Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las rondas, cantos y cuentos son parte del potencial lúdico de la pedagogía, potencial que vela
por el derecho de los niños de disfrutar y aprender a partir de su actividad regidora: el juego.
Pero el juego no es simplemente una actividad predilecta por los niños y niñas, sino que el motor
del desarrollo y aprendizaje. El juego puede potenciar las habilidades propias y afianzar el
aprendizaje mediante la interacción del entorno. Dando que a experiencia vivencial supera la
experiencia hablada o las discusiones sobre determinados temas, es que toman importancia
estrategias integradoras como las rondas, cantos y cuentos, que articulan las funciones del
lenguaje, la motricidad, la coordinación e incluso la socialización, con el objetivo del aprendizaje
(Jover & Payá, 2013).
Sin embargo, como lo plantea Patricia Sarlé (2013), entre la idea de jugar y el hecho del juego,
puede existir cierta distancia por parte del educador, lo que podría dificultar el acercamiento del
educador a la hora del juego. Dado esto, es importante dotar de herramientas a los educadores
que faciliten su acercamiento al juego con los niños, insertando así la mentalidad lúdica que
flexibiliza al educador y lo invita a utilizar la herramienta como las rondas. Las cuales no solo
desarrollan los mismo aspectos del cuento, sino que tiene un componente interactivo y de
coordinación mayor, posibilitando la acción libre hacia el desarrollo psicomotor, bajo el rigor de
la diversión.
Por otro lado, Bruner (Silciliani, 2014), resalta la importancia del lenguaje, especialmente en
su etapa de adquisición y desarrollo para afrontar y conocer la realidad. En este modo narrativo
de la realidad entran los cuentos, los cuales traen historias culturales, algunas con moralejas,
algunos reflexivos, otros fantasiosos, llenos de imaginación, pero siempre con un componente
emocional transversal. Por esta misma complejidad, es que Bruner no ve el cuento con una neta
estrategia pedagógica, sino que aludiendo a la relación pensamiento-lenguaje, él percibe la
narración como una forma de pensar y que desarrolla el pensamiento. El cuento es un acto
interpretativo que permite la compresión, cada uno de sus elementos permiten su extrapolación a
situaciones cotidianas en donde el lenguaje ayuda a la interpretación del pensamiento y la
generación de la acción.
De cierta forma Zoltan Kondály (Zuleta, 2005), abarca estos conceptos e introduce el
componente artístico de la música, al observar la necesidad de desarrollar habilidades musicales
en los niños. Lo que llevo a comprender la música como parte del lenguaje, pero que a su vez es
ajena al mismo, toma una vertiente diferente. Resaltando aspectos del ritmo, melodía, símbolos
que se integran con actividad psicomotora, pero todo dentro de un complejo sistema llamado:
ronda. Este proceso abarca los componentes narrativos, de trasferencia de conocimiento,
aprendizaje, pero también integra procesos cognitivos como la atención y percepción. Una ronda,
su música y su lúdica se pueden resumir en la complejidad vuelta un juego. En la actividad
predilecta de los niños.
Jover, G., & Payá Rico, A. (2013). Juego, educación y aprendizaje. La actividad lúdica en la
pedagogía infantil. Bordón, 65(1), 13-18.
Sarlé, P. (2013). Jugar en la escuela: los espacios intermedios en la relación juego y enseñanza.
Educación y Ciudad, 24(1), 59-71.
Silciliani Barranza, J. (2014). Contar según Jerome Bruner. Itinerario Educativo, 28(63), 31-59.