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Mas Excelnte Sacrificio
Mas Excelnte Sacrificio
Enoc caminó con Dios, luego de haber engendrado a Matusalén, quien fue
el hombre que más vivió en la Biblia. MATUSALÉN significa al final de
todo.
En Judas 1:14 dice que Enoc profetizaba del juicio que iba a venir. Lo que
se entiende es que, cuando Enoc tiene a Matusalén, ve el juicio que vendría
por el diluvio, ve lo que Noé su nieto iba a pasar, porque el diluvio llegó
cuando murió Matusalén.
Matusalén vivió más de novecientos años, casi mil años. ¿Por qué? Dios
le extendió la vida a Matusalén por misericordia, porque cuando él muriera,
vendría el juicio. Dios le extendió la vida, dando tiempo a que haya un
hombre que camine con Dios. ¿Cuántas veces habrá extendido Dios tu
vida por misericordia? Dios te ha perdonado por misericordia.
Dios extendió tu vida por misericordia, hasta el día que lo encontraste a Él
porque, por el camino que ibas, te ibas a perder. Dios extendió la vida a
Matusalén, pero ya cuando tuvo a un Noé listo, cuando Él tiene a alguien
que puede construir algo para salvar a una familia, entonces, Matusalén
muere y viene el final.
Dios ha extendido tu vida con misericordia, para que un día tú decidas: Yo
voy a caminar con Dios, voy a vivir de la forma correcta, como tengo que
vivir.
Lo que por lo regular se dice de Enoc es que caminó con Dios porque él
vio el juicio, y fue el juicio lo que le hizo caminar con Dios; Pero eso no es
cierto. En Hebreos 11:6, dice que Enoc caminó con Dios por fe, no por
miedo. ¿Por qué Enoc va a tener miedo, si el juicio viene mil años
después? Enoc caminó por fe porque se dio cuenta que, en el juicio, Dios
salvaba al justo, y que la única manera de vivir en esta tierra es como un
justo a quien Dios recompensa porque cree que le hay, porque cree que Él
es galardonador de los que le buscan.
Tú no puedes servirle a Dios por miedo al infierno, por miedo al rapto; Tú
le sirves a Dios por fe porque tú sabes que le hay, y que hay recompensa
para vivir con justicia. Si te mantienes limpio, puro, Dios te va a
recompensar. Eso no quiere decir que no va a haber problemas, pero tu
vida le va a profetizar a la gente, le va a decir a la gente que, a ti, Dios no
tan solo te salvo, sino que tú caminas en esta tierra como salvo, como una
persona lavada por la sangre de Cristo. Tú no te desenfocas; Perdiste tal
cosa, pero Dios sigue siendo Dios; Te pasó tal cosa, pero Dios sigue siendo
Dios, y tú le amas.
Enoc no vivió por miedo; Él vio que era justo y bueno vivir caminando con
Dios.
Tu vida es como un globo: Se va vaciando poco a poco. Cada vez que
cumples años, no es un año más, sino un año menos. Lo quieras o no, tu
vida se va vaciando. Hay vidas que se vacían rápido, otras lento; Unas
hacen ruido, otras no, pero se siguen vaciando.
Este es el fin de todos nosotros, lo queramos o no. En nuestro caminar
con Dios, podemos tener nuestras vidas llenas, cuando tú eres lleno de
vida, aunque estés lleno, te vas a ir vaciando; Pero la vida llena de lo
natural, nunca sube, se queda en la tierra. Y es muy triste porque la gente
vive como si le tocara todo el tiempo, pero de la misma manera que un
globo puede explotar en cualquier momento, la vida se puede acabar en
un instante.
Ojalá tú seas de los que se vacían poco, lento, pero que te vacíes; Porque,
por más problemas que uno tenga, uno no se quiere morir.
Ojalá seas de los que la vida poco a poco se les vacíe, de aquello que un
día, cuando nos toque morir, digas: Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu. Pero no a todos nos termina la vida así. Tú no sabes cuándo tu
vida va a explotar. Por eso es que, en esta vida, nos queda una sola cosa:
Llenarnos de algo que nos haga ascender. Y, mientras otros se vacían y
desaparecen de un día para otro, que tu vida vaya como la de Enoc,
ascendiendo, hasta que el día que tú no estés aquí, la gente diga: Caminó
con Dios; Llegó más alto de donde empezó.
Tu cuerpo va a morir, tu cuerpo se corrompe, pero tú tienes que llenar de
algo en esta vida que te haga subir. Vive tu vida caminando con Dios para
que tu vida vaya ascendiendo, para que puedas estar más arriba de lo que
estás hoy.
Y es tu fe la que te hace ascender, te hace subir, te hace aumentar. Tu
vida no puede ser peor que la semana pasada; Y lo que te salva a ti es tu
fe, seguir creciendo en tu mente, en tu espíritu, en tu corazón, en tus metas;
Es caminar con Dios día tras día, sabiendo que solo con Él y en Él podrás
alcanzar la victoria.
EN TU CAMINAR, NO TE DETENGAS
Tú no puedes darte el lujo un día de quedarte en tu casa cuando tienes que
caminar todos los días de tu vida con Dios, para que puedas seguir hacia adelante,
creciendo. Recibe esta palabra.
Y así hay muchos cristianos; Porque lo único que predican muchos hoy es
la fe que salva porque esa fe es bonita: Te estás ahogando en pecado y
problemas; Créele a Dios porque Él te va a salvar. Y eso está perfecto;
Pero ahora tienes que ir a la iglesia, discipularte, creer y tener una fe que
te ponga en tierra firme, para que te quites el salvavidas y camines, no
como que te estás ahogando, sino que a pesar de lo que hay a tu alrededor,
puedes permanecer firme porque el día que dejes de caminar, entonces sí
hay problema.
Hay creyentes que viven como ateos. Creen en Dios, pero viven como si
no existiera. Su reacción ante la vida –y ante todo– es como la de
cualquiera. Su relación con Dios es igual que si no existiera. Y quieren
recompensa, pero la recompensa no está para el que se acerca, sino para
el que busca. Ninguna mujer se debe casar con alguien que no la busque;
Se acercan, pero se trata de que te busquen. Y muchos, en la iglesia, viven
un ateísmo cristiano; No oran, no leen la Biblia, no van a la iglesia; Dicen
creer, pero no buscan.
Tienes que acercarte a Dios, y para eso, tienes que creer que le hay, que
existe; Y luego, tienes que buscarle; Y hay quienes no llegan a esa
dimensión. Cumplen con rituales, pero se frustran porque no entienden
que Dios es providente, que Él tiene en sus manos el ajedrez de tu vida y
que algo Él está haciendo contigo. Aunque tú no entiendas lo que está
pasando, la mano providente de Dios trabaja a tu favor. Vive tranquilo, en
paz, en calma, vive feliz. Tu fe no debe fluctuar por algo que pase, por que
hablen de ti. Comenzaron a hablar mal de Jesús, y Pedro se alejó; Así son
los que dicen creer, pero no viven demostrando lo que creen. Esos jamás
pueden esperar recompensa alguna. Pero aquellos que persiguen a Dios,
que le buscan y buscan hacer lo que tienen que hacer, dice la Biblia, que
no hay quien le dé un vaso de agua a uno de Sus hijos y quede sin
recompensa. Si tú buscas a Dios, hasta un vaso de agua que tú des, Él se
encarga de recompensarlo. Tu más mínimo esfuerzo, Dios se encarga de
recompensártelo.
Abraham comenzó su relación con Dios cuando tenía setenta y cinco años.
Veinticinco años después, Dios le dice: Camina delante de mí. Es como si
tu cónyuge te dijera eso después de veinticinco años de casados.
Pensarías: ¿Y qué hemos hecho todos estos años? Es como que Dios se
te apareciera ahora, y tú llevaras décadas en el Señor, y Él te dijera:
Camina delante de mí y sé perfecto. Esa palabra perfecto, en el original,
es la palabra wholehearted o con todo tu corazón. En otras palabras, Dios
le está diciendo a Abraham: Llevas veinticinco donde he estado
compartiendo tu corazón con alguien más, con otras cosas. Abraham
estaba frustrado, quejándose de que no tenía un hijo, sin darse cuenta que
el problema no era Dios, sino que llevaba veinticinco años caminando con
Dios, pero no de todo corazón. Y Dios le dice: Si tú quieres que esta
relación continúe, a tus noventa y nueve años de edad, tienes que decidir
caminar conmigo de todo corazón. ¿Cuál sería tu reacción? ¿Te
molestarías? ¿O aceptarías que estás mal? Abraham podía reclamar y
decirle: ¿Cómo dices que no te he servido de todo corazón?; Me dijiste
hace veinticinco años atrás que dejara la casa de mi padre y mi parentela,
y lo dejé todo, he caminado por este desierto y todavía no sé a dónde me
llevas, pero sigo aquí. ¿Sería esa tu actitud?
El que persigue a Dios, no tiene una vida perfecta, no tiene una línea recta;
Hay altas y hay bajas. Y, mientras más nudos haya en tu vida, más cercana
es tu relación con Dios. El matrimonio no te debe separar; Quisieras que
el matrimonio no tuviera nudos, pero el matrimonio no es así. El problema
de muchos es que, cuando en el matrimonio le cortaron, dejaron de
perseguir, de buscar el unirse otra vez. El perseguir a Dios es en medio
de tus dificultades y problemas; Ahí es cuando más le debes buscar,
cuando más le vas a servir, cuando más vas a orar. Al fin y al cabo, eso
es lo que Él hace contigo: Mientras peor te portas, más te busca, más te
persigue. ¿Acaso no fue lo que hizo con Jacob? En el momento que
engañó a su padre, se encuentra con él. Otro lo abandonaría, lo dejaría.
Jacob va huyendo de casa de su padre, y Dios le sale al encuentro y le
dice: Quiero que sepas que no te voy a dejar, hasta que yo haga lo que voy
a hacer contigo. Le dijo: Esto no se trata de si tú me quieres y me buscas,
sino de que yo le prometí a tu papá que yo iba a hacer algo contigo, y hagas
lo que hagas, yo te voy a perseguir.