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La, Viqui PDF
La, Viqui PDF
Victoria
Edición Pirata
“Mire señora
Mangú y Rabito
“Borrachos” y “Apretones”.
cejón de pelo parado que desde los seis años roba zapatillas a todo pituco que
Pero Rabito es más pendejo, pues todas las mañanas chapa una franela y
con su pata Caño se van al Ministerio del Interior a lavar carros o a
siniestrarlos, lo primero que se les cruce por esa cabeza infestada de Terocal.
Y digo que es más pendejo porque su disfraz de lavacarros y su cara de perro
manso, impiden que la policía sepa que este es un delincuente de los finos. No
dañino, es líder y batutea una pandilla que bautizó como La Barrilla. Un grupo
de pirañas que tienen como centro de acopio a Viqui Victoria.
trabajan como mil oficios en la avenida Tomás Marsano. Pero que con la Luna
que compran en la casa de los “Choros”. Allí Pavi y Manongo, dos primos que
desde niños se dedicaron al arte bujíero de romper lunas, abastecen a todos los
a los distritos de San Isidro, Miraflores, Surquillo, Surco y San Borja. Se dice
que los alcaldes de estos distritos, un tiempo atrás, se pelearon por nuestro
terreno para agrandar sus dependencias, pero terminó siendo un chanchullo
por el que pagamos pato los moradores del barrio, quienes ante la desidia
municipal nos vimos obligados a ser bastardos; como Mangú y su hermano
Rabito.
A ellos las Monjitas trataron de ayudarlos, los llevaron a su casa, les dieron
educación inicial, comida, vestido, amor. Pero cuando uno nace ladrón muere
ladrón. Se lleva en la sangre. No sé si por su viejo ausente, tal vez por su
“Ellos son así porque sí”, dice la Ramona, una negrita hija del Caico Gonzáles,
Ramona siempre ha estado enamorada de Mangú, pero este no tiene ojos para
las mujeres sino para el dinero, y si es fácil mejor, y si es robado más aún,
porque éste patín ha tenido tantas cosas siniestradas que a veces sólo lo hacía
Así que las Monjitas tiraron la toalla cuando los hermanos llegaron a los
diez años y asaltaron la caja donde se depositaba el dinero de las limosnas.
¿Pero cómo llegaron ellos a esa plata? Las hermanas ingenuas ante la mirada
inocente de los infantes creyeron que haciéndolos acólitos, Dios les daría la
tranquilidad que un niño necesita. Pero palo que nace doblado jamás su tronco
endereza, y ese día, el Domingo de Ramos, el día de la Vía Crucis, del santo y
seña en la frente con aceite de oliva y ceniza, del diezmo generoso de los
iglesia: ¡se robaron toda la plata! Cuando preguntaron por los acólitos, estos
habían desaparecido con sotana y todo. Se llevaron además un cáliz de plata
yo la quiero…”
El Loco Lampa
vuelve tormentoso, mueve los árboles de eucalipto con tal fiereza que
corta los sobrantes con chaveta y de los retazos se hacen flecos en los
extremos del artefacto. Para darle estabilidad átale una cola. Es un trapo
cortado en franjas y atado con gruesos nudos cada diez centímetros.
En el barrio casi todos los mocosos saben hacer cometas y si alguno aún no
aprendió, los vagos de las esquinas construyen un Avión por sólo dos soles
para su somnífero divertimento.
Ya con la nave lista para volar, el clan de niños corre eufórico hacia la
huaca erial, una explanada cubierta por tierra muerta que alberga el hipogeo de
un sacerdote inca. Este data demás de cinco mil años atrás que ahora es
celosamente custodiado por el zascandil “Loco Lampa”.
Él es un decrépito cobrizo que parece tener todos los años del mundo. Su
cabello canoso contrasta con su pecho calato que exhibe dejando ver esa
con su presencia.
¡Cuidado, por ahí viene el loco lampa!, vociferan los niños cuando lo ven y
todos empiezan a correr despavoridos. Los más torpes caen sobre el terraplén
territorio.
Pareciera que Loco Lampa siempre tuvo una vida de soledad, alejado de
aurora en los centros de acopio que repletan los vecinos, buscando algo para
echarse al estómago o algún objeto que pueda vender en La Cachina, o solo
nacional. Cuentan que tenía un empleo próspero, una esposa e hija y estaba
por comprar una casa en Viqui Victoria hasta que por esas cosas de la vida,
esos sucesos inexplicables del destino, su mujer se enamoró del vendedor de
mataba ni una mosca, pero que sodomizaba a su esposa cuando éste se iba a
trabajar el jornal en la fábrica. Un matalascallando.
Bueno, dicen que luego de su faena laboral Eulogio regresaba a casa para
embutir su cena caliente como todas las noches. Bañado, perfumado y con un
ramo de flores en mano, sacó la llave bajo el felpudo que decía welcome y giró
cercenados. Brazos por aquí, piernas por allá. Cabezas degolladas y penes
aplastados por el pisotón de una bota con punta de acero.
La escena fue tan brutal que la policía evitó hacer una recreación de los
hechos. El caso pasó a juicio público y el periodismo bautizó la crónica roja
Lampa pasó años en prisión pero la locura logró expulsarlo del penal
Miguel Castro Castro sin cumplir cadena perpetua. Su hija desapareció, nunca
barrio gritando frases indescifrables, como lo hace todos los agostos cuando la
pensando, exclamando cosas que solo él comprendía. Les roncaba a sus perros
códigos guturales con los que interactuaba a la perfección. Hasta escuchaba
con su canelita molida más. Yito vamos, olvida a esos chicos que no saben lo
que hacen ¡por el amor de Dios! ¡Calla conchatumadre! ¡Yito! Esos pendejos
quieren robar tu casa, tu mujer Yito, ¡tu hija! Mira como te han dejado Yito. A
nadie le importas un carajo. ¡Grr! Eulogito amor, Yito, recuéstate y toma tus
pastillas ya vas a estar mejor. ¿Así que te gusta matar personas no? Acá vas a
morir mierda. Los declaro marido y mujer, señor puede besar a la novia.
“Cuando estábamos cortando rábanos, unos cortábamos y otros dejábamos”.
A ti Dios padre omnipresente, en la voluntad del espíritu santo, todo honor y
toda gloria, por los siglos de los siglos, amén. Que la unidad sea derramada en
Cárdenas Mamani, repito Cárdenas Mamani!, tiene visita. “En los tiempos de
los apostoles, los hombres eran barbaros, se subían a los arboles, y se comían
a los pajaros”. ¡Crimen pasional en Lima! Loco degüella con una lampa a su
mujer que lo engañaba con tres. ¡Baño de sangre! Los efectivos policiales
una falsaria. “Yo tuve que matar, a un ser que quise amar y que aun estando
muerta yo la quiero…” Pero amor ¿tienes que salir con ese escote? Rey yo soy
tuya nada más, otros pueden ver pero solo tú puedes tocar. Te amo.
“Trampolín de tu amor, mujer ingraaaaata, que mala pata, que mala pata,
mala pata que eres”. Radiomar Plus, categóricamente superior. ¡Ay! ¿Ay qué?
¡Ay que rico! Se le condena a cadena perpetua por cuádruple homicidio al
levántalo con agüita de azahar. “Al verla con su amante a los dos los maté,
por culpa de ese infame moriré”. Yo soy su hermano, pero no sé nada.
¡Polanco! ¿Dónde está Polanco? Gol que no haces, gol que te hacen.
¡Tremendo Cañonazo! A esos niños de mierda, los voy a meter en el cilindro y
los voy a quemar. Ya verán. Sus padres vendrán, me buscarán y los mataré.
“¡Que viva Changó, que viva Changó señoooores!” Yo no hice nada señor
juez, yo no hice nada. ¡Yo la amaba! ¡La amaba! Ya duerme Eugolito que
mañana será otro día y tienes que levantarte temprano para ir al colegio. Si
y si te pones travieso
Suavecito y Galán
Los Rarango fue una familia de clase media que obtuvo su fortuna producto
Galán era un negro alto de ojos grandes y saltones. Le gustaba vestirse con
camisetas de basquetbol que le mandaba su tía Clarita de los Yunaites. Su short
anchazo y largo hasta los tobillos siempre contrastaba con su camiseta Nike de
los Ángeles Lakers, un equipo anglosajón que tenía como estrella a Michael
Jordan. Terminaba su look vistiendo zapatillas Fila con aire comprimido, luces
tímido. Siempre andaba tras las faldas de sus amigas. Jugaba con ellas al tuti
frutti, las chapadas y se escondía en el baño de mujeres a leer su Slam y
cuando alguien gritaba: ¡la mano peluda! Salía corriendo junto a sus amigas al
centro del patio y se ponía a llorar.
de control. Fue allí que ellos salieron furiosos a golpearme pero en la huida me
Los ojos de Galán contuvieron una furia terrible, así que tomó mi mano, me
levantó y juntos recontragranputeamos a esos huevones. De allí nos volvimos
patas, amigos, yuntas. Cada vez que salía de mi casa con dirección a la escuela
siempre pasaba por el frontis de Galán y juntos evadíamos el día de clases para
tirarnos la pera.
Galán vivió su niñez en Panamá y su tío Burro le enseñó a conducir, así que
confiar que servía de tramitador con los apretones del callejón El Cóndor.
fútbol metros más allá. Desde la esquina Pita silbaba y corríamos cueteados al
mar, a veces nos bañábamos dejando nuestra ropa sobre la arena; pero desde
esa vez que la mar estaba con su regla -o sea varaba yuyos, algas y marea
rojiza amarronada- no volvimos a entrar juntos. Tal vez era una mala señal.
Por nuestra mente jamás pasó que podrían robarnos. “A nosotros qué nos
van hacer, les metemos plomo”, decíamos. Pero ese día fue fatal.
quiso abrir las aguas pero a nado. Me convenció y nos zambullimos hasta la
reventazón. Cuando salimos nuestra ropa había desaparecido, las zapatillas,
los polos, la billetera. ¿Y las llaves? “Las tengo en el cuello, chato”. Solo nos
quedamos en bermudas.
Ese fue el inicio del fin. La mala suerte. El mal agüero. Mala vibra no
vengas.
gobierno como alcalde de Lima, pero que también fuera una gran estafa. En
aquel entonces a los peruanos les prometieron un Metro, un Subterráneo como
— Jefe acabo de regresar de la playa con mi primo, nos robaron todo. Solo
tengo estos 20 solcitos que tal vez le puedan ayudar.
la comisaría.
— Pero jefe mi papá es de la comisaría de Surquillo, “Comegente” le dicen.
— Ya, ya, ya, dame cincuenta lucas no más y te me vas de acá, y dile a tu
viejo que el Choco Terocal te ha cobrado y que falta cobrarse todavía. Que
no se haga pendejo.
“Chato, dame las treinta lucas que están en la guantera al toque”, gritó el
negro y salvamos la situación. “Ta’ mare chato, todo nos pasa”, se lamentaba
tras unos minutos lo expulsa bien frito, crocantito. Además no debe faltar la
no sin beber. Tampoco debe faltar la música estridente en sonido turbo estéreo,
con parlantes inmensos que destilan colores de sus cajas y enseñan a los
Allí llegamos endulzados por las melodías musicales, el olor a pollo frito
que abrumaba el garaje, las bulla de los parroquianos que ya estaban bebiendo
cerveza, el humo del cigarro, de la marihuana, de la cocaína, que se mezclaban
con el perfume Pachuli que usan las cachorras del barrio. Un ramillete de
féminas que siempre acompañaban a los rateros porque éstos les invitaban
trago y droga a cambio de sexo sin condón.
A Galán le llegaban estas putas, pero juerga es juerga. Así que con pana y
regaló su primo Mario, otro cholo gordo que vive en el barrio de Mendocita,
zona, tanta era su fama que inclusive los de Radiopatrulla, una delegación
policial a dos cuadras del Jirón Mendoza, iban a buscarlo, pero no para
bienvenida.
fua, mis ojos se quedaron blancos, y no sentía la nariz, y de repente una bola
de saliva agria con flema comenzaba a subir por mi garganta hasta que logré
loquito”, le dijo con su boca ya media chueca. Es que la cocaína tiene ese
efecto, el de paralizar el rostro y de repente ya no puedes hablar bien, tu cara
“Chato se nos mejoró el día, ya tenía que pasar algo bueno carajo”, alegó el
negro Galán también con la boca torcida. Brindamos por ello. “Salud, por la
puta mare”, gritamos al unísono.
Al rato llegó el Loco Paúl con la permuta y una mirada curda, asquienta, de
peligro, parecía que algo se traía entre manos. Se tomó un vaso de cerveza con
nosotros, con ambas manos frotó el cubilete y arrojó la espuma sobrante al
descendía de la escalera una mujer. Era la esposa del Loco. Una chola
simpática que no estaba metida en huevadas, que se casó con él porque le hizo
— “No te preocupes Sarita, para eso estamos los vecinos”, respondió el negro.
Cuando se volteó dejando su derriere cuasi esbelto ante la vista de todos,
una mano abierta cortó el aire y con fuerza descomunal la tumbó al piso.
cachar? Vete a la mierda Galán porque te voy reventar. Dijo el Loco con
evidente certeza.
Galán se achoró y de un zapatazo, con sus Caterpillar amarillas, le pateó en
llevándola donde sus amigas para que la auxiliaran. La chica tenía el labio
El negro cayó al piso y allí recibió dos balazos más. Convulsionó y a los
dos minutos murió con los ojos abiertos mirando al cielo, como si supiera que
Dios lo estaba esperando con los brazos abiertos.
negro Galán, se acercó al ataúd de madera pintada de plomo y cubierta por una
bandera de Alianza Lima, y frente al vidrio que divide a los vivos de los
muertos ella le pidió perdón, le dijo que lo sentía, que el Loco hizo todo por
dinero, que ella no tenía nada que ver, que todo estaba planeado, que el Pita,
ese serrano del callejón El Cóndor ya le había propuesto, que solo era cuestión
de tiempo, que una pollada, que la cerveza, que la droga, que el tombo, que
todo había confabulado en su contra. No sé por qué hizo esta confesión, tal vez
ver al negro Galán enfundado en su hábito morado del Señor de Los Milagros,
inerte, con los labios blancos y algodones en las fosas nasales le reventó el
La Cucarda
Eugenia Balladares Muñóz llegó a Viqui Victoria luego intentar ocho veces
matrimoniarse. Tres de ellos fueron sus esposos con todas las de la ley que se
divorciaron bajo esa misma constitución. Dos solo fueron amores de paso que
se alojaron con ella por un corto tiempo. Dos más la pretendían de lejitos. Y el
último fue un chorrillano con quien quiso quedarse para toda la vida junto a
Vamos, te invito.
— Ya chato, que sea una heladita.
— Yanto. Vamos al bar del Negro Fichas.
labios. “¿Eres cojudo o te han cachado de chiquito? ¡Vete de aquí cachao por
un burro! No jodas que ya me caché a tu mamá. ¿Estás molesto o te han
cachado mal?”. Para todo usa ese verbo que lo convirtió en su modismo.
señalaba con el dedo y la acusaba con esa mirada de desprecio, la misma que
“Que ya viene esa tal por cual del Parque Tres. ¿Con quién habrá estado
“Que anda toda despeinada y que su vestido está todo arrancado, parece
que se lo han jalado. Todo su pelo está revuelto con pasto y ni sostén usa la
Ese mismo Cristo que vio crecer a Maricucha y que fue testigo de cómo
desde muy niñita algo le malogró su cabeza. Ese algo que la hizo cambiar de
la noche a la mañana. Un algo con nombre y apellido, que metió sus manos
bajo la falda cuadrada el día que cumplía cinco añitos de edad.
— ¿Quieres tu regalito? No tengas miedo, aquí tengo una pelota Gaby Pérez
para que juegues con tus amiguitas. Solo tócame aquí con tu manito y
y la ropa interior hasta dejarla desnuda. Allí violó a su hijastra hasta hacer la
ira incontenible provocó que arrojara el pastel por la ventana, agarró la escoba
mano y con esa mirada inocente bañada en lágrimas le dijo: “Mamita, ¿puedo
comer torta?”.
delitos contra menores, para que le sentencien la pena de muerte, y que sino, al
menos le den cadena perpetua. Dice que le dejó un sobre con dinero al
Presidente de la Corte Suprema para que lo metan al peor penal que existe en
el mundo; que pagó cinco mil nuevos soles a los delincuentes más avezados
del reclusorio Aucayacu para que lo ultrajen repetidas veces, en venganza por
entre las piernas. ¿Ladillas? Era extraño que a una niña de seis años tenga
“Que yo quiero jugar al papá y a la mamá. Que no porque ese juego es para
niñas. Que entonces vamos a jugar al doctor. Que no porque ese juego me
aburre. Que vamos a jugar a ser novios. Que no porque mi mamá dice que eso
es malo. Que te voy a dar un besito Carlitos. ¡Guaggg, Maricuchi! Que no me
Así fue que Maricuchi, ocho años más tarde empezó a darse cuenta que su
picor no era normal, que le quemaba por dentro, que la hacía sudar y que tenía
que calmar esa sensación a como dé lugar.
Le gustaba pasar sobre los baches. Allí hay un hueco y ¡zaz! Allá la criba y
¡plop! Qué importa si se malogran las llantas. Qué importa que rebote su
trasero del asiento. Qué importa que se frote a cada instante con la punta de la
pedirle que compre una gaseosa, pero vio dos cuerpos desnudos tendidos sobre
mano a la pierna velluda de su nuevo padrastro. Sintió como los pelos eran
cada vez más gruesos al subir la palma por el muslo desnudo y notó como se
— Nada, nada.
— ¡Carajo! Saca de acá.
“¡Hija ven para acá! Ven hija, dime ¿qué te hizo ese malnacido?, ¿te tocó?,
¿te violó?”. Maricuchi no respondió. Enmudeció y eso fue suficiente para que
Cuqui, te gustan los hombres?, ¿te gusta ver a los hombres? ¡Carajo! ¡Qué
pasa Cuqui! ¿Quieres ser una puta de la esquina, quieres tirar hombres tosa tu
A los quince años Maricuqui era una morena de piernas esbeltas, trasero
duro, estómago plano, tetas erguidas, nuca estilizada pero con rostro de
“Hola Maricuqui ¿cómo estás? ¡Bonita! Hola Cuquita ¿qué vas hacer más
era para menos, pues la negrita cuando cumplió la mayoría de edad ya tenía en
su haber una lista de hombres que pasaban los tres dígitos.
Su fama en el barrio era la de una puta sin dinero. Misia, abandonada varias
veces por los mismos hombres que la usaban y luego desaparecían. Bueno, eso
Será este el motivo por el que Maricuqui decidió abandonar Viqui Victoria.
que se paran todo el día bajo su algarrobo para ver quiénes se acercan a su
casa. Harta de esas señoras que le decían putacuando ella se volteaba. Que
“¿Porqué se fue la Cuqui, ah? ¿Es verdad que un millonario la llevó a vivir
fugó a Santa Eulalia con el chibolo de quince años, el nieto del abogado Jebús.
¡Qué va ser! Su papá la mata a esa negra puta. Seguro se ha ido con uno de
esos chancrosos que se cachaba cuando estaba borracha. O tal vez con uno de
esos drogadictos del Parque del Trabajo con quienes se metía en la madrugada.
se iba a la Posta Médica del barrio todas las mañanas, pero estaba muy
delgada, tosía mucho y sus clavículas se le notaban en los hombros. Sus
piernas de ser robustas y gorditas pasaron a ser flaquitas y huesudas. Siempre
Seguro le daba vergüenza que le digan “ventanita”, como cuando era niña.
Seguro se retraía porque su lápiz labial no cubría lo morado y reseco de sus
labios, y el rubor sintético no ocultaba las manchas negras del podrido que se
le formaban en los pómulos. Ni los enormes lentes negros podían cubrir las
ojeras de su faz, ni las arrugas tan marcadas siendo tan joven.
¿Qué le habrá pasado a Maricuqui? Se fue del barrio por algo mejor seguro,
al Ministerio de Salud y pedir que te los donen. Que tu piel se está cuarteando
Maricú, que debes ir a un hospital a tratarte. Que aquí ya no se te puede
atender.Y que ponte algo en la boca que vas a contagiar a alguien. ¡Que no me
estabilizarla. Que la muerte esta que ronda tu puerta Maricuqui. Que hazte ver
negro azabache. Que ponte unapañoleta Cuqui, esa que tu hermana menor
recogió del basural, esa Chiquivieja. Que dile a tu mamá que te cuide Maricú.
existencia Mariluz! Que el mismo Dios al que rezan esas personas que te
critican, es el mismo Dios que te abrirá las puertas del paraíso María Luz. Que
de Dios”.
“Barrunto en mi corazón,
presentimiento
la separación”.
Viqui Victoria
Las noches de Viqui Victoria dan miedo, pero las madrugadas son de terror.
Miraflores.
La resistencia debió ser sangrienta ya que tras los milenios de tierra que
ocultan esa parte de la historia, aún se puede escuchar el sonido de ultratumba,
pólvora se puede oler, pero creo que definitivamente es el olor de PBC que
ronda centrífugo en sus narices.
terreno eriazo que sirvió decenios después como campo de batalla para que se
Sin embargo bajo nuestras casas quedaron yacidos los cuerpos de aquellos
soldados que entregaron su vida por la patria. Algunos detonados por minas
vagabundeando en el limbo.
Centurias más tarde, esta tierra fue abandonada y carecía de dueño, hasta la
primera pista de aterrizaje de Lima, otra parte fue obsequiada a los fieles
campo de aterrizaje por el mal viento. Eso sí, el barrio tiene ventarrones
cruzados que utilizamos para hacer guerra de cometas en otoño. Todos los
en las tierras de Viqui Victoria. Y es inevitable pensar que todas esas almas
siempre rondan por las callejuelas, como la de una madre mutilada que llora
buscando a su niña por todo el recinto. Los llantos se pueden escuchar al nacer
está mi hija”.
La prensa acusó ese motivo como causa del cierre del aeropuerto. Fue así
Pero aun así este barrio no fue ajeno a las desgracias. Pues la novedad
inmobiliaria del jet set atrajo muchos políticos y juntos crearon una
comunidad. Y así, en un trizar de los dedos, los nuevos vecinos fueron víctima
de continuos robos, secuestros, extorsión, asesinatos a sueldos,ataques
límite con San Isidro, iba naciendo una sociedad que no se ubicaba en el plano
Alimaña, una salsa de Héctor Lavoe, los criminales gritaban voz en pecho: “no
y si muerta tu la tienes
El Aro de la Abuela
mamá esa noche de octubre, justo cuando los terrucos de Sendero Luminoso
evitar la orden.
abuela, que no te va hacer nada... ¡Anda Chinevis, tócale su pañal! Agarra esa
Con el cirio entre las manos temblorosas intenté cruzar el jardín que dividía
la casa, pero entre la sábila y el tamarindo apareció la silueta de una rata
erizada, que masticaba algo entre los dientes. Ella me miró tiñéndome de
Donatila no era bruja pero sabía las artes de lo oscuro. Su cuarto, que antes
testa de sapo y lengua humana, obsequio que le dio su hija Manuela cuando
regresó del más allá, un día que soñaba que pescaba. Un cráneo sin muelas y
Sin embargo mi abuela lo invocaba por las noches. Los primeros lunes de
cada mes, sólo cuando había luna llena. Ella tomaba su aro de matrimonio y lo
ohhhhh… uhhhh… Y de repente sus párpados se abrían, y sus ojos eran dos
esferas nubladas a punto de estallar. Su nariz se corrugaba de forma
indescriptible y sus labios resecos le dibujaban en el rostro una sonrisa
conversación:
compadre… Si tú eres mi Aurelio ¡dime si estás aquí carajo! ¿Cholo estás ahí?
¿Cholito cómo estás? ¿Cuándo vas a venir por mí? Cholo nuestras hijas ya
Inmediato sentí que una ráfaga de viento me escupió la cara junto a una
sombra gigantesca que salió de la oscuridad para desaparecer en el cielo.
Consternación.
“Algunos tienen ojos para ver y oídos para oír”, recordé una lección que
saliendo por un molino para carne. Luego silencio. Nada más que silencio y
oscuridad. De repente un tenue aroma de limón mezclado con Heno de Pravia
y agüita de Azahar entró por mi nariz y regresé en mí, pero la abuela ya no
Cuando la luz se encendió lo primero que pude ver fue una capilla ardiente,
bajo ella un féretro de caoba abrumado de coronas floreadas que perfumaban
el recinto. Mi cuerpo desestabilizado se acercó al ataúd, miré el vidrio de nos
algo me llamó la atención, entre sus manos el cadáver tenía una alianza
camino: el reclinatorio púrpura que usaban para orar, la fuente de café con
Yonquei calientito que libaban los adultos para amenguar la nostalgia, el chiste
Desde ese día a la actualidad, solo los lunes de cada mes y únicamente
cuando hay luna llena, un sujeto con mirada de loco, velitas misioneras en el
bolsillo y una vejenta alhaja entre las manos, toma literalmente el panteón de
La Barrilla
pegarle y terminé pegado, me di cuenta que hubo un lazo más que nos unía,
mucho más importante que sus puños contra mi cara. Mangú no llegó a robar
nada, es más me dejó algo a parte del moretón: su amistad, pues siempre que
iba al mercado de mi barrio estaba él con su pandilla La Barrilla acechando a
Cochino, Tongus, Marcao, Minero y algunos más que Mangú lideraba para
afianzar sus fechorías en San Borja, Surco, Miraflores y aledaños.
había probado jabón, sus zapatillas marca Tigre color blanco con la plantilla
rota y sin medias, short azul de Educación Física y su polo con promoción
Gaseosa Lulú eran su tenida habitual; junto a él estaba Apache, un flaquito que
usaba buzo color azul y sandalias, con las ojeras profundas y mirada perdida,
cantar toda la madrugada, luego lo levantaba para que le compre licor de caña
en la tienda de Machito y para colmo no podía dormir por los gemidos que
hacía su madre cuando era violada por su padre. Por eso aparecía siempre con
ojeras y demacrado, desanimado, sin ganas de vivir pero con ganas de robar.
Al ratito no más, un gringo misio al que decían Tongus se acercaba con sus
zapatos Rinok rotos en la punta, tanto así que se le veía el dedo y eso que
usaba media, pero estaba con hueco al igual que su polo de seguro La Positiva.
Venía siempre achoradazo, siempre se ha creído el malo del barrio y por eso le
han pegado duro, sin embargo para él más beneficio le daba la venganza
Ellos siempre tenían sus seis y en mi cuadra siempre teníamos seis para
jugarles y perder el dinero. Pero ese día fue distintito porque me llamó a la
canchita no para jugar, sino para conspirar.
Sucede que en las Torres de Limatambo de San Borja habitaba una banda
de metaleros, unos gringos, pitucos, altos vestidos de cuero negro con metales
“Hay que hacer bombas Molotov”, dijo eufórico el cholo y todos nos
sacamos las medias para usarlo como mechero. Todo un desahueve que tenía
como pretexto una bronca inventada con un alumno del colegio sanborjino.
Molotov que cae encima de un auto Lada. La gasolina encendida flota por todo
manos llenas. Sin embargo, una patrulla de Serenazgo los esperaba atentos
para la emboscada y cuando quisieron sorprendernos, la jauría de nómades
te hace flaco y corres más rápido”, dijo el Cabezón cuando nos escondimos
bajo una escalera. Los muchachos dijeron que atraparon a Minero y a Cazuco
por huevones, que se metieron a un pasaje sin salida y que cuando trataron de
escapar pero ya les había caído la mancada con fierro y todo. Además ya
“Ya deberían conocer”, dijo Rabito con el trofeo en la mano, unas zapatillas
negras marca AVIA modelo Generator, una recompensa que valía alrededor de
si lo haces en carro, pero sin lateas como nosotros, entonces llegas como en
tren eléctrico.
“Señor diez caldos de gallina con su yapa y harta cebollita china”, gritaba
En el barrio la gente puede ser mala, asesina, ladrona, maldita, pero jamás
abandona a un compañero, porque el barrio es como tu familia y todos son
Así que con la panza llena y el corazón contento se empezó a idear el plan,
idea fue asaltar la comisaría a punta de bombazos, pero esa descabellada idea
“No es mala idea”, dijo alguien por ahí, “si los distraemos alguien puede
sacarlos caleta por la puerta lateral”. Ahí la gente se puso a pensar. “Tienes
Fue entonces que decidimos poner en práctica una idea de niños, al mismo
estilo de Víctor Polay Campos cuando se fugó por el túnel del penal Castro
recinto policial.
a buscar a Minero y Cazuco, quienes estaban sentados en una oficina con los
ojos llorosos y con cara de yo no fui. A su lado custodiaba un perro Dóberman
“Ta’ mare”, dije pensando en cómo haría para sacar a ese can de allí, por
asustado.
“Si huevón, pero hay un perro de mierda que seguro nos va corretear si
entramos, ¡puta mare!”, le dije mientras que Tongus sin pensarlo dos veces se
tiró de cara contra el perro. Acto heroico. El perro ladró, le mordió el buzo y
el perro me ataca!!!!
escándalo y se escapen caleta por la puerta lateral, pero para su mala suerte
ésta la habían cerrado con llave y candado. Más piña.
El escándalo atrajo a los policías que fueron a auxiliar a Tongus, fue allí
que Cazuco y Minero, como si fueran hijos del hombre invisible, caminaron
Lo demás fue historia de risa. Tongus terminó algo moreteado por el perro,
al instante le pusieron una vacuna antirrábica. Eso fue lo que más le dolió, nos
dijo luego que llegó al barrio para contar su historia. Caño y su hermana
sentaron una denuncia sobre un robo que nunca sucedió. Dicen que los
policías no se la creyeron, pero Cayita era tan bonita que lo único que les
importaba era tenerla sentada en la comisaría para poder gilearla. Ella cuenta
que le compraron una gaseosita para que se le pase el susto e inclusive uno de
los tombos le dio su número personal si es que necesitaba alguna otra cosita.
por su parte solo sonreía de nerviosismo. Mientras que Marcao y yo, nos
a la naturaleza
Suavecito
confundir con esos rateros de Chicago Chico. ¿Manyas? Dios me libre de esa
gentuza, broder”, decía Napo un tipo que conocí en una fiesta sanisidrina,
— Ah ya. ¿Y tu pata?
— Él es de Surquillo, vive al frente de mi Pen House. Es medio barrio. Suave
que te bolsiquea.
— Chucha. Primo y ese huevón que tiene su peinado medio raro, medio pelo
parado. ¿Se ha echao’ limón?
los precios, solo paso la tarjeta y listo. Todo fine. ¿Tú tienes tarjeta?
subieron el pasaje.
— ¿Si? Aggg yo no subo a esa wada, mi chofer me lleva donde quiera y me
fue hace ufff. Ahora me cachueleo cambiándole las flores a los muertos en
coroneles.
chicle pero la zafo nada más my friend. No me gusta, tiene las rodillas
disparejas.
— ¿Y cómo se llama?
— Margarita, como la flor más barata del mercado. Y su apellido no lo sé. Su
bailando.
— Ya basta, ella es mi hermana, pero la verdad no creo que te haga caso. Ella
para con puro amigo de su universidad viajando por Máncora y se regresa
— Pero causa yo me compré las Troop con luces que me ha costado un culo
de plata, además soy canelita fina y tengo mi swing. Sé bailar la salsa bien
— Ja, ja, ja, ja. La verdad si, pero sólo cuando estoy en privado, cuando estoy
— Si causa, yo también grito cuando me aso. Puta mare, la otra vez mi viejita
— No, my friend, yo grito de otra manera. ¿Es verdad que bailas ombligo con
ombligo?
— ¿Y cuánto calzas?
— No papi, mi papá no está en casa nunca, paro solo y hago lo que quiero, y
quieres?
La Cachina
— Habla primo, ¿vendes? Tienes algo por ahí. Todo se compra primito.
— ¿De verdad?
— Mi alma, doctor.
— ¡¿Oe qué?!
La Cachina es una bebida popular residuo del mosto de las uvas que sirven
para el vino, un trago delicatesen de las urbes populares pero sin mayor
reconocimiento en las clases altas más que un licor barato de segunda mano
Tal vez por este motivo es que el mercado negro de Lima se denomina así,
Cachina, donde los artículos de segunda mano regresan a las vitrinas para ser
revalidados y vendidos a un precio basura.
los techos, celulares rotos por el arrebato, carteras siniestradas del brazo de sus
dueñas, televisores General Electric de los años 50 y LCD’s en desuso,
carcomidos por termitas, pero al fin libros y a bajo costo. Revistas frívolas del
jet set que son revendidos a granel como nunca lo hubiesen imaginado sus
directores periodísticos. Boletines informativos de las distintas sociedades de
Lima, que aquí sítienen valor. Películas en dvd’s de acción, terror, romance y
Aquí encuentras estufas con más de 30 años de antigüedad, otras más actuales
pero desgastadas, con el vidrio protector roto, pero que aún sirven para cocinar
lavada con pulitón y detergente quedan como nuevoal ojo del comprador que
cigarrillos en cantidad. Ella vende de todo y compra de todo. Que si tienes una
recuperará su dinero, pero debe ser rentable, pues ese trabajo de toda su vida la
llevó a construirse una casa de tres pisos con local de alquiler en el frontis,
mantener a sus cinco gordos hijos negros sin la presencia de un padre. Toda,
negocios.
mientras haya salvación hay mucha oferta de alma noble. Es muy difícil
— Pero doctor yo necesito dinero para el alimento de mi hijito, está sin comer
— Primo, todos tenemos problemas…Pero mira, te voy a dar un sol más por
más…Pregunta por ahí para que veas que no te van a dar ni un sol primo.
conocida, somos patas de toda la vida, que jamás te va hacer ningún mal
“Virgen María
es un chiquillo
la droga, el pitillo
salva a mi hijo
Virgen María”.
El ángel de la Rata
Tulio ya pasó los 40 años de edad pero aún su madre lo sigue tratando
dicho que no se come con las manos. Que no se habla con la boca llena.
licor Tulio, que luego pierdes los estribos. Que lávate la cara y las manos.
agarrar de huevón. Que tu comida ya está lista. Que ya no llores Tulio, que
mañana será otro día.
Doña Filomena ya no sabe qué hacer con su hijo, desde que llegó al mundo
sólo le ha traído nada más que problemas.
— ¿Otra vez embarazada? Mujer ya te dije que te cuides.Renegaba Don
Cirilo.
— Pero tú vienes todo borracho y no te digo nada pues Chillo, más bien dame
plata para comprarle comida a tus hijos.
hijodeputa, lárgate”.
día no pudo más, y al sétimo mes de gestación Tulio decidió expulsarse del
útero sin medir las consecuencias.
acercó y casi se desmaya cuando vio un rio de sangre que se escurría entre las
piernas de su amiga.
“Abre las piernas vecinita, puje no más, puje fuerte que se muere el niño…
Puje vecina, puje, ¡Puje pues carajo!…”, gritaba Rosa la pescadora agarrando
con sus dos manos a ese engendro que de un momento a otro solito se eyectó.
El recién nacido se abría paso entre los trapos, pero su imagen no era la de
un tierno bebé rosado, dócil, cándido, tierno, sino todo lo contrario, era gris,
con moretones de color verde, cabello muy grueso como si fuera piel de erizo,
ventas.
“¡Euyiiiiiinnnnnnnn!”
bigote y orejas puntiagudas. Sus dos pies tenían cada uno seis dedos, los
meñiques estaban pegados al anular. Sus manos eran escuálidas y velludas, su
melancolía, odio, rencor y resignación. Cerró los ojos y lloró para sí, como
abrazó fuertemente a su hijo para decirle: “Te amo y como tú nadie será más
seis humano.
Pero nadie lo entendía, nadie lo sabía, ni sus propios padres. Por eso los
que se llamaban sus amigos se burlaban de él continuamente, no sólo por su
que poco le ha servido para cambiar esa mirada infantil perdida que se asoma
cuando está muy bebido o drogado o fuera de si mismo, tal vez preguntándose
Mientras tantosu madre, el ángel de su vida, día tras día, año tras año,
década tras década, sigue buscándolo de sus arrabales para arrastrarlo hasta su
lecho de amor y decirle en su poca conciencia: “mi Tulio, mi pequeño Tulito,
mi Tulio Armando, ya pronto todo esto acabará y diosito con sus alas nos
recogerá. Pero ya hijito, no te pongas malito”.
Doña Lidia tiene cuatro hombres que la aman con una intensidad que a
años con un sujeto de 21, ni aunque éste mismo fuera su primer marido. No,
le fue fiel e inclusive le contó, muy seguidas veces, sobre los amores que año
Dicen algunas personas que un clavo saca a otro clavo, y podrían tener
A esta mujer le gustan los hombres, sí. Y sus hombres para ella, son los
siente que junto a su corazón nace ese airecito (entre frío y caliente) que
recorre totalmente su cuerpo y le hace sentir que aún ellos están allí.
Ayer tuvo un sueño, un ave le contó que su nido le quedaría chico para
empollar sus huevos. Ella no le contestó. No sabía qué decirle. Entonces le dio
la espalda y se despertó.
Cuando se dio cuenta, tenía a dos de sus amores devorando los panes del
desayuno que siempre deja preparado. Miró hacia el sillón central de la sala y
¿Sorpresa? ¡Claro! Esta mujer no sabía qué hacer, y no porque sus amores
furtivos se veían las caras en su hogar, o porque su marido podía llegar del
cuentas-. No, sucede que por una rara cosa del destino todos la buscarían y se
darían esta grata sorpresa en la casa de su marido.
(...)
Son las 2 y 15 de la tarde. Pasó más de una hora en que los cuatro hombres
de Lidia conversaron tranquilamente en una mesa servida. Los platos ya están
vacíos, los tenedores sucios, los vasos dejan restos de pequeñas gotas de Pepsi
Cola y sillas aún están tibias, por el reposo de sus bebés.
Las mejillas de Lidia fueron abarrotadas de besos de despedida, besos que
le prometían que regresarían lo más pronto posible, besos que ella quisiera
sentirlos a diario, besos que extraña desde su encierro, besos que le auguraban
el pronto silencio de su hogar, que inmediatamente ella lo transformará en un
perpetuo recuerdo.
Daga en el Corazón
Era la primera vez que Pepe se quebraba delante mio por un problema tan
complejo. Claro, antes lloró recordando a su madre héroe que entregó su vida
al apóstol San Pedro por la de él. Nunca la conoció en vida y durante años
hasta hoy una fotografía de color sepia llena ese vacío que reserva para su
mudita del bajo Piura a quien le cortaron la lengua por predecir la muerte de la
hija de un capataz. Luego fue violada por un ladrón degenerado que
El licor fue su amigo antes que yo. Pero no me quejo, siempre hay algo con
qué estar mejor. Siempre fue su fiel compañero. A él preguntaba por el amor
Y cada vez que recuerda eso, tiembla intensamente hasta que su rostro se
puño corta el aire para caer contra la mesa que tiembla al oír un ¡carajo!
ensordecedor.
hacer ahora, cuando está distante de aquel amor con quien vivió más de cinco
es Gustavo Adolfo Becker, inclusive a uno de sus hijos lo llamó así: Gustavo
traición se paga
Los Bujíeros
drogas más solicitado por los adictos de los distritos de San Borja, Surco,
Surquillo, San Isidro y Miraflores. Era el lugar más caleta para comprar
pueda hacerte volar allí estaba, y en esa casa vivían dos primos llamados Pavi
y Manongo.
Ellos nacieron el mismo día del mismo mes con la diferencia de un año,
pero igual siempre hicieron todo juntos. Robaron su primera cartera, juntos.
Recuerdo que uno de ellos me decía primo y no entendía por qué, pero era
el que más me cuidaba cuando jugaba en las calles. Si alguien me quería robar
las figuritas jugando a las bolitas con ñoco, o picotear el trompo lanzándolo a
Esta mancuerna tenía una táctica caleta para vender sus drogas. Primero
sencillo pero cauteloso, siempre estaban los policías rondando por su billete y
El negocio fue fructífero hasta que llegó el Plan Luciérnaga, una campaña
de seguridad que tenía jurisdicción en todos los distritos colindantes con Viqui
condena en el Penal Sarita Colonia del Callao. Allí estaba Vito, un chavetero
asesino malandrín, de cabeza rapada que mostraba sus cicatrices de tanta
botella rota que ha recibido. Allí hicieron manchita y hasta jugaron fútbol,
Ese día todos los del barrio fuimos a ver el fútbol en la casa de Chino, un
En ese momento eran más famosos que Mandingo, el único muerto del
barrio que salió publicado en el periódico La Chuchi luego de ser atropellado
por un congresista tránsfuga al que llamaban “Come Pollo”.
Cuando salieron del penal, Manongo y Pavi tenían los bolsillos vacíos y
bujía separando la porcelana del fierro. Esto se hace golpeando con una piedra
centro del objetivo y al primer raje de vidrio se golpea con los codos y vulnera
que lo hice volar tan lejos que la carta desapareció en el aire, que luego se me
“Buena primo -se burló- eso es un augurio de que todo va salir bien”, dijo
irónico y luego se fue con Pavi a preparar las bujías para romper los famosos
vidrios Impenetra.
autos que venían de San Isidro. En ocasiones aparecían mujeres al volante que
dejaban sus carteras sobre el asiento continuo, era allí que aprovechaban los
mismas mujeres salían del auto persiguiendo a los bujíeros. Todo era en vano.
Siempre quedaba un tercer personaje llamado “campana” que miraba todo lo
que sucedía tras el robo y si alguien respondía al asalto, era este quien
Manongo, pues este ya tenía la mirada fija en un Alfa Romeo Coupé color
Corrió como lince tras su presa y de un bujíazo reventó la luna del auto. Se
cortó los nudillos de los dedos al intentar arrebatar la cartera, pero ésta fue
Sin embargo a mitad de camino sintió que el aire que soplaba su rostro era
tan idéntico al que volaba su cabello cuando corría jugando a la chapadas con
sus amigas de la cuadra. Y recordó el grito de su madre cuando lo llamaba
para tomar lonche: Apúrate Manongo que tu leche está con nata. Y su madre
reía, y él se reía, y veía que su rostro era tan inocente, sin chuzos, y sentía que
Ante el sonido de los balazos Pavi quedó pasmado, lerdo, estático mirando
a su primo desangrarse. El asesino se le acercó, lo tumbó al piso, lo golpeó con
la Caballería Peruana.
cuando regresó al barrio me clavó una mirada intensa y fría, esa mirada de
Todo el mundo lo buscaba. Que se fue a Piura, que se fue del país, que está
Como el señor Don Lucho, un panadero que tiene ochenta años y desde los
Lucho acogió los últimos años de Pavi antes de que salga con los pies por
El Muerto Erecto
Sucede que para afianzar esta mera especulación por arte del destino una
Unos travestis al límite que sacudían sus noches a ritmo de Bailando hit de
Alaska y Dinarama. Se vestían de Dragg Queen en la discoteca Dow Town de
Miraflores y agitaban sus sentidos acelerados por los ácidos. Adultos que
sometían su cuerpo a cirugía plástica en clínicas clandestinas que operaban en
jirón Dante de Surquillo para aparentar una fantasía animada. Lucy in the Sky
with Diamonts.
trueque sexual urbano. Allí se amanecían hasta las tres de la mañana ofertando
la vida. Al final de su faena, se llevaban un parroquiano a ese cuarto harem
cabritos tenían que estar allí. Algunos de ellos eran conocidos como Fandana,
La Popó, Katiuska, Chiva, entre otras que desaparecieron paulatinamente.
Dinamo con Deportivo San Francisco, dos clubes titánicos que se medía tete a
Alianza Lima.
pared de ladrillos que mide dos metros quince centímetros. El espacio más
grande está destinado a ser la cancha principal, habilitada con dos arcos y red.
Está pintado como cancha de vóley, básquet y fulbito. Además hay dos
tribunas: occidente y oriente. Cada una de cuatro gradas. Detrás de ellos está
el camarín que sirve como baño público y más allá esta la zona libre, donde
Es en este lugar donde estaban las “bandidas” bebiendo de lo más rico con
Cerveza por aquí, besito por acá. Salud por allá, toquecito por aquí. “Ay
que te bailo el perreo”, decía una de ellas a otra que le repetía: “tu no lo
Cripta.
Spears. Comienza a tocarse la ingle con su dedo índice, frotando su pene que
El Pelao se empinchó pero fue apaciguado por Mitrón quien dijo que tenía
un trago para tomar. Era tiempo de partir, pero el Narizón tenía una espina en
la cabeza y un as en el closetcon ansias de salir.
“¿Yo tengo la coca, así qué cómo va ser?”, dijo aventando dos bolsitas de
Carrá se escuchaba por todas partes. Y que los policías siempre quieren que se
la chupe. Y jala, jala, la coca, que me pone medio loca. Que “Para hacer bien
el amor hay venir al sur, lo importante es que lo hagas con quien quieras tu”.
Todos siempre dicen que nunca hantirado con uncabro. ¡Yo no les creo! Jala
por la ñata con el sorbete huevón.“No me mires, no me mires, déjalo ya. Que
no llevo puesto el maquillaje, je, je”. Una vez Katiuska le chupó la pinga al
que se deje de huevadas, que ya nos vamos, que se vaya. “El maquillaje, je,
de esas clásicas chupetas donde no se recuerda qué fue lo que hiciste la noche
anterior.
Eran las tres de la tarde y el timbre de mi casa sonó. Eran los padres del
Narizón preguntando si sabían algo de él. Que no había llegado a casa y que
todos estaban preocupados. “¿Quizá su hijo estuvo con él?”, preguntaron.
Mi madre les dijo que no sabía y que yo estaba durmiendo. Que no me iba
a levantar. Sin embargo yo escuché y de inmediato llamé al Mitrón y él le dijo
“La cagada”, dijimos. “¿Dónde podrá estar?”, preguntamos. Así que fuimos
La puerta del callejón estaba sin seguro así que decidimos entrar.
Caminamos hasta el final del pasadizo con dirección a la puerta 9C. La
ventana estaba cerrada y tenía la cortina extendida que dejaba ver una
sobresalía de la sábana.
“Es él. Estoy seguro”, se aferró, pero algo sucedía, no se movía, no parecía
dormido. Había pasado mucho tiempo.
vivía por ahí y nos dijo que la chica de ese cuarto había salido hace horas
perfumada y con una maleta.
de quién era? Era de la Popó, muerto por sobredosis y con una erección que
recordaba el perfil del Narizón.Increíble.
“Compañeros de prisión
El Microbús
Lunes ocho y treinta de la mañana. Todo Angamos, Ace Home Center, Vía
Pague con sencillo. Al fondo hay sitio. Papá, arrecochínese, apéguese, avanza
queje sino se queda. Vamooooo… espera, espera, suben dos para la ventana
Sarita Colonia del Callao y desde joven estuve en las malas andadas. Con mi
hermano Rabito nos dedicamos a robar, a drogarnos, a asustar a la gente, a
delinquir, a secuestrar. Pero no me ignores varón, no me escondas la mano.
Todos tenemos errores, todos caemos varón. Me vas a decir que no tienes un
hermano drogadicto, un amigo borracho, un papá fumón, pegalón, abusivo,
todos. Usted niño ¡no lo haga nunca! Ni se atreva. Padre no deje que su hijo lo
intente. Este sujeto tiene práctica, sabe cómo hacerlo, pero que no le vaya a
dar miedo esa sangre que corre por su nariz, eso es parte de la rutina señor,
ganarnos la vida. Como esta cuchara que usted ve y que la voy a quemar por
brazo y verá que no siento dolor. Si señora mire, mire como se quema la piel,
mire como se achicharra mi dermis, mire mi rostro sudado por retener el grito,
mire señora cómo es que me gano la vida, luego de caer en los infortunios
señor, señora. Solo le pido una limosnita varón, una ayudita, un sencillito. Voy
a pasar con mi bolsita por sus asientos.
robar, a matar, a hacerle daño a la gente. ¿Eso quieres? ¿Que te asalte cuando
bajes, que este desarmador te lo meta en el cuello y te quite tu billetera, que te
agarre de los pelos abajo y te jale tu cartera y nada puedas hacer señora? ¿Eso
quieres? No me niegues una oportunidad mamita, papito, no me niegues tu
voluntad señor. Nosotros así nos ganamos la vida, no me mires con asco, no
querrás que te mire y te siga hasta tu casa y te robe todo. Que vaya con una
pistola y asalte tu carro en la calle. No querrás que secuestre a tus hijos papito,
tengo para comer, mis hijos se mueren de hambre, soy padre de cinco niños y
soy el sostén de la familia. Todos están en la primaria, tengo que darles qué
encuentre y te robe todo lo que tienes papá. Si, a ti que tienes tu reloj de oro,
¿no me vas a dar un centavito? ¿Qué tanto te hace falta? A ti señora que tiene
su cartera de cuero con plata dentro, ¿qué le va hacer falta una monedita
tu instituto. Dame una propinita por el amor de Dios, no querrás que más tarde
alguien te robe tu sueldo. Lo que uno da uno recibe señorita. No me ignores
¿Eso quieren no? Que les roben, que los traten mal, porque cuando uno
todo carajo, todo lo que está aquí conchasumadre. ¿Qué no tienen plata dicen?
corazón? ¡Se cagaron todos! Saquen sus billeteras carajo o les meto bala a
todos conchasumadre. Así que no quieren colaborar porque recién acabo de
salir del penal. Ya se cagaron todos carajo. No digan ni una sola palabra.
una monedita, y nadie me quiso dar, todos me miraban con asco, todos me
¿y? ¡Ahora pues! Ahora todos están llorando con el miedo en sus rostros. Tú
me pides que no te haga daño, pero tú me haces daño cuando no me das tu
comprensión, hijo de puta. Tú mamita que ahora me das tu dinero, ¿por qué no
vamos, que solo les estamos de pasada en este mundo, que solo robamos cosas
materiales que después volverán a conseguir, todo en esta vida se consigue. A
robado su corazón”.