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La Inv. Acción Pedagoggica (Texto Mio)
La Inv. Acción Pedagoggica (Texto Mio)
Así como las corrientes filosóficas, literarias, religiosas, etc, surgen y quieren dar respuestas a las
circunstancias de su época, así también lo quiso hacer Kurt Lewin, al proponer la Investigación
Acción (IA), la cual se saldría un poco de los límites propios de la investigación es ese momento
(año de 1946), puesto que todo trabajo investigativo siempre terminaba en un libro que terminaba
en una biblioteca o anaquel y ahí moría. Lewin vio en la Investigación Acción una gran
oportunidad para romper con dicha práctica, ya que la sociedad de esos años necesitaba
urgentemente estudios científicos de lo que sucedía, pero al mismo tiempo, darle una utilidad
práctica, inmediata, efectiva a dichos estudios, no sólo en el campo educativo, sino en todos los
demás también donde fuera necesario, lo que él llamó como Ingeniería Social. Y uno de esos
campos era la educación, la cual era fundamentada o guiada por objetivos, tal como sucedía en
cognitivo, descuidando lo más importante de ella, la educación, es decir, los procesos por los
cuales los estudiantes acceden a todos sus saberes. Stenhouse y Elliot fueron los encargados de
Lewin pero aplicada a la educación. Aunque entre los dos existen serias divergencias, si
encuentran una gran convergencia, y es lo relacionado con el papel crítico de la enseñanza, o sea,
pedagógico y tomando los correctivos del caso, todo esto en medio de un clima de investigación,
Kemmis y Carr, en Australia, le dieron a esta una naturaleza totalmente crítica, según el modelo
Instituyendo toda una ciencia educativa crítica, basándose totalmente en la investigación crítica,
la cual es definida por ellos dos1 como el análisis crítico encaminado a la transformación de las
prácticas educativas y de los valores educativos de las personas, estructuras e instituciones que
intervienen en dichos procesos... (p. 168). Visto de esta manera la Investigación Acción
Educativa no es sobre ni acerca de la educación, estos dos educadores hacen trascender dicha
investigación a campos más alejados, pero que de una u otra manera se ven afectados por ella,
puesto que a mediano o a largo plazo las transformaciones que se realicen en la práctica tendrán
que afectar todos los otros ámbitos en la cual está inserta. Es una extensión o expansión
automática.
Freire, quien pudo llevar todo este movimiento transformador hasta las mismas bases de la
sociedad, por medio de su obra, de su ejemplo y de sus innumerables libros, en los cuales plasmó
su interés por una emancipación social, en su primera época, y luego una emancipación
educativa, en su segunda época en sus libros. A la IAE Freire le agregó tres conceptos bien
importantes: el diálogo, la participación y la horizontalidad. Sobre estos tres ejes gira toda su obra
escrita y vivencial, por medio de la cual ha sido reconocido internacionalmente como nuestro
1
Carr, Wilfred&Kemmis, Stephen. (1988) Teoría crítica de la enseñanza.( J. A. Bravo, Trad.). Madrid: Martínez Roca.
gran y último pedagogo. Otro representante es el colombiano Orlando Fals Borda, para quien
tenía como punta de lanza la Investigación acción pero con una dimensión grupal, abarcadora,
que incluyera a todos los participantes de una investigación sin establecer roles diferenciadores, y
por eso él instituyó la Investigación Acción Participativa, una forma de estudiar la propia
problemática social y educativa para implementar una serie de acciones alternativas para
solucionar aquella. Tres fueron los tres grandes ejes dinamizadores de la IAP para Fals Borda: la
devolución sistemática, en razón porque los investigadores profesionales siempre se llevaban los
cuanto no debe haber esa brecha entre investigadores e investigados, todos están en la misma
problemática y deben transformarla; y por último, la rosca, el cual tenía un sentido peyorativo
social en aquella época, pero Fals Borda le dio un sentido social nuevo, investigativo, filial, pues
con dicho concepto quiso decir grupo afectivo y afectado por la misma problemática que debe
Habiendo hecho hasta aquí un poco de arqueología sobre la Investigación Acción emerge una
especie de definición y apreciación personal de lo que esta significa. Tomando todos los
IA, ya se le puede definir como esa autorreflexión (el maestro reflexivo para Donald Schon) que
realiza el maestro sobre su propia práctica pedagógica que a la manera de una radiografía le
podrá mostrar en forma real la estructura de su práctica, sus puntos débiles, sus zonas erróneas, lo
que le hace falta, aquello que le sobra y le perjudica notablemente y los puntos negros o vacíos
como potenciales destructores de su práctica, los cuales pueden ser de índole moral o éticos, en la
mayoría de los casos. Dicho autodiagnóstico y su capacidad reveladora será apenas el punto de
partida para iniciar toda una labor de acciones, tareas, compromisos éticos, responsabilidades,
metodologías y aplicaciones para revertir ese conjunto de anomalías que se están presentando en
la práctica, toda una labor reconstructiva como lo dice el colombiano Bernardo Restrepo2. Estos
dos momentos, el del autodiagnóstico y el de la acción son cruciales para alcanzar el objetivo, el
cual no es otro que transformar la práctica pedagógica y aumentar su saber pedagógico. Esto
último solo es factible en el caso que el docente juzgue con las herramientas adecuadas y los
procesos indicados los resultados con la mayor precisión posible, porque la idea es
porque cuando la esté realizando podrá notar como su saber pedagógico, su actitud, su ética, su
Vistas todas las bondades que proporcionará la Investigación Acción Pedagógica (IAPed, en
adelante), para el docente, ahora es propicio detallarla en sus aspectos metodológicos, porque
algo tan importante para la labor magisterial no se puede desconocer, y menos en su parte
práctica. Ya se sabe que la IAPed. es una variante de la Investigación Acción, tal como lo
Investigación Acción en el Aulase desarrollaba en unas 9 ó 10 etapas, las cuales comienzan desde
2
Restrepo Gómez, Bernardo. Una variante pedagógica de la Investigación Acción Educativa. En Revista
Iberoamericana de Educación.
3
Ibíd. p. 4
el diseño general del proyecto y se terminan con el Informe que se presentaba al final de todo el
proceso con el ánimo de repetir el ciclo, cual forma de espiral, luego de una exhaustiva labor de
diez grandes etapas, sino únicamente tres grandes fases que representan las etapas claves
para dicha problemática; y, tercera, la evaluación de los resultados como toda una labor de
reflexión que conectará con una situación y de esta manera repetir el bucle o ciclo de la IA. Estas
tres fases Bernardo Restrepo las categorizó como Decontrucción, Reconstrucción y Evaluación 4.
objetivo de descubrir, revelar, actualizar todas sus fallas estructurales, teóricas, secuenciales,
cognitivas, procesuales, etc; la idea es fragmentarla completamente, y así poder encontrar sus
minucioso de cada una de sus partes, sin que quede nada por revisar.
reconstrucción, porque si ya se sabe cuáles son las fallas de la práctica pedagógica, viene, en
consecuencia lógica y ética, una serie de alternativas, de acciones que corregirán, enderezarán o
mejorarán todos aquellos aspectos y procesos anómalos de dicha práctica que requieren una
pronta y efectiva solución de los mismos. Es toda una propuesta de intervención con la cual el
4
Ibíd. p. 5
maestro trata de intervenir su propia práctica para enmendar todos los errores descubiertos en la
sistémica) a este tipo particular de investigación, ya que para desarrollarla en forma satisfactoria
brindadas hasta el momento, añadiendo con esto la parte netamente científica a dicha
la teoría habermasiana); su interés práctico estaría brindado por mejorar su propia práctica
comenzando con la práctica en sí misma, con los saberes pedagógicos del docente, y con todas
esas emancipaciones que deben darse lugar en el aula y que fueron presentadas excelentemente
desprecio por la experiencia, falta de deliberación del maestro); campo político (crisis de la
desprecio por lo local, por lo situado); campo sindical (separa conocimiento y política, la guerra
social se libra con el camino del conocimiento)5. En consecuencia, se puede afirmar que muchas
de las circunstancias adversas de hoy se deben principalmente a ese olvido en las aulas de la
Investigación Acción.
5
Martínez Bonafé, Jaume. El olvido de la investigación acción en el asesoramiento docente y la innovación
educativa. En Revista Profesorado, No. 121.
Por lo tanto no se debe caer en esa actitud reduccionista y creer que la Investigación Acción
Pedagógica es únicamente para el aula y limitarse a esas cuatro paredes y actores, porque esa
sería una pésima concepción de dicho tipo de investigación. La española Jaume Martínez,
anteriomente citada, demuestra en su artículo como dicha investigación tiene un amplio campo de
que tiene intrínsecamente un potencial trascendente desconocido hasta el momento y que ella
sabiamente nos lo da a conocer en todos los campos donde la IAPed puede intervenir, eso si,
positiva y autogenéricamente, toda una autotransformación educativa y hasta social que puede
ocurrir si el maestro toma esta gran herramienta y la utiliza como debe ser y como lo han
planteado los cultores y propulsores de ella, tanto en la vertiente sociológica, con Lewin (46,96),
Tax (58)y Fals Borda (70), y la vertiente educativa con Freire (74), Taba (57), Stenhouse (88) y
lo educativo, pero no un cambio venido, impuesto o exigido de afuera, sino uno totalmente
6
Restrepo Gómez, Bernardo. (2000). La investigación-acción en el aula. En Agenda Académica, Vol 7, No. 1.