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Montes Claros del Cerro y Crespo: indefensospasalo.blogspot.

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9-5-2019
ENTRE CIGÜEÑAS
ÁNGELUS MARZO
¡¡¡Cigüeña, cigüeña, tráeme un niño!!! Canturreaba yo, mirándoles su
gran barriga, a las que volaban sobre nuestra casa, muy cerca del prado
donde se reunía el ganado. O una niña, podría añadir esta abuela
ilusionada, reacia a subirse en esa ola de la “O” y la “A”, casi siempre en
segundo lugar. Pero hoy haré una preciosa excepción. Ese Ángelus 27-3-2018
del 25 de marzo, no importa el año, es algo especial. “La cigüeña”
en forma de paloma había visitado a una joven Virgen de Nazaret; empezaba la
cuenta atrás.

El 25 de marzo del pasado año 2018, Domingo de Ramos también, andábamos dolidos
por el pequeño Gabriel. https://es.scribd.com/document/375648626/GABRIELES-ENTRE-HIELES-Y-MIELES-
ANGELUS-MARZO-pdf Además, viviendo de cerca el dolor de una madre que esperaba serlo
con gran alegría de dos, pero el niño no sobrevivió.

Tras mi Ángelus de aquel marzo del pasado año, mi


concentración en Sotopalacios el día 27 un día después
de las de Burgos. Preciosas imágenes de tan enigmática
ave, en especial para los niños de antaño, era la que
cargaba con el hatillo bien anudado en su fuerte pico
portando al chiquitín. Siempre que puedo inmortalizo a la
cigüeña.

Desde mi puesto de concentración me percato de


que dos cigüeñas estaban sobre el campanario de la
cercana iglesia. Entre los cables parecían las notas
musicales sobre un pentagrama. Procuré acercarme
lo más rápido posible, pues sé por experiencia que
su estancia no suele ser muy prolongada, a no ser
en su nido.
Junto a mi inmortalizado Rollo de Justicia, dos mujeres con una
pequeña jugueteaban bajo el sol. Tres generaciones, y más, habrán
pasado desde que esas viejas piedras formaran la columna desde donde
se impartiría la justicia. Un tanto nerviosa, por temor a perderme el
momento, disparé mi cámara hasta 16 veces, sabedora que muchas no
serían buenas. Aún no me puedo creer que fueran todas tan perfectas.
Varias veces pasaron sobre mí con sus alas extendidas y el pico
perfectamente alineado formando una cruz. A mi mente mis años de niña.

1
En ese 25 de marzo de este 2019, un recuerdo especial, también desde mis ventanas.
Utilicé una de las fotos antes expuestas, concretamente en la que una de las cigüeñas
aparece con sus alas abiertas sobre la cruz sobre la iglesia, como queriendo reforzarla
con su postura.
Era marzo y tocó gimnasio. Mi
colorida bolsa junto al blanco
farol que portaba a un Niño Jesús
en un pequeño zueco. Fuera un
angelito con retazos de mariposa
vigila la entrada junto a la
pequeña puerta.

“EL AMOR CUIDA LA VIDA” fue el eslogan en aquel 25 de marzo. Ampliadas


varias instantáneas mis ventanas aparecían así de expresivas. Fotos de diferentes
procedencias. La del corazón en la palma del anciano y depositado por el niño la hice en
la residencia de la tía que ya nos dejó. Bajo la Anunciación prioridades que dan qué
pensar. Huevos de águila protegidos. No descarto que sea castigado hasta con prisión.
Esta mañana, 13 de mayo, mientras tomaba mi desayuno muy temprano para asistir al
Rosario de la Aurora, escucho con una especial alegría por parte de los locutores, que el
lince ya no está en extinción, ha pasado a ser una llamada humana en qué habrá mutado.
Hubo una marcha por la vida en Madrid, y por la tarde en la parroquia
de la Anunciación una misa especial. Pensaba asistir, pero debí ejercer
de abuela.

Hacía viento y me costó mantener las llamas. Paso por el árbol con
una especie de vagina en su tronco. Enciendo con uno de mis palos.
Creí haber olvidado uno de mis encendedores de cocina, y el pequeño
de bolsillo no me va.

Diferentes viandantes pasaron por el lugar sin prestar demasiado interés.

Poco antes, había pasado por la cercana residencia. Mi marido se ofreció a


acercarme, pero desistí, quería hacer mi acostumbrada visita. Han
cambiado la entrada. No pude ver al padre de mi amiga, pero sí a la señora
de mi pueblo. Coincidí con una de sus hijas, algo más joven que yo y con
su nombre Encarni, caí en la cuenta de que se me había pasado por alto el
nombrarlas en mi felicitación por WhatsApp sólo a las Anuncias. Debía
cortarse las uñas, pero su hija la hizo posponerlo. Sigue con sus dolores y
la claridad la molesta a los ojos. Comentamos lo de la eutanasia. Ella
estaba de acuerdo, yo no. Que les ayuden con sus dolores, sí. No prolongar
una situación irreversible también.
2
Tomé mi melón con unas nueces. Veo al padre de mi amiga después de mi Ángelus. Un
hombre del barrio, al que solía ver desde mi ventana con su mujer, ambos con ayudados
por sus andadores. Me pregunta si el padre de mi amiga es mi marido. Bromeo con él
sobre el piropo que le acababan de echar. O él aparenta muy joven, o yo muy mayor. Su
mujer iría a verle más tarde a la residencia. Ya no la veo con su lento caminar.

Hablo con el señor de Quintanilla y un joven al que le echo bastantes años más de los
que tiene. Me acuerdo de Anamari y su afán por mantenerse en forma y guapa a pesar
de su enfermedad degenerativa y así se lo hago saber. Aquel ¡¡¡MUY BIEN!!! Ante mi
pregunta me tenía impactada. A penas podía hablar. “Te da igual la enfermedad
seguirá avanzando”, me comentó el joven poco mayor que mi hijo. Le contesté que la
actitud era importante y no era lo mismo; creo que no le convencí. Espero coincidir
algún otro día. Mientras, una de las atentas chicas a su cuidado, trata de animarle a
echar una partida. Él no parecía muy interesado y prefería nuestra charla. Le animé a
hacer su buena obra del día y cerrar el grupo necesario para que esa partida de cartas,
tan importante para alguno de los residentes, se pudiera realizar. Un tanto contrariado se
despidió yéndose en dirección a sus compañeros de juego.

Le enseño mis fotos en la cámara al padre de mi amiga; iban sobre la MATANZA y los
más pequeños en aquella jornada del Cerdo en Carcedo. Los pequeños disfrutaron de lo
lindo con las tripas y su sanguinolento relleno; además pudieron verlas cocer y hasta
degustar la que ellos habían hecho y marcado previamente. Pero antes premio
para los que supieron qué parte del cerdo les había tocado en suerte.

Disparé mi cámara varias veces sobre aquella cruz pintada con tiza
muy cerca del lugar donde aquel 25 de marzo del 2011 inmortalicé en
la negrura de la noche y sola, aquella cruz de hierba sobre los
adoquines. Por fortuna, y sin que sirva de precedente, escucho alusión
a las futuras mamás tanto en San Juan Evangelista como en la misa de
la televisión. “Menos mal que se perdió la burra y apareció el ramal”,
que dirían nuestros abuelos. Sigo sin respuesta desde el Vaticano.

En la negrura de aquel 25 de marzo capto, en mi cartel amigo, la


fecha y hasta la hora, también mi montaje en la ventana y terraza.

Cargadas con la luz del sol, una azucena símbolo de pureza,


con varias mariposas cambiantes del rojo al azul y verde o
blanco, lucían acompañadas por pequeños puntos de luz a
moldo de estrellas, en recuerdo de esos niños que no lo
serán por ese proyecto “estrellado” hecho añicos,
aclaro, y del que ya he hablado en anteriores ocasiones
desde el mismísimo Árbol de Navidad.

3
Esta abuela elige para la despedida del título entre
cigüeñas, a otra que, con su código de barras en su labio
superior, y un tanto pensativa, besa con ternura al
plácido bebé. Fue la imagen escogida el pasado año. De
fondo la cruz.

“EDUCAR EN EL DON DE
LA VIDA”
¿De verdad cree la Iglesia en eso que, de cuando en
cuando, afirma? ¿Se ha tirado la toalla o es una
estrategia que yo no acabo de entender? ¿Por qué se
sigue sin recordar a esas madres ante la terrible
disyuntiva de ser madres o no, cuando ya de hecho lo
son? Perdón por el trabalenguas, me pasa como al
presidente con el término NACIÓN. La mentira es lo
que tiene, las patas muy, muy cortas.

Para educar a alguien en algo, habrá que tener muy claro qué es. Muchos DONES yo
tecleo sin respuesta alguna. Desde el más alto mando del gobierno, y pasando de
presidente a presidente, la misma situación. El silencio ante lo obvio y el hecho
irrefutable de esa vida ya en marcha que no se “interrumpe”, sino que “se destruye para
siempre” en base a conceptos varios muy discutibles.

El don de la fortaleza lo siento en mí y a menudo se manifiesta en


mil y una situaciones en forma de caricia que disfruto con
intensidad. Cuando el pasado 14 de marzo me dirigía a inmortalizar
la placa entre puentes, otra cigüeña, con sus
alas abiertas remontó el vuelo, como en el
prado de Ubierna, pero con un fondo distinto,
la catedral y el Arco de Santa María. Sobre el
fondo verde esa “V” de victoria, la que
consigo sin haber ganado la guerra, pidiendo
sin descanso lo que tanta falta nos hace en
todos los campos:”JUSTICIA”

Sobre otro césped mis


proclamas.

Los globos los


imaginas, no seré yo
quien incite a contaminar.

4
El 25 de marzo.
empieza la cuenta atrás,
para poder disfrutar
la bonita Navidad,
pero, no has de esperar tanto,
la tenemos todo el año,
si ayudamos al hermano
y tendemos nuestra mano
a todo necesitado.

Defensores de la vida
recorrieron nuestras calles;
habla, grita, no te calles
lanza globos de colores
por todos esos lugares

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