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Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn 1515–7180 / Vol.

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Revista anual del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar – ISSN en línea 1851–9490 / Mendoza / Junio 2015 / Comentarios de libros

Mariana Alvarado
CONICET

Carlos Rojas Osorio. Filosofía de la Educación. De los


griegos a la tardomodernidad.
Colombia, Editorial Universidad de Antioquia, 2010
(404 p.) ISBN 978-958-714-390-4

En ciertas oca- civilización. Los procesos del aprendizaje serán


siones, cuando el objeto de la Psicología de la educación; la Peda-
ejercicio docente, en la enseñanza de la filosofía, gogía se centrará en la enseñanza en tanto que
logra separarse de la reproducción del saber para la Didáctica propondrá técnicas para situar cierto
dar lugar a un espacio de producción deviene saber en el aula. La Política Educativa progra-
el docente–escritor y, en alguna oportunidad mará una educación en miras de un Estado que
el docente–investigador. Cuando estos deveni- se vale de expertos en esta red de saberes edu-
res se cruzan, el trabajo docente se actualiza y cacionales y especialistas que instrumentalizan
profesionaliza desde el aula, hacia la práctica y conocimientos provenientes del campo educativo
con los alumnos puesto que el docente es a la para proyectar e implementar sus políticas. La
vez profesor, filósofo y didacta. Quizás, algo del Filosofía y la Educación se dan la mano cuando
orden de esa cruza haya tenido lugar en la pro- aparece la necesidad de pensar los fundamen-
ducción del texto de Carlos Rojas Osorio puesto tos epistemológicos, antropológicos, éticos y
que, tal como él lo presenta, aúna esfuerzos estéticos de la educación. En este sentido, la
con estudiantes de la Universidad Autónoma de Filosofía de la Educacion analiza en qué consiste
Santo Domingo para la revisión y el desarrollo de el conocimiento, cuál es el criterio de verdad del
contenidos, en el marco de su participación en conocimiento y cuáles son las mejores formas de
“las actividades del movimiento de la educación comunicar ese conocimiento a los demás.
como desarrollo del pensamiento”, encabezado Lejos de la disputa a la que daría lugar el or-
por Ángel Villarini en el Caribe con el apoyo de den de los saberes que constituyen una Ciencia
la Universidad de Puerto Rico. de la Educación a contrapelo de una Filosofía de
La Filosofía de la Educación aparece discur- la Educación, Rojas Osorio propone por un lado,
sivamente en una “red de saber educacional” un recorrido por las filosofías de la educación de
–propone Rojas Osorio este término metafórico los “grandes filósofos” concebidas como aplica-
para aludir a la complejidad de la educación y ciones cuasi–deductivas de los princios filosóficos
la necesaria complementación de saberes para que ellos sustentan –tal es el caso de Platón,
realizar sus logros– conformada por ramas dife- Aristóteles, Agustín, Tomás de Aquino, Kant o
rentes que contribuyen al estudio de un mismo Hegel– y, por otro, y atento a los programas de
objeto desde aristas distintas. Si “la educación es Herbart o Dewey, por las filosofías gestadas en
un proceso y una institución social ligada a la función de la pedagogía.
cultura que se transforma históricamente; pero Pero si bien es factible hacer la distinción
es también un proceso individual en el que la respecto de quienes “hacen” filosofía y son con-
persona se socializa y tiene la oportunidad de cebidos por el canon como filosófos y aquellos
desarrollar potencialidades humanas” (XXIII) una otros que enseñan filosofía y son concebidos
Sociología de la Educación encarará a la educa- como reproductores de lo producido por otros,
ción en cuanto proceso social y desde sus insti- vale desmontar la creencia que estima como
tuciones mientras que la Historia de la Educación posible la distinción clara entre los ámbitos de
se detendrá en los cambios y transformaciones producción y reproducción del saber como di-
históricas en cuanto preservación, transmisión sociables en la práctica tal y como de aquellos
y/o declive de la tradición como base de una que teorizan sobre ciertos problemas didácticos
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y aplican ciertos dispositivos o bien de aquellos lidad instrumental y que lleva al rechazo de las
que enseñan filosofía y producen una filosofía grandes narrativas, pretende no sólo de una nue-
de la enseñanza. va cartografía del espacio social sino además de
En este sentido, entiende Rojas Osorio que, una crítica descentralizadora del sujeto que pone
no todos los problemas que en uno u otro en evidencia sujetos plurales. Ese posicionamien-
momento de la Historia de la Filosofía de la to, en la mirada de Rojas Osorio estaría sostenido
Educación, se consideraron pertinentes son un por: una ética de la alteridad; la crítica desde la
problema para la Filosofía en la actualidad. diferencia; el rescate de la contra–memoria; la
Muchos temas han pasado a formar parte de decodificación de las prácticas; cuestionar la voz;
una determinada rama del saber en la que la maestro como intelectual público comprometido;
Filosofía tiene sino poco, ningún lugar. En este un currículo pluriculturalista concéntrico.
sentido, que sea posible hablar de una Filosofía Es destacable el planteo de la cuestión
de la Educación es decir, que quepa la posibili- en este último punto. El currículo educativo,
dad de producir un saber crítico que se anime sostiene Rojas Osorio, responde a parámetros
a preguntar otra vez, respecto de los supuestos occidentales que han permitido mantener cierto
sobre los que se monta la tarea de educar es, por lenguaje, cierto conocimiento, ciertos valores
lo menos, intempestivo, aunque urgente. “propios” de la cultura occidental. En este sen-
La exploración abarca en forma histórica el tido, la pedagogía ha excluido las historias y las
pensamiento occidental. La paideia griega –los experiencias de grupos subordinados, oprimi-
sofistas, los epicureos y los escépticos–; el hu- dos, marginados y, sobre la autoridad del texto
manismo entre los romanos; la educación de la ha mantenido relaciones de dominación. De lo
mujer en Roma y Grecia; la edad media, el re- que se trata es de “decodificar las prácticas” y
nacimiento y la ilustración; el idealismo alemán “deconstruir los textos” para no ya echar ojos al
y el krausismo español; la pedagogía científica canon sino abrir la escucha a otras voces que
en la figura de Johann Heinrich Pestalozzi; el reclaman sus propias contra–memorias (obreros,
pragmatismo de Charles S. Peirce, John Dewey mujeres, culturas tercermundistas, afroamerica-
y Richard Rorty, el pensamiento tardo–moderno nos, latinoamericanos, etc.) para descubrir nue-
H. Habermas, Niklas Luhmann, Michel Foucault, vas posibilidades en el texto desde el contexto
Edgar Morin, Pierre Bourdieu, Jacques Derrida; el de las luchas sociales y permitir un lenguaje que
materialismo histórico, la pedagogía crítica y el rompa con la tiranía y las asimetrías sociales. “Es
constructivismo social; los pensadores latinoame- necesario desterritorializar las culturas maestras,
ricanos como los venezolanos Simón Rodríguez, dominantes y sus grandes textualidades (…)
Andrés Bello, el puertorriqueño Eugenio María de transgredir las fronteras, situarse en los bordes,
Hostos, el cubano José Martí y el brasilero Paulo descentrar y volver a diagramar en forma di-
Freire; los nuevos desarrollos de la educación ferente son prácticas de resistencia” (339). La
liberadora desde la ética y la estética del puerto propuesta pluriculturalista podría ser una opción
riqueño Ángel Villarini Jusino y la pedagogía la- desde una perspectiva concéntrica. Resignifica,
tinoamericana del guatemalteco Jacinto Ordóñez Rojas Osorio, el consejo de José Martí, iniciar
Peñalozo. el estudio de la propia cultura, “nuestra Grecia,
Pensar en América Latina, pensarla desde es preferible a la Grecia que no es nuestra”. Tal
sus comienzos, es decir desde un comienzo sería el caso de la puertorriqueña para luego
preciso, desde los pueblos indígenas e integrar avanzar sobre la caribeña y desde ahí hacia la
las aportaciones de las pedagogías producidas latinoamericana y, luego, la continental. Partir de
en otras latitudes en perspectiva latinoamericana la propia cultura para ir en “ondas concéntricas”
son los ejes desde donde Ordóñez Peñalozo arti- hacia las otras culturas.
cula su propuesta para una educación latinoame- Instala la inquietud de pensar cómo sería
ricana. Rojas Osorio asume, en la perspectiva de posible una (des)occidentalización del currículo
Henry Giroux, Stanley Atronowitz y Jean Baudri- para escuchar otras voces que hablan desde sí y
llard, la crítica que desde la tardomodernidad se no por otros, para invertir el mapa, para mirar
dirige a la modernidad. El cuestionamiento a las el Sur desde y en el Sur. “El occidentalismo ha
totalizaciones que supone la crítica a la raciona- tenido efectos nefastos sobre grupos culturales
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marginados o no–occidentales. ¿Se les enseña a los patrones supuestamente superiores de la


o se les permite a los muchos grupos sociales llamada civilización occidental? Lo mismo puede
negros el estudio de la cultura de la negritud? preguntarse con relación a grupos sociales lati-
¿Permite la enseñanza oficial dicho aprendizaje? noamericanos en otras partes del mundo, como
¿No quiere más bien esta enseñanza asimilarlos Europa o Norteamérica”.

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