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Karen Dayana Rodríguez Clavijo – 2016258056

LÚDICA Y PSICOMOTRICIDAD II

EL JUEGO Y SU REFLEJO DE LA SOCIEDAD Y LA CULTURA


El juego al igual que el concepto de niño ha cambiado con el pasar de los años, dado que
como es conocido la sociedad evoluciona y con ella los juguetes, las formas de jugar y de
interactuar con el entorno, las necesidades y espacios para el ocio de los niños y las niñas
han tomado caminos diferentes, teniendo en cuenta aspectos tales como el contexto
habitacional, social y cultural, ya que a pesar de compartir un espacio de tiempo en común
los niños no jugaban exactamente a lo mismo.

Anteriormente como es bien sabido, en las familias campesinas el juego era algo más bien
relegado al descanso de los niños y las niñas, ya que en primer lugar siempre se hallaba el
deber, tanto escolar como en las labores del hogar y del campo por lo que en esta época,
el juego venía siendo de los niños para los niños, por lo que los juguetes y juegos es de allí
que provenían de la imaginación, del entorno de cada niño, de su espacio y de sus
experiencias, por tanto se llevaban a cabo juegos en los que se buscaba dejar de lado el
oficio, todo se direccionaba al cuerpo, al movimiento, la exploración y la herencia,
entendiendo esta última como aquellas actividades tradicionales u observadas en
oportunidades y así mismo aprendidas.

Para estos momentos la infancia hacía uso en mayor medida de su imaginación, se llevaba
a cabo un mayor aprovechamiento de los recursos del ambiente y claramente, los niños
eran quienes hallaban este espacio de ocio, de igual manera, la cultura, no tenía en cuenta
los espacios de los niños, ya que aunque no se esté hablando de siglos atrás y el papel del
niño iba evolucionando el rol del adulto era siempre preponderante, así como que el niño
debía enfocarse en el trabajo masculino y las mujeres en el femenino, es por ello que al
preguntarle a algunas abuelas sobre esta importante época, la respuesta será que para
ellas los juegos eran reales, la cocinita, la familia, el cuidado de los bebés, entre otras que
haceres eran lo que ocupaban su tiempo y más si eran quienes eran mayores, de igual
manera el juego aunque fuese difícil de recordar, revive espacios de esparcimiento. Con el
pasar de los tiempos el protagonismo del niño ha ido ocupando un mayor lugar en la
sociedad y la cultura, pues además de pensar en su adecuada alimentación se piensa en
un desarrollo integral en donde los niños aprendan y jueguen, brindando espacios, cada
vez más amplios para esta actividad.

Al igual que abuelos, muchos de nuestros padres, tuvieron ciertas limitaciones que no
permitieron el desenvolvimiento del juego, ya que al habitar un contexto rural o de bajos
recursos, había otras prioridades, tales como el trabajo, el estudio y el cuidado. Pero, aun
así, los niños encontraban el lugar y la forma de jugar. Sin contar con grandes y ostentosos
juguetes, se apropiaban de su contexto, la naturaleza, el barrio y de allí, gracias a su
creatividad e imaginación surgían divertidos juegos, con pelotas de plantas, lazos de atar
el ganado, frutas, verduras, barro y tantas cosas que en las manos de los niños tomaban
un significado completamente diferente, el cual compartían a su grupo de pares y algunos
miembros de su familia, con el fin de disfrutar en conjunto y hallar nuevas formas de jugar,
además de que en algunos casos los juegos ya estaban estructurados, la coca, el yoyo, el
trompo, entre otras figuras que podían pasar de generación en generación, siendo un
verdadero juego tradicional, que con el tiempo ha tomado otro sentido y protagonismo.
Además de que como es bien sabido, el juego y los juguetes se enmarcan claramente en
la cultura en la cual están inmerso los niños y las niñas pues es esta, la que incluye
creencias, valores e ideas y costumbres, en las cuales el niño y sus actividades toman un
determinado lugar, pensando en culturas indígenas ancestrales desde tiempos pasados, se
contemplaba la naturaleza, la música, la danza, el compartir en comunidad y la creación
desde lo propio, cosa que aun en la actualidad se encuentra presente, ya que aunque el
niño sea visto de diferente forma, la tradición siempre será la misma.

No como en las culturas externas, quienes con el paso del tiempo han facilitado la actividad
y habilidad creativa de jugar, pues con el pasar del tiempo, ya no fue necesario construir
personajes, contextos y realidades. Ya que ahora la mayoría de los juguetes hacen parte
simplemente de la mercadotecnia televisiva, que vende estos como productos claramente
estructurados, pues ahora todo tiene una única función y utilización. Dado que la sociedad
ha entendido el concepto de protección del niño de tal manera que la posibilidad de explorar
y “hacerse daño” sea casi nula, así mismo la sociedad, el cambio de época y todas las
problemáticas que han ocurrido y demarcado una supuesta evolución de la ciudad, en la
que está cada vez abarca más espacio y el espacio para los niños se reduce a estrechas
zonas, casi inservibles.

Además de que la inseguridad ha sido de igual manera otro factor que ha conllevado
nuevamente al encerramiento de los niños y las niñas, pues la calle ahora es sinónimo de
peligro, el juego ya no hace parte de allí, las escondidas, cogidas, el futbol, el lazo e infinidad
de juegos más se han relegado a otros espacios, en algunos casos la escuela, o
simplemente el hogar. Reduciéndose todo a la privacidad y soledad en el juego, el lugar
perfecto para el uso de las nuevas tecnologías, las cuales ahora son utilizadas por familias,
como formas de distracción para el niño, pues en una sola consola, Tablet, Pc o
Smartphone, se encuentran ahora las nuevas formas de divertirse de algunos de los niños
y las niñas. Quienes, reducido el juego tradicional, aquel que movilizaba el pensamiento, la
creatividad, la expresión de la emocionalidad e infinidad de cosas que se desdibujan con el
paso a paso de los tiempos y se reflejan en la soledad del ambiente y el casi nulo reír de
los niños.

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