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Relación entre el coaching y la inteligencia

emocional
Como seres humanos, no hay nada en la vida ni en el trabajo que no se vea
afectado por nuestras emociones. La inteligencia emocionales un factor clave
para asegurar unos resultados satisfactorios cuando trabajamos con otras
personas, pasando por encima de los conocimientos acumulados y las habilidades
aprendidas. La destreza a la hora de acceder a la inteligencia emocional debería
considerarse la base para el crecimiento personal y profesional, así como para
el desarrollo del liderazgo.

Definición de inteligencia emocional y su vinculación con


el coaching
La inteligencia emocional es la habilidad de entender porque piensas y
actúas tal y como lo haces, de manera que puedas escoger la mejor manera de
pensar y actuar en cada momento. Como resultado también puedes entender
mejor a las otras personas: qué les motiva, como trabajar coordinadamente y
como inspirarlas para alcanzar su potencial. Salovey y Mayer, los teóricos que
propusieron la idea de la existencia de una inteligencia emocional, la describieron
como la habilidad para percibir emociones, generarlas y entenderlas, con el fin de
regular adecuadamente las y promover un crecimiento intelectual y emociona.
Después de ellos, fue Goleman, autor del libro “La Inteligencia Emocional”, quien
acuñó el término.
El coaching busca modificar las conductas de las personas para
lograr conseguir unos objetivos, actuando de guía en el proceso hasta alcanzar
el éxito. De manera que la inteligencia emocional aparece como una herramienta
excelente para el cambio y la consecución de objetivos, principalmente por dos
razones:

1. Lo que somos y hacemos está muy influenciado por las emociones de cada
persona. Obviar el componente emocional es guiar sólo a la mitad de la
persona durante el proceso de coaching.
2. Además, la inteligencia emocional, definida como la capacidad de
gestionar eficazmente las emociones, aparece como unaherramienta para
abarcar a la persona en su totalidad durante el coaching.
El coaching se basa en relaciones, y las relaciones se ven modificadas,
reforzadas o distanciadas por las emociones. Un buen coach toma para sí las
competencias de la inteligencia emocional que hacen posible que actúe como líder
y consejero, al mismo tiempo que explora los objetivos y valores del coachee o
cliente, ayudándole a ampliar su repertorio de habilidades y respuestas. Un coach
que usa la inteligencia emocional es consciente de sí mismo, suele ser sincero,
creativo, capaz de brindar su ayuda, e ir más allá de los simples consejos.

Aspectos que comparten la inteligencia emocional y el


coaching
Existen algunas áreas que caracterizan la inteligencia emocional y que son
perfectamente aplicables en un proceso de coaching:

1. Identificar y reconocer las emociones, siendo capaces de percibirlas,


evaluarlas y expresarlas. Etiquetar tanto las emociones que siente una
persona, como las emociones de los demás. Incluye la percepción de cómo
se están sintiendo otras personas en un determinado momento.
2. Habilidad para usar las emociones adecuadamente. Consiste en adquirir
la capacidad de crear emociones y utilizarlas en el desarrollo de la
creatividad, la empatía y la solución de problemas. Un ejemplo de
emociones apropiadas es sustituir el enfado por la molestia, la angustia por
la preocupación sana,
3. Comprensión y análisis de las emociones usando todo el
conocimiento emocional. Hace referencia a la habilidad para entender las
emociones más complejas y la forma en cómo una emoción puede tener
como consecuencia la aparición de otra emoción distinta. Un ejemplo sería
cuando una persona siente celos y sabe que va a terminar enfadándose. Al
mismo tiempo, sabe también que este enfado va generar en la persona una
sensación de miedo o incertidumbre en cuanto a la relación. Así, la
persona, anticipándose, va a percibir que la relación puede romperse por
causa de los celos y el posterior enfado.
4. Manejo y regulación adaptativa de las emociones. Capacidad de
manejar las emociones de forma inteligente en uno mismo y ser capaz de
percibirlas en los demás. Esto va a permitir el uso de técnicas que
favorecen la consecución de resultados positivos en las relaciones con los
demás.
Competencia personal y competencia social
Es importante recordar que las personas pueden aprender y desarrollar su
inteligencia emocional. Todo el mundo puede fortalecer sus capacidades tanto a
nivel de competencia personal como social
Por un lado, las competencias personales son las que van a determinar el modo
en el que una persona se relaciona consigo misma. Incluyen la conciencia de
uno mismo (saber con exactitud lo que se está sintiendo en un momento
determinado y utilizarlo para favorecer la toma de decisiones), la
autorregulación (manejar las emociones para que faciliten la tarea que se esté
llevando a cabo y no la perjudiquen) y motivación (utilizar las preferencias para
guiar los objetivos, ser más eficaz y perseverar a pesar de los contratiempos).
Y, por otro lado, las competencias sociales determinan la manera en que las
personas se relacionan con los demás. Comprenden la empatía y habilidades
sociales como la comunicación, la gestión del conflicto, el liderazgo, los vínculos o
la cooperación.
Si has intervenido alguna vez en un proceso de coaching, seguramente habrás
identificado claramente todos los aspectos que hemos ido desgranando sin
necesidad de etiquetarlo como inteligencia emocional. Sin embargo es innegable
que el coaching bebe de muchos conceptos de esta corriente y al fin y al cabo uno
de sus principales objetivos es potenciar la inteligencia emocional, ya que es una
de las llaves del éxito en nuestra vida personal y profesional.

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