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Caracterizacion de Los Espacios Publicos en Los Centros Históricos PDF
Caracterizacion de Los Espacios Publicos en Los Centros Históricos PDF
CARACTERIZACIÓN
DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS
EN LOS CENTROS HISTÓRICOS
Determinar los atributos peculiares del espacio público patrimonial, de modo que
claramente se distinga de los demás, es una labor compleja – debido a que sufrió una
evolución física y conceptual – que requiere ser organizada y desvelada a los técnicos,
para así ser considerada como piedra fundamental de la intervención integral.
Sin embargo una intervención integral para ser tal, debe ser capaz de reunir toda la
información que se produce/encuentra en las múltiples dimensiones del espacio público.
Esto significa no solo adscribirse al área específica de estudio – nivel local, centro
histórico de Sucre – sino también en ámbitos mayores – nivel global e ideal – que
escenifican y representan un contexto de avances teóricos, normativos y actuaciones
físicas paradigmáticas, que podrían complementar y nutrir las propuestas locales.
Es así que vemos pertinente, para este apartado, revelar cuáles son esas múltiples
dimensiones del espacio público patrimonial; no obstante al tener estas un enfoque
heterogéneo, es necesario organizarlas en tres niveles: “local” – lugares públicos del área
patrimonial de Sucre – “global” – múltiples acepciones y definiciones deslocalizadas del
espacio público – “ideal” – normativa internacional que busca la conservación,
revitalización y difusión de los ámbitos públicos – Como vemos cada uno de los niveles
significa un aporte diferente, que puede revertir en un mejor y mayor conocimiento de la
problemática, lo cual coadyuvaría a una mejor intervención en el ámbito local.
Se puede decir que la tradición urbanística que heredamos no hace del espacio público un elemento
especializado y refugio de peatones en un tejido urbano concebido como suma de edificios y vías
para vehículos, sino que se identifica con la misma forma de la ciudad y está presente en toda ella.
Así mismo, debemos mencionar que los lugares públicos del área patrimonial
de Sucre, aún no han sido corrompidos por males característicos de esta
contemporaneidad, como en otras ciudades. Es decir, no se han convertido en
elementos especializados – que tienden a segregar y desarticular los espacios – así
mismo tampoco se han privatizado a favor de minorías, buscando únicamente el
beneficio económico 1. No obstante presenta una problemática, que está referida
principalmente a aspectos de saturación de movilidad vehicular, deterioro físico y
simbólico de los espacios abiertos, apropiación perversa – comercio informal,
marchas, huelgas, etc., – inseguridad, carencia normativa, diseño/mantenimiento
inadecuado e infravaloración de sus múltiples dimensiones.
Pero el espacio público del área patrimonial de Sucre, es mucho más que
características contemporáneas, pues sabemos que en sus componentes existen
suficientes valores singulares que le pueden otorgar la cualidad de patrimonial. Esto
debido a que su actual contenido y características, son producto del tiempo, las
coyunturas – sociales, políticas y estilísticas – y de las interacciones de una sociedad
que imprimió o dejó una marca permanente de identidad cultural en los diversos
objetos y manifestaciones que soporta.
El primer grupo – histórico – hace referencia a que gran parte de las tipologías
públicas fueron establecidas al mismo tiempo que la ciudad, es decir que tienen igual
antigüedad que algunos edificios, o que la misma ciudad, que fue creada en 1538.
Finalmente un último aspecto que hace más relevante a este selecto grupo de
espacios, es el saber que de los 28 jardines públicos del área patrimonial de Sucre, 10
son jardines históricos (creados antes de 1859) y 18 son no históricos (creados después
de 1897).
De este modo la caracterización del espacio público local, pasa por reconocerlo
como parte constitutiva de la ciudad, que presenta una problemática que responde a
factores globales y locales. Así mismo en un nivel de conocimiento más profundo,
estos espacios son un conjunto heterogéneo de tipologías urbanas, que contienen
valores históricos, patrimoniales, sociales e identitarios. Todo ello representa una base
de datos y objetos importante para desarrollar propuestas de intervención desde las
distintas disciplinas del conocimiento, o desde el nivel institucional público o privado.
Como por ejemplo la que vincula al “espacio público y ciudadanía”, así como
a las “prácticas de la ciudadanía ancladas en un territorio”, o la “interrelación entre
desigualdad social y espacio público”, sin mencionar lo que hoy ocurre con las
“tecnologías de la información y comunicación y espacio público virtual”2. Esto
refleja que el espacio público o lo público del espacio, hoy se traduce en la ampliación
de la participación social y una mayor pluralidad de los usos/tipos de espacios.
Así mismo vemos que la noción de espacio público aparece empleada por
distintas disciplinas científicas y técnicas, a veces muy alejadas entre sí en sus
aspiraciones y objetos de estudio. La obra de D. Di Siena resume en 10 grandes
familias, a las formas de entender y definir el espacio público, para ello este autor
consideró aportaciones de la filosofía política, arquitectura, urbanismo, sociología y
antropología3. Entendemos que el conocimiento de estos niveles es muy importante,
no solo porque permite tener una panorámica general de un concepto que es muy
complejo, sino porque nos ayuda a comprender que apenas consideramos/incidimos –
con nuestros diseños/investigaciones – en dos o tres aspectos. Estos niveles son:
1. Espacio de comunicación
2 A. Oyhandy, «Reseña de "espacio Público: reconstrucción de ciudadanía",» 2005. [En línea]. Available:
<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32105309>. [Último acceso: Julio 2013], p. 156.
3 D. Di Siena, «Espacios sensibles: hibridación físico digital para… pp. 19 – 39.
vehiculares/peatonales para la movilidad, sino también para la comunicación
desde la publicidad, el internet, o mediante un acontecimiento cultural
comunicacional.
4. Espacio jurídico
Los ámbitos urbanos – sobre todo los mayores – deberían ser una
escuela de cosmopolitismo y de aprendizaje de valores cívicos. Pues en sus
espacios públicos es donde se expresa la diversidad, se produce el
intercambio y sobre todo se aprende la tolerancia. La idea contemporánea de
espacio público, plantea que este “permite hacer sociedad”, porque genera
una esfera de coexistencia pacífica y armoniosa, mediante la posibilidad de
estar juntos sin que caigamos unos sobre otros. Lo que antes era un espacio
teórico se ha convertido en un espacio sensible, de este modo la calle es
ahora escenario potencialmente inagotable para la comunicación y el
intercambio, ámbito accesible a todos, en el cual se producen constantes
negociaciones entre co-presentes.
6. Espacio político y donde se ejerce la ciudadanía
9. Espacio de convivencia
Ejemplo de ello son los espacios “émicos” – espacio que expulsa a los
extraños, prohíbe el dialogo, contacto físico e intercambio social – espacios
“fágicos” – lugares que los consumidores suelen compartir, como salas de
concierto, exhibición, turísticos, etc., ofreciendo lo que no se puede
encontrar afuera, un equilibrio perfecto ente libertad y seguridad – “los no
lugares” – son ostensiblemente públicos pero no civiles, aceptan la
permanencia prolongada de extraños, como los aeropuertos, cuartos de hotel,
autopistas, etc., – y “los espacios vacíos”, que se caracterizan por estar
carentes de sentido, no por ser insignificantes, sino que por no tener sentido
y porque se cree que no pueden tenerlo, son considerados no visibles.
Ejemplo de esta última dimensión de espacios públicos, son los ámbitos bajo
los puentes o las áreas residuales de las autopistas.
Bajo este contexto, las intervenciones físicas – como crear/modificar una plaza,
plazuela, parque, etc., – no solo deben ser enfocadas como problemas funcionales, de
confort, o estéticos – como se hace hasta ahora – Sino que deben incluir una serie de
procesos filosóficos, sociales, políticos, económicos, culturales, tecnológicos –
relacionado no solo con sistemas constructivos sino también con el desarrollo de la
comunicación), porque repercuten profundamente y de manera compleja en todos esos
ámbitos de la vida urbana.
Para el espacio público, el alcanzar esta calidad “de ideal”, más allá de
iniciativas sectoriales, responde o es promovido por un marco normativo
internacional, el cual hoy en día reconoce atributos patrimoniales en determinados
ámbitos urbanos. Sin embargo este actual interés y valoración de los lugares abiertos
sufrió un proceso de evolución, debido a que desde la emisión del primer documento
patrimonial (Carta de Atenas, 1930), tuvo que transcurrir más de 70 años para que la
atención patrimonial se vuelque directa y específicamente hacia los espacios públicos.
2. El espacio público tiene derecho a ser útil. Esto significa dar respuestas
variadas a las demandas de los distintos colectivos ciudadanos. La
utilidad del espacio público es un atributo complejo de significados
bien diferentes. Útil es aquel espacio público susceptible de albergar un
mercadillo, una franja de aparcamientos en batería, una fuente, un
banco o un árbol…
4ICOMOS, «Declaración de derechos del espacio público,» 2001. [En línea]. Available:
<http://www.esicomos.org/nueva_carpeta/libroTOLEDO/53_addendaBURGOS.htm>. [Último acceso: Agosto
2013].
únicamente con la labor de hacer más higiénicos y limpios calles,
plazas, parques, etc., sino que ha de complementarse con campañas de
información y creación de una sensibilidad más respetuosa respecto al
espacio de uso colectivo.
10. El espacio público tiene derecho a tener un nombre, y este no podrá ser
cambiado sin criterio. Como pauta general deben mantenerse los
nombres tradicionales o cuyo uso se haya hecho común entre los
ciudadanos, salvo que éstos posean connotaciones escatológicas o
repulsivas para sus vecinos…
De este modo rescatamos que un espacio público patrimonial debe tener como
cualidades ideales, el ser/tener: identidad; funcionalidad; variedad de usos; estética;
lugar de la naturaleza; ser accesible; a no ser mermado; a ser seguro y limpio; a ser
autentico; a tener nombre. Muchos de estos atributos – a excepción de los de
funcionalidad y variedad – siempre estuvieron presentes en las áreas históricas, solo
hace falta revelarlas mediante intervenciones integrales.
Todo ello nos lleva a un concepto que hoy es muy citado por varios autores,
y se denomina como “barbarización del espacio urbano”, que al margen del
vagabundeo urbano, se caracteriza por afectar el encuentro y dialogo autentico
con amigos y extraños en los espacios abiertos 5. Esta barbarización también
implica que el espacio urbano natural, es sustituido por una concentración de
consumidores, que ya no necesitan de lugares de encuentro, sino de grandes
extensiones de superficie para el intercambio de productos.
Otro aspecto dentro de este tipo de visión, se refiere a que “hoy los espacios
públicos representan principalmente riesgo”. Debido al debilitamiento de los
valores de comunidad, crece la actitud individualista y aislada, es decir cada
persona se preocupa solo por lo suyo o los suyos. De este modo “las calles” se
vuelven espacios de violencia social; “las plazas” son cercadas con rejas, por estar
asechadas y sitiadas por la movilidad vehicular o fueron apropiadas por gente que
tiende a la violencia; por tanto ambos dejan de ser deseables – y en algunos casos
ya no son necesarios – por ser peligrosos. Bajo este contexto, se los reemplaza
por espacios pseudo públicos, como centros comerciales, parques temáticos,
clubes campestres, condominios privados, etc., donde existen mayores niveles de
seguridad y confort, pero en contrapartida, expone a la ciudadanía a sufrir/generar
situaciones de exclusión, discriminación y maltrato.
5 B. Podrecca, «Aquí o en cualquier espacio de la ciudad,» de La arquitectura del espacio público, Sevilla, 1999, p. 46.
6 D. Di Siena, «Espacios sensibles: hibridación físico digital para… p. 89.
7 G. Polesello. «Espacio, espacio público y arquitecturas.» de La arquitectura…p. 51.
Estas son solo algunas muestras, no de una perspectiva parcializada que se
posiciona en contra de los lugares públicos contemporáneos; sino de una realidad
tangible que quizás en el C. H. de Sucre, no alcanza todos los niveles descritos,
pero es evidente que muchas de las estructuras mencionadas están deterioradas.
En tercer lugar, para reencausar el uso de los espacios dentro de esta lectura
o visión progresista, es importante reconocer que el saber, la información y el
conocimiento se han vuelto amplia y sistemáticamente autónomos; con ello han
cancelado los confines de los espacios públicos8. Esto hace que no solo el espacio
público se transforme en un espacio virtual deslocalizado, sino que éste y la
sociedad que lo usa, pierden todo vínculo con la Heimat9. No obstante este factor
– característico de la época en la que vivimos – puede servir para otorgar un nuevo
signo autorreferencial a los espacios abiertos, mediante una optimización – que
algunos pueden calificarla de utopía del futuro – de sus componentes físicos –
para nuestro caso, concebidos desde un punto de vista histórico – que tienden a
crear el “lugar” o el “aquí”, de la forma secular – hablar presencialmente – pero
también mediante la comunicación virtual.
Así mismo, es muy importante que todos los niveles – local, global e ideal – de
los lugares públicos deban sufrir/participar – necesariamente – en los dos tipos de
lecturas o análisis “fatalista y progresista”, para saber cómo vamos a intervenir. Es
decir situarlo en el peor de los panoramas para poder reconocer las verdaderas
oportunidades de cambio integral.
Bibliografía.