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LA TRANSICIÓN DE UNA ECONOMíA PRIMARIO-EXPORTADORA AL DESARROLLO INDIJSTRIAL EN COLOMBIA PDF
LA TRANSICIÓN DE UNA ECONOMíA PRIMARIO-EXPORTADORA AL DESARROLLO INDIJSTRIAL EN COLOMBIA PDF
1. Introducción
Entre los países de tamaño medio de América Latina. Colombia he deataca
como un caso tardío de desarrollo hacia afuera y por una transici6n igualmente
tardíade una economía primario-exportadora al desarrollo industrial. Durante
el siglo XIX, el país luchó estérilmente por desarrollar una base exportadora
estable. En forma similar, experimentó una inestabilidad política crcínica.
caracterizada por la sucesión de guerras civiles, nacionales y regionales.
durante la larga y difícil construcción de la nacionalidad. Aunque. como
subproducto de la expansión de las exportaciones de la segunda mitad del
siglo, el país experimentó cierto grado de modernizaci6n en algunos sectorea
económicos, en las postrimerías del siglo XIX seguía siendo una de las
naciones más subdesarrolladas del continente. Hasta entonces. Colombia
había avanzado. además, muy poco en superar la fragmentación regional
generada por una geografía compleja. Finalmente. el si-lo XIX be cerrcí en
medio de la devastación y la desorganización monetarla generadas por el
más sangriento de los conflictos civiles. la Guerra de los Mil Días ( 1X99-
1902).
Contra ese telón de fondo, el desempeño económico colombiano durante
el siglo XX resulta notable. A partir del gobierno de Rafael Reyes ( 19OS-
1909). el país entró en un proceso de desarrollo económico sostenido que.
aunque no ha sido espectacular en términos de ritmos de crecimlcnto. ha
demostrado ser estable. Desde el punto dc vista político. y a pew de que
la violencia recurrente pasó a ser una de sus características ni& conocidas.
Colombia ha logrado construir una tradición democrática que se cuenta entre
las más Glidas de América Latina y del Tercer Mundo.
La base inicial de la expansión económica del siglo XX fue la combinvci0n
de la producción de café en explotaciones de tamaño pequeño y mediano en
el occidente del país. con un desarrollo subsidiario de unoh pocos sectores
de enclave. Aunque en forma tardía en relación con ese proceso, desde la
década de 1930 hasta mediados de la de 1970, tuvo lugar una rápida trans-
formación estructural, apoyada en la demanda generada por la expansión
previa de las exportaciones, la integración del mercado interno y la activa
intervención del Estado en cl comercio exterior. Este proceso fuc seguido
por un crecimiento más lento y por una disminución del ritmo de transfor-
mación estructural desde mediados de la década de 1970.
En este trabajo se analizan las característicaa de la expansión de las ex-
portaciones en Colombia desde el siglo XIX y su relación con el desarrollo
de la industria manufacturera. Haciendo abstracción de la fascinante y com-
pleja interacción entre desarrollo económico, democracia y violencia, el foco
se dirige hacia asuntos específicos de la historia económica del país. El
trabajo sedivide en cuatro partes, la primera de las cuales es esta introducción.
La segunda analiza, en forma sucinta, los desarrollos en el siglo XIX. La
tercera enfoca su atención sobre el crecimiento de las exportaciones en el
siglo XX. Finalmente, la cuarta considera la transformación estructural y el
crecimiento de la industria manufacturera en el siglo XX.
Varios temas aparecen en forma recurrente a lo largo del trabajo. El
primero es el papel central que ha desempeñado la geografía en la transfor-
mación del país. Siguiendo una hipótesis tradicional en la literatura del
desarrollo -revivida recientemente por Romer (1986), Lucas (1988). Shlei-
fer (1989) y otros-, se argumenta que la presencia o la ausenciade economías
externas ha tenido una gravitación clave en la transformación estructural de
Colombia. En un país en el cual la fragmentación geográfica planteaba una
restricción básica al crecimiento económico, las economías externaa asociadas
a la construcción de una moderna infraestructura de transporte tuvieron el
papel protagónico. Sin embargo, debido a ciertas características del proceso
de desarrollo, éste siguió un esquema “desequilibrado”, de acuerdo con la
caracterización de Hirschman (1958). Por otra parte se sostiene que. al
margen de susefectos puramente cíclicos, los shocks exógenos de los términos
de intercambio jugaron un papel crucial en la transición entre distintas fases
del desarrollo. Finalmente, se argumenta que la política económica jugó un
papel más bien subsidiario en el proceso y que, en realidad, las modificaciones
de política fueron, en gran medida, un efecto rezagado de los cambios en
las condiciones económicas subyacentes.
La proporción de la pohlaclón total en los cinco municipios más grandes del país (no necesariamcntc
laî mismas en cada censo de pohlaciónl he redujo de 5.2% en 1835 a 3.9% en 1851. cn IX70 eaaha
Glo levemente por encama del IIIVCI de medIado\ del \lglo. 4.2%: de ahí en adelante. se incrementó
wkincielmente. a 6.2% en lYl2 Para Io\ 10 mumc~pms más grandes. eai\ proporcioneí fueron
X.0% en 1X35. 6.3% en 1851. 6.6% en 1870 y 8.8% en 1912.
LA TRANSICION DE IWA Ix-ONOMIA PRIMARIO-EXPORTADORA 35
150
125
100
1s
50
25
1890 1910 1930 1950 1970 IYXX
tu<~nr<, IXHS-IYIO. Ucampo IYXJ: IYIII-2X. Ocnmpo y Montene@ro , IYXJI: IYZX~XX. CEPAL
las haciendas, aumentó a un ritmo muy lento: de unos 500 mil sacosen 1900
a 825 mil en 1932 +sto es, a un ritmo promedio del 1,6’% por año. El
principal problema que enfrentaban esas unidades productivas era su inca-
pacidad para disciplinar a la fuerza de trabajo ba.jo el sistema semifeudal de
arrendamiento, en lo que eran todavía regiones fronterizas. De hecho, muchos
hacendados empezaron a enfrentar una presión creciente de sus arrendatarios
en la década de 1920. Las demandas de estos trabajadores incluían el me-
joramiento de sus condiciones de trabajo, la autorizacii>n para plantar café
en las parcelas de pan-coger y, en algunos casos, la propiedad de la tierra.
Como resultado de la agitación rural, las haciendas cafetaleras, particular-
mente en Cundinamarca, se transformaron en uno de los focos de la reforma
agraria impulsada por los gobiernos liberales reformistas de la década de
1930 (Bejarano, 1979; Palacios, 1983).
Al mismo tiempo, en la zona occidental del país, en los escarpados pero
ricos suelos volcánicos de la cordillera central que habían sido poblados por
los antioqueños en el siglo XIX. la producción cafetera prosperaba. De
hecho, la producción en los departamentos de Antioquia, Caldas, Valle y
l’olima aumentó de Il0 mil a 2 millones 423 mil sacos en el mismo período
-es decir, a un ritmo anual de 10%. La producción de esos departamentos
se concentró en propiedades de tamario pequeño y mediano. Como reflejo
de este hecho. en lY32 el 5Y,5% de la producción de cale de Colombia
provenía de 145 mil predios de tamaño pequeño y mediano, en los cuales
las siembras de café cubrían 12 hectáreas o menos de superficie (Machado,
lY77: Ocampo. lY8Ya).
La expansión de las plantaciones cafeteras en el occidente del país había
comenTado en la primera década del siglo, cuando los precios internacionales
estaban todavía deprimidos. Este hecho relleja. sin duda, la riqueza de la
base de recursos sobre la que SCsustentó la bonanza. Con todo, hubo también
otras ra7ones. Una de ellas fue el interés de los Estados unidos por desarrollar
fuentes alternativas de abastecimiento. en respuestaa la utilización por Brasil
de su poder casi monopólico para regular el mercado internacional del cafi
a comienzos del siglo. Por otra parte, las plantaciones cafeteras representaron
en sí mismas toda una revolución tecnológica. ya que permitieron la ocupación
permanente del suelo en una repiún en la cual cl sistema de roza y quema
era la técnica agrícola usual. Por otra parte. la consolidación del café como
el producto dominante de Colombia no habría sido posible sin el desarrollo
de una serie de actividades subsidiarias. que generaron las economías externas
necesarias para un crecimiento autosostenido de las exportaciones. El desa-
rrollo de una extensa red de comercialización. la producción de bolsas de
fique y máquinas despulpadoras y el crecimiento de la trilla industrial fueron
subproductos de la expansión cafctcra. pero crearon también las externali-
dades necesarias para hacer el proceso de crecimiento autosostenido.
No obstante, la diferencia crucial con respecto al patrón del siglo XIX
fue la expansión de una moderna infraestructura dc transporte. A comienzos
de la década de lY30, la red ferroviaria colombiana (3.262 km) ya era 6.6
veces más extensa que la que existía a fines del siglo XIX (McGreevey,
LA TRANSICION DF IJNA FCONOMíA PRIMARIO EXPORTADORA 239
1971). Por otra parte, en esa época, los Ferrocarriles del Pacífico y de Caldas
crearon la primera red integrada, que conectó las regiones cafeteras con la
costa de! Pacífico. La apertura del canal de Panamáen 1914 había justificado
el desarrollo de un puerto mayor en el Pacífico: esta era una salida más
natural para la producción de las nuevas regiones cafeteras de la zona occi-
dental del país que la costa norte del país. La navegación a vapor en los ríos
Magdalena y Cauca y la introducción del transporte en vehículos motorizados
reforzaron este proceso.
El carácter “democrático” de la producción no SCreflejó en la comercia-
lización del café. Desde la década de 1920, esa actividad se concentró
crecientcmente en manos de unas pocas firmas nacionales y extranjeras. Las
mayores firmas extranjeras derivaban su poder de mercado de su integración
vertical con el transporte marítimo o con los negocios de tostión y venta al
por menor. principalmente en los Estados Unidos. Los altos márgenes de
comercialización que pagaba el café en las áreas en las cuales prevalecía la
producción campesina pueden haber sido el resultado de este proceso. Las
diferencias interregionales de esos márgenes se eliminaron a comienzos de
la década de 1930, gracias a la gestión de la Federación Nacional de Cafeteros.
La intervención de la Federación fue también crucial para romper las ventajas
que tenían las firmas extranjeras e incrementar, así, la participación nacional
en la comercialización externa en la posguerra (Arango, 1982; Ocampo.
1989b). Esta institución, fundada en 1927, jugó también un papel esencial
en la consolidación de la producción cafetera, en su condición de adminis-
tradora de la política estatal para el sector. Durante la Gran Depresión, su
intervención en el mercado interno se afianzó a través de la construcción dc
los primeros almacenes de depósito. Comenzando con un acuerdo de corta
duración, firmado con Brasil cn 1936 para regular el mercado internacional,
la Federación también se hizo cargo de la negociación y administración de
los acuerdos internacionales. La gestión del Fondo Nacional del Café. creado
en 1940 para facilitar la participación de Colombia en el Acuerdo Interame-
ricano firmado en dicho aho, ensanchó aún más el ámbito de sus actividades.
Un estímulo adicional fue la transferencia de proporciones variables pero
significativas de los impuestos a la exportaci0n de café, primero a la Fede-
ración y posteriormente al Fondo’. Esos ingresos tributarios, conjuntamente
con las ganancias derivadas de la gestión del Fondo, permitieron una con-
siderable ampliación de la participación de la Federación en los mercados
interno e internacional. Dicha participación incluía cl financiamiento de la
producción, la comercialización. el procesamiento y el transporte de las
240 JOSÉ ANTONIO OCAMPO
I9Oo-n4 542
l W-09 h04 x.x 1.4
IYIO-14 837 12.8 13.2
1915.IY I .244 17.2 14.1 12.x
1920~24 I .906 27.1 22.26 23.1*
lY25.29 2 451 34.3 2X.0 38.3 24.0
1930~34 3.149 43.0 35.2 33.1 24.4
lY35.3Y 1972 5.6 43.8 34.8 24.0
1940.44 4.370 57.5 46.9 31.2 20.4
lY45-4Y 5 424 6X.4 SS.9 47.1 21.0
1950.54 5.337 72.6 59.3 78.0 18.4
1955-59 5.523 74.1 60.5 70.3 17.2
1960.64 6.139 84.7 70.1 68.1 16.0
1965-69 6 076 92.3 80.9 73.6 15.h
lY70-74 6.656 100.0 100.0 100.0 14.9
1975.79 7.990 113.5 123.8 162.7 15.1
I980-84 9.685 139.2 147.8 169.1 14.1
,985.XX 10 613 IXO.Xh 229.0 268.0 17.3’
* lY-23~24
h 1985.86.
L 19X5-87
Cornposicióll
Café OK Perróleo.
combustóleo
y carbón
de Io? árboles del café alcanza un máximo cuando knen unor 10.12 aiw de edad, después de lo
cual declma a una tasa promedio de un 1% al año (CEPAL y FAO. 1958). Sobre la base de diferentes
registros de siembras a paliir de la década de 1920. se puede est,mar que la proporción de árholei
de 15 añoc o m&. que era de 40% o menos hasta tmes de la década de 1930. aumentó a 70% a
medladoc de Io? años Il)60
Si se estmu mediante una regresión semilogaritmica de la cantidad exportada con respecto a la
variable tiempo. dicha tendencia cs de 3.7% por año entre 1905 y 1988.
0 La evolución del quantum de exporlac,ones notradicmnales muestra tres qulehre< en la posguerra:
a fines de la década de 1950, a medlados de la de 1970 y a mediador dc la de 1980. Estos quiebres
coincidieron con, o tuvieron lugar poco despu& de, alteraciones imponantes en la evolución de los
precios internacionales del café. Mediante regresiones semilogaritmicas en función de la variable
tiempo, se puede estimar la tendencia de la tasa de creamxnto de dlchaî exportacKNV?sen 5.6% en
1945.lY57, 18.2% en 195X-1973 y 3,fl% en 1974.1984. Desde medlados de la década de 1980. las
tasas de crecimtcnto han rctomado a niveles Gmilares a los de 1958.1973.
244 JO5É ANTONIO OCAMPO
proporciones del PGB superiores a las de otros países con población y nivel
de vida similares.
Servicios
pilhhcos y
1925.29 47.7 3.1 7.x 3.4 2.3 0.2 7.5 9.6 18.3
1930.34 46.2 3.5 7.6 2.1 1.9 0.2 7.6 15.0 15.8
19.35-39 43.7 3.6 10.2 2.8 2.8 0.3 7.4 15.1 14.0
1940.44 37.5 3.2 15.7 4.0 4.6 0.6 7.0 13.8 13.7
1945.49 40.0 2.9 14,s 3.‘) 4.x 0.5 6.S 13.2 13.4
1950.54 33.2 3.4 17.6 3.3 6.4 0.7 7.2 15.9 12.5
1955-59 30.9 3.3 1Y.S 3.4 6.7 0.‘) 6.8 15.7 12.3
lY60-64 2X.4 3.2 20.7 3.4 6.7 1.1 6.9 16.6 12.9
196.5.b9 26.5 2.Y 21.2 3.5 6.8 1.3 6.9 17.8 13.1
1970.74 23.9 2.3 22.5 3.5 7.3 I .6 7.2 19.4 12.2
lY75-79 23.4 I .4 22.9 3.3 79 I .Y 7.2 19.9 12.0
19X0-84 22.6 1.4 21.3 3.7 8.1 2.6 8.1 20.2 12.0
1985~87 21.7 3.6 21.3 4.2 7.4 2.7 8.5 IX.9 Il.7
Iuenw Cuenta? Nacionales de CEPAL (1925 1950). Banco de Iü República (1950-651 y DANE
(1965-871.
1910-14 5,4 - -
1915-19 4,5
1920-24 7,7
1925.29 19,s 24. I 43,s 21,j 32.2
- 93 2G
1930-34 12,s 13.1 47,Y 28.9 19.8 238 l2,3
1935.39 l9,2 15.9 41.6 28,9 23.6 436 14,x
I 940-44 14.2 1112 29.1 45,6 19,6 3,9 l4,l
1945.49 25.4 14.4 23.6 33,7 35,7 l7,5
1950.54 40,9 18.4 14.6 48,7 36.5 9-T
1954.59 44.1 l5,9 9.4 53.4 36,6 712 l7,5
16.6
1960-M 49.0 l4,O 7,3 47,l 44,0 624 14.8
1965.69 62.3 l4,l 7,9 48.5 41.9
1970-74 lOil,O 16.8 9.9 51.5 38,4 ::“4 15.0
16,4
1975.79 121.8 l6,O 13.2 52,0 34.7 7,5 15.6
1980-X4 l77,9 19.3 Il.9 52.3 35,s 88 17.4
1985.87 164,4 15.6 9,O 56,2 33.6 6.9 15,s
Fuentrs: (1) índice de quantum: 1905.40, Ocampo y Montenegro (1984); 1940.87, Ocampo (1989~).
(21 Importaciones e mversión fija como % del PCB: Cuentas Nacionales de CEPAL (1925.50). Banco
de la República (1950.65) y DANE (1965.87) (3) Composición: CEPAL (1957). Banco de la República
y DANE.
Proporción Depó<ltos
de la\ li- p*WlOS
cenciar dc como % de
Importación lasimpw
rccharada tac,ones
1910-14 47.4
1915.IY 30.3
I VZO-24 24.5
1925~29 30.6
lY30-34 2.6h 41,5
1935-39 4.3 22.5
1940.44 13.6 16.8
1945.49 0.0 44.6’ II.1
19x-54 7.1 32.5 18.3 21.0 4.8
1955.59 12.2 IV,2 12.0 29.5 16.2
1960-64 24.7 29.3 14.2 50.4 I 21.2
1965.69 13.3 28.X 16.0 78.1 32.3 24.9
1970-74 32.2 28.9 14,3 70.0 8.X 13.7
1975-79 44.9 14.1 11.5 57.x I,IC 5,7
1980.84 3.3.1 18.9 15.0 55.9 10.4 6.4
1985.87 41.2 16.7 65.4 25.7 10.2
Firerrie. Ocampo (1989~). Arancel pmmcdw cn 1910-39 \egún Ocampo y Monrenegro (1984)
10
-5
-10
-1s
1925 1935 lY45 1955 1965 1075 19x5
Fuenrc. Ver Cuadro Y 3
Tén,,inoa de intercambio
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS