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Actividad 1 Unidad 1 Semana 1

Opción 1 (Cita de un experto):


Analice la siguiente afirmación del profesor Wilmar Peña Collazos (2011): “Frente
al caos económico, social, político y somático de las individualidades, que se
despliega como una pandemia de orden mundial, no podemos ser ciegos ni
mucho menos indiferentes. Quienes sentimos una preocupación consciente por la
calidad de vida de la humanidad deberíamos restablecer los modos para generar
un Estado de bienestar que se instale en nuestros territorios y refunde una nueva
concepción de libertad en torno a los procesos educativos”

Uno de los temas que más me ha generado inquietud desde que decidí realizar
este curso, es cómo, desde hace unos años, la enseñanza y la tecnología han
establecido un vínculo muy grande, entendiéndose esta relación enseñanza-
tecnología como algo natural en la actualidad. Reflexionaba sobre cómo en mi
colegio, cuando estaba cursando quinto o sexto de primaria (alrededor del año
1999 o 2000), ya los trabajos escritos debían entregarse en computador,
obligatoriamente. Afortunadamente, yo tenía un computador que funcionaba, pero
encontraba personas que no lo tenían, a pesar de que tuve la oportunidad de
estudiar en una institución que contaba con los recursos para ayudar a sus
estudiantes y, en teoría, pertenecíamos a un sector privilegiado por recursos. En la
actualidad, esta clase de situaciones se repiten. Aunque es imposible vislumbrar
una educación sin herramientas tecnológicas y la mayoría de programas,
instituciones y diversos planteles de enseñanza, parten de una suerte de
universalización tecnológica, es decir, parten del planteamiento de que toda la
sociedad tiene acceso a un computador; esto no sucede en la vida real, más aún
si nos encontramos en un país dentro del ‘subdesarrollo’. En pleno siglo XXI esto
debería ser un hecho real, comprobado y no puesto en duda, pero no es así.

Desafortunadamente, con todo y desarrollo tecnológico, globalización y


universalización, existen sectores de la sociedad colombiana (e incluso en otros
países) que siguen en estado de exclusión social, económica y política. Una de las
fallas de la globalización y de todas los procesos tecnológicos, es que no han
podido abarcar el total de la sociedad y acceder a las poblaciones más vulnerables
de la sociedad, mejor conocidas como rurales dispersas. La globalización ha
potencializado el acceso al conocimiento en los cascos urbanos, las grandes
ciudades y las capitales del mundo; cualquier persona puede acceder casi a
cualquier página de cualquier lugar o tema, con la posibilidad de explorar
información de todos los ámbitos, pero los cascos rurales y poblaciones más
pobres y lejanas, aún no experimentan siquiera un acercamiento breve a esta
situación. En Colombia, esta es una realidad importante: gran parte de la sociedad
colombiana que vive en espacios rurales, tiene dificultades en acceder a
tecnología. Hay familias para las que el lujo más grande ha sido acceder a un
televisor que tuvo auge tecnológico hace 15 años y, a partir de ahí, tienen
imposibilidad real de acceder a otra herramienta tecnológica, especialmente a un
computador, ya sea por distancia (al no vivir cerca de ningún plantel educativo o
biblioteca pública que cuente con equipos), por escasez de recursos o por
desconocimiento de las herramientas.

Esto significa que si se vincula tecnología con educación, en Colombia hay un


porcentaje considerable de la población que no tendría posibilidad de culminar
satisfactoriamente un proceso de aprendizaje. Si bien el estado ha manejado
diversas campañas, propuestas en los planteles educativos y otra clase de
actividades para el desarrollo de las TIC dentro de la educación, ha hecho falta
fortalecer este sector tan grande de la población que no puede acceder a ser parte
de la ‘población normal’ que tiene acceso a la tecnología. Las TIC deben pensarse
también para diseñar herramientas y estrategias que permitan incluir en algún
nivel a estos grupos rurales dispersos. Lo ideal sería aprovechar espacios como
las bibliotecas públicas, colegios distritales y demás planteles de este estilo,
mejorar el acceso de las poblaciones a estas.

El profesor Wilmar Peña Collazos, en su cita, aborda un aspecto esencial del


desarrollo tecnológico y educativo: la libertad en la educación. Libertad, dentro de
estos contextos, puede significar poder acceder a conocimiento de cualquier
materia, a documentos de expertos, programas educativos de cualquier
universidad o plantel educativo del mundo, aprender casi cualquier cosa porque la
tecnología lo permite, pero pienso que la noción de libertad también debería incluir
garantizar el acceso a la tecnología que es el instrumento de acercamiento al
conocimiento. El acceso de la educación debe ser verdaderamente universal para
que los procesos educativos sean satisfactorios y el objetivo de la globalización y
sus procesos relacionados, se cumpla de verdad.

A este respecto, solo es posible fortalecer nuestra labor pedagógica con los
alumnos que tengamos, enseñando maneras de aprender y aplicar conocimiento a
través de herramientas pedagógicas y procurando ayudar, de alguna manera, así
sea mínima, a que poblaciones rurales dispersas puedan acceder a tecnología
para poder complementar su educación. El diseño de estrategias educativas con
TIC debe incluir estas variables de la población, debe tener en cuenta a este
sector de la sociedad que no tiene las mismas posibilidades de acceso al
conocimiento. Para un auténtico desarrollo de educación y tecnología, debe haber
un trabajo social simultáneo, una inquietud por pensar la enseñanza en un
conjunto más allá de las aulas, que tiene en cuenta a una globalidad, recordemos
que de la enseñanza pueden surgir las oportunidades más extraordinarias para
que una nación pueda desarrollarse y evolucionar; Colombia necesita que
nutramos a sus estudiantes con urgencia, por ello, esta clase de aspectos
pedagógicos tienen un papel fundamental.

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