LAS MANOS

HABLAN
DE SUS
DERECHOS

HOLA. Les habla una simple mano humana y me gustaría aprovechar esta
oportunidad para hablarles de mi compañera y de mí misma. A nosotras se nos usa
(aunque desafortunadamente en muchas ocasiones se nos abusa) para recoger,
manipular y cargar, desde un pequeño alfiler hasta objetos muy pesados. Tenemos
las estupendas habilidades de apretar, agarrar, señalar y de usar nuestros dedos casi
independientemente unos de otros. Probablemente somos la parte del cuerpo que
más se usa después de los ojos.
Somos verdaderamente fuertes y trabajamos constantemente. Sin embargo,
también nos herimos, nos hacemos rasguños, nos damos golpes y en algunas
ocasiones hasta perdemos alguna de nuestras partes.
En muchas industrias y plantas, a través de todo el mundo, somos la parte del
cuerpo que más lesionés recibe. Precisamente hace sólo unos días me informaron
que en una compañía latinoamericana e1 30 por ciento de todas las lesiones
ocurridas fueron en las manos y esto solamente durante los nueve primeros meses
del año pasado. La única otra parte que se nos acercaba en las estadísticas era la
espalda, que alcanzó un 17 por ciento de todas las lesiones en esa compañía. ¡Se
dan cuenta de lo mucho que sufrimos!
Algunas veces nos ensuciamos, nos llenamos de polvo, grasa, gasolina e
incluso de agentes químicos y corrosivos que nos hacen daño. Por suerte
contamos con una piel bastante fuerte y además existen jabones y lociones que
nos ayudan a cuidarnos y a protegernos.
Nosotras somos muy trabajadoras, siempre lo hemos sido y queremos seguir
siéndolo, pero a menos
que se nos preste mayor cuidado y protección, no podremos desempeñar
nuestras labores. Por esto es que encarecidamente les pedimos a todos que nos
ayuden, nos cuiden, nos protejan y nos traten debidamente. Después de todo,
cuando faltemos se verán en un gran apuro tratando de encontrar alguna he-
rramienta que nos pueda remplazar: somos irremplazables, y lo que es más
triste (para ustedes, desde luego) somos indispensables.