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EDUCAR PARA

LA CONVIVENCIA
EDUCAR PARA
LA CONVIVENCIA
FORO, cuyo lema es “Calidad y libertad de la
enseñanza”, plantea en este documento un debate
sobre la convivencia en la escuela. Pretendemos
buscar puntos de encuentro que permitan poner
encima de la mesa una serie de reflexiones, análisis
y propuestas que redunden en una mejora del
ambiente en la comunidad educativa.

Partimos de la persistente conflictividad que


padecen muchos centros educativos, sin olvidar el
influjo que ejercen los numerosos casos, reflejados
por los medios de comunicación, de atentados
graves contra la convivencia en el ámbito doméstico
y social.

Los casos de violencia en la escuela no parecen


fenómenos aislados, sino manifestaciones de un
problema generalizado: la falta de las condiciones
precisas para el desarrollo de una educación de
calidad.
Planteamos tres interrogantes:

1. ¿Qué está pasando en la escuela?


2. ¿Por qué está pasando esto?
3. ¿Qué hacer para mejorar la convivencia
en la escuela?

Partimos de un concepto de convivencia

La convivencia no es la mera ausencia de violencia.


La convivencia es resultado y expresión de múltiples
factores, como son la comunicación, el diálogo, la
cooperación, el respeto mutuo, etc.

Apostamos por la escuela como marco ideal para


educar en la convivencia

La escuela y la familia, como espacios de


socialización, educan en modos determinados de
convivir, relacionarse y cooperar con los demás.
La convivencia es el termómetro de la marcha de un
centro educativo.
¿Qué está pasando
en la escuela?
Esta pregunta comprende múltiples interrogantes de difícil
respuesta, más aún si con dichas respuestas se pretende
encontrar medios más adecuados para poner remedio a las
deficiencias que detectamos y elevar los niveles de calidad
educativa.

Algunos indicadores

Sabemos que existen ciertos indicadores que informan,


detectan y llaman la atención sobre lo que está sucediendo
ante cualquier cuestión.

Resaltamos tres indicadores que reflejan la falta de convivencia


que padecen muchos centros:

• Manifestaciones violentas y deterioro de la convivencia en el


ámbito escolar.
• Problemas de disciplina.
• Desmotivación y falta de criterios comunes del profesorado.

El objetivo que perseguimos al seleccionar estos indicadores es


centrar nuestra reflexión para interpretar lo que está pasando.
Según Alejandro Tiana “un indicador no es más que una señal
que permite iluminar y representar los aspectos de la realidad
que no son directamente accesibles al observador.”
1. Manifestaciones violentas y deterioro de la convivencia
en el ámbito escolar

Una de las principales preocupaciones que viven actualmente


los centros educativos es la falta de un clima de convivencia
mínimo que se requiere para el desarrollo de las actividades
educativas.

Cada día son más frecuentes las faltas de respeto, la


transgresión de normas, indisciplina, agresiones, riñas, insultos,
pintadas, voces, roturas... Estos comportamientos no sólo
perjudican el aprendizaje, sino también la convivencia,
llegando en ocasiones a derivar en manifestaciones violentas,
incluso dentro del contexto escolar.
0
Esta situación no tiene su origen en el ámbito escolar, ni es
7
exclusiva del mismo. Es un problema genérico de la sociedad
actual, que aflora en la escuela como reflejo de la sociedad.
Teniendo esto en cuenta, las soluciones que se busquen deben
afectar no sólo al ámbito educativo sino al conjunto de la
sociedad.

2. Problemas de disciplina

La indisciplina es un problema cada vez más frecuente en los


centros escolares. Según el Informe del INCE de 1997 cuatro
de cada cinco respuestas sobre el funcionamiento de los
centros reconocen la amenaza de la indisciplina. Las
situaciones más frecuentes son el alboroto fuera del aula, las
faltas de respeto a compañeros y compañeras, el desorden en
el aula, las agresiones morales (insultos, descalificaciones,
amenazas) y las faltas de respeto al profesorado.

Aunque la convivencia en la escuela empieza a ser uno de los


objetivos prioritarios para las autoridades educativas, aún no se
hacen realidad las medidas que podrían adoptar al respecto.
Esto provoca sentimientos de impotencia y de frustración en el
profesorado, en los directivos de los centros, y en todos los
sectores de la comunidad escolar.

Aparecen otros problemas familiares y sociales que están en la


base de estas nuevas amenazas a la convivencia: la
descomposición y desestabilización de la familia, una
preocupante y creciente crisis de valores, el incremento de la
influencia negativa de los medios de comunicación,
comportamientos intolerantes, tendencias marcadas por el
consumismo, lacras asociadas al desempleo o la drogadicción.

En la actualidad el entorno escolar es más diversificado y


heterogéneo, por ello más complejo y conflictivo.
Determinadas circunstancias hacen que estos problemas
aparezcan en algunos centros con menor intensidad o de
forma puntual.

3. Desmotivación y falta de criterios comunes del profesorado

Como consecuencia de lo expuesto hasta ahora aparece una


clara falta de unidad de criterios en los educadores, sobre la
que queremos reflexionar planteando algunos interrogantes.

¿El profesorado asume que hay que educar en valores?


El modelo de educación integral define que la función del
profesor es educar y formar, no únicamente la de instruir.

¿Cuáles serían esos valores?


En el pasado la sociedad, en perfecta sintonía con la escuela,
aceptaba una determinada jerarquía de valores. Hoy tenemos
que partir de una pluralidad de opciones axiológicas y
tenemos que generar un marco constante de diálogo para
estructurar los valores sobre los que asentar la convivencia en
la escuela. Cada comunidad educativa debería generar este
marco de diálogo desde su proyecto educativo para concretar
y establecer en qué valores se asienta la convivencia y qué
antivalores la deterioran.

¿Se tiene formación sobre cómo enseñar y evaluar los


valores?
La educación en la convivencia se debe empezar a construir
atendiendo en primer lugar a la formación específica del
profesorado. No bastan los conocimientos teóricos, ni unos
materiales con actividades. Es necesario un conjunto de
estrategias de actuación comunes al profesorado. Hay que
poner en sus manos los instrumentos y modelos de
intervención educativa que ayuden a conseguir una escuela 0
habitable, donde los profesores se encuentren más motivados.
9
Determinados objetivos pasarán al ámbito de competencia del
profesorado: que los alumnos sean capaces de comunicarse y
de relacionarse con personas de su entorno, con sentido de
libertad y responsabilidad, hacia el entorno social y respeto a
las normas de convivencia.

Una disciplina bien encauzada no resta libertad, ni disminuye


espontaneidad. Evitar los extremismos y buscar una postura
adecuada sin criticarlo todo, ni excusarlo todo.

La educación no se reduce a una serie de pautas


pedagógicas. Es imprescindible el testimonio del educador que
sabe acompañar, estar y caminar al lado, e incluso ir un paso
por delante.

En la tercera parte de este documento sugerimos 20


indicadores o variables que pueden orientar sobre las
necesidades de formación en el ámbito educativo y que
pueden a su vez convertirse en unos criterios para evaluar la
calidad de la convivencia en los centros educativos.
¿Por qué está
pasando esto?
1. Los cambios del entorno son agentes que configuran
el comportamiento

La sociedad actual vive en vertiginoso cambio y por ello en


ocasiones nos resulta difícil llegar a comprenderla. Nos
vemos impulsados a construir nuestra existencia cotidiana en
torno a tensiones constantes entre polos opuestos y
complementarios. La persona se ve inmersa en esta sociedad
y se siente a la vez sujeto activo y pasivo de la misma. El
proceso de transformación que sufre es consecuencia de los
cambios culturales, científicos, políticos y económicos que
afectan, significativamente, a las personas, y con más fuerza
todavía a los jóvenes, tanto en su escala de valores, como en
sus formas de vida.
1
Asistimos expectantes a una vertiginosa fragmentación de la
1
realidad, donde la subjetividad y la estandarización llevan a
relativizar casi todo hasta resultarnos difícil saber qué se
quiere, qué se persigue o por qué se lucha. Nuestra sociedad
crea una necesidad imperiosa de poseer cosas y de vivir de
sensaciones generando unas categorías morales como que la
persona vale por lo que tiene o, que lo “joven” supera con
mucho a la experiencia. Es decir, nos vemos inmersos en una
sociedad caracterizada por el relativismo moral, el
materialismo, el subjetivismo, el hedonismo, el presentismo,
el vacío de valores y la crisis de la familia.

En la cultura europea actual se aprecian signos que la


caracterizan como aconfesional, poscristiana, posmoderna y
posindustrial. En un marco cada vez más pluricultural
afrontamos la necesidad de alcanzar altos índices de
convivencia, tolerancia, participación, respeto y encuentro de
mentalidades y culturas. Racismo y xenofobia son fenómenos
cada vez más presentes y preocupantes.
2. Las comunicaciones aceleran la dependencia de la cultura
de la imagen

Otra característica que define nuestro tiempo es el


tecnocentrismo que casi con un carácter absoluto conduce a
un determinismo tecnológico, tan influyente en el ser
humano y su cultura. Desde esta perspectiva, podemos
asegurar que la tecnología imperante puede dotar a ésta
de tal poder que las realidades humanas y la cultura se
vean afectadas y, en muchos casos, moldeadas por la
misma tecnología valorando exclusivamente lo útil y lo
inmediato.

A diario nos enfrentamos a miles de palabras e imágenes, a


través de televisiones, carteles, radios, internet... La aceleración
ha conquistado la vida, y la velocidad nos está arrebatando la
capacidad de reflexión, disminuyendo el necesario espacio
para la personalización. Sabemos de la dependencia que
niños y adolescentes tienen de ciertos medios de
comunicación. En algunas ocasiones éstos son factores que
repercuten negativamente en su educación. Los mensajes
mediáticos, basados en lo sensorial y emocional impregnan
la vida sin necesidad de ser asumidos racionalmente.

Lo audiovisual favorece la cultura global atomizada y


fragmentaria, lo que hace que, a la larga, desaparezcan en la
conciencia de las personas las cosmovisiones o imágenes
integrales de la realidad. Esto está llevando, en bastantes
ocasiones, a que la comprensión de la persona humana sea
más intuitiva que reflexiva, más sentida que descubierta, más
manipuladora que libre.

La cultura de la imagen se ha impuesto a la cultura de la


palabra. Las reacciones que tienen los personajes mediáticos,
ya sean violentas o amorales, quedan como imágenes
modélicas de comportamiento. Es decir la persona ha
cambiado más por el hecho televisivo que por lo que dice la
televisión y educa no de una manera clara sino de forma
manipuladora, tanto para el bien como para el mal.

En ella, se induce a los jóvenes a actitudes y


comportamientos de agresividad, a través de los programas
que exhiben violencia y acciones agresivas. Las situaciones
violentas aparecen en la pantalla como la mejor manera
de resolver los pequeños o grandes conflictos, lo que
provoca en todos un modo sacral de reaccionar ante las
dificultades. La violencia es uno de los modos de respuesta
canonizados por las imágenes transmitidas en el cine y la
televisión. Estos modos de aprendizaje provocan en
muchos jóvenes rechazo a todo lo que supone esfuerzo y
cultivo de la voluntad rechazando el crecimiento en los 1
saberes, normas, actitudes, que no se realizan con la
3
inmediatez de lo tecnológico, sino que por el contrario
sabemos que son frutos de la reflexión, la comprensión, la
asimilación.

3. Escenarios festivos y ámbitos escolares

En otros ámbitos la fascinación de la noche es un símbolo


del “presentismo”: rechazo al futuro, pragmatismo,
enfriamiento de las utopías, ocio y diversión. Se trata de vivir
la vida “a tope”. El tiempo que dedican los jóvenes a la
vida nocturna afecta, con profundidad, a la vida escolar, a la
vida con los amigos, al consumo del alcohol, a una vida
sexual descontrolada.

En estos escenarios “festivos”, de disputas y conflictos,


aumenta el clima de violencia de los jóvenes contra los
mismos jóvenes y se respiran también actitudes racistas o
xenófobas, abusos sexuales, malos tratos... Todo ello tiene
fuertes repercusiones en el ámbito de las relaciones personales
que se viven en la escuela, dado que para el joven, la escuela
y los amigos integran en cierta medida un único espacio
convivencial, donde lo que más valoran son los amigos que
sirven como catalizadores entre los medios de comunicación y
ellos mismos.

Estas vertiginosas transformaciones, perceptibles con fuerza en


España, están provocando un cambio social sustancial, que
afecta a la convivencia en todos los ámbitos, también en el de
la escuela. Están trastocando, como se detecta en las aulas,
aspectos sustanciales en el comportamiento de los alumnos y
alumnas, y sus consecuencias son: conductas de intimidación,
miedo, rechazo, discriminación y racismo, relativismo,
rechazo de valores trascendentales, intolerancia, desigualdad,
malos tratos entre iguales, etc.

La escuela reproduce, en buena medida, las virtudes y


los defectos de la familia, de la sociedad, y, como ella, ha
perdido el referente a muchos de los valores que hasta
ahora se han tenido como válidos. La escuela no es un
ámbito donde esto se genere, pero sí es un ámbito donde se
padece de tal modo que las vivencias ambientales y
sociales están provocando un cambio sustancial en la
convivencia escolar.

Los jóvenes se enfrentan, por su parte, a los nuevos retos de


una sociedad cambiante y pluralista de la que, a la vez, son
agentes activos y pasivos, sufridores y consumidores, por lo
que, con frecuencia las manifestaciones de transgresión de la
norma, las faltas de respeto, las conductas agresivas, la falta de
diálogo, la incapacidad de buscar criterios comunes, las
agresiones verbales, los problemas de abuso e intimidación
deterioran la convivencia escolar.

En todo esto tiene una especial importancia el contexto


sociocultural y, por ello, aunque existen casos de abusos e
intimidación en las escuelas de todas las clases sociales, la
problemática es más acuciante en las escuelas localizadas
en ambientes socioculturales bajos, ya que los problemas
sociales son más apremiantes y donde los alumnos y
alumnas, desde la niñez, padecen la poderosa influencia
en todos sus ámbitos y también de la posible
desestructuración familiar.

4. La estructura de un Sistema Educativo que provoca


enfrentamientos en el ámbito del aula

La misma ordenación del Sistema Educativo contiene


elementos que pueden generar o favorecer la conflictividad.
La poca diversificación del Sistema crea un espacio de
convivencia en el que convergen alumnos con distinto grado
de motivación y capacidad, lo que provoca un enfrentamiento. 1

5
Algunas graves dificultades para la convivencia en los centros
puede decirse que encuentran su origen también en la
imposición normativa de una enseñanza ultracomprensiva que
no tiene en cuenta la diversidad de necesidades, aptitudes,
inclinaciones e intereses de los alumnos. Sin duda éste es uno
de los factores de desmotivación de los alumnos y del rechazo
que experimentan a la propia institución escolar, hasta adoptar
la postura de verdaderos "objetores escolares".

Este rechazo se traduce en conductas conflictivas cuando no


manifiestamente violentas que impiden alcanzar las
condiciones mínimas para la convivencia. La existencia de
estos problemas no puede atribuirse simplemente a falta de
preparación en el profesorado para hacer frente a la
heterogeneidad de los grupos a los que ha de atender, y la
solución ha de pasar por una revisión del postulado de la
ultracomprensividad, sin duda inspirado en loables intenciones
extraeducativas, pero educativamente contraproducente. La
atención a la diversidad de aptitudes, necesidades, intereses,
inclinaciones y preferencias de los alumnos puede exigir
medidas de agrupamiento homogéneo de éstos sin perjuicio de
una formación nuclear o troncal común y sin efectos
discriminatorios de ningún tipo. Es preciso conceder a los
centros suficiente margen de autonomía para que en relación
con estos problemas puedan adoptar medidas aconsejadas por
su experiencia y especiales circunstancias.

La competencia legal del poder público para ordenar el


sistema educativo y ejercer el control sobre todos los centros y
de modo especial en los sostenidos con fondos públicos, no
debe derivar en un dirigismo que ahogue la autonomía y la
capacidad de iniciativa de los centros, de sus directivos y de
las comunidades educativas. Es preciso además advertir que, si
a todos puede imponerse la obligación de haber alcanzado la
formación básica necesaria para el pleno ejercicio de sus
derechos y el pleno cumplimiento de sus deberes en la
sociedad a la que pertenece, no puede imponerse, en cambio,
determinados modos de escolarización a quienes, en uso de su
libertad, pueden preferir otras vías para su formación, incluida
la fundamental dimensión socializadora.

La situación descrita genera, igualmente, desmotivación y


desilusión en los docentes, que están contemplando con
desánimo su vocación y profesionalidad. Esta escéptica actitud
lleva a algunos docentes a considerarse como meros
acompañantes del proceso educativo. Otros como meros
espectadores simplemente y a otros a poner toda “la carne en
el asador” para cumplir su tarea.

El principio de integración quiere asegurar una igualdad


psicológica y social, pero sin preguntarse por el perjuicio del
rendimiento, como si la escuela fuese el lugar y la fuente de
las igualdades.

Los informes sociológicos muestran que la agresión más


común es la verbal y en la escuela es el ámbito donde ésta se
da con mayor agresividad y es el lugar más propicio para
poner en ridículo al compañero o compañera. Los jóvenes
señalan haber recibido amenazas e insultos graves en la
escuela, en algunas ocasiones provocadas por su origen social.
Son los alumnos y alumnas de la clase media los que reciben
el mayor número de agresiones físicas, la mayoría son
curiosamente propiciadas por los propios amigos.

A pesar de este cuadro de referencia, analizado desde la


perspectiva de la un análisis de falta de convivencia y factores
que influyen en la misma, creemos que la escuela, debe servir
a la vida y, por lo tanto, necesita un conjunto de estrategias
para introducir en el espacio educativo un talante que permita
experimentar los valores de la convivencia, y hacer posible
una interacción pacífica, respetuosa y constructiva.

7
¿Qué hacer
para mejorar
la convivencia
en la escuela?
La convivencia es resultado de muchas variables

La convivencia no es un objetivo directamente asible en sí


mismo, sino un valor que responde a una realidad
multifactorial. Por ello hemos optado por un método que
consiste en buscar las principales variables que determinan la
convivencia, convertirlas en indicadores para programar
nuestros proyectos educativos, en herramientas para construirla
día a día y en parámetros para evaluarla.

Estructura para el análisis de las variables

• Nombre de la variable o indicador para construir la


convivencia. 1

• Modelo no constructivo de la convivencia. 9


• Herramientas intermedias como medio para llegar a la meta
marcada por cada variable de la convivencia.
• ¿Qué hacer desde el equipo directivo?
• ¿Qué hacer desde el claustro?
• ¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?
• ¿Qué hacer en la familia?
20 propuestas para educar en la convivencia

1. Bienestar emocional
2. Comunicación y retroinformación
3. Toma de decisiones
4. Satisfacción
5. Expresividad
6. Cultura de éxito
7. Afrontar los conflictos
8. Organización social del aula
9. Diversidad
10. Libertad y respeto
11. Liderazgo, comunidad y ciudadanía
12. Atención a los marginales
13. Democracia educativa global
14. Atención individualizada
15. Clima escolar positivo
16. Negociación sin perdedor
17. Autoestima
18. Inteligencia compartida
19. Asertividad y dignidad
20. Inteligencia moral
1. BIENESTAR EMOCIONAL

Modelo no constructivo: Frialdad interpersonal basada en


la efectividad
La convivencia se rompe cuando las personas dejan de sentir
que pertenecen a un grupo humano o comunidad, cuando se
sienten ignoradas, minusvaloradas o apartadas.

Herramientas intermedias: Entrenar las habilidades


emocionales
Desde que Daniel Goleman acuñara el término de “inteligencia
emocional” todos asumimos que ésta es la clave de calidad de
muchas empresas e instituciones, así como el atractivo y
2
autorrealización de las personas. Más aún, descubrimos que
esta inteligencia se puede aprender. Proponemos, pues, que se 1
articulen vías que incorporen de forma curricular la educación
afectiva y la comunicación de sentimientos.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Promover momentos que fomenten el trato personal: cenas,
celebraciones, excursiones. No es bueno organizarlo todo,
pero sí dar pie a que haya detalles personales, que sirvan de
excusa para un mayor contacto interpersonal. Crear un clima
de confianza, que se construya mediante la valoración positiva
explícita, verbal y no verbal de los miembros del claustro.
Olvidar la idea de que insistir en los defectos y fallos va a
hacer que las personas trabajen más.

¿Qué hacer desde el claustro?


Crear un ambiente cálido, cercano, donde las personas se
sientan a gusto y con libertad para abordar proyectos y
problemas sin miedos y recibiendo un claro respaldo y
confianza. Cuidar los lugares y momentos de comunicación.
Es importante ambientar un sitio con personalidad, amplio,
cómodo y accesible que invite a que los educadores puedan
encontrarse en los descansos y momentos del café, lejos del
ritmo académico.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


El dominio de las habilidades emocionales es tan importante
como los conocimientos académicos, para encontrar un
trabajo, para ser feliz en una familia y para conseguir metas
personales. Las habilidades emocionales no se explican en la
pizarra, ni con los libros, se aprenden viviendo situaciones
cotidianas, escenificando papeles, comunicando sentimientos,
comprendiendo estados de ánimo en canciones, textos o
películas.

¿Qué hacer en la familia?


Dar seguridad y confianza a los hijos. Ayudar a pensar en
positivo. Evitar las presiones emocionales y los chantajes. No
dar pie a la desconfianza que se refleja en detalles como espiar
sus cosas personales, agendas, mochila o habitación.

2. COMUNICACIÓN Y RETROINFORMACIÓN

Modelo no constructivo: Opacidad informativa


La ocultación de información es necesaria en determinados
momentos y puede repercutir positivamente en quien la ejerce.
Pero sus beneficios son ridículos en comparación con el
daño que causa a la convivencia. Con frecuencia se convierte
en instrumento de poder y de presión que produce
desorientación y marca una filosofía que anula cualquier
intento de implicación de profesores, familias y alumnos en la
comunidad educativa.
Herramientas intermedias: Entrenar las habilidades de
comunicación
La comunicación es uno de los principales criterios de calidad.
La sociedad, las empresas y las instituciones piden personas
que sepan comunicar. La ausencia de esta materia en el
currículo escolar es preocupante. La escuela sí es un lugar
donde poder aprender estas habilidades.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Potenciar la comunicación interna. Hacer previsiones a largo
plazo e informar ampliamente a los profesores sobre los
proyectos a la vista. No ocultar cuestiones laborales, tales
como contratos, despidos o datos económicos. Facilitar
gestiones para buscar recursos materiales y humanos para 2
conferencias, celebraciones o tutorías. Recoger las quejas o
3
sugerencias del personal.

¿Qué hacer desde el claustro?


Poner en común información, criterios y proyectos que
interesen e impliquen a toda la comunidad educativa.
Establecer cauces de comunicación interna y externa,
participar activamente en la elaboración y desarrollo del
proyecto educativo potenciar instrumentos de comunicación:
revista del centro, carteleras, fotografía, murales, lectura en
público, zonas de libre expresión, conocimiento y crítica de
los medios de comunicación, etc.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Dedicar en nuestras programaciones mucho tiempo a entrenar
determinadas habilidades: cómo saludar, cómo iniciar y
mantener una conversación, cómo vender una iniciativa,
cómo persuadir. Una sencilla y preciosa forma de aprender a
comunicar es trabajar desde Educación Primaria con cuentos,
para que los niños y niñas vayan adquiriendo las formas
narrativas de expresión.
¿Qué hacer en la familia?
Buscar tiempos de comunicación donde esté presente toda la
familia y contarnos los pequeños éxitos, fracasos, necesidades,
proyectos y sueños. Sugerencia: cenar todos los días juntos,
con la televisión apagada donde se comenten las anécdotas
del día.

3. TOMA DE DECISIONES

Modelo no constructivo: Aglutinación de poder


Otro enemigo de la convivencia se aloja en el malestar que
produce sentirse “ninguneado” en la comunidad educativa.
Es imposible sentirse implicado y responsable cuando uno no
es tenido en cuenta para tomar las decisiones.

Herramientas intermedias: Delegar responsabilidades en


niveles múltiples
El afán de perfeccionismo nos hace sentir miedo a dejar que
otros lleven a cabo tareas de las que no sabemos si sabrán
responder. Saber delegar debe ser un pilar para construir el
concepto de comunidad y por lo tanto el de convivencia.
Las responsabilidades que se asignen sólo servirán cuando
lleven el respaldo de la confianza y la autonomía suficiente
para tomar decisiones propias en el terreno que se haya
delimitado.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Incentivar los cargos y responsabilidades intermedios. Fijar
objetivos a corto y medio plazo y hacer un seguimiento de los
mismos. Es decir confiar, pero no hacer dejación, sino
acompañar y dar importancia y significado a las reuniones y a
las decisiones tomadas en los equipos de trabajo.

¿Qué hacer desde el claustro?


Conseguir una distribución proporcionada de las
responsabilidades, de forma que cada cargo esté lleno de
funciones explícitas, y de su funcionamiento dependa la
marcha del centro. Educar para la convivencia sólo es posible
si funcionan las sinergias entre los miembros de la comunidad
educativa, es decir si las fuerzas se suman, sin yuxtaponerse, ni
neutralizarse. Por ello es imprescindible el buen
funcionamiento de los coordinadores de departamentos, los
coordinadores de nivel, los responsables de la orientación, de
2
la pastoral... en pro de los niveles de calidad aprobados y
asumidos entre todos. 5

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Tomar compromisos por escrito, que tengan topes temporales
y que sean evaluados y revisados. Hacer que los alumnos y
alumnas tengan iniciativas, busquen información, pregunten
y se sientan “robinsones”. Procurar que no sea el delegado de
clase el que aglutine todas las responsabilidades. Se pueden
nombrar delegados para la pizarra, las persianas, para
organizar excursiones, para contactar, informar y animar a
compañeros enfermos...

¿Qué hacer en la familia?


Entender que la colaboración en las tareas de casa, no tiene
sólo el objetivo de descargarse de trabajo, sino un fuerte
sentido educativo. Favorecer, desde pequeños, la toma de
decisiones y la elección de alternativas en cosas concretas:
ropa, comidas, horarios de diversión, de tele y de trabajo,
viajes o excursiones de familia, uso del dinero personal,
amigos...
4. SATISFACCIÓN

Modelo no constructivo: Autoritarismo vertical


Un anuncio publicitario dice que ya se ha acabado el modelo
de comunicación unidireccional. Hay que girar el micrófono
para que todas las personas tengan su voz. La actual
revolución mediática y sobre todo mental está provocando que
el receptor pase a tener la voz cantante.

Herramientas intermedias: Descubrir las necesidades y


conectar con los intereses
El descubrimiento del cliente ha sido el mayor logro de los
programas de calidad de empresa. Preferimos hablar de
receptor o de personal, entendiendo la educación como un
acto comunicativo. Sólo se asimila aquel conocimiento
que se asocia a otro que ya existe en nosotros. Partir de
las necesidades e intereses es el principio del aprendizaje
significativo, como otra forma de educar para la
convivencia.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Retroinformarse sobre el grado de satisfacción del claustro,
alumnado y familia. Hacerlo sobre puntos concretos, evitando
juicios y generalizaciones. Toda evaluación tiene sentido si
está construida para tomar decisiones, si no es mejor no
hacerla.

¿Qué hacer desde el claustro?


Recordar periódicamente algunos informes psicológicos,
sociológicos, así como distintos materiales culturales,
que ayuden a descubrir los valores positivos de los
alumnos, para potenciarlos, y articular una educación
desde lo positivo, desde la satisfacción y para la
satisfacción.
¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?
Dedicar tiempo, recursos y esfuerzos a conocer cómo son
nuestros alumnos. Jerarquizar sus necesidades físicas,
anímicas y metodológicas. Enterarnos de su mundo
cultural, sus canciones, películas, lugares, ropas, e
incorporarlo al espacio escolar. Evaluar periódicamente
los índices de satisfacción de las personas y el grupo,
potenciar actividades generadoras de protagonismo y
autoestima, estimular la libre iniciativa en fiestas, tiempo libre,
sistemas de organización de la vida del aula, establecer
ambientes de encuentro –música, decoración, actividades,
horarios–, con altos grados de autogobierno y
corresponsabilidad.
2
¿Qué hacer en la familia?
7
La familia es valorada en todos los informes sociológicos como
la institución que mejor logra una vivencia afectiva
satisfactoria de sus integrantes. Aumentar la participación de
las familias en el centro ayudará a: evitar el peligro de caer en
una vivencia “enclaustrada” de la familia hacia sí, compartir
entre distintas familias sus formas de crear lazos afectivos, y
contagiar al centro educativo con nuevas formas más
personalizadas.

5. EXPRESIVIDAD

Modelo no constructivo: Higiene y orden


Michel Foucault hizo el análisis filosófico de este modelo.
Películas como El muro ayudaron a desentrañar los graves
problemas que origina determinadas actuaciones escolares que
imponen silencio, filas, estudio, limpieza de patios y de
paredes, pero que dinamitan la convivencia.
Herramientas intermedias: Crear espacios, tiempos y
métodos de creatividad
La convivencia no es fruto sólo de que la gente se sienta a
gusto. Es necesario mostrarla expresivamente, físicamente y
externamente.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Promover y asumir ideas, experiencias y planes pedagógicos
nuevos, estimular la originalidad y la creatividad en los signos
externos del Centro. Hacer que las paredes del centro, del aula y
de los pasillos hablen por sí mismas y se conviertan en medios
de expresión y reflejo de la creatividad y alegría del centro.
Asegurarnos que las paredes de nuestro centro no son de otro
siglo, ni son hospitales, ni candidatas a un concurso de limpieza.
Animar a la gente a participar y a expresar ideas utilizando los
medios que pongamos a su disposición: carteles, corcheras,
paneles, recreos, juegos, noticieros, novedades, biblioteca...

¿Qué hacer desde el claustro?


Hacer de los claustros foros idóneos donde todos puedan
expresar problemas, dificultades, proyectos e iniciativas, por
muy descabaladas que sean, y esto se haga con comodidad y
sin juicios.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Primar la espontaneidad sobre la apariencia, la personalidad
sobre la masificación, la autonomía sobre la sumisión, la
originalidad sobre la copia, en la colaboración, la participación,
el trabajo de grupo, la puesta en común o confrontación de
puntos de vista, la apertura a los demás, la celebración, la fiesta.

¿Qué hacer en la familia?


Programar, entre todos, calendarios para el mes y el año para vivir
juntos momentos extraordinarios, que se preparen, que decidamos
en común hasta los mínimos detalles. Pueden ser excursiones,
visitas a museos, atracciones, cine, comidas, paseos o deporte.

6. CULTURA DE ÉXITO

Modelo no constructivo: Concepto de fracaso escolar


Cada año aumenta el número de alumnos que se consideran
fuera de un sistema que les considera fracasados. La función de
este concepto de “fracaso escolar” ha sido la de seleccionar
socialmente a las personas bajo la intencionalidad educativa de 2
hacerles trabajar más y ser mejores.
9

Herramientas intermedias: Plantear metas intermedias


Cuando un alumno tiene dificultades de aprendizaje, una
herramienta es parcializar las metas que se pretenden
conseguir. Otra herramienta es desviar totalmente la
metodología hacia otro tipo distinto de inteligencia a la
empleada hasta ese momento. No podemos identificar “éxito”
con el logro elitista de unos objetivos al alcance de unos pocos.
Lo vemos como la vivencia de un proceso –no sólo unas metas–
desde unas opciones personales y comunitarias y desde unas
jerarquías de valores asumidas y vividas.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Inventar conceptos y metáforas para nombrar de forma positiva
a los grupos de alumnos que necesitan más apoyo y una
concreción totalmente distinta del currículo. Por ejemplo hacer
grupos por colores, ya no hablaremos de los “torpes” o
alumnos con carencias, sino por ejemplo del “grupo verde”,
porque son los creativos, en un mismo plano que el “grupo
azul” que ya no son los “listos”, sino los lógicos.
¿Qué hacer desde el claustro?
Utilizar la teoría de las inteligencias múltiples de H. Gardner
para desterrar el concepto de fracaso escolar. Habla de siete
tipos de inteligencia: lingüística, musical, lógico-matemática,
espacial, cinestésico-corporal, interpersonal, intrapersonal.
El fracaso puede darse en un tipo de inteligencia, pero
difícilmente en todas.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Evitar las etiquetas denigrantes, las compasivas y las que
minusvaloran a las personas, favoreciendo al máximo la
posibilidad de que cada uno pueda aportar lo mejor de sí
mismo al grupo: dibujo, música, simpatía, seriedad, trabajo
manual, exposiciones de trabajos... La suma de pequeños
éxitos personales aporta sensación de éxito, a todo el grupo.

¿Qué hacer en la familia?


Reconocer los especialistas que se esconden tras nuestros
hijos. Que de ahí surjan responsabilidades, logros y
reconocimientos. Estos serán metáfora de su autoconcepto de
sentirse valiosos y capacitados en la vida. Por ejemplo: hacer
pasteles, cocinar pasta, limpiar cristales, lavar el coche,
comprar regalos, preparar viajes, etc.

7. AFRONTAR LOS CONFLICTOS

Modelo no constructivo: Falta de disciplina


Creemos que el conflicto en sí puede ser positivo porque
dinamiza la convivencia. Los mayores peligros del conflicto
son otros: pretender vivir sin conflictos, camuflándolos o
negándolos, y pretender encontrar atajos buscando soluciones
urgentes que se vuelven artificiales.
Herramientas intermedias: Combinar normas y expectativas
Las normas son un medio no un fin, ni siquiera son un
método, sino un marco para convivir mejor. Las expectativas
aportan un plus para entender la convivencia, no como un
camino de contención de conflictos para lo que sí sirven las
normas, sino como la potenciación de las relaciones
interpersonales.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Combinar la asertividad para defender cuáles son los derechos
del equipo directivo, con la flexibilidad para explicar, pactar y
adaptar el reglamento de régimen interno a las personas y
circunstancias.
3
¿Qué hacer desde el claustro? 1
Hacer que las reuniones de los educadores sean eficaces, que
siempre se concreten al final algunas conclusiones por escrito.
El Management actual defiende la necesidad de fomentar la
discordia en las reuniones para generar intercambio de ideas.
Una reunión tranquila equivale a que las cosas importantes se
han podido quedar en el tintero.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Cultivar más el espíritu preventivo que el represivo, limitando
la normativa a puntos fundamentales –por ejemplo sólo cinco
normas– con fórmulas inteligibles para los alumnos, negociar y
pactar con los alumnos aspectos de la normativa que les
atañen en función de su grado de madurez y realizar un
itinerario de creciente autogobierno y autodominio.

¿Qué hacer en la familia?


Defender ante los hijos, desde pequeñitos, que hay derechos
de los padres que no son negociables. Reconocer así mismo
los derechos que tienen los hijos.
8. ORGANIZACIÓN SOCIAL DEL AULA

Modelo no constructivo: Disrupción


El concepto de disrupción se refiere a los casos de boicot
intencionado y continuado por parte de un alumno o un grupo
que se sirve de actos que distorsionan, desordenan o impiden la
actividad docente, frente a los cuales no siempre se actúa desde
una opción por el respeto a la mayoría y por un clima de
convivencia positiva en el Centro.

Herramientas intermedias: Adecuar los tiempos y


ocupaciones
Las causas de la disrupción parecen ser las siguientes: la
desmotivación, el aburrimiento, la apatía y la desconexión del
alumnado respecto a la lógica curricular. Tenemos que adecuar
la oferta educativa del centro –tiempos, tareas, normativa y
criterios de evaluación– a la demanda y expectativas de los
destinatarios.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Mimar sobre todo a los tutores, que pueden hacer una función
mediadora en casos de disrupción y son los mejores
catalizadores para adecuar tiempos y ocupaciones. Concienciar
a los tutores de su función imprescindible para que el aula
conviva a fondo como un microcosmos social y comunicativo.

¿Qué hacer desde el claustro?


El claustro también puede ser un escenario agente de
disrupciones, arraigadas en conflictos enquistados, e incluso más
cargados de agresividad para el centro que las propias
disrupciones del aula. Sugerencia: no aplazar ningún conflicto,
no inhibirse. Existe una falsa cultura de la paz según la cual sería
mejor no plantear problemas para no hacer daño. Los conflictos
cerrados en falso crean más problemas y hacen más daño
cuando se perpetúan en el tiempo.
¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?
Arriesgar todo nuestro capital humano y también nuestros
recursos materiales por la tutoría. Reservar las mejores horas del
calendario escolar, las mejores salas, o en su caso invertir en
mesas y sillas que se puedan mover para dar flexibilidad y
posibilidades de distintas formas de comunicación y agrupación.

¿Qué hacer en la familia?


Preparar el marco para el desarrollo de la inteligencia colectiva
y compartida de los hijos. Es sano crear ambientes intimistas
intrafamiliares, pero conviene prevenir la creación de
paradisíacas burbujas que al final asfixian a los miembros de la
familia. La sociedad actual ya funciona bajo un modelo muy
reduccionista a lo individual, que conviene tener en cuenta y 3
contrarrestar. Sugerencias: salir, viajar, participar en reuniones,
asociaciones de contenido político, religioso, de ocio... 3

9. DIVERSIDAD

Modelo no constructivo: Uniformidad


Ignacio Ramonet crea el concepto de “pensamiento único” para
denunciar las estrategias de estandarización, homogeneización
y uniformización que despliega nuestra cultura. Ramonet mira
sobre todo hacia la economía, pero los resultados del
pensamiento único se reflejan en otros ámbitos: las mismas
películas, series televisivas, informaciones, canciones,
eslóganes, ropa, urbanismo, etc.

Herramientas intermedias: Confiar en la autonomía de las


personas
Salirse del modelo educativo de la uniformización tiene su
coste, surgen nuevos problemas cada día y las respuestas no
están estandarizadas. La mejora de la convivencia, de la
participación y de las iniciativas son fruto de la confianza
en la singularidad y en las aportaciones únicas de cada
persona. Eso sí, aumentará el jaleo, el ruido, el desorden.
Habrá que ver qué entendemos por convivencia.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


La clave vuelve a ser “delegar”. Por ejemplo, al organizar
una jornada temática sobre Europa, sobre el Tercer Mundo o
sobre la lectura, se potencia la diversidad delegando
totalmente en una persona o en un equipo, en lugar de dar
directrices explícitas o implícitas.

¿Qué hacer desde el claustro?


Una doble línea: hay que convencerse de que los proyectos
educativos son imprescindibles. Hay que potenciar la
sistematización de unos objetivos comunes a medio y largo
plazo. Por otra parte no hay que confundir que todos
desarrollemos un proyecto educativo con que todos
hagamos las mismas cosas del mismo modo. Hay que
potenciar que cada educador y cada persona tenga unas
formas, métodos y preferencias originales y particulares,
que respeten a los demás y que también sean respetados.
Hablamos otra vez de iniciativas chocantes y desacuerdos,
que vemos que se vuelven imprescindibles si queremos educar
en la diversidad.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Convertir el aula y la tutoría en un foro para compartir
vivencias personales, y para intercambiar mundos culturales
(por ejemplo lecturas, tipos de música, películas, viajes
soñados). Hacer esto con la finalidad educativa de
aprender a reconocer la diversidad personal y cultural, de
cara a romper algunos clichés uniformados.
¿Qué hacer en la familia?
La diversidad de edades, ocupaciones, intereses y horizontes es
una de las riquezas que podemos encontrar en la familia.
Atender y potenciar la originalidad de cada uno, comunicar y
compartir la vida de casa y las inquietudes del entorno ayuda a
la convivencia. Ahí entran los regalos, las lecturas, los menús,
las fiestas, alegrías y dolores, biorritmos y experiencias. Todos
esto son plataformas de diversidad y convivencia.

10. LIBERTAD Y RESPETO 3

5
Modelo no constructivo: La perfección como ideal
Estamos hablando de uno de los modelos educativos más
empleados en la historia de la humanidad. Hoy el cociente
intelectual, la experiencia, la abstracción, el bagaje de
conocimientos académicos han dejado de ser la clave. Dicen
los expertos que el 67% de las habilidades necesarias para el
desempeño eficaz de una tarea y para desenvolverse en la vida
son de índole emocional.

Herramientas intermedias: Fomentar el debate y la


discusión
Si hablamos de educar en y para la convivencia las habilidades
de comunicación para participar, debatir y discutir se convierten
en las principales herramientas que tenemos que fomentar.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Potenciar los puntos de vista que sean distintos sobre cualquier
cuestión. Esto siempre será más enriquecedor que el silencio o
la omisión.
¿Qué hacer desde el claustro?
Evitar que nuestros proyectos educativos estén encaminados a
perseguir la perfección. No podemos conseguir los mismos
objetivos, con los chicos de distintos años, con distintos
profesores, en distintos momentos.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


El aula es un foro idóneo para crear, animar y proponer
coloquios interesantes por los temas que se traten, e
interesantes sobre todo por ser un campo para aprender
habilidades de comunicación y para aprender las reglas
básicas del juego de la convivencia.

¿Qué hacer en la familia?


Los tutores pueden trabajar con los padres de su tutoría en
varias sesiones sobre la importancia de las discusiones en
familia, y aprender técnicas para proponer más participación.
Discutiendo los hijos aprenderán a comunicarse, a emitir
opiniones, a defender criterios ante otros distintos y a escuchar.

11. LIDERAZGO, COMUNIDAD Y CIUDADANÍA

Modelo no constructivo: Absentismo escolar y retraimiento


social
Puede existir la creencia de que la gente tiene ansias de
participar. ¡Cuidado! La gente sólo participa cuando se dan
determinadas circunstancias. Por eso en este punto damos
suma importancia al papel de liderazgo que tiene el equipo
directivo para dinamizar a los educadores, así como el
papel que tienen los educadores para dinamizar a los alumnos
y familias.
Herramientas intermedias: Fomentar la participación en
grupos y crear redes
El liderazgo y la empatía son condición para la participación.
La participación es la herramienta metodológica para
conseguir trabajar en equipo y crear comunidad con
inteligencia colectiva. Los valores cívicos y comunitarios son
sus frutos y el mejor antídoto para prevenir el absentismo
escolar –físico y psíquico– y el retraimiento social.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Tomar conciencia de que la dirección de un centro no es el
director, ni siquiera el equipo directivo, sino la dirección que
toman las cosas, las tendencias que se adivinan y que se
evidencian. Todas las habilidades que aparecen en los cursos 3
de formación para equipos directivos están referidas a la 7
capacidad para implicar al personal en la participación. Sin
duda los equipos directivos tienen necesidad urgente de una
mínima formación emocional y comunicativa para ejercer el
liderazgo que requiere trabajar en equipo: entender a los
demás para ser entendido, crear situaciones de ganancia mutua
–si no la gente no tendrá por qué participar–, saber jerarquizar
los objetivos y metas, encaminar la cooperación hacia la
creación de sinergias –no a la suma de individualidades–,
comprender de forma física, emocional, mental y social a cada
uno de los individuos.

¿Qué hacer desde el claustro?


Fomentar la participación de forma habitual, periódica y de
todos los miembros del claustro. Recurrir a distintos métodos:
tomas de contacto puntuales, análisis a fondo de problemas,
encuestas, cuestionarios concisos y nada profesionales, que
simplemente sean percibidos como métodos de participación
para cohesionar la convivencia. Lo más importante: tener en
cuenta las opiniones fruto de esa participación a la hora de
tomar decisiones.
¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?
Romper de una vez con el modelo del silencio que sólo
beneficia a algunos profesores. La participación, las rupturas,
intervenciones, sugerencias y vivencias son la única hoja de
evaluación de que estamos educando en valores cívicos y
comunitarios.

¿Qué hacer en la familia?


El tutor puede convocar un encuentro anual –por ejemplo una
fiesta temática de disfraces–, donde los padres y madres dejen
de ser espectadores y pasen a ser actuantes y participen en
juegos, dinámicas, enigmas, banquetes o decoración. Hacer
esto no por marketing, sino porque tiene un alto contenido
educativo en y para la convivencia.

12. ATENCIÓN A LOS MARGINALES

Modelo no constructivo: Expulsión o apartamiento de


alumnos desestabilizadores
La educación corre peligro de caer en un “darwinismo social”.
Consiste en confundir por ejemplo la autonomía con dejar que
sucedan las cosas que tienen que pasar, y claro, los peces
grandes se comen a los chicos y la ley que funciona es la de la
selva. Para contrarrestar esto se inventó el concepto de
proyecto, desde el que nace la clara exigencia moral y
educativa de defender y fortalecer al alumnado adecuándose a
sus circunstancias.

Herramientas intermedias: Concepto de proyecto y de


comprensividad
Crear un proyecto es elegir un foco desde el que mirar, con el
que iluminar y hacia el que dirigir todo lo que hacemos,
educamos y vivimos. Es evitar someterse a los “volantazos” de
la improvisación o de lo “urgente” y centrarse en procesos
con la perspectiva del medio y largo plazo. Elena Martín
entiende el concepto de comprensividad como el modelo
educativo asegura una educación para todos y que concibe
a todo alumno como “superdotado” en algún ámbito del
desarrollo y le conduce a través de un proceso de enseñanza
exigente y ambicioso para explotar las zonas fuertes de
cada alumno.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Incentivar a los educadores que sean los abanderados de
estos grupos difíciles y con dificultades. No hablar del sexo
de los ángeles, presionar a la Administración para conseguir 3
más recursos económicos, más profesores de apoyo, más
medios materiales. Esta es la regla de tres más simple de la 9
pura profesionalidad si de verdad se quiere atender a la
diversidad.

¿Qué hacer desde el claustro?


Desestimar la costumbre de muchos centros de “invitar a
abandonar el centro” a aquellos alumnos que, aunque hayan
estado largos años en el centro, ahora presentan problemas
porque suspenden demasiado, tienen amigos peligrosos,
siempre incordian en clase y no trabajan. Estos alumnos no se
apartan del sistema, sino que sufren nuestra pereza porque
ellos suponen mucho más trabajo.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


El mayor problema de algunos alumnos marginados es que
simplemente son distintos, nada más. La forma más típica de
reforzar esta marginación es educar por omisión, es decir por
ausencia de contacto, más aún de caricias. Por lo tanto un
objetivo mínimo es contactar con estos alumnos, aunque sólo
sea con la mirada.
¿Qué hacer en la familia?
En la película titulada “Hoy empieza todo”, se ve la
importancia de reconciliar a las familias con el centro, de
buscar afinidades. Debemos intervenir con cautela y con un
cariño infinito, para poder ser claros y abordar los problemas
con realismo y buscar soluciones donde el objetivo primero
sea el alumno.

13. DEMOCRACIA EDUCATIVA GLOBAL

Modelo no constructivo: Recursos punitivos


Daniel Goleman dice que el líder coercitivo “lo haces porque
yo lo mando” es eficaz sólo en situaciones de emergencia,
cuando no hay tiempo de explicaciones. En el resto de
situaciones es negativo.

Herramientas intermedias: Comunidad educativa como


sistema complejo total
Se está intentando convencer a los empresarios de que la
informática es importante porque por primera vez permitirá
crear en la empresa un “sistema nervioso digital”. Este
concepto tiene mucha miga si lo aplicamos a la convivencia
en la escuela. Bill Gates lo explica así: “El sistema nervioso
digital hará posible que los datos y las ideas broten desde los
escalones inferiores de la organización, donde está la gente
que tiene la información sobre las preguntas... Y hasta es
posible que muchas de las respuestas”. Los centros educativos
y en general cualquier grupo o institución tendrá la obligación
de integrar a todos sus miembros, uno a uno, si quiere tener
alguna significatividad en esta sociedad.
¿Qué hacer desde el equipo directivo?
Actuar desde esta máxima: “La autoridad no existe para dar
órdenes, sino para ayudar al grupo a desarrollar su capacidad
de ayudarse a sí mismo”.

¿Qué hacer desde el claustro?


Abandonar la pretensión de reorganizar el centro mediante
reglas, normas y castigos. Dedicar un esfuerzo extra para
decidir por cuál “sistema nervioso” se opta como comunidad
educativa.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Cuanto sugiera colaboración y encuentro: los delegados de 4
curso, el deporte, el teatro, el cine, la escenificación, la
comunicación de sentimientos, los cumpleaños, las visitas a 1
compañeros enfermos, actividades de apoyo a los más
retrasados, trabajos en común, etc.

¿Qué hacer en la familia?


Que padres y madres se empapen de esta máxima: “Elogios en
público, reprimendas en privado”.

14. ATENCIÓN INDIVIDUALIZADA

Modelo no constructivo: Compasión hacia alumnos con


problemas
La compasión no siempre funciona como virtud. Muchas
veces se convierte en un arma sutil de manipulación y en un
arma blindada difícil de abordar y contrarrestar. La psicología
nos advierte de los peligros de ir de “salvadores” por la vida.
Herramientas intermedias: Entrenar las habilidades sociales
Los alumnos con problemas no necesariamente han de
cambiar de valores. En la mayoría de los casos necesitan
aprender habilidades sociales muy concretas, que les reporten
éxitos puntuales. Serán estas experiencias las que configuren
su mentalidad y sus valores, no los discursos moralizantes o
conmiserativos.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Recibir la formación necesaria en habilidades sociales para
poder tener una atención personalizada con todas las personas
del centro. Salirse de los habituales círculos académicos donde
los directivos sólo reciben cursos que insisten una y otra vez
en lo teórico.

¿Qué hacer desde el claustro?


Enterrar la maquinaria de etiquetado con la que clasificamos a
nuestros alumnos. Enterrar los informes académicos y
psicológicos que encierran a las personas detrás de “códigos de
barras” o sambenitos que determinan la actitud y expectativas
que tienen los educadores ante estos alumnos con dificultades.
Inventar otro tipo de informes: su canción favorita, su ídolo, su
cumpleaños, su ropa, sus sueños, frustraciones, amigos, familia...

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Escenificar situaciones cotidianas con amigos, familia, escuela,
comercio... para entrenar nuestros “músculos” comunicativos
para dominar los pasos metodológicos, las técnicas y las claves
de la comunicación.

¿Qué hacer en la familia?


Dedicar un tiempo semanal determinado y sagrado a cada hijo
y a la pareja. El primer deber para este tiempo será: escuchar.
Para escuchar hay que conocer primero su mundo, gustos,
aficiones y experiencias. Después hay que aprender a
escuchar: organizar alguna sesión con el tutor para entrenar
nuestras habilidades sociales. Como sugerencia para
escuchar: dejar que hablen ellos. Si no hablan: hacer cosas
juntos que os diviertan. El mensaje que tendrían que vivir:
“Mi padre o mi madre no me quiere comer el coco, está a
mi lado porque me quiere sin más y puedo contar con él
y con ella”.

4
15. CLIMA ESCOLAR POSITIVO
3
Modelo no constructivo: Organización unidireccional
El modelo clásico unidireccional consistía en que la verdad
sobre la vida, la felicidad y los conocimientos estaba en
manos de los que jerárquicamente estaban más arriba. El
método de maduración y crecimiento consistía en subrayar los
defectos y podar los brotes no deseados. Este modelo hoy ha
cambiado brutalmente. El menosprecio crónico engendra el
sentimiento de incapacidad, el carácter pesimista y la
conducta destructiva.

Herramientas intermedias: Interformación multidireccional


Es necesario pasar de la información a la formación, y de la
formación a la interformación. Abandonar el enfoque
unidireccional donde el educador posee la verdad y la inculca
a los alumnos. En el modelo multidireccional el educador no
se encarga de encontrar y transmitir, sino de crear un ambiente
positivo para que el grupo se convierta en generador de
energía. El optimismo, tanto individual como colectivo, se
puede aprender y es determinante para la convivencia.
¿Qué hacer desde el equipo directivo?
Tener detalles. Gestionar los detalles no es sencillo. Parte
importante de los detalles es la sorpresa, romper alguna
expectativa del que los recibe. Pasa como con el silencio,
cuando se le nombra desaparece, así el detalle cuando se le
espera pierde fuerza. Sugerencias: una rosa como
agradecimiento, hacer regalos distintos a cada persona, pedir
libros a alguna editorial para una fecha especial...

¿Qué hacer desde el claustro?


Romper la rutina escolar organizando momentos o días
especiales, que se construyan con la participación, no
excesivamente dirigida, de todos. Conservar recuerdos de esos
días haciendo fotografías, vídeos, paneles de resumen con
recortes, un folleto con anécdotas, sin ese “aura” institucional
típico y con mucho humor.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Canalizar las inyecciones de energía o vitalidad en lugar de las
inyecciones de anestesia. Para pasar de un conjunto de
personas metidas en un aula a formar un grupo humano
cohesionado hay que dedicar tiempo, ganas, esfuerzos y
riesgos. Sugerencias: Una convivencia a principio de curso
(con noche incluida) o el típico viaje de fin de curso como
celebración. Recuperar el protagonismo de la Pastoral de un
centro, su conexión con el Departamento de Orientación y
vaciarlo de contenidos ñoños y llenarlo con las ideas de todos:
profesores, alumnos y padres.

¿Qué hacer en la familia?


El concepto de “clima” es complejo porque es resultado de la
interacción de múltiples factores. Sin embargo la herramienta
más potente para crear clima es muy sencilla: los detalles. Por
ejemplo, los besos de despedida, de buenos días, las notas
cariñosas, las sorpresas.
16. NEGOCIACIÓN SIN PERDEDOR

Modelo no constructivo: Esquemas inmovilistas


heredados
La pretensión de recurrir a los esquemas educativos heredados
que utilizaron con uno mismo puede provocar una situación
forzada ya que no suele adaptarse a las necesidades de las
personas. El grado de inteligencia de una comunidad educativa
no reside en que adopte de forma automática los esquemas
más perfectos del pasado, sino en que sepa tener una dosis de
innovación, flexibilidad y adaptación a las personas que
integran la comunidad educativa y que viven en una sociedad
que cambia constantemente de estilo de vida. Muchos
educadores imitan a Procusto, personaje de la mitología griega, 4
que estiraba o cortaba a sus cautivos para que se ajustaran a su
cama. El violento ha aprendido en su vida a estirar o mutilar a 5
quien no siga su misma lógica.

Herramientas intermedias: La perspectiva y el


pensamiento lateral
El primer paso de la negociación es aprender a mirar a través
de distintas perspectivas, desde las múltiples perspectivas
propias y desde las que miran los demás. El segundo paso es
aprender a abrir los espacios dicotómicos en que se suelen
mover los conflictos. Esto se hace mediante el pensamiento
lateral, que consiste en la generación de alternativas siguiendo
una lógica distinta de la habitual o automática. Así se podrán
encontrar espacios de confluencia entre las partes que
protagonizan los conflictos.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


La dirección marca la dirección, no cómo moverse en esa
dirección. La gente no participará si buscamos rellenar las
programaciones de forma protocolaria. Participará si buscamos
metáforas para contar a los alumnos lo que queremos.
¿Qué hacer desde el claustro?
Aprender el arte de las reuniones: saber fijar los problemas por
escrito, de forma concreta, sin abstracciones, sin juicios
previos, sin valorar. Aprender a generar alternativas con las
mismas reglas: concretar, escribir, sin juzgar.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Utilizar espacios de participación públicos, por ejemplo
colocar un tablón en el aula con papel continuo o una pizarra
en un pasillo. Crear debates, provocar de forma misteriosa,
plantear preguntas abiertas, solicitar ideas creativas para
organizar algo. Empezar con preguntas cerradas, como
¿Qué película de vídeo os gustaría ver tal día a tal hora?
Continuar con preguntas más abiertas: ¿Qué lema propondrías
para la fiesta de carnaval? Sólo después de esta pedagogía se
podrán plantear preguntas más abiertas y personales.

¿Qué hacer en la familia?


Educar para fijar metas y objetivos en la vida. Educar también
en la frustación, porque muchos objetivos no se pueden
lograr. Educar en la búsqueda de múltiples opciones para
encontrar medios alternativos para lograr nuestros fines o
revisarlos si no hay manera de alcanzarlos.

17. AUTOESTIMA

Modelo no constructivo: Frialdad


Nuestra cultura educativa ha estado tradicionalmente lejana a la
autoestima, porque entendía que valorar a alguien era sinónimo
de presunción, peloteo, vanagloria o falta de humanidad. La
autoestima es un concepto que se ha incorporado hace poco a
nuestros centros, y sin embargo ya parece estar muy desgastado,
muchas veces se ha convertido en sinónimo de hacer dinámicas
para decir cosas bonitas. ¿Dónde se sitúa para nosotros el
índice de la falta de autoestima? Creemos que radica en la
frialdad con que sostenemos nuestras organizaciones, nuestras
relaciones, nuestras decisiones y las formas de comunicarlas.
La frialdad afectiva la actitud más antagónica a la de favorecer
la autoestima.

Herramientas intermedias: Expresar los sentimientos


La autoestima es un sentimiento de valía personal que nos
hace vivir en positivo cuando actuamos, pensamos y
sentimos. Hace que aumente nuestra capacidad para generar
mayor confianza interpersonal y personal, más posibilidades 4
con que afrontar la realidad, y más expresividad en nuestra
7
comunicación y en nuestro tono vital. Entre las numerosas
herramientas intermedias para educar en la autoestima
hemos seleccionado la expresión de sentimientos porque
desde que somos bebés es nuestra primera forma de
expresarnos y las resonancias afectivas que encontremos
en nuestro entorno son las que hacen que desarrollemos
todas nuestras capacidades o que dejemos anquilosadas
nuestras potencialidades.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Evitar reunir al claustro sólo para echar reprimendas. Señalar
los logros, también las deficiencias. Insistir en la autoestima
como objetivo fundamental en todo el centro.

¿Qué hacer desde el claustro?


Articular mecanismos para valorar positivamente los logros e
iniciativas de los educadores y los alumnos. Aprender a decir
“bien”. Cuando haya que corregir evitar usar el verbo “ser”,
evitar hacer juicios genéricos, que metan a toda la persona en
un saco y la hundan en el abismo. Ser concreto y descriptivo:
“Esto, en este aspecto, lo has hecho así, y podrías haberlo
hecho de esta manera”. Ofrecer pistas, no soluciones.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Muchos niños pierden la capacidad para expresar sus
sentimientos debido a que nunca han empleado con ellos
lenguaje de la valoración. Esto no sólo produce personas
tristes, también personas incapaces de comprender la realidad
y a las personas.

¿Qué hacer en la familia?


Sacar tiempo de las piedras –reunir a la familia, durante la
comida o cena, en privado con cada uno, salir a pasear,
sentarse en un bar o terraza– para hablar, escuchar y
comprender al otro. Hacer que la comunicación acreciente
la confianza. No basta con intenciones, es necesario aprender
a usar palabras positivas y llenas de afecto.

18. INTELIGENCIA COMPARTIDA

Modelo no constructivo: Instrucción individualista

El individualismo es una de las grandes ideologías de la


Modernidad. La instrucción desde el individuo y para el
individuo es también una de las grandes ideologías
subliminares de la Educación. La maquinaria educativa
está pensada para que el individuo adquiera unos
conocimientos académicos. Esta maquinaria ha considerado
que muchas actividades, formas y contenidos que
educaban la socialización del individuo y de la comunidad
eran “perder tiempo”. La raíz de muchos problemas de
violencia y convivencia nacen de una especie de
analfabetismo en lo que José Antonio Marina denomina
“inteligencia compartida”.

Herramientas intermedias: Trabajar en equipo


Educar desde un modelo de inteligencia compartida consiste
en orientar la educación hacia la acción en lugar de hacia el
conocimiento, consiste en tener voluntad de crear un grupo
organizado desde un proyecto y desde unos lazos afectivos,
consiste en conseguir que un grupo de personas no
extraordinarias consiga resultados extraordinarios. Las
herramientas para aumentar la inteligencia compartida serían:
entrenar nuestras habilidades para trabajar en grupo, dotarnos
de un proyecto bien estructurado, dinamizarlo desde un 4
liderazgo que cohesione, parcelar con claridad las formas de
delegar las distintas tareas y conseguir constantes acuerdos que 9
configuren las tareas que afrontar.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Descentralizar el proceso de la toma de decisiones para
implicar a más personas de la comunidad educativa.
Sugerencia: trabajar menos y aparecer más en la sala de
profesores, en el café, en el comedor, para compartir al menos
las experiencias humanas y afectivas.

¿Qué hacer desde el claustro?


Estructurar los niveles intermedios, clarificar sus funciones,
establecer y comunicar los incentivos, programar las tareas
medias y finales, y crear foros para que cada persona se sienta
responsable de algo en la comunidad y responda de sus
esfuerzos, logros y mejoras.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Cambiar de modelo: Pasar de enseñar, a enseñar a aprender, a
aprender investigando, preguntando, experimentando, jugando
y conviviendo. Pasar de acumular conocimientos académicos
a aumentar nuestra inteligencia para ser felices y saber vivir
junto a otras personas. Los alumnos que viven comunicándose
de esta forma aprenden a conocerse.

¿Qué hacer en la familia?


Hacer que los hijos tomen parte, desde pequeños, en la toma
de decisiones, poco o muy importantes. Conocer su opinión
al organizar unas vacaciones, cambiar de coche, decorar
una habitación. Hacer que todos tengan algo que hacer,
sea buscar información, telefonear, preguntar, escribir,
sugerir, guardar...

19. ASERTIVIDAD Y DIGNIDAD

Modelo no constructivo: Ocultación o desvío del conflicto


Guardar las formas y ser “políticamente correctos” es la
antítesis del modelo de educación en la asertividad porque
hace que en el imaginario de la comunidad se agarrote la
espontaneidad y los cauces directos y desinhibidos para
abordar los conflictos, manifestar las opiniones, desagrados y
sentimientos. Se convierte en la tapa de una olla a presión que
da bastante formalidad y sosiego al presente, pero a costa de
posibles futuras explosiones, y sobre todo a costa de una gran
laguna educativa.

Herramientas intermedias: Entrenar técnicas de asertividad


El concepto de asertividad ha permitido que la dignidad
personal no dependa del carácter, como destino ya
establecido, sino que dependa de la educación. Asertividad
significa la capacidad para defender los derechos propios, sin
agresividad ni pasividad. Es la capacidad para comunicar los
sentimientos, las ideas, iniciativas y decisiones con persuasión
y eficacia. Lo más grande de la asertividad es que se puede
aprender entrenando las habilidades sociales a través de
técnicas muy sencillas. El criterio para implantar y evaluar la
asertividad será ver si aumenta el nivel de convivencia y
aumenta las defensas ante las amenazas a la convivencia.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Un equipo directivo fuerte es el que es asertivo y sabe
defender sus derechos con claridad y firmeza. Sólo desde estos
pilares se encontrarán las ganas para impulsar a toda la
comunidad educativa para que sea asertiva y tenga cauces
para afirmar su personalidad. Por ejemplo, ante un conflicto el 5
equipo directivo tiene que expresar su punto de vista y
escuchar otros puntos de vista. Ya sabemos que lo más 1
cómodo es callarse, dejar asentar las cosas, todo en nombre de
la paz. Esta segunda postura hace que un conflicto que puede
durar cuatro horas se convierta en un conflicto de cuatro años.
Sugerencia: no aplazar los conflictos, actuar cuanto antes.

¿Qué hacer desde el claustro?


Deberíamos elaborar una encuesta para evaluar qué nivel de
“inteligencia asertiva” existe en nuestros centros. La asertividad
es responsabilidad de todo el claustro, no de algún profesor.
Algunos indicadores para evaluarla pueden ser: si las personas
se sienten libres de expresar quejas, proponer mejoras, disentir
en algo, hacerse valer ante ridiculizaciones, críticas o
manipulaciones, hacer frente a la intimidación, rechazar una
petición que menoscaba su dignidad, negociar una decisión,
afrontar errores propios, etc.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Utilizar algún programa para entrenar habilidades sociales, de
comunicación y de negociación.
¿Qué hacer en la familia?
Lo de siempre: contar cuentos. A cualquier edad. Los
cuentos contienen el mejor repertorio de estructuras de la
comunicación, de la socialización y la convivencia.
Por eso son tan positivos para educar, permiten aprender
muchas formas para defender la dignidad y los derechos
personales.

20. INTELIGENCIA MORAL

Modelo no constructivo: Moral abstracta y heterónoma


La imagen caricaturizada de la moral heterónoma sería la de
unos señores medievales escribiendo largas listas con las
cosas que están bien y las que están mal. Este modelo
pretende buscar fuera de la propia persona la justificación
para actuar moralmente.

Herramientas intermedias: Método de clarificación de


valores
Este método construye la moralidad estableciendo las
condiciones para que cada persona clarifique cuáles son
sus propios valores y éstos se conviertan en cimientos de su
vida, decisiones y acciones. Consiste en hacer que las
personas sean morales no porque cada minuto se les diga
“esto está bien” “esto está mal”, sino porque les
enseñemos a decidir por sí mismos qué es lo que es moral,
sin coacciones, manipulaciones, ni dependencias, sin
tratar a nadie como un crío o un inmaduro. La educación
ejerce una función de paideia al transmitir unos ideales
para la humanidad y proponer unos principios, valores y
exigencias que se corresponden con su concepción del
hombre, de la sociedad y su proyecto educativo.

¿Qué hacer desde el equipo directivo?


Emplear algún tipo de método para programar los objetivos
del año. Éstos son los valores en los que va a educar el
centro. Para que estos valores u objetivos sean significativos
recomendamos cuidar los mecanismos de retroinformación y
de acogida de sugerencias, antes y después de fijarlos, para
evitar que se queden en las nubes y pasen a convertirse en
valores con vida.

¿Qué hacer desde el claustro?


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El proyecto educativo es el método para articular los valores
universales de la humanidad, con los valores de la 3

institución educativa, y con los valores particulares de la


persona. No se educa en valores a lo “llanero solitario”, se
educa en valores desde una globalidad comunitaria y no
desde las palabras dichas, escritas o programadas, sino desde
la vida cotidiana.

¿Qué hacer dentro y fuera de la tutoría?


Educar la formación del juicio moral usando el análisis de
casos, en la línea de Kohlberg. Utilizar materiales culturales
aportados por los alumnos: sus canciones, su cine, su
televisión, su ocio. Éstas son las fuentes de la formación de
sus valores personales, así evitaremos que en el centro
educativo se forme un sistema de valores “fingido” que no
tenga nada que ver con el que se forma en su mundo cultural
y de ocio. Aún así, el sistema de valores que se asume y vive
es el que se corresponde con las propias convicciones
últimas sobre el sentido último de la existencia, lo cual
supondrá en no pocos casos “nadar contra corriente” de los
criterios axiológicos culturalmente imperantes.
¿Qué hacer en la familia?
Cuidar la formación moral de los hijos, para prepararles a
pasar la etapa necesaria de la moral heterónoma, donde las
decisiones están fijadas por normas ajenas a la propia
persona, a la etapa de la moral autónoma, donde uno mismo
se sabe agente de sus propias decisiones actúa moralmente
siendo responsable de las consecuencias de sus decisiones.
20 Propuestas
para educar
en la convivencia
MODELO NO HERRAMIENTAS
VARIABLES CONSTRUCTIVO INTERMEDIAS
1 Bienestar emocional Frialdad interpersonal Entrenar las habilidades
basada en la efectividad emocionales
2 Comunicación y Opacidad informativa Entrenar las habilidades
retroinformación de comunicación
3 Toma de decisiones Aglutinación de poder Delegar responsabilidades
en niveles múltiples
4 Satisfacción Autoritarismo vertical Descubrir las necesidades
y conectar con los intereses
5 Expresividad Higiene y orden Crear espacios, tiempos
y métodos de creatividad
6 Cultura de éxito Concepto de fracaso escolar Plantear metas intermedias
7 Afrontar los conflictos Falta de disciplina Combinar normas
y expectativas
8 Organización Disrupción Adecuar los tiempos
social del aula y las ocupaciones
9 Diversidad Uniformidad Confiar en la autonomía
de las personas
10 Libertad y respeto La perfección como ideal Fomentar el debate
y la discusión
11 Liderazgo, comunidad Absentismo escolar Fomentar la participación
y ciudadanía y retraimiento social en grupos y crear redes
12 Atención a los Expulsión o apartamiento de Concepto de proyecto
marginales alumnos desestabilizadores y de comprensividad
13 Democracia Recursos punitivos Comunidad educativa
educativa global como sistema
complejo total
14 Atención Compasión hacia Entrenar las
individualizada alumnos con problemas habilidades sociales
15 Clima escolar positivo Organización Interformación
unidireccional multidireccional
16 Negociación Esquemas inmovilistas La perspectiva y el
sin perdedor heredados pensamiento lateral
17 Autoestima Frialdad Expresar los sentimientos
18 Inteligencia compartida Instrucción individualista Trabajar en equipo
19 Asertividad y dignidad Ocultación o desvío Entrenar técnicas
del conflicto de asertividad
20 Inteligencia moral Moral abstracta y heterónoma Método de clarificación
de valores

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