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Introducción:
“¿Qué es y para qué sirve la Guerra Espiritual?”. Es un interrogante recurrente que nos
expresan a diario a viva voz o mediante correo electrónico. Existe un vivo interés en el
tema, sin duda alguna. Hay mucha desinformación y conceptos equívocos que
procuran legitimar mitos populares a los que se pretende aplicar validez aun cuando
no la tenga, es decir, porque carece de fundamentos bíblicos. Este hecho lleva a que
nuestro enemigo espiritual siga ganando terreno y lleve a millares de personas a
condenación eterna
¿Qué hacer? Un sencillo análisis que no por la sencillez, esté exento de seriedad y
adecuada fundamentación sobre lo que es la dinámica de la Guerra Espiritual, la forma
como se aplica hoy y de qué manera contribuye al desarrollo eficaz de procesos de
evangelización, así como para dar solidez al avivamiento cristiano que tanto
anhelamos. El taller que emprendemos hoy constituye una nueva herramienta de
apoyo, ayuda y consulta para quienes están comprometidos con la Extensión del Reino
de Dios.
I.- La crisis por la que atraviesa el género humano, en los ámbitos físico y
espiritual, son consecuencia del pecado
1.- El pecado del género humano trae maldición a la tierra (Génesis 2:15, 16; 3:1-7; 16-
19. Cf. Daniel 9:11)
a.- Una tierra bajo maldición afecta al ser humano (Génesis 4:11)
1.2.- Cuando la tierra es maldecida, abre las puertas a la ira de Dios (Romanos 1:18)
1.3.- Cuando la tierra es maldecida, vomita a sus habitantes (Levítico 18:25-28, 29)
a.- La tierra que Dios nos da, puede ser maldecida por el pecado y echarnos fuera
(Levítico 20:22)
b.- Muchos de los hechos catastróficos que ocurren hoy día, son consecuencia directa
del pecado del género humano.
c.- Cosechamos las consecuencias de lo que hacemos (Jeremías 3:2, 3; Oseas 8:7, 8)
d.- Los territorios que han sido maldecidos por el pecado del hombre, abren la puerta al
establecimiento de “fortalezas de maldad”
“Pero está ausente de la gran mayoría de nosotros la conciencia de los planos invisible,
y, sin embargo, buena parte de nuestra vida se desarrollar en los ámbitos espiritual,
mental y emocional, que son precisamente complementos invisibles, pero no por eso
menos reales… Estos planos invisibles poseen sus propias frecuencias, sus propios
espacios y leyes, el único límite está en que nuestros conocimientos científicos no se
encuentran aún en un grado de relacionarse con ellos y de medirlos y dominarlos como
lo hacemos habitualmente con las ondas radiales… En cambio, quien practica la magia
negra conoce bien estos planos invisibles, junto con las leyes que los regula, porque es
precisamente a través de estos planos como ejercen sus maleficios.” (Casadei, Lucía y
Francisco. “Cara a cara con el demonio.” Ediciones San Pablo, Colombia. 2011. Pg. 27)
2.- Sólo Dios es quien rompe la maldición de la tierra (2 Crónicas 7:13, 14)
2.2.- Como iglesia de Jesucristo tenemos autoridad para atar las fuerzas espirituales de
maldad (Mateo 16:19)
a.- Tenemos asegurada la victoria por la obra del Señor Jesucristo (Juan 3:8b; Hebreos
2.14)
3.1.- Los atalayas siempre han estado en el plan de Dios (Ezequiel 3:17; 33:7)
3.2.- Como creyentes debemos asumir nuestro papel protagónico como guardianes de
nuestros territorios (Isaías 62:6, 11, 12)
4.1.- Los guardianes de las naciones, provincias y ciudades son los intercesores y los
cristianos comprometidos con la extensión del Reino de Dios.
4.2.- Como guerreros e intercesores es esencial que reclamemos las naciones para
Cristo (Cf. Salmos 2:8) Nuestra tarea es derribar los principados y fortalezas que
nuestro Adversario espiritual ha establecido por siglos o lagos períodos de tiempo.
4.3.- Dios quiere que tengamos la visión de tomar territorialmente ciudades, regiones o
naciones.
4.4.- Como atalayas, reconocemos que es esencial romper con el pecado colectivo que
le otorga “derecho legal” a Satanás para continuar ejerciendo dominio territorial, y volver
la mirada a Dios para pedir perdón (2 Crónicas 6:24, 25)
II.- Es tiempo de asumir nuestro compromiso como atalayas de Dios para las
naciones
1.- Dios que creó el universo, tiene definidos nuestro tiempo de tránsito terrenal y los
límites del territorio que habitamos (Hechos 17:24-27)
1.1.- Dios determina el lugar de nuestra morada para que podamos conocerle y servirle.
1.2.- Dios tiene absoluto control de todo, tanto del tiempo como del ligar y de los
acontecimientos (Daniel 2:21)
1.3.- Dios es quien dirige las circunstancias para el mundo y de los seres humanos, con
el fin de que experimenten paz y prosperidad; no obstante, el curso de nuestra vida
depende de las decisiones que tomemos (Jeremías 29:11-13)
2.- Parte del proceso de de bendición al que Dios nos ha llamado, incluye la oración e
intercesión. Debemos rogar por las naciones, las familias y las autoridades.
“Con la oración abrimos las puertas del mundo de las tinieblas para salvar a los
perdidos y para destruir las fortificaciones que impiden el derramamiento de las
bendiciones de Dios. Nuestra misión en las naciones y ciudades, es orar e interceder
por las autoridades, los gobernantes y todos los que están en eminencia. Esto puede,
con toda seguridad, cambiar el destino de los pueblos y el curso de la historia (Cf.
Efesios 6:10).” (Héctor Torres. “Desenmascaremos las tinieblas de este siglo”. Editorial
Betania. EE.UU. 1996. Pag 47)
2.1.- Cuando oramos por las autoridades y líderes de nuestra nación, provincia, ciudad
y barrio, ponemos sitio a las fortalezas territoriales de maldad que han tenido ingerencia
en su liderazgo (1 Timoteo 2:1-4)
2.2.- Dios nos ha colocado como atalayas de nuestros territorios para que, en oración e
intercesión, libremos la batalla espiritual contra el “hombre fuerte” y recobremos así los
territorios que Satanás nos robó.
a.- ¿Nos importan el curso de nuestra nación, provincia o ciudad, y el destino presente y
eterno de sus habitantes?
b.- ¿Qué estamos haciendo para que cambie el curso de la historia de corrupción,
violencia, drogadicción, prostitución y ruina?
3.- Dios tiene planes maravillosos para nuestras naciones, provincias y ciudades, y
somos ustedes y yo quienes estamos llamados a proclamar las Buenas Nuevas de
Salvación y el rompimiento de ataduras de maldad (Cf. Isaías 61:1-4; 62:11, 12)
4.- Nuestro corazón debe ser tocado con la compasión del Señor Jesucristo por Su
pueblo, e iniciar la reconquista de nuestros territorios para el Reino de Dios (Mateo
9:35-38)
4.1.- Estamos llamados a proclamar abiertamente el mensaje de libertad para los
pueblos (Mateo 11:20-24)
4.2.- No podemos dilatar el compromiso que tenemos con un mundo que se encamina
al abismo, sin Cristo en el corazón.
c.- Cuando desplazamos las fuerzas de maldad que gobiernan territorios, los esfuerzos
de evangelización se tornan más eficaces.
2.1.- El mapeo espiritual nos ayuda a identificar dónde están los grupos poblaciones no
alcanzados con el Evangelio, así como cuáles son sus creencias, idolatría y prácticas
que impiden la eficacia en los esfuerzos de Evangelización (2 Corintios 4:3, 4)
2.2.- El mapeo espiritual nos permite también identificar dónde operan las fuerzas del
bien, representados en la iglesia de Jesucristo en todo el mundo, para redefinir
estrategias e impactar los sectores vulnerables o que se encuentran al descubierto (Cf.
Efesios 6:12)
3.1.- Una vez conocemos cómo y dónde operan las fuerzas de la maldad, podemos
contrarrestar los ataques y derribar las fortalezas de maldad.
IV.- La Guerra Espiritual debe ser planificada como toda dinámica de ataque a las
fuerzas del enemigo
1.- La Biblia es muy clara cuando instruye sobre la importancia de reconocer el territorio
del enemigo para ser eficaces en nuestras estrategias de guerra (Número 13:1, 2)
1.1.- En nuestro tiempo Dios está dándonos una nueva revelación sobre la clase de
batalla que estamos librando contra el mundo de las tinieblas.
1.2.- Dios quiere un ejército preparado para el conflicto de los últimos tiempos que
vivimos.
1.3.- Cuando Moisés envió espías a la tierra de Canaán, les pidió que identificaran
cuántos eran los enemigos, su grado de fortaleza, sus puntos vulnerables y todos los
detalles que pudieran reunir (Números 13:17-21)
b.- Cuando el pueblo de Israel se dispuso a conquistar la tierra prometida, tenía bien
definidos los límites y las fronteras (Cf. Josué 18:3-6)
“Debemos evitar siempre el peligro de fascinarnos con los demonios o con lo que ellos
hacen. La cartografía espiritual es sólo un medio que usamos con el objetivo de que
nuestras oraciones sean más eficaces. La cartografía espirituales para los intercesores
lo que los rayos x para los cirujanos. Considero que nadie alaba las fracturas de los
huesos ni los tumores malignos. Sin embargo, los cirujanos usan la información que les
proveen los rayos x para devolver la salud al cuerpo. Así mismo, la cartografía espiritual
revela las *asechanzas del diablo*”. (Pastor Peterc C. Wagner citado por Héctor Torres
en “Desenmascarando las tinieblas de este siglo”. 1996. Editorial Betania. EEUU. Pg.
14)
2.1.- Dios instruye al profeta Ezequiel que trazara un mapa de Jerusalén y pusiera sitio
contra ese territorio en la dimensión espiritual (Ezequiel 4:1-8)
2.2.- Para nuestro amado Dios aquel mapeo espiritual que se hizo contra Jerusalén,
tenía validez (Ezequiel 5:5-13)
2.3.- Antes de emprender la acción evangelizadora en Atenas, el apóstol Pablo hizo una
avanzada cartográfica que le permitió conocer a qué fuerzas se estaba enfrentando
(Hechos 17:22, 23)
b.- El conocimiento del apóstol Pablo sobre la realidad local, le permitió lograr eficacia
en el proceso de evangelización (Hechos 17:30-33)
V.- Las fuerzas de maldad contra las que batallamos, tienen “experiencia
milenaria”
1.- Mediante diversas estrategias, las fuerzas de maldad tienen gobierno sobre
multitudes (Cf. Apocalipsis 17:5, 15, 18; 18:2)
1.1.- A pesar de que la creación original de Dios era maravillosa, Satanás se las arregló
para traer casos y destrucción (Cf. Eclesiastés 3:11; Génesis 1:1, 2)
1.2.- Hay fundamentos bíblicos para afirmar que las fuerzas del mal trajeron destrucción
a la creación de Dios (Isaías 14:12-17)
1.3.- Tras la rebeldía de Satanás y sus huestes, perdió la posición privilegiada que tenía
en los cielos (Apocalipsis 12:7-9)
2.- Tras llevar a Adán y Eva al pecado (Cg. Génesis 3:1-14), Satanás aseguró el
establecimiento de una generación caída en pecado (Génesis 4:1-7)
2.1.- A través del Nimron, Satanás cimentó un gobierno sobre el mundo caído en
pecado, que conjugaba el dominio material y espiritual de maldad (Génesis 10:8-10)
b.- Nimrod, agente terrenal de Satanás, procuraba al igual que su dios de maldad,
recibir alabanzas y adoración por parte del género humano.
b.3.- En la tierra de Babel, que construyeron los seguidores de Nimron, llegaron a tener
hasta cuatro mil dioses a los que rendían adoración.
2.2.- Hoy día el mundo de las tinieblas gobierna los territorios que en su momento
ocupaban Babel y las ciudades vecinas, en el noroeste de Irak. Las comunidades de
Yezdis adoraban abiertamente a Satanás.
3.- La Biblia corrobora que los demonios poseen a los seres humanos, a los animales
pero también a los objetos y los territorios (Apocalipsis 18:2, 3; 1 Corintios 10: 19, 20)
1.- Nuestra autoridad proviene del Señor Jesucristo que mora en nuestro corazón. El
Señor Jesucristo y las Escrituras nos enseñan que debemos ejercer autoridad espiritual
(Lucas 9:1,2,6; 10:19; Mateo 28:18-20; Romanos 16:20; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8, 9;
Efesios 6:10-18).
2.- Hay por lo menos dos condiciones para ejercer autoridad espiritual:
2.1.- Fe, la cual debe estar fundamentada en Jesucristo (Mateo 16:16, 18, 19.
5.3.- Eliseo oró porque fuera cegado el enemigo (2 Reyes 6:17, 18)
5.5.- Los creyentes recibieron la promesa del Espíritu Santo (Hechos 1:8).
5.6.- Testimonio de vida cristiana (Romanos 15:18, 19),
Conclusión :
Los cristianos libramos una batalla constante, de la que debemos ser consientes para
poder vencer. Ignorar que Satanás está desatando problemas y generando obstáculos
a nuestro paso, no servirá de nada. La solución está en ejercer autoridad en Jesucristo.
Reconocer que fuimos creados por Dios, salvados por la obra redentora de su amado
Hijo Jesús y que, libres, debemos continuar así. Además, que en nuestra condición de
creyentes podemos contribuir para que otras personas disfruten de esa libertad.