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MAS EXCELNTE SACRIFICIO

2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.”


Hebreos 11:2
En el original, en vez de antiguos la palabra es ancianos, gente
de autoridad en la iglesia, que tienen una experiencia y por la fe
alcanzaron buen testimonio. ¿Será posible en esta tierra tener
buen testimonio?
En Proverbios, se nos exhorta a tener un buen nombre; Los
antiguos lo lograron, pero es difícil porque siempre alguien va a
hablar mal de ti; Te van a criticar, no importa lo que hagas. Por
eso, no busques el aplauso de la gente; De lo contrario, vivirás
bajo las demandas y presiones del mundo.
La única manera de alcanzar buen testimonio es por la fe. Si
nunca te celebran ni te aplauden, a lo último, tienen que decir:
Esa persona tiene fe; Todo lo que se propone, lo hace; Nada lo
detiene.
Tendrán que reconocer tu fe, aunque no la compartan, porque tú
has hecho lo que otros no se han atrevido.
Ese es el mejor testimonio: Que le creas a Dios por encima de lo
que el mundo pueda pensar de ti. Aunque con sus labios te
condenen, que en su interior, sabrán.
“4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín,
por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios
testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.”
Hebreos 11:4
Cuando nadie hable de tus logros por la fe, Dios se encargará de
hacerlo. Caín mata a Abel, y Abel queda sin descendencia; Si
Dios no diera testimonio de Abel, no sabríamos quién era.
La fe fue tal, que todavía hoy hablamos de quien fuera el primer
adorador, el primero en presentarse ante Dios con lo mejor de sí,
para honrarle; De esa fe, Dios da testimonio.
Adán, siendo el primer hombre, no es mencionado en los héroes
de la fe; Porque Adán no tuvo fe para nada; Todo se lo dieron.
Está todo hecho y lo ponen allí; Dios se da cuenta que no era
bueno que Adán estuviera solo, y le da a Eva; Adán no la pidió.
Ni arrepentirse tuvo; Adán le echa la culpa a su esposa; Aún así,
Dios lo perdona por misericordia; Nunca vemos a Adán decir:
Señor, perdóname.
Vemos de Adán que se hizo delantales; Se cubrió al frente porque
era lo que veía y le avergonzaba; No se cubrió bien. Entonces,
Dios lo viste de pieles; Tuvo que matar algún animalito para
vestirles. Adán no está en los héroes de la fe, porque nunca hizo
nada por fe; Lo que sabemos de él es que Dios lo creó y que dañó
todo. Y, lamentablemente, de algunos, eso es lo único que
sabremos; A menos que te conviertas en un Abel. Porque tiene
que venir una nueva generación.
No sabemos cómo Caín y Abel aprenden a adorar a Dios.
Probablemente, Adán o Dios les enseñan; Pero Génesis 4, dice:
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Quiere decir que había
una forma de hacerlo que Caín y Abel sabían. Para entender la
fe de Abel, tenemos que ver el error de Caín. De hecho, se habla
más de Caín que de Abel en la Biblia; Así que hay algo que Dios
quiere que aprendamos del error de Caín que, si lo entendemos,
vemos entonces lo que Abel estaba haciendo bien.
“3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la
tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró
Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con
agrado a Caín y a la ofrenda suya…” Génesis 4:3-5a
Dios miró primero a Caín, luego, su ofrenda; La ofrenda se dañó
por Caín. Una teoría del porqué Dios no recibe la ofrenda de
Caín, es que lo que Dios aceptaba eran sacrificios de sangre
porque era la sangre la que remitía el pecado; Tenía que
quemarse la carne; Por eso la Biblia dice que tenemos que
presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo.
Tú quemas tu carne cuando vas a la iglesia, dejas tu casa, tu
cama, el trabajo; No quieres estar allí, pero le dices a tu carne:
Me voy a obligar.
Haces sacrificio, y eso es lo que agrada a Dios. Dios te puede
encontrar en tu casa, pero eso es muy fácil; Cuando tú haces un
esfuerzo, quemas tu carne, te presentas ante Él, y entregas toda
tu mente, tu alma, tu corazón, tu ser; Eso es sacrificio aceptable.
Dios mira a Abel con agrado, y luego a su ofrenda; Miró a Caín y
no le agradó Caín, y como no le agradó Caín, no le agrado su
ofrenda. Dios no mira lo que tú haces, hasta que te mira a ti
primero.
Lo que a Dios le agrada es la condición del corazón, la actitud con
la que lo haces. Y cuando Dios se agrada de ti, lo que tú
presentas es agradable a Él y sí lo recibe, lo acepta.
Nadie puede comprar a Dios con ofrendas, con acciones; Porque
ninguno somos salvos por actos, sino por gracia; Pero la gracia
cambia el corazón, pone una actitud correcta en ti. Cuando
vemos la reacción de Caín, vemos que su corazón era el
incorrecto.
Todos tenemos que tomar decisiones; Una muy importante es:
¿Qué haces cuando te rechazan? ¿Qué haces cuando no tienes
los resultados que quieres? Y el problema de Caín es el de
muchos hoy: Hacen sacrificios, pero a medias, pretendiendo
grandes resultados; Y, al ser enfrentados con la verdad, no toman
la mejor decisión.
“5…Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por
qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás
enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con
todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”
Génesis 4:5b-7
Dios miró a Caín, como a niño enchismado, con cara de víctima
y coraje; Hoy, esa historia se sigue repitiendo. La voz de Abel
sigue hablando; La pregunta es: ¿Cuántos están escuchando?
Hay dos tipos de personas: Los Abel, y los Caín. Gente con el
corazón correcto, con la actitud correcta, y gente que no tiene el
corazón correcto.
Hay gente que, con su rostro decaído, demuestran la perturbación
que hay en el corazón, su amargura, les echan la culpa a los
demás y a Dios de todo. Dios ve a Caín con esa actitud, y dice:
Vamos a hablar; ¿Por qué me estás haciendo cara? “Como tú
amas a Abel, le aceptaste eso; Aquel tiene lo que yo quiero, y yo
no.” Si bien hicieres… ¿Por qué te quejas que otro tenga lo que
tú quieres, cuando tú no estás dispuesto a pagar el precio que él
está dispuesto a pagar?
Procura ofrecer a Dios lo mejor de ti; Que Dios te mire con agrado
porque tu corazón es el correcto, porque te has presentado ante
Él con tu más excelente sacrificio.
“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de
Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos
11:3

EL PRINCIPIO DE TODAS LAS COSAS


Tus acciones tienen que ser congruentes con tu fe; No digas que estás
creyendo por algo, y actúes contrario.
JOSÉ TUVO ESE RETO.
Cae en el pozo, lo venden, y cae en casa de Potifar. Allí prospera y le
hacen jefe, y la esposa de Potifar trata de seducirlo. Pero José se controló,
salió corriendo, huyendo; Porque Dios le había dado un sueño, y en ese
sueño no estaba aquella mujer.
Cuando tú tienes un sueño, tú sabes lo que Dios te ha dado, y lo que no, y
puedes huir de las tentaciones; Cuando tienes una visión, y tienes fe que
Dios va a hacer algo más grande contigo, dejas de ceder a las presiones,
porque sabes la grandeza que Dios tiene para ti y no puedes entregarla.
La fe te afirma, llevándote a actuar de acuerdo a lo que tú has creído,
porque has visto cosas que antes no habías visto y entendido; Por eso, no
tienes que entregarte al alcohol, a las cosas que el mundo se entrega;
Porque tu vida no se va a desperdiciar, está segura. ; Él tiene tu vida
planificada mejor de lo que tú piensas; A pesar de los atrasos en el mundo
natural, en el mundo espiritual, Él está obrando a tu favor. Por la fe,
entendemos.
¿Por qué, antes de hablarnos de los hombres y mujeres de fe, Dios nos
devuelve a Génesis? Y dice: Por la fe entendemos… Es que todos los de
esa lista, entienden que el universo fue construido, creado por Dios.
Antes de tú entender la fe, Dios te saca de Hebreos y te devuelve a
Génesis; Porque tú no puedes tener fe, si no crees en el Dios de Génesis
1 y 2, el Dios que crea todas las cosas, que del caos hace algo maravilloso.
No puedes creer que Dios ordene tu vida, si no entiendes que lo primero
que Él hizo fue ordenar un caos. En la Biblia, cuando Dios quiso hablar de
fe, usó cosas de la creación.
Le dijo a Abraham: Mira las estrellas, la arena; Así será tu descendencia.
Cuando Dios le quiso hablar a José, le dio un sueño de estrellas, y otro de
manojos que se inclinaban ante él. Dios le habló al faraón, para que José
lo interpretara, a través de sueños de la naturaleza, vacas flacas con vacas
gordas, para que pudieran entender lo que Dios iba a hacer.
EL PODER DE DIOS MANIFESTADO en Moisés para sacar al pueblo de
Egipto, fueron diez plagas; Una fue el ángel de Jehová, pero las otras
nueve fueron de la naturaleza. ¿Quieres la clave para no tener ansiedad
nunca en tu vida? Jesús la dio, en Mateo 6: Mira los pajaritos. Cuando
estés ansioso por cómo vas a pagar las cuentas, sal de tu casa y mira los
pajaritos. ¿Eso no fue lo que él dijo? Mira los pajaritos, que no trabajan ni
guardan, pero él los alimenta.
No tengas miedo de qué te vas a poner; Porque él dice, cuando tienes
problemas y no tienes la vestimenta, vete afuera y mira los lirios del campo,
mira la grama, ¿no los viste el Señor? La grama hoy está, y mañana la
van a cortar, y Dios la viste, ¿cómo tú Padre no va a hacerlo contigo?
¿Cuál es la ansiedad? Que no conoces el Dios que gobierna la creación.
No puedes tener fe, si no entiendes, si no crees en el Dios que gobierna la
creación. La próxima vez que tengas ansiedad, vete al campo, mira las
montañas, y piensa como David: ¿De dónde viene mi socorro? Mi socorro
viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. ¿Tienes algo imposible?
Mira las montañas; Cristo dijo que, si le dijeres a ese monte: Quítate y
échate a lo profundo de la mar; y no dudares en tu corazón, así será.
Lo que Jesús está diciendo es que el monte se puede ir de la misma forma
que llegó; Llegó porque Dios lo dijo, y se va porque alguien diga que se
vaya. Así que, ese monte que Dios creó con la Palabra, ¿tú necesitas que
se vaya? Muévelo con la misma Palabra que Dios lo creó.
Tú no puedes tener fe, si no crees en el Dios de Génesis 1 y 2. Si todavía
batallas si el proceso es evolutivo, así vas a ver tu vida; Porque tú no
puedes actuar contrario a lo que crees.
Tú no puedes tener fe, si no crees en el Dios de Génesis 1 y 2, el Dios que crea
todas las cosas, que del caos hace algo maravilloso. No puedes creer que Dios
ordene tu vida, si no entiendes que lo primero que Él hizo fue ordenar un
caos. Recibe esta palabra

EN GÉNESIS 1 Y 2, VARIAS COSAS DEBEN ACTIVAR TU FE.


En el principio, era Dios. DIOS ES EL PRINCIPIO DE TODO. ¿Quieres
una empresa? ¿Por qué no te has arrodillado, primero, a pedirle a Dios
que te dé las finanzas? Lo primero que hiciste fue buscar un préstamo, un
socio; Estás desesperado, sin darte cuenta que el principio de tu empresa,
no es el banco, sino el Dios que creó todas las cosas.
El principio de tu matrimonio, de tus hijos, de tu vida, es el Dios que creó
todas las cosas. Y cuando tú vas a iniciar algo, muchas veces, comienzas
por lo último, en vez de buscar al Principio. Dios es el principio. Ponlo en
el principio; Ora cada mañana porque, cuando tú pones a Dios en el
principio, Él es experto en componer el caos y el desorden y hacer algo
glorioso.
El desorden que tú ves en tu vida hoy, es por una razón: Dios no es el
principio. Pero, cuando Él es el principio de todo, te das cuenta que tu vida
es más ordenada de lo que tú jamás habías pensado.
En Génesis 1 y 2, nos damos cuenta del PODER DE DIOS; Vemos que,
de la nada, Él puede hacerlo todo. De la nada, Él puede sacar todo. De la
nada, Él puede cambiar toda la historia. Tú no ves de dónde Dios lo va a
hacer, pero Él es experto en sacar de la nada, algo; Experto en sacar de
donde no hay, y bendecirte y prosperarte.
Ya lo hizo una vez, y lo puede volver a hacer. Tú no puedes tener fe en
que Dios va a cambiar tu vida, si no crees en el poder creador de Dios.
TIENES QUE CREER EN LA BONDAD DE DIOS.
En Génesis 1, eso es lo que vemos; Después que Él crea cada cosa, dice:
Y vio Dios que era bueno. Dios todo lo hizo bueno. El Dios al que tú le
sirves, quiere darte las mejores cosas, quiere hacer bien para tu vida, Él
está organizando tu vida para que, cuando la veas, puedas decir: Esto es
bueno; Esto que hizo Dios hoy es bueno.
Si recibes un reporte, una noticia que te da esperanza, tú puedes decir:
Esto lo hizo Dios porque Dios es bueno. Comienza a ver la bondad de Dios
en tu vida.
En Génesis, te das cuenta de la SABIDURÍA DE DIOS.
Vemos que Dios trabaja en orden; No puso al hombre al principio; Puso la
luz primero, después las lumbreras, hizo todo en orden; Es más, no trajo a
la mujer, hasta que el hombre no tenía tierra y trabajo.
Las cosas hay que hacerlas en orden. Cuando tú ves a Dios, ves todo
orquestado, organizado, una sabiduría tremenda: La luz primero, las
lumbreras después, el agua, los animales, la yerba.
Después trae al hombre y cuando está en el huerto del Edén y lo tiene con
trabajo y tierra, ahora podemos traer a la mujer. Ninguna mujer fue llamada
para sufrir; Para de sufrir.
La fe te afirma, porque tú actúas conforme a lo que crees; Pero, para tener
fe, tú tienes que creer en el Dios que es el principio de todas las cosas,
Aquel que es poderoso para sacar todo de nada, para poner orden al peor
de los caos… y que también tiene el poder de traer orden a tu vida.
UNA PIEDRA EN TU ZAPATO
En tu camino a tu resurrección, te van a condenar, te van a matar, vas a ir a la
tumba, vas a estar encerrado tres días, no vas a ver nada; Pero Dios siempre se
anticipa y envía alguien a tu vida para que te lave y te unja los pies, alguien que
haga lo necesario para que tú continúes caminando con Dios. Recibe esta
palabra.

En Génesis 5, se nos dice de Enoc, que caminó con Dios; Y en Hebreos


11, Dios celebra a Enoc porque, por fe, caminó con Dios. El problema de
muchos es que piensan que todo va a ser fácil al caminar con Dios. Todos
hemos tenido la experiencia alguna vez de caminar, sabiendo y sintiendo
el dolor de que tenemos una piedra en el zapato. Y en tu caminar con Dios,
siempre habrá piedras. Siempre.
Cuando tienes problemas del corazón, el cardiólogo te manda a caminar,
no a correr; Porque caminar tres veces a la semana arregla tu corazón;
Pero piensa por un momento: ¿Cómo tu caminar ha dañado tu corazón?
A Moisés, lo primero que Dios le dice es: Quítate el calzado de tus pies.
En otras palabras: A donde te quiero llevar, no te puedo llevar con los
zapatos que tienes; Tienes que quitártelos, porque vas a caminar algo
nuevo.
El mismo Jesús tuvo dos eventos muy importantes en su vida en relación
a esto.
En su último momento, se sentó a la mesa con sus discípulos y les lavó los
pies. Pedro no quería, y Jesús dice: El que está limpio en el corazón, lo
que le hace falta es que alguien le lave los pies; Ustedes han caminado
tres años y medio conmigo, los han insultado, han tenido momentos
difíciles, y todavía están aquí; Yo me voy, y tengo que limpiarles los pies
de todo lo que han caminado, porque el caminar conmigo les ha ensuciado
los pies.
Más adelante, la Biblia nos dice que llega una mujer, y unge los pies de
Jesús; Y, a los que la criticaban, Jesús les dijo: Déjenla, porque ha ungido
mi cuerpo. No dice mis pies. ¿Cómo Jesús dice que alguien puso aceite
en sus pies y le unge el cuerpo? Aquella mujer estaba ungiendo al Señor
por lo que él iba a caminar.
Tú no puedes caminar por la vía dolorosa, si tú no tienes los pies ungidos.
Los golpes los recibió en la espalda, en la cabeza; Pero tú no puedes entrar
en una tumba, si alguien no ha ungido tus pies.
En tu vida, en tu caminar con Dios, hay dos cosas que te hacen falta:
1. Alguien que te lave los pies,
2. y alguien que los unja.
Alguien que lave tu pasado, y alguien que te unja para lo que vas a pasar;
Porque vas a coger golpes. La gente quiere que se les unja la cabeza,
pero lo que tú necesitas es que te unjan los pies, para que aguantes, para
que sigas caminando.
En la vía dolorosa, te van a escupir, te van a criticar; En tu camino a tu
resurrección, te van a condenar, te van a matar, vas a ir a la tumba, vas a
estar encerrado tres días, no vas a ver nada; Y, si tú entras a esa tumba
de tu vida, sin tus pies ungidos, ¿cómo vas a salir?
A veces, pensamos como los que están allá afuera: Que el país no sirve,
que no hay nada que hacer; Todo porque tenemos una piedra en el zapato.
Pero Dios siempre envía alguien a tu vida para que te lave y te unja los
pies.
Alguien que haga lo que se requiere, lo necesario para que tú continúes tu
camino, para que tú sigas caminando con Dios.

CAMINA CON DIOS POR FE


Tú no puedes servirle a Dios por miedo al infierno, por miedo al rapto; Tú le sirves
a Dios por fe porque tú sabes que le hay, y que hay recompensa para vivir con
justicia. Recibe esta palabra.

En la sociedad que vivimos, necesitamos fe para mantenernos, para seguir


caminando, para seguir creyendo, para no mirar para el lado, para decir:
Hay algo más grande para mi vida. No te detengas, no importa lo que
venga a tu vida, a tu alrededor; Permanece. Eso fue lo que hizo Enoc.
“21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22 Y caminó
Enoc con Dios, DESPUÉS que engendró a Matusalén, trescientos años,
y engendró hijos e hijas. 23 Y fueron todos los días de Enoc trescientos
sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció,
porque le llevó Dios.” Génesis 5:21-24

Enoc caminó con Dios, luego de haber engendrado a Matusalén, quien fue
el hombre que más vivió en la Biblia. MATUSALÉN significa al final de
todo.
En Judas 1:14 dice que Enoc profetizaba del juicio que iba a venir. Lo que
se entiende es que, cuando Enoc tiene a Matusalén, ve el juicio que vendría
por el diluvio, ve lo que Noé su nieto iba a pasar, porque el diluvio llegó
cuando murió Matusalén.
Matusalén vivió más de novecientos años, casi mil años. ¿Por qué? Dios
le extendió la vida a Matusalén por misericordia, porque cuando él muriera,
vendría el juicio. Dios le extendió la vida, dando tiempo a que haya un
hombre que camine con Dios. ¿Cuántas veces habrá extendido Dios tu
vida por misericordia? Dios te ha perdonado por misericordia.
Dios extendió tu vida por misericordia, hasta el día que lo encontraste a Él
porque, por el camino que ibas, te ibas a perder. Dios extendió la vida a
Matusalén, pero ya cuando tuvo a un Noé listo, cuando Él tiene a alguien
que puede construir algo para salvar a una familia, entonces, Matusalén
muere y viene el final.
Dios ha extendido tu vida con misericordia, para que un día tú decidas: Yo
voy a caminar con Dios, voy a vivir de la forma correcta, como tengo que
vivir.
Lo que por lo regular se dice de Enoc es que caminó con Dios porque él
vio el juicio, y fue el juicio lo que le hizo caminar con Dios; Pero eso no es
cierto. En Hebreos 11:6, dice que Enoc caminó con Dios por fe, no por
miedo. ¿Por qué Enoc va a tener miedo, si el juicio viene mil años
después? Enoc caminó por fe porque se dio cuenta que, en el juicio, Dios
salvaba al justo, y que la única manera de vivir en esta tierra es como un
justo a quien Dios recompensa porque cree que le hay, porque cree que Él
es galardonador de los que le buscan.
Tú no puedes servirle a Dios por miedo al infierno, por miedo al rapto; Tú
le sirves a Dios por fe porque tú sabes que le hay, y que hay recompensa
para vivir con justicia. Si te mantienes limpio, puro, Dios te va a
recompensar. Eso no quiere decir que no va a haber problemas, pero tu
vida le va a profetizar a la gente, le va a decir a la gente que, a ti, Dios no
tan solo te salvo, sino que tú caminas en esta tierra como salvo, como una
persona lavada por la sangre de Cristo. Tú no te desenfocas; Perdiste tal
cosa, pero Dios sigue siendo Dios; Te pasó tal cosa, pero Dios sigue siendo
Dios, y tú le amas.
Enoc no vivió por miedo; Él vio que era justo y bueno vivir caminando con
Dios.
Tu vida es como un globo: Se va vaciando poco a poco. Cada vez que
cumples años, no es un año más, sino un año menos. Lo quieras o no, tu
vida se va vaciando. Hay vidas que se vacían rápido, otras lento; Unas
hacen ruido, otras no, pero se siguen vaciando.
Este es el fin de todos nosotros, lo queramos o no. En nuestro caminar
con Dios, podemos tener nuestras vidas llenas, cuando tú eres lleno de
vida, aunque estés lleno, te vas a ir vaciando; Pero la vida llena de lo
natural, nunca sube, se queda en la tierra. Y es muy triste porque la gente
vive como si le tocara todo el tiempo, pero de la misma manera que un
globo puede explotar en cualquier momento, la vida se puede acabar en
un instante.
Ojalá tú seas de los que se vacían poco, lento, pero que te vacíes; Porque,
por más problemas que uno tenga, uno no se quiere morir.
Ojalá seas de los que la vida poco a poco se les vacíe, de aquello que un
día, cuando nos toque morir, digas: Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu. Pero no a todos nos termina la vida así. Tú no sabes cuándo tu
vida va a explotar. Por eso es que, en esta vida, nos queda una sola cosa:
Llenarnos de algo que nos haga ascender. Y, mientras otros se vacían y
desaparecen de un día para otro, que tu vida vaya como la de Enoc,
ascendiendo, hasta que el día que tú no estés aquí, la gente diga: Caminó
con Dios; Llegó más alto de donde empezó.
Tu cuerpo va a morir, tu cuerpo se corrompe, pero tú tienes que llenar de
algo en esta vida que te haga subir. Vive tu vida caminando con Dios para
que tu vida vaya ascendiendo, para que puedas estar más arriba de lo que
estás hoy.
Y es tu fe la que te hace ascender, te hace subir, te hace aumentar. Tu
vida no puede ser peor que la semana pasada; Y lo que te salva a ti es tu
fe, seguir creciendo en tu mente, en tu espíritu, en tu corazón, en tus metas;
Es caminar con Dios día tras día, sabiendo que solo con Él y en Él podrás
alcanzar la victoria.

EN TU CAMINAR, NO TE DETENGAS
Tú no puedes darte el lujo un día de quedarte en tu casa cuando tienes que
caminar todos los días de tu vida con Dios, para que puedas seguir hacia adelante,
creciendo. Recibe esta palabra.

“5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado,


porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de
haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
La fe entiende dos cosas: Que Dios existe, y que Él recompensa a los que
le buscan; Esa es la fe que agrada a Dios. Si le hay, le puedes encontrar,
puedes tener una relación con Él. No puedes agradar a Dios si no tienes
fe. Pero, para entender esta fe, hay que ver estos versos a la luz de la vida
de Enoc.
En Génesis 5, la Biblia nos dice que Enoc vivió trescientos años caminando
con Dios. Caminar con Dios es toda una vida, no es un rato. Uno de los
problemas hoy es que la gente vive por momentos, por pequeñas cosas.
Pero caminar no es una experiencia de un día, sino toda una vida.
Cuando tú caminas, tus pies se ensucian, y tú necesitas dos cosas: Alguien
que lave tus pies, y alguien que los unja. Jesús, antes de irse, lavó los pies
de sus discípulos, y les dijo: El que está limpio de corazón, lo único que
necesita es que se le lave los pies. Cuando tú vas al cardiólogo, y tienes
un problema de corazón, te manda a caminar, porque caminar bien te
arregla el corazón; Caminar mal, te lo daña. Y Jesús dice: Se los voy a
limpiar; Tienen el corazón limpio –solo uno lo tenía dañado; los demás lo
tenían limpio – y voy a limpiar sus pies para que puedan caminar. Al mismo
Jesús, una mujer le limpió los pies; Porque tú no puedes caminar la vía
dolorosa, el mismo infierno –como caminó Jesús – si alguien no te unge
los pies. Así que tenemos que procurar eso en nuestra vida.

Tu vida con Dios es a largo plazo; Y es necesario que entiendas que el


detenerte en tu caminar con Dios, en tu dependencia de Él, es lo que abre
la puerta al pecado. No hay nada que sea mejor puerta al pecado que el
ocio, la vagancia. El que está sin hacer nada en la vida, la cabeza se le
llena de cosas. Tú siempre tienes que aspirar por algo más. Se ha sabido
de ministros, por ejemplo, que dedican toda su vida al Señor, pero luego
de entregar el ministerio, al corto tiempo, terminan con su vida; Porque se
encuentran sin hacer nada, sin rumbo. Tú no necesitas otra casa, pero tu
fe necesita creer por algo que tú sepas que solo Dios te lo puede dar. Así
que tú necesitas caminar con Dios para que tu vida mejore porque el día
que te detienes, le abres la puerta al pecado.

El pueblo de Israel, mientras caminaba, no pecaba; Cuando descansaba,


pecaba. Se paran en la montaña, y pecan haciendo un becerro de oro;
Cada vez que te detienes, terminas adorando lo incorrecto. Mientras
caminaban, no tenía tiempo para eso. Josué, en siete años, logra lo que
Moisés no había logrado: Conquistar la tierra prometida. Y después de
esos siete años, no tiene más nada que hacer. Y, ¿qué ocurre? Luego
vemos, en el libro de Jueces, que la vida espiritual del pueblo de Israel era
un sube y baja. Por eso, Dios tiene que poner jueces; Porque, cuando el
pueblo deja de conquistar, comienza a pecar. Porque, si no tienes porqué
caminar con Dios, el ocio, la poca conquista, el poco caminar con Dios, te
lleva al pecado. Por eso es que esto es toda una vida.
El problema de muchos hoy es que la iglesia ha estado predicando la fe
salvadora, y muchos se quedan en ese mensaje de la fe que salva, que es
buena y necesaria, pero es la primera etapa de tu vida espiritual. La fe
salvadora es la que te tira el salvavidas; Te estás hundiendo en el mundo,
en el pecado, en las dificultades, y te tiran el salvavidas; Tienes la fe que
dice: Creo en Dios; Y te agarras del salvavidas, pero ¿de qué sirve que te
agarres del salvavidas y el bote se vaya y te quedes tú en el mar? La fe
que salva no es suficiente. Tiene que haber la fe que salva para no
ahogarte, pero tiene que haber una fe que te hale y te lleve a tierra firme.
Y, entonces, en tierra firme, te verías ridículo andando con el salvavidas;
Porque el salvavidas es para cuando te estás ahogando. Si no te paras en
tierra firme, ¿de qué te sirve?

Y así hay muchos cristianos; Porque lo único que predican muchos hoy es
la fe que salva porque esa fe es bonita: Te estás ahogando en pecado y
problemas; Créele a Dios porque Él te va a salvar. Y eso está perfecto;
Pero ahora tienes que ir a la iglesia, discipularte, creer y tener una fe que
te ponga en tierra firme, para que te quites el salvavidas y camines, no
como que te estás ahogando, sino que a pesar de lo que hay a tu alrededor,
puedes permanecer firme porque el día que dejes de caminar, entonces sí
hay problema.

Lo grande de Enoc es caminar trescientos años en un mundo de


corrupción, lleno de problemas, y no perderse; Caminó firme, a pesar de lo
que pasaba a su alrededor; No se dejó contaminar. Pero el pueblo de
Israel, el día que se detiene, el pecado toca la puerta. Lo mismo le pasó a
David; Un hombre que, mientras caminaba, mientras le perseguían,
mientras tenía que pelear, oraba, ayunaba, adoraba a Dios; Pero, un día,
cuando ya fue rey, tenía que salir a la guerra, pero decidió no hacerlo,
porque ya era rey, ¡qué otro peleara por él! Pero ese fue el peor día de su
vida; Ese día estuvo con una mujer indebida, terminó matando al esposo y
teniendo montones de problemas, porque un día el rey que se suponía que
estuviera peleando, se quedó en la casa.
Tú no puedes darte el lujo un día de quedarte en tu casa cuando tienes que
caminar todos los días de tu vida con Dios, para que puedas seguir hacia
adelante, creciendo.

UNA FE QUE PERSISTE


Tienes que acercarte a Dios, y para eso, tienes que creer que le hay, que existe; Y
luego, tienes que buscarle. O sea, tu relación con Dios tiene que crecer. Y el
galardón no es para el que se acerca, sino para los que le buscan. Recibe esta
palabra.

“6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que


se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.” Hebreos 11:6

Estas son palabras absolutas. O sea, tú nunca podrás agradar a Dios, si


no es por fe; Es imposible, porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. No dice
que es galardonador de los que se acercan. El verso comienza con una fe
que te acerca, pero el que recibe recompensa es el que le busca; Así que,
tu fe tiene que crecer porque la fe de acercarte no es la misma fe de
buscarle. Hay gente que se acerca a Dios, pero no le buscan. Se acercan
por un momento, por una dificultad; Dicen: Creo que le hay. Y se acercan.
Pero la fe que recibe recompensa no es la que se acerca, sino la que le
busca. Y tu fe va creciendo en tu relación, a través del tiempo.

En la versión original de este verso, se enfatiza que no es meramente los


que le buscan, sino que Él es galardonador de los que le buscan
diligentemente. Muchos claman estar cerca de Dios, pero no vemos
resultados en sus vidas porque, en realidad, la única manera de tener una
verdadera relación con Dios, es a través del proceso de perseguir. Hay
matrimonios que, luego de tiempo casados, van a consejería porque,
emocionalmente, se sienten lejos. La pregunta es ¿qué pasó? Y esta es
la experiencia de muchos con el Señor. Se acercan a Dios, y llega el
momento donde siguen las costumbres del cristianismo, van a la iglesia,
oran por la comida, pero en vez de sentirse cada vez más cerca a Dios, se
sienten cada vez más lejos. Y es que te acercaste y, para obtener esa
relación, tuviste que perseguir; Pero el problema de muchos es que
persiguen para alcanzar, pero no para madurar. Son como cazadores,
persiguen para matar y comer hoy, pero no es como aquel que persigue
criar el ganado toda una vida.

En la constitución de los Estados Unidos, dice que uno de nuestros


derechos es el perseguir nuestra felicidad. Lo que dice ese documento no
es que te garantizan tu felicidad. La felicidad no se garantiza por llegar a
un lugar; La felicidad se garantiza mientras persigues ser feliz. Es en
perseguir, que encuentras felicidad. Hay más emoción en buscar la casa
que en tenerla. Las altas y las bajas, mientras persigues, son las que te
dan esa sensación; Cuando lo obtienes, se va la adrenalina; Cuando dejas
de perseguir, se acaba. Y ese es problema de las relaciones: Cuando uno
de los dos deja de perseguir al otro. Nos quejamos de los hijos, del
cónyuge… pero Dios se puede estar quejando de ti. Dios nunca ha dejado
de perseguir una relación con el hombre. No importa el pecado, el fracaso,
el problema, lo que hagamos, el Dios al que tú le sirves, siempre está
buscando un encuentro contigo. Tú no tienes que irte al cielo para
encontrarte con Él; Dios todavía baja a la tierra para encontrarse contigo
donde tú estés. Él busca tener una relación contigo, a pesar de cualquier
cosa. Aunque tú no lo has perseguido todo el tiempo, Él sí te ha perseguido
a ti; Y como Él es quien te persigue a ti, puedes encontrarte con Él.

¿Qué hace que una persona que se acerca a Dios, eventualmente, no le


busque? Muchas cosas pueden pasar. En Mateo, se nos dice que, en el
momento final de Cristo, Pedro le seguía desde lejos. Ese no es el Pedro
que vemos a principio de Mateo, el Pedro que estaba cerca de Cristo, el
Pedro que decía “Señor, aquí está mi espada” y “Tú no vas a ir a la cruz,
voy yo por ti”. Pero, en 3 años y medio, un hombre que se acercó a Jesús
y creció en su relación con él, de repente, los problemas, las dificultades,
el no entender lo que está pasando, le hacen ahora seguir a Jesús desde
lejos. Y muchos de nosotros, muchas veces, esa es la religión o la fe que
tenemos: Desde lejos, sin mucho compromiso.

Cuando Pedro decide seguir a Cristo, fue en el mejor momento de su vida.


Seguir a Jesús cuando tú no tienes nada, es fácil; Pero, cuando tienes todo,
seguirlo conlleva mucho. Y el primer encuentro de Jesús y Pedro fue en
unas barcas vacías; Si Jesús le llega a haber dicho: Deja esas barcas y
sígueme; Hubiera sido fácil. Pero Jesús le llena las barcas, y entonces le
dice: Sígueme. Ahora Pedro tenía que escoger entre las barcas llenas y
seguir a Jesús. Pedro prefirió dejar las barcas llenas y seguirle. Ese fue
un acto de fe. Pedro creció en su relación con el Señor, aunque cometió
errores; Pero es que así son las relaciones, con sus altas y bajas. Pedro
caminó en el agua. ¿Qué ganaba con eso? Meramente para darse el
gusto de caminar en el agua. Y a veces, nuestra fe, la usamos para darnos
gustos. Y Jesús no le condenó por eso. Pedro caminó y luego se hundió,
Jesús lo cargó y le dijo hombre de poca fe, pero más adelante lo celebró
por recibir la revelación de que Jesús era el Hijo de Dios; Tan cercana era
su relación, que el único que lo reconoció como tal fue Pedro. Todo esto
nos demuestra que su relación fue creciendo en altas y bajas, pero en el
último momento lo vemos una vez más como viven muchos cristianos:
Desde lejos.

Hay creyentes que viven como ateos. Creen en Dios, pero viven como si
no existiera. Su reacción ante la vida –y ante todo– es como la de
cualquiera. Su relación con Dios es igual que si no existiera. Y quieren
recompensa, pero la recompensa no está para el que se acerca, sino para
el que busca. Ninguna mujer se debe casar con alguien que no la busque;
Se acercan, pero se trata de que te busquen. Y muchos, en la iglesia, viven
un ateísmo cristiano; No oran, no leen la Biblia, no van a la iglesia; Dicen
creer, pero no buscan.
Tienes que acercarte a Dios, y para eso, tienes que creer que le hay, que
existe; Y luego, tienes que buscarle; Y hay quienes no llegan a esa
dimensión. Cumplen con rituales, pero se frustran porque no entienden
que Dios es providente, que Él tiene en sus manos el ajedrez de tu vida y
que algo Él está haciendo contigo. Aunque tú no entiendas lo que está
pasando, la mano providente de Dios trabaja a tu favor. Vive tranquilo, en
paz, en calma, vive feliz. Tu fe no debe fluctuar por algo que pase, por que
hablen de ti. Comenzaron a hablar mal de Jesús, y Pedro se alejó; Así son
los que dicen creer, pero no viven demostrando lo que creen. Esos jamás
pueden esperar recompensa alguna. Pero aquellos que persiguen a Dios,
que le buscan y buscan hacer lo que tienen que hacer, dice la Biblia, que
no hay quien le dé un vaso de agua a uno de Sus hijos y quede sin
recompensa. Si tú buscas a Dios, hasta un vaso de agua que tú des, Él se
encarga de recompensarlo. Tu más mínimo esfuerzo, Dios se encarga de
recompensártelo.

CON TODO TU CORAZÓN


Dios nunca te ha dejado de perseguir. Puedes sentirte culpable, puedes hasta
haberle negado, y Dios vuelve una y otra vez y te persigue. En ocasiones, le
cuestionarás, pero búscale, vuelve y persíguele, vuelve y créele, vuelve y sírvele
de todo corazón. Recibe esta palabra.

El problema de muchos es que, sin darse cuenta, en su relación con Dios,


en vez de crecer, por sus altas y bajas, se sienten cada vez más alejados
de Dios.
“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová
y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.”
Génesis 17:1

Abraham comenzó su relación con Dios cuando tenía setenta y cinco años.
Veinticinco años después, Dios le dice: Camina delante de mí. Es como si
tu cónyuge te dijera eso después de veinticinco años de casados.
Pensarías: ¿Y qué hemos hecho todos estos años? Es como que Dios se
te apareciera ahora, y tú llevaras décadas en el Señor, y Él te dijera:
Camina delante de mí y sé perfecto. Esa palabra perfecto, en el original,
es la palabra wholehearted o con todo tu corazón. En otras palabras, Dios
le está diciendo a Abraham: Llevas veinticinco donde he estado
compartiendo tu corazón con alguien más, con otras cosas. Abraham
estaba frustrado, quejándose de que no tenía un hijo, sin darse cuenta que
el problema no era Dios, sino que llevaba veinticinco años caminando con
Dios, pero no de todo corazón. Y Dios le dice: Si tú quieres que esta
relación continúe, a tus noventa y nueve años de edad, tienes que decidir
caminar conmigo de todo corazón. ¿Cuál sería tu reacción? ¿Te
molestarías? ¿O aceptarías que estás mal? Abraham podía reclamar y
decirle: ¿Cómo dices que no te he servido de todo corazón?; Me dijiste
hace veinticinco años atrás que dejara la casa de mi padre y mi parentela,
y lo dejé todo, he caminado por este desierto y todavía no sé a dónde me
llevas, pero sigo aquí. ¿Sería esa tu actitud?

¿Cuál es tu actitud cuando te acercas al Señor? ¿Le recuerdas los años


que le has servido? ¿O estarías tú dispuesto a escuchar que Dios te diga:
Llevas veinticinco años conmigo, pero todavía tu corazón no es todo mío?
¿Todavía tienes resentimiento por lo que Dios no ha hecho? ¿Tienes
coraje por lo que no ha pasado? ¿Todavía estás buscando opciones? Esto
ocurrió trece años después de que Abraham tuviera a Ismael, así que, el
día que él se acostó con la sirvienta, Dios le dejó de hablar por trece años.
Hay gente que va a la iglesia por trece años y Dios no les habla. Y la
pregunta es: ¿Realmente Dios tiene todo tu corazón? ¿Lo demuestran tus
acciones?

Las relaciones son frágiles, y nuestra fe, en ocasiones, también. Vienen


problemas, dificultades, y se rompen nuestras relaciones. Los que nos
acercamos y nos amamos, tratamos de arreglarla, enmendarla, pero
menospreciamos la relación como una cuerda rota, porque un nudo hace
que no se vea perfecta. Vemos lo imperfecto. Pero quisiéremos ver una
línea recta, perfecta. Empezamos con Dios, y queremos que toda nuestra
vida con Él sea perfecta; Y, a veces, cuando no es así, le echamos la culpa
a Dios, porque “Dios no hizo”, “Dios no me sacó”, “Dios no evitó la muerte
de papi”, “Dios no evitó el divorcio”. Pasa el problema y te vuelves a unir
en relación con Dios, pero entonces, la relación ideal que tú querías era la
que no tiene un nudo o imperfección. Pero una cuerda rota y enmendada,
con un nudo, queda más corta, por lo que es mejor porque los dos extremos
están ahora más cerca que lo que jamás habían estado. Cuando te
acercas a Dios, no estás tan cerca como cuando le has perseguido. Dios
le estaba diciendo a Abraham: Tienes a un Ismael, pero estás más cerca;
Tienes un nudo, pero estás más cerca.

El que persigue a Dios, no tiene una vida perfecta, no tiene una línea recta;
Hay altas y hay bajas. Y, mientras más nudos haya en tu vida, más cercana
es tu relación con Dios. El matrimonio no te debe separar; Quisieras que
el matrimonio no tuviera nudos, pero el matrimonio no es así. El problema
de muchos es que, cuando en el matrimonio le cortaron, dejaron de
perseguir, de buscar el unirse otra vez. El perseguir a Dios es en medio
de tus dificultades y problemas; Ahí es cuando más le debes buscar,
cuando más le vas a servir, cuando más vas a orar. Al fin y al cabo, eso
es lo que Él hace contigo: Mientras peor te portas, más te busca, más te
persigue. ¿Acaso no fue lo que hizo con Jacob? En el momento que
engañó a su padre, se encuentra con él. Otro lo abandonaría, lo dejaría.
Jacob va huyendo de casa de su padre, y Dios le sale al encuentro y le
dice: Quiero que sepas que no te voy a dejar, hasta que yo haga lo que voy
a hacer contigo. Le dijo: Esto no se trata de si tú me quieres y me buscas,
sino de que yo le prometí a tu papá que yo iba a hacer algo contigo, y hagas
lo que hagas, yo te voy a perseguir.

Cuando tú no entiendes lo que Dios está haciendo, sigue buscándole –no


acercándote, sino buscándole. Sigue yendo a la iglesia, sigue orando,
sigue leyendo la Biblia, sigue siendo devoto a Dios. Tu relación no va a
ser perfecta. En toda relación con Dios, va a haber nudos, pero sigue
siempre buscando. Quizás no se vea tan bonito, pero después del tiempo,
no te vas a sentir más lejos de Dios, sino más cerca. No temas que la
gente vea los nudos de tu relación con Dios. En ocasiones, cuestionarás
a Dios, pero vuelve y persíguele, vuelve y créele, vuelve y búscale, vuelve
y sírvele de todo corazón.
Lo más triste en una relación es cuando se deja de perseguir. Pero Dios
nunca te ha dejado de perseguir. Nunca. Puedes sentirte culpable, puedes
hasta haberle negado, y Dios vuelve una y otra vez y te persigue. Y la
misma pregunta que Dios hace en Génesis es la que todavía baja del cielo
y vuelve a preguntar: Adán, ¿dónde estás tú?

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