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Pedro: ¿señor de los cielos que me está pasando? (con la cabeza inclinada hacia
arriba), después se arrodilla- se nota desesperado (pega un grito) Dios mío ¿qué
me pasa? mirando para todas partes.
(Música de fondo)
(Uno intenta coger para un lado y el otro para el otro lado del mismo susto), pero
al dar la vuelta se encuentran, se golpean la frente y se caen al lado del muerto…..
Pedro se levanta:
Esta pareja queda muda del susto y empiezan a temblar sus piernas.
! Qué!, ¿soy tan feo, para que estén temblando? O es que cada vez que pasamos
por este sitio nos ocurre lo mismo?.
---- La pareja dice, no es que usted estaba tendido en el piso y parecía estar
muerto…
Jajaja, ¿muerto yo?. ¿Qué muerto habla?, ¿qué muerto se para?, o mejor ¿qué
muerto sale?.
La pareja asustada dice: (uno de ellos) Señor dicen que el que se ahoga
La pareja le pregunta: (uno de ellos) bueno después del susto que nos pegó, que
hacía usted tirado en el suelo?
Pedro: perdón, yo no he asustado a nadie, ustedes solitos se asustaron..
Uno de la pareja: Ahhh, se quedó dormido, no parece, más bien parece haber
estado peleando con el mismísimo…
Pedro: ¿porque?
Pareja: Por su apariencia
Pedro: Mi apariencia, ¿qué pasa con mi apariencia?
Pareja: No nada olvídelo…..
ESCENA 2
Mujer: Aparece una mujer sentada en una mecedora muy triste…..mirando lejos,
como si hubiese llorado mil años.
Mujer: Cuando los hijos mueren, mueren y morimos con ellos, pero cuando los
hijos se pierden, y no sabemos dónde están morimos lentamente.
De pronto escucha una algarabía. –tres jovencitos borrachos que caminado frente
su casa
Mujer: Grita, angustiada, y dice: pedro, pedro, estas es tu casa hijo, regresa,
regresa… (Llora)
Mujer: si, llevo esperando una eternidad, desde que se fue de casa y no regresa,
paso con el celular en mis manos y nunca recibo noticias, ni buena, ni mala.
Anciana: Hijos indolentes, no les importa el sufrimiento de una madre, pero hijo
eres y padre serás….
Mujer: Tiene usted razón, bueno y porque debo estar contándole esto a usted, yo
no la conozco, nunca la había visto por este lugar.
Anciana: jajajajaja, solo pasaba por aquí, es que entre las dos hay algo en
común.
- Sufrí, sufrí, mucho para llevarlo a la escuela, pero no había un día en que
no me mandaran a buscar por su mal comportamiento.
- Un día terminó retirándose de la escuela y más nunca volví a saber de él.
ESCENA 3
Pedro: ¿Qué pasa Juan ¿por qué me levantas así?, me vas hacer morir de un
susto un día de esto.
Juan: Si pedro, no te había contado, pero hace tiempo me fui de la casa dejándola
solita, me molestaba todo lo que me decía, la gritaba, no le prestaba atención y
muchas veces le desee lo peor.
Pedro: bueno juan, yo también tengo mamá, pero como si no la tuviera, a veces
siento que hasta mi nombre he olvidado, un día me fui de casa, y me convertí en
la basura más grande de la calle, todo el mundo reprochaba lo que hacía, mis
amigos, en la escuela, en la calle, en fin… nadie me entendía… caí en las drogas,
el alcohol y no he podido salir. Estoy atrapado y condenado en mi propia cárcel.
Señor: Los queda viendo y les dice: Dejen la soberbia, vengan acá, quiero
ayudarlos.
Muchachos: (uno de ellos) jajaja (ríen) Que un día de estos, nos acostemos y
amanezcamos con los pies por delante.
Muchacho: ríen (los dos), jajaja. Porque él existe, es que estamos vivos, es
nuestra esperanza, y creemos que algún día nos ayude a cambiar esta vida de
perro que llevamos.
Señor: De que hablan, que es pelar, cual es la otra vida, porque es muy temprano,
nadie me ha mandado para hacerles daño.
- Ah, jajajajaja, se asustaron por lo que dije ahorita: ¡les llegó la hora!,
jajajajaja. todo malo es cobarde.
Señor: Bueno díganme una cosa: ¿Por qué andan vestidos como pordioseros?
Señor: ¿Porque ríen?, ¿tengo cara de payaso?, ¿qué pasa?. Se nota que llevan
mil años irrespetando a todo el mundo.
Niños: No señor, disculpe, no se vaya a ir, solo que no sabemos quiénes somos,
desde que nos fuimos de la casa, la calle y la droga nos adoptó.
Desde que robamos casi a todos nuestros, vecinos, a las personas que iban por la
calle, las tiendas, ya no lo hacemos.
Esa vida está muy dura, y un día nos levantaron a plomo y casi nos tumban. Ahora
andamos escondidos a donde nadie nos vea. Ayúdenos, por favor.
Llévenos con usted, le prometemos hacer el trabajo más pesado del mundo, pero
ayúdenos.
Yo vivo en una casita de bareque, cerca de aquí, y soy una persona muy conocida
en este pueblo.
Murmuran entre ellos, dicen, desde hace tiempo no encontrábamos una casita así,
tan humilde pero se respira tranquilidad.
Señor: Bueno aquí no vivo solo, vivo acompañado por una sobrina que se llama
MARIANITA.
Llama a la sobrina (marianita, o marianita), ven acá que te voy a presentar los
nuevos amigos.
Llega marianita y dice dígame tío (quienes son ellos, no se me los encontré y me
pidieron que los ayudara), creo que están perdidos.
Mariana, imposible que uno olvide como se llama, pero bueno te llamaré como se
me venga en ganas.
No, solo pasaba por aquí y sentí curiosidad y toqué, no se preocupe ya me voy.
La señora: entra a la casa y de pronto escuchó una voz que hacía rato que no
escuchaba, señor, conozco esa voz
Señora: Como así, ¿usted encuentra a cualquiera en la calle y los trae sin
conocerlos?
Señor: Es que me condolí de ellos, si usted los viera también hubiese hecho lo
mismo.
El otro niño: queda viendo la escena y se pone a llorar pidiéndole a Dios que le
den noticias de su mama.
Y dice Dios mío, esta casa se va a caer de tantos acontecimientos que han
pasado hoy