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Canto Roto-Revueltas. Julio Estrada
Canto Roto-Revueltas. Julio Estrada
Silvestre Revueltas
Julio Estrada
CANTO ROTO
JULIO ESTRADA
Canto roto
SILVESTRE REVUELTAS
Estrada, Julio
Canto roto: Silvestre Revueltas / Julio Estrada. — México : FCE, UNAM, IIE, 2012
212 p. : fots. ; 23 × 17 cm — (Colec. Vida y Pensamiento de México)
ISBN 978-607-16-0951-9
Distribución mundial
Comentarios: editorial@fondodeculturaeconómica.com
Tel. (55) 5224-4672; fax (55) 5227-4640
ISBN 978-607-16-0951-9
Impreso en México • Printed in Mexico
A Amadeo
SUMARIO
Reconocimientos, 11
Prólogo, por Bernardo Illari, 13
Introducción, 17
RECONOCIMIENTOS
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
1
Guillermo Contreras, Silvestre Revueltas, genio atormentado, grabados Taller de Gráfica Po-
pular, Manuel Casas, impresor, México, 1954.
2
José Revueltas, “Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas”, en Las evocacio-
nes requeridas (Memorias, diarios, correspondencia), tomo II, vol. 26, Era, México, 1987, pp.
287-314.
3
Rosaura Revueltas, “Silvestre”, en Los Revueltas, Grijalbo, México, 1980, pp. 49-122.
4
María Revueltas y José Ángel Leyva, “Una familia chocarrosa”, en José Ángel Leyva, autor y
compilador, El Naranjo en flor. Homenaje a los Revueltas, Juan Pablos Editor, Ediciones Sin
Nombre, Instituto Municipal del Arte y la Cultura, Gobierno del Estado de Durango y Fonca,
México, 1999, pp. 45-71.
5
Eugenia Revueltas, “Dostoievski nos llama”, en José Ángel Leyva, El naranjo en flor, pp. 73-
79; “De Santiago al Universo”, en José Revueltas en el banquillo de los acusados y otros ensayos,
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1987.
6
Eduardo Contreras Soto, Silvestre Revueltas. Baile, duelo y son, Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, México, 2000.
7
Peter Garland, Silvestre Revueltas, Alianza Editorial, México, 1994.
8
Silvestre Revueltas, Silvestre Revueltas por él mismo. Apuntes autobiográficos, diarios, corres-
pondencia y otros escritos de un gran músico, Rosaura Revueltas, compiladora, Era, México,
1989.
17
18 INTRODUCCIÓN
9
Julio Estrada, “De Ponce y Carrillo a Chávez y Revueltas: el México pre y posrevoluciona-
rio”, Saturnino Herrán, Jornadas de Homenaje, Cuadernos de Historia del Arte, núm. 52, Institu-
to de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 1989, pp. 81-94.
INTRODUCCIÓN 19
10
Julio Estrada, “Silvestre Revueltas: totalidad esencial”, Primer Coloquio Silvestre Revueltas,
hacia el Centenario, 1996; Los Universitarios, primera parte, octubre, núm. 88, pp. 4-7; segunda
parte, noviembre, núm. 89, Coordinación de Difusión Cultural, UNAM, México, 1996, pp. 14-17;
publicado también como “Totalidad desarmada”, Revista del Instituto Superior de Música Uni-
versidad Nacional del Litoral, núm. 7, Santa Fe, Argentina, junio de 2000, pp. 11-13.
11
La versión recientemente publicada de este texto aparece ilustrada con ejemplos en parti-
tura de cada uno de los cuatro cuartetos: Julio Estrada, “Silvestre Revueltas. Periodo de las
cuerdas (1929-1932)”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, op. cit., pp. 149-174.
12
Julio Estrada, “Silvestre Revueltas, fantasía militante”, Los Universitarios, Coordinación de
Difusión Cultural, UNAM, México, abril de 1990, pp. 14-16; texto ampliado para el Segundo Colo-
quio Silvestre Revueltas, hacia el centenario, Escuela Nacional de Música, UNAM, México, 1998, y
revisado en “La obra política de Silvestre Revueltas”, en Silvestre Revueltas. Sonidos en rebelión,
Roberto Kolb y José Wolffer, editores, Escuela Nacional de Música, DGAPA, UNAM, México, 2007,
pp. 246-272.
13
Julio Estrada, “Canto roto: fuego y desolación en Silvestre Revueltas”, en Amor y desamor
en las artes, XXIII Coloquio del Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 2001,
pp. 191-224.
14
Goddard Lieberson, New York Herald Tribune, crítica a la programación musical de Chávez
en el Museo de Arte Moderno, Nueva York, octubre de 1940.
20 INTRODUCCIÓN
15
Carlos Chávez, “Silvestre Revueltas”, en “La música de México” conferencia, Archivo Ge-
neral de la Nación, Fondo Carlos Chávez, Correspondencia, caja 10, III, exp. 88, 3 fojas, 18 de
octubre de 1971.
16
José Antonio Alcaraz, “El testimonio de Carlos Chávez sobre Silvestre Revueltas”, en Car-
los Chávez, un constante renacer, INBA, Cenedim, México, 1996, p. 52.
17
Epistolario selecto de Carlos Chávez, selección, introducción, notas y bibliografía de Gloria
Carmona, Fondo de Cultura Económica, México, 1989; Silvestre Revueltas, Silvestre Revueltas
por él mismo, op. cit., pp. 215-237.
18
José Revueltas, “Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas”, en Las evocacio-
nes…, op. cit., pp. 287-314.
19
Octavio Paz, “Silvestre Revueltas”, Las peras del olmo, Colección Poemas y Ensayos, UNAM,
2ª ed., México, 1965, pp. 235-238.
20
Elena Garro, Memorias de España 1937, Siglo XXI Editores, México, 1992.
21
Roberto García Morillo, Carlos Chávez. Vida y obra, Fondo de Cultura Económica, Méxi-
co, 1960.
22
Robert L. Parker, Carlos Chávez. Mexico’s Modern Days Orpheus, Twayne Publishers, Bos-
ton, 1983.
23
Robert L. Parker, “Revueltas in San Antonio and Mobile”, Revista de Música Latino Ameri-
cana, vol. 23, núm. 1, University of Texas Press, Austin, primavera-verano de 2002, pp. 114-130,
y “Revueltas, The Chicago Years”, Revista de Música Latino Americana, vol. 25, núm. 2, Universi-
ty of Texas Press, Austin, otoño-invierno de 2004, pp. 180-194.
24
Amber Waseen, Carlos Chávez and the Corrido, tesis de maestría, College of Bowling Green,
State University, Ohio, 2005, 82 pp.
25
Herbert Weinstock, carta a Chávez, 3 fojas, Archivo General de la Nación, Fondo Carlos
Chávez, Correspondencia, caja 10, III, exp. 88, Nueva York, 25 de noviembre de 1940.
26
Julio Estrada, “Carlos Chávez: –¿Quiénes son los otros…?”, Perspectiva Interdisciplinaria
de Música (PIM), Instituto de Investigaciones Estéticas, Escuela Nacional de Música y CCADET,
UNAM, número doble 3-4, México, 2009-2010, pp. 7-32, http://cibernetica.ccadet.unam.mx/pim/
INTRODUCCIÓN 21
23
24 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
2
Álvaro Matute, El Ateneo de México, FCE, México, 1999, p. 7. Dos músicos más son miembros
del Ateneo, Alba Herrera y Ogazón y Carlos E. Lozano, ibid, p. 30.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 25
Julián Carrillo (1875-1965), Ahualulco,3 San Luis Potosí; Manuel María Ponce
(1882-1948), Fresnillo, Zacatecas, cuya familia se asienta pronto en Aguasca-
lientes; Carlos Chávez (1899-1978), Popotla, Ciudad de México, nieto del go-
bernador de Aguascalientes, José María Chávez (1812-1864), fusilado por
órdenes de Maximiliano; Silvestre Revueltas (1899-1940), Santiago Papas-
quiaro, Durango. Un breve acercamiento a cada uno de ellos apoya la idea de
que sus producciones iniciales abrevan de la cultura de los estados que con-
forman la segunda frontera y de que dicha fuente mantiene un diálogo asi-
duo con sus respectivas producciones.
Con rasgos físicos de origen autóctono propios del periodo prehispánico,
Carrillo nace en un antiguo asentamiento chichimeca repoblado por tlaxcal-
tecas después de la Conquista,4 en una zona desértica cercana al santuario de
Real de Catorce, que año con año visitan las etnias del peyote asentadas regu-
larmente en el noroeste de México y en el suroeste de los Estados Unidos. Al
igual que con las culturas cuyo origen se remonta a la antigüedad mexicana,
los instrumentales de aliento de las etnias locales y forasteras no coinciden
con el modelo de reproducción exacta propio de la escala moderna, por lo cual
sus entonaciones recurren de manera natural a los microintervalos. Las viven-
cias y percepciones auditivas resultantes del contacto que desde niño tiene
Carrillo con dicho ambiente étnico dan acaso origen a su apertura a la experi-
mentación con microintervalos, cuyo respaldo son un oído notable y una ca-
pacidad especulativa para la búsqueda.5 Aun si su catálogo registra incluso
una ópera de obvia referencia al mundo prehispánico mexicano —Xulitl (1920,
rev. 1947)—6 o la producción instrumental refiere a la búsqueda microtonal, su
escritura rítmica, concepción de la forma o un interés por la tonalidad que se
refleja en su división del tono7 son en conjunto proclives hacia los modelos
académicos europeos, con los que entra en contacto desde niño al asumir la
humilde función de lazarillo del organista de Ahualulco. Su formación musi-
cal posterior se desarrolla en la Ciudad de México y, con una beca del gobierno
de Díaz, estudia en Leipzig y Gante (1899-1904). En Nueva York funda y diri-
ge la Orquesta Sinfónica América (1914) y, a su regreso a México, asume la
3
En 1932 se denominó Ahualulco del Sonido 13, pero se volvió al nombre inicial en 1944.
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal del Gobierno del Estado de
San Luis Potosí, 2002, http://www.elocal-gob.mx/work/templates/enciclo/sanluispotosi/municipios/
24001a.htm
4
Idem.
5
Es abundante la producción del autor publicada a través de sus propias ediciones: Pre-So-
nido 13: Rectificación básica al sistema musical clásico, Análisis físico musical, Teoría lógica de la
música, La revolución musical del Sonido 13, Dos leyes de física musical (con los trabajos de la ley
de los armónicos y la ley del nodo), Sonido 13: Fundamento científico e histórico, Génesis de la
revolución musical del Sonido 13, Errores universales en música y física musical.
6
Libreto de Catalina D’Erzell.
7
La división de un intervalo como la “octava” —o intervalo de duplicación de frecuencia—
permite la obtención de un mayor número de nuevos intervalos que incluyen necesariamente
todas las divisiones del tono, a su vez un sexto del intervalo de duplicación.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 27
8
Pablo González Casanova, Una utopía de América, El Colegio de México, FCE, México, 1953,
p. 31. A mediados del XIX Adorno crea un sistema de registro en rollo de piano mecánico que
recibe el reconocimiento del musicólogo F. J. Fétis (1784-1871), así como un proyecto de eleva-
ción mecánica de lagos vecinos de la capital, un vínculo con Nabor Carrillo, hijo de Julián y au-
tor de un plan similar para el lago de Texcoco que intenta evitar el hundimiento de la Ciudad de
México.
28 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
9
Hijo del militar y político Pedro L. Ogazón, gobernador de Jalisco (Diccionario enciclopédico
de música en México, Gabriel Pareyón, Universidad Panamericana, Zapopan, Jalisco, México,
2007, p. 753).
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 29
Dixon Cowell (1897-1965); aún más de Edgar Varèse (1883-1965), cuyo ta-
lante moderno en el enfoque hacia la atonalidad y su métrica compleja inspi-
ran acaso el principio de no repetición manifiesto en los Soli de Chávez. Su
actividad pública como director del Conservatorio y su desempeño pedagó-
gico entre los años veinte y treinta alcanzan a influir en un grupo de compo-
sitores que se autocifra “los cuatro”.
Revueltas estudia desde niño cuando su familia se instala en Colima
(1907) y luego en Guadalajara (1910), donde presenta un primer recital
como violinista; se inicia en la composición con Rafael J. Tello (1872-1946)
en el Conservatorio de México (1913-1916) y prosigue en el violín con el es-
pañol José Rocabruna (1879-1957). Su formación en los Estados Unidos le
pone en contacto desde la adolescencia con un espectro diverso de alternati-
vas académicas: en Austin, Texas (1917-1918), estudia composición con el
cura francés Louis Lazagne en el Saint Edward’s College y en el Chicago
Musical College (1919-1924) con Felix Borowski (1872-1956), de ascenden-
cia polaca y formación inglesa y alemana; el violín, con Sametini y, de 1921 a
1923, con Paul Kochanski (1887-1934) para concluir sus estudios con el céle-
bre Otakar Sevcík (1852-1934) —cf. cap. III: “Voz de las cuerdas”—. Su pro-
ducción inicial observa periodos de silencio en coincidencia con la actividad
como violinista en San Antonio, Texas (1926-1928), profesor de violín en el
colegio de música de dicha ciudad y con el breve ejercicio como director de
orquesta en Mobile, Alabama (1927-1928).10 En esa época describe en una
carta su actividad al frente de un modesto grupo musical (lámina 1): “Mi ‘or-
questa sinfónica’ aquí se reduce a 15 muladas, buenos chicos pero que a ve-
ces me vuelven loco de tan ‘tontitos’. Hace ya varios meses que estoy encar-
gado de la dirección, y a pesar de todo me ha servido para adquirir un poco
de técnica. Desgraciadamente…”11
Luego de 15 años en el extranjero regresa al país al recibir, en 1929, la
oferta de Chávez para dirigir la Orquesta del Conservatorio y una clase de
violín donde estudian Salvador Contreras (1910-1982) y José Pablo Moncayo
(1912-1958).12 Su afirmación en el campo creativo presenta un progresivo
abandono del lenguaje del XIX que hasta entonces da base a sus estudios, me-
diante un renovado contacto con la música mexicana, popular y moderna.
Su oído comienza a romper con las sonoridades armónicas tradicionales y se
aventura en una búsqueda que lo distingue: las acumulaciones cercanas al
ruido; sus construcciones rítmicas presentan esquemas relativamente esta-
10
Robert L. Parker, “Revueltas in San Antonio and Mobile”, op. cit., pp. 114-130. También del
mismo autor, “Revueltas, The Chicago Years”, op. cit., pp. 180-194.
11
Silvestre Revueltas, carta a Chávez, Archivo General de la Nación, Carlos Chávez, Corres-
pondencia, caja 10, III, exp. 85, foja 1 de 2, Mobile, agosto 20 (¿1927?).
12
El investigador y compositor Juan Ramón Meza (ca. 1960-2008) rescata en archivos una
lista de asistencia de noviembre de 1930 en la que aparecen como alumnos de la clase ambos
compositores.
30 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
bles que adoptan el riesgo de atravesar estructuras caóticas; sus texturas dan
la impresión de estar fuera de sitio para convertirse en un ámbito de desafi-
naciones, equivocaciones o desaciertos en la sincronía; el todo deja percibir
una desproporción espontánea y el rudo rumor de un país campesino que
ingresa a la era industrial. Esos tonos aparecen confundidos en el canto pro-
vinciano, en lo bronco o tierno de la naturaleza popular —8 × Radio—, en un
carácter abstracto y expresivo —Cuarteto de cuerdas núm. 3—, en una aper-
tura a la rítmica negroide —Sensemayá— y en música para danza, cine o de
contenido político. De carácter intuitivo y con desafecto por las corrientes,
su música pasa del indigenismo y se inclina por un universo popular que
capta con el estilo franco de un mexicanismo mestizo y festivo. El desparpa-
jo revueltiano da factura pintoresca y trágica a una música de cuyo sencillo
fondo brota una estética de la pérdida —en vínculo estrecho con la obra del
grabador José Guadalupe Posada (1852-1913)— donde la voz de un sentir co-
lectivo e íntimo mezcla alboroto y desamparo, vivencia intensa que detiene
el breve plazo de su vida.
Suma del talento de individualidades distintas y autónomas que aportan
originalidad e independencia artística, los cuatro autores ofrecen un vasto
potencial creativo y de búsqueda representativo de un sustento musical sóli-
do y duradero del México nuevo. En paralelo a la evolución histórica del
país, cada cual encabeza una tendencia diferenciada capaz de reflejar la
multiplicidad de corrientes que surgen de un mismo movimiento convulsivo.
Todos ellos crean la revolución musical de una época que exige desplegar
con libertad un imaginario que revela su sentido y su significado con aportes
musicales hasta hoy no igualados por la rica proyección individual que pro-
curan al mexicanismo.
En su momento, los artistas de los periodos prerrevolucionario y posre-
volucionario participan de una vida pública activa, más notoria en las artes
visuales que en la música; en particular con el muralismo, fórmula que em-
prende el Estado para educar con la imagen. No obstante las diferencias en-
tre la difusión de que gozan los artistas plásticos y los músicos, las afinidades
entre unos y otros, a más de su pertenencia a la región norcentral, denotan
con claridad las preocupaciones propias de esa época fundacional y demues-
tran el paralelismo entre algunas de esas producciones:
13
Enciclopedia de México, José Rogelio Álvarez, SEP, México, 1987, p. 665.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 31
14
Julio Estrada, “Focusing on Freedom and Movement in Music. Methods of Transcription
Inside a Continuum of Rhythm and Sound”, Perspectives in New Music, vol. 40, núm. 1, invier-
no, Seattle, Washington, 2002, pp. 70-91.
15
Una nota al programa de la OSN referente a HP indica que “el decorado y los trajes se hicie-
ron de acuerdo con los dibujos de Diego Rivera” (Carlos Chávez. Homenaje Nacional, Instituto
Nacional de Bellas Artes, SEP, México, 1978, p. 93).
32 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
16
José Revueltas, “Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas”, en Las evocaciones
requeridas, op. cit., p. 309.
17
Silvestre Revueltas, “Panorama musical de México”, en Silvestre Revueltas por él mismo,
op. cit., p. 198.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 33
18
Robert L. Parker, Carlos Chávez. Mexico’s Modern Days Orpheus, op. cit., pp. 126 y 147, n7,
comunicación de Chávez a Nicolás Slonimsky.
19
Carlos Chávez, “Carta abierta a la juventud”, Música. Revista Mexicana, vol. 1, núm. I, Mé-
xico, 15 de abril de 1930, p. 3.
20
Ibid., p. 5.
34 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
21
Llamadas, Sinfonía proletaria, para coro mixto y orquesta —reducción al piano del autor—,
con 17 reproducciones fotográficas de Manuel Álvarez Bravo de los frescos de Diego Rivera so-
bre el Corrido de la Revolución, Departamento de Bellas Artes, SEP, México, 1934, 38 pp.
22
Amber Waseen, Carlos Chávez and the Corrido, op. cit., pp. 63-64.
23
Carlos Chávez. Catálogo completo de sus obras, Sociedad de Autores y Compositores de
Música, realización de Rodolfo Halffter, Carmen Sordo Sodi y Alicia Muñiz, México, 1971,
pp. 43-44.
24
Roberto García Morillo, Carlos Chávez, op. cit., p. 80.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 35
Pintado en los muros del tercer piso […] comprende cuarenta y dos elementos
que ensalzan a soldados y obreros mientras que condenan a la élite adinerada.
Un sencillo lazo […] se extiende a lo largo del mural y unifica los paneles con los
textos de los corridos de la Revolución. Éstos incluyen el Corrido de la revolu-
ción proletaria y el Corrido de Emiliano Zapata (ambos anónimos). Para Llama-
das, Chávez extrajo un texto de ambos corridos que […] mantiene una intención
cercana a la de Rivera. El vínculo entre la composición de Chávez y el mural de
Rivera se hace incluso más obvio cuando las imágenes del mural se encuentran
frente a la música, como en la partitura de 1934, arreglada para coro y piano.25
El arte proletario goza y sufre de las mismas ventajas y limitaciones que el prole-
tariado mismo. En éste, distinguimos al obrero y al campesino. Este último es el
caso más profundo de producción artística; tiene en su favor un medio físico sa-
ludable, libertad de acción, contacto franco con sus semejantes, su trabajo, ar-
duo, no es agobiador como en el caso del obrero. […] Como detalle curioso cabe
recordar, que mientras las instituciones académicas artísticas mexicanas de la
burguesía se pasaron los últimos sesenta y tantos años en tratar de producir un
“genio” musical o pintor, sin lograrlo, entre el campesinaje [sic] mexicano flore-
cía un arte proletario jugoso y fresco que teniéndolo en las narices nadie en la
ciudad había visto.
[…]
[…] de nuestra conciencia de clase saldrá un arte proletario, un arte limpio,
sano, fuerte y jugoso que circule por todos los ámbitos, entre la gran masa, sin
limitaciones comerciales; un arte del proletariado para el proletariado, que res-
ponda, hoy, a la inquietud más fuerte que la emotividad humana es capaz de al-
canzar: el sentimiento de la justicia social.27
25
Amber Waseen, Carlos Chávez and the Corrido, op. cit., p. 51.
26
Ibid., pp. 62-63.
27
Carlos Chávez, director del Conservatorio Nacional, “Arte proletario”, El Universal, Méxi-
co, 29 de septiembre de 1934, fotocopia sin número de página, Archivo General de la Nación,
Carlos Chávez, Escritos, caja 5, vol. 5, exp. 69, 1 foja.
36 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
[…] nos dirigimos a usted de acuerdo con la tendencia hacia la educación socia-
lista, expresada por el gobierno del que usted forma parte, pidiendo la colabora-
ción de usted […] para que el aparato de la Secretaría de su cargo ayude a la
difusión necesaria de nuestra producción […], pues entendemos que no basta el
hecho de escribir música o ejecutar pintura o escultura con la tendencia a que
nos referimos si dicha producción no llega a las masas. […] No basta ejecutar la
música escrita para las masas o recitar la poesía en las condiciones verificadas en
la capital de la República y algunas otras ciudades importantes de los estados.
No basta que las pinturas existan sobre las paredes de los edificios públicos […];
es preciso que todo este material, en forma de edición popular, llegue por miles
de ejemplares, millones si fuera posible, hasta los sectores obreros y campesinos
más alejados de las capitales de la República y los estados, sin lo cual la obra de
arte para las masas no podrá cumplir su papel social.
Habiendo escrito Carlos Chávez, entre otras obras de música proletaria, Lla-
madas, obra que tiene como tema el Corrido de la Revolución empleado por Die-
go Rivera como tema para la serie de frescos de la Secretaría de Educación con
intención de editar esta obra en edición popular conteniendo la música[,] la letra
y las pinturas que ilustran ésta en los muros del edificio […], nos dirigimos al
Departamento de Bellas Artes de dicha Secretaría con objeto de que éste hiciera
la edición, y aunque en un principio se interesó por el asunto para incluirlo entre
las ediciones de arte que actualmente emprende, posteriormente dicho Departa-
mento ha decidido no incluir en ellas la edición de “Llamadas” habiéndonos di-
cho que tal edición es más bien asunto del Departamento de Escuelas Rurales,
por lo que nosotros considerando que tal edición no solo [sic] se refiere a la obra
de cultura que ha de hacerse entre los campesinos, sino también a los obreros de
la ciudad y que a éstos puede ser tan útil como a los otros, diferimos del criterio
del Departamento de Bellas Artes tanto más cuanto que entendemos que provi-
niendo la absoluta totalidad [sic] de los recursos del Estado de los sacrificios de
las clases trabajadoras, en el momento en que aquél habla de educación socialis-
ta, está obligado a responder a su palabra con los hechos y no limitar su acción
de arte a una acción aristocratizante y destinada casi exclusivamente al placer de
las clases sociales explotadoras y parasitarias a las que pertenecen la mayoría
de los llamados “conocedores del arte” e intelectuales.28
28
Carlos Chávez y Diego Rivera, carta al secretario de Educación Pública, Archivo General
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 37
de la Nación, Carlos Chávez, Notas obras, Acervo 3, caja B, vol. I, exp. 34, 2 fojas, México, 2 de
octubre de 1934.
29
Llamadas, Sinfonía proletaria, ed. cit.
38 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
30
Carlos Chávez, “Arte proletario”, op. cit.
31
Robert L. Parker, Carlos Chávez. Mexico’s Modern Days Orpheus, op. cit., p. 114.
32
Carlos Chávez, “Los conciertos para los trabajadores”, El Universal, México, 13 de agosto
de 1935.
33
Robert L. Parker, Carlos Chávez. Mexico’s Modern Days Orpheus, op. cit., p. 12.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 39
Parece que en 1934 Chávez intentaba promover los ideales izquierdistas de Cár-
denas en su Corrido de “El sol” simplemente para asimilarse a la opinión más
que para mostrar una preferencia política particular. Dada su disposición para
escribir una obra izquierdista y atraerse la opinión pública a pesar de sus pro-
pias tendencias derechistas, no es sorprendente que haya revisado el texto para ir
de acuerdo con la atmósfera de los años cuarenta. […] … percibió que el público
(y quizá los patrones adinerados) apoyaba a las derechas en un tiempo en el que
el clima político cambiaba en esa dirección. Así, en 1945 […] la revisión del pro-
grama agrario y el movimiento hacia la derecha le procuraron la oportunidad y
la motivación para alterar el texto.36
34
Amber Waseen, Carlos Chávez and the Corrido, op. cit., pp. 38-39.
35
Carlos Chávez. Catálogo completo…, op. cit., p. 43. El sol fue publicado hasta 1962 por la
editora Mills Music de Nueva York.
36
Amber Waseen, Carlos Chávez and the Corrido, op. cit., p. 50.
40 REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO
obrera. Con el aval de un Estado que se nutre del contacto con las distintas
capas de la sociedad, numerosos artistas y escritores del momento adoptan
el movimiento posrevolucionario como bandera de una producción política
que muestra su simpatía hacia el socialismo y el comunismo. El encendido
carácter prosoviético se complementa con la crítica al vecino yanqui y su
capitalismo expansivo, así como al crecimiento inquietante de la derecha eu-
ropea: el nacionalsocialismo, el fascismo y el falangismo. El momento, álgido
y de presagio de la Guerra Civil española y de la segunda Guerra Mundial, es
de definiciones respecto al binomio arte-política al que se adhieren numero-
sos artistas con producciones que testimonian el carácter reivindicativo de la
lucha posrevolucionaria. En dicho periodo surgen creadores cuya militancia
en la izquierda comunista va de la mano con un arte musical original y com-
bativo, como José Pomar (1880-1961), cuya obra pionera en las percusiones,
Preludio y fuga rítmicos (1932), es una nueva señal en la historia de la música
mexicana, tanto como La bestia parda, para coros y orquesta (1935), don-
de concentra su respuesta crítica al fascismo que emerge en Europa; dentro de
esa misma lucha se encuentra la producción del ucraniano Jacobo Kosta-
kowsky (Odesa, 1893-México, 1953), quien emigra a México en 1925, se inte-
gra a una célula secreta del Partido Comunista y se adhiere con creatividad a
las ideas de izquierda de la Revolución mexicana, sobre la cual crea Barricada
(1935), poema sinfónico-plástico.37 A su vez, Revueltas aporta una creativi-
dad político-musical inédita —cf. cap. IV: “Camarada solitario”— y, si antes es
menos célebre u ocupa un segundo plano, el cardenismo le da una delantera
musical que lo opone directamente a Chávez al asumir la dirección de la Or-
questa Sinfónica Nacional. Silvestre no es miembro de ningún partido —como
afirma su hija Eugenia, a contracorriente de las declaraciones de José—38 y
basta el reconocimiento a su trayectoria de persona íntegra y de izquierda
para conducirle a la presidencia de la Liga de Escritores y Artistas Revolucio-
narios —LEAR—, donde participan, entre otros, Álvarez Bravo, Luis Arenal,
Santos Balmori, Julio Bracho, Juan de la Cabada, Gabriel Fernández Ledes-
ma, José Mancisidor, Leopoldo Méndez o Rufino Tamayo, y desde donde
contribuye a hacer efectiva en 1937 la presencia de los escritores y artistas
mexicanos que manifiestan su apoyo a la República española. Al fundarse en
1935 como sección mexicana de la Unión Internacional de Escritores y Artis-
tas Revolucionarios creada en 1930 en la URSS, los objetivos principales de la
37
Julio Estrada, “Jacobo Kostakowsky, 1938-1953”, Sábado, supl. de Unomásuno, México,
11 de marzo de 1981, p. 3; Lascas, Jacobo Kostakowsky, Antología, III. 3. Periodo Nacionalista,
La música de México, Julio Estrada, editor, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México,
1988, pp. 77-79; “Técnicas composicionales en la música mexicana de 1910 a 1940”, I. Historia,
4. Periodo nacionalista (1910-1958), La música de México, Julio Estrada, editor, op. cit., 1984,
pp. 128-129. Véase también en Olga Picún, Archivo Musical Jacobo Kostakowsky, prólogo de Julio
Estrada, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México, 2003.
38
En un programa televisivo realizado hacia 1970 por Julio Pliego y con Eduardo Lizalde como
entrevistador, José Revueltas señala a Silvestre como miembro activo del Partido Comunista.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 41
39
Carlos Chávez. Catálogo completo…, op. cit., pp. 44-50.
40
Henry Cowell, New Musical Resources, con prefacio y notas por Joscelyn Godwin, Some-
thing Else Press, Nueva York, 1964.
41
“Existe cierta confusión acerca de un trabajo orquestal que supuestamente Nancarrow es-
cribió en esta época. Se cree que Otto Mayer-Serra, musicólogo, entregó el manuscrito a Carlos
Chávez […], quien nunca la ejecutó. Eva Soltes sugiere que la partitura podría estar en la biblio-
teca de Chávez.” Kyle Gann, La música de Conlon Nancarrow, edición y prólogo de Julio Estra-
da, Escuela Nacional de Música, UNAM, México, 2008, p. 49n.
REVOLUCIÓN CULTURAL: MÚSICA DE MÉXICO 43
42
Octavio Paz, “Silvestre Revueltas”, en Las peras del olmo, op. cit., pp. 236-237.
43
José Revueltas, “Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas”, en Las evocaciones
requeridas, op. cit., p. 312.
44
Sergio Fernández Bravo, “Silvestre Revueltas: ‘No tengo prisa’ ”, cuaderno de notas del disco
compacto Sensemayá, The Music of Silvestre Revueltas, Los Angeles Philarmonic, Los Angeles Phil-
harmonic New Music Group, Esa-Pekka Salonen, director. The Sony Classical, 1999, p. 27.
“Estrada escribe sobre música, pero lo
hace en un idioma casi desprovisto de
tecnicismos para conseguir comunicarse
con la mayor audiencia posible, en sinto-
nía con el propósito de Revueltas. El volu-
men elude cualquier cosa susceptible de cristalizar en
estereotipo pintoresco, desde la mexicanidad juarista al
macaneo mexicano de mediados del siglo XX. Trata en cam-
bio de capturar lo inasible, aquello que hay de común y
más profundo en los pueblos de la nación, por intermedio
de la música de Revueltas, a modo de percepción iniciáti-
ca, sutil y secreta, de lo que son las gentes. Como Revuel-
tas, Estrada desdeña el oropel de las modas académicas
o intelectuales y se concentra en la intensidad visceral de
lo humano: regocijo, sufrimiento, llanto y muerte. Así con-
sigue hacernos descubrir la rica y trágica vida interior de
Revueltas, que pasó y pasa inadvertida por detrás de la
superficie dicharachera de sus creaciones.”
BERNARDO ILLARI
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