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Mi Primer Amor Gay

Hola me llamo Cesar y tengo 21 años, soy alto, de pelo castaño, fibroso y la tengo bastante bien de
tamaño; y la historia que os voy a contar me paso cuando tenía 18 años.

A mí siempre me han gustado las mujeres, siempre que podía veía mis películas porno por la tele,
pero hubo una vez que puse la tele para ver si echaban alguna peli porno, cuando vi que era una
peli gay.

Al principio le hice un poco de asco, ya que nunca había visto alguna, pero al cabo de un rato me
empezó a excitar, y comencé a menearmela, hasta que me corrí.

Pasó un tiempo desde que ocurrió eso, y no le di la mayor importancia, ya que sólo era una
película, pero, desde entonces que me iba fijando en los chicos, y sobre todo en su paquete. Yo no
sabía lo que me pasaba, porque a mi siempre me habían gustado las mujeres, y disfrutaba mucho
con ellas en la cama.

Cómo me fijaba en los hombres, no se me ocurrió otra cosa que ir a una sauna, para ver si viendo
la figura de un hombre desnudo me causaría algo. Cuando llegué a la sauna, solo habíamos dos
personas, un chaval de 17 años y yo.

Este chaval era muy guapo, era alto, moreno, con los ojos verdes, y se notaba que iba al gimnasio,
ya que estaba musculoso, y de miembro no se podía quejar.

Comencé entablando una conversación con él, preguntándole la edad, que a qué se dedicaba,
cómo se llamaba; y después de toda la charla de una hora y media, nos fuimos a las duchas y no
pasó nada más.

Al salir le pregunté los días que venía él, para ver si podríamos coincidir, ya que no sé lo que me
pasó que me quede pillao con ese chaval, entonces él me dijo que venía todos los jueves y viernes
de 16:00 a 17:30, que era la hora en la que casi no iba gente.

Lo dicho, el jueves él estaba allí y yo también.

Poco a poco hubo mas confianza, por lo que en la ducha ya había más cachondeo, hasta que poco
a poco, comenzó a gustarme, hasta que llegó el día que estábamos hablando en la sauna cuando
tuve el valor de acercarme a él y besarle, no sabía qué me pasaba, pero me gustó un montón, y
por lo que vi a él también le gustó porque no apartó sus labios ni su lengua de la mía.

Una vez terminamos de besarnos, me invitó a ir a su casa al salir de la sauna, ya que sus padres se
fueron ese fin de semana a casa de una tía suya, y estaría solo.

Fue dicho y hecho, al salir de la sauna, nos duchamos, y al terminar nos fuimos para su casa. Vivía
en una casa muy bonita, grande, luminosa, bueno, pero ese no es el tema, el caso es que al llegar
me ofreció algo para comer o beber, y yo amablemente le dije que no, que lo que quería era
volver a besarlo, y como un imán, se me acercó y comenzamos a besarnos como dos salvajes en el
sofá. En un momento me dijo que le siguiera a su cuarto y allí comenzó a quitarse la camiseta, los
pantalones y se quedó en bóxers; yo hice lo mismo, me quité la camiseta, los pantalones y me
quedé en sleep, nos tumbamos en la cama y comenzamos a besarnos, hasta que, poco a paco, él
comenzó a besarme los pezones, el abdomen, hasta llegar a mis calzoncillos, donde se puso a
besarlos y a lamerlos como ninguna mujer antes lo había hecho conmigo. Entonces comenzó a
quitarme el sleep, hasta que me quedé desnudo totalmente y comenzó a mamarmela, era el
paraíso.

Entonces, antes de correrme le avise, pero él no paró y entonces estallé en su boca, parecía que
no era la primera vez que lo hacía, pero después de correrme, con su boca llena de semen, se
acercó a mi boca, y comenzó a besarme y pasarme el semen de mi propia cosecha, hasta que los
dos nos lo tragamos.

Después comencé yo a besarle y a lamerle por todo el cuerpo, hasta cogí su polla con las manos y
comencé a hacerle una paja, hasta que me la metí a la boca y comencé a chupar. Mientras, Hector
(que es como se llama) me metía su dedo, previamente lleno de saliva, en mi culo, para que se
dilatara. Entonces me apartó su polla de mi boca y me dijo que pusiera mis piernas en sus
hombros, y cuando me di cuenta comenzó a meterme su polla por mi culo. Al principio era
doloroso, pero al cabo de un rato, el dolor se iba convirtiendo en placer. Ese era un placer de
verdad, notaba su miembro entrando y saliendo de mí, hasta que no pudo mas y estallo en mi
culo. Note como mi culo se llenaba de semen. Después nos duchamos y nos quedamos
durmiendo.

Cuando desperté, Hector todavía dormía, y se me ocurrió que podía despertarlo con una mamada.
Él se despertó justo para avisarme que iba a correrse, entonces yo hice como antes él hizo, me lo
metí en la boca y comencé a besarle.

Luego me tocó a mí el meterla en su culo. Al principio, y acostumbrado a meterla en un coño, me


costó un poco, pero después se movía sin problemas, adentro y afuera, hasta que no pude más y
me corrí en su culo, y supe cómo se sintió él, ya que fue un momento de excitación masiva.

Despues de aquello, Hector y yo comenzamos a salir, hasta ahora que seguimos juntos, estando
tres años saliendo, y con una relacion que a más de uno ya le gustaría. Él sigue estudiando y yo ya
he terminado la carrera. Vivimos juntos desde hace dos años y nos va muy bien.

La Fantasía Hecha Realidad

Mi historia es una de esas que sueñas que pasen y nunca te pasan, bien os diré que tengo 48 años
y desde hace algún tiempo tenía una fantasía en mi cabeza que no me dejaba y era estar con otro
hombre, concretamente con mi vecino.
Yo estoy casado y tengo hijos, pero me volvía loco el pensar en estar con él, era algo superior a mis
fuerzas. Debo deciros que ibamos los dos al mismo gimnasio y teníamos una buena amistad. El
mes pasado un día, cuando estábamos en la ducha, no pude más y me quedé mirando cómo se
frotaba, y el agua caía por su cuerpo, él se dio cuenta, pero no dijo nada, simplemente sonrió, a mí
me dio verguenza y bajé la vista.

Luego cuando salimos me dijo, oye vente a casa y tomamos algo que mi mujer ha ido a ver a sus
padres, así que le dije que vale y nos fuimos a su casa, sacó unas cervezas y de pronto cuando
estábamos bebiendo me dijo ¿oye qué mirabas en la ducha?, yo me sonrojé y le dije que
perdonase mi indiscreción, él me dijo que nada de eso que le excitó ver cómo lo miraba y en esto
se acercó a mí y como estaba yo sentado en el sofá él se puso de pie delante de mí, pude ver cómo
su paquete se hinchaba y ya no tuve ninguna duda, mis manos fueron directamente a
acariciarselo, él se bajó los pantalones y ¡sorpresa! debajo no llevaba nada, así que su miembro
quedó delante de mí cara, debo deciros que está muy bien dotado como yo, más o menos, así que
se la cogí entre mis manos y empecé a masturbarle.

Él gemía y decía que siguiese yo estaba muy excitado ¡mi deseo era una realidad! estaba con mi
pene enorme y duro y él me dijo que nos tumbasemos en la alfombra e hiciesemos un 69 que
quería chuparmela, accedí enseguida y empezamos a llenarnos las bocas con nuestras pollas, a mí
me llegaba hasta la garganta y casi me ahogaba, pero era un placer enorme mientras me la
chupaba me iba metiendo los dedos por mi culo y a mí me volvía loco! le dije que iba a correrme
de un momento a otro y me dijo que esperase un poco que él estaba también a punto, llegó un
momento que no pude más y mi polla empezó a llenarle la boca de leche caliente, eran unas
sacudidas enormes no había eyaculado tanto ni con mi mujer, pero al segundo noté cómo mi boca
se llenaba de algo espeso y caliente y me dijo que me la tragase, cosa que hice gustoso como él
conmigo, así nos quedamos unos segundos en el suelo sudorosos y agotados.

Al cabo de unos minutos empezó a sobarme por el pecho y acariciarme los testículos que estaban
algo humedos, me besó por el pecho y fue siguiendo hacia mi boca, y nos besamos como nunca,
nuestras lenguas jugaban y jugaban y nuestra saliba se mezclaba ¡qué placer! me dijo que quería
penetrarme, y le dije que no estaba seguro porque posiblemente eso dolería bastante, él me dijo
que tenía vaselina pero que no sabía si dolería o no ya que nunca antes como yo había estado con
otro hombre, le volví a decir que me daba miedo, pero él insistió y al final accedí, así que fue a por
la vaselina, a todo esto yo empezaba a estar otra vez humedo. Me empezó a extender vaselina por
la entrada de mi esfinter al tiempo que introducía su dedo dentro de mi culo, dijo que me relajase
y que levantase las piernas a la altura de sus hombros en las cuales las apollé de esta manera
quedaba abierto toalmente para él, empezó a jugar con su polla por encima de mi ojete, me hacía
cosquillas y sin darme cuenta empezó a empujar.

Uff no entraba estaba muy cerrado o tal vez tenso, me dijo que me relajase, y volvió a intentarlo
con sus dedos, me abrió un poco mi entrada al tiempo que empujaba su polla, esta vez empezó a
entrar la punta y me dolía pero no tanto como pensaba, así hasta que metió toda la cabeza de su
polla y me dijo que lo peor ya había pasado y que estaba dentro de mí, le pedí que fuese con
cuidado y así lo hizo, empezó a hundírmela poco a poco dentro de mí y me empezó a venir un
placer enorme, le dije que siguiese metiendola hasta que no pudiese más, notaba que la tenía muy
adentro y me dolían los intestinos era como si me hubiesen metido un palo de 20 cm dentro de mi
culito, así que empezó a moverla adelante y hacía atrás, me estaba follando de maravilla y yo no
podía más y gemía de placer, pero lo que se dice gemir y pedía más y más, su ritmo era cada vez
más rápido, estábamos sudando como dos cerdos pero era tan excitante!!! a mi polla empezaba a
salirle la leche y como estaba de cara a el con sus manos empezo a cogerla y llevarsela a la boca,
de pronto noté una explosión dentro de mi culo que me hizo chillar de placer un río caliente subía
por mis entrañas y él no paraba de bombearme, así que imaginaros cómo estaba, por delane
perdido de mi propia leche y por dentro lleno de la de él.

Sacó su polla suavemente de mi culo y me lamió el ojete cosa que me hizo gemir de nuevo, nos
volvimos a besar y él se fue a por dos cervezas más, mientras yo al sentarme en el suelo, notaba
como algo humedo salia de mi culo, era su leche que me habia bajado hasta salir de dentro, así
que con mis dedos cogí la que pude y la lamí.

Fue increíble y desde entonces hemos tenido dos encuentros más con eso de que somos vecinos y
nuestras mujeres se conocen pues hay muy buen rollo y a veces con alguna excusa nos vamos a su
casa o a la mia y aunque sea unos momentos nos masturbamos en plan rápido.

Os juro que fue increíble porque había soñado con esta fantasía la tira de veces y juro que se hizo
realidad.

Un Juego de Barrio (Parte 1)

Han pasado algunos años de mi primera vez, tenia 17 años, era un chico normal, me encontraba
terminando mi bachillerato en un buen colegio en el norte de la ciudad de Bogota; había tenido 2
novias con las que logré tener relaciones sexuales por lo que ya no era virgen, mis amigos eran
muchachos de barrio de estrato alto con los que rumbeaba y nos divertiamos.

Físicamente estaba bien, medía 1,67 mts, pesaba cerca de 61 kilos, ojos verdosos, cabello negro,
poco vello mas bien lampiño, buen cuerpo en especial mis piernas y mi trasero, hacía deporte
frecuentemente. Tenía buena suerte con las mujeres, no era un chico corpulento, mas bien
delgado, pero bien formado y sensual.

Un domingo en la mañana, a eso de las 11 a.m. estaba en una de las calles de mi barrio con unos
amigos chutando un balón, en una de esas veces que lo hice lo mandé al balcón de una casa
desocupada. Todos nosotros sabíamos que los dueños de esa casa vivían de ahí a casi 2 cuadras,
fuimos allí en ese momento pero no encontramos a nadie. Mis amigos me responsabilizaron para
reclamar el balón. Cosa que hice a eso de las 2 de la tarde, después de asearme, almorzar y de que
mis padres salieran con mi hermana y hermano a dar una vuelta dominical y yo me despidiera de
ellos argumentando que estaría estudiando para un examen.

Al llegar a la vivienda de la familia dueña de la casa desocupada me abrió un chico de unos 24


años, se llamaba Miguel, le expliqué que el balón había caído en ese balcón, que yo lo había tirado
accidentalmente y que le pedía el favor de ayudarme a recuperarlo. Él se mostró un poco
disgustado, me dijo que estaba ocupado estudiando para un parcial de la Uni. Que además no
había nadie más en ese momento para ayudarme. Me toco insistir y luego de varios minutos de
titubeo me dijo que me ayudaría a coger el balón… Bien, espérame un poco, iremos juntos… tardó
cerca de 5 minutos… salió de sudadera deportiva, camiseta, tenis y con una mochila no muy
llena… al preguntarle que para qué la mochila, me dijo que luego seguía por ahí mismo para el
gimnasio. Caminamos cerca de 2 cuadras, en el camino me preguntaba acerca de mi novia, que si
tenía, que si era linda, que si había tenido ya relaciones con ella, cosa que no parecio raro, pues,
con mis amigos se hacían las mismas preguntas.

Al llegar a la casa desocupada abrió y entramos, cerró la puerta y me dijo que subiéramos a la
segunda planta donde había caído el balón. La casa era grande, era muy bonita además, me contó
que sus padres la tenían en venta y que estaba muy próximo a cerrarse un negocio. Durante este
trayecto él se mantenía detrás de mí, me decía por dónde seguir, yo veía que me miraba un poco
raro, pero ni sospecha de lo que tramaba. Llegamos a la alcoba principal, abrió la puerta y me dijo
que ese era el balcón que lo abriera y cogiera el balón, él se quedó afuera del cuarto, cuando volví
a cerrar el balcón y dirigirme hacia la puerta me di cuenta que se había quitado la camiseta, me
dijo que tenía calor.

Tenía un abdomen liso, buenos pectorales y brazos, velludo, cabello negro, ojos cafés, trigueño, lo
vi muy atlético y atractivo, cosa que me impactó, pues nunca había detallado un hombre de esa
forma y menos tan cerca y próximo a mí.

Me dijo: bueno Felipe, es hora de que me pagues el favor.

Yo le dije: pero qué dice, como que le pague, con qué?

Él me mira burlón y cuando pretendía pasar la puerta del cuarto que él custodiaba me cogió del
cuello con una llave de su fuerte brazo y me pegó contra la pared de la alcoba, yo traté de safarme
y defenderme, pero indiscutible era más fuerte y más alto que yo. Al ponerme contra la pared
sentí su verga pegada a mi trasero, sentí cómo su otra mano me manoseaba todo y cómo su
lengua recorría mi cuello, mis oídos y mi cara. Me susurraba al oído cosas como: estás muy rico…
me gustas… quiero que seas mío… quiero verte desnudo para mí… yo no podía safarme.

Luego sentí, que con su mano libre me soltó mis jeans y metió su mano entre mi ropa interior,
tenía susto, pero sentí cómo mi verga se empezó a parar, él me la cogió libremente, además me
pegaba la suya y me movía como penetrandome, su boca no dejaba de recorrer mi nuca y mis
oídos, tampoco paraba de decirme palabras cada vez mas directas, calientes y sucias: ¡ asi putica,
muéstrame cómo se te para la verga… déjame sentir cómo gimes… quiero que seas míaaaa…
quiero sentir tu piel… quiero poseerte. Yo no aguanté más, dejé de luchar lo poco que resistí, cerré
los ojos y empecé a gemir y a respirar fuerte y lleno de deseo; ahora quería que me manoseara
todo, quería sentirlo, quería que me desnudara, cosa que él había hecho, pues mis jeans y mi ropa
interior estaban en mis tobillos, él sintió que me le entregaba y me soltó del cuello,
inmediatamente me quitó la camiseta y se quitó su sudadera. Yo estaba contra la pared, ya
totalmente desnudo y él también.

Sus manos me recorrían todo me metía un dedo a mi boca, pellizcaba mis tetillas, me daba
palmadas en mi trasero, me abrió las piernas y me hizo levantar las manos contra la pared…
durante todo el tiempo no dejaba de hablarme, de decirme cosas calientes… y así me dominaba,
me sentía transportado, sentía que se apoderaba de mí, que sus palabras me llegaban a lo más
hondo de mi ser… me sentía dominado sometido y quería más, lo deseaba, lo necesitaba.

Su verga medía cerca de 18 cms. era gruesa y rapadita, la sentía entre mis piernas chocando
contra mis bolas, el se movía acompasadamente como mostrandome cómo se penetraba, sus
manos me recorrían todo.

Su lengua empezó a recorrerme la espalda por toda la columna. Ahora sus manos me cogían de
ambas caderas y me pegaba mas hacia él… luego fue arrodillándose y con su lengua empezó a
recorrerme todo mi culito, sus manos me abrían el hoyo. Me hizo doblarme más, sin despegar las
manos de la pared y con las piernas abiertas… estaba a su antojo, a su disposición… yo gemía, me
movía al sentir su lengua recorriendo mi culo.

Luego su mano cogió mi verga que estaba a mil… medía menos que la de él, sólo 14 cms y era más
delgada, sentí cómo volteó y metío su cabeza entre mis piernas y luego vi cómo desaparecía toda
mi verga en su boca, sus manos seguían en mis nalgas haciéndome mover contra él y mi verga
entraba y salía de su boca, yo no podía más, me tenía volando con los ojos cerrados, respiraba
fuerte y gemia ahhhh… ahhhhhha… ahhhh loquito de placer… ahhhh… ahhhh… sigue…
mámameloooo… si… siiiiii… chúpameloooooooo… dale… me quiero venirrrrrr… él sintió que estaba
próximo a terminar e inmediatamente sacó mi verga de su boca y con una mano me agarró la base
de mis bolas, fue como si parase una avalancha; mi descarga se devolvió… no quiero que te vengas
todavía putica rica… no te he dado permiso para que sueltes esa lechita… lo harás más tarde… ok…
ahora te toca a ti mamar… se paró y se recostó contra la pared, me hizo arrodillar ante su verga,
con una mano se la cogió, con su otra agarró mi cabello y me dijo: ¡abre la boca! obedecí, cerré los
ojos y luego sentí una cosa caliente y jugosa en mi boca.

Él seguía llevando el ritmo de sacar y meter, aunque me sentía algo raro por mi primera mamada,
empecé a sentir placer; luego con mis manos lo cogí de sus caderas y yo mismo comence a
manejar el ritmo… luego con una mano cogí su verga, mientras seguía chupándole y dándole
lengua en su cabezota… producía gorgoteos al chuparselo y sacármelo al mismo tiempo… luego sin
pensarlo pasé mi lengua por sus bolas… empecé a chuparselas suavemente, mientras con mi mano
le seguía moviendo su vergota. Su ritmo era cada vez más fuerte… así putica… sigue asíiii… lo haces
rico… sabía que eras una perrita caliente… síiii… dame lenguaaaaa… ahhhh… síiii… mételo en tu
bocaaaaa… me quiero venir… dejé de chupar sus bolas, me lo metí en mi boca, le di tres o cuatro
mamadas más y luego sentí sus manos cogerme mi cabeza y su verga meterse casi en mi
garganta… yaaaaaaaaa… ahhhhhhh… ahhhhhh… síiiiiiiiiii… meeeeeeee vengooooooo… ahhhhhhh…
sentí un líquido caliente en mi boca y mi garganta…..tuve que empezar a tragar para no ahogarme,
pues no podía retirar mi boca de su verga, me tenía agarrado… chupatela toda, no dejes caer ni
una gota de leche… yo tragaba y tragaba… sentía su leche caliente y espesa bajar por mi garganta,
mi boca seguía llena. Sentí que me soltaba, pude respirar y tragar mejor… ahora le pasaba mi
lengua limpiándole todo rastro de semen… la comisura de mis labios dejaron ver ese liquido
blanco y él con un dedo lo recogió y me lo hizo limpiar también con mi lengua… así nenita rica…
limpiame la verga… chúpate toda la lechita… es tuya… pasate la lengua por tus labios… eso… así…
ricoo… ricoo… tienes una boquita mamadora… sabía que eras caliente, lo supe desde que te vi…
por eso estás acá… para que me demuestres lo putica que eres… se arrodillo junto a mí, me besó
tiernamente y luego me dio lengua como tratando de revisar si todavía tenía leche sin tragarme…
me gustó.

Se acostó en la alfombra, me hizo recostar junto él; me dijo que desde que abrió la puerta de su
casa le había gustado, que mientras yo insistía para que me ayudara a coger el balón él tramó todo
esto, que no podía dejar pasar la oportunidad de hacerme suyo y que además, aún faltaba más…
quiero que revises lo que hay en la mochila…

Me paré, fui por la mochila que estaba a la entraba de la alcoba principal donde estábamos, llegué
nuevamente al lado de Miguel, me senté y abrí su cierre, allí había un pote con una crema
lubricante con sabor de fresa, condones y unas tanguitas femeninas, negras de seda con unos
encajes con adornitos de floresitas.

¿Y esto es para qué?… pregunté medio alarmado, medio burlón… pues ya te dije que todavía falta
más… y me cogió de un costado y me tiró a la alfombra junto a él… me empezó a besar… a
lengüetearme las tetillas… quiero que seas mía… quiero cogerte por ese culito rico… quiero
poseerte… quiero que seas mi nenita hoy toda la tarde… quiero verte con esas tanguitas… quiero
ver a mi nenita entregada a su papi… era extraño, nunca me habían hablado así en toda mi vida, ni
yo lo había hecho… pero me sentía transportado, me sentía poseído, me sentía entregado… era
como entrar en un trance en el que mis fuerzas desaparecían… inmediatamente mi verga se puso
dura de nuevo… sentí su mano apoderarse de ella y lentamente empezó a movermela… sus labios
se movían entre mis tetillas y mi boca… me puso otra vez a mil, sentía mis bolas reventar de lo
cargadas que estaban, sentía que me explotaba… me soltó de nuevo presintiendo mi llegada… se
paró… ven ricura, quiero mostrarte la casa… me sorprendí, no entendí esa invitación… vi cómo se
ponía su sudadera… de su mochila sacó las tanguitas negras y me las entrego… póntelas quiero
verte con ellas… no dije nada, estaba tan sometido y tan caliente que sólo pude acatar su solicitud.
Las tanguitas se sentían delicadas, la tela de seda acariciaba mis partes intimas, se sentí raro pero
a gusto, la parte de adelante apenas pudo ocultar una parte de mi verga que estaba toda dura…
mis nalgas resaltaban con la pequeña tela negra… ummmmm… te ves preciosa… voltéate… gira
para verte… fueron sus palabras, me sentí halagado con sus palabras y su mirada lujuriosa… giré
lentamente… luego me dijo… vete hasta el balcón y te devuelves lentamente… así lo hice, sentía su
mirada en mi culo… ummmm… tienes un culo muy ricoooooo… ummmm… todito será mío… ahora
ven hacia mí… eso es… mira esa verguita toda parada… efectivamente mi verga se salía por un
costado de las tanguitas… muéstrame esa lengua mamadora… pásatela por los labios… le obedecí
sin rechistar… estaba gobernado por él, su mirada y sus palabras me derretían todo cuando me
hablaba… me cogió de la mano y me dio en beso en la boca, mientras su mano se apoderaba de mi
culo… quiero mostrarte la casa, ponte tu camiseta solamente.

Él estaba de sudadera y al ponerme la camiseta que era un poco larga quedé como con un vestido
y ropa interior de mujer, me hizo nuevamente modelarle y salimos, en la segunda planta habia
otras 3 habitaciones, un estudio y una salita de estar, fuimos a la planta baja, durante el trayecto
sus manos no se quedaban quietas, unas veces las sentía en mis nalgas otras veces en mi verga, en
mi cintura, en mi cara mientras me besaba… en fin, todo el trayecto me hablaba y me manoseaba;
mi verga permanecia dura… el recorrido era tormentoso, erótico y morboso pero sobre todo era la
dominación total, me hacía sentir de su propiedad, de que podía pedirme lo que quisiera sabiendo
que lo obedecería, recorrimos toda la planta baja de la casa hasta que terminamos en un salón
amplio que funcionaba como la sala de la casa, también estába alfombrado y como pude sentirla
era una alfombra más tupida, mas suave que la que conocí y sentí en la habitación principal… me
empezó a besar apasionadamente, locamente, sentí su verga nuevamente en toda su plenitud,
había transcurrido cerca de una hora desde que entré a esa casa con Miguel. Se despojó de su
sudadera y se acostó en la alfombra boca arriba y me dijo que me desnudara y me atrajo hacia él,
le tiré mis tanguitas y se sobo con ellas la cara y su verga.

Eso produjo más erotismo… me acosté encima suyo, sentía su piel, sus pectorales formados, sus
manos aferradas a mis caderas, sentí que nuestras vergas se rozaban… ummm… qué rico sentirte
Felipe, qué rico saber que te gustó, saber que eres mío, que me obedeces, que me complacerás en
todo lo que yo quiera…esas palabras me retumbaban en mi cabeza; me gustaba que dijera que era
suyo, de su propiedad… nuevamente nos besábamos… nos entrelazamos con brazos y piernas y
rodamos apasionadamente por la alfombra… estando yo encima me dijo: mámamelo ricura…
comete esa verga… y sin pensarlo dos veces empece a bajar con mi boca por todo su cuerpo,
inicialmente me apoderé de sus tetillas como él antes me lo había hecho… inmediatamente sentí
un gemido y supe que le gustaba… mi lengua recorría esa zona gustosamente, aprovechaba para
mordisquearlo, mientras que con una mano preparaba la otra tetilla… le daba lengua y
mordisqueaba morbosamente… no dejaba de decirme cosas… así putica… lo haces rico… síiii…
chupame esas teticas… son tuyassss… muérdemeeeee… ummmm… mi otra mano cogió su verga…
empecé a moverla como todo un experto… lentamente pase por su ombligo hasta llegar a su
verga… por un momento me deleité mirandola goloso, ganoso… para luego llevármela como un
caramelo a mi boca… ahora sabía mejor cómo hacerlo, con una mano lo cogía de la base, mientras
mi boca se encargaba de subir y bajar en su rica verga… a veces lo sacaba del todo y me apoderaba
de sus bolas… les daba lengua, les dejaba caer mi saliva para luego limpiarlas con mis labios y
lengua, mientras mi mano seguía moviendosela ritmicamente… lo miraba a los ojos y veía cómo lo
disfrutaba… se sentía complacido y eso me llenaba de orgullo para seguírselo haciendo… estaba
otra vez próximo a venirse… por lo que me dijo que parara… para nene, suéltamelo que me
vengo… obedecí… ve por la mochila, tráemela… quiero poseerte… se me abrieron los ojos… sentí
mi culo estrecharse de susto y de placer… me paré para ir a la segunda planta por la mochila…
pero me dijo: ponte primero la tanguita nenita… ok?… lo hice y salí por la mochila, no demoré 2
minutos y ya estaba nuevamente ante Miguel. Le entregué la mochila, él sentado y recostado
contra una pared la abrió y sacó el pote de crema y un condón… me hizo acostar a su lado… me
fue quitando las tanguitas lentamente, mientras me pasaba su lengua por mi verga… ahora verás
lo rico cuando mi verga que tanto te gusta esté dentro de ti.

Se arrodilló entre mis piernas, las cuales puso en sus hombros, untó sus dedos de crema y la puso
abundantemente en mi culo, lo masajeó, con una mano me sobaba la verga, con la otra sentía
cómo un dedo intentaba abrirse paso por mi culo virgen… no tardé mucho en sentir no sólo el
primero, sino el segundo dedo dentro de mí… sólo sentía ya el mete y saca y cómo seguía
dilatándomelo… mi dolor había desaparecido, me dijo que esa crema era de sabor fresa y que
además era como un anestésico que rápidamente desaparecía… cogió su verga… la puso en la
entrada de mi culo y empezó su recorrido de penetración… sentía algo extraño, esa sensación de
todas formas me asustaba. Sus manos no se quedaban quietas, una seguía moviéndome la verga,
la otra seguía dandome dedo en la boca y pellizcandome las tetillas… sus palabras tampoco
dejaban espacio al silencio… sí rico… qué culito estrechito… ummmm… es mío… toditoooooo… así
te quería ver nenita… eso putica ricaaaaa… ábrelo… deja que entreeee… ummmm… lentamente,
pero sin titubear lo llevó hasta el fondo….sentí sus testículos pegar contra mis nalgas… sentí toda
su verga gruesa y larga dentro de mí… síiiiiiii… síiiiiiii… nuevamente hacía lo que quería conmigo…
había desvirgado mi culito.

Su movimiento de mete y saca fue creciendo lentamente… al principio lo sacaba un poquito


solamente… pero después de cortos minutos su movimiento era largo y rápido… yo ya sentía
placer, lo sentía dentro de mí, veía cómo su cuerpo se llenaba de sudor, cómo caían sus gotas en
mi cara y en mi abdomen mientras mis piernas estaban encima de sus hombros y me las llevaba
más hacia mi cabeza… sus manos estaban ahora apoyadas en la alfombra… cerraba mis ojos,
estaba volando, me sentía penetrado, poseído, dominado… y ese macho sudoroso, musculoso y
dominante me hacía suyo o como decía él: SUYA.

Sentía que explotaba, estaba próximo a venirme por primera vez en toda la tarde… eso essss…
sigue asíiiii… eres mi puticaaaaa… eres míaaaaa… eres mi nenitaaaaa… quiero que te vengas…
quiero sentir tu lecheeeee… eso fue como la orden para que me pudiera venir, cosa que
inmediatamente obedecí… mi verga empezó a disparar leche entre los dos… él inmediatamente
saco su verga de mi culo, le quitó el condón y empezó también a venirse… síiiiiiiii… síiiiiiii… te baño
con mi lecheeeeee… ahhhhhhhhh… ahhhhhhhhhh… ahhhhhhhhh… ahhhhhh… siiiiiiiiiii… siiiiiii… me
vengooooooo… yo también Migueeeelll… yo tambiénnnn papiiiiiii… soy tuyaaaaaaaa… tu
puticaaaaa… ahhhhhhhh… si nenitaaaaa… eres miaaaa… mi putica… dímeloooo… ¡ssíiiii… soy
tuyaaaaa… tu putaaaaaaa!… su descarga me llegó hasta mi cara y luego cayó en mi pecho,
estómago y también en mi verga y mis bolas; nuestro semen se mezcló y el olor era riquisimo…
cogió su verga y me la pasó por la mía, veía cómo recogía nuestro semen mezclado con la cabezota
de su verga… luego me dijo: ¡limpiamela con tu boca… chupate la leche!… me incliné un poco y le
pasé inicialmente mi lengua, luego me la metí en la boca y la limpié todita, no quedó un sólo rastro
de semen, me encantaba su sabor… inclusive, mis dedos recogieron un poco de semen de su
pecho y también me lo llevé a la boca… ya me sentía como un experto en esas degustaciones… era
super.
Dormitamos cerca de 30 minutos uno al lado del otro… fue la eyaculación más espectacular que
había tenido en mi vida, a su vez era mi primera culiada… era la primera vez y qué primera vez..
Luego de ese tiempo y de haber pasado cerca de 3 horas con Miguel recogiendo un balón por un
juego de barrio, mi vida había cambiado; había descubierto el placer gay, había descubierto mi
naturaleza sumisa, complaciente y obedien.. había descubierto a Miguel…

A partir de ahí y por espacio de 2 meses, tiempo que duró la venta de esa casa, Miguel me poseía
minimo 1 vez por semana, lo normal era 2 veces, aunque hubo semanas de casi todos los
dias….recorrimos todas la habitaciones y salones, inclusive lo hicimos en la bañera en donde me
enseñó otras cosas, entre ellas su lluvia dorada que tanto me gusta ahora… nunca pude decir que
no… siempre me hacía obedecerle bien sea calentandome, chantajeandome, ordenandomelo o
por que yo lo necesitaba… me gustaba que me dijera cosas calientes y morbosas por teléfono y
que me ordenara qué día y a qué hora tenía que estar en la casa desocupada, de ese barrio del
norte de Bogota… siempre me lo hizo alli.

Las tanguitas negras de seda fueron la primera pieza intima de mujer con la que le modele, pero
hubo muchas más: minifaldas, ombligueras, topsitos, medias de seda largas, ligueros, vestidos
ceñidos, brasieres, hilo dental fueron los más comunes, la mayoría salían prestadas del ropero de
mi hermana de 19 años, las otras él las conseguia, el estilo dependia del programa que Miguel
tenía para mí y cómo quería hacérmelo esa vez. Pero esas otras cogidas corresponderán a otras
narraciones.

Mi Primera Experiencia Bisex

Tenía en aquel entonces unos 28 años, hacía poco tiempo que había roto con mi pareja, una chica
de 19 años que, a pesar de ser tan joven, tenía una gran experiencia en la cama.

No sé si me sentía tan mal por dejar a una chica que estaba tan bien físicamente, yo decidí dejarla,
no por lo buena y guarra que era en la cama. Hasta que la conocí, ninguna chica se había atrevido
a tragarse mi corrida, incluso vaciaba el condón en su boca y tragaba todo el contenido, era
increíble.

Bueno voy al grano, era verano y decidí ir a la playa, nudista claro, y solo, por supuesto. Hay una
zona apartada en la que la gente va en busca de rollo, pues yo estaba allí, solo y sin comerme una
rosca.

Ya estaba cansado y era medio día, me planteaba marcharme cuando apareció un hombre muy
maduro, en torno a los 60 años, era alto y fuerte, iba naturalmente desnudo. Se me acercó y me
saludó, iba bien armado, tenía un pene bastante grande, pero destacaba más por su grosor, sus
testiculos eran muy grandes también. Me hizo sentir poquita cosa a su lado, pero bueno, me
contentaba pensar que yo tenía y sigo teniento un buen físico y además soy atractivo.

Me saludó y me preguntó si había habido suerte con la cacería, nos reímos juntos, era un mal día.
Me invitó a dar una vuelta por la zona más apartada y accedí. Buscamos y buscamos pero nada.
Entonces empezaron sus insinuaciones, me pidió que le untase protector solar, accedí con
reservas, luego él me puso también a mí. Y así empezó todo, se le iban las manos a mi cuerpo a la
vez que me incitiba a acariciar el suyo. Él supo lanzar la caña y yo piqué el anzuelo, nos fuimos
hasta unos matorrales apartados de la vista de la gente. Él iba muy bien preparado, llevaba una
maquinilla de afeitar y me pidió que le depilara el pubis y los genitales. Yo nunca había tocado a un
hombre, pero la curiosidad mata al gato, lo hice, y por supuesto terminó en erección. Luego me
rasuró a mí el pubis, también terminé empalmado, cuando me di cuenta parecía que tenía un
pulpo encima de mí, me tocaba, me sobaba y me metía mano por todos lados. Yo estaba muy
excitado y al final me dejé llebar. Quiso follarme, y la verdad, yo me hubiera dejado, pero con
aquel enorme rabo, sin lubricante y encima yo era virgen, no me atreví y así se lo hice saber.
Entonces me pidió que, ya que no podía follarme, le comiera la polla, que yo le gustaba mucho y
que ya me había ojeado en alguna ocasión anterior sin yo saberlo. Esto terminó de vencer la poca
resistencia que oponía.

Él se tumbó boca arriba y yo encima de él, haciendo un 69. Era la primera vez que yo tenía una
polla en la boca, y encima era enorme. Así estuvimos un buen rato, luego nos incorporamos, él se
puso de pie y yo de rodillas delante de él. Empezó a follarme la boca, entonces me agarró
fuertemente la cabeza, no podía sino hacer su voluntad, me metía aquella enorme verga hasta la
garganta, notaba el olor de polla en el ambiente, no lo esperaba, pero se corrió, se me saltaban la
lágrimas porque casi me asfixiaba con su rabo, encima tapó mi nariz con una de sus manos,
mientras me sujetaba fuertemente mi cabeza con la otra, no me quedó otro remedio que tragar
todo su semen para no asfixiarme.

Él me decía, toma mi leche, bebe de un buen macho, ya eres mío. Terminó de correrse y me dejó
respirar, yo no sabía qué pensar, pero tampoco me dio mucho tiempo porque me abrazó
poniéndose de pie por detrás de mí. Empezó a masturbarme, mi polla ya se había bajado un poco
por lo que había pasado, pero él la volvió a poner dura. Me estaba dando mucho placer, después
de lo que me había hecho pasar. Empezó a jugetear con mi ano, yo estaba tan excitado que le dejé
hacer. Me metío un dedo, pensé que no iba a seguir, pero era un especialista, aprovechó mi
excitación y me metío otro dedo más.

Yo estaba llegando al orgasmo, entonces el muy cabrón apretó mi rabo con fuerza, reteniendo mi
eyaculación y a la vez debía tener ya varios dedos dentro de mi culo y creo que me toco la
prostata, sentí una sensacion de dolor a la misma vez que de placer, entoces me dejo eyacular.

Terminado me dijo claramente que ya me tenía preparado, que la próxima vez me follaría el culo a
placer, que iría preparado para ello. Yo asentí con sumisión, me dejaría follar por él, me sentí suyo,
ya no me pareció tan desagradable el sabor de su corrida, es más, pensé que me gustaría probarla
otra vez.

Bueno, eso es ya parte de otra historia, y lo mas curioso de todo es que me sucedió de verdad. No
me importa si la creéis o no, yo la viví y la disfruté.
El Novio De Mi Madre

Hace unos años, cuando yo tenia unos 15 años, mi madre trajo un novio a casa. Para ese entonces
yo ya habÍa tenido experiencias gay con unos amigos y un primo, que entre otras cosas, la tenÍa
grande y deliciosa.

El caso es que apenas lo vi, me pareció un hombre delicioso, tenía un cuerpo perfecto, cara
masculina pero muy atractiva, unos 41 años y se le veía un buen paquete.

Recuerdo que esa noche me masturbé pensando en él, en su paquete, en sus grandes manos y en
su cuerpo. El tiempo pasó, y el comenzó a venir con más frecuencia a la casa pero nada pasaba ni
iba a pasar… o eso creía yo.

Un día el salió de la ducha sin toalla pensando seguramente que no había nadie en casa, pero para
su sorpresa ahí estaba yo buscando algo, cuando me voltee lo pude contemplar en todo su
esplendor lo que me excitó sobremanera. Estuve a punto de mandarme y cogerle la polla pero no
lo hice, me sentí intimidado, él se puso la toalla y se dio cuenta que yo lo había deseado. Luego
fuimos a almorzar con mi madre y noté que él me estaba echando ojo, que me miraba mucho el
culo y el paquete, lo que me sorprendió… me excité mucho y él lo notó, luego de almorzar, mi
madre nos dejó en la casa solos.

No fue sino que mi madre cerrara la puerta para que él se abalanzara sobre mí y me abrazara por
la espalda, me dijo que me deseaba y pasó su lengua suavemente por mi oreja. Luego me dijo que
no podía esperar un segundo más sin tener mi culo entre sus manos a lo que yo respondí que lo
cogiera, que era todo suyo. Lo llevé a mi cuarto y me arrodillé frente a él, le bajé los pantalones y
le saque su rico paquete… yo diría que mide unos 20 cm pero no es muy grueso.

Lo comencé a chupar como ya sabía, y como había soñado en esas noches de pasión solitarias, le
pasaba la lengua por toda la verga, le lamía las bolas, y luego la metía de nuevo en mi boca. Por su
parte él decía cosas como: eres mi puta, te voy a hacer sentir como una nenita… yo me excité y me
bajé los pantalones dejando mi culo expuesto… me metía los dedos mientras chupaba su deliciosa
polla. Lo acosté en mi cama y me acomodé yo encima de él, en un 69 para que él pudiera jugar con
mi culo mientras yo chupaba su verga.

Lastimosamente no duró ni tres minutos en esa posición, se corrió salvajemente en mi boca, y yo


me trague toda su leche. Se paró, se vistió y me dijo que la próxima vez sí iba a ser su perrita,
luego se fue.

Como a los tres días volvió, él sabía que mi madre no iba a estar, esta vez traía un morral. Entró y
lo primero que hizo fue besarme en la boca… me dijo que como lo había prometido, hoy era mi
día, hoy me convertía en su nenita. Me dijo que me desnudara y luego me entregó una tanga roja
con negro, una mini falda que dejaba expuestas la mitad de mis nalgas y unas medias de liguero.
Me puse lo que el me pidió y cogí unos zapatos de tacón de mi madre, él me dijo que me veía
preciosa y que de ahora en adelante me iba a llamar Jane para él.
Me pidió que pusiera música y que bailara para él, comencé a bailarle como una mujer, movía mi
culo de un lado para otro, subía y bajaba para dejarle ver mi culo, que quería un poco de su polla.
Me pidió que me sentara en sus piernas, y él me cogio del culo, me dijo, coge mi paquete, lo hice,
y le dije que viniera a mi cuarto, que hoy no se salvaba. Vino conmigo y se sacó la polla, la
comencé a mamar, a exprimirla para que quedara bien lubricada, paré y me puse a cuatro patas, él
movió mi tanga y me la comenzó a meter de a pocos, pero de la excitación, me la metió toda de
golpe en un momento, yo coemencé a gemir y él me decía, eso gime como una nena, como una
puta, y yo gemía.

Él comenzó a meterla y a sacarla y yo me movía con él al unísono, luego, cuando se cansó, me


pidió que lo cabalgara, se acostó y me comencé a sentar en su verga, me la metí de a pocos
mientras él apretaba mi culo. Qué bien se sentía, comencé a subir y a bajar más rápido, y él
comenzó a apretarme más duro.

En un momento me dijo que se corría, y yo le dije que lo hiciera dentro de mí culo, que me llenara,
pero él no aceptó, él me dijo que yo era su puta y que tenía que recibir su leche en la cara con la
boca abierta como una buena zorra así que me arrodillé y abrí la boca mientras él se masturbaba,
la dejó salir y me la regó en la cara mientras yo me masturbaba y me corría de placer. Después de
eso, él se paro y se fue.

Nunca más lo volvimos a hacer pero lo gocé.

Tira millas

Cuando comencé en aquella puta empresa no sabía bien dónde entraba pero fue lo mejor que
pude encontrar.

Tenía 30 años, un cuerpo bastante cojonudo, el trabajo duro había puesto mis musculos en
tensión continua si bien una seguida colección de mala suerte, hombres y alcohol me dejó casi en
la calle y sin dinero. De casualidad vi el jodido anuncio ‘‘se necesitan camioneros’‘ y allí me fui.

Vaqueros desgastados, camisa a cuadros casi abierta dejaban ver mi pecho peludo y mi paquete
bien abultado. Cojones 40 grados me hacían sudar como un cabrón pero llegué al almacén. En la
puerta bien aparcados estaban diez camiones Mack impresionantes (quizás lo que más cachondo
después de un tío peludo). Aquellas maquinas brillaban al sol y 800cv estaban durmiendo en su
interior.

Pregunté por el encargado y me mandaron a una mugrienta oficina. Entré sin llamar y aquel jodido
capullo me miró de arriba abajo. Sentado en su silla me preguntó quién cojones era yo, su
mandíbula cuadrada se tensó esperando la respuesta. Me acomodé en la silla ajustándome el
paquete, trago saliva y hablé:

-Denver, y vengo por el empleo, (mis seis años en los marines me habian dejado algo mas que
musculos la mecánica y llevar una maquina de 20 metros en adelante no tienen secretos para mí).
Tenía esas referencias y se las entregué. Levantó la ceja y estudió mis imformes mientras yo le
estudiaba a él en la oficina teniía aire acondicionado, así que se permitía el lujo de llevar corbata y
chaqueta miré y noté que no estaba mal, cuello poderoso y atractivo pasaba los cuarenta. Manos
grandes y mirada intensa algo tocho debajo de la chaqueta y con la sombra de barba le hacían por
lo menos digno de veinte centimetros. Y esos estaban en ebullición debajo de mis vaqueros.
Terminó de leer y me dijo que los informes no estaban mal pero que necesitaba algo mas de mí
para darme el puesto. Pensé este se está ganando una partida de culo en toda regla. Se acercó
hasta la puerta y puso el cartel de reunido, no era el primero que pasaba por allí y aunque tenía
ganas de follármelo él quería follarme a mí. Yo seguía sentado y me empecé a empalmar. Bajó su
pantalón ancho se adivinaba un buen bulto y se acercó a mi de pie como estaba me dijo:

- demuestra que necesitas el puesto

y se bajó la cremallera un buen rabo salió apuntando directo a mi boca quizás 18cm y ya un poco
babeantes y yo con ganas de fiesta le agarré el culo y lo atraje hacia mí metiéndome ese rabo
hasta la garganta. (qué cojones soy un maestro en muchas cosas y mamar es una de ellas).

El cabrón tensó el cuerpo mientras le sorbía todo ese rabo empecé a entrarlo y sacarlo a buen
ritmo cojiendole bien con una mano el culo y la otra los cojones. Sí señor allí había material, le
desabroché el pantalón cayó al suelo lo levanté a pulso y lo acerqué a la mesa sin dejar de
tragarme aquel rabo. Resoplando me dijo que parara, queria verme en pelotas. Sonriendo me
desabroché el pantalón y dejé escapar mi verga, entonces abrió la boca y atrayéndolo lo amorré al
pilón. No se imaginaba lo que le venía le empujé los 20cm hasta mas allá de su garganta; me
raspaba con los dientes pero tragó y supe que estaba perdido, el mete y saca lo dejó sin aire y casi
tosiendo pero no paré, seguí más suave y él disfutaba como un cabrón. como estaba con sus
pantalones bajados me escupí en la mano y busqué el agujero de su culo. Sí, un buen culo peludo y
maduro listo para partir, trató de protestar pero no le sirvió, dos dedos entraron en su estrecho
agujero.

Empezó a moverse intentando protestar pero ya había encendido la mecha. apreté más fuerte y le
di una palmada fuerte, bajé su calzoncillo y un peludo trasero saludó mi vista. Este era mio. Saqué
mi rabo de su garganta y lo cogí por el cullo de toro que tenía; intentó zafarse pero no contaba con
mi destreza para inmovilizar al enemigo. Apreté su cuello y le hice perder el conocimiento. Aparté
los papeles del escritorio y lo empujé (el ruido de los motores en la nave hizo que nadie oyera el
estruendo).

Aflojé su corbata y desgarré su camisa unos buenos pectorales con algo de vello enmedio
aparecieron, la línea peluda bajaba por su abdomen fuerte aunque algo de grasa comenzaba a
desdibujar los abdominales y toda la maraña se unía entre su polla y sus huevos. escupí en su
agujero y en mi verga y la coloque en la entrada de su culo le di una pequeña ostia para
despabilarlo y mientras que abría los ojos le tape la boca aprete a fondo y le clave el rabo hasta
mis peludas pelotas; trató de gritar pero ya estaba dentro le di un puñetazo y le obligué a estar
quieto. Las embestidas fueron ahora más duras. Aquel cabrón se merecía una buena tranca cada
vez que intentaba decir algo, le daba un reves que le hacía callar y volvía metérsela a fondo, dejó
de protestar y empecé a ver que se empalmaba de nuevo. Aquel cabrón había encontrado el gusto
y yo decidí llenarle de leche. La corrida le llegó al estómago y yo seguí metiendo hasta que se
corrió con unos gruñidos de macho vencido aún morcillona la saque de aquel agujero y le hice
caer. Se la puse en la boca y le obligué a limpiar a fondo; ese cabrón no quería pero otra ostia le
hizo colaborar.

El cabrón consiguió ponérmela dura otra vez, me senté en su sillón y le dije que se desnudara;
arrancó lo que quedaba de su traje y se acercó, le hice sentarse sobre mi polla. Empezó despacio
pero agarrandole de los hombros se la metí hasta el fondo, dejé que siguiera él solo. Le retorcí los
pezones y empecé a darle sonoras palmadas a aquel culazo acostumbrado a mandar después de
un rato lo hice sacársela y lo puse a cuatro patas, sí señor mi jefe iba a ser montado otra vez a
pelo, faack!!!

Otra vez hasta los cojones y el cabrón apretaba los dientes pero disfrutaba. Le dije:

-necesita mas referencias jefe.

Y trató de contestar le dije que solo moviera la cabeza si quería algo más asintiendo se la saqué del
culo y se la acerqué a su mandibula, la corrida le saltó a la cara y le oblige a chuparla hasta la
última gota. Eres un buen mamón, jefe, así que espero que a partir de ahora sabrás quién manda
le di un buen azote en su castigado culo y asintió.

Firmamos el contrato con un buen sueldo y me asignó una buena ruta y como compañero le pedí
que me mandara con el tipo cuadrado que había visto al llegar, casi dos metros de músculo
embutidos en un sucio mono, abierto hasta casi el rabo esos pectorales peludos se merecían algo
de atención. Así lo hizo y el increible Montana fue mi compañero aunque eso lo dejo para otro
relato.

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