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Canclini Ignacio
Canclini Ignacio
PARA PENSAR
Es el lugar en el que se
completa el proceso iniciado
al generar productos, se
realiza la expansión de
capital y se reproduce la
fuerza de trabajo. En este
sentido, son las necesidades
las que determinan qué,
cómo y quiénes consumen.
El sistema económico
“piensa “ cómo reproducir la
fuerza de trabajo y aumentar
ganancias; éste se apoya en
la publicidad para incitar al
consumo.
El consumo como un lugar donde las clases y los grupos
compiten por la apropiación del producto social
La corriente antropológica y
la sociología urbana revelan
que el consumo manifiesta
una racionalidad
sociopolítica interactiva.
Menciona que consumir es
participar en un escenario de
disputas por aquello que la
sociedad produce y por las
maneras de usarlo; en un
espacio de interacción
donde los productores no
sólo deben seducir sino
justificarse racionalmente.
El consumo como lugar de diferenciación social y
distinción simbólica
Retomando estudios
antropológicos vuelve a
preguntarse si es posible
que los gastos suntuarios de
algunos grupos sociales son
sólo un derroche sin sentido;
ante lo cuál se contesta que
no, puesto que tales grupos
consagran una racionalidad
que ordena y da seguridad y
significado a los
acontecimientos ante los
cuáles se hace el gasto. El
consumo es un proceso
ritual cuya función primaria
consiste en darle sentido al
rudimentario flujo de los
acontecimientos.
Reflexionando acerca del consumo
Los psicólogos relacionan al consumo con una
insatisfacción profunda, pero para Canclini consumir
tiene más que ver con hacer más comprensible un
mundo donde lo sólido se evapora, por eso las
mercancías además de expandir el mercado y
reproducir la fuerza de trabajo, de diferenciarnos de
los demás y comunicarnos con ellos, “sirven para
pensar”; sirven para ordenar políticamente a la
sociedad. Enfatiza en todo momento la racionalidad
que implica en consumo.
Comunidades transnacionales de
consumidores
Cada vez existe más heterogeneidad entre las
naciones, pero surgen códigos que las unifican y
permiten un entendimiento entre la diversidad que se
da al interior de las mismas, Canclini expresa que
una nación sobrevive como una comunidad
interpretativa de consumidores cuyos hábitos les
llevan a relacionarse con objetos e información de
redes internacionales, lo auténtico cada vez es
menos auténtico, pues lo “propio” es reinterpretado
en procesos históricos que denomina “híbridos”. Una
mezcla de ingredientes autóctonos y foráneos.
Algunas conclusiones
Los hombres
intercambiamos objetos para
satisfacer necesidades que
hemos fijado culturalmente,
para integrarnos con otros y
para distinguirnos de ellos,
para realizar deseos y para
pensar nuestra situación en
el mundo, para controlar el
flujo errático de los deseos y
darles seguridad en
instituciones y ritos. El valor
mercantil de los objetos no
es algo implícito
naturalmente en ellos sino
resultante de las acciones
socioculturales en que los
hombres los usan.