Está en la página 1de 2

Universidad Central del Ecuador

Sociología del Trabajo

Recorrido por la 10 de agosto hasta el Playón

Nombre: Andy Rosero

Para: Raúl Rosero, mi Padre.

Padre, un jueves, en horas del mediodía, al salir con mis compañeros de la universidad,
decidimos ir a comer a los puestos de comida que se encuentran a lado del Puente del
Guambra, un lugar muy conocido de “comida chatarra” como se suele decir, y que hace
algunos años atrás, no tantos, lo remodelaron estéticamente y para que abarquen más
personas. Al despedirnos en el parque El Ejido, me decidí caminar, había tiempo para
poder volver a clases de 5 de la tarde.

Empecé a caminar en la esquina del parque que se encuentra en la la calle 10 de agosto.


En un principio pude ver frente al Hospital Inglés, donde trabajaba usted de Contador, y
que algunas veces pude visitarte y pasaba por una esquina donde había un señor
presentando, para su venta supongo, unos gusanos grandes, que realmente no sabía para
que funcionaban, algo curativo me parecería escuchar; pude ver, desde allí, algunos
señores y señoras parqueando carros, como años atrás, con su respectivo chaleco amarillo
o tomate o sin ninguno de ellos pero seguían haciendo su trabajo, y mientras tanto a lado
de ellos pasaba un chico, que al escucharle parecía ser venezolano, vendiendo una
variedad de tabacos, que las cajetillas completas suelen ser un doble mas baratas que otras
marcas conocidas. Hay algunos puestos de comida, para cevichocho, fritada, unos jugos,
y también granizado, decidí comprarme uno del último, hacía mucho calor en ese
momento y no está demás decir que me encanta desde niño cuando me comprabas a veces.

Por el otro lado de la calle, hay una farmacia y la Librería Española, entré un rato solo
para revisar que libros había y salir sabiendo nuevos nombres para leer en otro momento.
Hay otra farmacia, Padre ¿Cuándo la salud se convirtió en una competencia de conseguir
más ganancias? Creo que por eso mismo hay gente que las necesita y no puede
conseguirlas. Hay algunas tiendas de ropa, hay un chico, venezolano me parece también,
alzando su voz para llamar la atención de un futuro cliente. El KFC aparece con
demasiadas personas entrando, pues es hora de almuerzo, donde había comido con mis
amigos también hubo muchas personas, incluso compartimos mesa con una persona que
no tenía donde sentarse.

Señores vendiendo tabacos aparecían regularmente, al final compré, solo uno. Ahora solo
hay mas tiendas, sin embargo, aparecieron unos dos chicos de 10 a 15 años diciendo si
podía limpiarle los zapatos, por unos 25 centavos quizá, a los señores con zapatos de
suela. Llegué al Parque La Alameda, donde había algunas personas comiendo en puestos
de comida de cevichochos o empanadas. Al seguir caminando, hubo muchas más tiendas
pequeñas, pequeños hostales, pequeños restaurantes con clientes por ser esas horas de
almuerzo, y pocos vendedores ambulantes.

Al llegar al Terminal Playón de la Marín lo que más me sorprendía era que siempre había
una cantidad enorme de personas por ser un punto central de movilización, por tanto, por
esto también se convirtió en un punto estratégico de muchos trabajos informales, allí se
ve una cantidad enorme de tiendas de ropa, puestos de comida chatarra, señoras o señores
vendiendo frutas y vegetales, chicos y señoras que limpian los parabrisas que no importa
las moneda que les den, varios vendedores ambulantes yendo a subirse a los buses, que
tienen un chaleco azul del municipio para darles, talvez, cierta legitimidad y los chicos
que venden aparatos para los celulares como: audífonos, protectores de pantalla, entre
otros. Por ser un punto estratégico de trabajo informal por la cantidad de personas que
transitan, lamentablemente Padre, también se convirtió en un lugar para convertirse en un
espacio inseguro y peligroso por los robos, recuerdo haber visto videos de robos que
suceden aquí.

Al estar allí algunos minutos y observar los diferentes trabajos que había en un solo lugar
no tan grande, no podía dejar de pensar e imaginarme que trayectoria biográfica tenía
cada persona para llegar a trabajar allí. Ciertas veces me apenaba ver a niños y jóvenes
trabajando o incluso suplicando con su mirada que les dieran algo de dinero a cambio del
servicio o bien que ellos ofrecían. Padre ¿en qué momento los niños no tuvieron elección
de trabajar allí? Quizá cuando sus padres tampoco tuvieron esa opción.

Padre ¿En qué momento supimos que no podíamos cambiar las cosas que nos molestaban
porque a los más poderosos no les molesta? Al final del trayecto, regresé a la universidad,
en bus esta vez, por miedo a llegar tarde a clase. Fue una interesante trayectoria Padre,
espero que te haya parecido igual.

También podría gustarte