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6.

HOMEOPSICOLOGÍA
(Fuerzas Homeopáticas desde la Psicología)

6.1. LOS NUEVE ROSTROS DEL SER HUMANO


4. EL ROSTRO DEL TIPO CUATRO: “EL ARTISTA”

Llamaremos “El Artista” al Tipo Cuatro del Eneagrama, pues la esencia básica de esta Personalidad,
tanto en salud como en enfermedad, tiene que ver con la sensibilidad estética y las capacidades artísticas.
Muchos con esta Personalidad se convierten en profesionales de cualquiera de las ramas de las Artes: pintores,
escultores, cineastas o actores, escritores, bailarines, músicos, arquitectos, poetas; artistas audiovisuales, de
animación, de efectos especiales, etc. Otros no en forma profesional pero con una afición clara o un interés
permanente por alguna de las artes que es esencial en su vida. Otros más a través de las llamadas “artes
menores” u “oficios” que implican también esta sensibilidad estética especial: cocina, carpintería, cosmética,
herrería, panadería, peluquería, cristalería, florería, etc., cientos de posibilidades de esta expresión artística que
han ido surgiendo a lo largo de la historia. Algunos pocos de estos Tipos Cuatro sufren en forma más intensa
precisamente porque, por alguna razón, no han descubierto ni desarrollado su potencial estético y artístico (o sí
lo expresan, pero en una forma que no consideran “artística”, como tener su casa muy bonita, llena de adornos y
arreglos, por ejemplo)…

Según los nueve colores del arco iris (incluyendo el blanco y el negro que son la combinación de los
otros siete colores), al Tipo Cinco del Eneagrama suele asignársele el color violeta, pues simboliza algunos
aspectos de su Personalidad, al tratarse de un color que expresa oscuridad y sufrimiento...

En la figura del Eneagrama el Tipo Cuatro se encuentra en el círculo, entre el Tipo Tres y el Tipo Cinco
(que serían sus “Alas complementarias” o “subtipos” de Personalidad), y también forma parte del Hexagrama,
conectándose a través de esta figura con el Tipo Uno y el Tipo Dos (que serían sus “Direcciones de Integración
y Desintegración”)...

A muchos Cuatros no les gusta su número. Pueden confundirse por desear otros números (suelen
“envidiar” otras Personalidades)... Pero su introspección y honestidad básicas les hacen tener gran facilidad para
reconocerse en las descripciones (aunque sea pensando: “ni modo, me tocó la desgracia de ser un Cuatro”)...

Tratando de poner nombres sintéticos que representen la característica más sana de cada Tipo de
Personalidad, mencionaremos frecuentemente al Tipo Cuatro como “El Artista”. Pero diferentes estudiosos del
Eneagrama han utilizado otros nombres, atendiendo mayormente a otras características, algunas no tan sanas, de
esta Personalidad: “El Sensible”, “El Romántico”, “El Trágico”, “El Individualista”, “El que es Espiritual”… La
siguiente frase de Stendhal (seguramente un Tipo Cuatro) refleja muy bien la esencial sensibilidad de esta
Personalidad: “Noto el eco que cada cosa produce al ir golpeando mi alma”…

Para entender mejor la dinámica vital de esta y otras Personalidades, proponemos a ustedes la
visualización numérica en Nueve Niveles, que en su “descenso” representan la “involución” o “caída” en la
Enfermedad y que en su “ascenso” simbolizan la “evolución” o consecución de la Salud... Cuando se propone
este tema con colores e imágenes conviene visualizar los tres primeros niveles como “del blanco al violeta
pálido”, los tres siguientes como “del violeta pálido al violeta intenso”, y los tres últimos como “del violeta
intenso al negro”, pues el blanco representaría el estado más “sano” de la Personalidad, el color negro
significaría el estado más “enfermo”, y los demás tonos de violeta simbolizarían el estado “promedio” en sus
diferentes tonalidades...

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La Personalidad Sana Tipo Cuatro

1. El Creador que se autocrea

En sus estados más sanos el Tipo Cuatro más que “artista” es “creador”, en un sentido muy amplio. Es
creativo más allá del arte. Lo es en todos los aspectos de su vida: sensible y creativo en sus relaciones, en su
vida personal, en su trabajo cotidiano. Todo es motivo de inspiración, de goce estético y de creatividad… Por
supuesto, tal creatividad tiende a canalizarse, y más en estados muy sanos, en la realización de Obras de Arte.
Los grandes artistas de la historia han sido Tipos Cuatro que, más allá de “la muerte”, siguen siendo creativos y
transformadores de vidas y de personas a través de su Obra… Pero su creación fundamental, en su estado de
máxima salud, es la creación de sí mismos como personas sanas, abiertas, felices, generosas, plenas en todos los
sentidos. No todos los Tipos Cuatro podrán tener el potencial de ser artistas famosos y que hagan diferencia con
su arte, pero todos, sin duda, tienen el potencial de ser Autocreativos, de “modelarse”, “pintarse”, “actuarse”
como una persona especial y única en el mejor de los sentidos…

2. El Intuitivo Sensible de sí y de los demás

La Intuición como forma de conocimiento es uno de los dones del Tipo Cuatro. Distinta de la razón
(dones más del Tipo Cinco o del Tipo Uno), pero no peleada con ella. De hecho, el Tipo Cuatro muy sano logra
la conexión de ambas habilidades y es lo que le hace más sano y más profundamente creativo. Pero su
“intuición” es como una visión especial que, sin desaparecer nunca en estados promedio o enfermos, en los
niveles de mayor salud permite que el Tipo Cuatro salga de sí mismo y “vea” y sea “sensible” tanto a sí mismo
como a los demás… Muy sensible e intuitivo de sí mismo. Eso le permite, más que a cualquier otra
Personalidad, el auto-conocimiento. En su estado más sano “el Artista” se conoce a fondo, sus luces y sus
sombras, y, sobre todo, se acepta y se ama a sí mismo… Muy sensible e intuitivo de los demás. “Ve”, conoce,
acepta y ama a los que le rodean, pues la percepción profunda de sus oscuridades y sus lados luminosos le
permite tanto la compasión y el respeto del otro como la plena confianza en sus potencialidades… Muy sensible
e intuitivo de Dios y del mundo espiritual. “Ve”, conoce, acepta y ama el cosmos, lo universal, el mundo “de
arriba”, la “música de las esferas”, a Dios…

3. El Individuo que se Revela a sí mismo

A diferencia de sus estados promedio y enfermos en los que tiende a perder su identidad, a desconocerse
y rechazarse, a no valorarse, a envidiar a otros, “El Artista”, en su estado más sano, es el Tipo de Personalidad
con la mayor capacidad de auto-conocimiento, de saber quién es y qué quiere y cuál es su misión en el mundo.
Es quien logra tener mayor conciencia de su individualidad y de ser una persona especial y única, en el sentido
más positivo. Se acepta como es, con sus luces y sombras, y se respeta y se ama profundamente… Por esa
razón, es capaz de auto-revelarse franca y auténticamente, sin miedo a comunicarse y sin ocultamientos ni
vergüenza acerca de sus pensamientos y emociones que puede entonces expresar abierta y confiadamente…
Esta capacidad valorada, asumida y experienciada en sí mismos es lo que convierte a los Tipos Cuatro en
grandes padres, grandes amigos, grandes escuchadores y grandes terapeutas. Aceptan, respetan, admiran y
aman a los demás, y se lo hacen saber y sentir, en la misma medida en que se aceptan, respetan, admiran y se
aman a sí mismos. Con esta especial visión de quiénes son ellos y quiénes son los demás y, sobre todo, lo que
valen, los Tipos Cuatro consiguen, como muy pocos, que las personas con quienes interactúan se acepten, se
respeten, se admiren y se amen a sí mismos…

La Personalidad Promedio Tipo Cuatro

4. El Artista Imaginativo

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El Tipo Cuatro comienza a salir del estado sano cuando, en lugar de su visión especial e intuitiva,
empieza a imaginar y a fantasear demasiado. Empieza a suponer y a “crear” imaginativamente en lugar de
percibir y conocer profundamente, tanto a sí mismo como a los demás… Empieza a desconectarse de la realidad
viviendo en un mundo de sueños y de ficciones, especialmente de tipo romántico, pues en esta etapa comienza a
tener dificultades para relacionarse al mismo tiempo que lo anhela profundamente. Su “solución” son las
relaciones “perfectas” y llenas de belleza que crea en su imaginación, en lugar del riesgo y del esfuerzo y de la
“imperfección” que implica cultivar una relación en el mundo real… Su “solución” son también las actividades
de tipo estético y artístico que, en esta etapa, le distraen y le permiten huir “elegantemente” de sus conflictos
consigo mismo, con la vida y con los demás. Estas actividades artísticas son un buen elemento paliativo y hasta
sanador, como camino intermedio y provisional, pero que no pueden ni deben suplir la aceptación,
enfrentamiento y solución directa y frontal de sus dudas, confusiones y conflictos…

5. El Introvertido con Baja Autoestima

Normalmente, en todas las Personalidades, la característica “cinco” –la que está en medio de los Nueve
Niveles- representa el “espacio existencial” a partir del cual, si hay conciencia, decisión y trabajo, puede cada
Personalidad –y aquí el Tipo Cuatro- “moverse” hacia un estado de salud plena, o, por el contrario, si no hay
conciencia, decisión y trabajo, puede esta Personalidad comenzar un mayor deterioro en el rumbo de la
enfermedad...

En esta Personalidad, el deterioro comienza cuando el Tipo Cuatro comienza a “crear” su “mundo
interior y personal” no ya tanto con un romanticismo de fantasías e ilusiones “positivas” y motivantes, sino con
un romanticismo de tintes “trágicos” y de auto-rechazo. El desacuerdo que inevitablemente percibe entre sus
“relaciones de ensueño” y sus relaciones en la realidad le perturban, le hacen sufrir, y le empujan al
ensimismamiento y a la introversión, a la no aceptación de sí mismo y a la baja autoestima. Se retrae del
ambiente e incrementa y exagera sus imaginaciones y fantasías que inevitablemente chocan con la “realidad” y
crean un círculo vicioso que le hace aún más introspectivo y apartado de los demás. En esta etapa los otros lo
perciben callado, tímido, reservado, sin revelarse ni expresarse, cada vez con menos fuerza y valor para el
enfrentamiento de sus conflictos y para el riesgo de sus relaciones interpersonales…

6. El Hedonista Indisciplinado

En esta etapa el Tipo Cuatro acomoda lo más posible el mundo exterior a “su mundo interior”. Toma de
la realidad lo que le conviene y le produce bienestar, convirtiéndose fácilmente en un hedonista, comodino, que
se permite toda clase de bienes y placeres, sin límites ni restricciones. Se sigue considerando en este y en todos
los niveles alguien “especial y único” que por tanto tiene “derecho” a placeres y privilegios especiales… Se
hace, entonces, resistente a todo trabajo, normatividad y obligación, y totalmente indisciplinado e incapaz de
esfuerzo por su crecimiento y maduración. Ni siquiera, a veces, las actividades artísticas logran hacerlo
disciplinado y enfocado… Respecto a cualquier trabajo u obligación (estudio, tareas en el hogar, etc.) al que la
familia o la sociedad le presionan son imprácticos e improductivos. No logran resultados, ni satisfacción propia
o ajena. Situación que les hunde aún más en la baja autoestima y en la ensoñación…

La Personalidad Enferma Tipo Cuatro

7. El Depresivo que se Autorrechaza

Suele decirse que los tres primeros niveles en una Personalidad representan la “Epopeya” (la Salud plena
y los hechos grandiosos y valiosos que resultan de ella), que los siguientes tres niveles representan la
“Comedia” (la Enfermedad inicial que provoca situaciones ridículas o cómicas o de freno o de incapacidad, que
si bien no permiten el crecimiento y la madurez de una persona, tampoco parecen afectar demasiado, ni a sí
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misma ni a los demás), y que los tres últimos niveles representan la “Tragedia” de una persona (la Enfermedad
que se ha desarrollado, sin conciencia y sin decisión de cambio, y que se ha vuelto destructiva para uno mismo
y para los demás)...

La “tragedia” del Tipo Cuatro comienza cuando, en lugar de la aceptación y el amor de sí mismo, que
son sus talentos fundamentales, empieza a desconocerse y a rechazarse. Duda de su valor y capacidades.
Aparece entonces su pecado capital, la Envidia, que le hace desear ser otra persona, ser como otros que son o
más relajados o más felices o más capaces que él. Deja de valorarse y admirarse y más bien comienza un
profundo auto-rechazo e incluso odio de sí mismo, una infravaloración y negación patológica de sí mismo…
Aunque ya desde antes ha sido triste y melancólico, en esta etapa de deterioro le invade una profunda
depresión, con gran desolación y llanto, con sensación de impotencia e incapacidad… Y, en realidad, en la
práctica se hace incapaz de funcionar adecuadamente…

8. La Persona Emocionalmente Atormentada

En este nivel se convierte en una persona emocionalmente atormentada. Se percibe defectuoso, pecador
y enfermo; se siente culpable e indigno. Su ansiedad de conciencia le hace auto-reprocharse y auto-condenarse
constantemente… El rechazo de sí mismo conlleva generalmente, en esta etapa de deterioro, problemas de
identidad como la homosexualidad y el lesbianismo –y otros como considerarse extraterrestre o demonio- que
igualmente no acepta y niega y rechaza, haciendo aún más intenso su sufrimiento interior y llevándole a una
parálisis emocional, afectiva y espiritual, que a él mismo y a los demás le parece casi sin salida…

9. La Persona Autodestructiva

Paradójicamente, la Personalidad más respetuosa y aceptante de sí misma se convierte, en su estado más


enfermo, en la más alienada y autodestructiva. El colapso emocional es frecuente dejando de tener el Tipo
Cuatro conciencia y noción de sí mismo, a través de algunos estados de alienación mental, de delirio y locura…
Igualmente, aunque ya ha ido sucediendo en etapas anteriores, la pérdida de sí, abierta e incontrolada, a través
del alcoholismo y la drogadicción, se hace manifiesta y frecuentemente irreversible… Finalmente, en
correlación con esta fármaco-dependencia, en el extremo de la pérdida de sí, de la depresión, del auto-rechazo y
de la culpa, son muy frecuentes, en el Tipo Cuatro muy enfermo, las actitudes y hechos autodestructivos,
especialmente el suicidio…

En la contemplación de este Tipo de Personalidad, en su “caída” hacia la enfermedad o en su “ascenso”


hacia la Salud, las preguntas que debemos hacernos todos, especialmente los que deseamos ser Sanadores
Integrales, son: 1) Si yo considero que soy o podría ser un Tipo Cuatro (al menos como ala o como dirección de
integración-desintegración), ¿qué clase de Tipo Cuatro soy actualmente –sano, promedio, enfermo- y qué clase
de Tipo Cuatro quiero llegar a ser?... 2) Si considero que no soy un Tipo Cuatro, ¿qué clase de Tipo Cuatro
quiero que lleguen a ser aquellos que percibo que lo son entre las personas que amo y que me aman?...

El Eneagrama es un Camino de Liberación, de Sanación y de Plenitud, pero es un Camino que hay que
recorrer y “trabajar”, con plena conciencia y decisión... ¿Estás dispuesto a ser un Caminante-
Gambusino-Peregrino en este Viaje?...

“Duc in altum” (VVV)


“VE más lejos, VE más alto, VE más profundo”
Curso de Homeopatía Integral

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