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Colombia repudia la violencia en una marcha multitudinaria

La manifestación contra el ataque a la academia de policía une a la clase


política, con la ausencia del opositor Petro

El repudio a la violencia unió este domingo a miles de colombianos en unas


marchas que recorrieron las calles de las principales ciudades del país. La
convocatoria, impulsada tras el atentado atribuido por el Gobierno a la guerrilla del
ELN que el pasado jueves causó 20 muertos en la principal academia de policía
de Bogotá, no logró, sin embargo, una imagen de unanimidad. El líder de la
oposición, el exalcalde de la capital Gustavo Petro, evitó acudir, aunque sí lo
hicieron otros dirigentes de su partido. El rechazo al ataque más sangriento desde
la firma de los acuerdos con las FARC tuvo una respuesta multitudinaria en un
país históricamente poco acostumbrado a manifestar sus reivindicaciones en la
calle y muy polarizado en torno al proceso de paz. La marcha, promovida
inicialmente por la sociedad civil bajo los lemas Por nuestros héroes y No al
terrorismo, tuvo no obstante una importante connotación política.

Estuvo encabezada por el presidente, Iván Duque, y sumó a un amplísimo


espectro social y protagonistas de la vida pública radicalmente enfrentados entre
sí. Desde los exmandatarios Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe y Andrés Pastrana,
hasta algunos de los principales dirigentes opositores: el centrista Sergio Fajardo,
exacandidato presidencial, los verdes Antanas Mockus y Claudia López o el
izquierdista Jorge Enrique Robledo.

“Hoy Colombia se une como país y hoy acompañamos esta iniciativa cívica para
rechazar la violencia y decirle al mundo que Colombia unida es invencible”,
manifestó Duque al principio de la concentración, que en Bogotá culminó con una
ceremonia en la catedral de la plaza de Bolívar. “Hoy venimos todos como
ciudadanos y tenemos que marchar honrando a nuestros héroes e invitando a
Colombia a unirse para enfrentar esta amenaza y, sobre todo, para sobreponernos
como país, dándoles un abrazo a todos los integrantes de nuestra Policía”.

También Santos habló de unidad. “Estoy muy complacido de ver que el país
entero, sin importar su origen político, está unido en torno a la buena causa de
decir no a la violencia y no al terrorismo. Hay que dejar atrás los odios”, declaró
Santos al diario El Tiempo. El expresidente declinó pronunciarse sobre la decisión
de Duque de dar por finalizada la negociación con el ELN.

Esa fue una de las razones que llevó al senador Gustavo Petro, que en la segunda
vuelta de las elecciones presidenciales de junio logró un resultado histórico para la
izquierda colombiana, a no unirse a los actos de repudio. “Los respeto en su
marcha, pero estaré en la que provoque la paz y no la guerra. Respeto y me
solidarizo con cada madre, hermana de los policías caídos, pero no apoyo que
más madres y hermanas de policías tengan que llorar porque un Gobierno decidió
la guerra y no la paz”, escribió en Twitter. Esa decisión no fue compartida por
Ángela María Robledo, que fue su fórmula vicepresidencial y acudió a la
manifestación. La representante de la Cámara invitó a “trabajar unidos como
sociedad para alcanzar la paz completa con el diálogo como única herramienta”.

"Negociar, negociar"

El diálogo con la organización guerrillera estaba, en realidad, roto desde hace


tiempo. El intento iniciado por el anterior Gobierno, a principios de 2017, en Quito
(Ecuador) bajo la llamada doctrina Rabin —es decir, las partes siguen negociando
en medio del conflicto— solo tuvo un logro temporal. Esto es, un alto el fuego de
100 días anunciado en vísperas de la visita del papa Francisco, en septiembre de
ese año.

Duque, que siempre se ha opuesto a la posibilidad de entablar unas


conversaciones mientras el ELN siga cometiendo atentados y secuestros —5.682
personas en los últimos 23 años—, quiere demostrar ahora que no está dispuesto
a aceptar más actos de violencia de ese grupo. Durante la marcha unos grupos de
jóvenes le pidieron al presidente que vuelva a sentarse. "Negociar, negociar es la
salida", corearon. Este no está dispuesto, al menos por el momento, y pidió al
Gobierno de Cuba, donde se encuentran una decena de miembros del mando de
la guerrilla, que detenga a su cúpula.

Ante la respuesta del Ejecutivo de Miguel Díaz-Canel, decidido a respetar los


protocolos de diálogo firmados por las partes, Duque replicó el sábado: "Lo que se
presentó esta semana no es la ruptura de un diálogo. Un acto criminal de estas
características no amerita ningún protocolo que evite que se haga justicia".

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Qué tan viable es el pacto por Colombia del presidente
Iván Duque?
Enero 13, 2019 - 07:55 a.m. Por:
Kendry Serrano / Colprensa

Iván Duque, presidente de Colombia


Colprensa

En su discurso de posesión, el presidente Iván Duque anunció que construiría un gran pacto
por Colombia, que se convierta en la ruta a seguir de sus cuatro años de mandato.

Y el último día del 2018 lo ratificó, agregando que para la construcción del bien común del país
es necesario dejar de lado las rencillas entre izquierda y derecha, y focalizarse en los
consensos, por lo que expresó su deseo de reunirse con todos los partidos políticos.

“Hablar de un Plan de Desarrollo no es hablar de un documento frío, no es hablar de una hoja


de ruta, de acciones públicas. Es una oportunidad para que el país se encuentre, dialogue y
para que el país construya”, aseguró el Mandatario.

Sin embargo, para algunos sectores ese propósito no aperece tan claro, si se tiene en cuenta
que el Jefe de Estado no logró durante la pasada legislatura consolidar las mayorías
parlamentarias alrededor de los proyectos que el Ejecutivo abanderó en el Congreso.

Lea también: "Líderes sociales no pueden ser blanco de grupos armados en el país": Iván
Duque

Para el catedrático de la Universidad del Externado Jorge Iván Cuervo, el Gobierno Duque
empezó mal en términos de consenso político, pero advierte que todavía tiene esperanzas de
poder alcanzar acuerdos con algunos sectores durante la cumbre de partidos que ya está
programada para la última semana de enero.

El experto asegura que en el Plan Nacional de Desarrollo que se deberá discutir en la próxima
legislatura, el Presidente pueda darle, con un margen de discrecionalidad, distribución de
recursos regionales a algunos congresistas.

Agrega que ese documento macro puede incluir partidas para los diferentes departamentos a
través de los ministerios y demás entidades del Estado.

Para Cuervo, esto se facilitará a través de la inclusión en el proyecto de reforma política que
actualmente se discute en el Congreso de una propuesta encaminada a garantizar que la
quinta parte del Presupuesto General de la Nación pueda ser definida por el Legislativo.

“Ahí tienen mucho juego los congresistas de cada departamento, por más que Duque diga que
no va a haber ‘mermelada’. Entonces, el escenario del Plan de Desarrollo es una combinación
política y técnica”, agrega el experto.

Señala que debido a que el componente político es importante para la aprobación del Plan, sí
es viable que pueda llegar a un acuerdo con los diferentes partidos: “La distribución de
recursos regionales es un incentivo muy importante para los políticos y ahí el Gobierno tiene
mayores posibilidades de lograr aprobación”.

“Los políticos y los congresistas difícilmente se reúnen alrededor del discurso. Son muy
pragmáticos y más ahora que hay elecciones locales cerca, entonces, en la medida en que
ellos vean que en el Plan de Desarrollo hay espacio para que haya inversión pública en los
territorios y que ellos puedan capitalizar eso políticamente, puede haber bases para un nuevo
consenso”, conceptua

Un pacto político?

Contrario a lo que afirma Cuervo, el analista John Mario González señala que el Plan de Desarrollo
no es en sí un pacto político, pese a que el presidente Duque ha querido darle esa significación.
Dice que este debe ser una hoja de ruta de tipo técnico para el desarrollo del país en el próximo
cuatrienio.

El politólogo añade que el Mandatario, aunque lo ha anunciado muchas veces, no menciona cuál
es el pacto, en qué consiste o con quiénes se haría. “Esto quiere decir que lo que el Gobierno
quiere convertir en un hecho político, aún no está claro cómo será”.

González parte de que el Ejecutivo ni siquiera logró consolidar las mayorías en el Congreso. “El
Presidente está echando carreta. ¿O es que ahora va a reversar y le va a dar representación a los
partidos políticos que en el segundo semestre del 2018 les negó?”, pregunta.

Sin embargo, advierte que el Plan Nacional de Desarrollo, que tendrá que ser presentado ante el
Legislativo antes del próximo 7 de febrero, terminará por aprobarse, porque desde hace varios
meses el Gobierno ha venido “dándole ‘mermelada’” a los parlamentarios.

El analista Víctor de Currea sostiene que el problema no está en que Duque logre hacer un pacto
con los demás partidos o fuerzas políticas, sino en que lograr ese acuerdo en parte le quitaría
legitimidad a un documento tan vital como lo es el Plan de Desarrollo, por la falta de legitimidad
que los políticos tienen ante la opinión pública.

“La crisis de los partidos quedó demostrada tanto en el Plebiscito por la Paz como en la campaña
de la Consulta Anticorrupción. La ciudadanía se ha movilizado en contra de los partidos políticos”,
asegura.

De Currea añade que en Colombia los partidos políticos no sirven como articuladores del Estado,
porque no representan el sentir de la sociedad: “Si ese pacto se hace con los partidos políticos,
cuál es la legitimidad que tiene frente a una sociedad que cada vez más duda en el papel de los
partidos”.

El experto asegura, como manifiesta González, que las propuestas del Jefe de Estado dan la
sensación de que no tiene una estrategia clara ni definida. Dice que parecen solo promesas de
campaña, que no van acorde a la realidad. “Uno no sabe para dónde va realmente el Presidente”.

Jorge Iván Cuervo complementa diciendo que los gobiernos inician formalmente el 7 de agosto,
pero que cuando se aprueba el Plan de Desarrollo es cuando se conoce cómo trabajará el
Mandatario, pues ahí es donde quedan consignadas las ideas políticas, las propuestas y todos los
enfoques que caracterizan a un gobierno.

Lo adelantado

Por lo pronto, el Consejo Nacional de Planeación (CNP) le advirtió a Iván Duque que lo conocido
hasta ahora del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 no responde a las necesidades que tiene
el país en relación a los asesinatos de líderes sociales y la construcción de paz.

“No corresponde a los graves hechos sistemáticos de amenazas, persecución, desaparición,


desplazamiento y asesinato de líderes sociales y de pueblos étnicos defensores de derechos
humanos”, manifestó Hada Marleng Alfonso, presidenta del CNP.

Agregó que es indispensable avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de Paz y en la consolidación


de este con todos los sectores del conflicto a través del fortalecimiento del diálogo político y social
en los territorios para que prime la confianza y la credibilidad.

El concepto del CNP fue elaborado luego del análisis, durante los últimos dos meses, de las
propuestas incluidas en un documento base presentado por el Gobierno.

En su elaboración participaron 26 consejeros representantes de las entidades territoriales y de los


sectores económicos, sociales, ecológicos, comunitarios, culturales, así como miembros
designados por el Presidente de la República.

Ante este hecho, John Mario González manifiesta que una cosa es aprobar un documento sin
mayor trascendencia y con deficiencias técnicas y otra es un Plan de Desarrollo serio, riguroso.
“Aquí el Gobierno tiene una gran confusión, tanto con los partidos políticos frente al manejo del
Congreso como en el hecho de querer convertir la guía de desarrollo para los próximos cuatro
años en un hecho político, cuando debe ser más de tipo técnico”.

“El problema no es hacer solamente un pacto para aprobarlo, sino a quién beneficia. Lo que uno ve
es que hay un énfasis en la política mineroenergética, en los tratados de libre comercio y en la
políticas neoliberales de disminución de tareas del Estado. Hay un aumento en el rol del capital
privado y, en este sentido, que sea un pacto firmado por muchos o pocos, ni le quita ni le pone”,
asegura De Currea.
De esta manera, será durante la reunión de Duque con las diferentes bancadas asentadas en el
Senado y la Cámara, cuando se podrá conocer si logrará llegar a esa unidad nacional que está
intentando conseguir desde que asumió el mandato.

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