La Seguridad Social en el país se caracteriza por constituir un universo
desarticulado y fragmentado en diversas instituciones públicas, con cobertura que solo protege a un grupo reducido de la población representado por los trabajadores del mercado formal de la economía, con una oferta de servicios de distinta calidad, con diferentes requisitos de acreditación y con distintos costos para los afiliados. Si bien la cobertura universal de salud se ha logrado en muchos países de ingresos medios y altos, en muchos países la población solo tiene acceso a ciertos componentes de la atención médica. Las principales deficiencias en el acceso a la atención médica esencial se relacionan con la falta de fondos para la protección de la salud, la escasez de trabajadores de la salud y las altas tasas de gastos de bolsillo. Esto se traduce en un mayor riesgo de empobrecimiento y dificultades financieras, que se encuentra en todas las regiones del mundo. La falta de protección social deja a las personas vulnerables a las enfermedades, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social a lo largo de su ciclo de vida. Negar este derecho humano a 4.000 millones de personas en el mundo constituye un gran obstáculo para el desarrollo social y económico. Si bien numerosos países han realizado importantes progresos en el fortalecimiento de sus sistemas de protección social, todavía es necesario realizar grandes esfuerzos a fin de garantizar que el derecho a la protección social sea una realidad para todos.