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DESIGUALDAD Y TENDENCIA AL ESTANCAMIENTO EN COLOMBIA

Augusto Aleán Pico*

Resumen: Las relaciones entre crecimiento económico y distribución de ingresos


son cruciales para comprender el problema de la pobreza. Las vías en las que
interactúan estas dos variables son diversas. El análisis del comportamiento de la
distribución de ingresos y la trayectoria del crecimiento del PIB per cápita en
Colombia no arroja los mejores resultados. Observando un conjunto de datos tanto
a nivel nacional como departamental se encuentra la existencia de una profunda
desigualdad y una tendencia marcada al estancamiento. Se hace necesario utilizar
modelos alternativos al neoclásico para comprender los fenómenos del
subdesarrollo.

Clasificación JEL: I30, O15, O40, O54.

Palabras Clave: Distribución de ingresos, Crecimiento, estancamiento,


pobreza.

*
Economista, Magíster en Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia. Profesor de
Economía de la Universidad Tecnológica de Bolívar. En la actualidad adelanta estudios de
doctorado en economía en la Universidad Nacional de Colombia. Correo: aaleanp@unal.edu.co. El
autor agradece los comentarios a una versión anterior a José Félix Cataño y Jorge Iván González.
Por supuesto los errores son del autor.
1. Introducción

Colombia es uno de los países de América Latina con mayores índices de


desigualdad de ingresos y pobreza. Tal apreciación es más grave aún si
reconocemos que el continente en mención es el de mayor inequidad en el
mundo. Asimismo, tanto Colombia como Latinoamérica han mostrado un
crecimiento poco competitivo de su ingreso per cápita. Tanto en la década de los
ochenta como en los noventa el crecimiento económico ha sido menor comparado
con otros países y regiones que hace treinta años eran similares o de mayor
atraso. El ejemplo más próximo son las economías asiáticas de reciente
industrialización y China.

El crecimiento económico puede ser un factor determinante para reducir la


pobreza en los países menos desarrollados. Sin embargo, el crecimiento tiene
fuertes vínculos con la distribución del ingreso en general que puede tener efectos
diferentes sobre la reducción de la pobreza. Un grupo de autores han propuesto
que el crecimiento no tiene efecto sobre la distribución de ingresos. Otro grupo
distinto sostiene que la desigualdad si cambia con el proceso de desarrollo: puede
empeorar o mejorar. Si el crecimiento afecta a la distribución de ingresos también
lo hará con la pobreza. En particular, si el crecimiento aumenta la desigualdad, tal
crecimiento no será efectivo para reducir la pobreza.

Por otra parte, la desigualdad de ingresos y de riqueza pueden afectar el


desempeño económico de los países. Una probable explicación del estancamiento
permanente de la mayoría de las economías de América Latina se puede explicar
por su alta inequidad. La desigualdad puede impedir el desempeño económico por
los obstáculos que puede imponerle a la productividad. Estructuras institucionales
basadas en altos niveles de desigualdad son muy costosas de mantener. Además,
las sociedades con altos niveles de desigualdad presentan fuertes conflictos
distributivos que pueden afectar negativamente la actividad económica en
términos de su eficiencia.

Indagar acerca de las interacciones sobre la distribución y el crecimiento


ciertamente no es nuevo. El tema está en el corazón de la teoría económica. Los
economistas, desde los clásicos, han estado interesados en el tema. No obstante,
en los últimos años la corriente dominante en la ciencia económica ha relegado el
análisis distributivo a un tópico menor. La desigualdad influye las estructuras
institucionales así como también los resultados macroeconómicos. Sin embargo,
en los textos convencionales de macroeconomía no aparece el tema de la
distribución como elemento clave para entender el funcionamiento y desarrollo de
las economías, en particular, las menos desarrolladas. Si aparece lo hace en
forma marginal explicando dentro de las teorías del crecimiento los fenómenos de
“trampa de desigualdad” y “trampa de pobreza”.

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A pesar del trabajo realizado sobre las relaciones entre el crecimiento y la
desigualdad a lo largo de la historia, aún no hay un consenso sobre las vías en
que estas variables puedan interactuar. Este escrito examina el comportamiento
del crecimiento de la actividad económica y la distribución de ingresos en
Colombia en los años recientes. El trabajo se divide en cinco secciones. Luego de
esta introducción, en la siguiente sección se esbozan los aspectos conceptuales
de las relaciones entre crecimiento y distribución de ingresos, así como también
aspectos teóricos del análisis distribucional. La tercera sección muestra
información acerca de la distribución del ingreso en Colombia, así como también
otros indicadores sociales. La cuarta hace lo propio con datos para el crecimiento
a nivel nacional y departamental. En la quinta, se plantean algunas conclusiones y
observaciones finales.

2. Crecimiento y distribución. ¿Cuáles son los vínculos?

Después de privilegiar el enfoque del desarrollo basado exclusivamente en el


crecimiento económico y sus determinantes, análisis recientes han propuesto
visiones alternativas alrededor del tema que incluyen, entre otros aspectos, el
estudio de los problemas inherentes a la desigualdad. El debate de posguerra
sobre las relaciones entre crecimiento y desigualdad ha sido intenso. Y aún no se
tiene total claridad sobre las causalidades entre estas variables. No obstante,
existe una línea de pensamiento que sostiene que el crecimiento es necesario
pero no suficiente para alcanzar el desarrollo de un país. La equidad también
importa. No sólo por su valor intrínseco, sino, además, por que pareciera que la
equidad es una condición para el crecimiento sostenido.

La teoría económica se ha interesado desde la época de los clásicos por el tema


de la distribución y el desempeño de la actividad económica. Pasinetti (1984) hace
una reseña de los antecedentes históricos sobre el tema de la producción y su
cercana relación con los temas distributivos. Inicia su reseña con una mención de
Quesnay y su famoso Tableu en el que se representa en una tabla de doble
entrada los aportes de las distintas clases a la producción y por supuesto su
distribución. Seguidamente, describe la distribución de ingresos en el sistema
ricardiano. También la formaliza. Luego, expone los postulados de Marx sobre el
tema y continua con los marginalistas, Leontief y Sraffa. Existen diversos modelos
de distribución y crecimiento provenientes de teorías ricardianas, marxistas, neo-
clásicas y keynesianas, (Kaldor, 1956). En este escrito sólo queremos resaltar que
en el pensamiento económico a través de su historia a estado presente la
preocupación por la producción y la distribución. Sólo en épocas más recientes
estos han estado olvidados.

Un aparte importante de la literatura se refiere al aporte de Keynes y los


Poskeynesianos. Autores contemporáneos proponen una teoría de la distribución

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implícita en la Teoría General así como el Tratado de la Moneda, (Taylor, 2004;
Dutt, 1990). Tales autores proponen identificar una relación entre la teoría de la
distribución y la teoría de la demanda efectiva. Ahora bien, autores anteriores ya
habían propuesto una teoría de la distribución keynesiana, (Kaldor, 1956). Basado
en consideraciones de largo plazo Kaldor utilizó el instrumental teórico del
multiplicador para explicar los aspectos distributivos. Igualmente otros autores
poskeynesianos intentaron explicar las relaciones entre crecimiento de la
producción y sus consecuencias distributivas, (Kalecki, 1977; Robinson, 1965;
Pasinetti, 1978).

En la aproximación kaleckiana a la distribución del ingreso, hay un intercambio


entre los salarios y las ganancias, (Kalecki, 1971). En esta teoría, los precios se
forman como un margen sobre los costos directos, que incluyen salarios y
materias primas. La relación entre los precios y los costos está determinada
positivamente por el grado de monopolio, de tal forma que un mayor grado de
monopolio refleja un mayor precio en relación a los costos. Por su parte, la
participación de los salarios en el valor agregado está determinada por el grado de
monopolio y por la relación entre el gasto en materiales y el monto de los salarios.
Un aumento del grado de monopolio o de la relación entre los gastos en materias
primas y el monto de salarios disminuyen la participación de los salarios en el
valor agregado.

Quizás un estudio que marco un quiebre en la historia del pensamiento económico


sobre los temas de las relaciones entre distribución del ingreso y el crecimiento fue
el de Kuznets, (Kuznets, 1955). Su conjetura de que la desigualdad aumenta en
las primeras etapas del desarrollo para luego disminuir con el proceso de
desarrollo ha sido objeto de innumerables trabajos empíricos posteriores. La
literatura ha nombrado su planteamiento como la hipótesis de U invertida. Esta
hipótesis ha sido probada empíricamente con resultados diversos. Algunos
trabajos han apoyado la hipótesis de Kuznets y otros lo han descalificado. Lo
cierto es que alrededor del trabajo de Kuznets se construyo una industria de textos
tratando de probar sus proposiciones.

La investigación posterior sobre las relaciones entre crecimiento económico y la


desigualdad de ingresos se dedicó a comprobar o rechazar los hallazgos de
Kuznets. Tal literatura llamó a las ideas de este autor, la curva en forma de U
invertida, (Fields, 2001). Las conclusiones de los trabajados alrededor de la idea
han variado de un consenso a otro. Algunos trabajos iniciales corroboraron el
planteamiento del autor en cuestión. Otros más recientes afirman la no existencia
de relaciones entre crecimiento y desigualdad de ingresos. La mayoría de trabajos
han planteado regresiones para un conjunto dado de países en los que se estima
una relación promedio entre estas variables. Estas regresiones pueden ocultar
casos específicos de países en donde la relación puede ser muy diferente.

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La nueva teoría del crecimiento ha propuesto explicaciones para las relaciones
entre la desigualdad y el crecimiento económico (Aghion y Howitt, 1999). Los
intentos por endogenizar la tecnología han permitido expandir la comprensión
acerca del crecimiento económico. Estas teorías también han intentado explicar el
problema de la distribución relacionándolo con los aspectos de economía política.
Sin embargo, tales modelos aunque han avanzado comparándolos con los
modelos neoclásicos en sus diferentes versiones aún no son capaces de explicar
la profunda desigualdad en países menos desarrollados.

Una propuesta novedosa para abordar los temas relativos al crecimiento y su


relación con el problema distributivo es la de vincular las nuevas teorías del
crecimiento con la economía clásica del desarrollo, (Ros, 2004). Los autores que
originalmente expusieron las teorías sobre desarrollo económico tales como
Lewis, Nurkse, Rosenstein-Rodan, Hirschman, Prebisch, Myrdal, Young, han sido
olvidados por la economía del desarrollo contemporánea. A estos autores se les
agrupa como la corriente clásica de la economía del desarrollo. La importancia de
tales autores radica en que sus postulados son claves para entender el fenómeno
del subdesarrollo. En particular, los rendimientos crecientes a escala y los
excedentes de mano de obra son dos planteamientos fundamentales dentro de tal
teoría. Y estos son más relevantes para estudiar países menos desarrollados.

2.1. Crecimiento y desigualdad.

El estudio de las relaciones entre crecimiento y desigualdad en la posguerra, como


habíamos comentado, se inicia con el clásico trabajo de Kutznets, (1955; 1973;
1978) referido más tarde en la literatura del desarrollo como la curva de Kutznets o
curva con forma de U-invertida, o simplemente la hipótesis de Kuznets. En
términos generales, tal hipótesis plantea que las economías con relativo menor
desarrollo muestran mayores niveles de igualdad. A medida que el proceso de
desarrollo avanza la desigualdad se incrementa hasta que se alcanza cierto nivel
de desarrollo avanzado en el que la economía nuevamente se torna menos
desigual.

A partir de esta idea se desarrolló una industria de trabajos que exploraron la


hipótesis kutznetiana, (Kravis, 1960; Oshima, 1962; Ahluwalia, 1974, 1976;
Chenery et al.,1976). Estos trabajos complementaron la idea de Kuznets
apoyándose en los datos que existían en el momento y haciendo regresiones
tomando como unidad de análisis países. Los resultados encontraron efectos
positivos del crecimiento del ingreso hacia la desigualdad.

Trabajos más recientes critican la curva de U-invertida entre crecimiento y


desigualdad, pues, no encuentran relación significativa entre estas dos variables,
(Anand y kanbur, 1993; Ravallion, 1995; Bruno, Ravallion y Squire, 1996,

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Deininger y Squire, 1998, Barro, 2000). Algunos de estos trabajos son fuertes en
criticar a Kuznets por su ejercicio numérico hipotético.

2.2. De la desigualdad al crecimiento

Algunos trabajos (Galor y Zeira, 1993) (Alesina y Rodrik, 1994), (Persson y


Tabellini, 1994), (Banerjee y Duflo, 2000) muestran que la desigualdad afecta
perversamente al crecimiento. Alesina y Rodrik, por ejemplo, realizando una
aplicación del modelo del votante mediano encuentran que en las democracias se
presenta una relación negativa significativa entre desigualdad y crecimiento. Este
artículo concluye que en el caso de las democracias, una mayor desigualdad de la
riqueza es perjudicial para el crecimiento económico. Incluso, proponen que si se
redistribuye la riqueza en un determinado porcentaje, desde las clases más ricas a
la clase media, el crecimiento de la economía mejoraría sustancialmente. Una
distribución inequitativa de la riqueza es perjudicial para el crecimiento, en las
democracias, porque el votante mediano (mayoría de trabajadores con poco
capital) prefiere imponer altos impuestos al capital lo cual reduce el crecimiento de
la economía. Una mayor igualdad en la razón trabajo-capital permitiría que la
economía creciera más, vía menores impuestos al capital.

También hay evidencia que la desigualdad de activos, tales como la inequitativa


propiedad de la tierra y la desigual acumulación de capital humano o la que se
presenta debido a las imperfecciones del mercado de crédito, es perjudicial para el
crecimiento, (Birdsall y Londoño, 1997; Aghion, Caroli y García Peñalosa, 1999).
El crecimiento es más lento en economías altamente desiguales como las de
América Latina.

Otros trabajos (Forbes, 2000) sostienen que, a nivel de país, un incremento en la


desigualdad de ingresos tiene una relación significativa positiva con el crecimiento
económico subsiguiente. La literatura asocia este tipo de propuestas con la idea
de Kaldor en el sentido de que la propensión marginal al ahorro de las personas
ricas es más alta que la de los pobres. Sin embargo, planteamientos de este estilo
pueden ser inconvenientes desde una perspectiva ética.

2.3 Aspectos conceptuales del análisis distribucional

Las preguntas clave que se propuso Kuznets responder en su clásico trabajo


mencionado arriba giraron entorno a la naturaleza de la distribución personal del
ingreso y cómo cambia esta, a medida que se presenta el crecimiento económico
en un país. Las dos variables están ligadas. La teoría económica ha examinado
tanto los aspectos del crecimiento como los de la distribución. Sin embargo, estos

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últimos son menos destacados en los textos convencionales de economía. A
continuación presentamos los principales elementos para el análisis de la
distribución del ingreso.

El análisis conceptual de la distribución de ingresos comprende tres etapas. La


primera comprende una aproximación axiomática, seguida por la definición de la
Curva de Lorenz y finalmente el establecimiento de medidas de desigualdad,
como por ejemplo, el coeficiente de Gini, (Fields, 2001).

Supongamos que y{i} es el ingreso del individuo i. Una distribución de ingresos


viene dada por un vector de la forma Y= (y{1},......,y{n}). Donde y(1) < y(2) <,……,<
y(n). Ω es el conjunto de todas las distribuciones de ingreso representado por:
Ω = {Y/Y є ℝⁿ}.
Dado dos vectores X, Y є Ω, podemos establecer relaciones binarias (≽) entre
ellos de la siguiente forma:
X ≽ Y, X es "al menos tan igual como" Y. Y ≽ X, Y es "al menos tan igual como"
X.
X ≽ Y y Y ≽ X, por lo que X ~ Y, es decir que tales distribuciones son
“equitativamente desiguales”. Si X ≻ Y, se dice que X es una distribución más
equitativa que Y. Asumimos que las relaciones binarias cumplen con las
propiedades corrientes de reflexibilidad y transitividad. De tal forma que se
plantean las siguientes propiedades:

Axioma 1: “Anonimidad”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω, por una permutación de


Y, entonces X ~ Y.

Axioma 2: “Homogeneidad del ingreso”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω,


multiplicando cada uno de los ingresos por el mismo múltiplo escalar positivo λ,
entonces X ~ Y.

Axioma 3: “Homogeneidad de la población”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω,


replicando cada uno de los ingresos un número integral de veces, entonces X ~ Y.

Axioma 4: “Principio de transferencia, (Condición Pigou-Dalton)”. Si, manteniendo


todos los otros ingresos constantes, X є Ω, es obtenido de Y є Ω transfiriendo una
cantidad positiva de ingreso desde una persona relativamente rica P a otra
persona relativamente pobre P’, entonces X ≻ Y.

Luego de establecer la aproximación axiomática, la distribución de ingresos se


puede representar gráficamente mediante la Curva de Lorenz. Esta muestra el
porcentaje acumulado del ingreso contra el porcentaje ordenado y acumulado de
la población. A partir de esta se puede calcular el Coeficiente de Gini, que es la

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medida de desigualdad más utilizada, la cual toma valores de cero (distribución
igualitaria) hasta uno (total inequidad).

Suponiendo que x es una variable que representa el ingreso, la cual tiene una
función de distribución dada por F(x), es decir, la proporción de personas con
ingresos menores a x. Suponiendo, además, que la media μ de la distribución
existe, entonces el primer momento de la función de distribución viene
representado por:

x
1
E ( x) ∫0
F1 ( x) = xf ( x)dx (1)

Donde f(x) es la función densidad de x, que representa la variable ingresos. F1(0)


= 0 y F1( ∞ ) = 1. Las relaciones entre F1(x) y F(x) se denomina la Curva de Lorenz,
(Kakwani, 1977). El índice de concentración de Gini viene definido como uno
menos dos veces el área bajo la Curva de Lorenz:


G = 1 − 2∫ F1 ( x) f ( x)dx (2)
0

3. ¿Qué ha pasado con la distribución del ingreso en Colombia?

A continuación se examina un conjunto de datos sobre la distribución del ingreso


en Colombia en años recientes. Utilizando la información de cuentas nacionales
podemos observar las participaciones relativas de los factores productivos en el
PIB. Entre 1996 y hasta 1999 la participación salarial aumento en poco más de
dos puntos, sin embargo a partir del 2000 esta retorna a los niveles que tenía en
1994, (Cuadro 1). Mientras, los ingresos del capital reflejados en la participación
de las ganancias brutas en el PIB muestran un aumento sostenido entre 1994 y
2002. Por su parte, los ingresos mixtos, que son el ingreso de propietarios
individuales, caen 4 puntos porcentuales aproximadamente hasta 1998 para luego
estabilizarse alrededor de 23.5 por ciento del PIB. Se observa una tendencia
concentradora del ingreso a favor del capital.

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Cuadro 1

Participación de los salarios, ganancias brutas e ingresos mixtos en el PIB,


1994-2002

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002


Participación del salario en 35,21 35,01 37,1 37,22 37,09 37,27 35,52 35,09 35,41
el PIB
Participación de ganancias 27,72 28,6 29,14 29,18 29,37 30,03 31,03 30,74 30,79
brutas en el PIB
Participación de ingresos 27,95 26,83 24,73 23,79 24,62 23,85 23,71 23,64 23,55
mixtos en el PIB
Fuente: DANE, Principales Agregados Macroeconómicos.

Entre 1996 y 1999 aunque aumenta la participación salarial, las ganancias


también aumentan relativamente su participación, mientras los ingresos mixtos
sufren altibajos alrededor de 1 por ciento. Presumiblemente, la mayor proporción
de salarios se presentó a costa de los ingresos de propietarios individuales los
cuales constituyen más bien un grupo de bajos ingresos. Este grupo para producir
combina trabajo y capital sin que puedan ser claramente diferenciados.

Otro conjunto de indicadores del grado de distribución del ingreso lo constituyen


las participaciones relativas de los percentiles más altos de receptores de ingresos
con respecto a los más bajos. Entre 1990 y 2002, la razón del decil 10 con
respecto al decil uno se duplicó pasando de 21.31 a 44.58, (Cuadro 2).
Observando la razón entre el quintil 5 y el uno el resultado es similar al anterior.
Esta razón en 1990 era de 11.36 y pasó en el 2002 a 19.71. La concentración del
ingreso en Colombia en la década de los noventa y principios de siglo ha sido
abismal. Ni siquiera a principios de los noventa cuando el crecimiento económico
fue notorio, se observa una tendencia favorable en la distribución del ingreso.

El coeficiente Gini, la medida más popular para evaluar la distribución del ingreso
aumentó sostenidamente desde 1990. Pasó de 0.47 en 1990 a 0.55 en 2002. un
país con niveles tan altos del Gini como Colombia puede inducir grandes
restricciones para su desempeño económico. Por ejemplo, teniendo en cuenta el
análisis de economía política, una mayor desigualdad puede inducir a los votantes
a favorecer políticas tributarias desfavorables para la inversión y por lo tanto para
el crecimiento de la actividad económica. Sin embargo, en el contexto colombiano
no parece que tales situaciones se presenten.

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Los ingresos laborales por sectores (Cuadro 3) muestran al sector gobierno como
el sector generador de mayores ingresos laborales seguido por el sector
electricidad, gas y agua. Por otra parte, entre los sectores con menor promedio se
encuentran el sector comercio, la construcción y la industria. Estos últimos
sectores que aportan una parte importante al PIB pagan salarios relativamente
menores con respecto a los otros. Parece plausible, entonces, pensar que el
mayor valor agregado generado en tales sectores va dirigido a la remuneración del
capital. Puede ser una conjetura muy rápida, sin embargo los datos inducen a
pensar en tal situación.

Cuadro 2

Colombia. Medidas de desigualdad. 1990-2002

Gini Quintil 1 Quintil 5 Decil 1 Decil 10 Quintil 5/ Decil 10/


(%) (%) (%) (%) Quintil 1 Decil 1
1990 0,47 4,78 54,28 1,81 38,50 11,36 21,31
1991 0,47 4,67 54,69 1,74 39,00 11,73 22,45
1992 0,49 4,49 56,17 1,69 40,78 12,52 24,16
1993 0,49 4,41 56,60 1,66 41,37 12,87 25,02
1994 0,50 4,30 56,96 1,61 41,68 13,26 25,85
1995 0,50 4,31 57,38 1,62 42,53 13,33 26,34
1996 0,50 4,16 56,95 1,52 41,24 13,73 27,16
1997 0,51 3,91 57,52 1,42 41,51 14,74 29,34
1998 0,52 3,66 59,20 1,30 43,07 16,32 34,29
1999 0,54 3,44 60,40 1,20 44,24 17,61 37,16
2000 0,54 3,15 60,61 0,98 44,72 19,36 46,71
2001 0,54 3,19 60,97 1,05 44,86 19,13 43,57
2002 0,55 3,11 61,36 1,02 45,27 19,71 44,58
Fuente: DNP, Estadísticas Históricas de Colombia.

En los años recientes se ha observado un deterioro significativo en la distribución


de ingresos. La desigualdad ha aumentado en detrimento de las clases más bajas
de la población. No obstante, examinando un período más largo se puede ver que
la evolución de la desigualdad ha presentado comportamientos diferentes. Épocas
en la cual el Gini ha disminuido y otras en la que ha aumentado.

Observando la evolución del coeficiente Gini (Gráfico 1), en algunos tramos del
período entre 1970 y 2003 se encuentra que la desigualdad ha variado en
diferentes direcciones. Por ejemplo el Coeficiente de Gini ha variado entre 0.49 en
1990, el más bajo y 0.58 en 1994, el más alto, del período mencionado. Este
cuatrienio muestra un aumento del Gini de 18 por ciento, constituyéndose en el
período de mayor aumento de la desigualdad de ingresos. Tal período coincide
con la profundización de las reformas económicas de liberalización que en
Colombia se conocieron con el nombre de la apertura económica. Además, este

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período fue de aumento en la tasa de crecimiento. En este sentido la apertura fue
perjudicial para la sociedad colombiana.

Cuadro 3

Colombia. Ingresos laborales reales (diciembre 1998=100) por ramas de


actividad económica 2000-2002. Promedios mensuales. Trece ciudades.

Industria Electricidad, Construcción Comercio Transporte Servicios Servicios Servicios Resto


gas y agua financieros del comunales
Gobierno

00 408.636 910.098 367.605 355.219 479.365 681.407 795.745 439.863 561.609


I
II 384.816 757.555 570.865 346.307 439.431 715.794 814.952 443.535 507.882
III 407.622 596.576 368.596 330.143 424.293 756.846 778.205 409.058 451.930
IV 404.672 575.052 424.557 335.166 467.023 720.687 798.591 423.243 381.504
01 428.193 978.950 370.990 330.137 435.642 631.049 789.963 419.363 313.116
I
II 380.834 696.160 331.627 320.835 401.041 719.175 946.269 402.828 541.346
III 391.655 703.679 364.699 319.872 392.956 639.335 879.796 438.020 610.909
IV 376.041 561.347 330.847 315.138 438.504 687.960 764.397 468.470 610.323
02 385.903 700.230 302.976 357.241 420.890 746.666 803.217 451.263 682.477
I
II 385.271 1.074.519 373.052 310.412 409.526 719.490 885.691 466.009 539.880
III 403.358 774.116 325.255 374.272 418.493 890.847 834.709 472.839 639.547
IV 379.550 694.931 323.855 343.543 438.748 732.999 847.490 445.713 800.801
03 531.531 998.046 496.692 419.678 554.605 819.206 1.137.683 554.425 765.702
I
II 460.273 742.314 402.986 418.804 527.326 780.977 1.121.383 519.677 780.235
III 504.644 914.135 463.165 433.792 502.950 800.595 994.752 586.581 764.020
IV 572.761 896.802 450.177 460.827 592.802 906.635 1.051.960 585.466 886.350

Fuente: DNP, Dirección de Estudios Económicos.

se pueden caracterizar, en general, cuatro subperiodos al observar el gráfico 1. La


primera década de los setenta en donde la desigualdad de ingresos disminuye
sostenidamente. Los años comprendidos entre 1975 y 1990 describen una forma
de U invertida, sin que esto quiera decir que fue inducida por un crecimiento
sostenido. A partir del 90 la desigualdad aumenta rápidamente y del 95 en
adelante se estabiliza en niveles muy altos. La primera mitad de los setenta y gran
parte de la década de los ochenta mostraron tendencia favorable hacia la
disminución de la desigualdad.

La economía colombiana ha retornado a los niveles de desigualdad que tenía a


principios de los años setenta. Con tales niveles de inequidad se dificulta el
desarrollo, pues, empiezan a operar restricciones institucionales que no permiten

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la evolución más o menos estable de la economía. Y no sólo tiene que ver con las
condiciones de mejoramiento de la seguridad para fomentar la inversión privada.
Más bien tiene que ver con una política social universal que permita a los
habitantes clasificados en la escala más baja de la distribución tener más
capacidades para generar mayores ingresos y con ello poder de compra.

Gráfico 1

Colombia. Coeficiente Gini 1970-2003

0,600

0,580

0,560

0,540

0,520

0,500

0,480

0,460

0,440
70

72

74

76

78

80

82

84

86

88

90

92

94

96

98

00

02
19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

20

20

Fuente: Montenegro, A., y Rivas, R. (2005). "Las piezas del rompecabezas.


Desigualdad, pobreza y crecimiento. Pág., 39 y 40. Taurus. Bogotá.

La desigualdad de ingresos está cercanamente relacionada con el desempleo y la


pobreza. Con la pobreza dado que los pobres están ubicados en los percentiles
más bajos de la distribución y los desempleados así como otras clasificaciones de
empleo precario también están asociados con niveles bajos de ingreso. Entre más
desigual sea una sociedad mayor será su pobreza y probablemente tenga niveles
de desempleo igualmente mayores. Para los pobres el empleo es fundamental,
pues, es su principal fuente de ingresos.

Examinando los datos sobre la tasa de desempleo por quintiles de ingreso en


Colombia, con base en encuestas de hogares, para los años de 1993, 1997 y
2003, (Cuadro 4), observamos un aumento significativo del desempleo para el
total nacional. La tasa de desempleo entre 1993 y 2003 se multiplica por dos. Con

12
un aumento del desempleo de tal tamaño los ingresos de los trabajadores se ven
considerablemente afectados. La situación del desempleo en el campo es menos
precaria. Mientras el desempleo urbano se incrementa en 10 puntos porcentuales
entre 1993 y 2003, el rural aumenta en 5 puntos.

La brecha de la tasa de desempleo entre el quintil 5 y el quintil 1 aunque ha


disminuido ligeramente aún es abismal. En 1997 la brecha era de 19 por ciento y
en 2003 esta representaba el 11 por ciento aproximadamente. Sin embargo, esta
se reduce porque el desempleo aumenta en ambos estratos con una aceleración
fuerte en el quintil 5. Las clases bajas siempre han experimentado una tasa de
desempleo muy alta. Una de las explicaciones tradicionales para este fenómeno
se refiere al tema de la educación en general y la capacitación en el trabajo. En los
quintiles más bajos se encuentran las personas de más baja educación y
capacitación. Este puede ser uno de los elementos. Otros adicionales, pero
igualmente importantes, tienen que ver con la falta de capacidades de los
individuos más pobres. Las personas clasificadas en los estratos más bajos de la
distribución presentan problemas de salud, falta de nutrición adecuada, falta de
autonomía, entre otros aspectos. Igualmente son vulnerables ante diversas
situaciones de violencia entre las que se encuentran la intrafamiliar, la ejercida por
la delincuencia común y la ejercida por el conflicto armado en sus diferentes
manifestaciones.

El desempleo urbano en los quintiles 1 y 2 muestra resultados alarmantes. En el


2003 la tasa de desempleo ascendía a 36 por ciento en el primero y 32 por ciento
en el segundo. Tal destrucción de la capacidad de compra de las clases menos
favorecidas es no sólo perjudicial para las mismas desde el punto de vista de su
valor intrínseco sino, que también representa una pérdida para el conjunto de la
economía en términos de falta de demanda efectiva. Un mayor desempleo influye
perversamente sobre la demanda efectiva. Ahora bien, los resultados del mayor
desempleo se ven reflejados en la incidencia de la pobreza.

En Colombia hay un debate interesante alrededor del tema de la medición de la


pobreza de ingresos. Existen diversas metodologías para medirla y por tal motivo
existen resultados distintos. A pesar de ello, en cualquier caso los resultados de
incidencia de pobreza arrojan una tasa muy alta. Tomando como referencia las
mediciones del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID de la
Universidad Nacional, (Cuadro 5) observamos unos niveles de pobreza demasiado
altos. La incidencia de la pobreza, según tales mediciones, asciende a 66.3 por
ciento. Una cifra a todas luces deplorable desde el punto de vista de los resultados
de política económica y social.

Aquí solo estamos aludiendo a la pobreza de ingresos. Bien es conocido que la


literatura sobre pobreza ha avanzado en su conceptualización. Y esta va más allá
de la visión limitada de pobreza como carencias materiales, incluido el ingreso. La
pobreza también es falta de capacidades y exclusión social en los diferentes

13
ámbitos en los que se puede realizar el ser humano. Si se atienden tales
consideraciones es probable que la pobreza en Colombia sea mucho mayor. Claro
que se saben también las dificultades que existen aún y lo poco que están
desarrollados en la teoría los instrumentos de medición referentes a tales
conceptos más avanzados de pobreza. Aún aceptando que la pobreza es carencia
de ingresos, lo cual no es un concepto despreciable, podemos afirmar que en
Colombia, esta muestra niveles altos inaceptables desde una perspectiva ética.

Cuadro 4

Colombia. Tasa de desempleo de personas


entre 15 y 24 años de edad (%).

1993 1997 2003


Nacional
Total 11.4 13.4 21.5
Quintil 1 17.0 24.5 27.2
Quintil 2 11.2 19.4 22.6
Quintil 3 11.8 10.7 24.3
Quintil 4 10.1 11.5 18.0
Quintil 5 * 6.0 15.9
Urbano
Total 14.6 16.4 25.5
Quintil 1 23.5 37.5 36.0
Quintil 2 19.1 19.1 32.7
Quintil 3 13.8 13.9 23.4
Quintil 4 8.6 11.2 19.5
Quintil 5 * * 14.9
Rural
Total 4.5 5.4 10.1
Quintil 1 * * *
Quintil 2 * * 17.5
Quintil 3 * * *
Quintil 4 * * *
Quintil 5 * * 6.7

Fuente: BID. Base de Datos EQxIS. * La muestra no es lo suficientemente grande.

Con ocasión de la puesta en práctica del monitoreo de los Objetivos de Desarrollo


del Milenio se han empezado ha evaluar diferentes indicadores sociales. El primer
objetivo de desarrollo del milenio es reducir la pobreza y la miseria a la mitad entre
1990 y 2015. Este objetivo se está evaluando con el indicador de la pobreza

14
medida con la línea de 2 dólares diarios, y la miseria medida con la línea de 1
dólar diario. Esto para efectos de comparación internacional. El Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo ha promovido la evaluación de los Objetivos
del Milenio tanto a nivel de los países como al interior de sus regiones. Para
Colombia existen datos en el caso de la pobreza a nivel de departamentos para
los cuales se debe tener en cuenta que la medición se refiere a la línea de
pobreza internacional arriba descrita.

Cuadro 5

Colombia. Medidas de pobreza basadas en el ingreso

Nacional Urbano Resto


Incidencia de pobreza 66.3 59.9 83.9

Déficit de pobreza 50.2 47.3 56.8


Intensidad de pobreza 33.5 28.4 47.7
Severidad de pobreza 20.7 17 31.4

Fuente: CID, Universidad Nacional.

La pobreza por departamentos en Colombia mostró una tendencia ascendente


entre 1996 y 2003, (Cuadro 6). Los niveles de pobreza de ingresos de Bogotá
siguen siendo menores relativamente, comparados con el resto de departamentos.
Entre los departamentos con mayores niveles de pobreza en el año de 1996
están: Caquetá, Chocó, Córdoba, Huila, Nariño y Quindío. En el 2003 los
departamentos con la categoría de más pobres son: Boyacá, Caquetá, Cauca,
Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila Nariño, Norte de Santander, Sucre y
Tolima. Hay varios departamentos que aparecen en ambos años: Caquetá, Chocó
Córdoba, Huila, y Nariño.

El año de mayor incidencia de pobreza para el período presentado fue 2002. En el


2003 se muestra un ligero descenso con respecto al 2002 pero sin llegar a los
niveles más bajos de pobreza que había en 1996. La situación en cuanto a
pobreza se ha deteriorado. Algunos departamentos están atrapados en una
“trampa de pobreza”. No se observa que exista alguna tendencia a la
convergencia en términos de reducción de la pobreza de los departamentos al
interior del país. Entre 1996 y 2003, en términos generales, Bogotá sigue teniendo
los menores niveles de pobreza y chocó los mayores. Los datos en mención
también muestran aspectos atípicos como por ejemplo la incidencia de pobreza
relativamente baja en departamentos como Guajira y la cifra correspondiente al

15
departamento del Chocó en el 2002: 15.6 por ciento. Este año fue particularmente
dramático en términos de aumento de la pobreza para todo el país.

Cuadro 6

Colombia. Incidencia de la pobreza por departamentos (%) 1996-2003.

DEPARTAMENTO 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003


ANTIOQUIA 7,31 4,9 7,16 8,38 15,97 15,52 19,71 15,19
ATLANTICO 2,6 3,59 6,18 7,01 16,55 5,34 16,67 10,54
BOGOTA 3,21 2,47 3,49 7,43 9,17 6,41 9,22 6,46
BOLIVAR 6,08 8,59 7,81 13,13 24 13,26 21,99 8,43
BOYACA 16,2 15,45 12,01 13,7 26,74 33,3 44,72 34,37
CALDAS 5,92 8,14 5,47 8,45 16,82 11,97 17,15 13,99
CAQUETA 10,62 8,63 3,41 8,68 25,17 16,91 18,09 19,66
CAUCA 5,71 12,82 18,29 19,75 34,33 27,81 19,83 26,45
CESAR 2,43 8,46 6,69 6,29 11,12 13,68 24,08 14,69
CHOCÓ 10,88 20,57 25,11 25,45 44,46 36,9 15,59 36,2
CORDOBA 15,12 16,78 18,66 17,6 30,88 24,23 32,9 25,2
CUNDINAMARCA 4,74 6,83 6,05 7,13 24,6 21,25 26,98 19,38
HUILA 13,91 9,33 9,5 9,28 20,58 31,25 46,38 34,68
LA GUAJIRA 2,8 8,05 7,5 4,92 19,22 15,91 24,22 13,9
MAGDALENA 5,63 11,75 8,27 8,93 14,36 15,76 18,69 13,23
META 5,52 3,42 4,09 6,18 15,69 14,27 17,26 14,52
NARIÑO 12,57 15,78 18,81 13,54 34,35 26,26 30,52 29,16
NORTE DE SANTANDER 3,32 5,62 9,16 7,73 16,21 7,86 16,36 16,81
QUINDIO 10,06 6,67 6,84 7,02 6,62 13,07 21,95 12,5
RISARALDA 4,86 7,79 6,87 7,62 17,75 11,48 12,81 10,17
SANTANDER 7,42 6,33 7,1 7,56 18,02 11,3 15,24 13,41
SUCRE 2,59 14,47 10,24 9,07 19,68 16,42 21,8 19,45
TOLIMA 6,49 10,3 9,08 9,74 25,19 21,95 23,75 23,33
VALLE DEL CAUCA 4,3 4,1 6,87 6,74 11,05 8,63 12,94 8,16
TOTAL NACIONAL 5,91 6,65 7,52 8,79 18,16 15,07 19,5 15,45
Fuente: PNDH, Las regiones colombianas frente a los objetivos del milenio.

16
4. Un crecimiento poco competitivo y con tendencia al estancamiento

Es un hecho que la desigualdad en la distribución de ingresos influye sobre los


niveles de pobreza. De igual forma, la influencia del crecimiento económico es
crucial para alcanzar el objetivo de reducir la pobreza. Un crecimiento vigoroso y
sostenido es una condición necesaria para la reducción de la pobreza. Claro está
que tal crecimiento también puede ser perjudicial si afecta perversamente a la
desigualdad. En Colombia ha habido una tendencia secular hacia el
estancamiento, pues, el producto interno bruto pér cápita no supera, en períodos
largos de tiempo, la cifra del 4 por ciento sostenidamente.

Observando la tasa de crecimiento del PIB per cápita en los años noventa y los
cuatro primeros años del nuevo milenio, (Gráfico 2) se observa que no hay un
impulso significativo de esta variable, que pueda inducir a pensar en una mejoría
del bienestar de la población. Excepto los tres primeros años de los noventa, la
década pasada mostró una caída sostenida del PIB per cápita. A partir del 2002 se
observa una ligera recuperación que sólo alcanza para situarse en el mejor
resultado que se obtuvo hacia 1993. Más de una década perdida.

Gráfico 2.

Colombia. Crecimiento del PIB per cápita. 1990-2004.

6,00

4,00

2,00

0,00
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
(p) (p)
-2,00

-4,00

-6,00

-8,00

Fuente: DANE. Cuentas Nacionales.

17
La crisis de fin de siglo marcó una fractura en el desempeño económico del país.
No obstante la caída sostenida en el PIB per cápita se observa desde 1993. En
ese año el PIB per cápita alcanzaba un crecimiento anual de 4 por ciento. Aunque
esa es una cifra relativamente significativa aún es baja de acuerdo con los
estándares mostrados por otros países de reciente industrialización o como el
caso de china que creció en los últimos años a una tasa superior a 9 por ciento.
Además, la tasa del 4 por ciento para la economía colombiana no se ha sostenido
ni siquiera en períodos cortos de tiempo. Como en el caso de América Latina,
Colombia parece mantener una tendencia marcada al estancamiento.

La tendencia al estancamiento en estas economías parece provenir de las


restricciones que imponen a las políticas monetaria y fiscal la volatilidad de los
influjos de capital. Estas restricciones, entre otros aspectos, impiden ejecutar una
política económica de fomento de la demanda efectiva que permita dar un impulso
importante a la actividad económica en su conjunto. Un régimen de crecimiento
con tendencia al estancamiento está caracterizado por tres elementos básicos: Un
predominio de los aspectos financieros en la economía; una débil intervención del
Estado en la economía y una fuerte reproducción de las desigualdades, (Salama,
2004). Un modelo basado en la liberalización financiera, la disminución de los
gastos sociales y la flexibilización del mercado laboral contribuye a la inestabilidad
macroeconómica y a un bajo crecimiento.

El régimen de crecimiento con tendencia al estancamiento plantea las siguientes


dificultades: el crecimiento no es lo suficientemente alto ni durable; el crecimiento
no reduce significativamente los niveles de pobreza; la internacionalización
financiera pronunciada produce una fuerte volatilidad en la evolución del PIB; la
necesidad de atraer capitales para cubrir la falta de capacidades del mismo o
evitar la fuga de capitales, inducen a los gestores de política a elevar las tasas de
interés, generando así recesiones.

El modelo convencional de explicación del crecimiento es el modelo neoclásico en


sus diferentes versiones, de las cuales el modelo de Solow es el referente. La
predicción de este modelo es la convergencia en términos de crecimiento de los
diferentes países, de tal forma que los países de menor ingreso tendrán tasas de
crecimiento significativamente mayores que los de mayor ingreso, de tal forma que
los primeros alcanzaran el desarrollo de los segundos en un determinado período
de tiempo. Ese tiempo parece no haber llegado aún. La evidencia empírica
observada para diversos países parece no estar de acuerdo con el modelo
neoclásico de crecimiento, (Ros, 2004). Este modelo parece funcionar bien en una
economía madura más no en economías menos desarrolladas como las de
América Latina y por supuesto como la colombiana. Parece no haber tal
convergencia.

Hicimos un ejercicio con los datos a nivel departamental para Colombia con el fin
de observar cómo ha sido el comportamiento durante los noventa y principios de

18
siglo, en términos de crecimiento departamental, (Cuadro 7). Agrupamos a los
diferentes departamentos clasificándolos en cuatro grupos según el nivel del PIB
per cápita. La información no incluye los nuevos departamentos. Y observamos
sus tasas de crecimiento. Lo que se esperaría de acuerdo con la predicción del
modelo neoclásico de crecimiento es que los departamentos con menor nivel de
ingreso tuvieran las mayores tasas de crecimiento.

Cuadro 7

Diferencias departamentales en los niveles de ingreso y tasas de


crecimiento.

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 4*


PIB per cápita en 2002 2141000 1533167 1355230 901740 946426
PIB per cápita en 1990 1918958 1360284 1252333 825220 823374
Tasas de crecimiento
anual(1990-2002)
PIB 2,87 2,75 2,42 2,71 2,97
PIB per cápita 1,07 1,20 0,84 1,00 1,36
Fuente: DANE, cálculos del autor.
Nota: Grupo 1: Antioquia, Bogotá, Cundinamarca, Meta, Santander, Valle. Grupo
2: Atlántico, Bolívar, Caldas, Guajira, Tolima. Grupo 3: Boyaca, Huila, Quindio,
Risaralda, Cesar. Grupo 4: Caquetá, Cauca, Chocó, Magdalena, Nariño, Norte de
Santander, Sucre. Grupo 4*: Grupo 4 más Córdoba.

Los promedios de tasas de crecimiento anual entre los grupos son muy similares
para el período analizado. Los departamentos del grupo 1, los de mayores
ingresos, tuvieron una tasa de crecimiento mayor que el resto de los grupos de
menores ingresos. En el caso del PIB per cápita, los departamentos del grupo 1
superan a los del 3 y el 4. Sólo los departamentos del grupo 2 están ligeramente
por encima. Hemos excluido del grupo 4 un departamento que tiene un
comportamiento atípico: Córdoba. Si lo incluimos en el grupo 4 este grupo muestra
un promedio ligeramente mayor que el resto de los grupos. Este nuevo
comportamiento del grupo se explica por la alta tasa de crecimiento registrada por
el departamento de Córdoba en los últimos años.

En todo caso las tasas de crecimiento de los grupos de menores ingresos no son
lo suficientemente altas como para decir que a nivel departamental en Colombia
ha habido convergencia. Lo que si ha existido es una tendencia al estancamiento
con tasas de crecimiento del producto interno bruto muy bajas. Inferiores al 3 por
ciento. Igual ha sucedido con el PIB per cápita. El departamento de Córdoba ha
presentado altas tasas de crecimiento pero también es un departamento con altos

19
niveles de pobreza como lo mostramos arriba. Esto implica que el crecimiento
económico en Córdoba ha sido inequitativo.

5. Conclusiones y observaciones finales.

Colombia se ha caracterizado tanto en la década de los noventa como a principios


de siglo por ser una sociedad con profundas desigualdades. A partir de los
noventa las diferencias de ingreso aumentaron considerablemente, se
multiplicaron por más de dos. La mayor desigualdad influyo negativamente sobre
la pobreza. Esta, tanto a nivel nacional como al interior del país por departamentos
se disparó hasta alcanzar cifras inaceptablemente altas. El desempleo, por su
parte, hasta 2003 aumentó a una tasa creciente golpeando a las capas más bajas
de la población.

El mayor desempleo se convierte en un factor determinante negativo para la


pobreza. Aquellas personas que pierden su empleo dejan de percibir un ingreso
que les permita participar en la vida económica. El desempleo es excluyente. Saca
a los individuos de la actividad económica y les impone restricciones a su
bienestar. Pero, adicionalmente el desempleo no le conviene a la economía en su
conjunto, pues, le resta capacidad de demanda efectiva. El gasto que pueda
generar la economía es clave para el crecimiento de la producción.

El crecimiento no ha mejorado las condiciones de desarrollo del país. El


crecimiento per cápita ha sido muy pobre en Colombia. La tasa de crecimiento del
PIB per cápita en quince años no ha superado la barrera del 3 por ciento. Esta es
una tasa de crecimiento muy baja si se quiere alcanzar a los países desarrollados
o de reciente industrialización. El crecimiento no está llegando a la mayoría de la
población. Las profundas desigualdades existentes en el país impiden que el
desempeño de la economía sea competitivo. El crecimiento no es alto ni
sostenido. Condiciones imprescindibles para un adecuado manejo de la política
macroeconómica orientada a luchar contra la reducción de la pobreza.

Pareciese que la economía colombiana presentara una tendencia marcada el


estancamiento. Niveles bajos de la tasa de crecimiento, profundas desigualdades,
incapacidad para reducir los niveles de pobreza, entre otros aspectos. Esta
tendencia al estancamiento no es ajena a los demás países de América Latina. La
gran mayoría de estos también muestran síntomas de ser economías con esta
tendencia. En particular, lo que tiene que ver con la inequidad en la distribución del
ingreso.

La evidencia empírica no ha mostrado señales de que el modelo de crecimiento


neoclásico pueda explicar adecuadamente las trayectorias de crecimiento en los
países menos desarrollados. En Colombia, usando datos a nivel de

20
departamentos encontramos que los departamentos de mayor ingreso crecen a
una tasa ligeramente mayor que aquellos departamentos de menor ingreso. El
departamento de Córdoba representa un caso atípico. Incluyendo este
departamento en la muestra, los departamentos de menor ingreso logran superar
en crecimiento al resto. Esto muestra que Córdoba ha crecido a tasas superiores
al promedio. No obstante, el mismo departamento muestra altos índices de
pobreza. Por lo tanto, el crecimiento en Córdoba ha sido inequitativo. En todo
caso, no hay convergencia departamental en Colombia.

Tales resultados sugieren la utilización de modelos alternativos para comprender


los fenómenos claves de la distribución y el crecimiento. También, por supuesto,
para aplicar sus recomendaciones a la política pública orientada a solucionar el
problema de pobreza. Hay dos concepciones que pueden ayudar, y mucho, en
este camino: la poskeynesiana y la economía clásica del desarrollo. En el primer
caso, la teoría de Keynes aún está lejos de ser desplazada por modelos como el
neoclásico. Este último no alcanza el nivel de generalización del primero. Claro
que políticamente ha habido un fuerte ataque a Keynes. Pero en el plano de la
teoría los argumentos neoclásicos no han podido derrumbarlo, (En textos
avanzados como los de Romer o Barro hay presentaciones formales del modelo
keynesiano). Además, existe un interesante programa de investigación acerca de
la teoría implícita de la distribución en Keynes.

Por su parte, de la combinación de la economía clásica del desarrollo con la


denominada nueva teoría del crecimiento o crecimiento endógeno, pueden resultar
explicaciones fructíferas a los fenómenos del subdesarrollo. En la escuela de la
economía clásica del desarrollo están los planteamientos hechos por Lewis,
Nurkse, Hirschman, Myrdal entre otros. En particular, la oferta ilimitada de mano
de obra y los rendimientos crecientes a escala constituyen dos postulados clave
para entender a las economías en desarrollo. En su caso, las teorías de
crecimiento endógeno están siendo lideradas por Howitt y Aghion, entre otros.

21
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