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Unidad III:
Actores de la
Política y
Elecciones
Marzo –abril de
2019
1
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURIDICAS
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
CICLO I 2019
I. OBJETIVOS:
Facilitar el estudio del material de las unidades II y III del programa de Introducción a las Ciencias Políticas sobre los temas
siguientes: democracia, sistemas no democráticos y cultura política y socialización política y los actores de la política.
1) Las democracias. Características. Democracia representativa: críticas. La democracia radical: críticas, democracia y
poliarquía. Las transiciones a la democracia, instituciones de la democracia directa.
2) Sistemas no democráticos. Conceptos de dictadura, autoritarismo y totalitarismo. Tipología de los sistemas democráticos.
Las transiciones a la democracia: concepto y condiciones. Las “Olas de democratización” de S. Huntington.
3) La socialización política. Identidad política. Agentes de socialización y transmisión de ideologías. Elites y socialización
familiar, escuela y socialización política. Régimen autoritario y socialización política.
4) La cultura política. Importancia de la cultura en la política: ¿qué determina el comportamiento político? Marx y Weber.
Componentes de la cultura política. Rasgos de cultura política en democracia. La desafección política.
2
5) Los actores de la política. La participación política. Las modalidades de participación: convencionales y no convencionales,
diferencias y similitudes. La participación electoral: casos, los factores determinantes de las votaciones. La participación
convencional.
6) Los Partidos Políticos. Definición, estructura y organización. Partidos y ciudadanos; la crisis de los partidos. Partidos e
ideologías. La ley de hierro de la oligarquía de Roberto Michells.
7) Los grupos de interés y los movimientos sociales. Otros actores de la política; diferencia con partidos políticos; diferencia
entre grupos de interés y movimientos sociales: definición. Los grupos de interés, diferenciación; su papel político. Los
movimientos sociales tradicionales y nuevos movimientos, movimientos sociales conservadores y movimientos sociales de
izquierda.
8) Medios de comunicación de masas. Incidencia en política; funciones políticas. Estructura de los medios. La opinión pública y
su formación; efectos políticos de los medios de comunicación.
9) Las elites políticas. Elites y poder; clases y elite. Definición e identificación de las elites políticas; perfil y rasgos de las de las
elites políticas. La profesión política; la política como profesión: carrera política.
10) Elecciones y sistemas electorales: la representación política; construcción de la moderna representación política:
representación general y nacional, representación libre, representación parlamentaria. Técnica de la democracia directa;
referéndum e iniciativa popular. Debate sobre la democracia representativa. Las elecciones: conceptos y funciones; el
sufragio y sus características; los sistemas electorales: conceptos y tipos básicos, elementos que los configuran: el número
de representantes, circunscripciones electorales, forma de candidaturas (personal y de lista), formas del voto y las barreras
electorales; las fórmulas electorales: mayoritarias, proporcionales y de división.
III. BIBLIOGRAFIA.
DANIEL ZOVATTO
1. INTRODUCCIÓN
134
23
LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 135
1 En esta línea, Santamaría Pastor, tras poner de manifiesto que “conforme a la distinción
Bolivia Sí Sí No
No se ha utilizado
Colombia Sí Sí Sí
Ámbito regional
Guatemala Sí Sí No
No se ha utilizado
Panamá No Sí Sí
No se ha utilizado
[136]
25
LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 137
Costa Rica Sí Sí No
No se ha utilizado
El Salvador No Sí No
No se ha utilizado No se ha utilizado
Honduras No Sí No
No se ha utilizado
Nicaragua Sí Sí No
No se ha utilizado No se ha utilizado
Paraguay Sí Sí No
No se ha utilizado No se ha utilizado
México No No No
República
Dominicana No No No
de las dos terceras partes de los integrantes del Congreso. En Chile se con-
sultan las reformas constitucionales, sólo si hay divergencia entre el Ejecuti-
vo y el Parlamento.
Las consultas facultativas se dividen a su vez, en dos grupos: a) cuan-
do la iniciativa proviene “de arriba” (es decir, cuando son los órganos esta-
tales los que tienen de manera exclusiva el derecho de poner en marcha el
mecanismo), y b) cuando la iniciativa proviene “de abajo”, es decir, de la
propia ciudadanía. En los casos de iniciativas “desde arriba”, pueden pro-
venir del Ejecutivo, del Congreso o de ambos de manera coordinada. En los
casos de iniciativas “desde abajo”, es importante precisar cuál es la barre-
ra a sortear (porcentaje o número mínimo de firmas de ciudadanos) para
poner en marcha el mecanismo.
Consultas populares facultativas están previstas en un total de 16 paí-
ses de la región. En Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Honduras, Nica-
ragua, Panamá y Paraguay la iniciativa reside principal o exclusivamente
en el Congreso. En Guatemala el pueblo puede hacer uso de este mecanis-
mo al igual que la Asamblea Legislativa. En Costa Rica, Chile, Perú, Uru-
guay y Venezuela la iniciativa puede provenir del Poder Ejecutivo, del Po-
der Legislativo o del pueblo. En El Salvador es el Poder Ejecutivo el único
que puede iniciar un referéndum dirigido a convocar una Asamblea Cons-
tituyente. En Ecuador es el Poder Ejecutivo o el pueblo quienes están fa-
cultados para iniciar una consulta.
Por su carácter, los resultados de las consultas populares pueden ser
vinculantes o no y, en caso de ser vinculantes, con o sin exigencia de un de-
terminado quórum. En el constitucionalismo comparado latinoamericano
observamos que los procedimientos obligatorios y vinculantes se estable-
cen para todas las consultas que suponen ratificar reformas constituciona-
les. Cabe advertir empero, que la mayoría de los países de la región no aso-
cian la validez de una consulta con un determinado quórum de la votación.
En Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela las consultas contra leyes
tienen carácter vinculante. En Nicaragua, también lo tienen las consultas
propuestas por 60% de los integrantes del Parlamento. En Argentina, el
Congreso puede determinar que una consulta sea vinculante o no. Asi-
mismo, los resultados de las consultas populares convocadas únicamente
por el presidente no son vinculantes; tampoco lo son los resultados de las
consultas iniciadas por el Congreso sin una convocatoria por ley. En Co-
lombia, cuestiones propuestas por el presidente con el acuerdo del Parla-
mento sí tienen carácter vinculante. En Bolivia, la Ley del Referéndum en
27
LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 139
sus artículos 1, 4, 38, 52, 61, 71, 95, 120, 222, 223, 224, 231 y 232. El artículo 4 señala que el
pueblo delibera y gobierna por medio de sus representantes y mediante la Asamblea Consti-
tuyente, la iniciativa legislativa ciudadana y el referéndum establecidos por esta Constitución
y normados por esta ley.
30
142 LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA
Brasil Abr. 1993 Plebiscito Monarquía o república, República Legitimador del régimen
parlamentarismo o Presidencialismo vigente. Vinculante.
presidencialismo
Bolivia Julio 2004 Referéndum Consulta sobre la política Aprobada Legitimador de la política
energética del país del gobierno de Carlos Mesa.
Vinculante.
[143]
Colombia Mar. 1990 Consulta Posibilidad de reformar la Aprobada Con base en esta consulta
“informal” Constitución por medios informal se realizó la
extraparlamentarios. Consulta convocatoria y la elección de
promovida por estudiantes una Asamblea Constituyente
[7ta. Papeleta] en diciembre de 1990.
Oct. 2003 Referéndum Quince consultas que buscaban Rechazado No se aceptarón las propuestas
la aceptación de la ciudadanía del presidente Uribe, quien
de propuestas del presidente, pretendía involucrar al pueblo
atinentes a varios temas. Entre en la toma de diversas
ellos destacaba la reducción decisiones.
a En la tabla se muestran todos los casos en que se utilizaron mecanismos de democracia directa en América Latina entre 1978 y 2004. Sin embargo,
debe tomarse nota de que en cinco casos los mecanismos fueron empleados por gobiernos autoritarios antes de que la transición a la democracia tuviera
lugar: Chile (1980, 1988, 1989), Panamá (1983) y Uruguay (1980).
32
del país.
Chile Sep. 1980 Plebiscito Nueva constitución fundante Aprobada Nueva constitución y nuevo
del nuevo régimen. sistema electoral.
Ago. 1994 Consulta Lo más relevante de las Aprobada la No vinculante. Mero ejercicio
encuesta de preguntas apuntaba a dar mayoría, excepto de apoyo al presidente del
siete legitimidad al presidente el manejo del momento, Sixto Durán,
preguntasb presupuesto por iniciador del proceso. Puntos
el parlamento no implementados
May. 1997 Consulta Puntos principales: apoyar Aprobada Legitimación de la caída del
encuesta de 11 destitución de Bucaram y la anterior presidente y
preguntas presidencia de Alarcón confirmación de su sustituto.
Como resultado de la consulta
se convocó a una Constituyente
que aprobó una nueva
Constitución, donde se recoge
parte de las medidas sometidas
a consulta.
b Utilizamos el término “consulta-encuesta” debido a que el formato de la boleta para la consulta fue similar al cuestionario de una encuesta de
opinión pública.
34
Panamá Abr. 1983 Referéndum Reforma constitucional Aprobada Fortalecimiento del régimen
autoritario de Noriega.
[146]
Nov. 1992 Referéndum Reforma constitucional Rechazado Intento de legitimar las reformas
de 58 puntos. introducidas por el régimen
democrático.
Ago. 1998 Plebiscito Reforma constitucional. Rechazado Se votó contra la gestión del
Reelección inmediata del presidente Pérez Balladares.
presidente y otros puntos
Perú Oct. 1993 Plebiscito Nueva constitución. Aprobado Legitimación del nuevo régimen
del presidente Fujimori.
Uruguay Nov. 1989 Plebiscito Reformas constitucionales nov. Aprobadas Aprobación de acuerdos previos
Nov. 1994 1989 y 1994. Normas para 1989, 1994 y de la clase política sobre forma
Dic. 1996 proteger a jubilados y 1996. de gobierno y de iniciativas
pensionistas. Dic. 1996, populares de grupos de retirados
cambio del sistema electoral. y pensionados (1989-1994).
35
Nov. 1980 Plebiscito Reformas constitucionales 1980 Rechazadas Sólo en 1994 se rechazó un
Ago. 1994 Nueva constitución (origen 1980; agosto acuerdo previo de la mayoría
Nov. 1994 gobierno militar). Ago. 1994, 1994; nov. de la clase política. En los otros
Oct. 1999 Reforma constitucional 1994; Oct. 1999 casos, una es una iniciativa
separando elecciones (I) Oct. 1999 legislativa minoritaria, otra de
municipales y nacionales. (II) un grupo de interés, y la tercera,
Nov. 1994, 27% del presupuesto la propuesta militar de 1980.
para la enseñanza. Oct. 1999,
dos reformas: I) Prohibición de
ser candidatos a miembros
de empresas estatales y II)
Referéndum Porcentaje fijo del presupuesto
para el Poder Judicial.
Referéndum
militares y policías. decisión muy polémica.
Dic. 2000 Referéndum Renovación dirigencia sindical Aprobada Generó una correlación de
fuerzas favorable al oficialis-
mo. Vinculante.
Ago. 2004 Referéndum Revocatoria de mandato del Rechazada Presidente Chávez continúa
presidente Hugo Chávez su ejercicio como presidente
de la República.
37
LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 149
4. BALANCE
trol ciudadano sobre el gobierno o respecto de los otros órganos del sistema
representativo sólo ha operado en forma limitada. Únicamente en Uruguay
los mecanismos de referéndum contra leyes pueden citarse como ejemplo,
si bien el resultado obtenido todavía es objeto de debate.6
Por otro lado, y pese a estar previstas constitucionalmente la puesta en
marcha de estos mecanismos, la iniciativa de la sociedad civil no es fácil. Se
requiere una conjunción de voluntades alrededor de un tema relevante y
movilizador y la conformación de un movimiento social que lo impulse.
Formalmente y hasta el presente, salvo en el caso de Uruguay, donde hu-
bo tres intentos de derogación de leyes, uno fracasado y dos aprobados co-
mo hemos visto; el de Colombia para la presentación de la Ley Antisecues-
tro, aprobada posteriormente; el de Perú (1998), para consultar la posible
reelección del presidente Fujimori, y el de Venezuela (2004) para revocar el
mandato al presidente Hugo Chávez, no existen otros ejemplos. Pero inclu-
so en Uruguay, desde 1992 a la fecha, y pese al intento de realizar en tres
ocasiones diferentes referéndum para derogar leyes, se realizaron los res-
pectivos actos de adhesión (dos por cada referéndum) para conocer si logra-
ban el apoyo de 25% de los ciudadanos habilitados para sufragar, y en las
cinco oportunidades no alcanzaron el porcentaje fijado en la Constitución
de la República para convocar a un referéndum. En el caso peruano, no obs-
tante contarse con un mayoritario respaldo de la población, la consulta fue
impedida por el régimen, que mediante reforma a la ley condicionó el refe-
réndum a su previa aprobación por el Congreso, donde finalmente no alcan-
zó la votación requerida para su convocatoria. En el caso venezolano, fue la
población la que impulsó y logró la convocatoria al referéndum mediante
un proceso de recolección de firmas, sin embargo, una vez realizada la con-
sulta, el resultado favoreció la permanencia del presidente.
En suma, la sociedad civil ha desempeñado hasta la fecha, y sólo en po-
cos casos, un papel más de control y freno que de creación e innovación.7
una suerte de amnistía general de posibles abusos cometidos por militares y policías durante
el periodo dictatorial, se aceptó el resultado jurídico, pero la disputa por la memoria y la his-
toria, así como por reparaciones, continúa. En el caso de la ley que permitía privatizaciones
parciales en 1992 y que fue rechazada por la ciudadanía, el tema sigue en debate, especial-
mente en el área de la telefonía y, posteriormente, en formas de transmisión de datos y tele-
fonía celular que fueron otorgadas por concesión a operadores privados.
7 Thibaut (1998) señala que difícilmente se puede concluir que estos mecanismos refuer-
cen a la “sociedad civil”, pues no parecen disminuir el “desencanto”, sino que más bien cons-
tituyen canales de articulación fuera de las elecciones normales.
43
LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 155
FUENTE: Elaboración propia con base en la información proporcionada por los organismos electorales.
Para el caso de Ecuador, la información se tomó de Dieter Nohlen (comp.), Elections in the Americas,
Oxford.
[157]
46
158 LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA
nuir el descontento con la política y los partidos, actuando más bien como
canales de expresión de este “desencanto” fuera de las elecciones regulares.
2) En materia de estabilidad política. No puede afirmarse tampoco que
los mecanismos de democracia directa, tal y como han sido utilizados has-
ta ahora, hayan mejorado o complicado sustancialmente la estabilidad po-
lítica. Como todo mecanismo de ingeniería electoral, estos deben ser parte
de una arquitectura mayor, y es en ese marco en que debe analizarse su
funcionamiento. En general, estos mecanismos no se han utilizado para re-
solver controversias entre el Parlamento y el Ejecutivo, salvo indirectamen-
te en Ecuador, donde los presidentes Sixto Durán y Fabián Alarcón, respec-
tivamente, recurrieron de manera infructuosa a los mismos para tratar de
mejorar el grado de legitimidad de sus debilitadas gestiones. En el caso
de Venezuela, donde sectores de oposición al gobierno procuraron la revo-
catoria del mandato del presidente Hugo Chávez por medio de un referén-
dum, los resultados mostraron una ciudadanía polarizada y no abonaron
nada a la estabilidad política de la nación.
En algunos países, así como en momentos determinados, el uso inde-
bido de estos mecanismos puede incluso considerarse negativo para la es-
tabilidad política. Ecuador de nuevo es un buen ejemplo de ello. Las suce-
sivas consultas, no vinculantes, sin instrumentación posterior, llevaron a
acentuar la ingobernabilidad del país. Si bien no puede atribuirse respon-
sabilidad directa a estos mecanismos en la pérdida de estabilidad política
que llevó a la caída de dos presidentes constitucionales, tampoco puede de-
cirse que hayan contribuido positivamente en pro de la estabilidad.
3) En materia de reforma política. Los mecanismos de democracia di-
recta parecen favorecer soluciones conservadoras; el ejemplo más claro es
el rechazo al cambio de régimen de gobierno y político en Brasil en 1993.
En otros casos los resultados son contradictorios. La separación de
elecciones municipales de las nacionales rechazada por la ciudadanía uru-
guaya en 1994 se aprobó en 1996. En julio de 1986 la ciudadanía ecuato-
riana rechazó la posibilidad de aceptar candidaturas independientes de los
partidos, pero luego las aceptó en 1994.
4) En relación con las reformas económicas. La complejidad de los te-
mas económico-financieros determina un alto grado de dificultad para in-
tentar resolverlos vía la participación ciudadana mediante el uso de meca-
nismos de democracia directa. Por ello, las legislaciones de la mayoría de
los países ha excluido expresamente estas materias como objeto de even-
tuales consultas populares.
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LAS INSTITUCIONES DE DEMOCRACIA DIRECTA 159
Flavia FREIDENBERG
I. PRIMERAS PALABRAS
277
69
II. INTRODUCCIÓN
Los partidos políticos quieren ganar elecciones y emplean todas las es-
trategias posibles. A la mayoría de los partidos (y a sus políticos) no les im-
porta si sus propuestas son incluyentes; si en la elaboración de las mismas
participan muchos militantes; si hay una adecuada distribución de los dife-
rentes grupos en los órganos de dirección o si están representados de mane-
ra equitativa en las candidaturas. Tampoco les preocupa si la elección de
sus candidatos resulta exclusivamente de la voluntad del líder, si eso supo-
ne cambiar los nombres de los postulantes que decidieron las directivas lo-
70
petitivo nacional para elegir candidato presidencial bastaba para que su or-
ganización fuera considerada internamente democrática.
Este trabajo revisa la discusión existente sobre la democracia interna y
propone una redefinición del concepto a partir del conocimiento acumula-
do en más de diez años de observación del funcionamiento de los partidos
políticos en general y, en particular, de América Latina.6 Se sostiene que la
democracia interna debe ser considerada un concepto unidimensional, cen-
trado en su dominio primario de corte político, que adquiere diversos valo-
res cuando se la aplica a un proceso específico, ya sea la selección de candi-
datos o líderes, la participación interna o el control político. La clave de
esta nueva manera de ver al concepto está en que la democracia interna es
una variable continua, con lo cual puede haber diversos niveles de
democracia interna en cualquier por proceso de toma de decisiones.
6 Las investigaciones en las que he podido participar han estado adscritas al Instituto de
Iberoamérica de la Universidad de Salamanca y han estado financiadas en diferentes mo-
mentos por diversos organismos públicos como el Ministerio de Educación y el de Innova-
ción y Ciencia de España, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
Ágora Democrática (Ecuador), International IDEA y Transparencia Internacional.
74
7 Bachelard, Gastón, La formación del espíritu científico, Buenos Aires, Siglo XXI,
1948.
8 Freidenberg, Flavia, op. cit., nota 4.
75
también debe ser entendida como un procedimiento a partir del cual los mi-
litantes participan en la formación de las decisiones del partido y, para
hacerlo, utilizan mecanismos competitivos (electivos).
Defender esta posición supone asumir que la democracia es fundamen-
talmente de carácter procedimental. Esto implica una visión específica de
democracia interna, una manera particular de concebir la relación entre re-
presentados y representantes, y un modelo concreto de relación parti-
dos-Estado. Esta definición no entiende a la democracia interna como un
concepto multidimensional sino que, por el contrario, la asume en cuanto con-
cepto en el que hay un único dominio, que prima sobre todos los demás.
Puede darse en diferentes niveles y medirse en un continuo, aplicable en
cada uno de los procesos que se quieran evaluar (selección de candidatos o
de dirigentes; definición de políticas o la rendición de cuentas).
Cuando se quiere medir los niveles de democracia interna resulta im-
prescindible observar la manera en que la agrupación toma decisiones, así
como establecer la calidad de ese proceso. Por ello, una serie de caracterís-
ticas deberían estar presentes para definir en qué medida es democrática o
no la organización (y los procedimientos que emplea). Primero, la existen-
cia de competencia, ya sea de candidatos, de propuestas o de posturas.12
Segundo, la competitividad, esto es, una propiedad o atributo de la compe-
tencia13 que da cuenta del grado de rivalidad entre al menos dos posiciones.
Tercero, cierta dosis de incertidumbre, sin la cual resulta muy complicado
determinar cuán reñido puede ser un proceso de toma de decisiones.
El mecanismo de selección de candidatos puede ser más o menos demo-
crático. Lo mismo el modo en que se definen las políticas o la manera en
que se rinden cuentas. Por tanto, la democracia interna es una característica
o propiedad de esos procesos y no a la inversa (como se sostenía en trabajos
anteriores).14 La incertidumbre en los resultados de cada una de esas deci-
12 Esto significa que al menos haya dos posiciones enfrentadas en el proceso de deci-
sión; pero que existan dos posiciones no significa en principio que las dos tengan el mismo
peso. La equidad en el acceso y el manejo de los recursos disponibles también da informa-
ción respecto al tipo de competencia que se dé. No será lo mismo si un candidato tiene un
cargo público o partidista que le permita acceder a una mayor cantidad de recursos econó-
micos y/o mediáticos que otro candidato que no los tiene. La igualdad en el acceso a los re-
cursos por parte de los candidatos garantiza una contienda más equitativa, y con ello se su-
pone que una competencia sea también más igualitaria.
13 Sartori, Giovanni, Partidos y sistemas de partidos, Madrid, Alianza, 1987.
14 Ver evidencia empírica que sostiene esta afirmación en Freidenberg, Flavia, op. cit.,
nota 4.
79
siones supone que no se conoce de antemano cuál va a ser esa decisión (qué
candidato va a resultar elegido, qué política va a ser asumida o qué ocurrirá
con un militante que no ha cumplido con su mandato). Es precisamente esa
característica lo que hace más democrático a un proceso de elaboración y
definición de una decisión.15
La manera en que los políticos resuelven sus decisiones debería suponer
por tanto altos niveles de incertidumbre, de competencia y competitividad
e incluso de conflictividad; porque de lo contrario, se minarían las caracte-
rísticas democráticas de ese partido. En este sentido, observar los procesos
de toma de decisiones puede dar información muy relevante acerca del ni-
vel de pluralismo existente en la organización. Es más, aunque resulte me-
todológicamente tautológico, incluso esos procesos pueden explicar en
determinados momentos los diferentes niveles de democracia interna que
una organización alcance.
19 Colomer, Josep, op. cit., nota 5; véase también la investigación sobre las primarias
panameñas en Freidenberg, Flavia, op. cit., nota 5, o la experiencia en República Dominica-
na de 2004.
82
VII. CONCLUSIONES
20 Esto queda en evidencia cuando las decisiones, y la manera en que se adoptan esas de-
cisiones, no dependen de los órganos de gobierno que se prevén como oficiales sino que son
decisiones de liderazgos o de caciques regionales que no tienen cargos en el partido o que si
los tienen no son los que deben definir el proceso de selección.
21 Estoy en deuda respecto a esta idea con mi colega Delia Ferreira Rubio y con el deba-
te generado en el marco del taller sobre “Democratización interna de partidos políticos en
Bolivia, Chile y República Dominicana. Consulta final especializada”, organizado por
CAPEL y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 27 y
28 de julio de 2005.
83
Unidad IV
Álvaro Artiga-González
EL SISTEMA
POLÍTICO
SALVADOREÑO
156
3.3.1 El concepto
Entre la comunidad de científicos de la política, el concepto de
“sistema electoral” goza de amplio consenso. En el país, dado el
poco desarrollo de la ciencia política, es frecuente referirse al sistema
electoral de forma ambigua. Algunos hacen referencia al conjunto
formado por elecciones y partidos; otros, siguiendo una visión más
jurídica, lo hacen equivalente al derecho electoral. Cercano a este
grupo está el de quienes piensan que sistema electoral es sinónimo
de código electoral. Hay otros que, con menor claridad, confunden
el sistema electoral con la totalidad del sistema político. En fin, vale
la pena hacer una presentación del sistema electoral salvadoreño que
combine la exposición conceptual con la descripción empírica. Con
tal propósito, conviene dejar lo suficientemente claro qué se está
entendiendo por sistema electoral y qué relación tiene con el sistema
político y con el régimen político.
Sistema
Electoral
Acuerdos internacionales Juris prudencia
Candidatura Circunscripciones
Fórmula
Pero puede ser que la pretensión política sea otra: que en los
órganos de Gobierno estén representados los más diversos intereses
y fuerzas políticas. Entonces, lo recomendable será contar con un
sistema de representación basado en un principio de representación
proporcional. En este punto es importante no confundir el principio
de representación con el criterio de decisión que está en la base
de uno de los elementos constitutivos de los sistemas electorales:
la fórmula electoral. Como se verá más adelante, esta puede ser
mayoritaria o proporcional. El criterio de decisión se refiere a la
regla que define cómo se reparten los escaños, o quién gana las
elecciones. Así, los escaños en disputa podrían corresponder al
partido o coalición que obtiene más votos (fórmula mayoritaria),
o se podrían repartir de forma más o menos proporcional a los
votos que obtiene cada partido (fórmula proporcional). Son los
adjetivos “mayoritario” o “proporcional” del criterio de decisión
los que allanan el camino a la confusión entre criterio de decisión
y principio de representación. Sin embargo, es importante no
M = 1, circunscripción uninominal
M ≥ 1, circunscripción plurinominal
Si faltaren una o más diputaciones que asignar del total de los componentes
de la Asamblea Legislativa, éstos se asignarán a las circunscripciones
electorales de mayor residuo de población, hasta completar el número
de ochenta y cuatro Diputados o Diputadas.”
“Plancha”
- 20 - -
nacional
Total 60 84 84 84
Fuente: elaboración propia con base en la legislación electoral vigente en cada año electoral.
Escaños femeninos
Totales Absolutos %
Legislatura
1994-1997 9 10.6
1997-2000 14 16.5
2000-2003 8 9.4
2003-2006 9 10.6
2006-2009 14 16.5
2009-2012 16 19.0
2012-2015 23 27.4
Fuente: elaboración propia.
M = 1, candidatura individual
Por otra parte, las candidaturas de lista pueden ser de tres clases,
y cada una de ellas otorga una mayor capacidad de influencia al
elector para decidir quién en concreto ha de ser elegido de entre los
candidatos propuestos por los partidos o coaliciones. Así se tiene que
hay listas cerradas y bloqueadas, donde cada partido presenta su
lista con un orden de las candidaturas que no puede ser alterado por
los electores. Estos votan la lista y los escaños se atribuyen según
el orden fijado en la misma. De esta manera se cumple la máxima
de “los electores votan pero son los partidos los que eligen”. En
El Salvador, esta fue la forma de candidatura vigente desde que se
introdujo la representación proporcional en 1963 hasta 2012, luego
de que la sentencia 61-2009 de la Sala de lo Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia, en julio de 2010, declarara que dicha
disposición era inconstitucional.
sostienen que debería optarse por la lista abierta pues, según ellas,
los candidatos electos que luego busquen su reelección tendrían
presentes a sus electores a la hora de participar en la toma de
decisiones. Esta postura busca disminuir el control de los partidos,
por ejemplo, sobre los diputados, para evitar el voto en bloque
según una línea de acción que baja desde la cúpula de los partidos,
sin importar si esta contradice las preferencias de quienes les
otorgaron el voto en la última elección. Las organizaciones sociales
que favorecen la lista abierta suponen que los electores están
permanentemente informados del comportamiento de aquellos
a quienes votaron. En la práctica se trata de una situación poco
realista. Es más, la situación parece plantearse al contrario. Son los
partidos y las cúpulas partidistas quienes están mejor informados
para controlar el comportamiento de sus diputados. En tales
condiciones, resulta poco probable que los diputados se sientan
más responsables ante los partidos que ante los electores a lo largo
de la legislatura. Hasta ahora ha ocurrido que los diputados que se
alejan de la línea partidista, o terminan abandonando el partido,
convirtiéndose en tránsfugas33, o son expulsados del mismo.
Candidatura de lista
Bloqueada: voto único
Cerrada
No bloqueada: voto preferencial
36. Decreto Legislativo N.° 307 del 14 de febrero de 2013, publicado en el Diario Oficial
N.° 40, Tomo 398, de fecha 27 de febrero de 2013.
37. Tales escaños pueden ser: la “silla” presidencial, los “curules” de los diputados, o
bien los “puestos” de los concejales municipales.
CE). Al hacer esta distribución, hace falta todavía asignar uno de los
escaños, pues solo nueve lograron ser repartidos por CE. El escaño
sobrante se le otorga al partido que tiene el resto mayor (la fracción
decimal mayor), que en el ejemplo es el partido D.
A 340,000 3.4 3 0 3
B 300,000 3.0 3 0 3
C 200,000 2.0 2 0 2
D 160,000 1.6 1 1 2
Total 1,000,000 9 1 10
CE = Cociente electoral.
Fuente: Artiga-González (2004).
Total de Cociente
Circunscripción Escaños asignados
votos válidos electoral