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EL SOLEMNE DIA DE LA EXPIACIÓN

“También habló Jehová a moisés, diciendo: A los diez días de este mes
séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación; y afligiréis
vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.” Levíticos 23: 26,27

El día de la expiación era considerado el mayor día en Israel. Era


particularmente santo y en él ninguna obra se debía hacer. Los judíos lo
llamaban Yoma que significa “ El día”. Era la columna maestra (central) del
sistema de sacrificios. Quienquiera que en aquel día no se afligiese, será
extirpado (eliminado, destruido) de Israel. “ Porque toda persona que no se
afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.” Levíticos 23:29. El día
de expiación ocurría en el décimo día del séptimo mes llamado tishri, que
corresponde a nosotros en el mes de octubre. Los primeros diez días de tishri
eran días de arrepentimiento, destinados a operar un cambio de corazón
perfecto en el pueblo, tornándolos en nuevas criaturas. Esa obra alcanzaba su
punto máximo en el día de la expiación, cuando el mayor don religioso, y la
perdonadora misericordia de Dios, era ofrecida al hombre.

NOS ENCONTRAMOS EN EL DIA LA EXPIACIÓN.

“Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote, salía del lugar santo el


día de la expiación, se presentaba ante Dios, para ofrecer la sangre de la
victima ofrecida por el pecado de todos los Israelitas que se arrepentían
verdaderamente. Así también Cristo sólo había terminado una parte de su obra
como intercesor nuestro para empezar otra, y sigue aún ofreciendo su sangre
ante el Padre a favor de los pecadores.” C.S. 482/2
“Estamos en el gran día de la expiación, cuando mediante la confesión y el
arrepentimiento nuestros pecados han de ir de antemano al juicio. Dios no
acepta ahora de sus ministros un testimonio suave y falto de temple. Un
testimonio tal no sería verdad presente. El mensaje para este tiempo debe ser
alimento oportuno para nutrir a la iglesia de Dios. Pero Satanás ha estado

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procurando gradualmente despojar a este mensaje de su poder, para que la
gente no esté preparada para resistir en el día del Señor.” M.S. tomo 1 145/1

QUE ERA EXIGIDO EN EL DIA DE LA CONGREGACIÓN


ANTITÍPICA:

“En el servicio simbólico, cuando la obra de expiación era realizada por el


sumo sacerdote en el lugar santísimo del santuario terrenal, se demandaba que
el pueblo afligiera su alma delante de Dios y confesara sus pecados para que
pudieran ser expiados y borrados. ¿Se requerirá algo menos de nosotros en
este día de la expiación, cuando Cristo, en el santuario de lo alto, está
intercediendo a favor de su pueblo, y se ha de pronunciar en cada caso una
decisión final e irrevocable? M.S. tomo 1 145/1, 146/0
“ Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los favorecidos que
recibirán el sello de Dios vivo. Los que no sean limpios de manos, cuyos
corazones no sean puros, no tendrán el sello del Dios vivo. Los que estén
premeditando el pecado y ejecutándolo, serán pasados por alto. Solo los que
en su actitud ante Dios, ocupan el lugar de los que se arrepienten y confiesan
sus pecados en el grande y verdadero día de la expiación, serán reconocidos y
señalados como dignos de la protección de Dios.” T.M. 445/1 p.p.

DOS MACHOS CABRÍOS


“Una vez al año, en el gran día de la expiación, el sacerdote entraba en el lugar
santísimo para limpiar el santuario. La obra que se llevaba a cabo allí
completaba el ciclo anual de ceremonias.” P.P. 368/2
“El día de la expiación, se llevaban dos machos cabríos a la puerta del
tabernáculo, y se echaba suerte sobre ellos, “la una suerte por Jehová, y la otra
suerte por Azazel.” El macho cabrío sobre el cual caía la primera suerte debía
matarse como ofrenda por el pecado del pueblo. Y el sacerdote había de llevar
la sangre más allá del velo, y rociarla sobre el propiciatorio. “Y limpiará el
santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel y de sus rebeliones, y de
todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del
testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.” Levíticos 16:16
P.P. 368/3, 369/0

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“Cuando el sumo sacerdote, en virtud de la sangre del holocausto, quitaba los
pecados del santuario, los ponía sobre la cabeza del macho cabrío azazel.
Cuando Cristo en virtud de su propia sangre, quite del santuario celestial los
pecados de su pueblo al fin de su ministerio, los pondrá sobre Satanás, el cual
en la consumación del juicio debe cargar con la pena final. El macho cabrío
era enviado lejos a un lugar desierto, para no volver jamás a la congregación
de Israel. Así también Satanás será desterrado para siempre de la presencia de
Dios y de su pueblo, y será aniquilado en la destrucción final del pecado y de
los pecadores.” C.S. 475/1
“Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de todos
los pecados que causaron la muerte del Hijo de Dios, la justicia exige que
Satanás sufra el castigo final. La obra de Cristo a favor de la redención del
hombre y la purificación del pecado del universo, será concluida quitando el
pecado del santuario celestial y colocándolo sobre Satanás, quien sufrirá el
castigo final. Así en el servicio simbólico, el ciclo anual del ministerio se
completaba con la purificación del santuario y la confesión de los pecados
sobre la cabeza del macho cabrío símbolo de Azazel.” P.P. 372/2

“Toda la tierra tiene el aspecto de un desierto. Las ruinas de las ciudades y


aldeas destruidas por el terremoto, los árboles desarraigados, las rocas
escabrosas arrojadas por el mar o arrancadas de la misma tierra, están
esparcidas por la superficie de ésta, al paso que grandes cuevas señalan el sitio
donde las montañas fueron rasgadas desde sus cimientos.
Ahora se realiza el acontecimiento predicho por el último solemne servicio del
día de las expiaciones. Una vez terminado el servicio que se cumplía en el
lugar santísimo, y cuando los pecados de Israel habían sido quitados del
santuario por virtud de la sangre del sacrificio por el pecado, entonces el
macho cabrío emisario era ofrecido vivo ante el Señor; y en presencia de la
congregación el sumo sacerdote confesaba sobre él “todas las iniquidades de
los hijos de Israel, y todas sus trasgresiones, a causa de todos sus pecados,
cargándolos así sobre la cabeza del macho cabrío” (Lev. 16:21). Asimismo,
cuando el servicio de propiciación haya terminado en el santuario celestial,
entonces en presencia de Dios y de los santos ángeles y de la hueste de los
redimidos, los pecados del pueblo de Dios serán puestos sobre Satanás; se lo
declarará culpable de todo el mal que les ha hecho cometer. Y así como el
macho cabrío emisario era despachado a un lugar desierto, así también Satanás

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será desterrado en la tierra desolada, sin habitantes y convertida en un desierto
horroroso.
El autor de Apocalipsis predice el destierro de Satanás y el estado caótico y de
desolación a que será reducida la tierra; y declara que este estado de cosas
subsistirá por mil años.
C.S. 715/3, 716/1-2p.p.

EL PLAN DE SATANÁS AL SEPARARNOS DE


JESÚS.
“También le convenía por su propio interés apartar a Cristo a cuantos seres
humanos pudiese, porque los pecados de los redimidos con su sangre caerán al
fin sobre el causante del pecado, quien habrá de sufrir el castigo de aquellos
pecados, mientras que quienes no acepten la salvación por Jesús sufrirán la
penalidad de sus propios pecados”. P.E. 178
“Había sido decidido todo caso y numerada cada joya. Detúvose un momento
Jesús en el departamento exterior del santuario celestial, y los pecados
confesados mientras él estuvo en el lugar santísimo fueron asignados a
Satanás, originador del pecado, quien debía sufrir su castigo.” P.E. 280/2 u.p.

REFLEXIÓN.
“Nadie entra por los portales de Gloria a menos que oriente su corazón en esa
dirección. Meditad entonces en estas preguntas: ¿Ocupan las cosas terrenales
vuestro primer interés? ¿Son puros vuestros pensamientos? ¿Estáis respirando
la atmósfera del cielo? ¿Lleváis con vosotros las miasmas de la corrupción?
¿Ama y adora vuestro corazón a una mujer a quien no tenéis derecho a amar?
¿ Dónde está vuestro corazón? ¿Dónde está vuestro tesoro? ¿Dónde está
vuestro dios? ¿Habéis estado lavando las vestiduras de vuestro carácter
emblanqueciéndolas en la sangre del Cordero, o estáis mancillándolas con la
contaminación moral? T.M. 442/2
“¿Será puesto este sello sobre los que tienen mentes impuras, sobre el
fornicario. El adúltero, el hombre que codicia la mujer de su prójimo? Que
vuestras almas contesten la pregunta: ¿Cumple mi carácter los requisitos
esenciales para que pueda recibir un pasaporte que me permita ir a las

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mansiones que Cristo ha ido ha preparar para los que sean aptos? La santidad
debe estar incorporada a nuestro carácter. T.M. 446/2

APELO.
“Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar
santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más. El tiempo libre
del cual dispongamos debe dedicarse escudriñar la Biblia, que nos habrá de
juzgar en el día postrero.
Amados hermanos y hermanas, dejemos que los mandamientos de Dios y el
testimonio de Jesús estén siempre presentes en nuestros pensamientos y que y
cuando nos levantamos. Vivamos y actuemos teniendo plenamente en cuenta
la venida del hijo del hombre. El tiempo del sellamiento es muy corto, y
pronto terminará. Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los
cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y
elección.” P.E. 58/1-2
“Preparaos, preparaos, preparaos. Debéis realizar mayores preparativos que
los que habéis realizado, porque el día del señor viene, día de ira cruel y
ardiente, que asolará la tierra y destruirá a los pecadores de ella. Sacrificadlo
todo para Dios. Ponedlo todo sobre su altar: el yo, vuestras propiedades, todo,
como sacrificio vivo. P.E. 66/2
ahuyenten las preocupaciones mundanales. Sean ellos nuestra meditación
cuando nos acostamos
Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para recibir los beneficios de la
expiación.
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia” Proverbios 28:13
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9.

Tema preparado por: MATEUS SOUZA DA SILVA

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