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Día de las Madres Tercero “D2”

“Ninguna lengua es capaz de expresar la fuerza, la belleza, la heroicidad de una madre.”

Edwin Chapin.

Queridas madres, estimados profesores y amigos, muy buenas noches con todos.

En primera instancia queremos agradecer la presencia de todos, pero sobre todo y en especial
a nuestras hermosas madres que nos acompañan y engalanan esta reunión. Sin ustedes este
evento no sería posible.

Esta noche nos hemos congregado a placer de compartir una velada especial con esas personas
que tanto amamos.

“Me di cuenta de que cuando miras a tu madre, estás mirando al amor más puro que
conocerás jamás”

Mitch Albom.

Sé y he aprendido a comprender el gran esfuerzo que hiciste para tenerme, desde que me
esperabas en tu vientre o en la añoranza de mi llegada. Y todas las alegrías que vivimos cuando
abordé tu vida. ¿Recuerdas madre cuánto querías que hablara en mis primeros años, cómo
necesitabas sacarme una palabra? Y el entusiasmo que te generó, hasta el punto en el que luego
no podías callarme.

Pero llegó también ese molestoso momento que todos vivimos, ese tramo en el que mi vida
estaba llena de enredos, llegar del colegio y concurrir en emociones que iban desde la alegría,
el enojo, la tristeza y el amor. Pero tú estuviste en todos y cada uno de esos momentos, cuando
no quería platicar de lo ocurrido, cuando me encerraba en mi habitación.

Y fuiste testigo también de mi primer amor, de esa fase tan especial del enamoramiento y como
mis actitudes empezaron a cambiar de repente porque, aunque no sea capaz de contártelo, tú lo
sabías madre, tú siempre lo sabías. Es por eso que estuviste allí, conmigo, cuando conseguí mi
primer corazón roto.

Cuando no tenía a quien acudir, sabía que podía contar contigo. Cuando todos los caminos se
cerraban, tu puerta era la única siempre abierta. Y cuando todo se ponía difícil, ahí estabas tú
a mi lado diciéndome que todo saldrá bien.

Ahora, una etapa más de nuestras vidas termina, todos tomaremos caminos distintos,
apostaremos nuestro destino a la certeza de nuestra decisión y, sin embargo, yo sé que seguiré
contando con tu apoyo, cuando la carga de la universidad llegué, cuando me sienta ahogado en
la perspectiva de vivir en una nueva comunidad, cuando el rechazó recaiga sobre mí, cuando
mis inseguridades me consuman, sé que contaré contigo para liberarme de mi encierro.

Pero esta noche es para ti, que cuidaste de mí, que siempre tuviste los brazos abiertos y el
corazón lleno de amor hacía mí. Por ello nos llena de regocijo dirigirnos a ustedes y brindarles
una cordial bienvenida por parte de todos quienes conformamos el Tercero “D2”.

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