Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A modo de conclusión.
En su variedad, los cinco autores antes nombrados (yo no los agregué porque era
innecesario saber los nombres y las situaciones exactas de cada uno) en las
presentaciones realizan investigación social científica porque presentan evidencia
empírica construida a partir de un encuadre teórico, persiguiendo objetivos cuyos
contenidos son temporalmente relevantes para el momento histórico en que fueron
planteados, acotados y alcanzables, forman parte de un proceso acumulativo, están
sujetos a discusión y finalmente, sus inexactitudes son susceptibles de ser sometidas
total o parcialmente a refutación.
Qué es la investigación.
La actividad básica de la ciencia es la investigación. Esta afirmación puede extrañar
porque muchas veces tenemos la idea de que la ciencia se concentra en la actividad de
transmitir conocimientos (docencia) y de absorberlos (discencia). La verdad es que tal
actividad es subsecuente. Antes está el fenómeno fundamental de la generación del
conocimiento.
Junto a las cosas que tienen en común con las ciencias naturales, las ciencias sociales
poseen paradigmas metodológicos propios. No defendemos la impermeabilidad de los
dos campos, sino una autonomía relativa, lo cual permite tanto propuestas
metodológicas como una saludable comunicabilidad. Simplificando mucho las cosas
diríamos que la división de las aguas puede detectarse en el plano de la ideología, en el
sentido de que las ciencias sociales son intrínsecamente ideológicas, y las ciencias
naturales lo son extrínsecamente: intrínsecamente ideológicas significa que la ideología
existe en la realidad misma por ser esta inevitablemente histórica y política.
Extrínsecamente ideológicamente significa que la ideología no aparece en la realidad
misma, sino en el tratamiento que se le da, o en el uso que de ella se hace. Así, la
realidad natural no es ideológica, como no sería posible descubrir una ideología en la
matemática, pero puede ser ideológico el uso que se hace de ella.
La ideología es la consecuencia necesaria del fenómeno del poder. Por eso la definimos
como un sistema teórico-práctico de justificación política de las posiciones sociales. El
movimiento de legitimación, mantenimiento y maximización de las estructuras de poder
provoca la necesidad de la ideología, que aparece como instrumento esencial al servicio
de los dominadores.
Junto al carácter ideológico, podemos agregar otras connotaciones que llevarían a
ahondar la diferencia entre ciencias sociales y naturales. La realidad social es histórica,
nunca está acabada sino que está en constante devenir.
En la realidad social hay en el fondo identidad entre sujeto y objeto porque al estudiar la
sociedad, nos estudiamos a nosotros mismos.
Por último, las realidades sociales se manifiestan bajo formas mas cualitativas que
cuantitativas. Por ejemplo, el fenómeno ideológico difícilmente se somete a mediciones,
pero no por ello es menos importante. No hay ciencias sociales sin injerencia
ideológica. Las ciencias sociales no son objetivas y neutrales, aunque deban distinguir,
en la medida de lo posible, entre lo que la realidad es y lo que nos gustaría que fuese. El
control de la ideología (no su eliminación) figura entre los compromisos metodológicos
fundamentales de las ciencias sociales.
La investigación aparece en el contexto de la ciencia como su movimiento fundamental
de descubrimiento de la realidad. Es posible descubrir la realidad de muchas maneras.
Solo puede ser una ideología torpe la que quiere un modo único de investigación. Hasta
lo que llamamos ciencia no es mas que uno de los modos posibles de tratar la realidad
social.
Investigación teórica.
Admitimos que no hay ciencia sin el adecuado movimiento teórico, que significa el
ordenamiento de la realidad a nivel mental y no hay investigación solamente teórica,
porque sería pura especulación. La ciencia implica siempre una forma de pensar la
realidad, de elaborarla en categorías mentales.
Puede sorprender el que consideremos la posibilidad y hasta la necesidad de la
investigación teórica, porque muchas veces confundimos teoría con especulación. Sin
embargo, aún la especulación puede se creativa y solo es condenable cuando pasa a
sustituir la realidad. Es menester evitar los extremos, existe la indigestión teórica, la
exacerbación reflexiva y la crítica por la crítica misma. El otro extremo sería la
negación teórica, es preciso reconocer una contradicción básica en esta actitud, porque
para negar la teoría, se necesita teoría.
Al admitir que la actividad básica de la ciencia es la investigación, estamos sugiriendo
que el científico debería ser fundamentalmente un individuo creativo. El proceso de
creación no es espontáneo, sino que debe ser cultivado. Una de las formas mas
provechosas de tal cultivo es la constante reflexión teórica. La crítica teórica es el alma
misma de la ciencia. Es también cuestión de coherencia: si la realidad es crítica, debe
tratársela críticamente.
Pero la buena teoría existe ciertamente, concisa y creativa, inspirada e incitante, capaz
de hacer avanzar el conocimiento y despejar sendas obstruidas de la ciencia.
Investigación metodológica.
Lo elementos de la ciencia.
Según la definición antes expuesta como resultado, son tres elementos esenciales de la
ciencia, que configuran su naturaleza: un contenido, un campo de actuación y un
procedimiento o forma de actuar.
La ciencia en cuento a su contenido está constituida exclusivamente por un conjunto de
conocimientos sobre la realidad, en forma de conceptos, enunciados y razonamientos.
Todos ellos se hallan interrelacionados entre si y forman lo que se llama la teoría.
El campo de actuación propio y único de la ciencia es la realidad observable, la realidad
de este mundo en que vivimos. Lo no empírico, digamos lo trascendente, cae fuera del
campo de la ciencia.
Por último, la ciencia utiliza, como procedimiento el método científico.
Lo específico de la ciencia.
Rasgos de la ciencia.
La ciencia, aunque tenga una condición muy peculiar, no deja de ser una forma del
conocimiento, por lo que es obvio que le han de ser aplicables en mayor o menor grado
los caracteres del conocimiento en general, ya se considere como actividad o resultado.
Desde la ciencia como actividad, sus rasgos peculiares se pueden reducir a dos:
1) El de ser metódica, es decir, el fundarse en el empleo de un método muy
definido y preciso, el científico.
2) El de la profesionalización, o sea, la actividad del conocimiento científico se
realizan hoy por personas que se dedican, normalmente de modo preferente a
esta tarea.
Se pueden atribuir al conocimiento científico como resultado los caracteres de
sistemático, contrastable, no ético y cohesionados:
El rasgo de de contrastable empíricamente es el que tipifica a la ciencia y lo distingue de
otros conocimientos, como veremos, supuesto que todo conocimiento que no puede ser
objeto de prueba o contraste empírico cae fuera del campo de la ciencia.
El carácter de no ética se puede tomar en dos sentidos que corresponden a los de la
ciencia como resultado y actividad. Según el primero la ciencia como resultado es no
ética porque sus teorías y aplicaciones no son en sí, ni buenas ni malas, sino que esto
dependen del fin para el que se utilicen. Sin embargo, el cumplimiento perfecto de este
rasgo, exigiría una ciencia totalmente neutral, respecto a los valores, es decir, libre de
toda influencia de los mismos. Dado que no es completamente posible, la realidad es
que la ciencia estará, de hecho, éticamente influenciada, en mayor o menor grado, por
las valoraciones que encubra. Por tanto, este rasgo no parece ser algo absoluto en la
ciencia, sino a lo sumo como ideal.
Se atribuye a la ciencia el carácter de autónoma, porque en sí al establecer sus
conclusiones, es independiente o no esta subordinada a algún otro conocimiento
sustantivo distinto de ella.
Objetivos de la ciencia.
Problemas de la ciencia.
Se pueden considerar como tales las dificultades teóricas o prácticas que son objeto de
discusión en relación al conocimiento científico y aún sin una solución comúnmente
aceptada.
De los problemas principales de la ciencia, en este sentido, son los siguientes:
1. La llamada demarcación de la ciencia respecto de lo que no es ciencia.
2. El desarrollo del conocimiento científico.
Demarcación de la ciencia: Demarcación significa, según el diccionario de la Real
Academia Española, delinear, señalar los límites de un país o terreno, significado que
aquí se aplica, por extensión, a la ciencia. Ahora bien, la demarcación, el señalamiento
de límites solo puede tener lugar en relación a otros países o terrenos, y, por tanto, en
este caso, respecto a otros conocimientos. La demarcación entre el conocimiento
científico y el filosófico, la ciencia y la metafísica, no se puede considerar, en todo caso,
como fija e inalterable. Más bien sus fronteras son abiertas.
Desarrollo de la ciencia: Si el desarrollo de la ciencia está en el logro de sus objetivos y
si éstos se manifiestan, como vimos al exponer este punto, respecto a la realidad
observable, en analizar, explicar, prever y actuar, la ciencia, tanto mas avanzará cuanto
mejor describa y analice, explique, haga predicciones y permita actuar con
conocimiento de causa.
Los valores.
Los términos, el valor y los valores, proceden de la misma raíz etimológica que validez,
el verbo latino valere, que significa estar sano, ser fuerte, poder, prevalecer. Se refieren,
pues, a la cualidad de algo de ser sano, fuerte, potente, y, por extensión, a la bondad, la
belleza y, en general a toda cualidad positiva.
Los valores se atribuyen a los objetos que los poseen, pero implican siempre un sujeto
capaz de apreciar la cualidad a que se refieren, de ahí que presente un aspecto objetivo,
la cualidad en si del objeto, base del valor, y un aspecto subjetivo, su reconocimiento
por parte de los sujetos, el hacho de que estos aprecien las cualidades y les concedan
una importancia o valor determinados.
Por todo ello parece claro que los valores, sobre todo en cuanto intervienen en ellos
factores ideológicos y sentimentales no racionales que influyen en la actividad
cognoscitiva son una fuente principal de obstáculos epistemológicos a la objetividad de
todo conocimiento y también del científico.
El conocimiento social.
El conocimiento social, es decir, el que tiene por objeto lo social es un conocimiento
particular en relación al conocimiento en general, en cuanto lo social constituye un
sector de la realidad total o mundo.
Así, los presupuestos del conocimiento social son también el mundo interior de la
conciencia, la razón y el pensamiento, el mundo exterior que engloba toda realidad
externa al anterior y la posibilidad del conocimiento del primero por el segundo.
Asimismo, se pueden distinguir el conocimiento social como actividad y como
resultado, y dentro del primero, sus elementos: sujeto, objeto y relación del
conocimiento, así como dentro del segundo, el concepto, la proposición y el
razonamiento. Según su fuente, el conocimiento social puede igualmente proceder de la
propia creatividad del sujeto cognoscente o ser recibido por tradición o comunicación de
otros sujetos.
Lo que distingue al conocimiento social frente al conocimiento general es:
1. El referirse su objeto no a toda la realidad o mundo, sino a un sector de la
misma, el social.
2. El hecho de que este sector de la realidad presenta caracteres muy peculiares.
3. La posición especial en él del sujeto cognoscente frente al objeto conocido.
El objeto del conocimiento social: El objeto no es solo la sociedad, sino algo mucho
mas abarcativo que se podría llamar lo social. Por tanto el objeto del conocimiento
social no es solo la sociedad, sino todo el conjunto de relaciones, interacciones,
actuaciones e influencias de los hombres entre si y con la sociedad institucional, la
cultura y la naturaleza.
Características peculiares de la realidad social: Las características, tomadas en su
sentido total, se pueden concretar en su diversidad, complejidad, variabilidad,
sensibilidad e inmaterialidad. La diversidad de la realidad social es una consecuencia
inmediata de los elementos que la constituyen y que abarcan toda la gama de formas de
ser del universo: naturaleza, vida, conciencia y sociedad. La complejidad de la realidad
social es, a su vez también, una consecuencia necesaria de esta diversidad, el cambio y
la variación es una propiedad fundamental de todas las realidades de este mundo. La
vida social que, hemos visto, engloba todas estas formas de realidad del universo, está
sometida a todos los factores de cambio de cada una de las distintas formas de realidad
y por tanto, en ella, el cambio ha de alcanzar las máximas posibilidades y el ritmo mas
intenso. La sensibilidad se puede considerar como la capacidad de ser afectado un ser
por la acción y los cambios de otros seres. Las cosas solo pueden ser afectadas por las
acciones físicas de otros agentes, por ello su sensibilidad es mínima. En cambio, los
hombres en sociedad se ven afectados por la acción y los cambios físicos, biológicos,
intelectuales y sociales y por eso su sensibilidad es máxima. Finalmente, además del
que he llamado mundo interior del hombre, el de la razón y el pensamiento, también
forma parte con aquel de la realidad social, la sociedad como tal, en si misma no es una
realidad física, sino inmaterial en último término, en cuanto que la unidad de los
individuos que forman los distintos grupos sociales es de orden y está constituida por el
conjunto de relaciones e interacciones sociales, sin una realidad física propia e
independiente, entre los seres humanos que la forman.
Posición del sujeto respecto al objeto: En el conocimiento social el sujeto cognoscente
se encuentra en una posición especial respecto al objeto porque es un elemento
integrante de este objeto, la vida social y sus manifestaciones, es decir, porque se da una
cierta confusión entre sujeto y objeto de conocimiento.
Dado que existen otras ciencias además de las sociales, se nos plantea una nueva
cuestión, que consiste en la distinción o si se quiere demarcación de las ciencias sociales
de los otros tipos de ciencias. Las ciencias sobre la realidad observable o empíricas se
clasifican, como hemos visto, según los elementos fundamentales que se pueden
distinguir en dicha realidad, en ciencias humanas, ciencias sociales y ciencias naturales.
Por ello, la delimitación de las ciencias sociales de las demás ciencias se puede
restringir, en último término, a su demarcación de las ciencias naturales por un lado y la
psicología por el otro, en cuanto a la ciencia mas específica del hombre.
La delimitación de las ciencias sociales respecto a las naturales no consiste en que sean
ciencias de naturaleza diferente ni que sus métodos sean esencialmente distintos, sino en
el campo y aspectos de la realidad observable propios de cada uno de estos dos tipos de
ciencias y en las diversas modalidades que adopta el método científico y sus técnicas en
cada una de ellas para acomodarse a sus respectivos objetos de conocimiento.
La delimitación entre ellas es, sin duda, mas difícil que en el caso de las ciencias
naturales porque un elemento esencial en ambas es el hombre y su conducta. Por ello, si
bien sus campos están relativamente delimitados, la vida y la conducta psíquica en la
sicología y lo social en las ciencias sociales, en realidad se hallan estrechamente
vinculadas, no solo porque, según se ha expuesto antes, deben, en cuanto ciencias,
pertenecer al mismo género y participar de la esencia del mismo método, sino también
y, sobre todo, porque el objeto de sus preocupaciones es la vida humana en sus diversas
manifestaciones, de tal modo que, en último término se puede decir que lo social no
puede prescindir de lo psicológico ni lo psicológico de lo social por existir una fuerte
interacción recíproca entre uno y otro.
Noción general.
El conocimiento científico social, aunque lleve el calificativo de social, es, debe ser, un
conocimiento científico y como éste también simplemente un conocimiento. El
problema de la verdad del conocimiento científico social es el problema de su
objetividad, que será analizada a continuación con distinción, como se hizo en el caso
del conocimiento científico de los tres puntos siguientes:
1. La objetividad de este conocimiento científico.
2. Los obstáculos epistemológicos a esta objetividad.
3. Los valores como obstáculo epistemológico especial.
Los obstáculos epistemológicos, en general, nos son otra cosa, según la significación de
obstáculo y la definición expuesta al tratar de este punto en el conocimiento científico,
que circunstancias que dificultan este conocimiento científico y pueden influir en su
objetividad.
Dado que, como sabemos, los tres elementos que intervienen en el conocimiento, y
también en el científico social, son el objeto, sujeto y la relación o proceso de
conocimiento, los obstáculos epistemológicos en el conocimiento científico se pueden
distinguir según afecten, exclusiva o principalmente, al objeto, al sujeto y al proceso de
conocimiento.
El objeto del conocimiento social, y también del científico referido o sobre este campo,
es, como expusimos al tratar con él, no solo la sociedad sino algo mucho mas amplio,
que se podría llamar lo social. Pues bien, este objeto es una realidad muy diversa,
compleja, cambiante y sensible, características todas ellas que afectan el conocimiento
científico social, y a su objetividad.
Las dificultades del conocimiento científico social relativas al sujeto, se derivan del
hecho fundamental que, como señalamos, constituye uno de los rasgos distintivos del
conocimiento social, de que el sujeto cognoscente forma parte del objeto conocido,
porque es un elemento integrante de este objeto.
Dado que el proceso de conocimiento depende del sujeto y el objeto, es obvio que sus
características acabadas de señalar en el caso del conocimiento científico social han de
reflejarse e influir en este proceso de conocimiento.
En las ciencias fácticas, tanto naturales como sociales, ¿hay un solo método?
Ciertamente no, aunque la variedad de métodos que podemos encontrar en las ciencias
sociales sea mayor.
Cierto es que, desde concepciones diversas de la ciencia, se ha pretendido reivindicar a
veces algún tipo de monismo metodológico, ya se afirmando el método hipotético
deductivo, desde una perspectiva, o el método dialéctico, desde otra. Pero pensamos que
estos métodos, de importancia reconocida, se integran junto a otros métodos posibles de
la ciencia. Sostenemos pues, un pluralismo metodológico, mas allá de los límites,
ventajas o desventajas de su aplicación en los casos respectivos, siempre susceptibles de
evaluación. Es decir, cada método podrá merecer evaluación, y se podrán utilizar
métodos diferentes en momentos y situaciones diferentes, así como también aplicarlos
conjuntamente.
El proceso de investigación.
Planteamiento de la investigación:
Puntos importantes:
1. Seleccionar un tema bien concreto y accesible: Es fundamental que el estudiante
comience, para decirlo en términos directos, por el verdadero principio. No se
puede alcanzar un conocimiento sobre temas amplios y complejos en la primera
o segunda práctica como investigador; es por ello preferible definir un tema
concreto, bien delimitado y preciso, sobre el que pueda encontrarse suficiente
bibliografía y sea factible reconocer datos de interés.
2. Escoger una temática conocida: Por mas que haya muchos posibles temas de
interés que excitan la curiosidad del investigador, este no puede trabajar sobre
áreas del conocimiento que apenas si conoce superficialmente o de las cuales no
se ha obtenido aún información básica. Por ello es conveniente concentrarse en
aquellas áreas del conocimiento sobre las que ya se posee una información o
mas o menos considerable.
3. Buscar áreas de trabajo en las que pueda contarse con una ayuda efectiva: Es
siempre recomendable contar con apoyo externo cuando se comienza a
investigar. Por eso resulta útil escoger temas en los que ya se esté trabajando, en
los cuales pueda contarse con el asesoramiento y la orientación de profesores e
investigadores mas versados en la materia.
4. Buscar un problema de investigación que resulte de interés para el estudiante: La
práctica de la investigación nos suelen enfrentar a dificultades que generan
ansiedad, a tareas rutinarias que se pueden volver tediosas, a un esfuerzo que,
en general, es bastante considerable. Por ello es siempre conveniente que
sintamos una verdadera curiosidad por lo que vamos a estudiar, pues ella nos
dará la motivación para que despeguemos nuestros mejores esfuerzos en la
superación de los inevitables inconvenientes que habremos de enfrentar.
Una vez seleccionada el área de investigación sobre la que habremos de trabajar, es
preciso recapitular la información que tenemos sobre ella y pasar a formular o plantear
el problema que se va a investigar. Un problema de investigación puede expresarse,
generalmente, bajo la forma de alguna o algunas preguntas básicas. Determinar con
exactitud y claridad tales preguntas es esencial para la buena marcha del trabajo, por lo
que difícilmente podrá exagerarse la importancia de esta tarea: eso se comprenderá
distintamente si pensamos que, si la pregunta es oscura, imprecisa o poco congruente,
resultará imposible encontrarle una satisfacción que sea mas clara o menos confusa que
ella misma.
Una vez seleccionado un problema que merezca la atención del investigador, se hace
imprescindible formular la siguiente pregunta: ¿Cuál es el objeto de estudiar el
problema X? Dicho de otro modo, es preciso determinar, en esta fase inicial del trabajo,
los objetivos básicos que persigue nuestra investigación, lo cual debe ser realizado con
rigurosidad y en forma explícita.
Cuando analizamos los fines que persigue nuestro trabajo, nos estamos refiriendo a sus
objetivos extrínsecos o externos, porque se refieren a la utilidad que, fuera del ámbito
estrictamente científico, van a tener las conclusiones que saquemos. Desde este punto de
vista, las investigaciones suelen clasificarse en dos grandes tipos: puras y aplicadas.
Son investigaciones puras aquellas que no persiguen una utilización inmediata para los
conocimientos obtenidos, aunque ello no quiere decir, de ninguna manera, que estén
desligadas de la práctica, o que sus resultados, eventualmente, no vayan a ser empleados
para fines concretos en un fututo mas o menos próximo. Por ejemplo las indagaciones
que varios científicos realizaron sobre la estructura atómica de la materia fueron hechas
como trabajo de investigación pura, pues no veían, para las mismas, aplicaciones
concretas.
La investigación aplicada persigue, en cambio, fines mas directos e inmediatos. Tal es el
caso de cualquier estudio que se proponga evaluar los recursos humanos o naturales con
que cuenta una región para lograr un mejor aprovechamiento.
Pero los fines de una investigación deben también especificarse en cuanto al tipo de
conocimiento que el científico espera obtener al finalizar el trabajo. Nos estamos
refiriendo en este caso, a los objetivos internos o intrínsecos de la investigación, o sea, a
la calidad y tipos de los hallazgos que pretendemos alcanzar. Los tipos de investigación
que mas frecuentemente se plantean a los investigadores, desde el punto de vista de los
objetivos intrínsecos son:
1. Exploratorias: Son las investigaciones que pretenden darnos una visión general,
aproximada, respecto a un determinado objeto de estudio. Este tipo de
investigación se utiliza especialmente cuando el tema elegido ha sido poco
explorado y reconocido y cuando aún, sobre él, es difícil formular hipótesis
precisas o de cierta generalidad.
2. Descriptivas: Su preocupación fundamental radica en describir algunas
características fundamentales de conjuntos homogéneos de fenómenos,
utilizando criterios sistemáticos que permitan poner de manifiesto su estructura
o comportamiento. Las mediciones y relevamientos que realizan los geógrafos,
por ejemplo, son típicas investigaciones descriptivas.
3. Explicativas: Son aquellos trabajos donde nuestra preocupación se centra en
determinar los orígenes y causas de un determinado conjunto de fenómenos. Su
objetivo, por tanto, es conocer porque suceden ciertos hechos, analizando las
relaciones causales existentes o, al menos, las condiciones en que ellos se
producen.
Los tipos precedentes de investigación tampoco pueden concebirse como modalidades
cerradas y excluyentes, sino que pueden interrelacionarse entre sí.
Delimitación temática.
La delimitación del tema que se va a investigar es una etapa ineludible en todo proceso
de obtención de conocimientos, porque nos ayuda a reducir nuestro problema inicial a
dimensiones prácticas dentro de las cuales es posible efectuar los estudios
correspondientes. En otras palabras, delimitar un tema significa enfocar en términos
concretos nuestras áreas de interés, especificar sus alcances, determinar sus límites.
Para conocer el estado actual de los conocimientos en el campo de estudio que se va a
investigar, se requiere una revisión bibliográfica lo mas amplia posible. Solo sobre la
base de un conocimiento sólido y actualizado puede el investigador realizar una
delimitación de su tema que tenga sentido, definiendo un campo concreto y fecundo en
que trabajar.
Marco teórico:
Concepto.
El problema de la causalidad.
Tal vez la mayor preocupación de todos los científicos se refiera a las causas que
originan los fenómenos. El investigador desea responder a preguntas tales como ¿Por
qué algunos árboles crecen en climas húmedos y otros en zonas secas?, ¿Por qué existe
la burocracia?, ¿Por qué las radiaciones atómicas producen problemas genéticos?
Encontrar las causas, las razones que producen determinados hechos o regularidades
entre los hechos, es encontrar una explicación para los mismos, incluirlos dentro de las
leyes generales que regulan su comportamiento y de ese modo los hacen inteligibles.
En el área de las ciencias humanas, tenemos que, en primer lugar, los fenómenos
ocurren en un marco muy complejo de variables interrelacionadas de tal modo que, al
acontecer el fenómeno en estudio, no solo percibimos la presencia de una, dos o tres
variables, sino de una multiplicidad de ellas, que a su vez se influencian y modifican
entre sí.
Para orientar al lector en este complejo terreno, veremos seguidamente una clasificación
de los distintos tipos de condicionamientos que, desde un punto de vista estrictamente
lógico, existen en diferentes circunstancias.
Tipos de determinación.
Las variables.
Una vez que alcanzamos un conocimiento relativamente amplio del terma que se va a
investigar, de sus antecedentes, aspectos principales y enfoques mas usuales, debemos
abocarnos a aislar, dentro del problema, los factores mas importantes que en él
intervienen. De allí surgirán las características y factores básicos que forman parte del
problema y a través de los cuales podremos explorarlo, descubrirlo o explicarlo.
Estos factores encontrados deben ser posteriormente elaborados y estudiados, hasta que
podamos llegar a formularlos en forma de cualidades o características que se entrelazan
en el fenómeno que se va a investigar. Gracias a ellos estaremos en condiciones de
construir el marco teórico dentro del cual se inserta el fenómeno de nuestro interés.
Por variable entendemos cualquier característica o cualidad de la realidad que es
susceptible de asumir diferentes valores, es decir, que puede variar, aunque para un
objeto determinado que se considere pueda tener un valor fijo. Cuando nos referimos a
una característica, estamos hablando de una cualidad, cualquiera que ella sea, que
pueden tener los objetos en estudio, pero nunca a esos mismos objetos. Una mesa no
puede ser, en sí, una variable, pero si nos referimos a la altura de una mesa estamos
efectivamente en presencia de una variable. La palabra valor, que hemos empleado
hasta aquí, debe entenderse en un sentido amplio y no en el mas reducido de valor o
magnitud numérica. De este modo, el color de un objeto es para nosotros también un
cierto valor, si consideramos la variable “color del objeto”. Suele llamarse a estas
variables sobre las cuales no se construye una serie numérica definida, variables
cualitativas, para distinguirlas de aquellas que sí admiten una escala numérica de
medición y que se llaman, por lo tanto, cuantitativas.
Todos los valores que llega a tener una variable pueden entenderse como una serie,
como una sucesión mas o menos ordenada de posibilidades. Tales series son de dos
tipos básicos:
1. Continuas: Cuando entre uno y otro valor existen infinitas posibilidades
intermedias. Por ejemplo, la altura de una persona, el peso de un objeto, el
rendimiento de un estudiante, etc.
2. Discretas: Cuando dichas posiciones intermedias carecen de sentido pues la
variable se modifica de a “saltos” entre un valor y otro y no en forma paulatina.
Por ejemplo, la cantidad de hijos que posee una persona, el número de países
que interviene en una conferencia internacional, etc. En este caso podemos
hablar de un cierto valor 5, 6, 7 o cualquier otra magnitud entera, pero es
absurdo referirse a 2.3 países o 1.8 hijos. Un caso particular de una serie discreta
lo constituye aquel en que la misma posee solamente dos posibilidades. Ejemplo
de ello serían categorías como muerto-vivo o países con o sin salida al mar,
donde no cabe otra opción mas que las dos mencionadas. En tal caso la variable
se denomina dicotómica.
Variables y dimensiones.
Cuando nos hallamos frente a variables que son complejas de por sí, ya que resumen o
integran una multiplicidad de aspectos diferentes, debemos recurrir a subdividir o
descomponer la variable en cualidades mas simples y por lo tanto mas fáciles de medir.
A estas sub-cualidades que en conjunto integran la variable la llamamos dimensiones de
la misma. Por dimensión entendemos un componente significativo de una variable, que
posee de una relativa autonomía.
Cuando en la definición anterior hablábamos de relativa autonomía, lo hacíamos para
destacar que las dimensiones pueden presentar diferentes valores una respecto a otras,
pero siempre dentro de ciertos límites de congruencia. Si el largo de un objeto se
modificara al variar su altura, no estaríamos en presencia de dos dimensiones de una
misma variable sino frente a dos variables diferenciadas, una de las cuales estaría
influyendo sobre la otra.
Concepto de hipótesis.
Cuando afirmamos que existe una cierta relación entre dos variables, estamos
suponiendo que una cierta característica de la realidad afecta o determina sobre otra. Si
enunciáramos esta relación de un modo explícito, estaríamos afirmando que,
supuestamente, existe una determinación entre aspectos de la realidad y, de un modo
mas general, podríamos decir que hemos hecho una proposición que describe o explicita
algún campo de fenómenos en estudio. A este tipo de proposiciones se las denomina
hipótesis, ya que son enunciados que pueden o no ser confirmados por los hechos, pero
a partir de los cuales se organiza la tarea de investigación. Llegar a comprobar o
rechazar la hipótesis que se ha elaborado previamente, confrontando su enunciado
teórico con los hechos empíricos, es el objetivo primordial de todo estudio que pretenda
explicar algún campo de la realidad.
Para que una hipótesis cumpla con su cometido esencial, debe reunir una serie de
características básicas, entre las que pueden destacarse:
1. Clara conceptualización.
2. Referentes empíricos, que posibiliten encontrar hechos concretos sobre los
cuales podrá luego corroborarla o refutarla.
3. Especificación clara respecto a las condiciones en que puede someterse a
prueba
4. Relaciones precisas con los conceptos que usualmente se emplean en el campo
de conocimiento sobre el que versa.
5. Las hipótesis, naturalmente, serán diferentes según el tipo de investigación que
se esté realizando.
Consideraciones generales.