron sus depravaciones hasta las orillas
del río Carampangue.
Para castigar su osadía el Coronel Barbosa ordenó saliera una División de cien
hombres del 5º, dos piezas de Artillería y algunos milicianos de Caballería, al
Coronel D. Vicente Villalón mando del Teniente Coronel graduado don Juan Contreras, logrando en su per-
42 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 43

secución darles una batida, no sin tener antes un recio combate a orillas del citado
Carampangue en que los indios llegaron a tocar sus lanzas con la Infantería, de
cuyo combate resultó gran cantidad de indios muertos.
El Coronel Barbosa al dar cuenta de este hecho de armas, pedía con urgencia al
Comandante de Armas de la provincia, el envío de tropas de Caballería, haciendo
presente que por carecer de esta arma, no había podido perseguir al enemigo.

3º REMINISCENCIAS HISTÓRICAS3.

Arauco es célebre en la historia patria. Cuentan que a poca distancia de Con-


cepción en un terreno singularmente rico, los indios de Valdivia extrajeron una
gran cantidad de oro y que cuando se lo presentaron al Gobernador exclamó:
“Desde ahora comienzo a ser su señor” y queriendo Valdivia tener expedito el ca-
mino de la costa entre Concepción e Imperial, mandó construir un fuerte en el año
1553 y eligió para ello un sitio vecino al mar en el mismo lugar en que los indios
rechazaron tres años antes a Juan Bautista Pastene (el fundador de Villarrica).
El fuerte fue llamado Arauco, nombre con que los conquistadores designaron
más tarde todo el territorio que se extiende al Sur del Bío-Bío.
Este nombre tan famoso en la historia, era, sin embargo, desconocido de los
indígenas, y tuvo su origen en la palabra peruana o quechua auca usada por los
españoles para designar a los indios de guerra.
De Arauco partió Valdivia dos días antes de la célebre batalla de Tucapel, en
mayo de 1554, dejando al cuidado de ese fuerte a trece castellanos.
Mandábalos el Capitán Diego de Maldonado. Un indio de servicio llamado
Andrés, uno de los pocos yanacona que salvaron en Tucapel, llevó ahí la noticia
de la funesta batalla y de la captura y segura muerte del Gobernador.
Con tal motivo Maldonado resolvió evacuar la plaza de Arauco, replegándose
a Concepción. Arauco fue repoblado durante el Gobierno de don García Hurta-
do de Mendoza y después de la batalla de Quiapo en 1559, en que cayó el toqui
Caupolicán.
Allí mandó levantar una nueva fortaleza, capaz de contener una guarnición
considerable dejando al Capitán Alonso de Reinoso, que a su vez quedaba tam-
bién al mando de todas las tropas que estaban al Sur del Bío-Bío.
En tiempos del Gobernador Oñez de Loyola, mereció el honor de ser visitada
por éste, en abril de 1598, y elevada al rango de ciudad con el nombre de San
Felipe de Arauco.

3
Historia de Chile por Barros Arana. Coronel D. Mauricio Barbosa
44 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 45

4º EXPEDICIÓN DEL CORONEL DON MAURICIO BARBOSA. Esas fortificaciones que hoy día orgullosamente se ostentan, a pesar de la bár-
bara destrucción que ella ha sufrido, son de la época del Gobernador don Fran-
El Coronel Villalón mandó a Barbosa la Caballería que solicitaba y al mismo cisco de Meneses, fundador de Nacimiento en el año 1668.
tiempo una compañía del 7º de Línea, con que debiera emprender una expedi-
ción para detener y castigar a los sublevados.
La expedición que debiera continuar en la costa de Arauco, al mando del Coro- 6º EXPEDICIONES DEL CORONEL VILLALÓN Y COMANDANTE FERNÁNDEZ.
nel Barbosa, se componía de tropas del 5º de Línea al mando del Sargento Mayor
don Juan Contreras la compañía del 7 ° de Línea recién llegada que se componía El Coronel Villalón, contemplando que la insurrección tomaba cuerpo alar-
del Capitán don Jorge Wood, Teniente don Anacleto Lagos y Subteniente don Es- mante y a fin de destruir las tribus rebeldes, se puso al frente de una División de
tanislao León; un piquete de Cazadores a caballo, al mando del Alférez don Nico- las tres armas, al mismo tiempo que se ordenaba la salida de otra División que
medes Saavedra; una compañía de milicianos cívicos de Arauco al mando del Ca- debiera operar por las montañas de ultra Bío-Bío, y que saliendo de Santa Bárba-
pitán Cívico don José Manuel Gaete; un piquete de Caballería con el Teniente don ra debieran encontrarse en el interior para operar conjuntamente.
Emilio Vieyte y el Alférez don Eleazar Lezaeta; cirujano don Teodoro Mörner. La primera que salió al mando del Coronel don Alejo San Martín, se puso en
Esta División, compuesta de 700 hombres, emprendió su marcha de la plaza marcha el 2 de diciembre, con dirección a Purén a destruir las tribus del Cacique
de Arauco, el 11 de diciembre de 1859, con dirección a los Maquis, pasando por Mañil.
Tucapel e Imperial, hasta llegar a Tirúa el 17 de enero de 1860, en que tuvo lugar En el trayecto, las grandes humaredas le hicieron comprender que ya estaba
un encuentro con el grueso del enemigo que ascendía a dos mil indios, dejando en conocimiento de los indios el avance de esta División.
en el campo ochenta muertos. En esta campaña que duró hasta el 11 de mayo, o Pocos Caciques se presentaron dóciles, los demás huyeron y haciéndose in-
sea tres meses, la más larga campaña que se haya mantenido en el interior soste- fructuosa toda persecución, resolvió la destrucción y aniquilamiento de todos los
niendo toda clase de privaciones y sacrificios se consiguió someter a la obedien- recursos que encontró.
cia todos los indios residentes en la baja frontera, comprendidos entre Arauco y Sólo los Caciques Nerriam y Lelbul se presentaron sumisos continuando su
el lugar denominado Los Riscos. marcha hasta el Cautín y como no se presentara, ni se tuviera noticias de la Divi-
sión de la montaña, resolvió regresar a Los Ángeles, pero su paso por Purén dejó
al Coronel San Martín, todavía en espera de la citada División, el cual también
5° ATAQUE A LA PLAZA DE NACIMIENTO. pronto regresó.
La División que operaba por la montaña iba al mando del Teniente Coronel
Mientras esto sucedía en la baja frontera, o sea en la costa, en la alta frontera don Toribio Fernández, compuesta de doscientos Infantes del 3º de Línea, cien
ocurrían sucesos sumamente graves. Cazadores a caballo y como cuatrocientos milicianos de Caballería al mando del
El 12 de noviembre atacaron la plaza de Nacimiento, que era uno de los fuer- Comandante don Domingo Salvo.
tes mejor fortificados, dentro de un recinto levantado en alto por gruesas pare- Estos milicianos conocidos generalmente con el nombre de lleulles, iban por
des o cortinas de mampostería, que caían a flote en sus tres costados al cauda- su propia cuenta, sin más incentivo que el saqueo que pudieran efectuar entre
loso río Vergara y que servía de defensa al pueblo de Nacimiento que quedaba los indios bien pocos armados con armas de fuego, y los más con picas y la-
a sus espaldas. que.
La heroica defensa que hizo una compañía del 3° de Línea al mando del Capi- Esta División salió de Santa Bárbara el 24 de noviembre, en dirección a las
tán don Adolfo Holley salvó a este pueblo mandando avanzadas por la parte Sur juntas de Bureo pasando por Pile y Dumo, llegando hasta Micauquén, en perse-
y Oriente para detener al enemigo, pero no pudo evitar que las huestes invasoras cución del Cacique Quilapán. El 6 de diciembre, la vanguardia tuvo un encuentro
arrasaran cuanto encontraran en la isla del Vergara llevándose una gran cantidad con los indios en el paso de un desfiladero, los cuales fueron desechos por los es-
de animales quemando más de quince casas y seis bodegas que importaban gran- cuadrones de Salvo, haciéndoles gran número de bajas y, por nuestra parte, sólo
des pérdidas a sus principales propietarios de aquel lugar. la muerte de tres milicianos.
46 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 47

La desmoralización, que se entronizó entre esos milicianos, no permitió, jun- El 9 se tomó la dirección de Mininco, pasando por las orillas del Renaico y de ahí
tarse con la División Villalón, como estaba acordado pues las frecuentes deser- a Negrete, donde en el día 11 se restableció este fuerte, destruido en la invasión de
ciones que llegaron al número de setenta hombres y muchos de éstos llevándose abril de 1859, dejando en él una guarnición del 3º de Línea y algunos Cazadores.
carabinas y sables, no tuvo otra explicación según Salvo, que éstos habían sido En el camino encontró una carta del Cacique Melin, en que decía a Villalón
llamados o contratados, por sólo ocho días y como la División llevaba visos de no que saliera inmediatamente de sus tierras, y que le concedería paso libre en caso
terminar tan luego se volvían a sus lares a efectuar sus cosechas. que le devolviera sus haciendas que le llevaba y si no lo atacaría con toda su gen-
te que tenía en gran número. Como en esos momentos acababa de ser fusilado un
indio por traidor, el Coronel dijo: es necesario ser cortés y con lápiz puso al pie:
7º SORPRESA A UN DESTACAMENTO DE CABALLERÍA. “El portador va encargado de daros la contestación”.
Al pasar por Renaico, venía cubriendo la retaguardia de la División el ayu-
El año 1861 se inicia con una sorpresa sufrida por una partida de Caballería dante don Cipriano Ojeda, en que se custodiaban grandes piños de ganados, que
de la guarnición de Santa Bárbara que pastaba sus caballos a orillas del Bureo, al se quitaron a los indios. Esta retaguardia en cada recodo de los caminos o pasos
mando de un Sargento la cual fue atacada el 5 de enero por una partida de indios montañosos, era constantemente picada por el enemigo, hasta que en un momen-
que cayó de improviso sobre ellos y sin darles tiempo de ensillar ni reunirse, to dado el ayudante Ojeda llevado de un bélico arranque, contrariando las órde-
fueron cruelmente asesinados el Sargento Rocha, jefe de la partida con ocho indi- nes del jefe, para que nadie lo desprendiera del grueso de la División, se precipitó
viduos más de tropa y seis heridos, pereciendo también algunas mujeres y niños a un pequeño grupo de indios y luego fue envuelto por más de doscientos que
que habitaban esos lugares. se encontraban emboscados, pereciendo a lanzadas el citado oficial y gracias al
arrojo y bizarría de la tropa que lo acompañaba, en que dieron muerte al Cacique
que mandaba y trece indios, pudieron escapar de esta celada.
8º CAMPAÑA AL INTERIOR DEL CORONEL VILLALÓN. Cuando el Coronel Villalón se impuso de este incidente y dentro del criterio
con que mantenía su férrea disciplina exclamó: “Siento la pérdida de mi oficial,
El 8 de enero de 1861 sale de Nacimiento una División al mando del Coman- era un bravo, pero la subordinación es la primera virtud del soldado”.
dante General de Armas de la provincia de Arauco Coronel Villalón, compuesta
de 375 Infantes del 3º y 4º de Línea a cargo respectivamente del Teniente Coronel
don Toribio Fernández y Mayor don Pedro Lagos, 109 Cazadores a caballo al 9º ATAQUE AL FUERTE DE NEGRETE.
mando del Teniente Coronel graduado don Emeterio Letelier, milicianos de Laja
y Nacimiento a cargo del Teniente don Manuel E. Larrañaga y Capitán don Pedro El 17 de febrero a las dos de la tarde atacaron la plaza de Negrete, que recien-
Cárter, cuatro piezas de Artillería a cargo del Capitán don Juan Napoleón Gutié- temente se había reconstruido, a su paso de la División anterior, guarnecida por
rrez y 350 voluntarios de Santa Bárbara al mando del Comandante don Domingo tropa del 3º de Línea y cuarenta Cazadores a caballo que quedaron al mando del
Salvo. Iba de Jefe de Estado Mayor el Teniente Coronel don José Timoteo Gonzá- Sargento Mayor don Luis Felipe Campillo.
lez y ayudantes el Teniente Coronel don Bartolomé Sepúlveda y don Mariano E. El número de indios que atacaron esa plaza se hace subir al número de dos
Guzmán, cirujano don Enrique Burke y proveedor don José Antonio Garretón. mil, que rodeaban los alrededores del fuerte. Campillo mandó ocupar los luga-
Esta División que alcanzaba a más de mil 300 hombres, no tuvo los resultados res convenientes a la defensa, principalmente el paso del Bío-Bío que los indios
que era de esperarse, pues los Caciques Calbucoi y Anticheo, principales promo- trataban a toda costa de tomar. Las tropas dejaron el recinto para salir a batirlos
tores de la sedición, tuvieron oportuno conocimiento. a campo abierto pero como con el constante fuego escasearan las municiones de
El día 8 en las inmediaciones del río Malleco, hubo un ligero encuentro con que la guarnición no estaba bien provista, se mandaron a pedir a Nacimiento
los milicianos de Salvo en que cayeron algunos indios y después una partida de como también refuerzos de tropa se replegaron al recinto del cuartel, sosteniendo
Cazadores a caballo, al mando del Capitán don José María Alvarado, trabó un re- un regular fuego hasta las ocho de la noche, hora en que los indios suspendieron
ñido combate en que salió herido de un lanzazo en la cara, el Alférez Saavedra. el ataque cuando se impusieron que iban tropas auxiliares.
48 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 49

En este hecho de armas que fue recomendado especialmente por el Jefe de 11º INSURRECCIÓN EN LA COSTA DE ARAUCO.
la Frontera al dar cuenta de estas incidencias al Gobierno formaban parte de su
guarnición, a más del Mayor Campillo, los Capitanes don José María Lagos, don En la baja frontera, o sea, el litoral de la costa, la insurrección tomaba gran tras-
José Manual González, don Adolfo Holley, ayudante don Manuel Contreras; Te- cendencia, pues se encontraban amagados los pueblos de Lota y Coronel vién-
nientes don Eulogio Robles, don Napoleón Meneses, don Waldo Díaz y Subte- dose obligado el Intendente de Concepción a pedir fuerzas de las que cubrían la
niente don Vicente Ruiz. De Cazadores a caballo, Capitán don Francisco Zúñiga provincia de Arauco.
y Alférez don Feliciano Echeverría. Al efecto se le mandó una compañía del 5° a cargo del Capitán don Daniel
El fuerte de Negrete fue fundado el año 1840 y es célebre en la historia porque García y con los cívicos de la provincia de Concepción que se pusieron sobre las
en sus campos tuvo lugar el primer parlamento que se celebró con los indígenas, armas, se levantó un fortín por el ingeniero Binimeles en el cerro de Villagrán, en
bajo el período del gobernador Cano de Aponte el año 1726 y que debía servir de el mismo punto, o sea, en la cuesta en que el jefe español del mismo nombre diera
pauta en adelante para nuevos parlamentos al arribo de cada gobernador a este la célebre batalla de Marihueno el 24 de febrero de 1554.
reino. En este fortín se levantó una columna con la siguiente inscripción:
“La civilización contra la barbarie -construido por el Intendente Vicente Pérez
Rosales-. Octubre 30 de 1860”.
10º SEGUNDO ATAQUE A LA PLAZA DE NACIMIENTO.

El 24 de febrero atacaron por segunda vez la plaza de Nacimiento, al man- 12º NOMBRAMIENTO DE CACIQUES GOBERNADORES.
do del Teniente Coronel don Bartolomé Sepúlveda, más de seiscientos indios
divididos en dos grupos que cargaban por el Este y por el Sur. La corta guar- Por esta misma época y de acuerdo con el Jefe de la provincia estaba en vigen-
nición no permitió salir a batirse fuera del recinto fortificado, dónde también cia el acuerdo de asalariar a los principales Caciques de la costa, para mantener-
se había asilado la población, y por esta causa quedaron sitiados por dos los en quietud, como consta del siguiente decreto:
días.
El Coronel Villalón tan pronto tuvo conocimiento de este asedio, salió de Los Santiago, marzo 29 de 1860
Ángeles con una compañía del 4º de Línea al mando del Capitán don Juan José
Ayala, otra del 3º al mando del Capitán don José Ulloa, sesenta Cazadores a He venido en acordar y decreto:
caballo al mando del Sargento Mayor don Federico Soto Aguilar, una pieza de 1º Se establecen cuatro gobernaciones o distritos en el territorio comprendi-
Artillería a cargo del Teniente don Salustio Sotomayor y cuarenta cívicos de Ca- do entre Cupaño y Tirúa limitado al Oriente por la cordillera de Nahuelbuta y
ballería al mando del Mayor don Pedro Cárter. el mar al Poniente. Los límites Norte y Sur de estos distritos serán los siguien-
Estas fuerzas se dirigieron a marchas forzadas y llegaron tan oportunamente tes: el primero desde el río Pilpileo hasta reunirse al Cupaño que toma el nom-
que consiguieron levantar el sitio que los indios habían puesto a ese pueblo. bre de Lebu en su desembocadura el mar, y desde el río Tucapel hasta llegar a
Con este refuerzo permitió impedir la concentración de los dos grupos que la quebrada de los Negros y de este punto vía recta al río Pangue. El segundo
tenían sitiado al pueblo y al presentarse, se ocultó la Infantería para que la Ca- desde esta línea hasta la laguna de Nagalhue que se une al Paicavi. El tercero
ballería diera una impetuosa carga, con lo que entró el desorden y confusión en desde este río hasta el estero de la Antiquina; y el cuarto desde dicho estero
sus filas persiguiéndoles a más de una legua, en que quedaron más de cuarenta hasta Tirúa, siguiendo la cordillera de los Pinales que se une al mar y toma el
muertos y ochenta heridos. nombre de los Riscos.
2º Nómbrase Gobernadores de los expresados distritos, para el Iº al Cacique
Juan Hueramanque; para el IIº al Cacique Juan Mariñanco; para el IIIº al Caci-
que Juan Polma; y para el IVº al Cacique Ignacio Lepiñanco.
50 Leandro Navarro/Crónica Militar Primeras campañas militares, desde noviembre de 1859 a febrero de 1861 51

3º Estos Gobernadores según las órdenes que reciban del Jefe Superior de Subteniente don Guillermo Vargas.
Arauco gozarán de la renta anual de ciento diez pesos cada uno, que les serán Subteniente don Juan Nepomuceno Vergara.
pagados por la Tesorería de la provincia cada cuatro meses en que deberán Subteniente don David del Río.
ocurrir a recibirla. Subteniente don José Joaquín Herrera.
Subteniente don Vicente Ruiz.
Tómese razón y comuníquese. Subteniente don Juan Maruri (en Santiago).
MANUEL GARCÍA MONTT.
Batallón 4º de Línea.
Comandante Coronel don José Manuel Pinto (en Chillán).
13º LLEGADA DE TROPAS Y ROL DE JEFES Y OFICIALES DEL 3º Y 4º DE LÍNEA. Sargento Mayor don Pedro Lagos.
Ayudante don Luis Varas.
El 26 de noviembre entraba al puerto de Arauco la corbeta Esmeralda desem- Abanderado don Gregorio Salce.
barcando medio Batallón del 2º de Línea con sesenta hombres del 4º de Línea y Capitán don José Miguel Silva.
120 Cazadores a caballo, con lo que quedaba regularmente guarnecida la baja Capitán don Amador Fuenzalida.
frontera a las órdenes del Coronel don Mauricio Barbosa. Capitán don Demófilo Fuenzalida.
Después de relatar esta sucesión de campaña al interior de la Araucanía que Capitán don Pedro Antonio Guiñez.
podemos calificar de la 1ª etapa de la conquista y reducción de la Araucanía a que Capitán don Pedro María Aravena.
nos venimos refiriendo, y como no sería posible estar demostrando el personal de Capitán don Juan José Ayala.
jefes y oficiales que actuaron en cada una de estas campañas, baste para los fines Teniente don Quintiliano Barbosa.
que persigo hacer nueva relación del rol que corresponda a los Cuerpos que hasta Teniente don Segundo Vidaurre.
aquí han tomado parte. Teniente don José María Segundo Soto.
Teniente don Juan José San Martín.
Batallón 3º de Línea Teniente don José Canto.
Comandante Teniente Coronel don Ignacio Navarrete Subteniente don Nicolás González A.
Sargento Mayor don Luis Felipe Campillo. Subteniente don José Vicente Muñoz.
Ayudante don Adolfo Holley. Subteniente don Alejandro Gorostiaga.
Ayudante don José Manuel González. Subteniente don Nicolás Segundo Jiménez.
Abanderado don Telésforo Silva. Subteniente don José Agustín González.
Capitán don Tomás Martin. Subteniente don Pedro Jara.
Capitán don José María Lagos. Subteniente don Bartolomé Ibáñez.
Capitán don José Ulloa. Subteniente don Martín Bravo.
Capitán don José del Carmen Díaz.
Capitán don Anselmo Urrutia. Del 7º de Línea, sólo se encontraba una compañía.
Teniente don Napoleón Meneses. Capitán don Jorge Wood.
Teniente don José Luis Acuña. Teniente don Anacleto Lagos.
Teniente don Waldo Díaz. Subteniente don Estanislao León.
Teniente don Manuel Contreras.
Teniente don Fermín Jara.
Teniente don Eulogio Robles.
Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 53

CAPÍTULO III El tercer proyecto, avance sucesivo de líneas de fronteras, hasta llegar a la
línea de Toltén que nos separaba de la provincia de Valdivia, trayendo como con-
secuencia, al fin, la incorporación al territorio de la República fue el que, como
era natural, tuviera más adeptos.
Este era el desideratum que patrocinaba con tanta vehemencia el Coronel
Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861.
Saavedra.

1º Diversos proyectos de conquista que dominan en la opinión. ––2º El Presiden-


te Pérez acepta el proyecto Saavedra. ––3º Memorial que presentó Saavedra. ––4º 2º EL PRESIDENTE PÉREZ ACEPTA EL PROYECTO DE SAAVEDRA.
Manifestaciones de los pueblos fronterizos. ––5º El Congreso concede fondos y
sale la expedición de Valparaíso. ––6º Estado de ánimo de los indios. ––7º El Go- Al iniciarse la nueva administración del Excmo. señor don José Joaquín Pérez,
bierno ordena suspender las operaciones. ––8º Saavedra eleva su renuncia. ––9º y antes de tomar el mando, tuvo conferencias con el señor Saavedra referente
Contra las órdenes del Gobierno, se construye Mulchén. ––10º Memoria de los a este tema y solicitó de él continuase en el mando de la provincia, a lo que ya
trabajos efectuados en 1861. ––11º Personal de jefes y oficiales. anteriormente había manifestado deseo de retirarse a la vida privada, Saavedra
le sostuvo que lo acompañaría gustosamente, siempre que se comprometiese a
acometer la gran empresa de la conquista de la Araucanía4.
Tal pensamiento llenó de entusiasmo al señor Pérez y después de repetidas
conferencias con el señor Saavedra, aceptó la idea y le expuso que si durante su
1º DIVERSOS PROYECTOS DE CONQUISTA QUE DOMINAN EN LA OPINIÓN. administración se conseguía establecer una plaza militar al Sur de la línea del
Bío-Bío, como ser la repoblación de Angol, se daría por muy satisfecho y que una
DEJAMOS AL CORONEL Saavedra en el capítulo anterior desempeñando la Intenden- vez que se recibiese del mando contase con su más decidida cooperación.
cia de Valparaíso con motivo de los movimientos revolucionarios de aquel año, A fines de septiembre volvió el señor Saavedra a reanudar sus conferencias
pero siempre preocupado de su atención preferente de la conquista y pacificación con el señor Pérez, manifestándole la conveniencia de no retardar las operaciones
de la Araucanía que era todo su anhelo. de esa campaña, que era necesario iniciarla en el mes de noviembre y aprovechar
La preocupación general en el país, era también la solución de este grave pro- toda la estación de verano.
blema. Cuando se supo en el público que la nueva administración se iniciaba con la
Los proyectos que habían fijado la atención de estadistas y militares eran resolución del problema araucano y que su ejecución se confiaba a uno de los
tres: jefes que mereció señaladas pruebas de deferencia de la administración Montt,
1º Reducción por medio de la difusión primaria y de la religión con escuelas acudieron los amigos del señor Pérez a significarle el peligro que corría de verse
y misioneros. envuelto en una guerra de grandes proporciones en la Araucanía, para lo que el
2º Ocupación del territorio exterminando violentamente a sus habitantes. país no estaba preparado, y que en el señor Saavedra no había sino un propósito
3º Reducción por medio de adelantos progresivos de líneas de fronteras. político, de poseer el mando del Ejército para servir las miras de los hombres del
El primero puesto en práctica desde los tiempos coloniales, no ha dado resul- pasado Gobierno.
tado alguno, pues el indio se ha acostumbrado a mirar al misionero simplemente Como era natural en aquellos momentos el señor Pérez llamó en su consejo
como un hombre bueno, pero sin influencia para obtener sus principios de liber- a varios hombres públicos, y a jefes muy caracterizados del Ejército y la opinión
tad y como mediadores o parlamentarios con las autoridades chilenas. fue desfavorable al avance de la línea de frontera.
El segundo proyecto, las razones de humanidad que aconseja la clemencia,
no permitía lata discusión, por más que se hiciera valer el ejemplo de Estados
Unidos. 4
La Araucanía por Horacio Lara.
54 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 55

El presidente conferenció nuevamente con el señor Saavedra. Le manifestó el 3º MEMORIAL QUE PRESENTÓ SAAVEDRA.
juicio de las personas que había invitado y sus serios temores de ir adelante en
tal empresa. Por toda contestación el señor Saavedra agregó: “ya que Ud. vacila El día 11 se apresuró a presentar su memorial y como una pieza magistral que
señor Presidente no es posible ir más allá y sólo le ruego me permita retirarme a honra el talento de un gran estadista, la copio íntegra.
la vida privada como antes se lo signifiqué, debo sí decirle que no me extraña el
juicio ligero que forman personas que no han estudiado un negocio por si extra-
ño para ellos”5. MEMORIA
En cuanto a las altas personalidades de nuestro Ejército, es indudable que Sobre la necesidad de adelantar la frontera sobre el río Malleco pasada por el
ellos no se pondrían al frente de ella, con los escasos elementos que yo exijo, por- Intendente de Arauco al Señor Ministro de Guerra.
que no estarían dispuestos a correr ningún albor que comprometiese sus antece-
dentes y reputación; no sucede lo mismo con el hombre de iniciativa privada, que Valparaíso, Octubre 11 de 1861
ansioso de hacer un servicio a su país, ha estudiado los medios de conseguirlo
con los elementos naturales del Gobierno, sin imponer al presupuesto ordinario Señor Ministro:
de la nación un gasto que prudentemente no puede exceder de $ 50.000,00 para
ocupar a Angol. Cumpliendo con lo ordenado por Ud. en su nota del 7 del corriente Num.
Es más, señor Presidente: yo no soy un loco aventurero que me lance a temera- 613, someto a su consideración la exposición que tengo el honor de incluirle en
rias empresas, respeto mi nombre y mi pellejo, y si V. E. me ha visto siempre lleno que se manifiesta la imperiosa necesidad del adelanto de la línea de frontera
de entusiasmo porque tengo fe ciega y una voluntad decidida para hacer bien a sobre el río Malleco, dando así seguridad a las poblaciones fronterizas y permi-
mi país.” tiendo el desarrollo de la riqueza pública.
Estas razones convencieron al señor Presidente y lo autorizó para seguir ade- La urgencia con que Ud. me pide estos datos, me hacen temer vayan algu-
lante en su empresa. Estas últimas conferencias tenían lugar en los primeros días nos errores en la redacción, porque no he tenido tiempo para su revisión.
de octubre de 1861. Y al efecto se dictó el siguiente decreto:
Dios guarde a Ud.
Ministerio de la Guerra N.° 613
CORNELIO SAAVEDRA.
Santiago, octubre 7 de 1861

Al Intendente y Comandante de Armas de Valparaíso: Consideraciones en favor de una línea de frontera sobre el río malleco

Para ocurrir a las Cámaras pidiendo la autorización necesaria a fin de dis- I


poner de algunas sumas que deberán invertirse en los gastos que demande Reseña de la situación de la alta frontera.
la realización del pensamiento del Gobierno de adelantar la línea de frontera,
conviene que Ud. remita a este Ministerio a la mayor brevedad posible una nota Desde que en el siglo pasado se estipuló reconocer como línea divisoria entre
en que se desarrolle dicho pensamiento con todos los detalles que hagan notar los españoles y los indígenas el río Bío-Bío, bien poco se ha avanzado en la obra
su utilidad, acompañando el respectivo croquis de las localidades. de reducción y civilización de los araucanos. La falta de un plan sistemático y
seguido con fe y constancia ha hecho por otra parte infructuosos los esfuerzos
Dios guarde a Ud. individuales y las conquistas de comercio de la civilización. Reducidos los ele-
MANUEL GARCÍA. mentos puestos en acción a las misiones mal combinadas y servidas en la gene-
ralidad e impotentes por sí solas, ha ido postergándose indefinidamente el gran
5
Palabras textuales de Saavedra. pensamiento de nuestra integridad nacional por la reducción y civilización de
56 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 57

los indígenas. Basta recordar que por estos medios, no se ha continuado, sino tituido la frontera al estado de inseguridad y desolación que tenía antes de
por cortos intervalos la lucha a muerte entre las dos razas, sin que hasta ahora 1835.
se haya extinguido ni el profundo antagonismo que las divide y sin que una La población de Negrete, reducida a cenizas por el fuego de los bárbaros,
sola de esas misiones haya servido siquiera como fundamento de una pobla- arrasadas las habitaciones, bodegas y trabajos realizados, robados los ganados,
ción. La relajación es siempre la misma y ninguna de las ventajas de la civiliza- incendiadas las sementeras, no debían hacerse esperar el abandono hecho por
ción ha podido afianzarse en aquel territorio por medio de las misiones. los pobladores de un territorio en que podían ser víctimas de la saña cruel de
Los españoles en los primeros tiempos de la Conquista, con escasos ele- los indios, que no han respetado jamás ni las personas, ni las cosas que puedan
mentos y en corto número, pudieron, sin embargo, obrar con más eficacia por llevar la civilización.
medios combinados y enérgicos que dieron en cortos años, resultados porten- El aniquilamiento de la frontera y el desaliento de los espíritus, es el resul-
tosos y que aun admiramos. Las misiones, la fuerza, el comercio garantido con tado de aquellas privaciones que pueden repetirse día por día, si el Supremo
el vigor de la autoridad, pudiendo asimilar poblaciones heterogéneas y fundar Gobierno no ocurre en protección de las vidas y de las propiedades y adopta
una nación con un territorio extenso, poblado de enemigos, con un corto nú- medidas de seguridad más extensas y radicales que las que hasta ahora se han
mero de hombres civilizados y resueltos. presentado. Las otras poblaciones de la línea de frontera no corrieron poco
Los resultados de la experiencia permiten optar entre los diversos sistemas riesgo al seguir la suerte de Negrete, y sin las cortas guarniciones militares que
que pueden emplearse para llegar a un fin tan deseado por la generalidad y al se han sostenido, los araucanos para nuestra vergüenza, habrían conquistado
que se han consagrado tantos esfuerzos como heroicos sacrificios. por la desolación, una parte del departamento de la Laja.
Tomando como punto de partida la época de nuestra emancipación políti- En cuanto lo permitió el orden público amenazado en otros puntos de la
ca, veremos sucederse los mismos efectos por causas idénticas. La fuerza mili- República, el Supremo Gobierno entró a reprimir la sublevación de los indios
tar imponiendo respeto a la barbarie y dando garantías al comercio, conquistó por dos campañas consecutivas llevadas hasta el Imperial, que han dado los
al Sur del Bío-Bío o de línea antes respetada, el punto de Negrete, que fue en resultados que siempre han producido estas operaciones. Nuestro Ejército, vic-
1840 un reducido y mal formado puerto y que llegó a ser una población de más torioso en todas partes, ha recorrido la Araucanía, sin llegar jamás a encontrar
de mil 500 habitantes. En donde obraron los misioneros, no fueron más felices a un enemigo organizado, que huye por los bosques para aprovechar los mo-
que en otra época, ni lo son en el día, ni aun siquiera para facilitar el comercio mentos que le sean propicios. Escarmentados, sin embargo, en los encuentros
y la franca comunicación con los indios. que fueron posibles y restituida nuestras fuerzas a sus posiciones, aquellos
El misionero cree comprometida con lo que llama su influencia, si muestra han quedado en la misma posibilidad y libertad de asaltar a las poblaciones
siquiera un tratado amistoso y cordial con la raza civilizada, es más que un indefensas y robar sus animales y cosechas.
propagador del Evangelio, un prisionero de los caprichos y de los hábitos, La situación es, pues, deplorable a este respecto: no hay alguno que pue-
singulares de los indios. El pueblo de Negrete, guarnecido por una pequeña da en esa inseguridad aventurar lo que aún le quedó por perder; la industria
fuerza, fue desarrollando poco a poco la población de los campos inmedia- y el comercio extinguidos; la población misma que podía servir de refugio,
tos y fermentando la industria agrícola y su mutuo comercio que, en no poca en escombros y cenizas, y en consecuencia los propietarios desposeídos, y los
extensión, se ha hecho hasta los últimos años. Fundos extensos, trabajados y bárbaros enseñoreándose en sus últimas conquistas sobre nuestra civilización.
cultivados se fueron formando al Sur del Bío-Bío, en la alta frontera y en el año El Gobierno podrá comprender mejor esta situación y la dificultad de que se
1858 ascendían según cálculos más prudentes a más de catorce mil habitantes mejore por los esfuerzos particulares, con una breve descripción del terreno y
españoles, el número de los pobladores rurales aumentando incesantemente de los puntos ocupados por las guarniciones ordinarias.
por la creciente inmigración de otras provincias. Principiaba también a reali- El llano intermedio que se extiende al Sur del Bío-Bío y al Oriente del Ver-
zarse en no reducida escala la absorción de la raza indígena por la civilizada y gara, adecuado por su buena calidad a la explotación de la agricultura, es el
muchos naturales entraron en la vía de la civilización y del trabajo. que en una parte no pequeña, contenía antes de 1859 los catorce mil pobla-
Los desgraciados acontecimientos que se han sucedido desde 1859 hasta dores y los muchos fundos cultivados en el territorio indígena perteneciente
la fecha, han destruido la obra comenzada bajo tan favorables auspicios y res- a los españoles. Los fuertes militares en la actualidad son: el del Nacimiento,
58 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 59

San Carlos, Ángeles y Santa Bárbara; el primero al Poniente del Vergara, y los II
demás al Norte del Bío-Bío. Por consiguiente, estando la fuerza militar a reta- Línea del Malleco.
guardia de los muchos pobladores y separada por un río caudaloso, no podrá
ser eficaz y oportuna su protección. Cuando más alcanzarían a ejercer una in- El sistema de reducción y civilización de los indígenas que somete a la alta
fluencia moral débil, sin embargo, para contener a los indios en sus depravacio- consideración del Supremo Gobierno, consiste: 1º en avanzar la línea de fronte-
nes. No obstante una confianza: exagerada en la tranquilidad de los araucanos ra al río Malleco; 2º en la subdivisión y enajenación de los terrenos del Estado,
aglomeró en aquellos terrenos muchos capitales e individuos que se perdieron comprendidos entre el Malleco y Bío-Bío; 3º en la colonización extranjera de los
en un día de desolación. terrenos que sean más a propósito.
El pueblo de Negrete, fundado al Sur del Bío-Bío, era el único punto que Examinaré con la extensión que me permitan los estrechos límites de esta co-
podía prestar en su radio reducido alguna seguridad y esta es la causa que fo- municación cada uno de estos puntos por el orden en que están enumerados.
mentó este pueblo para reunir más de mil quinientos habitantes ocupados del El río Malleco, aunque tiene un caudal de agua menor que el Bío-Bío, pre-
comercio y de la agricultura. senta ventajas incontestables y reconocidas ya por personas competentes para
De esta sucinta descripción aparece de fácil comprobación, que mientras no una línea de fácil defensa contra los indios. En vista del plano se comprenderá
se adopte un plan mejor concebido y sostenido, se hace imposible obtener el que su situación favorece también la protección a todos los grandes intereses
progreso de aquella parte de la República, y la reducción y civilización de los de españoles comprometidos hoy indefinidamente; naciendo de la cordillera
indígenas. Pueden conseguirse resultados precarios y transitorios, pero nunca desemboca en el Vergara en Angol como a once leguas al Sur de la línea actual
permanentes y radicales. y comprende un área de terreno entre ambas líneas que no bajará de 350 mil
Con este convencimiento y la experiencia de algunos años, adquirida en pre- cuadras cuadradas. Las altas barrancas que forman su caja en casi todo su curso
sencia de los sucesos y de las localidades, puedo proponer al Supremo Gobier- deja franco el paso por cinco o seis puntos, que también pueden inhabilitarse a
no, con certidumbre de alcanzar el fin que se desea, medios de fácil aplicación, poca costa algunos de ellos. Los nuevos fuertes que se marcan en el plano con
poco costosos y seguros en sus resultados. una cruz, desde Angol hasta la montaña en cinco puntos en que permite paso el
Pueden entrar las misiones, ya que se sostienen de fondos nacionales, en Malleco dejaría en una casi completa incomunicación a las fuerzas de indígenas
la combinación de los elementos que hayan de cooperar a la reducción y civi- organizadas.
lización de los araucanos y el erario nacional podrá también abrirse a nuevas Si pudiera ser practicable en otros puntos el tránsito, no lo sería sin duda por
vías directas de riqueza en una época inmediata; fuera de la influencia que en grupos de alguna consideración, ni es posible que se intentase por la natural
el producto y consumo general han de ejercer, cientos de miles de cuadras hoy desconfianza del salvaje, sabiendo que dejaría fuerzas enemigas a retaguardia.
incultas e improductivas, entregadas a la industria y civilización. El Bío-Bío para el indio es muy pequeño obstáculo, pues lo salva a nado y no
El sistema que propondré en esta exposición, ni es nuevo ni desconocido de siempre es fácil cortarlos en su retirada. Los nuevos fuertes corresponderían a
toda persona que ha estudiado con interés y patriotismo y en vista de las loca- los de Nacimiento, Negrete, San Carlos y Santa Bárbara y no exigirían, una vez
lidades el medio de integrar la República en su estado natural. establecida la nueva línea, más tropa de guarnición que las que cubre el servicio
Muchas son las personas notables que han revelado al público unos, y otros en las plazas actuales, con excepción sólo de los dos primeros años, en que con-
al Supremo Gobierno y aun al Congreso estas mismas ideas que yo he corro- vendría inspirar plena confianza a los habitantes y a la misma tropa, así como
borado después de examinar la frontera en diversas y variadas situaciones y hacer más poderosa y eficaz su influencia en el ánimo de los indígenas.
conocer el carácter de los indígenas. El establecimiento de esta línea no demanda, por otra parte, sacrificios de
importancia. El Supremo Gobierno conoce lo que es un fuerte de defensa en la
frontera y el poco costo de los cuarteles que se habrían de trabajar para como-
didad de la tropa. Todas estas obras como las que se aconsejan la experiencia y
progreso de las poblaciones que se críen en cada plaza, se harían con la misma
fuerza, que consagrada exclusivamente a conservar su puesto, y a prestarse
60 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 61

mutuo auxilio de fuerte a fuerte, tendrían tiempo sobrado para el trabajo. Con Vergara de fácil navegación hasta Angol, presenta una expedita comunicación y
este arbitrio y llevando elementos de construcción, con las divisiones que hayan facilidades al comercio con los pueblos de Nacimiento y Concepción; y además
de tomar posición de las márgenes del Malleco, las obras de seguridad pueden el transporte de los frutos puede hacerse cómodamente por terrenos planos y
estar concluidas en poco tiempo y los cuarteles antes de la mala estación. Las abiertos aun hasta puntos distantes. A estos motivos de fomento pueden agre-
operaciones militares dirigidas sólo a conseguir este propósito, no presenta- garse las misiones que habrán de establecerse, más bien que en puntos aislados
rían ni riesgos ni dificultades y es por otra parte probable que tentando medios en recinto de las poblaciones para atender al servicio del culto y a las necesi-
amistosos con los jefes principales de los indios, cooperen mucho en la ejecu- dades espirituales de los habitantes cristianos, sin que dejen de tener ocasión
ción del plan propuesto, según datos que he podido recoger recientemente. de ejercer su misión con los indígenas convertidos a los hábitos civilizados, y
Si la táctica del indio ha burlado en otras ocasiones los esfuerzos de nuestras propender a la educación de las escuelas primarias cuando sea oportuno.
tropas, huyendo a su vista para organizarse en otra parte, esperar que momen- Respecto a la tropa, dos clases de estímulo pueden adoptarse, o bien se dona
to oportuno para sorprender o hacer excursiones rápidas para a robar a largas una extensión de terreno a los que hayan de radicarse en aquellos puntos o bien
distancias aprovechando la ausencia de nuestras tropas; adoptando ahora un se fija un sistema gradual de sueldos por cuatro o cinco años, que consistirá en
plan defensivo, evitando el cansancio y desorden que producen marchas pre- darles una extensión de tierra para su cultivo, y en el primer año sueldo íntegro,
cipitadas y constantes, y ocupando sobre todo posiciones como las que pro- en el segundo dos tercios, en el tercero una mitad, en el cuarto un tercio, para
pongo, se encontraría el salvaje impotente para embarazar el trabajo que ha de que en el quinto se hallen en actitud de consagrarse exclusivamente a su trabajo
incomunicarlo con el territorio poblado por los habitantes civilizados. Es de y proveerse por sí de los medios de subsistencia, con la obligación de prestar
notar, por otra parte, que los indígenas, desalentados por el resultado de las servicios militares en los casos urgentes, o quedar en calidad de milicianos por
luchas pasadas y en la necesidad urgente de proveer a la conservación de sus el espacio de cinco años. Este temperamento deberá adoptarse sólo con los que
ganados y a la suya propia, no han de encontrarse bien dispuestos para una lo soliciten.
nueva campaña. Entre el Bío-Bío y el Malleco existen hoy muy pocos habitantes El comercio, como agente poderoso que debe obrar en la consecución del
indígenas, si aun en 1858 no pasaban de quinientos, según la estimación hecha objetivo propuesto, puede hacérsele servir con eficacia y en poco tiempo. El
por personas conocedoras de aquellas localidades, siendo muchos asimilados comercio con los indios en manufacturas, licores y principalmente en plata, ha
con la raza civilizada. Arreglos amistosos para el establecimiento de la nueva sido en los años que precedieron a los sucesos de 1859, muy importante, ha-
línea, son tantos más probables, cuanto que pueden encargarse personas de in- ciéndose un cambio muy ventajoso de cereales, lanas y animales. Establecida la
fluencia con los indígenas para conseguirlo, y entonces se hace más fácil y más línea del Malleco y restringido el comercio de los indios a las plazas fronterizas,
económico todo procedimiento para alcanzar este fin. con prohibición de hacerlo en otra parte, se atraería a ellas centenares de per-
Resguardado el territorio al Norte de Malleco por la nueva línea, los propie- sonas que han consagrado especialmente a esta ocupación; y es de esperar que
tarios civilizados, los antiguos pobladores y otros muchos nuevos irían en poco los mismos araucanos recibirán mayor provecho de un sistema así establecido
tiempo a fomentar el comercio y la industria y a dar vida a los pueblos que han en sus relaciones con los españoles.
de formarse bajo la protección de los fuertes. Este ha sido el origen de las ac- Las plazas de Malleco, colocadas unas de otras a una distancia de dos leguas,
tuales poblaciones de la frontera, y no dudo que las mismas causas producirán poco más o menos, y comunicadas por caminos fáciles, pueden prestarse prontos
hoy iguales efectos. Una guarnición de cien a doscientos hombres lleva consigo auxilios en los casos necesarios, dándose señales por medio de piezas de Artille-
muchos especuladores al menudeo, que expenden los artículos de consumo, ría de grueso calibre. Estas mismas señales servirán de aviso a los habitantes de
ensanchan poco a poco el precio y lleva a muchos agricultores, que van estable- los campos para buscar la protección y seguridad de sus vidas e intereses en los
ciéndose de un modo permanente en el transcurso de pocos años. Los indivi- puntos militares más inmediatos; esos mismos poblados robustecían las guarni-
duos de tropa retirados del servicio, que ven facilidad de ganar cómodamente ciones militares, haciendo así más imposibles las depravaciones de los salvajes.
su subsistencia para su familia, son otros tantos pobladores que acrecentarán la Si llevado a su total realización este pensamiento da los resultados que todos
producción, población y consumo. Las condiciones ventajosas como la buena prevén, en dos o tres años más, puede seguirse avanzando la línea de frontera,
calidad de los terrenos, son también motivos que asegurar este desarrollo. El río hacia el Sur partiendo de la costa, y así sucesivamente hasta que haya desapa-
62 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 63

recido la actual anomalía de existir un territorio chileno al cual no alcanza el Para conseguir tan útiles resultados y facilitar al Supremo Gobierno los me-
imperio de la Constitución y de las leyes de la República y concluya para siem- dios de adoptar resoluciones prontas y seguras, conviene que, tan pronto como
pre el antagonismo entre las dos razas, por la civilización de los bárbaros. El se establezca la nueva línea, se mensuren hijuelas y tracen los terrenos vacantes
Supremo Gobierno habrá hecho un bien de alta trascendencia para el porvenir, por ingenieros militares que puedan formar parte de la División que tome po-
dando inmediato principio a la ejecución de este plan, y remediará de cuanto sesión del Malleco.
es posible la miseria a que ha quedado reducida una parte bien considerable Calculada la extensión de este territorio en 350 mil cuadras cultivables, pue-
de la provincia de Arauco, víctima desde 1859 de las expoliaciones y asesinatos de estimarse en más de 200 mil, las que no son poseídas legalmente y a las
cometidos por los indios. que el fisco tendría un derecho expedito. De éstas convendría dejar una parte
considerable para colonias y para distribuirlas entre los individuos del Ejército,
según lo expuesto anteriormente.
III El precio de cada cuadra, adoptando un término medio, no bajará de cuatro
Enajenación de los territorios del Estado. pesos y por consiguiente el erario nacional puede procurarse una renta anual
no despreciable.
La enajenación de los terrenos baldíos o fiscales que existen entre el Bío-Bío y Si se toma en cuenta la mayor producción y que todos los fundos que se
el Malleco no sólo concurriría al fin antes dicho, sino que indemnizaría al Esta- enajenen pagarán una contribución territorial, puede afirmarse, sin temor de
do de los gastos que demanda el afianzamiento de la seguridad de la frontera. aventurar un juicio exagerado, que el Estado reembolsará sus gastos y obtendrá
La importancia de esta medida, es fácil de comprender. Subdivididos los nuevas fuentes de riqueza para su erario, de que carece al presente, aun en el
terrenos en hijuelas de quinientas a mil cuadras cuadradas, y enajenadas en caso que las operaciones militares y la construcción de fuertes y cuarteles, no
pública subasta, habría muchos interesados halagados por el bajo precio o por fuere tan económica como lo he propuesto.
la comodidad del pago, si las ventas hubieren de hacerse a censo redimible de La influencia que la explotación de aquel territorio ejercerá sobre el comer-
un cuarto por ciento en todo o parte, o a plazos, y finalmente por la garantía que cio en general del Sur y aun del extranjero, será notable en sus inmediatos resul-
ofrece el vendedor. El interés individual hará que en pocos años esos pequeños tados por la facilidad de los trasportes y el moderado costo de la producción.
fundos se poblasen y cultivaren, y entonces no habría posibilidad de que fuesen En los años que precedieron al año 1859 se sustentaba un comercio ya muy
amagadas ni perturbado en sus labores. La protección de las fuerzas a vanguar- extenso, y cuya paralización ha sido muy sentida en todos los pueblos que go-
dia, la población acrecentada y los fundos destinados y cerrados, pondrían mu- zaban de aquellos beneficios. No puede calcularse en menos de 250 mil fanegas
chos obstáculos insuperables a los indios, si alguna vez pretendiesen intentar de cereales las que se producían en la extensión indicada, ni en menos de 8 mil
fortuna. La enajenación de cada hijuela convendría se hiciese bajo condiciones quintales de lana los que se extraían para el extranjero. No obstante el principal
convenientes para que se asegurasen en el menor tiempo posible la estabilidad artículo era el de animales vacunos, pues desde allí se proveían muchos espe-
de las ventajas que este sistema ha de producir, y afianzarse la reducción de los culadores en grande escala, para conducirlos a las provincias centrales. Todos
indígenas y la integridad del territorio. estos artículos se cambiaban por mercaderías extranjeras, por licores o plata
Tales condiciones podrían consistir: 1º en que los compradores cerrasen con amonedada o manufacturada.
fosos sus propiedades donde lo permitiere el terreno, en el termino de dos años; Conviene, sin embargo, evitar un mal sentido desde muchos años atrás,
2º en que dentro del mismo término trabajasen su habitación; y 3º en que tuvie- resultante de los fraudes que se cometen en las enajenaciones de terrenos de
sen en dos años más, una posesión para cada inquilino, arrendatario o sirviente indígenas y que han producido un caos en la legitimidad de los derechos sobre
por cada cien cuadras. terrenos. Bien sea que el indio vendedor engañe al comprador, presentándose
Otras industrias favorecidas por la agricultura y el comercio irían también como dueño sin serlo, bien sea que el comprador, abusando de la ignorancia del
en poco tiempo a cooperar a la acción civilizadora de todas las demás causas indio, lo induzca a errores, resulta que por estas u otras causas se ha producido,
enunciadas, y el departamento de Nacimiento, en esta parte, sería conquistado y se producirá mientras subsista tal orden de cosas, un palenque de juicios in-
a la barbarie, sin necesidad de una guerra destructora. terminables, una confusión de derechos que no pueden evitarse.
64 Leandro Navarro/Crónica Militar Planes de conquista en el territorio araucano. Año de 1861 65

El Supremo Gobierno dictó muchas y muy bien calculadas resoluciones para uso de esa facultad, cuando lo exigiesen los intereses públicos y la naturaleza
evitar estos males, y aun adoptó la idea que ahora tengo el honor de proponer del negocio sometido a juicio.
a Ud.: la de prohibir todo contrato de venta hecho por indígenas. Personas hay que, constantemente, han estado dispuestas a ceder a favor del
Todos los que han tenido la ocasión de hacer estudios prolijos sobre la fron- Estado parte considerable de los terrenos que poseen en el territorio indígena,
tera, y entre ellos me hago un honor en citar a don Antonio Varas, han creído a trueque de ver garantido el resto de los amagos de los indios y hacer cesar la
que el único medio de establecer las relaciones con los indios bajo mejores bases inseguridad de sus títulos en contraposición a veces con las del Fisco; y es de
y evitar en lo posible los fraudes en los contratos en que intervienen, es adoptar suponer que la mayor parte de los que se hallan en iguales circunstancias obra-
como principio que el Estado sea el único comprador de los terrenos pertene- rían en el mismo sentido, consultando su bien entendido interés. Una comisión
ciente a indígenas, sino para que los enajene en hijuelas proporcionada y por el compuesta por el Intendente, el secretario y el agente fiscal especial, podría in-
mismo precio de costo o en subasta pública. formar al Gobierno acerca de la conveniencia de las transacciones que se propu-
Esta medida aunque no aparezca desarrollada en toda su extensión en la pre- siesen para que fueren autorizadas en vista de los expedientes originales, de los
sente memoria, es de suma importancia, contribuirá en gran parte a establecer re- títulos y documentos de los interesados. Sin adoptarse estas otras precauciones
laciones amistosas con el indio y a que el comercio se haga bajo mejores auspicios, análogas que el Supremo Gobierno adopte más propias y eficaces, se verían
pues mucha parte de las hostilidades que los comerciantes reciben de los indios, comprometidos muchos de los inestimables bienes que la República puede re-
son provocadas por los fraudes que en los contratos sobre terrenos han sufrido portar de la reducción de los araucanos y de la incorporación de su territorio.
éstos, produciendo así entre ellos la desconfianza y rencor hacia los españoles.
Me remito al juicio ilustrado que tan notables personas, como la que acabo
de citar, han formado y comunicado al Supremo Gobierno y a otros Cuerpos IV
del Estado y al de Ud. mismo, que habrá tenido ocasión de estimar las mismas Colonización extranjera.
causas y sus efectos. Prudente es precaver con tiempo las usurpaciones que
podrán hacerse al Estado por los particulares, aprovechándose sin título de los La colonización extranjera es otro de los medios que deben entrar en la re-
terrenos vacantes. Contratos ficticios, enajenaciones fraudulentas, posesiones ducción y civilización de los indígenas, bajo las mismas bases y condiciones
supuestas, internaciones, etc., pueden ser armas que se usen con alguna gene- que las establecidas para las colonias de Llanquihue y Human, destinándose
ralidad, para cometer esas usurpaciones y obtener adquisiciones fáciles aunque la extensión de terrenos que sea más conveniente a desarrollarla y radicarla.
precarias. La enajenación de pequeñas propiedades a nacionales y extranjeros, y la cesión
Para que los intereses públicos puedan defenderse contra maquinaciones de otras a los colonos, haría que la colonización fuese más fecunda en sus re-
bastardas, es urgente proceder al nombramiento de un fiscal encargado de se- sultados, reuniendo en un mismo punto distintas nacionalidades y facilitando
guir los juicios correspondientes y practicar las gestiones que convengan a los la asimilación de los colonos y nacionales y la introducción y propagación de
intereses del Estado ante la justicia ordinaria. El secretario de la Intendencia industrias más perfeccionadas de hábitos más laboriosos. Por otra parte, el ma-
que hasta ahora ha desempeñado este cargo, no puede ejercerlo sino en la ca- yor valor de los terrenos cultivados y la creación de nuevas industrias vendrían
pital de la provincia, pues no podría abandonar sus principales ocupaciones a redundar en provecho del Estado, y a promover la inmigración voluntaria de
reconociendo por sí mismo las localidades, hacer investigaciones, ni practicar otros puntos de la República y del extranjero.
otras diligencias que habrían de dar otra solución más pronta y favorable a los Dando a la colonización toda su importancia y fomentándola en una escala
juicios. Una dotación de dos mil pesos anuales y por un tiempo determinado proporcionada, en pocos años el Fisco podría utilizar centenares de miles de cua-
evitaría al Estado pérdidas de mucha consideración y trascendencia. También dras de los terrenos situados entre el Malleco y el Imperial y algo más adelante,
convendría que el Supremo Gobierno se hallase investido por el Congreso de la la existencia de tribus salvajes en la República sólo aparecería consignada en las
facultad especial de dirimir por sí o por medio de las autoridades administrati- páginas de la historia. La calidad de los terrenos, la facilidad de las conduccio-
vas subalternas si conociendo como arbitrador aquellos juicios en que tuviesen nes y trasportes por ríos navegables y el clima mismo, hacen de aquella parte
parte y pudiesen hacerse interminables por las vías ordinarias, pudiendo hacer de la República la más adecuada y propicia a la colonización, y la que más se
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presta a dar las proporciones que el país exige. La falta de habitantes nacionales, V
que ocasiona la estancación de la agricultura e impide el nacimiento y desarrollo Régimen especial de la frontera.
de otras industrias, no puede remediarse sino es en la colonización extranjera,
felizmente iniciada con buenos resultados en las provincias de Llanquihue y Los artículos 1º y 2º de la ley de 2 de junio de 1852 reconocieron la necesidad
Valdivia. Los colonos protegidos por la nueva línea de frontera serían seguros de establecer un régimen especial para los territorios habitados por indígenas,
auxiliares de las guarniciones militares en los casos de guerra, y prestarían su y autorizaron la formación de las ordenanzas de frontera, llamadas a promover
mayor inteligencia y laboriosidad al fomento de los pueblos fronterizos. la reducción y civilización de los indígenas, y establecer las relaciones comer-
La paz sólida y bien afianzada de que felizmente goza hoy la República, ciales, bajo bases de protección para los indios. En efecto, no es concebible la
presenta la ocasión más favorable para la ejecución de estos proyectos, cuyo observancia del régimen constitucional entre individuos que no reconocen el
buen éxito depende de la constancia con que se pongan en acción todos los ele- imperio de la ley y que deben considerarse en situación de que el Estado ejerza
mentos, por espacio de tres o cuatros años consecutivos. Por esta consideración una influencia saludable sobre ellos para prepararlos a la vida civilizada.
debe aprovecharse el tiempo y no postergar las operaciones para otra época en Esta autorización caducó en 1856 pues concedida sólo por cuatro años, no
que otras atenciones distraigan a este importante objeto la acción del Supremo pudo salir de ese término, pero ahora debería conferirse por un término más
Gobierno y de los que deben ejecutar inmediatamente sus instrucciones. largo, en atención a que la experiencia ha hecho conocer las dificultades de
Iniciadas las operaciones militares en el próximo mes de noviembre y to- plantear en corto tiempo el sistema más conveniente en todos sus detalles. La
mando posesión de los pasos del Malleco después de tentar el consentimiento Intendencia de la provincia, estudiando de cerca las necesidades y los medios
y acuerdo de los Caciques principales por un parlamento que puede provocar, de conciliar los intereses de los indios y de los españoles, podrá proponer al Su-
premo Gobierno las ordenanzas respectivas. Entre las medidas de un régimen
podría el Supremo Gobierno adoptar en seguida medidas para la mensura, di-
especial, que se han adoptado con buen éxito y que propongo en esta memoria,
visión y enajenación de terrenos, y hacer los pedidos de colonos para el año si-
debo recordar las que han reglamentado la forma de los contratos sobre terre-
guiente. Por mi parte, me propongo allanar los demás obstáculos, que siempre
nos todavía vigentes y la de prohibir las enajenaciones a favor de particulares,
acompañan a toda empresa importante.
haciéndose el Estado el único comprador y vendedor.
Reunidos en un parlamento los Caciques de más influencias para hacerles
Las ventajas que resultaron de este sistema se han relacionado en uno de
comprender que se respetarán las legítimas posesiones de los indígenas y que
los capítulos precedentes y oportunamente podré presentarlos en todos sus de-
la nueva línea, no será más que una garantía de paz y de beneficios recíprocos,
talles, si el Supremo Gobierno así lo ordena, aceptando el pensamiento en la
e interesándolos en que eviten toda hostilidad de parte de sus compañeros, no extensión que lo propongo.
dudo que pueden entrar muchos de ellos en acuerdos, y ser buenos auxiliares. Las leyes y disposiciones acordadas y la experiencia misma han sancionado
A este propósito contribuirá la asignación que creo conveniente dar a algunos y adoptado el principio de que los indígenas no pueden entrar en el ejercicio de
Caciques importantes y a un reducido número de sus mocetones, los que están los derechos propios a todos los demás ciudadanos sin la tutela de la autoridad.
siempre dispuestos a ser fieles apoyos de la autoridad pública y a prestar sus Sin ella se fomentarían de nuevo los fraudes y expoliaciones que han deseado
importantes servicios en la frontera. Estos sueldos son siempre bien reducidos evitarse y que son víctimas los indios y los habitantes civilizados.
y no impondrán al erario gravámenes dignos de atención. Agentes de pleitos, tinterillos de profesión y especuladores de mala fama, hay
Los indígenas que tengan efectivas posesiones entre el Malleco y el Bío-Bío en gran número y todos conspiran ardientemente a provocar litigios entre unos
han de ser deslindados y respetados en ellas, sometiéndose al régimen legal y otros, y a mantener la inseguridad y alarma que mata todo pensamiento de
que se pondrá en ejercicio tanto en lo administrativo como en lo judicial, esta- mejora y toda idea de trabajo. Los indios despojados, los españoles defraudados,
bleciendo nuevos departamentos y subdelegaciones luego que el incremento la provincia privada de los bienes del comercio y de la agricultura y la confusión
de las poblaciones lo requieran y aun estarán obligados a prestar los servicios de las propiedades, es el cuadro que ha presentado ordinariamente la frontera:
que los demás habitantes para la seguridad de los diversos lugares separados males producidos por esos comunes enemigos que sólo ganan con el desorden.
de la fortaleza, ordenanzas de policía local y otros medios normales de seguri- Medidas enérgicas de absoluta exclusión de estos agentes, como intermediarios
dad vendrán a completar el régimen que se establezca. en las relaciones con los indios, sería el único medio de extinguir el mal.
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Los deslindes obligados en las propiedades rurales y los cierros generales de al Sur de la línea del Bío-Bío, más que el fuerte de Negrete, recién reconstruido,
cada una en un espacio de tiempo dado, hechos con intervención de un repre- permaneciendo los pueblos de Santa Bárbara, Los Ángeles, San Carlos de Purén
sentante fiscal para prevenir las internaciones en terrenos del Estado, contribui- y Nacimiento que ya contaban con una numerosa población, en la más completa
rían a fijar los derechos particulares bajo mejores bases. La Intendencia llevaría intranquilidad temiendo de un día a otro nuevas invasiones o alzamientos, lo que
un registro de los títulos como al presente y un libro de deslindes, cuando estos naturalmente impedía entregarse más de lleno a trabajos agrícolas.
no se hiciesen por acuerdos de las partes y con intervención fiscal, o por reso- La Araucanía seguía pues presentándose siempre como un territorio indepen-
lución de la justicia, algo más expresos y detallados que los que se observan en diente de la República.
las oficinas de los conservadores. Impulsados así los particulares a arreglar sus ¿Qué de raro hubiera tenido pues, que una nación extranjera cualquiera, con-
derechos y a poner fin a las contiendas sobre posesión, bajo multa, que se apli- tando con mayores elementos hubiera intentado sojuzgar este territorio?
carían a los que no cumplieren con estas disposiciones de policía, se avanzaría ¡Gracias al cielo que sólo lo intentó un loco aventurero!, el que se hizo llamar
rápidamente a la finalización de los pleitos pendientes y a evitar los que siem- Rey de la Araucanía, el célebre Orelie Antonio de Tournes, del cual a su tiempo
pre se promueven por sugestiones apasionadas de los agentes de oficio. hablaremos.
Estas y otras providencias especiales exige el plan que propongo de reduc- Mientras, el indio sentía la presión de la fuerza, aparentaba someterse, pero
ción y civilización de indígenas, fácil y económica en su ejecución, como eficaz tan luego que esas expediciones se retiraban de sus tierras volvían a recuperar su
y de inmediatos resultados. suelo, acechando el momento oportuno para dejarse nuevamente caer, en repre-
Dispuesto a realizar el plan propuesto, si encuentro benévola acogida en el salia de los males que se les había infringido.
Supremo Gobierno y con la experiencia y conocimientos locales necesarios, así Todo esto sin más resultado que el cansancio de tropas y el incendio y matan-
como la voluntad decidida de hacer tan importante bien a mi país, tengo la con- zas de indios, que a nada práctico conducía.
ciencia de poder conseguir en poco tiempo los grandes resultados que me pro- Por esto el avance sucesivo de líneas de frontera, en la forma que lo planteaba
meto en el establecimiento de la línea de frontera en el Malleco. No he confiado el Coronel Saavedra se imponía como una necesidad imperiosa.
demasiado en mis propias ideas, ellas se han formado en una larga serie de ob- Esta situación tenía a los pobladores disgustados y descontentos, por la indo-
servaciones y en presencia de los sucesos, en la investigación de las localidades lencia de sus Gobiernos en mantener esta ambigua situación que los mantenía
y en la opinión respetable para mí de otras personas que han examinado con casi desesperados.
interés patrio las mismas cuestiones, Ud. conoce también por sí mismo cada uno Por esto concurrían todos a Saavedra, como mandatario de esa provincia y
de los detalles que apunto en esta exposición, y será el órgano más seguro para como el que más seriamente había meditado y estudiado este gran problema.
transmitir a S. E. el Sr. Presidente, las relaciones de las calamidades y desgracias Tan presto fue en conocimiento de esos pueblos, de que al fin se acordaban
que ha sufrido la frontera desde 1859, y los remedios que todos reclaman para de ellos, y luego sería un hecho la pacificación y reducción de la Araucanía en la
garantir sus vidas y sus propiedades de los crudos ataques de la barbarie. forma de avances de líneas de fronteras, puede decirse que le llovieron al señor
Sírvase U. S. transmitir a S. E. esta exposición, para que cuanto antes le sea Saavedra las felicitaciones y congratulaciones de sus habitantes agradecidos.
posible, resuelva una cuestión de la que depende la felicidad de una provincia Al mismo tiempo las municipalidades de Santa Bárbara, Los Ángeles y Naci-
y el incremento de toda la República. miento, enviaron al Supremo Gobierno extensos y concienzudos memoriales en
que hacían ver sus necesidades, como así mismo que exigían una solución pronta
CORNELIO SAAVEDRA. a la crítica situación por la que atravesaban.
Estos memoriales eran firmados a más de sus respectivos municipios, por to-
dos los principales vecinos de los pueblos.
4º MANIFESTACIONES DE LOS PUEBLOS FRONTERIZOS. Estas no las hago aparecer, por no ser del resorte o plan que me propongo,
pero ellos se encuentran originales en la crónica de la Araucanía, del señor Ho-
A pesar de las numerosas campañas llevadas a cabo en el año 1859 y princi- racio Lara.
pios del 1860, que dejamos relatadas en el capítulo anterior, no se había avanzado
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5º EL CONGRESO CONCEDE FONDOS Y SALE LA EXPEDICIÓN DE VALPARAÍSO. No sólo yo estoy contento con tu carta, sino también los demás Caciques que
como yo desean la paz amplia, y deseamos nuevamente se efectúe la venida de
Por fin a pesar de todas las desconfianzas habidas, el Presidente Pérez se re- los Generales para consolidar esta paz para nosotros, como para los españoles,
suelve a secundar el plan de Saavedra. que sea lo más pronto.
El 24 de octubre de 1861, se le nombra Comandante en Jefe del Ejército de Paso a darte cuenta de los motivos que originaron esta guerra: los asesinatos,
operaciones. El Congreso Nacional por ley de 30 de noviembre de 1861 autori- salteos, usurpación de los terrenos todo cometido en las personas de muchísi-
za invertir de fondos nacionales hasta la cantidad de cincuenta mil pesos, en la mos indios, vos muy bien sabes la ilegalidad de las pretendidas compras que
construcción de obras militares y en otros objetos que demande la defensa de las estrecharon a los indios hasta ponerlos en el caso de no tener dónde trabajar,
propiedades existentes ultra Bío-Bío. por la intervención de los españoles; estos justos reclamos vamos a hacer va-
Por su parte, el Ministerio de Guerra ordenó poner a su disposición la corbeta ler ante los Generales y asegurados en nuestros derechos quedará plenamente
Esmeralda y el vapor Maipú en los que se embarcaron cinco compañías del Batallón garantida la paz. También no creemos justo la reedificación de Negrete, por
Buin 1º de Línea, tres compañías del 7º de Línea y una batería de Artillería, conjun- motivos que hacemos valer a su tiempo.
tamente con los pertrechos de municiones, víveres y elementos de construcción. El fallecimiento de Mañil hizo recaer el mando en la persona de mi padre, el
También se embarcaron los ingenieros militares, Tenientes Coroneles don José cual está de acuerdo con sus demás Caciques para recibir palabras y entenderse
Francisco Gana y Tomas Walton con otros subalternos. con los Generales sobre cualquiera cosa que tratasen. Con este motivo yo tengo
El 7 de noviembre se embarcó en Valparaíso con estas tropas en dirección a el gusto de saludarte a vos y a tu familia.
Talcahuano.
Tu primo
FAUSTINO QUELAHUEQUE.
6º ESTADO DE ÁNIMO DE LOS INDIOS.

Antes de salir la expedición, se habían dado instrucciones al Intendente de 7º EL GOBIERNO ORDENA SUSPENDER LAS OPERACIONES.
Arauco Coronel Villalón, para que preparase las tribus araucanas a un parlamen-
to, en que se debiera hacerles conocer el propósito del Gobierno y sondear la dis- Mientras tanto la expedición desembarcó tranquilamente en Talcahuano y las
posición de ánimo de los Caciques. Los correos encargados de estas requisicio- tropas se dirigieron el día 7 de noviembre a Los Ángeles.
nes, o no las llevaron oportunamente, o los Caciques rotundamente se negaron a A la llegada de Saavedra a Los Ángeles se vio contrariado, por no haber tenido
asistir en el día señalado, lo cierto fue que el parlamento no tuvo lugar. lugar el parlamento que creía haberse ya reunido, y para aumentar sus contra-
Por diferentes conductos se sabía que los indios resistirían o no les agradaba riedades recibe una nota del Sr. Ministro de Guerra, fechada el 8 del citado mes,
el plan de avance de frontera. Prueba de ello da la siguiente carta del Cacique en que se le ordena suspender las operaciones de que iba investido, mientras el
principal de la Araucanía: Gobierno no tenga razón exacta del parlamento, que se tenía proyectado.
Saavedra, por nota de 16 de noviembre dice que aunque no haya tenido lu-
Perquenco, noviembre 11 de 1861. gar el parlamento, al que no le da ninguna importancia, ello no sería óbice para
seguir adelante en sus operaciones y en consecuencia que se le suspenda la pro-
Señor Rosauro Díaz. hibición de operar.
Querido primo: Por contestación recibe la rotunda negativa que copio:

Con mucho contento recibí tu apreciable carta que me enviaste con nuestro Al Comandante General de Armas de Arauco.
primo Gallegos, y ahora al contestarla me cabe la satisfacción de decirte que
todos quedamos buenos, a tus órdenes. Santiago, noviembre 27 de 1861.

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