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Síntesis

Baltasar es un niño de 10 años, vive en Santiago con sus padres y su abuelo


Felito, su compañero de juegos. Cada almuerzo refunfuña porque no quiere
comer, inventando mil excusas.
Un día sale de casa y se dirige a su lugar favorito “El Confite Jocoso”, un
negocio donde compra muchas golosinas. A causa de la sed que le producen
todos estos dulces, se acerca a una pileta para tomar agua, en cuyo fondo
descubre un misterioso medallón que
lo transporta a un mundo fantástico: la Maravillosa Macedonia.
Allí conoce a niños muy peculiares, con nombres extraños, que en sus cabezas
llevan un cultivo de frutas o verduras, los que son desmochados en la
peluquería “Podar” por Rafael Tijeras, quien es el peluquero que también vende
estas cosechas en un local de Santiago. Los niños macedonios se alimentan
haciendo fotosíntesis y cada tanto son regados para mantenerse siempre
frescos.

Paralelamente, el dueño de “El Confite Jocoso”, Roscón Orondo, se propone


descubrir por qué las frutas y verduras del local vecino siempre están tan
frescas y su bodega, absolutamente sellada.
Así, gracias a sus secuaces Trudis Trufa, Melvin Malvarado y Cleto Chiclete
deciden seguir a don Rafa, descubriendo lo que allí ocurría.
Comienza así una batalla campal entre frutas, verduras y golosinas, pues la
intención de Roscón es confitar la Maravillosa Macedonia.
Finalmente, los macedonios logran derribar al enemigo y Baltasar descubre que
don Rafael Tijeras es en realidad su abuelo, su compañero de aventuras, quien
ingeniosamente fusiona su almacén “El Fresco” con “El Confite Jocoso” y surge
“La Jocosa Frescura”, que ofrecerá a su clientela nuevos productos: bombones
de mandarina con un toque de chocolate, anticuchos de fresas y merenguitos,
aros de manzana con miel, crocantes de espinaca y hasta chips de zanahoria…

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