La coyuntura en la que nos encontramos ha permitido que la argumentación jurídica y la oralidad se encuentren en el proceso judicial, en atención a la reforma procesal penal que afronta el Perú, dejando atrás normas adjetivas con rasgos inquisitivos y mixtos, y dando paso a un modelo procesal acusatorio de matriz garantista y adversarial. (p. 304)