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En 1795, el inventor francés Nicolás Appert se puso a trabajar para resolver el problema.
Sabía que el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani había demostrado que la carne no se
descomponía si se la hervía durante un rato y después se la conservaba herméticamente
cerrada. Nicolás Appert, oriundo de París, quién había trabajado como confitero, cocinero,
cervecero, fabricante de encurtido y vinatero, tenía una idea: ¿Por qué no ponía la comida
en botellas como el vino y hervía estas botellas? [ CITATION Col05 \l 10250 ].
Durante los próximos 15 años Nicolás Appert trabajó en su idea, había observado que los
alimentos cocinados en cazuelas abiertas e introducidos en frascos de vidrio que
posteriormente eran sellados con corcho, se podía extender la vida del alimento
indefinidamente.
La teoría de Appert fue demostrada por las muestras que él mismo sometió a viajes. Las
muestras de Appert se enviaron al mar durante cuatro meses y diez días: perdices,
algunas verduras, y salsas; cuando abrió “Todos habían retenido su frescura, y ni una sola
substancia había sufrido el menor cambio al mar”.
En 1810 Peter Durand presenta al registro una patente que llamó “Método para preservar
alimentos por largo tiempo en vasos de cristal, cerámica, metales ó materiales
apropiados”. Su Majestad Jorge III se la concede, por la preocupación de que las tropas
de Napoleón ampliaran el alcance de sus marchas al disponer de más nutritivas y
duraderas provisiones.
En la patente Durand explica en que consiste este vaso de hojalata; se trata de un cilindro
cerrado por ambos extremos, hecho de hierro recubierto de estaño cuyas piezas se unen
por soldadura. Este nuevo material (hojalata) presenta varias ventajas frente al cristal
usado por Appert: ligereza, no se quiebra por su resistencia mecánica, fácil conducción
del calor, resistencia a la corrosión frente a otros metales y así se convierte en el
auténtico padre del envase metálico y de la industria que lo fabrica [ CITATION
Col05 \l 10250 ].
2.4.2 Hojalata:
Según [ CITATION Sil071 \l 10250 ] si la hojalata no hubiese existido, los
descubrimientos de Nicolás Appert sobre la conservación de los alimentos difícilmente
hubieran tenido una aplicación práctica de forma generalizada en el mundo industrializado
de mediados del siglo XIX y principios del XX. Pero estaba allí ya lista para unir su
desarrollo al del envase metálico.
Los orígenes de la hojalata se remontan a la Baja Edad Media. Hay constancia que en el
año 1240 en Bohemia (Alemania) ya se usaba para hacer utensilios, que eran muy
apreciados por sus propiedades anticorrosivas. Pero hay que esperar al siglo XIV, para que
comience la evolución del producto, hasta llegar a la forma en que es conocido en nuestros
días. En este siglo se fabricó verdadera hojalata, al sumergir planchas de hierro en estaño
fundido.
Su fabricación industrial se inició en Inglaterra (sur de Gales) en 1720 con Capel y Jhon
Hanbury. En ese momento, las principales aportaciones fueron la laminación mecánica del
acero y su decapado. Progresivamente esta tecnología se extendió por Europa y el Nuevo
Mundo. El procedimiento de fabricación consistía en la inmersión de láminas de acero en
baños de estaño fundido y recibía el nombre de hojalata “coke” o de “inmersión en
caliente”. Esta técnica la mejoró el alemán M. Schlöter a principios de siglo XX. Ideó la
deposición del estaño sobre el acero usando baños electrolíticos [CITATION Arr111 \l
10250 ].
Las primeras latas para conservas eran cilíndricas y completamente elaboradas a mano; se
cortaba un pedazo oblongo de hojalata y se encorvaba soldando los extremos, de esta
forma obtenían un cuerpo cilíndrico; entonces se cortaban dos pedazos circulares (discos)
uno para el fondo de la lata en el cual se doblaban los bordes para soldarlo con el cuerpo y
el otro disco sería la tapa; este tipo de latas es conocido como “lata 3 piezas”. En el
momento que se llenaba la lata con el alimento se colocaba el otro disco en la parte
superior de la lata, pero este disco tenía un pequeño agujero que permitía la salida del aire
mientras se hervía la lata. Con la lata todavía caliente se sellaba la lata con una gota
normalmente de plomo fundido; por supuesto que residuos de plomo caían dentro del
alimento, pero en ese momento no le preocupaba mucho. Un buen artesano podía fabricar
hasta 60 latas por día [ CITATION Arr111 \l 10250 ].
Lacas Sanitarias
Son recubrimientos orgánicos aplicados en el interior de las latas tienen como función
evitar la interacción química entre el alimento y el envase, porque estas reacciones en
general afectan desfavorablemente la calidad del alimento enlatado y la apariencia interna
de los envases.
Aunque las investigaciones en el campo de las lacas sanitarias se han orientado
principalmente hacia la búsqueda de una laca universal, que cumpla con todas las
características de protección, los esfuerzos han sido inútiles. En la actualidad se elaboran
alrededor de 30 tipos de lacas diferentes con las cuales se aíslan los diversos alimentos de
las estructuras metálicas que los contienen. Con algunos alimentos se utilizan las latas sin
recubrimiento interior, es decir, donde el alimento se encuentra en contacto directo con la
hojalata.
Esto se permite cuando la interacción lata-alimento es despreciable o cuando se logran
mejores calidades del contenido en estas condiciones.
a) Según su forma:
Cilíndrico
Rectangular: Prisma con base rectangular
Tipo sardina: Prisma recto, pero de base elipsoidal
Tipo estuche
Acuellado: Una o las dos extremidades tienen una reducción o varias, que permiten
el uso de fondos más pequeños.
Ensanchado: El extremo superior es más ancho que el inferior.
Acordonado: Se caracteriza por tener cordones en su pared lateral, lo que le da
mayor resistencia al colapso.
Soldado: Recipiente de tres piezas, al cual se le han soldado los extremos con las
tapas correspondientes. Presentan una pequeña perforación en la superficie de la
tapa para ser llenados con sistema de aguja.
2.6.2 Hojalatas
a) La cobertura
Es una medida de la cantidad de estaño que tiene depositado el material por una unidad de
superficie (gramos de estaño por metro cuadrado). La cantidad de estaño puede ser la
misma en ambas caras del acero o bien puede ser diferente. En este último caso la hojalata
se denomina diferencial y se distingue por unas marcas estandarizadas del lado de mayor
cobertura [ CITATION HOL041 \l 10250 ].
b) El temple
Representa a un conjunto de propiedades mecánicas del material como facilidad para ser
trabajada sin deformarse, sin romperse, etc. que se evalúan a través de la dureza del
material. Las unidades de estas medidas son grados Rockwell 30 T. La hojalata utilizada
para cuerpos de envases es de 55-60º R., la de un fondo de aerosol es de 65-66º R
[ CITATION HOL041 \l 10250 ].
c) El espesor
Se expresa en mm y varían de 0,20 a 0,36 mm. En los últimos años se han desarrollado
espesores de 0,17, material llamado de doble reducción. La tendencia es clara hacia la
utilización de materiales de menor espesor [ CITATION HOL041 \l 10250 ].
Bibliografía
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