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Tecnológico de Estudios Superiores de Coacalco

Análisis Instrumental

Carrera: Ingeniería Química Grupo: 8422

Resumen (Limites de detección, Señal,


Sensibilidad, Calibración y Ruido)

Profesora: Argelia Olivos González

Alumno: Alexis A. López Maturano (201621555)

Coacalco, Estado de México. Abril 2018


Límites de detección

El concepto de límite de detección ha sido y sigue siendo uno de los más


conflictivos en el área de la Química Analítica. Las múltiples definiciones
propuestas a lo largo de los años, así como la diversidad de metodologías para su
cálculo han provocado sin duda esta situación. Recientemente, organizaciones
internacionales, como la ISO o la IUPAC, han tratado de consensuar sus
definiciones y dar una serie de guías para la estimación de este parámetro de
calidad tan importante en análisis químico. En este artículo pretendemos aportar
algo de luz sobre el tema y clarificar algunas de las dudas más habituales al
respecto.

El concepto de detección

El límite de detección (LDD) se define habitualmente como la cantidad o


concentración mínima de sustancia que puede ser detectada con fiabilidad por un
método analítico determinado. Intuitivamente, el LDD sería la concentración
mínima obtenida a partir de la medida de una muestra (que contiene el analito)
que seríamos capaces de discriminar de la concentración obtenida a partir de la
medida de un blanco, es decir, de una muestra sin analito presente. El primer
problema aparece en la palabra fiabilidad, puesto que ésta implica la introducción
de la estadística en la propia definición de LDD y en su cálculo posterior.

Falsos positivos y falsos negativos


Vamos a imaginar un determinado
método analítico y vamos a
situarnos mentalmente en el eje de
las concentraciones. Vamos a
suponer también que el método
analítico tiene una precisión
conocida a lo largo de los
diferentes niveles de concentración
y que los resultados obtenidos con
dicho método siguen una
distribución normal.
Señal
La señal empleada para transferir información del analito a los módulos eléctricos
del instrumento se originan en el generador de señales. Se usan dos métodos
generales para la generación de las señales: 1) la aplicación de una señal externa
a la muestra, con modificación subsecuente de la misma por el analito (como en
espectroscopía de absorción) y 2) la creación de un ambiente sobre la muestra,
que permite al analito producir una señal,
como lo ilustran las mediciones
potenciométricas. El generador de
señales es único para cada tipo de
instrumento. Su diseño requiere una
comprensión de las propiedades físicas
de los componentes del instrumento, de
las propiedades químicas del analito y de
las características de la matriz de la
muestra.
Transductores de Entrada
La mayoría de los transductores de entrada son dispositivos analógicos: esto es,
miden propiedades físicas y químicas en forma continua (Tabla 1.2). En muchos
casos estos dispositivos producen señales eléctricas analógicas de diferencia de
potencial, corriente o resistencia. Si la propiedad medida no es continua, puede
diseñarse el detector para que de una salida pulsante, como en los detectores de
radiación gama (o gamma) de alta energía. La calidad y las capacidades del
transductor de salida son las que finalmente limitan todo el funcionamiento del
instrumento.
Módulos de Transformación de Señal
El módulo de transformación de la señal recibe la información del detector, la
convierte eléctricamente a una forma más significativa y luego la envía al
transductor de salida. El detector utilizado y la forma final de la información
deseada determinan la composición electrónica de este módulo. Los componentes
del mismo van desde un simple resistor, para la conversión simple de corriente a
voltaje, hasta un complejo microprocesador, que tiene una gran variedad de
posibilidades de procesamiento de señales.
Transductores de Salida
El componente final del instrumento, el transductor de salida, convierte la señal
eléctrica modificada en información útil para el analista. Esta información puede
mostrarse o registrarse por medio de diferentes dispositivos, en forma analógica o
digital.
Sensibilidad

Capacidad de un método de diferenciar pequeñas variaciones en la concentración


del analito. Está limitada por dos factores: la pendiente de la curva de calibrado y
la reproducibilidad o precisión del sistema de medida. Entre dos métodos que
tengan igual precisión, será más sensible aquel cuya curva de calibrado tenga
mayor pendiente. Otra definición de sensibilidad, es la pendiente de la curva de
calibrado, a la concentración objeto de estudio (suelen ser lineales).

𝑆 = 𝑚𝑐 + 𝑆 (𝑏𝑙𝑎𝑛𝑐𝑜)

La sensibilidad de calibrado como parámetro de calidad, tiene el inconveniente de


no tener en cuenta la precisión de las medidas individuales. La sensibilidad
analítica (γ = m/Ss), tiene la ventaja de ser relativamente insensible a los factores
de amplificación (ej: al aumentar la ganancia de un instrumento por un factor de
cinco, el valor de m se incrementará en cinco veces. Esto vendrá acompañado de
un aumento en Ss, y por tanto la sensibilidad analítica, se mantendrá
prácticamente constante. Es independiente de las unidades de medida de S. Una
desventaja es que depende de la concentración.
Calibración
Todos los métodos instrumentales,
excepto el método gravimétrico y el
culombimétrico, necesitan una
calibración, proceso en el que se va a
relacionar la señal analítica medida
con la concentración del analito.
Los tres métodos más frecuentes son:
- Curvas de calibrado.
- Método de la adición estándar.
- Método del patrón interno.

Curvas de calibrado
También llamadas curvas de patrón externo o curvas analíticas.

Para aplicar este método, se introducen en el instrumento varios patrones con


concentraciones conocidas del analito y registramos la señal instrumental.

Normalmente la señal se corrige con la señal obtenida con el blanco. Dicho blanco
contiene todos los componentes de la muestra original excepto el analito.

Los datos obtenidos se representan en una gráfica en la que tendremos la señal


del instrumento corregida frente a la concentración de analito.

En determinadas ocasiones, tenemos representaciones lineales en un amplio


intervalo de concentraciones (intervalo útil) y contienen menos error que las no
lineales.

Éstas precisan de un elevado número de datos de calibrado para establecer con


mayor precisión la relación entre la respuesta del instrumento y la concentración.

La ecuación de la curva de calibrado la obtendremos por el método de los


mínimos cuadrados y nos permitirá calcular directamente la concentración de las
muestras.

El éxito del método dependerá de la exactitud que tengan las concentraciones de


los patrones y de lo que se parezca la matriz (conjunto de los diferentes
componentes que constituyen una muestra analítica) de los patrones a la de las
muestras que se analizan.
Ruido
El valor promedio del ruido (N) de un instrumento suele ser constante e
independiente del valor de la señal (S). Por ello, para señales pequeñas el valor
del ruido da lugar a errores más importantes que en el caso de señales grandes.
En general, se considera imposible detectar señales cuando la relación
S/N es menor de 2 o 3.

Existen dos tipos fundamentales de ruido:

- Ruido químico: proviene de la variación no controlable de las variables que


afectan la química del sistema estudiado (variaciones en temperatura, presión,
humedad, etc.).

- Ruido instrumental: asociado a cada parte del instrumento. Su origen puede


originarse en fenómenos eléctricos del propio instrumento o en las variaciones en
la radiación electromagnética del ambiente que es recogida por los componentes
del instrumento (ruido ambiental).

Es imposible eliminar completamente el ruido, pero es posible minimizar su efecto


aumentando la relación S/N tanto a nivel de hardware (empleando componentes
que eliminan o atenúan el ruido sin afectar a la señal) como de software
(empleando programas informáticos capaces de separar las señales analíticas de
un entorno ruidoso).

Bibliografía

- “Principios de análisis instrumental” 5ª edición. D. A. Skoog, F. J. Holler, T. A.


Nieman. Editorial: McGraw Hill (2000).
- “Introducción al análisis instrumental”. L. Hernández, C. González. Editorial
Ariel Ciencia (2002).

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