IV. RACIONALIDAD EN LA COMUNICACION
Y LA DECISION POLITICA EN MEXICO.
UN MODELO DE OBSERVACION
- René MintAN
INTRODUCCION
Por impreciso que parezca, es innegable que todas las socie-
dades tienen formas de generar su propia racionalidad politi-
ca. Tanto Jos temas como la manera en que son ptblicamente
tratados varian de un pais a otro, La variacin ocurre pese a
que, en ocasiones, se mantienen semejanzas en los disefios.
institucionales del sistema politico. En ciertas naciones la
“moral privada” y los “deslices” afectivos de los gobernantes
son asuntos de Estado, en otros no tanto, En algunos pai-
ses actos leves de irresponsabilidad conllevan estrepitosas
renuncias de funcionarios o fuertes decisiones de gobierno;
en otras, eventos extremadamente graves conforman ape-
nas pequefios escindalos medidticos sin que se produzca
decisién alguna y, en otros mas, ni siquiera son materia de
atencién publica, La racionalidad politica de una sociedad
atafie a los parémetros bajo los cuales se construye y procesa
todo aquello (un evento, un problema, una necesidad, una
preferencia, una expectativa) que se convierte en “materia”
politica con objeto de provocar una interveneién pitblica.
Advierte, por eso, sobre un aspecto clave: las formas y con-
diciones estructurales en las que se realiza la comunicacién
politica y toman cuerpo las decisiones piblicas. Con otros
f7y172 _LATHORLs DE-LOS SISTEMAS DE NIKLAS LUHMANN
matices y alcances, un problema similar ha sido tratado en
Ja literatura bajo observaciones que meten en tensién variag
dimensiones: monopolio politico estatal-coordinacién entre
agentes (Lindblom, 1965); amigo-enemigo (C. Schmit, 1972),
corporativismo-democracia (Schmitter, 1992); régimen politi,
co-veto (Tsebelis, 1995), o presidencialismo-parlamentarismg
(Linz y Valenzuela, 1997).
El interés de este articulo es presentar -y someter
prueba un modelo de observacién de la racionalidad que
modula la forma de la comunicacién politica y las condiciones
estructurales dentro de las cuales el sistema politico decide —
en nuestra sociedad mexicana. Dado que desde una pers.
pectiva sistémica hemos asumido que esa racionalidad est
en gran medida predeterminada por la manera en que los
6rdenes sociales se integran, consideramos que la solvenciq
del modelo de observacién radica en una doble exigencia:
en primer término, deberia ser capaz de distinguir tanto la
integracion de la sociedad postrevolucionaria como la que
se registra hoy dados los cambios que el pais ha sufrido,
En seguida y, en coherencia con esa distincién, deberia
también facilitar la elaboracién de un esquema de andlisis
capaz de identificar las condiciones en las que se realizan la
comunicacién y la decisin politica. Para atender esa doble
exigencia presentamos en primer término el modelo general
con el que observamos (a) y, en correspondencia con él,
se describen a grandes trazos las caracteristicas centrales
de cada integracién; (b) posteriormente, analizamos la ra-
cionalidad, y su problematica subyacente, del orden postre-
volucionario; (c) y de la sociedad actual, (4) concluimos con
algunas breves anotaciones.
MODELO DE OBSERVACION
Los sistemas sociales tienen la curiosa peculiaridad de
constituir los elementos que los integran, Asi sucede con
RACIONALIDAD EN LA COMUNICACION 173,
Jas sociedades. El tipo de relaciones entre los elementos que
jintegran un sistema, condiciona en gran medida la raciona-
jidad de su comunicacién, Quizés un ejemplo banal ayude a
explicitar esta idea, Pensemos en una conversacién. En un
primer y sustancial nivel, toda conversacién se integra por
Jos que estan interactuando y por los temas que la articulan,
La dindmica de la conversacién ~y no cada quien de forma
aislada~ va definiendo los temas sobre los que se habla, de
manera que la comunicacién misma constituye sus elemen-
tos. Si ha de lograrse en alin grado, lo que se comunica
remite al tema que se ha planteado (de ahi que normalmente
nose conteste “prefiero las camisas verdes” al comentario de
alguien sobre la dltima catdstrofe de la semana). La comu-
nicacién se refiere a si misma para seguir comunicando. Se
autorrefiere, demas, es evidente que se habla de algo y no
de todo: la conversacién selecciona sus temas y simplemente
rechaza otros. De igual modo, en ella participan algunos y
no todos los que se encuentran, digamos, en una fiesta o en
un restaurante, La conversacién que se lleva a cabo, y los
participantes en ella, delimitan asi su espacio comunicativo,
se diferencian de las otras comunicaciones que ocurren en el
entornoy, por tanto, también de él. Si alguien més ingresara
ala conversacién, tendria que hacerlo en funcién del tema
comtin y participar de él. La conversacién no tiene mites
fisicos sino comunicacionales.
De frente a la infinita posibilidad de temas y de conexio-
nes de sentido que potencialmente son abordables en una
interaccién lingiiistica, la conversacién opera como un sis-
tema que mediante la delimitacién, la autorreferencia y la
seleccién hace posible que algunas de esas conexiones y, s6lo
algunas, se realicen o verifiquen (y no, por ejemplo, “prefiero
camisas verdes"). Sin esas operaciones no habria manera de
actualizar, de poner en acto, sentido algo: permaneceria abi,
simplemente como horizonte abierto, Desde luego, toda con-
versacién puede cambiar de tema, girar insospechadamente174 La THonA Die Los SISTEMAS DE NIKLAS LUHMANN
y ser interrumpida. Puede fallar o romperse. Las conve
ciones son, en otros términos, altamente contingents, Pe
Ja contingencia no es homogénea ni totalmente abier
forma en que cada conversacién se constituye, predispo
iciones que la favorecen ola inhiben. Si dejamos de lag
a posibilidad de que caiga un meteorito mientras platicam
-o cualquier otro hecho imponderable— dos factores intim
mente vinculados influyen en la contingencia: la complejid
y la estructura de relaciones entre los participantes,
Si un ambito de interaccién comunicativa se hace m
complejo se vuelve también més contingente. Es evident
que si el ntimero de participantes crece continuamente, ¢
cireulo que delimita la conversacién se romperia en algin
momento, Al crecer el nimero de participantes, aumenta |
exponencialmente la cantidad de relaciones posibles entre
ellos y se ensancha con fuerza el horizonte de conexiones de
sentido que serfa factible actualizar. Par esa complojidad,
también queda a disposicin de los participantes una reserva
mucho mayor de interpretaciones, de posiciones y perspecti.
vas. Es innegable que de ese modo se smplian notablemente
las zonas de discrepancia potenciales, Cuando el niimero
es considerable, las oportunidades de intervencién de los
participantes estan normalmente mal distribuidas: unos
hablan més que otros. En esas condiciones, algunos intro-
ducirfan discrepancias artificiales para mejorar su posicién
en el grupo o propondrian nuevos temas a los contigtos a fin
de llevar a cabo conversaciones més acotadas y aumentar
sus oportunidades de intervencién o, simplemente, abando-
narian la conversacién de la que no participan de manera
activa. La conversacién se volveria altamente contingente.
La selectividad propia de cada conversacién no operaria,
Alampliarse las posibilidades se abren mayores franjas
de contingencia. Por eso, la complejidad obliga a la seleccién.
En nuestro ejemplo, al menos dos modos de reforzamiento
de la selectividad para reducir contingencia se hacen inme-
Benita
RACIONALIDAD EN LACOMUNICACION 175
"giatamente presentes. Bajo ciertos limites, la contingencia
eminuye si alguien (un lider, una institucién, un grupo)
stralizara la conversacién y, por razones de conveniencia,
searquia o consideracién, todos aceptaran ese hecho. En el.
Hfereambio con esa persona, el flujo de comunicacién iria
imponiendo a ciertos interlocutores, normalmente Pocos, y
‘Mduciria ol peso de los otros participantes en la conversacién
qaisma yen la seleecién de los temas que la conforman, En
‘a condicién, Ia fuerza de los interlocutores (‘oficializados”)
depende de que en sus intervenciones se refirieran, antes
que a ellos mismos, a quien centraliza la conversacién. Esa
faferencia se conforma como un mecanismo de selectividad
(de temas, opiniones, interpretaciones) y el hecho de que
std dirigida al “centro” de la comunicacién es un factor de
estabilidad de la comunicacién del grupo. Asi, la contingencia
cederia porque los participantes se encuentran en un espacio
cemunicativo conformado por relaciones asimétricas en fun-
cién de las cuales cada uno de ellos, oa menos la mayoria,
ve reducida su capacidad de autorreferirse en su referencia
ala conversacién: el horizonte de las interpretaciones, opi-
niones y posiciones posibles esta recortado porla estructura
relacional. A esa estructura la entendemos como una forma
de integracién de la conversacién (como sistema). Esa for-
mma de integraci6n facilita un acotamiento de la contingencia,
‘costa de las posibilidades que la complejidad ofrece.
Hay otra forma de reforzar la selectividad: organizar la
complejidad. A fin de aprovechar las oportunidades de inter-
locucién y Ia ampliacién de conexiones de sentido posibles
que la complejidad ofrece, normalmente la gente se distrib
ye en pequetios circulos en las fiestas o reuniones (y también
en congresos o convenciones). Asi unos hablan de las noticias
de la maviana y otros explican expeditamente por qué perdié
su equipo de futbol. Priva, en eada efrculo, una cierta indi-
ferencia (permitida y supuesta) sobre el interés de los otros.
La primera consecuencia es que la reunién no se integra mas