Crítica deontológica de la película “El jardinero fiel”

En la película se muestra una realidad abrumadora con respecto a la ética en la investigación.

Cuando Tessa va a África, ellos viajan a Kenya y allí ella realiza trabajos sociales ayudando a la
población infectada de SIDA. Tessa en este tiempo está embarazada, ella está siempre
acompañada por su compañero y médico Arnold con el que trabajaba ayudando a la población
en sus necesidades sanitarias. Trabajando allí descubre que una empresa farmacéutica
multinacional estaba utilizando a los enfermos infectados como sujetos de investigación. Ellos
querían sacar a la venta una droga contra la tuberculosis y para esto utilizaban a la población
como ratas de laboratorio. La población no sabía que se estaba investigando de esa forma con
ellos. Llegaban camiones donde se les repartían fármacos, que eran supuestamente un
tratamiento para su enfermedad, y ellos firmaban un consentimiento informado que permitía
que los médicos les provean esa medicación y lleven a cabo el tratamiento. Si ellos no firmaban
no recibían ningún tipo de atención.

En todo esto vemos muchas irregularidades e incumplimientos con cada una de las normas
establecidas en el código de ética para la investigación. Si bien hay un permiso pero no fue con
la información precisa.