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SESION 3

INSTRUMENTOS DE BENDICIÓN
Génesis 11:31-32
INTRODUCCION
Si bien es cierto de que nuestro Dios nos lleva desde el vientre de nuestra madre hasta el final
de nuestros días en la tierra, también es cierto que como padres o líderes espirituales tenemos
el deber de modelar a nuestros hijos biológicos o discípulos a buscar la cima de la fe, a no
perder la visión o el entusiasmo en la vida o ministerio, hasta lograr los objetivos en todas las
áreas de nuestra vida.
En esta sesión reflexionaremos acerca de un gran personaje llamado Taré, un hombre mayor de
edad, que fue de gran bendición, instrumento de bendición pero también fue obstáculo. Las
preguntas que debemos responder al final del presente estudio es ¿A quién ayudé en el camino
de la vida? ¿Cómo ayudé a mi familia? ¿Cómo orienté o discipulé para llevar a otros a la vida
eterna? Si no hemos sido de bendición, hoy es el día.
I. DIOS NOS USA COMO INSTRUMENTOS PARA EL LLAMADO DE OTROS
a) Dios llamó desde Mesopotamia a Abram Josué 24:2-3; Hechos 7:2).
Dios saca a Abraham de Ur de los Caldeos para llevarlo a Canaán, pero Taré lo estancó en Harán.
(Génesis 11:31-32).
b) Dios llama al arrepentimiento, salvación, entera santificación y al servicio. Si
obedecemos al llamado, vamos caminando en el reino aquí y ahora hasta la consumación del
mismo. Siempre hay alguien que nos discípula, nos encamina. La iglesia misma es la que hace la
tarea. Es nuestra responsabilidad conducir a otros. Revisemos nuestra vida, debemos seguir
discipulando pero también seguir aprendiendo de otros. Aunque a veces los veamos más
jóvenes, si estos están en la palabra son dignos de aprender o imitar.

II. DIOS NOS SACA DEL PECADO PARA LLEVARNOS A LA VIDA ETERNA
La instrucción era precisa marchar hacia Canaán. No dice ” se detuvieron por un momento”,
está escrito “…y vinieron hasta Harán, se quedaron allí” (Gén.11:31). ¿Qué habrá pasado? ¿Se
sintió enfermo? ¿Estaba cansado por la edad? Posiblemente, u otras causas más.
Eso significó para Abram, detenerse. Pero no debió olvidar que tenía una misión y debería
avanzar. Sino no hubiera sido así, le debió haber dicho a Abram que él se quedaría y Abram
avanzara. Pero la escritura dice “Se quedaron allí”.
a) Pudo haber sido lugar de bonanza y éxito. Lugar que convenía a la familia quedarse a
disfrutar. Pero no era el plan inicial.
b) La vejez de nuestros padres o líderes requieren cuidados también.
Es doloroso para los hijos, ver a nuestros padres enfermos y estar en la disyuntiva de quedarnos
o continuar. Lo normal es quedarnos a cuidar su ancianidad. Pero ¿Qué pasa cuando ellos
mismos dicen, sigue. “ Tus hermanos me cuidarán? O se ha encontrado con padres que dicen.
“Deja a tu iglesia yo necesito tus cuidados” “Cuídame ahora que te necesito, después avanzas”
Meditemos en este tipo de situaciones. Decisiones éticas y de conciencia, con ello los
honramos. Dialogue en este tema con su grupo. (Efesios 6:1-3, Lucas 9:59)
Taré había sacado a Abram de Ur de los Caldeos y ahora lo estaba deteniendo.
Hay lugares y situaciones por los que debemos pasar: crisis, enfermedades o éxitos, pero no
debemos quedarnos ahí. El peligro es que la pasión por la visión y misión se pierda. Perdemos
de vista la meta y nuestras vidas se tornan inactivas y estériles, y si estábamos guiando a otros
limitamos también su vida.
En alguna parte leí “El enemigo te enfría, te separa y te mata”, busquemos el calor de Dios y de
su iglesia, seamos generadores de un ambiente cálido en nuestra congregación.
Taré acompañó a Abram hasta la mitad del camino, la demora y perdida de sentido en nuestra
vida nos lleva a la muerte.
Taré del heb. (Sitio, estación o paradero)* este significado nos da elementos para pensar que
había cansancio, agotamiento o comodidad, efectos del hombre natural (1ª. Corintios. 2:14).
Tuvo que morir Taré para que Abram siguiera.
Revisemos en nuestras vidas si todavía somos obstáculos para otros, si nuestro agotamiento
está perjudicando la visión de los más jóvenes o de otros adultos como nosotros.
En ocasiones se manifiesta nuestro estancamiento por medio de amargura, el temor nos lleva a
ser celosos y controladores. Tomamos actitudes infantiles por frustraciones y sin meditar,
hacemos chantajes para sentirnos seguros. El apóstol Pablo dice que son actitudes carnales, ya
somos salvos pero todavía el viejo hombre surge. (1ª. Corintios 3:1-4).
Reflexionemos. ¿Todavía hay un Taré dentro de nosotros? Dicho Taré debe morir para que
resucite nuestra vida enteramente santificada. No lo hacemos solos, el Espíritu Santo lo hace
perfectamente. Solamente debemos estar dispuestos a avanzar. Tengamos la mente de Cristo
(1ª. Corintios. 2:15-16)
CONCLUSIÓN
Dios nos llama de manera personal y nos encomienda guiar a otros mediante el discipulado,
seamos instrumentos de bendición, impulsemos a los más jóvenes en la fe, a las nuevas
generaciones. Hagamos sinergia, conexión, con los más jóvenes en la vida familiar o en el
ministerio, logremos escuchar todo lo novedoso, constructivo y con la sabiduría de Dios y
experiencia en la vida lograremos ser un puente para que logren alcanzar aún mayores niveles
de vida cristiana. Tomemos la segunda oportunidad que Dios nos da, seamos mentores de la
nueva generación. Volvamos a nuestro primer amor, apasionados por Jesús y su obra. Dejemos
que muera el taré en nosotros. No nos quedemos en Harán. Vayamos en pos de aquel que”…
nos llamó de tinieblas a su luz admirable” (1ª. Pedro 2:9).
Bibliografía de Consulta
BIBLIA, REV. 1960, Sociedad Bíblicas Unidas ( México 2001)
WWW.wikicristiano.org

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