Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Asesor:
Andrea Alarcón Peña
1
Tabla de contenido
RESUMEN ................................................................................................................................ 3
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 4
HIPÓTESIS ............................................................................................................................... 6
CONCLUSIÓN ........................................................................................................................ 45
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................... 47
2
RESUMEN
El presente trabajo surge del interrogante que se suscita frente a la decisión de algunos jueces
o magistrados dentro de la jurisdicción contencioso administrativa, a la renuencia a decretar,
y valorar pruebas testimoniales utilizando recursos electrónicos aduciendo problemas en la
falta de acreditación del testigo en cuanto a su identidad y problemas que aparecen en torno a
una posible vulneración del principio de inmediación procesal entre el testigo, el juez, su
apoderado y el abogado de la contraparte, en cuanto a la imposibilidad o dificultad para
interrogar o contrainterrogar al declarante. También se ha evidenciado inconvenientes
logísticos a la hora de ejecutar dichas declaraciones a través de los medios telemáticos, por
las complicaciones que a veces puede tener la incorporación de una videoconferencia o sus
similares al expediente del caso, o al desconocimiento de qué medios electrónicos en
específico pueden utilizarse para la recepción del testimonio.
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
The present work arises from the question that appears in front of the decision of some judges
or magistrates within the administrative jurisdiction, in the unwillingness to decree and
practice testimonial evidence using electronic resources citing problems in the lack of
accreditation of the witness regarding its identity and problems that emerge around a possible
violation of the principle of immediacy between the witness, the judge, his attorney and the
lawyer of the counterpart, regarding the difficulty to interrogate or cross-examine the
declarant. Logistical problems have also been evidenced when receiving these declarations
through the telematic means, due to the complications that can sometimes be caused by the
incorporation of a videoconference to the case file, or the ignorance on which specific
electronic means can be used for the testimony reception.
KEY WORDS
eJustice, Technological resources, Witness, Digital Justice Plan.
3
INTRODUCCIÓN
El hombre como ser social ha generado la necesidad de interactuar con otros con el fin de
satisfacer sus necesidades, sin embargo, como consecuencia de dichas interacciones se da
lugar a las controversias que deben ser resueltas por un tercero, quien dentro de la
conformación del Estado moderno ha sido denominado “juez”. Éste, investido de jurisdicción
y competencia decide sobre dicho conflicto dando una solución que beneficia a una de las
partes, reconociendo la verdad procesal que el ganador le ha relatado durante el proceso.
Sin embargo, dicha decisión no surge solamente de la escueta narración de los supuestos
fácticos que relatan los adversarios en el conflicto, sino que dichas partes deben demostrar la
certeza de los hechos narrados mediante las pruebas, que son definidas por Carnelutti como:
4
En dichas consideraciones se señaló de igual forma la relación entre el acceso a la justicia y
la tecnología en comunicaciones, siendo entendido como la acción de llegar a gozar de una
justicia que tenga calidad para que así se pueda concretar una sentencia justa y pronta. Por
ello, y como se reiteró, para facilitar el acceso se permite la utilización en el proceso de todos
los adelantos tecnológicos en materia de comunicaciones siempre y cuando se garantice la
conservación electrónica de las actuaciones, recogiendo la confianza que la sociedad de hoy
tiene en ellos.
Esta realidad, sin embargo, pone de presente la tensión entre figuras procesales tradicionales
y el uso de medios electrónicos y electromagnéticos para la recepción y conservación de
prueba testimonial, partiendo de la base de que éste medio de prueba supone observancia del
principio de inmediación que podría lesionarse al permitir que el testigo ofreciera su dicho de
forma diversa a la tradicional.
5
HIPÓTESIS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Analizar el impacto que las tecnologías de la información y las comunicaciones han generado
respecto al trámite procesal.
6
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL TESTIMONIO
Sin pretender ser exhaustivas en el estudio histórico del testimonio, se ha querido realizar un
somero recorrido en el origen y desarrollo de éste medio de prueba en específico, para
analizar su evolución y formación hasta hoy día, donde incluso hablamos de la incidencia de
la globalización en la labor de cómo probamos y qué medios de comunicación simultánea
pueden utilizarse en la administración de justicia.
Era nulo absolutamente el testimonio rendido bajo error, coacción, o temor; de igual manera
el ofrecido por razones de amistad, cariño, venganza, cólera o ignorancia. (2015, pág. 159)
2. Legislación Romana.
El Digesto romano no contiene una regulación sistemática de la prueba testimonial, ya que en
él solo se observan tan solo coyunturales, aisladas y esporádicas referencias. Las Leyes 4 y 9
regulan el De Testibus para proscribir el testimonio de parientes en línea directa, de los
enfermos, locos y dementes.
La caída del Imperio romano oscureció la aplicación de las instituciones del llamado primer
imperio, período de esplendor en la producción jurídica, que se tradujo en la impresionante
racionalidad del Corpus Juris Civiles. Se inauguró la fase oscurantista del derecho probatorio
y judicial entronizándose la irracionalidad, la inhumanidad y el destierro de toda regla de
valor jurídico preestablecido. (2015, pág. 161)
Así, la Ley de Partidas reguló el duelo, cuando el ofendido en su honor no tenía testigos ni
prueba alguna para demostrar su inocencia; en tal hipótesis podría desafiar a su adversario
confiando en que su victoria sería el mejor testimonio de su verdad.
Esta misma regulación que de todas maneras se puede ubicar en la fase oscurantista,
prescribió el tormento como medio de exacción de la verdad, frente a acusados y testigos, ya
que les aplicaba suplicios para obtener su confesión de culpabilidad o para que declararan
verazmente en casos de insuficiencia probatoria, de tal suerte que el tormento se aplicó como
medio de prueba para resolver casos y saber la verdad de los hechos realizados en forma
encubierta, que no pudieron ser conocidos o probados de otra manera. (2015, pág. 163)
A. En las leyes XIV, XVIII, XXX, XXXI y XXXII se reguló la prueba testimonial con
ciertas características técnicas, entre ellas se consagraron especiales reglas de observación del
juez ante el testigo.
B. Admitió el testimonio de la mujer en cualquier clase de litigio, siempre que gozara de
buena fama, disposición que revela el avanzado desarrollo de esta legislación frente al
constante rechazo de la testigo en todas las legislaciones antiguas-etapa primitiva y
medioevo-.
C. Se aceptó el testimonio indirecto o de oídas, tratándose de cosas o hechos antiguos,
frente a los cuales la declaración testimonial directa podía haber desaparecido.
9
D. Se permitió la ampliación del testimonio; en tal sentido, el juez podía volver a llamar
al testigo con el fin de que aclarara sus respuestas en caso de dudas o dificultades para su
interpretación.
E. Consagró el principio de oralidad y proscribió su forma escrita.
F. Todo testimonio debía ser objeto de contradicción, para lo cual de él siempre se debía
correr traslado a la contraparte.
G. Se rechazó el testimonio sobre asuntos nimios o intrascendentes.
H. Se prescribió el examen separado de testigos; cada uno debía ser interrogado en forma
secreta y apartada de los demás, sin que nadie le oyera ni los demás testigos pudieran saber lo
que dijo. (2015, pág. 164)
Sin embargo, en el ámbito del derecho civil estas formas demostrativas resultaron
restringidas y fueron tan sólo excepcionalmente admitidas ya que permanentemente se
desconfió en objetividad e idoneidad para alcanzar el conocimiento cierto de los hechos; en
esa rama del derecho dominó durante mucho tiempo la plena confianza en la prueba escrita,
pública o privada, y por ende el principio de prueba por escrito prevaleció sobre cualquier
otro medio probatorio, incluso el testimonio. Es el periodo de decadencia de la prueba
testimonial, tan sólo roto por el Código Napoleónico de Comercio de 1807 que luego de
regular la admisión del testimonio oral, para la prueba del contrato de venta comercial,
terminó utilizándolo para otros actos mercantiles. (2015, pág. 165)
10
parientes, el que tenía su génesis en intereses económicos o el que se ofrecía por amistad,
odio, venganza o amor, así como las declaraciones que fueran fruto de la pasión.
Las elaboraciones empíricas de las cuales aún se aprovecha el moderno derecho probatorio,
significan en determinados niveles, instrumentos o mecanismos de averiguación de la verdad
que presentan algunos niveles de lógica y racionalidad. (2015, pág. 166)
Por ello, el nuevo derecho probatorio del siglo XXI analiza si las nuevas fuentes de prueba
pueden servirse del cauce de la prueba documental u otro medio de prueba para acceder al
proceso y las dificultades inherentes a su introducción cómo puede ser su impugnación o su
eficacia probatoria.
11
Con todo lo anteriormente expuesto es posible concluir que la prueba testimonial ha sufrido
una evolución muy importante a lo largo de la historia probatoria, ya que en un primer lugar
reinó la irracionalidad y la falta de criterios objetivos y lógicos a la hora de probar los hechos
pretendidos.
Sin embargo, también se evidencia un esfuerzo destacado en las codificaciones primitivas
que restringían o inhabilitaban a acierto testigo para declarar en razón a su parentesco o
calidad de inimputable considerado para la época, estableciendo primitivos criterios para su
exclusión o valoración.
12
PRÁCTICA DE PRUEBAS EN COLOMBIA: ESTADO DEL ARTE
Si bien las telecomunicaciones vienen existiendo desde hace varios siglos, el uso de medios
electromagnéticos surge a partir de la guerra fría con el surgimiento de medios de
intercambio de datos especiales para las bases militares de los países en conflicto
Posteriormente, al finalizar el conflicto, la tecnología que había servido como herramienta
bélica fue puesta al servicio de la sociedad que, con la creación del computador y sobre todo,
del internet, cuenta con acceso a la información en tiempo real y transmisión efectiva de
datos. Ahora bien, es indudable que la generación masiva de medios de telecomunicación
diera paso a otras formas de captar y gestionar la información, por tal motivo, la sociedad
comienza a crear documentos que eventualmente se convierten en medios de prueba.
La incipiente regulación sobre este tema genera en los intérpretes del Derecho inquietud
respecto a la validez probatoria de las pruebas contenidas, o recolectadas en medios
electromagnéticos y tecnologías de la información. (Parra Quijano, 2006) sobre el particular,
plantea que:
13
Desde el año de 1970, cuando se expidió el actual Código de Procedimiento
Civil, se dijo en el artículo 251: “Son documentos los escritos, impresos,
planos, dibujos, cuadros, fotografías, cintas cinematográficas, discos,
grabaciones magnetofónicas, radiografías, talones, contraseñas, cupones,
etiquetas, sellos y, en general, todo objeto mueble que tenga carácter
representativo o declarativo, y las inscripciones en lápidas, monumentos,
edificios o similares.
Es así, como plantea la validez probatoria de los documentos recolectados a través de las
TICs a la luz del artículo 251 del Código de Procedimiento Civil realizando una
interpretación complementaria, o similar entre éste y la Ley 527 de 1999. No obstante, dicha
similitud es una mera interpretación normativa que no soluciona de forma directa aquellos
vacíos legales que se pueden generar.
14
NATURALEZA JURÍDICA DE LA PRUEBA JUDICIAL Y TESTIMONIAL: SU
INCIDENCIA EN EL DERECHO PROCESAL Y REQUISITOS
La prueba judicial se debe definir no sólo a partir de una evolución histórica o de los
incipientes medios de prueba que se usaban, sino de la necesidad del ser humano de
comprobar que los hechos acaecidos y que se guardan en su memoria a partir de la
percepción de las cosas sean corroborados por otros elementos que verifiquen no sólo la
ocurrencia de los hechos, sino las circunstancias de tiempo, modo y lugar.
De allí que, para el ser humano le sea inherente la necesidad de la prueba la cual, el
ordenamiento jurídico colombiano lo establece como un principio de derecho adjetivo,
establecido -siguiendo un orden kelseniano- en la Constitución Política de Colombia en su
artículo 29 como:
A partir del artículo anterior es menester establecer que, existe inmerso dentro del artículo un
deber de observancia completa de las formalidades previstas en la ley para cada
procedimiento, es decir, se debe verificar por parte de los intervinientes y del juez que el
lleno de los requerimientos procesales se hayan agotado e igualmente, las etapas deben ser
precluidas para proceder a la siguiente etapa procesal.
15
Continuando con la jerarquía kelseniana, es importante observar las disposiciones adjetivas
del Derecho, recurriendo al Código General del Proceso cuyos principios tienen por fin
establecer aquellas máximas mediante las cuales todo el ordenamiento jurídico procesal se va
a regir, estableciendo en los siguientes artículos, la importancia práctica de la prueba.
Dentro del artículo cuarto del CGP, la ley otorga la igualdad entre las partes durante la
ejecución del proceso e igualmente, dentro del artículo sexto se establece que es tarea del juez
practicar personalmente las pruebas y sólo podrá comisionar a terceros para la realización de
actos procesales cuando la situación fáctica sea extraordinaria.
Ahora bien, dirigiendo la búsqueda de la prueba y su necesidad en el Derecho
Administrativo, con el Código de Procedimiento Administrativo y de la Contencioso
Administrativo es evidente, que el principio de la necesidad de la prueba se ve reflejado
dentro de dos grandes partes de la norma. En el procedimiento administrativo se establece en
las disposiciones generales que la prueba, como etapa dentro de la actuación administrativa,
puede ser aportada, pedida y practicada sin que tenga requisitos especiales, igualmente debe
existir una etapa procesal donde se controviertan las pruebas, y que además éstas serán
admitidas a través de los medios de prueba señalados en el Código General del Proceso.
En material doctrinal, se evidencia que no existe una sola definición de prueba judicial, pues
cada autor, establece una definición que permea el ordenamiento jurídico, político e histórico
de su contexto social. Ahora bien, el concepto y la necesidad de la prueba son comunes a
todas las ramas del derecho y de igual manera todas las ciencias del saber humano, aún en el
acontecer de la vida diaria, ordinaria o cotidiana, se requiere probar los actos de los demás o
los resultados de los propios. Para Cañon la prueba se define como “Un acto, proveniente de
la parte interesada, destinado a convencer al juez de la verdad del hecho afirmado o negado”
(Cañón Ramírez, 2009) .
16
Por otro lado, Lessona, define el verbo probar como la actuación mediante la cual se hacen
conocidos los hechos controvertidos y dudosos para el juez, con el fin de darle certeza a su
modo preciso de ser. (Lessona, pág. 43 ) Lo anterior, permite entender que, la prueba no es un
elemento aislado que se limite a una etapa procesal, ya que ella funge como un elemento de
convicción.
En palabras de Bentham; es el arte de administrar las pruebas, puesto que la pretensión o los
cargos, la excepción o defensa y la prueba de una y otra, conforman la estructura de la cual
depende la aplicación normativa, previa la convicción y consiguiente decisión judicial
(Bentham, 1825, pág. 19)
Ahora bien, una vez definida la prueba como elemento esencial del litigio, se hace necesario
recabar sobre el concepto de testimonio, como un medio de prueba reconocido como tal
dentro de la legislación procesal colombiana, para precisar su alcance y viabilidad dentro de
la practica judicial que trajo el advenimiento de la tecnología y la expedición de Códigos
Procesales que no fueron ajenos a esta nueva realidad.
Así las cosas, en Sentencia C-782 de 2005 la Corte Constitucional hace un análisis
interesante sobre el concepto del testimonio en sentido amplio, puntualizando que “Es toda
declaración de ciencia o conocimiento que sobre hechos que interesan al proceso se realiza
por una persona”. Asimismo, la Corte advierte que de éste concepto -género- surgen dos
especies como son la confesión y el testimonio de terceros o en sentido estricto, definiendo al
primero como:
Por su parte, el Consejo de Estado en sentencia del trece de marzo de dos mil trece, con
radicación número 25000-23-26-000-2009-01063-01(43793), define al testimonio como
medio de prueba en el relato de un tercero al juez sobre el conocimiento que tenga de hechos
en general. Así, la persona o tercero, que rinde el testimonio debe ser una persona física, que
según la Alta Corporación, debe tener capacidad para percibir hechos o acontecimientos en
17
general, y que por lo tanto no puede ser testigo una persona jurídica, pero sí sus
representantes legales.
La doctrina por su parte, empezando por Devis Echandía en sentido estricto, señala que:
El testimonio es un medio de prueba que consiste en la declaración
representativa que una persona, que no es parte en el proceso en que se aduce,
hace a un juez, con fines procesales, sobre lo que sabe respecto a un hecho de
cualquier naturaleza.
(…)
Mientras que en sentido amplio, es testimonio también esa declaración,
cuando proviene de quién es parte en el proceso en que se aduce como prueba,
siempre que no perjudique su situación jurídica en ese proceso, porque
entonces sería confesión. (Devis Echandía, 2012, pág. 27)
Por otro lado, para Parra Quijano el testimonio es un medio de prueba que consiste en el
relato que un tercero le hace al juez sobre el conocimiento que tiene sobre hechos en
general. (Parra Quijano, 2007, pág. 283).
Ahora bien, con base en las anteriores definiciones, es posible plantear un concepto sobre
el medio de prueba testimonial, donde se pueden establecer los siguientes elementos:
1. Debe ser un relato de un tercero ajeno a la controversia. Sin embargo, también puede
recaer sobre alguna de las partes del proceso siempre y cuando su declaración no
implique autoincriminación.
2. El tercero debe ser una persona natural, pero, que en el caso de las personas jurídicas
el testimonio será ejercido por el representante legal quien emitirá los hechos que ha
percibido a través de sus sentidos, situación que la persona jurídica es incapaz de
llevar a cabo.
3. El relato del testigo versará sobre hechos en general de los que tenga conocimiento y
que se tornen alrededor de la controversia probatoria.
18
4. La declaración del testigo debe ser eminentemente espontánea y desprovista de
cualquier medio fraudulento que pueda viciar el consentimiento del declarante o el
proceso.
Cabe mencionar, que antes de llegar a la etapa de valoración probatoria que debe surtir el
testimonio como todo medio de prueba, el juez debe cerciorarse de que éste cumpla con los
requisitos de validez como la capacidad del testigo, la inexistencia de inhabilidades, y las
formalidades propias de su recepción, ya que sólo después de esta verificación podrá el juez
entrar a valorar su grado de eficacia probatoria que será determinante para tomar la decisión
judicial.
Precisando sobre las formalidades para la recepción del testimonio, Echandía (Devis
Echandía, 2012, pág. 55) señala que algunas personas tienen el derecho de que su declaración
se reciba en su lugar de residencia, y otras de declarar mediante certificación juramentada,
mientras a los que habitan en otra población se les puede recibir su declaración allí por
conducto de juez comisionado. En el resto de casos y por regla general, los demás testigos
deben comparecer presencialmente al despacho del juez o magistrado.
Señala también el doctrinante que para que la declaración testimonial sea más completa y
óptima, el interrogatorio debe realizarse verbalmente y su recepción debe producirse en
audiencia señalando día y hora para tal efecto. Al finalizar la jornada en el día establecido, se
puede fijar en la misma diligencia fecha y hora para continuar con la declaración de los
testigos faltantes, si los hubiere, sin que sea necesario notificarlo a las partes, ya que estas
tienen la carga procesal de concurrir a la diligencia.
Asimismo, es de importancia resaltar que los testigos no deben escuchar las declaraciones
emitidas por otros declarantes (art. 220 del CGP inc. 1º), ni tampoco podrán comunicarse
entre sí antes de que todos hayan testificado para evitar las recíprocas sugestiones e
influencias.
Por otro lado, debe recordarse que las coacciones físicas o morales vician de nulidad absoluta
el testimonio porque devendría en ilícito; sin embargo, si la declaración es espontánea, el juez
puede conminar al testigo a que no dé respuestas vagas, incoherentes, faltas de sentido,
19
pedirle aclaración (art. 219 del CGP inc. 2º) o exigirle a responder si éste se negare a hacerlo
(art. 221 CGP núm. 8).
Por otro lado, según Parra (Parra Quijano, 2007, pág. 401) y secundando la doctrina
propuesta por el profesor Devis Echandía, se pueden distinguir dos momentos para que se
pueda predicar la existencia y validez de un testimonio, es decir, existen ciertos requisitos
para que exista procesalmente el testimonio y existen otros para la validez del mismo.
Con respecto a los requerimientos para que se pueda predicar procesalmente un testimonio, se
puede sostener que en primer lugar debe ser un acto dirigido a representar un hecho que ha
acaecido en el tiempo pasado, así como también que debe ser personal- es decir-, que es el
testigo mismo quién debe rendir su propia versión de los hechos o su razón del dicho, ya que
por evidentes razones no se puede otorgar poder para que un tercero declare por él.
Otro elemento radica en que el hecho objeto de la narración debió haber ocurrido con
anterioridad al momento de relatarlo, como también que el mismo acto de representar dicho
hecho pasado debe ocurrir dentro de una diligencia judicial, previa o anticipada.
1. El previo decreto de la prueba judicial. Ya que como lo anota Palacio (Hincapié, 2017,
pág. 787), en la audiencia inicial (art. 180 CPACA), siempre que la controversia no sea de
puro derecho (piénsese en el reconocimiento de una pensión donde las pruebas aportadas son
suficientes para dirimir el conflicto), se decretarán las pruebas que sean necesarias para
demostrar los hechos en los cuales haya controversia entre las partes dentro del desarrollo de
la audiencia inicial. De igual forma el juez decretará, junto con las pruebas pedidas por las
partes o terceros, las de oficio que considere necesarias para aclarecer los hechos.
Respecto a la oportunidad probatoria, hay que precisar que el artículo 212 del CPACA señala
el momento procesal para solicitarlas: si las diligencias se encuentran en primera instancia,
serán oportunidades para aportar o solicitar la práctica de pruebas: la demanda y su
contestación, la reforma a la misma y su respuesta, la demanda de reconvención y su
contestación, las excepciones y la oposición a las mismas, o los incidentes y su respuesta.
20
En segunda instancia se pueden solicitar pruebas dentro de las condiciones restringidas que
señala el mismo artículo 212.
A nuestro juicio, creemos que en todas las etapas procesales anteriormente señaladas, si se
quiere hacer uso de los medios tecnológicos para la recepción de la prueba testimonial, se
debe indicar en aquella solicitud probatoria cuál será el medio a utilizar, en aras a que la
contraparte y el juez -si la decreta- se preparen para la respectiva audiencia y se adecúe la sala
de audiencias para evitar impasses al momento de la declaración.
Por su parte, el artículo 181 del CPACA, consagra la audiencia de pruebas (2017, pág. 791),
que se adelantará bajo la dirección del juez o magistrado, en la fecha y hora fijadas en la
audiencia inicial. En ésta diligencia procesal, se recaudarán las pruebas que se hubieran
solicitado y decretado oportunamente en la audiencia inicial y se realizará sin interrupción
durante los días consecutivos que sean necesarios sin que exceda de 15 días, situación que
permite garantizar la inmediación de la prueba y aplicación del principio de concentración,
que a la postre materializará el principio de celeridad.
Antes de finalizar la audiencia de pruebas, el juez o magistrado fijará fecha y hora para la
audiencia de alegaciones y juzgamiento o en su defecto podrá ordenar que se presenten por
escrito dentro de los 10 días siguientes al término de dicha audiencia. En este caso el juez o
magistrado dictará sentencia dentro de los 20 días siguientes al vencimiento del término
fijado para presentar los alegatos por escrito.
2. Legitimación para pedir la prueba. Es decir que la petición provenga de quien tenga la
calidad de parte en el proceso y esté reconocida y facultada para actuar como tal.
3. Que el testimonio sea recepcionado en audiencia. Según el profesor Parra Quijano, las
declaraciones deben ser recibidas en audiencia pública presidida por el juez o funcionario
competente y designado para tal efecto. Sin embargo, es frecuente que en los procesos
escritos y a veces en los orales (Devis Echandía, 2012, pág. 227), el juez de la causa
comisione -como se verá más adelante-a otro funcionario para la recepción de esta prueba y
entonces éste tendrá también tal legitimación.
Esto significa que la recepción debe ser personal -y a nuestro juicio el uso de las TIC’s
cumpliría tal requisito, entendiéndose como herramientas de comunicación simultánea-,
recibida por funcionario legitimado y no por subalternos que carezcan de autorización legal
para el acto. Es el juez quien debe recibir el juramento y examinar al testigo.
Si la parte peticionaria fórmula oralmente el interrogatorio (art. 219 CGP inc. 1º) o la parte
contraria contrainterroga verbalmente, el juez debe estar presente en la diligencia, so pena de
desconocerse el principio de la inmediación y la dirección del juez en la producción de la
prueba, máximas fundamentales de toda buena administración de justicia, ya que se violaría
uno de los principales deberes del juez y además viciaría de nulidad la diligencia.
4. La capacidad jurídica del testigo. Es indispensable que el testigo goce de capacidad para tal
acto, pero no basta que goce de tal aptitud general, ya que para que su testimonio sea válido,
es necesario además que no esté afectado de inhabilidad o ineptitud física, moral o
intelectual, para el caso concreto y en el momento de su deposición.
22
5. Debe ser un acto consciente y libre de coacción. Al testigo se le exige que manifieste todo
lo que cree que es la verdad sobre los hechos preguntados, pero como se anotó anteriormente,
es ilícito el empleo de medios de coacción física o moral, para obligarlo a declarar.
6. Debe estar precedido de juramento en legal forma. Solo para anotar que en dicho
juramento no se exige una fórmula religiosa sino llanamente, el juez le advierte e insta al
testigo a declarar con arreglo a la verdad de lo que le constare en cuanto a los hechos, so pena
de enfrentar cargos penales por falso testimonio (art. 220 CGP inc. 2º).
7. Debe cumplir las demás formalidades procesales de tiempo, modo y lugar. La declaración
debe ser solicitada o decretada oficiosamente en oportunidad, practicada también en el lugar
correspondiente (despacho del funcionario o en audiencia) y en la forma prevista por la ley
procesal, debiéndose firmar la diligencia por el declarante, el juez y el secretario. La
violación de estos requisitos implica la invalidez del testimonio. (Devis Echandía, 2012, pág.
228).
Por su parte, el CGP en su artículo 221, señala que la recepción del testimonio se
desarrollará, en primer lugar, con el juez inquiriendo al testigo sobre sus generales de ley -
nombre, apellido, edad, domicilio, profesión, ocupación, estudios que haya realizado, demás
circunstancias que sirvan para establecer su personalidad y si existe algún motivo que afecte
su imparcialidad-.
Concluido esto, el juez podrá interrogar quien solicitó la prueba y contrainterrogar la parte
contraria. Asimismo, las partes tendrán derecho por una sola vez, a interrogar nuevamente al
testigo, solamente con fines de aclaración y refutación, sin embargo, el juez sí tiene la
facultad de interrogar en cualquier momento.
23
Finalmente, y como lo anota Peña (Peña Ayazo, 2008, pág. 60) la eficacia de este medio de
prueba debe ser valorada teniendo en cuenta si los hechos narrados por el testigo encuentran
incidencia de elementos subjetivos, ya que su credibilidad puede estar relacionada con datos
tales como las relaciones laborales o de parentesco entre el testigo y las partes, su
comportamiento en general y durante el interrogatorio, el contenido, la forma y las
modalidades de sus respuestas; todo lo cual puede constituir inferencias relativas al grado de
aceptabilidad y convencimiento del testimonio.
24
EL IMPACTO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LAS
COMUNICACIONES EN EL DERECHO COLOMBIANO.
Igualmente (Sáez Vacas, 1983) lo define como aquellas tecnologías de la información que se
aplican en la adquisición, procesamiento, almacenamiento y diseminación de información
vocal, icónica, textual o numérica.
Aquel Plan Estratégico Tecnológico (PET) consta de cinco ejes con sus respectivos objetivos,
a saber:
26
Fuente: elaboración propia.
Desde este contexto se enmarca la gestión de la Sala Administrativa del Consejo Superior de
la Judicatura (Artículo 85, Ley 270 de 1996) en materia tecnológica para la implementación
de las TIC en la labor de administrar justicia liderada por, en este caso, la Jurisdicción
Contenciosa Administrativa. Así, desde la expedición del CPACA, a través del Centro de
Documentación Judicial (CENDOJ), se establecieron las primeras estrategias y herramientas
que permitieran la conectividad de los despachos e implementación de las figuras de
notificación y estados electrónicos, cuya meta es el expediente electrónico previsto en el art.
186 del CPACA.
Todo aquello, nos permite inferir que la Administración de Justicia en materia contenciosa
administrativa, no ha sido ajena a los cambios de la nueva era de la información y las
comunicaciones que ha traído el fenómeno de la globalización, aprovechando todas aquellas
herramientas que ofrece la tecnología para optimizar los procesos judiciales en materia de
acceso y administración de justicia. Los datos antes anotados, permiten entrever que el
Consejo Superior de la Judicatura- Sala Administrativa- ha realizado importantes avances
27
para materializar principios tales como la celeridad con el fin de facilitar y agilizar el acceso a
la justicia, así como ampliar su cobertura, tal y como lo pregonan el CGP y el CPACA,
codificaciones pensadas y expedidas en estos tiempos de posmodernidad jurídica.
Por esa razón surge la necesidad de crear una nueva disposición que permita incluir el uso de
las TIC’S en el Derecho, específicamente en el ámbito probatorio. El legislador consciente de
esta circunstancia y para satisfacer la necesidad de incorporar pruebas documentales de forma
tajante sin interpretaciones en la ley, igualmente, el ánimo legislativo se trasladó a la
expedición del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo
en los artículos. Sin embargo, se ha dejado a los otros medios probatorios como el testimonio,
la confesión, la inspección judicial y la prueba pericial; fuera del estudio legislativo,
jurisprudencial y doctrinario en cuanto a su posible uso y desarrollo dentro de las nuevas
tecnologías de la información, aún cuando la misma ley imperativa concede el uso de estos
medios electrónicos para los fines del desarrollo del proceso contencioso administrativo.
28
COMO SE HA VISTO ESE IMPACTO EN EL DERECHO PROCESAL
Como se ha expuesto anteriormente, las TIC’S han ido permeando el ordenamiento jurídico
colombiano de manera paulatina, sobretodo la jurisdicción contenciosa que se ha visto
reflejada de forma directa frente a esos cambios, sin embargo, la ejecución de los medios
electrónicos y electromagnéticos se ha dado de forma parcial, por ende, no todas las ramas
procesales del derecho han dado pleno ingreso al decreto, práctica y valoración de la prueba
electrónica.
Por tal motivo, es común dentro del derecho procesal penal observar que, la práctica de
prueba testimonial a través de medios electrónicos es absolutamente viable, en tanto, el
testigo tenga una acreditación previa por parte de una autoridad como el Consejo Superior de
la Judicatura, por tal motivo, es común y previsible que el testimonio sea practicado en casos
donde el declarante se encuentre privado de la libertad en un centro penitenciario.
29
LA VALIDEZ DEL TESTIMONIO PRACTICADO A TRAVÉS DE TIC’S:
LEGISLACIÓN E INTERPRETACIÓN EN COLOMBIA.
Con esto dicho, se pretende realizar una labor interpretativa con la norma imperativa e
intentar dilucidar un procedimiento y requisitos para el recaudo de la declaración del testigo a
través de un mecanismo relacionado con las TICs.
En primer lugar, el artículo 103 del Código General del Proceso (art. 1 como norma de
remisión) reza que:
Lo que a su vez se acompasa con el artículo 3° numeral 13° del CPACA donde se señala que:
1Véase como ejemplo, el auto del Juzgado Catorce Administrativo Oral del Circuito de
Tunja, del 23 de agosto de 2018, Reparación Directa, Rad.: 150013333014-2017-00004-00.
30
los procedimientos se adelanten con diligencia, dentro de los términos legales
y sin dilaciones injustificadas.
Preceptos que corroboran lo antedicho en el sentido de que los jueces de todas las
jurisdicciones - y no solo la contenciosa administrativa - deben emprender la labor de
incorporar todas las nuevas tecnologías en la práctica judicial como puente que acerca al
ciudadano del común con la justicia, tanto en su acercamiento como en su progresiva
ampliación. Sin embargo, cabe preguntarse si realmente los jueces de la República acometen
esta tarea señalada desde la norma, utilizando las TICs como nueva herramienta para hacer
efectivo el derecho al acceso a la justicia, o si por el contrario obstaculizan la implementación
de estos medios de avanzada.
Asimismo, éste programa ordena que una vez asignado el caso y éste sea autenticado en la
oficina de reparto, se estudiará y se determinará la competencia del proceso para remitirlo al
juez correspondiente.
31
Con ese sistema, se supondría que las partes procesales en cualquier momento deben poder
ingresar al sistema y este le informará el estado de su caso, al igual que indicará en qué
oficina se encuentra, cuales han sido las últimas decisiones que adoptó el juez, qué
documentos ha presentado el apoderado de la contraparte, su avance, al igual que le debe
permitir generar un código de usuario a las partes, a los apoderados judiciales y a los jueces.
Sin embargo, cabe mencionar que a la fecha no todos los juzgados del país cuentan con la
implementación de dicho sistema por la falta de recursos técnicos, aval del Consejo Superior
de la Judicatura, o por su ubicación geográfica, no pudiéndose concretar el mandato del CGP
en cuanto a la instauración de dicho sistema dotando de tecnología al proceso judicial que
podría dar paso al expediente en línea y al litigio digital, por lo que se evidencia que la
mayoría de procesos judiciales se siguen tramitando de manera tradicional, es decir de forma
escritural aunque tengan un sistema oral.
A su vez el artículo 186 del CPACA se ajusta al mandato del parágrafo 3° del art. 103 del
CGP, ya que establece que:
En cuanto a ello, debe tenerse en cuenta el Acuerdo No. PSAA06-3334 de 2006 expedido por
la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura “Por el cual se reglamentan la
utilización de medios electrónicos e informáticos en el cumplimiento de las funciones de
administración de justicia”, donde se regulan y desarrollan los actos de comunicación
procesales que se realizan por medios tecnológicos como la implementación y uso de la firma
electrónica, la dirección de correo electrónico, la utilización de las páginas web de la Rama
Judicial, el principio de la equivalencia funcional, la fe pública y el envío y recepción de
datos.
Sin embargo, no se evidencia que en este acuerdo se hayan establecido otros sistemas para la
transmisión y envío de datos para ser utilizados en los procesos judiciales; claro está que el
acuerdo data seis años antes de la expedición del CGP pero es la única directriz que ha
expedido el Consejo Superior sobre ésta materia, quedando a la espera de que se reglamente
lo ordenado por el CGP para que sistemas de envío y transmisión de datos, como las
videoconferencias, queden regulados y normativizados por la Sala Administrativa del
Consejo Superior.
34
LA DELEGACIÓN POR COMISIÓN FRENTE LA UTILIZACIÓN DE LAS
HERRAMIENTAS TECNOLÓGICAS ¿UNA FIGURA EN DESUSO?
Por otro lado, según el Código General del Proceso, en su artículo 37, inciso 2°, la comisión
podrá consistir en:
(…) La solicitud, por cualquier vía expedita, de auxilio a otro servidor
público para que realice las diligencias necesarias que faciliten la práctica de
las pruebas por medio de videoconferencia, teleconferencia o cualquier otro
medio idóneo de comunicación simultánea. [Negrita fuera del texto]
35
Dicho artículo 37, señala que el despacho comisorio sólo podrá conferirse para la práctica de
las pruebas en los casos que autoriza el artículo 171 de la misma norma, la cual, a su vez
preceptúa que el juez practicará personalmente todas las pruebas, y que si no lo pudiere hacer
por razón del territorio o por otras causas, podrá hacerlo a través de videoconferencia,
teleconferencia o de cualquier otro medio de comunicación simultánea que garantice la
inmediación, concentración y contradicción, y excepcionalmente, podrá comisionar para la
práctica de pruebas que deban producirse fuera de la sede del juzgado y no sea posible
emplear los medios técnicos indicados. (Auto, 2016)
No obstante, es necesario advertir que el artículo 224 del CGP estableció la posibilidad de
decretar y practicar el testimonio a través de medios técnicos, o bien, haciendo que el testigo
comparezca a la sede del juzgado, caso en el cual el juez “señalará los gastos de transporte y
permanencia que serán consignados por cualquiera de las partes dentro de la ejecutoria del
respectivo auto, salvo que los testigos asuman el gasto”.
Cabe resaltar que si bien la normatividad permite la ejecución de la comisión, quien otorga la
comisión –llamado comitente-, para encargar a otro -que es denominado comisionado-, lo
deberá realizar sobre uno o varios actos concretos del proceso, esto es, que el comisionado no
tiene sino las facultades específicas para el cumplimiento estricto de la comisión, incurriendo
en nulidad si ésta se excede.
Ahora bien, si se decide hacer uso de la delegación por competencia, éste se deberá ordenar
mediante el despacho comisorio (oficio que comunica la comisión). Empero, el CGP se
acompasa a los adelantos tecnológicos, disponiendo que cuando el juez comitente y
comisionado tengan habilitado en sus despachos el Plan de Justicia Digital, no es necesaria la
remisión física de documentos ni librar despacho comisorio, ya que bastaría comunicar al
juez comisionado la providencia que confiere la comisión.
Coligiendo, se evidencia entonces que la regla general (art. 171) establecida en el CGP para
la práctica probatoria, radica en que el juez de manera personal practicará todas las pruebas
en la sede de su juzgado, pero que a razón del territorio u otras causas, las podrá practicar a
través de un medio de comunicación simultánea que garantice la inmediación y
contradicción; sin embargo si aquellos medios técnicos no pudieren emplearse para la
práctica probatoria, el mismo artículo de manera excepcional permite comisionar a otro
servidor público situado en otro territorio, el recaudo de evidencias que estén fuera de la sede
del juzgado de origen a través de medios idóneos de transmisión simultánea, lo que permite
afirmar que esta figura no ha entrado en desuso, sino que simplemente juega un papel
subsidiario al interior del orden de la práctica de pruebas en la jurisdicción.
Lo anterior quiere decir que en primera medida, el juez debe buscar agotar la etapa de la
práctica de pruebas que hace alusión el art. 181 del CPACA, de manera personal en la sede
del juzgado, pues es la regla general que por excelencia garantiza la inmediación procesal
entre el testigo y el juez, apreciándose de mejor manera su declaración y así poder establecer
un juicio de veracidad y valor sobre la razón de su dicho.
37
Si lo anterior no fuese posible a causa porque el testigo reside en lugar diferente a la sede del
juzgado o por otras razones, el juez debe intentar establecer una comunicación con el testigo
a través de los medios técnicos y electrónicos, que la misma norma establece como video o
teleconferencias. Sin embargo, si el uso de aquellos medios no fuese posible el juez tendría
dos caminos: uno, indagar a la parte interesada si estaría dispuesto a sufragar los gastos que
representaría traer al testigo a la sede del juzgado o instar al mismo declarante pagando él
mismo sus gastos de permanencia y transporte, si fuere el caso; y dos, de manera excepcional
librar comisión para que otro servidor público recaude la prueba.
No obstante, existe una contradicción en la norma ya que se señala (art. 37, inciso 2° CGP)
que la comisión se podrá realizar por medio de tele o videoconferencia, u otra herramienta
tecnológica similar; pero como figura procesal alterna que de manera excepcional procedería
si el uso de aquellos medios no fuere posible, se supondría que no podría librarse la comisión
porque en primer lugar se debió haber acudido a la recepción del testimonio por vía virtual de
no poderse realizar personalmente; es decir que la comisión caería en inoperancia de
realizarse por medios virtuales si en primera medida debería acudirse a ellos sin necesidad de
librar la comisión o despacho comisorio de no tener habilitado el Plan de Justicia Digital.
También, se debe reiterar que la figura de la comisión no puede ser utilizada como regla
general ante la imposibilidad de recibir la declaración testimonial de manera personal, ya que
se debe analizar primero la viabilidad de realizarla por manera virtual tal y como lo dice la
norma.
Finalmente, llama la atención que el CGP sea el que haya propuesto como medios idóneos de
comunicación simultánea, la video y teleconferencia (art. 37 inc. 2), ya que como se analizó
previamente, a la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura era la que le
correspondía establecer cuáles eran los sistemas de transmisión y envío de datos que
garantizan la autenticidad, integridad, conservación y posterior consulta de la información
dentro de un proceso judicial; mandato que desde el año 2012 se instruyó y que hasta la fecha
no ha tenido respuesta, por lo que es posible afirmar que el Consejo Superior debe adoptar el
supuesto del CGP y acoger como principales medios virtuales la video y teleconferencia –sin
desconocer que pueden existir otros-, como herramientas útiles a la hora de practicar pruebas
judiciales, siempre y cuando respeten los principios antes aludidos.
38
EL PROBLEMA PLANTEADO EN OTRAS LATITUDES
ESPAÑA
Así las cosas, la mencionada Ley 18/2011 menciona que su objeto es regular la utilización de
las tecnologías de la información en el ámbito de la Administración de Justicia, o bien, la
llamada e-Justicia, que ha sido definida por la Comisión Europea como “el recurso a las
tecnologías de la información y la comunicación para mejorar el acceso de los ciudadanos a
la justicia y para la eficacia de la acción judicial entendida como toda actividad consistente en
resolver un litigio o sancionar penalmente una conducta”.
39
Por otro lado, la prueba electrónica es definida según Sanchís Crespo (2012, pág. 717) como
aquella información contenida en un dispositivo electrónico a través del cual se adquiere
conocimiento de un hecho controvertido, bien mediante el convencimiento psicológico, o
bien al fijar este hecho como cierto atendiendo a una norma legal.
El art. 368 de la ley 1 del 2000, se refiere al contenido y admisibilidad de las preguntas que se
planteen al testigo, disponiendo que deberán formularse oralmente y con la debida claridad y
precisión. También aquí, al igual que el dictamen pericial y el interrogatorio de parte, se
podrá acudir al sistema de videoconferencia para practicar la prueba.
Es de importancia resaltar que el art. 169 de la Ley 1/2000, menciona los casos en que
procede el auxilio judicial-entendiéndose éste como una especie de delegación por comisión-,
señalando que
“1. Si por enfermedad u otro motivo de los referidos en el párrafo segundo del apartado 4
del artículo 169, el tribunal considerare que algún testigo no puede comparecer en la sede de
aquél, podrá tomársele declaración en su domicilio bien directamente, bien a través de
auxilio judicial, según que dicho domicilio se halle o no en la demarcación del tribunal.
Con respecto a su valoración, el art. 376 de la Ley 1/2000 establece la fuerza probatoria de
las declaraciones testificales atendiendo a la ponderación de la sana crítica. El mismo
precepto se refiere expresamente a tres criterios a tener en cuenta por el juez: la razón de
ciencia que hubieren dado los testigos, es decir, cómo llegaron a conocer los hechos sobre los
que declaran; las circunstancias que en los testigos concurran y finalmente las tachas
formuladas y la prueba que sobre éstas se haya practicado.
PANAMÁ
Otro país que ha propugnado por el uso de las nuevas tecnologías de la información en el
acceso a la justicia es Panamá, ya que mediante la expedición de la ley 15 de febrero 07 de
2008, se abogó por el ahorro económico para la Rama Judicial de ese país materializado en
un sistema un ahorro en miles de dólares, reduciendo la compra de materiales y equipos
tradicionales, propiciando el uso de medios electrónicos en el trámite y la sustanciación de
los procesos judiciales.
Cabe decir que previo a ello, debe existir un acuerdo escrito o electrónico entre las partes y el
Órgano Judicial, en el cual se comprometen a usar el Sistema de Gestión Judicial, con una
41
sola cuenta y clave de acceso, con las que podrán ingresar al Sistema e iniciar, consultar y
agregar documentos; y el Órgano Judicial, a suministrar el servicio del Sistema de manera
eficiente, segura y confidencial.
Si las partes consienten en hacer uso de éste sistema, se creará el expediente electrónico
judicial respectivo, entendiéndose como una serie ordenada de actos, gestiones, pruebas,
documentos públicos y privados registrados y almacenados por vía informática, tendientes a
la formación de un infolio judicial determinado (art. 4 núm. 4). Éste a su vez será protegido
mediante encriptación de seguridad inalterable e inviolable y almacenado en un medio de
soporte electrónico que garantice la preservación y la integridad de los datos (art. 27).
Por otro lado, en el Sistema de Gestión Judicial, las audiencias que se realicen dentro de los
procesos judiciales -creemos que de todas las jurisdicciones- serán grabadas en soportes
tecnológicos y anexadas al Expediente Electrónico Judicial, según el artículo 33, agrupando
todas las diligencias -presenciales o no- que se hayan desarrollado en todo el trámite judicial.
Sin embargo, la normativa panameña no establece una regulación expresa –como sí lo tiene
España-para los medios de prueba que pudieran ser utilizados en los procesos judiciales,
limitándose a desarrollar sobretodo el Sistema de Gestión Judicial para las partes
intervinientes en los procesos judiciales.
PARAGUAY
Por su parte, Paraguay con la expedición de las leyes 4017/10 y 4610/12, reconoce la validez
jurídica de la firma electrónica, la firma digital, los mensajes de datos, el expediente
electrónico y regula la utilización de los mismos, las empresas certificadoras, su habilitación
y la prestación de los servicios de certificación, según su artículo 1°.
La ley a su vez, permite que la documentación que surge de la transmisión a distancia, por
medios electrónicos, entre dependencias oficiales, constituirá documentación auténtica y hará
plena fe a todos sus efectos en cuanto a la existencia del original trasmitido. En este punto
42
cabría preguntarse si esta regla aplicable en principio para los documentos, se puede asimilar
para el tratamiento de información obtenida en testificaciones a distancia, guardados a través
de medios digitales, presumiéndose auténtica y obtenida de buena fe.
Igualmente, Paraguay aunque ha hecho un esfuerzo importante por acompasar los adelantos
tecnológicos a la administración de justicia, carece de legislación expresa sobre cómo los
medios de prueba tradicionales se pueden relacionar con las nuevas tecnologías en aras de
agilizar y hacer más fácil tanto el acceso, como la administración de justicia, existiendo un
vacío normativo sobre el particular.
COSTA RICA
Por otro lado, la acreditación que se tiene que realizar ante el Poder Judicial será efectuada
mediante procedimiento en el cual se asegurará la adecuada identificación presencial del
interesado para que éste pueda actuar en posteriores diligencias. Para ello, después de su
correcta acreditación, le será atribuido un registro y un medio de acceso al sistema, de modo
que se preserven el secreto, la identificación y la autenticidad de sus comunicaciones.
43
El juez o tribunal respectivo podrá ordenar que sean realizados por medio telemático, la
exhibición y el envío de datos y de documentos necesarios para la tramitación del proceso,
teniendo en cuenta que la utilización de dispositivos inalámbricos de transmisión de datos y
otros medios similares, debe ser igualmente acreditada, conforme se hace para los correos
electrónicos.
Al igual que con Paraguay y Panamá, Costa Rica sí desarrolla una normativa que regula el
expediente electrónico, la firma digital y su acreditación para poder hacer uso de dichos
medios garantizando la identidad de las partes, sin embargo, tampoco se evidencia una
legislación respecto de los medios de prueba en torno de las TICs, desaprovechando
herramientas que podrían ser de gran utilidad tanto para el juez como para los intervinientes
en el proceso judicial, por lo que debiera considerarse su regulación.
Quizás otras legislaciones, e incluso Colombia, deben tomar ejemplo de España e introducir
dentro de las mismas, regulaciones expresas que progresivamente promuevan el uso de los
medios telemáticos a los procesos judiciales, tanto en su parte operativa, logística, y procesal,
como en la probatoria propiamente dicha, claro está, sin afectar los principios del debido
proceso e inmediación.
44
CONCLUSIÓN
Por otro lado, las dilaciones procesales fruto de una justicia lenta se reducen en mayor
medida si se usan los medios telemáticos, puesto que el principio de concentración se hace
evidente, ya que esto se traduce en la mayor cantidad de actuaciones procesales en un lapso
más corto, e igualmente, economiza el funcionamiento de la justicia, es decir que evita gastos
innecesarios para todos los sujetos logrando una actividad judicial saludable, asimismo
ayudaría a la descongestión judicial, a las no dilaciones del proceso por imposibilidad del
testigo a comparecer, ni a reprogramar audiencias por el mismo motivo.
Por lo tanto, es válida en términos procesales la práctica del testimonio a través de las TICs
en la jurisdicción de lo contencioso administrativo, teniendo en cuenta que las circunstancias
fácticas no desconocen la naturaleza jurídica de la prueba, es así, como la ejecución de dicha
prueba a través de medios electromagnéticos permite llevar a cabo un correcto cumplimiento
del principio de inmediación y permite además hacer cumplir los fines que se establece en los
principios del CPACA, tales como economía procesal y celeridad.
Por otra parte, la verificación del testigo que se muestra por medio de una pantalla no debe
estar sujeto a una constatación rigurosa en cuanto, por ejemplo, a la acreditación por medidas
biométricas teniendo en cuenta que, actualmente la práctica del testigo presencial no tiene
como condición sine qua non la verificación biométrica previa a la práctica del testimonio, ya
que simplemente el juez, procede a realizar un juramento y le informa las consecuencias
45
jurídicas de ser falso el testimonio, por ese motivo, tal y como ocurre con el testigo
presencial, debe tenerse la convicción de que el declarante es quien dice ser tan solo con
inquirirle por sus generales de ley y con la exposición de su cédula de identidad, ya que el
juez no es quien debe profundizar en si el testigo está mintiendo sobre su identidad, ya que
será la parte perjudicada con la declaración quien será la llamada a recabar sobre esta
información.
Por tal motivo es necesario que el medio permita ver una claridad de audio y video
indispensable para esta naturaleza, por ello es menester que los operadores jurídicos avalen la
procedencia de la práctica de la prueba por determinados programas o aplicaciones, o bien
pueden tomar la decisión última de llevarla a cabo mediante un sistema interno que provea el
Consejo Superior de la Judicatura para dichos fines, so pena de tener que recurrir a la
delegación por comisión, por la imposibilidad de utilizar los medios telemáticos en el recaudo
probatorio.
Asimismo, los requisitos para la validez del testigo deben estar condicionados a los mismos
que se exigen para el declarante presencial, como quiera que la prueba en esencia sigue
siendo la misma, e igualmente ocurriría con los requerimientos para su recepción que se
estudiaron en este escrito. Cabe resaltar, que la práctica de la prueba testimonial, a nuestro
juicio debe realizarse a través de videoconferencia ya que creemos que es el único medio de
comunicación simultánea que permite la inmediación procesal, observando el juez en tiempo
real el comportamiento, actitudes y lenguaje corporal del declarante, tal y como se
evidenciaría en una declaración presencial. Esto en otros términos, se traduce en nuevas
herramientas que materializan el derecho al acceso a la justicia, dotándola de innovación y
celeridad.
46
BIBLIOGRAFÍA
47
Colombia, Congreso de la República. (7 de Marzo de 1996). Ley 270 de 1996. Ley
estatutaria de la Administración de Justicia. Colombia.
Comisión de las Comunidades Europeas. (2008). Comunicación de la Comisión al Consejo,
al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social Europeo. Bruselas: Comisión
de las Comunidades Europeas.
Comunicaciones, M. d. (15 de Septiembre de 2018). Glosario. Obtenido de
https://www.mintic.gov.co/portal/604/w3-propertyvalue-1051.html
Consejo Superior de la Judicatura. (2015). La jurisdicción contencioso administrativa "Una
jurisdicción en transformación" . Bogotá: Consejo Superior de la Judicatura.
Devis Echandía, H. (2012).Teoría General de la Prueba Judicial, Tomo II. Bogotá: Temis.
Escobar Alzate, J. (2014). Nociones básicas del derecho procesal civil en el código general
del proceso. Ibagué : Universidad de Ibagué, Facultad de Derecho y Ciencias
Polit́ icas, Grupo Gider.
Escobar Mora, C. A. (2017). El derecho preventivo para la eficacia jurídica de los derechos
del consumidor frente a la publicidad en el comercio electrónico. Colombia:
Biblioteca Virtual del Banco de la República . Obtenido de
http://www.cervantesvirtual.com/obra/el-derecho-preventivo-para-la-eficacia-juridica-
de-los-derechos-del-consumidor-frente-a-la-publicidad-en-el-comercio-electronico-
854525/
Gascón Abellán, M. (2003). Concepciones de la prueba. Observación a propósito de
"Algunas consideraciones sobre la relación entre prueba y verdad" . Discusiones:
Prueba y conocimiento.
Hincapié, J. Á. (2017). Derecho Procesal Administrativo. 9° edición. Medellín: Sánchez R.
Ltda.
Instituto Colombiano de Derecho Procesal. (2011). www.icdp.org.co. Recuperado el 15 de
Septiembre de 2018, de www.icdp.org.co/esposicionmotivos
Lessona, C. (s.f.). Teoría General de la Prueba en Derecho Civil , T. I.
Ley 15 de febrero 07 de 2008. Panamá.
Ley 18/2011 de 5 de julio. España.
Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil, 07 de enero. España.
Ley 4017/10. (s.f.). ley 4017/10 . Paraguay.
Ley 4610/12 . (s.f.). ley 4610/12 . Paraguay.
́ ez Morales, R. (2007). Diccionario jurídico general Tomo 3. México, D.F: IURE.
Martin
Martinez Tovar, F. y. (2015). Los medios electrónicos en la administración de justicia en
Colombia. Revista científica CODEX, 177-194.
Naciones Unidas. (1999). Ley Modelo de la CNUDMI sobre Comercio Electrónico con la
Guía para su incorporacion al derecho interno 1996. New York.
48
Nisimblat, N. (2013). Derecho probatorio. Bogotá, Colombia: Doctrina y Ley.
Pabón Parra, P. (2015). Oralidad: testimonio, interrogatorios y contrainterrogatorios en el
proceso penal acusatorio . Bogotá: Doctrina y Ley.
Parra Quijano, J. (2006). El documento electrónico y su alcance probatorio. I Convención
internacional de derecho informático, documentación y documento electrónico.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia.
́ Ediciones del
Parra Quijano, J. (2007). Manual de derecho probatorio. Bogotá: Libreria
Profesional.
̃ Ayazo, J. (2008). Prueba judicial, Análisis y Valoración. . Bogotá: Consejo Superior de
Pena
la Judicatura, Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla.
Rúa Castaño, J. (2014). Manual de procedimiento administrativo y de lo contencioso
administrativo, de la administración de justicia y acciones constitucionales. .
Medellín, Colombia: Libreria
́ Jurid
́ ica Sánchez R.
Sáez Vacas, F. (1983). Las tecnologías de la tercera revolución de la información". Mundo
electrónico, 133-141.
Sala administrativa del Consejo Superior de la Judicatura. (2 de Marzo de 2006).
ACUERDO No. PSAA06-3334 . “Por el cual se reglamentan la utilización de medios
electrónicos e informáticos en el cumplimiento de las funciones de administración de
justicia” . Colombia.
Sanchís Crespo, C. (2012). En Gamero Casado y Valero Torrijos, J., Las Tecnologías de la
Información y la Comunicación en la Administración de Justicia. Cizur Menor:
Aranzadi.
Sentencia 18001233100020040051801(00073209) (Colombia, Consejo de Estado 20 de
enero de 2011).
Sentencia, Radicación número: 25000-23-26-000-2 (Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección “A” 13 de Marzo de 2013).
Sentencia C-202 (Colombia, Corte Constitucional 8 de Marzo de 2005). Obtenido de
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/C-202-05.htm
Sentencia C-662 (Colombia, Corte constitucional 8 de Junio de 2000). Recuperado el
septiembre de 2018, de http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2000/C-662-
00.htm#_ftnref3
Sentencia T- 264 (Colombia, Corte Cosntitucional 3 de Abril de 2009). Obtenido de
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2009/T-264-09.htm
Sentencia T-458 (Corte Constitucional 1994).
Sentencia T-458 (Colombia, Corte Constitucional 24 de Octubre de 1994). Obtenido de
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1994/T-458-94.htm
Sentencia T-782 (Colombia, Corte Constitucional 28 de Julio de 2005).
49
Taruffo, M. (2015). Nuevas tendencias del derecho probatorio: Segunda edición ampliada.
Universidad de los Andes.
Universidad de Antioquia. (8 de Abril de 2008). Las TIC como apoyo a a educación.
Obtenido de Concepto de TIC:
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/lms/investigacion/mod/page/view.php?id=3118
Universidad Distrital. (2013). Exploración Plan de Justicia Digital. Revista Digital
Tecnología,Investigación y Academia TIA, 1(1), 43-49. Obtenido de
https://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/tia/article/download/4305/6038
Valle, R. R. (1986). "Tecnologías de la información: electrónica, informática y
telecomunicaciones". En FUNDESCO, Los países industrializados ante las nuevas
tecnologías. Madrid.
50