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ARQUEOLOGIA DE COLOMBIA:

Un texto Introductorio.
Gerardo Reichel-Dolmatoff.

Capítulo VII
LA ETAPA DE LOS CACICAZGOS

Bajo el nombre de Cacicazgos o Señoríos clasifica- Las regiones de Colombia donde se establecieron
mos una categoría de sociedades indígenas que se cacicazgos son, a grandes rasgos, las siguientes: El
caracterizan por una combinación de rasgos, ante to- Macizo Colombiano de San Agustín y Tierradentro, el
do sociopolíticos y económicos. Como somera defini- Quindío y la vecina Cordillera Central, el Valle del Ca-
ción se puede citar la siguiente: cacicazgo es una uni- uca y parte del Magdalena, los valles de los ríos Cali-
dad política autónoma que abarca varias aldeas o co- ma, Sinú y San Jorge. También puede haber habido
munidades bajo el control permanente de un jefe su- cacicazgos en el sur andino y en las montañas de la
premo1. Esta etapa de desarrollo cultural, con frecu- Cordillera Oriental, al norte del territorio Muisca. Es
encia forma una transición entre la sociedad tribal y la muy posible que hayan existido otros cacicazgos, ya
estatal; es pues un paso político fundamental. Los ca- en la Etapa Formativa, pero que no tuvieron continui-
cicazgos constituyen un fenómeno frecuente en la e- dad o acerca de los cuales carecemos de más datos.
volución de las culturas indígenas en Colombia, Vene- Las características de los cacicazgos pueden variar
zuela, Centroamérica y otras partes, y muchos de e- en énfasis y en la forma de su combinación 2. Un rasgo
llos florecieron en el siglo de la conquista española, de dominante consiste en que la autoridad política va
manera que las descripciones de los cronistas ayudan más allá de una aldea autónoma e incluye varias agru-
grandemente a las interpretaciones de los vestigios ar- paciones humanas que, generalmente, comparten una
queológicos. misma lengua y costumbres. La extensión geográfica
también varía, pues puede ser una organización polí-
tica que abarque algunas pocas aldeas, o tratarse de
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Sobre el concepto de "cacicazgo", véase: Carneiro, Robert L. "A un valle, una hoya hidrográfica o toda una región com-
Reappraisal of the Role of Technology and Organization in the Ori- puesta de varios medioambientes; de todos modos es
gin of Civilization", en: American Antiquity. Vol. 39, pp. 179-186, una zona circunscrita social y geográficamente. La es-
1.974; id., "The Chiefdom: Precursor of the State" en: The Transition
to Statehood in the New World (Grant O. Jones & Robert R. Kautz. tructura es la de una sociedad cuyos miembros ocu-
editores), pp. 37-79, Cambridge University Press, Cambridge, 1.981; pan diferentes rangos (a diferencia de clases propia-
Cohen, Ronald & Elinan R. Service. Origins of the State: The An- mente dichas), estos rangos serían: el cacique y su
thropology of Political Evolution. lnstitute for the Study of Human Is- parentela, un grupo de caciques menores, el común
sues, Philadelphia, 1.978; Flannery, Kent V. "The Cultural Evolution
of Civilization" en: Annual Review of Ecology and Systematics, Vol. de las gentes, y una categoría de esclavos, inicial-
3, pp. 399-426, 1.972; Fried, Morton H. The Evolution of Political So- mente integrada por prisioneros de guerra. También
ciety: An Essay in Political Anthropology. Random House, New York, había grupos de artesanos especializados, de comer-
1.967; Isaac, Bany L. "Resource Scarcity, Competition and Coo- ciantes, y ocasionalmente se definen categorías de
peration in Cultural Evolution", en: A Reader in Culture Change. Vol.
I, Theories (Ivan A. Brady & Barry L. Isaac, editores), pp. 125-143, guerreros y chamanes. En sí, los cacicazgos eran pro-
Schenkman, Cambridge, Massachusetts, 1.975; Peebles, Christo- fundamente desigualitarios3 .
pher & Susan M. Kus "Some Archaeological Correlates of Ranked Otra característica de los cacicazgos consiste en
Societies" en American Antiquity, Vol. 42, N° 3, pp.42 1-448; San- que su base económica había alcanzado un nivel tan
ders, William & Barbara J. Price Mesoamérica: The Evolution of a
Civilization. Random House, New York, 1.968; Service, Elman R. eficiente que permitía la acumulación de un excedente
Primitive Social Organization: An Evolutionary Perspective. Random que podía almacenarse o utilizarse para la recompen-
House, New York, 1.962. He adoptado sobre el concepto de caci- sa de servicios, en caso de guerra, o para el comercio.
cazgo la definición de Carneiro (1.981, p. 45). Harry L. Isaac (supra, Este último se basaba en parte en la manufactura, dis-
1.975, p. 139) hace la siguiente observación, que me parece intere-
sante: "In areas where wild resources were already tightly clustered, tribución y adquisición de artículos de lujo, tales como
sociocultural evolution easily could have proceeded to the Chiefdom 2
level in the absence of agriculture. We will probably discover more Carneiro, Robert L.. 1981. pp. 46-48.
3
instances of this as... archaeology... becomes more sophisticated". Service, Elman R. 1971, p. 140.

1
joyas de oro y tumbaga, piedras semiprecíosas, telas Nos preguntamos a veces: ¿en qué se basaba el po-
finas, plumas exóticas, cuentas de collar, conchas ma- der de los caciques? ¿Cómo pudieron organizar una
rinas, sal y coca así como otros productos locales sin mano de obra tan numerosa para construir sus pro-
elaborar. Las frecuentes guerras entre cacicazgos ve- yectos públicos civiles y religiosos? ¿Estaba su poder
cinos que se disputaban tierras, esclavos y otros re- en la posesión de un excedente de alimentos o de ma-
cursos económicos fomentaban el sistema de prestigio terias primas o se trataba de su riqueza de oro, su
y rango, adquirido o hereditario, que se expresaba en prestigio, su status a veces casi sagrado? ¿O tal vez
muchos aspectos de la cultura. Obviamente, el gran a- nuestra pregunta no hace sentido alguno porque qui-
vance de la orfebrería y alfarería de algunos (no to- zás su concepto del poder era totalmente diferente del
dos) cacicazgos se debía al creciente pedido que te- nuestro?
nían estos artefactos de gran perfección tecnológica y Los mecanismos que hicieron posible, en cada caso,
estética, en una sociedad en que la riqueza personal el origen y la evolución de los cacicazgos, a partir de
tenía gran importancia. Los orfebres locales elabora- sociedades tribales, son difíciles de averiguar. Con se-
ron el oro en muy diversas formas, sea como joyas o guridad, la disponibilidad de amplias tierras agrícolas
utensilios de prestigio y ritual; o sea como objetos de era una condición importante para que se lograse un
comercio e intercambio. Sobre el nivel de las socieda- tal desarrollo. A ello se añadía generalmente alguna o-
des tribales parece que el oro tenía poca importancia; tra fuente de riqueza, tal como tierras auríferas, sali-
servía de adorno personal y de distintivo de tal cual nas, artesanos especializados, chamanes de gran fa-
persona, pero en cantidades pequeñas y poco elabo- ma, rasgos topográficos extraordinarios, tales como la-
radas. En los cacicazgos, en cambio, el oro alcanzó a gunas, volcanes, nevados. Pero éstas son condiciones
tener el significado de un símbolo de status, privilegio que pueden darse sin que la sociedad local lograse ni-
de pocos y anheládo por todos que, en una sociedad veles de mayor complejidad cultural. Quedan abiertas
de gran movilidad vertical, podían aspirar a rangos éstas y tantas otras preguntas.
más elevados. Como es obvio, el sistema de rango se Durante la Etapa de los Cacicazgos la institución del
observa claramente en la forma y el ajuar más o me- chamanismo tuvo un desarrollo muy notable. Observa-
nos suntuoso de los entierros. Así, la elaborada tecno- mos su influencia persuasiva en los ritos y paraferna-
logía de adornos, que se observa en muchos cacicaz- lias de entierro, las cámaras funerarias y los sepulcros
gos, es más bien el efecto de su organización política, de grandes jefes. Existen representaciones de chama-
y no su causa4. nes en cerámica y en esculturas líticas, en orfebrería y
Se debe mencionar como característica la frecuen- en el arte rupestre. Los muchos objetos relacionados
cia con que los cacicazgos se dedicaban a obras pú- con el uso de plantas alucinógenas, tales como popo-
blicas arquitectónicas y de ingeniería. Estas no eran ros, tabletas para rapé, tubos para absorber, o peque-
necesariamente hechas a base de piedra sino podía ños morteros para pulverizar ciertas materias, indican
tratarse de grandes construcciones de tierra, de terra- que las actividades chamanísticas operaban, en parte,
plenes, terrazas y sistemas de desagüe e irrigación. en una esfera visionaria, y la semejanza entre ciertos
En la misma categoría de grandes obras caen los mo- motivos decorativos y los fosfenos producidos per la
numentales entierros y recintos ceremoniales tales co- ingestión de drogas comprueban la ubicuidad de un
mo los de San Agustín, Tierradentro, el Quindío y el complejo de ideas que dominan muchos aspectos de
Sinu. la vida diaria. Se podría decir que, con los cacicazgos,
Las tan continuas guerras entre cacicazgos vecinos se inicia la era de gran poder público de los chama-
parecen haber tenido causas y consecuencias muy nes.
importantes para la evolución sociopolítica. La pose- Aquí caben algunas aclaraciones importantes. Es e-
sión de tierras propicias para el cultivo del maíz puede rrónea la opinión tan común de que los chamanes in-
haber sido uno de los motivos, pues en muchos valles dígenas (de ayer y de hoy) son meros charlatanes
interandinos las condiciones climáticas cambian fun- que, con sus supercherías, embaucan a la gente. Esta
damentalmente con las diferencias de altura y así de- es la imagen propagada por los primeros doctrineros
terminan la periodicidad y calidad de las cosechas 5. de la Conquista y Colonia, cuya mentalidad medieval
Bajo la presión de la creciente población, consecuen- todavía estaba oscurecida por sus visiones de diablos
cia de un estilo de vida sedentaria aldeana y atestigu- y brujos europeos, imagen que, por desgracia, sigue
ada por la gran cantidad de sitios arqueológicos, la po- viva en los países latinoamericanos. Según los conoci-
blación se expandió. El testimonio arqueológico aún mientos actuales acerca de los chamanes, éstos son y
no permite apreciar la dinámica de estos cacicazgos, seguramente fueron los intelectuales de sus socieda-
grandes y minúsculos. No se conocen los procesos de des. Ellos son los observadores, los buscadores, los
fusión y fisión que indudablemente se operaron entre pensadores que tratan de dar un sentido ala existencia
vecinos, sea por guerras, por la anexión pacífica, por humana y de introducir un orden en el caos de la crea-
alianzas y otros medios más. ción. Entre los chamanes hay especialistas, sea por
inclinación o por educación unos son curanderos y
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yerbateros, otros observan los astros, otros trazan ge-
Carneiro. Robert L. 1974; 1981, p. 56.
5
nealogías y fijan eventos del pasado mítico-histórico
Reichel-Dolmatoff, G. "The Agricultural Basis of the Sub-Andean en cantos y recitaciones; hay especialistas en música
Chiefdoms of Colombia" en: The Evolution of Horticultural Systems
in Native South America: Causes and Consequences (Johannes religiosa, en baile y canto. Todos son mediadores en-
Wilbert, editor), pp. 83-100, Caracas. 1.961. tre la sociedad y el medio ambiente. Los rituales del ci-

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clo vital del individuo están a cargo de los chamanes, de decisiones. Para reforzar sus pronunciamientos,
y así sus interpretaciones y presagios adquieren gran que principalmente se referían a la naturaleza y la e-
importancia para el desarrollo de la vida individual y cología, su poder tenía que ser legitimizado por san-
comunal. ciones sobrenaturales. No obstante el énfasis dado a
Un aspecto importante de estas prácticas y creen- la estabilidad y al crecimiento económico, la religión
cias consiste en el papel del chamán como ecólogo, seguramente no era un fenómeno cultural secundario;
como planificador ecológico. En la mayoría de las re- la religión era esencial para la cohesión social de la
giones donde se desarrollaron los cacicazgos colombi- comunidad, no sólo por razones psicológicas sino por
anos, los solsticios y equinoccios dividen el ciclo anual la influencia tan eficaz de chamanes y sacerdotes, qui-
en cuatro períodos de 90 días cada uno, trimestres enes, por medios religiosos, desempeñaron un papel
que coinciden con las dos estaciones secas y lluvio- dominante en el bienestar social, al controlar y orientar
sas. Estas fechas constituyen, pues, las bases del ca- la explotación de los recursos naturales.
lendario agrícola. La periodicidad y predictabilidad de Después de haber expuesto estas consideraciones
estos eventos sigue siendo el foco de las preocupa- introductorias al estudio de los cacicazgos, debo ocu-
ciones de todo campesino. Por cierto, también es un parme de las investigaciones arqueológicas que, en
hecho que a veces no se aprecia suficientemente que, territorio colombiano, se han efectuado sobre esta eta-
aun sobre el nivel de cazadores, recolectores y horti- pa prehistórica.
cultores rudimentarios, se pueden observar fenóme- Como primer ejemplo nos puede servir la región de
nos cíclicos cuya predicción es una necesidad vital pa- San Agustín, en el llamado Macizo Colombiano 6. En el
ra la sociedad. Tales fenómenos recurrentes son, por capítulo anterior me he referido ya a los múltiples as-
ejemplo, las épocas de ovulación y de arribazón de pectos geográficos tan favorables que encontramos en
peces; la periodicidad de las migraciones de aves, mo- esta región que, seguramente, estuvo habitada ya
luscos marinos o animales de la selva; las temporadas desde antes de la Etapa Formativa. Obviamente sería
de brama y de cría de los mamíferos; los ciclos de in- erróneo hablar aquí de "una cultura de San Agustín";
sectos comestibles, y otras más. Un buen conocimien- se trata de muchas diferentes culturas, de muchas fa-
to de estos ciclos es de gran importancia para la su- ses que se sucedieron en estas montañas, cada una
pervivencia y para que el chamán pueda programar con sus características propias y a lo largo de siglos y
las actividades del grupo. Así pues, sobre el nivel de milenios.
sociedades intensamente agrícolas, como lo eran los Los orígenes de la vida sedentaria en San Agustín
cacicazgos, sociedades basadas en el cultivo del maíz se deben buscar en las regiones selváticas, tanto de
y otros cultivos de alto rendimiento, un conocimiento las cordilleras y llanuras aluviales de Colombia, como
adecuado de astronomía y meteorología es una nece- de la Alta Amazonia. En efecto, en el arte escultórico
sidad apremiante, aun más vital que sobre un nivel de de San Agustín han sobrevivido ciertos rasgos de ves-
cazadores y pescadores. timenta, adornos y armas que indican un origen selva-
La verdadera intensificación de la agricultura proba- tico tropical. Asímismo, muchos de los animales que
blemente tuvo su origen en el hecho de que las socie- se representan en las tallas de piedra, tales como ja-
dades que formaban los cacicazgos habían aprendido guares, caimanes y serpientes grandes, pertenecen al
a reconocer y a utilizar las ventajas inherentes en cier- ambiente de los grandes ríos tropicales y no a la zona
tos medioambientes fisiográficos, donde la distribución templada de las cabeceras del río Magdalena.
de las lluvias, la insolación, temperatura, orientación El área arqueológica de San Agustín parece carecer
de vertientes, condiciones edáficas y otros factores de un centro urbano propiamente dicho, aúnque hay
más, inducían al rápido crecimiento del maíz y permi- pequeñas agrupaciones de viviendas nucleadas. Posi-
tían una gran variedad de otros cultivos. Es obvio, en- 6
tonces, que, en estas situaciones, un conocimiento de Entre las más importantes fuentes sobre arqueología de la región
de San Agustín se pueden mencionar las siguientes: Bruhns, Karen
fenómenos astronómicos y meteorológicos era esen- Olsen "A View from the Bridge: Intermediate Area Sculpture in The-
cial. matic Perspective" en: Baessler-Archiv, Neue Folge, Band XXX, pp.
En este medioambiente, en estas situaciones, la po- 147-180, Dietrich Reimer Verlag, Berlín, 1.982; Cubillos, Julio César.
sición del chamán se vuelve poderosa, porque es en- Arqueología de San Agustín: El Estrecho, El Parador y Mesita C.
Fondo de Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Banco de la
tonces cuando su conocimiento especializado de prin- República, Bogotá, 1.980; Duque Gómez, Luis. Exploraciones Ar-
cipios ecológicos se vuelve crucial. Creo que el avan- queológicas en San Agustín. Ministerio de Educación Nacional, Bo-
ce extraordinario que se observa durante la Etapa de gotá, 1.964; Duque Gómez, Luis y Julio César Cubillos. Arqueología
los Cacicazgos, en la producción de alimentos, en el de San Agustín; Alto de los ldolos, Montículos y Tumbas. Fondo de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República,
comercio, la tecnología y la creatividad artística, se de- Bogotá, 1.979; id, Arqueología de San Agustín: La Estación. Fondo
bió ante todo a la influencia organizada de los chama- de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la Repúbli-
nes en su papel de astrónomos, calendaristas y admi- ca, Bogotá, 1.981; Hernández de Alba, Gregorio. La Cultura Arqueo-
nistradores de los recursos naturales; en suma, como lógica de San Agustín. Asociación Colombiana de Cervecerías. Bo-
gotá, 1.978; Pérez de Barradas, José.Arqueología Agustiniana. Mi-
especialistas de lo cíclico y previsible. Estoy inclinado nisterio de Educación Nacional, Bogotá, 1.947; Preuss, Konrad The-
a ver en este fenómeno la transición del chamanismo odor.Arte Monumental Prehistórico: Excavaciones en el Alto Magda-
tribal a las creencias religiosas sacerdotales de los ca- lena y San Agustín. Imprenta Salesiana, 2 Vol., Bogotá, 1.931: Rei-
cicazgos. Dentro del contexto de estas sociedades de chel-Dolmatoff, G. San Agustín: A Culture of Colombia. Praeger Pu-
blishers, New York, 1.972: id., Contribuciones al conocimiento de la
rango, basadas en sistemas agrícolas eficaces, emer- estratigrafía cerámica de San Agustín, Colombia. Banco Popular,
ge un sacerdocio como un factor poderoso en la toma Bogotá, 1.975.

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blemente este hecho se debe a la conformación del te- mente, corresponde a una población muy distinta de
rreno; no existen planadas o vegas adecuadas y pa- las anteriores. La última fecha de radiocarbono, aso-
rece que en todas las épocas prehistóricas la pobla- ciada con estos ocupantes, es de 1.630 d. de C. y de-
ción vivía en pequeñas aldeas dispersas. Pero tampo- muestra que la región de San Agustín estaba aún ha-
co hay que pensar que todas las colinas de la actual bitada por indígenas cuando buena parte del territorio
zona arqueológica hayan sido ocupadas simultánea- del país ya había sido descubierta7.
mente; más bien se puede suponer un lento flujo y re- El desarrollo cronológico del arte estatuario no se
flujo de la población local, y mientras que unas eleva- conoce, pero es evidente que se trata de un gradual
ciones estaban pobladas otras permanecían desha- desarrollo de técnicas y conceptualizaciones. Ya que
bitadas durante algún tiempo. estilísticamente las esculturas varían en muchos de-
Lo que, desde luego, ha llamado la atención, tanto talles, su clasificación se hace en extremo diftcil y, más
de arqueólogos como del público en general, son las aún, su correlación con determinadas fases de
grandes estatuas de piedra, centenares de las cuales desarrollo social y económico. Por cierto, cabe men-
se hallan dispersas en lomas y valles. La forma y ex- cionar aquí que la cerámica de San Agustín, sea cual
presión de dichas estatuas han llevado a las más di- fuese su edad o procedencia, es más bien sencilla en
versas interpretaciones, muchas de ellas carentes de su acabado y decoración, y que no ha sido posible
toda credibilidad. Al mismo tiempo, la afanosa bús- aún relacionar sus características estilísticas con de-
queda de más y más estatuas ha marcado el tipo de terminado grupo de estatuas.
investigación científica ya que, por el empeño en des- Una clasificación muy tentativa de las estatuas po-
cubrir más monumentos grandiosos, se ha dejado de dría tener en cuenta los estilos siguientes: estatuas en
lado el estudio de contextos sociales, económicos, forma de columnas toscas y talla muy rudimentaria;
tecnológicos y artísticos de los antiguos pobladores. estatuas aplanadas, de sección elíptica, y estatuas tri-
Poco sabemos de sus viviendas, sus cultivos, su ce- dimensionales. Hay formas intermedias, así como pe-
rámica, y aúnque se han abierto centenares de tum- queñas tallas en forma de clavija o taco; también hay
bas, ni los esqueletos, ni los conjuntos de los ajuares cabezas aisladas. Los temas o personajes que se re-
han sido aún publicados. presentan en estas esculturas son de una variedad a-
Sería erróneo considerar a la luz de los conocimien- sombrosa y desafían toda clasificación formal más de-
tos actuales que San Agustín es ante todo una necró- tallada. Son seres humanos, animales y monstruos,
polis o un centro ceremonial. San Agustín es un gran cási todos distorsionados, desproporcionados y con
foco cultural donde se encuentran vestigios de toda rasgos bestiales. Es un arte cruel, brutal y que se basa
clase de actividades humanas, no sólo de tipo religio- en una imaginación cargada de violencia y terror. No
so. Hay aquí y allí restos de aldeas, caminos, explana- sabemos a quiénes representan estas esculturas: a
das y terraplenes, rampas y zanjas: abundan los in- caciques, chamanes, "dioses" o ancestros; de todos
confundibles signos que marcan los linderos de anti- modos se trata de proyecciones psicológicas muy an-
guos cultivos. Los desperdicios arrojados desde las gustiadas, posiblemente visiones producidas por el
casas forman capas de varios metros de profundidad uso de drogas alucinógenas8.
de fragmentos cerámicos y líticos. En fin, a cada paso Las manifestaciones culturales de la región de San
se observan los testimonios de una activa vida comu- Agustín indican que se trata de muy largas épocas de
nal en el pasado, que cubrió una extensión de unas ocupación, de una población agrícola densa y de una
50.000 hectáreas. mano de obra muy numerosa. Las construcciones de
Se cuenta con una secuencia cronológica parcial, tierra son obras públicas que deben haberse efectua-
basada en excavaciones estratigráficas efectuadas en do bajo la dirección de la autoridad de individuos e ins-
basureros, y en ella definimos varios grandes perío- tituciones que probablemente derivaban su poder no
dos, todos representados por ciertos complejos cerá- sólo de la posesión de bienes materiales sino también
micos. El primer período (Horqueta) abarca los últimos de tradiciones sagradas.
siglos antes de Cristo; el segundo (Isnos) comprende Desde hace varias décadas se ha prestado especial
los cuatro primeros siglos después de Cristo, y el últi- atención en el país a la región de San Agustín, cuya
mo (Sombrerillos) ocupa una posición tardía, protohis- arqueología ante todo ha sido estudiada por Luis Du-
tórica a histórica. El período más antiguo (Horqueta) que Gómez. A él se deben muchísimas publicaciones
contiene rasgos estilísticos en su cerámica que la rela- así como la iniciativa y mantenimiento del Parque y del
cionan con el Segundo Horizonte Inciso, es decir, el Museo Arqueológico de San Agustín. El énfasis en
Formativo Tardío. El segundo período (Isnos) no pare- San Agustín es bien justificado ya que, como he dicho,
ce estar emparentado directamente con el anterior; es se trata de un gran foco cultural de trascendencia a-
ante todo un complejo pintado, con afinidades con la mericana.
región del Quindío, como veremos más adelante. Hay A poca distancia de la región de San Agustín está
indicios que sugieren que muchas obras de ingeniería Tierradentro, otra zona arqueológica en la cual se re-
(allanamientos, terraplenes, montículos) fueron cons-
7
truidas durante este período. A partir de 330 d. de C., El principal especialista en arqueología agustiniana. Luis Duque
sigue un largo período de más de mil años durante el Gómez. y algunos de sus colaboradores, han propuesto esquemas
cronológicos diferentes de los míos, ya que ellos se basan en otras
cual no se conocen detalles estratigráficos y sólo en premisas metodológicas.
1.410 d. de C. encontramos nuevamente un conjunto 8
Véase al respecto el Capítulo VI de Reichel-Dolmatoff, G. San A-
estratigráfico (Sombrerillos) bien definido que, nueva- gustín: A Culture of Colombia, Praeger Publishers, New York, 1.972.

4
conocen vestigios de antiguos cacicazgos 9. El rasgo blar de arqueología colombiana se asocia general-
cultural más conocido hoy de Tíerradentro consiste en mente esta región con los indios Quimbayas del siglo
grandes criptas o templos funerarios subterráneos que XVI y con ciertos complejos cerámicos y de orfebrería.
se encuentran en las cimas de algunas lomas de ese Pero estas identificaciones son erróneas y se prestan
paisaje tan accidentado y montañoso. Estas cámaras a confusiones, pues los indios Quimbayas del siglo
son accesibles solo por estrechas escaleras de cara- XVI eran sólo una pequeña tribu ubicada aproximada-
col, talladas en la roca, que llevan a una gran bóveda. mente entre el río Chinchiná y el río Paila, mientras
El techo está sostenido por gruesos pilares toscamen- que los vestigios arqueológicos de la erróneamente
te labrados, que dividen el espacio circular u ovalado llamada "Cultura Quimbaya" abarcan una zona mucho
en una serie de nichos o sectores donde yacen gran- más grande. Las vertientes alrededor de este grupo de
des urnas funerarias acompañadas de cerámicas que grandes volcanes extintos son muy fértiles, superiores
forman el ajuar. Lo más llamativo de estas criptas con- aun a las del Macizo Colombiano, y la extraordinaria
siste en la decoración del techo y paredes, pues todo abundancia de los yacimientos arqueológicos demues-
el interior está cubierto de motivos pintados en blanco, tra que ese trata de una región cultural que, desde mi-
negro, rojo y amarillo. El motivo de base consiste en u- les de años, ha sido poblada por diversos grupos indí-
na red de Líneas que forman campos romboidales y genas. Obviamente no se trata de una población ho-
con ellos se combinan grandes caras humanas estili- mogénea sino dé desarrollos culturales en los cuales
zadas, así como representaciones de reptiles10. se combinaron períodos de migraciones y guerras,
En Tierradentro se encuentran también algunas es- con períodos de estabilidad y continuidad. Además,
tatuas esculpidas en piedra, pero son algo menos esti- cuando hablo aquí del Quindío como gran foco cultu-
lizadas que las de San Agustín y no tienen aquellas ral, no me estoy refiriendo solamente al macizo volcá-
expresiones feroces. La cerámica de Tierradentro que nico y sus vertientes inmediatas sino incluyo las verti-
más se destaca consiste de vasijas más bien burdas entes orientales hasta el río Magdalena, por lo menos
de color oscuro, decoradas con franjas modeladas, entre Honda y El Guamo, así como también el Valle
círculos impresos, serpientes en alto relieve y caras del Cauca y las faldas adyacentes de la Cordillera Oc-
humanas de contorno triangular. cidental.
En lo que se refiere a las relaciones con San Agus- Desde los mismos años de la Conquista, y sobre to-
tín, se dispone sólo de pocos datos. Parece que algu- do a partir de la segunda mitad del siglo pasado, el
nas fases de San Agustín y Tierradentro estén relacio- Quindío y su riqueza arqueológica han sido el centro
nadas pero aún no se ha establecido una correlación de actividades de los buscadores de tesoros, de los
claramente comprobáda. Si tenemos en cuenta las di- guaqueros. Estas gentes han hecho, y siguen hacien-
ferentes formas de entierro, la gran elaboración de las do, un daño inmensurable al patrimonio de la nación,
cámaras pintadas y la existencia de obras públicas de al destruir la evidencia científica y artística de los luga-
ingeniería tales como terraplenes, rampas, zanjas de i- res excavados con el solo afán de lucro. El Quindío y
rrigación y otras, podemos concluir que Tierradentro sus alrededores ofrecen pues un campo desolador
fue otra región donde se desarrollaron uno o varios ca- donde resulta en lo sumo difícil encontrarun cemen-
cicazgos importantes. Por cierto, es interesante obser- terio indígena intacto. Hay sin embargo muchísimos
var que se han encontrado sólo pocos objetos de or- sitios de vivienda y basureros intactos, pues sólo ex-
febrería en estas dos regiones del Macizo Colombia- cepcionalmente han sido explorados. Por cierto, entre
no; en la mayoría de los casos parece tratarse estilísti- los hacendados y profesionales, desde el siglo pasa-
camente de piezas introducidas desde afuera, aunque do, ha habido algunos que formaron colecciones par-
también hay indicios de orfebrería local. ticulares, no sólo de objetos de oro sino también de
El verdadero foco central donde se desarrollaron ca- cerámicas y de artefactos Líticos. Muchas de estas co-
cicazgos de muy larga trayectoria aparentemente fue lecciones fueron vendidas o regaladas a museos ex-
la región del Quindío, en la Cordillera Central 11. Al ha-
Andean Studies. University of California, Berkeley, 1.971: Duque
9
Sobre la arqueología de Tierradentro, véanse entre otros: Chaves, Gómez, Luis. Los Quimbayas: Reseña etnohistórica y arqueológica.
Alvaro y Mauricio Puerta. Entierros Primarios de Tierradentro. Fondo Imprenta Nacional, Bogotá, 1.970; Gallagher, Jacki.Companions of
de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de ¡a Repúbli- the Dead: Ceramic Tomb Sculpture from Ancient West Mexico. Mu-
ca, Bogotá, 1..980; Chaves Mendoza. Alvaro & Mauricio Puerta Res- seum of Cultural History, University of California, Los Angeles, 1983;
trepo. Tierradentro. Mayr & Cabal, Ltda. Editores Diseñadores, IBM Lathrap Donald W., John S. Isaacson y Colin McEwan "On the Trail
de Colombia, Bogotá, 1.978; Long, Stanley Vernon & Juan A. Yan- of the Finest Metallurgy of the Ancient New World: How old is the
güez B. "Excavaciones en Tierradentro" en Revista Colombiana de Classic Quimbaya Style" en:Field Museum of Natural History Bulle-
Antropología, Vol. XV, pp. 9-129. Bogotá. 1.970-197 1; Nachtigall, tin, Vol. 55, N° 10. pp. 11-19, Chicago, 1.984; Llanos Vargas, Héc-
Horst. Tierradentro: Archáologie und Ethnographie einer kolumbia- tor. Los cacicazgos de Popayán a la llegada de los Conquistadores.
nischen Landschaft. Zürich. 1955: Pérez de Barradas. José. Arqueo- Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de
logía y antropología precolombinas de Tierradentro. Bogotá, 1.937. la República, Bogotá, 1981; Long, Stanley V. "Formas y distribución
10 de tumbas de pozo con cámara lateral" en: Razón y Fábula. Revista
Muchos de los motivos pintados se relacionan probablemente con de la Universidad de los Andes, Vol. 1, pp. 73-87, Bogotá; Pérez de
fosfenos. Barradas, José. Orfebrería Prehispánica de Colombia: Estilos Quim-
11
Sobre la arqueología de la región del Quindío y zonas aledañas, baya y otros. 2 Vol. Talleres "jura". Madrid, 1.966; Restrepo Tirado,
véanse: Bruhns, Karen Olsen. "Ancient Pottery of the Middle Cauca Ernesto. Ensayo etnográflco y arqueológico de la Provincia de los
Valley" en: Cespedesia, Vol. V, Nos. 17-18, pp. 101-196, Jardín Bo- Quimbayas en el Nuevo Reino de Granada. Imprenta de Eulogio de
tánico del Valle, Cali, 1.976; id. "Stylistic affinities between the Quim- las Heras, Sevilla. 1.929; Trimborn, Hermann. Señorío y Barbarie en
baya gold style and a little-known ceramic style of the Middle Cauca el Valle del Cauca. Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
Valley. Colombia" en: Ñawpa Pacha, Vols. 7-8, pp. 65-90, Institute of Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, Madrid, 1.949.

5
tranjeros12, pero por fortuna aún existen en Colombia concepto de "ceramica quimbaya". Estos cuatro com-
algunos conjuntos valiosos, sea en museos oficiales o plejos fueron llamados Complejo Cauca Medio, Com-
en manos particulares. Sin embargo, se presenta el plejo Caldas, Complejo Carmelita Inciso y Complejo
problema de que las piezas que conforman estas Tricolor; como se ve, dos complejos se denominan se-
colecciones generalmente carecen de toda documen- gún zonas geográficas, mientras que los otros dos re-
tación referente a las condiciones del hallazgo, a las ciben su nombre de acuerdo con rasgos decorativos.
asociaciones y demás detalles de importancia arqueo- El Complejo Cauca Medio se extiende ante todo en-
lógica. A veces no se conoce ni el municipio dentro de tre Buga y Medellín e incluye el subestilo llamado Yo-
cuyo límite fue encontrado el objeto. Al examinar las toco (Bray & Moseley, 1.969-1.970). Las principales
colecciones "Quimbaya" salta a la vista que se trata de características de la cerámica del Cauca Medio son:
etapas y fases cronológicas muy diversas. En efecto, recipientes de pasta dura y delgada, con decoración
se observa toda una gama tipológica que abarca tal negativa negra sobre fondo rojo o blanco; también hay
vez 3.000 años, desde la Etapa Formativa Temprana figurinas con esta decoración. Se mencionan varias
hasta la época de la conquista española. También es clases de cerámicas tales como Negativa Tricolor, Ne-
un hecho que estas colecciones "Quimbaya" fueron gativa Punteada y Blanca Negativa sobre Naranja. En
adquiridas con criterios selectivos, donde primó el va- lo que se refiere a formas, éstas incluyen copas de ba-
lor estético o exótico del objeto; por tal motivo dentro se cómca truncada, cazuelas semiesféricas y vasijas
de aquellos conjuntos no aparecen pues cerámicas cónicas truncadas. Una forma parecida a un ánfora
sencillas o sin decoración; es decir, las de uso común clásica es frecuente en ambos complejos, Cauca Me-
y doméstico. Infortunadamente este mismo criterio del dio y Caldas. Otras formas son vasijas antropomorfas,
coleccionista esteta también ha sido la regla para la vasijas con vertederas en forma de estribo, vasijas con
adquisición en general de objetos de museo del país; doble vertedera, vasijas silbantes y un gran número de
por consiguiente, aquellas colecciones no son real- otras formas13. Hay algunas representaciones de ca-
mente representativas de las culturas arqueológicas sas con techo de dos aguas y hay muchas variantes
en cuestión. de vasijas antropomorfas o figuras que representan
Fue sólo en épocas recientes cuando algunos ar- personajes ricamente pintados, a veces sentados en
queólogos han comenzado a hacer excavaciones es- banquitos. Todas estas cerámicas proceden ante todo
tratigráficas y a clasificar sistemáticamente las colec- de entierros y poco se sabe de la cerámica de uso do-
ciones existentes, pero no obstante estos esfuerzos, méstico. Algunas fechas de radiocarbono colocan el
se está aún lejos de disponer de un mareo de referen- Complejo Cauca Medio alrededor de 1.100 d. de C.14.
cia temporal y espacial de las antiguas culturas del El Complejo Caldas se encuentra en una región más
Quindío. restringida y se limita más bien al territorio del antiguo
Veamos aquí un breve resumen de los pocos datos departamento de Caldas. Consiste de varios estilos
disponibles. estrechamente interrelacionados y que a grandes ras-
La arqueóloga norteamericana Karen Olsen Bruhns gos se caracterizan por la decoración negativa negra
(1.976) iicialmente agrupó la cerámica del Cauca Me- sobre baño rojo. Un subestilo, identificado en el sur, se
dio y regiones vecinas, en ocho categorías, basándo- denomina Sonso (Bray & Moseley, 1.971), o "Calima",
se en criterios de decoración y tratamiento de la su- según estos dos investigadores. También se destaca
perficie. Posteriormente reagrupó estas categorías en el estilo Aplicado Inciso que se liniita al norte del de-
cuatro grandes complejos o estilos cerámicos; cada partamento de Caldas y al sur de Antioquia. En este
uno representa un conjunto delimitado en tiempo y es- caso la decoración consiste en elementos modelados
pacio, pero en su totalidad corresponden a aquel vago y aplicados, así como en incisiones superficiales; se
representan caras o cuerpos humanos grotescamente
12 distorsionados, que se adaptan a la superficie de vasi-
En 1.892, con ocasión de la celebración del 1V Centenario del
Descubrimiento de América, el Gobierno de Colombia regaló al de jas cuya parte superior generalmente tiene la forma de
España un gran conjunto de objetos de orfebrería precolombina, el un rombo. Estilísticamente el Complejo Caldas está
llamado "Tesoro de los Quimbayas", acompañado de una colección derivado del Complejo Cauca Medio, y las fechas ra-
muy numerosa de piezas cerámicas procedentes ante todo de la re- diocarbónicas lo comprueban15, pero hay mucha diver-
gión del Quindío. Parte de esta colección cerámica se encuentra en
el Field Museum of Natural History, en Chicago, ciudad donde, en el
13
mismo año, se celebró una Exposición Mundial en la cual fueron ex- Encuentro infortunada la costumbre de utilizar términos como al-
puestas estas piezas colombianas. Véase: Restrepo Tirado, Ernesto carraza o gazofilacio, para describir las formas cerámicas precolom-
& I. Arias. Catálogo de los objetos que presenta el Gobierno de Co- binas del Quindío. También designaciones como florero, compotera,
lombia ala Exposición Histórica Americana en Madrid. Madrid, chocolatera, pebetero, o colombianismos como chorote, mate, mú-
1.893; Seler, Eduard. Peruanische Alternhümer. Berlín, 1.893 (Lá- cura, moya, pora, rogache deberán evitarse en una descripción téc-
minas XLIX-LXIV). El Tesoro de los Quimbayas se encuentra en el nica. Es extraño en una publicación científica el uso del vernacular
Museo de América, en Madrid. El Presidente Rufino Cuervo regaló de guaqueros para la descripción de entierros.
al arqueólogo alemán Adolf Bastian, una numerosa colección proce- 14
Dos muestras de carbón tomadas de un entierro encontrado en el
dente de la Cordillera Central, para el Museo de Berlín (véase Bas- municipio de Córdoba (Quindío) dieron las fechas siguientes: 850 ±
tían, A. Die Culturländer des Alten America. 2 Vol., Berlín, 1.878, p. 80 antes de presente (1100 d. de C.) y 550 ± 70 antes de presente
333). Un gran coleccionista colombiano de aquella época, quien (1400 d. de C.) (véase Bruhns. 1.976. p. 103).
reu-nió muchas piezas de la Cordillera Central, sobre todo de 15
Antioquía, fue Gonzalo Ramos Ruiz. La mayoría de su colección la Dos muestras de carbón de un entierro de La Tebaida (Caldas)
vendió a museos europeos, afines del siglo XIX, pero un lote muy dieron las fechas de 830 ± 90 antes de presente (1.120 d. de C.) y
importante fue vendido, hace unos veinte años, por Alfredo Ramos 900 ± 120 antes de presente (1.050 d. de C.) (Véase Bruhns. 1.976,
Urdaneta, al Museo del Oro, Banco de la República. p. 103).

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sidad decorativa. Las figuras antropomorfas sólidas gunas pocas estatuas de piedra, pero más bien talla-
rectangulares, así como las huecas, pintadas, están a- das en relieve.
sociadas a uno de los subestilos del Complejo Caldas. El rasgo cultural que más se conoce son los entie-
Los dos restantes complejos que Bruhns aisló son el rros. El principal tipo consiste en un pozo vertical con
Complejo Marrón Inciso y el Complejo Tricolor, los cu- una o varias cámaras laterales en el fondo, pero tam-
ales ocurren en el área restringida de Pereira (depar- bién hay entierros en tumbas rectangulares revestidas
tamento de Risaralda) y Manizales (departamento de de lajas, o en simples pozos más bien superficiales.
Caldas). El Complejo Marrón Inciso se observa ante Hay entierros primarios y secundarios, individuales y
todo en urnas funerarias de forma aproximadamente colectivos. Claramente, la sociedad (o sociedades)
cilíndrica, adornadas con varias prominencias en la que construyó estas tumbas estaba basada en una or-
zona del hombro que, por su parte, están rodeadas ganización por rangos, pues la calidad del ajuar varía
por líneas incisas que forman arcos sobre estos abul- muy notablemente y así nos da la medida de las dife-
tamientos. A veces dichas urnas están adornadas con rencias de rango y prestigio. Los muertos de alto ran-
figuras humanas o, por lo menos, con caras modela- go (caciques, chamanes, guerreros) fueron enterrados
das y de contornos aproximadamente triangulares. en grandes bóvedas muy elaboradas, probablemente
Representan un fenotipo humano que se encuentra a junto con sus criados y mujeres. Los ajuares consisten
veces en la cerámica y la orfebrería de la región del a veces de centenares de cerámicas, tanto de vasijas
Quindío, pero que también aparece muy notablemente como de figurinas, y además se encuentran collares
en el valle del río Sinú16. hechos de piedras semipreciosas, volantes de huso,
El lector se habrá dado cuenta de que nos encontra- rodillos o sellos para decorar el cuerpo, hachas y cin-
mos aquí delante de una gran variedad de tradiciones celes, y muchos otros artefactos más. En buena parte
cerámicas que indican tanto una gran extensión de po- la riqueza personal consistía en objetos de oro. No só-
blación, como largos períodos de desarrollo. Al com- lo se han encontrado joyas tales como narigueras, o-
parar en detalle las numerosísimas colecciones que rejeras, pulseras, máscaras, collares, anillos, pectora-
proceden de la región del Quindío, se observan piezas les y diademas, sino también recipientes, cucharas,
que indudablemente se relacionan con el Primer Hori- anzuelos, agujas y pinzas para depilar. Un rasgo cultu-
zonte Inciso (Monsú), con el Segundo Horizonte Inciso ral muy común fue el uso de la coca masticada; para
(Momil), con el Primer Horizonte Pintado (río Ranche- lograr el efecto deseado se debía consumir adicional-
ría), con cerámicas de Tierra Alta (Sinú), Arrancaplu- mente una pequeña cantidad de cal viva que se guar-
mas (Tolima) y río de la Miel (Caldas). Dentro del total daba en frascos17 provistos de un pequeño orificio por
de material cerámico conocido de la región del Quin- el cual se extraía la cal pulverizada, por medio de un
dío, puede que existan piezas aisladas introducidas palillo o estilo alargado. Ambos elementos —los fras-
por comercio, pero no creo que esto sea la única expli- cos y los estilos— preciosamente hechos de oro, se
cación; en efecto, tengo la impresión de que ciertos han encontrado en los entieitos y también existen re-
complejos cerámicos tales como los del Formativo presentaciones humanas que muestran personas que
Temprano a Tardío, en una época se extendieron has- llevan estos artefactos en sus manos. En algunos en-
ta el Quindío; por ejemplo, que la gente que produjo el tierros, se han encontrado armas tales como lanzas y
complejo de Arrancaplumas efectivamente vivió en las macanas, manufacturadas de durísimas maderas; en
faldas de la Cordillera Central y que, en épocas más otros había esqueletos humanos coronados de diade-
recientes, haya habido un contacto estrecho entre las
culturas del Magdalena Medio y las del Quindío y del 17
En la literatura antropológicacolombiana estos recipientes para cal
Cauca Medio. Estos problemas se resolverán sólo en se denominan generalmente con el término indígena poporo. Los
el futuro, cuando los investigadores dejen de embele- llamados "alfileres" de oro que se encuentran en las regiones del
sarse por el objeto, por tumbas y criptas, y se dedi- Quindío y del río Calima, muy probablemente sirvieron para extraer
una pequeña cantidad de cal, mojando con la lengua el extremo de
quen a la excavación estratigráfica de basureros, sitios la varita.Algunas obras sobre orfebrería colombiana son las siguien-
habitacionales y restos de talleres cerámicos, líticos y tes: Bray, Warwick "Gold Working in Ancient America" in El Dorado:
metalúrgicos. The Gold of Ancient Colombia (Julie Jones, editor). pp. 33-40; id.;
Cabe preguntamos: ¿cuál es el contexto más amplio ibid. "The Organization of the Metal Trade", pp. 41-52, Center for ln-
terAmerican Relations and The American Federation of Arts, New
de esta profusión de cerámicas que se encuentran en York, 1.974; Plazas de Nieto, Clemencia. Nueva Metodología para la
la región del Quindío? Los datos arqueológicos basa- Clasificación de Orfebrería Prehispánica. Jorge Plazas Editor Lt-da.,
dos en excavaciones controladas son pocos. Parece Bogotá, 1975: Reichel-Dolmatoff, G. "Things of Beauty Replete with
que la pauta de asentamientos era la de aldeas dis- Meaning - Metals and Crystals in Colombian Indian Cosmology"
en:Goldand Emerald Treasures of Colombia (Dorothy Halle Selig-
persas rodeadas de campos de cultivo, ante todo de man, editor), pp. 17-33, Natural History Museum, Los Angeles,
maiz. Existen en la región minas de oro y de sal pero 1.981; Pérez de Barradas. José. Orfebrería Prehispánica de Colom-
no hay datos acerca de grandes obras de ingeniería bia, Estilo Calima. 2 Vol. Talleres Gráficos "Jura". Madrid, 1.954; id.,
tales como grandes montículos o terraplenes. Hay al- ibid., Orfebrería Prehispánica de Colombia. Estilos Tolima y Muisca.
2 Vol., 1.958; id., ibid., Orfebrería Prehispánica de Colombia, Estilos
Quimbaya y otros. 2 Vol., 1.966; Root, William C. "Pre-Columhian
16
La comparación estilística que Bruhns hizo entre una pieza del Te- Metalwork of Colombia and its Neighbours en: Essays ¡n Pre-Co-
soro de los Quimbayas y una urna funeraria del Complejo Carmelita lumbian Art and Archaeology (Samuel K. Lothrop, editor). pp. 242-
Inciso suscitó una hipótesis interesante acerca de la edad de estas 257. Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts. 1.964;
dos categorías de artefactos y la actividad volcánica en las cordille- Restrepo. Vicente, Estudio sobre las Minas de Oro y Plata de Co-
ras ecuatorianas y colombianas. Al respecto véase Latbrap, Donald lombia. Banco de la República. Archivo de la Economía Nacional.
W., John S. Isaacson y Colin McEwan, supra. Nota 11. 1.984. Bogotá. 1.952.

7
mas y cuyos dedos estaban cubiertos con garras de so, hachas de piedra y unos pequeños adornos perso-
jaguar hechas de oro. En el otro extremo de la escala nales de tumbaga. En aquellos años el nombre Calima
social los entierros contienen apenas una o dos vasi- aún no se aplicaba a los vestigios arqueológicos de la
jas sencillas y, tal vez, una nariguera de oro de bajos región, y fue sólo en la década de los cuarenta cuando
quilates. Entre los dos extremos se observa toda la los guaqueros hallaron entierros muy ricos en las ca-
gama de rangos, expresada en la cantidad y calidad beceras del río Calima, que este nombre comenzó a
de sus ofrendas funerarias. ser asociado con las cerámicas y joyas de oro encon-
Para resumir se puede decir lo siguiente: en términ- tradas allí.
os de alfarería y orfebrería la región del Quindío es tal Las investigaciones en mayor escala se iniciaron en
vez la más avanzada en tecnología y, en lo que se re- 1.962 cuando una misión inglesa, bajo Warwick Bray,
fiere a la estética de sus productos, se pueden desta- practicó excavaciones dentro de un proyecto que si-
car algunas joyas de orfebrería o formas de cerámica gue desarrollándose desde entonces 19. Warwick Bray
como piezas de gran belleza. No cabe duda de que y sus colaboradores lograron descubrir una compleja
estos logros artísticos y tecnológicos sean el resultado red de caminos prehistóricos cuyo trazado sugiere bu-
de una larga evolución cultural; tanto más es de deplo- enos conocimientos de ingeniería aborigen. Gran par-
rar la falta de investigaciones sistemáticas en esta zo- te de las leves colinas del alto río Calima muestran las
na tan importante del país. En efecto, mientras que no huellas inconfundibles de una densa población prehis-
se disponga de una columna estratigráfica para la re- tórica que había transformado esta región en un paisa-
gión del Quindío, que nos muestre una aproximada je cultural, marcado por gran número de zanjas super-
secuencia de fases de desarrollo durante los dos o ficiales de drenaje que cubrían los antiguos campos
tres mil años precedentes a la Conquista, sería prema- de cultivo. También encontraron gran número de pla-
turo tratar de trazar relaciones culturales con otras re- taformas donde estaban ubicadas las casas, las cua-
giones. les ocasionalmente formaban núcleos que indicaban
Otra zona donde se encuentran vestigios de culturas aldeas. Un rasgo muy interesante consiste en exten-
arqueológicas que sugieren la forma de antiguos caci- sas plataformas ovaladas, en cuyo, centro sobresale
cazgos está constimida por la hoya del río Calima (de- un afloramiento de roca natural; probablemente se tra-
partamento del Valle) y por las vertientes orientales de ta de lugares que tuvieron una función ritual.
la Cordillera Occidental, a la espalda de las cabeceras La forma principal de los entierros consiste nueva-
de aquel río. Calima no fue el nombre de ninguna tri- mente de pozos verticales provistos de una cámara la-
bu, y al atribuir esta designación a un conjunto de ves- teral. Las marcadas diferencias en la calidad y canti-
tigios arqueológicos, debemos tener en cuenta que dad del ajuar indican, tal como en el caso del Quindío,
nuevamente se trata de artefactos que pertenecen a una sociedad basada en un sistema de rangos. Los
diferentes fases culturales y cronológicas. objetos de oro que se han encontrado en estos luga-
El primer arqueólogo que efectuara excavaciones en res funerarios constituyen joyas personales muy ela-
aquella parte de la Cordillera Occidental fue el sueco boradas con que se ataviaba a los difuntos. Las piezas
Henry Wassén, del Museo de Göteborg, quien, en más espectaculares son los grandes pectorales ador-
1.935, investigó la vertiente entre las poblaciones de nados con mascarones repujados. Hay diademas, bra-
Yotoco y Restrepo, en el Valle del Cauca 18. Wassén zaletes, narigueras, orejeras, pinzas y otros objetos,
excavó nueve tumbas de pozo con cámara lateral y generalmente manufacturados de oro de muy buena
encontró en ellas algunas cerámicas, volantes de hu- ley. Un artefacto característico son los llamados "alfile-
res", instrumentos para extraer la cal de un recipiente;
18
Las siguientes publicaciones sobre la arqueología de la región del son varitas sólidas de oro en cuyo extremo superior
río Calima constituyen fuentes básicas para la investigación: Bray, hay una pequeña escultura antropo o zoomorfa elabo-
Warwick "Investigaciones arqueológicas en el Valle del Calima" en: rada con la técnica llamada de cera perdida.
Revista Colombiana de Antropología, Vol. XI, pp. 319-328, Bogotá,
1.962; Bray, Warwick & M. Edward Moseley "An Archaeological Se- El primer esbozo cronológico para la región fue pre-
quence from the Vicinity of Buga, Colombia" in Ñawpa Pacha, Nos. sentado por Warwick Bray, quien obtuvo algunas fe-
7-8, Pp. 85-103, Institute of Andean Studies, University of California, chas radiocarbónicas y de termoluminiscencia en sus
Berkeley, 1.971; véase también la versión española en Cespedesia, excavaciones en el Valle del Cauca, adyacente a la re-
Vol. V, Nos. 17-18, pp. 55-78, Jardín Botánico del Valle. Cali, 1.976;
Caldas, Ana María de. Alvaro Chaves Mendoza & Marina Villamizar gión del Calima. En la Hacienda Moralba y otros sitios
"Las tumbas del valle de El Dorado" in Antropología 5. Universidad vecinos definió el Período Yotoco, con una posición
de los Andes. Bogotá, 1.972; Dussán de Reichel. Alicia "Contribu- cronológica aproximadamente de 1.000 d. de C. a
ciones al estudio de la Cultura Calima de Colombia" en: Revista del 1.200 d. de C.20. Formas características consisten en
Museo Nacional. Tomo XV, pp. 61 -67, Lima. 1.969: Pérez de Barra-
das, José Orfebrería Prehispánica de Colombia. Estilo Calima. 2 vasijas decoradas con motivos curvilineares pintados
Vol. Talleres Gráficos "Jura". Madrid, 1.954; Pineda G.. Roberto en tres colores, así como vasijas globulares, de cuello
"Material arqueológico de la zona Calima" Boletín de Arqueología, cilíndrico y provistas de tres asas, dos en la parte alta
Vol. 1, N0 6. pp. 491-5 19, Bogotá. 1.945; Pro.Calima: Archeologis- del cuello y una eh la parte basal. También existen va-
ch-ethnologisches Project im westlichen Kolumbien Süramerika.
Nos. 11.980. 21.981. 3/1.983. Solothurn y Basilea. Suiza: Plazas. sijas silbantes en forma de sapo, con dos vertederas.
Clemencia Gold objetcs from Primavera: Links between Calima, San
Agustín and the Cauca Valley Pro-Calima. 3/1.983. pp. 40-41: 19
Wassén, Henry An Archaeological Study in the Western Colombian El proyecto se llama actualmente Pro-Calima y se desarrolla por
Cordillera Etnologiska Studier. N° 2, pp. 30-67. Göteborg. 1.936: vé- parte de una asociación trilateral de Inglaterra, Suiza y Colombia.
20
ase también la versión española en Cespedesia. Vol. V. Nos. 17-18. Para detalles de las fechas radiocarbónicas véase Pro-Calima,
pp. 9-38. Cali. 1.976. 2/1.981, p. 2.

8
Sigue el Período Sonso, a partir de 1.200 d. de C., prano propuesto por Bray, especialmente la decora-
hasta la conquista española. La forma cerámica más ción finamente incisa y zonificada. Una fecha basada
característica es la de copas decoradas con pintura en partículas de carbón vegetal es de 2.200 ± 100 an-
negra sobre fondo rojo. A diferencia de la cerámica de tes del presente, lo que sería 250 años a. de C. Hace
Yotoco, la de Sonso muestra motivos de líneas rectas poco ha sido sugerido que la difusión procedió del
y de paneles negros rectangulares. A esta secueneia Quindío hacia el Calima y de allí hacia la Costa Pacífi-
relativamente tardía, Bray antepone un período hipoté- ca y Tumaco24.
tico que designa como Calima Temprano (llama), fe- Subiendo el río Cauca y explorando la Zona Andina
chado aproximadamente entre 300 años a. de C. y del sur del país, se encuentran vestigios de pequeños
1.000 d. de C. A este primer período se atribuyen mu- cacicazgos en las faldas de las cordilleras. Cerca de
chas cerámicas modeladas y decoradas con un fino Cali han sido identificados tres complejos cerámicos:
hachurado zonificado de líneas rectas muy simétrica- Pichindé, río Bolo y Quebrada Seca, todos ellos deno-
mente trazadas. Una forma característica muestra una minados según los pequeños ríos en cuyas riberas se
persona modelada en posición acurrucada y que lleva excavaron algunos sitios habitacionales y de entie-
en su espalda un gran canasto cilíndrico, el cual se rros25. Las sepulturas consisten de pozos con cámaras
confunde con el mismo cuerpo de la persona. Al mis- laterales de planta circular o elíptica, generalmente u-
mo estilo pertenecen vasijas modeladas zoomorfas o bicados en lo más alto de las colinas o filos. En Pichin-
de personas de pie. dé los pozos verticales estaban rellenos de cantos ro-
Aquí cabe una observación sobre el fenotipo con el dados, lo cual no se observó en los otros complejos.
cual se representan las caras humanas en el arte al- Cada complejo cerámico muestra rasgos distintivos.
farero Calima Temprano. En los períodos Yotoco y Los ajuares de Pichindé consisten de vasijas burdas, a
Sonso los rasgos faciales consisten por lo general de veces usadas como urnas que se encuentran asocia-
ojos en forma de grano de café, con párpados pe- das con volantes de huso. La cerámica de río Bolo se
sados, y una nariz grande curva, de marcado filo; en destaca por su baño rojo y sus formas algo más varia-
términos generales este tipo es bastante parecido al das tales como copas de pie alto. Quebrada Seca es
de muchas representaciones cerámicas de la región complejo más elaborado; uno de los sepulcros conte-
del Quindío. En cambio, el fenotipo del Período Calima nía cinco entierros primarios acompañados por 260
Temprano es muy diferente, pues la nariz es corta y a- vasijas, y algunas otras tumbas contenían así mismo
bultada, los labios son gruesos y dos profundas arru- gran número de cerámicas. La mayoría de las vasijas
gas separan las mejillas de la boca 21. Esto da la im- está cubierta de un baño rojo que cubre toda la su-
presión de que el Período Calima Tardío representa perficie externa, excepto una franja alrededor del cue-
personas de un tipo físico diferente. Sin embargo, el llo. Una forma bastante común consiste en un recipi-
problema se complica al observar que algunos de los ente de pedestal alto, adornado con incisiones irregu-
mascarones de oro que pertenecen a la orfebrería del lares, pequeños elementos aplicados y caras huma-
Período Calima Tardío muestran un fenotipo similar al nas modeladas. Los tres complejos de los alrededores
de ciertas vasijas antropomorfas de la región del Quin- de Cali no parecen tener relaciones con las culturas
dío. El significado de estas diferencias se sabrá sólo prehistóricas de Tierradentro, Calima y Quindío; pro-
cuando se disponga de una secuencia cronológica de bablemente se trata de desarrollos comparativamente
ambas regiones. recientes que datan de pocos siglos antes de la Con-
Las relaciones externas de la región del Calima son quista.
muy complejas. Indudablemente existió un estrecho Cerca de Popayán, en la zona de la hacienda La
contacto con las culturas del Quindío, atestiguado por Marquesa, se ha encontrado otra extensión de las
muchos elementos que comparten, pero la naturaleza tumbas con cámara lateral que, en estas partes, pare-
precisa de estos contactos es incierta, ya que en am- cen identificarse con los cacicazgos. Allí se halló un
bas regiones se trata de largas secuencias de desa- entierro que contenía un conjunto extraordinario de o-
rrollo que tal vez no siempre fueron sincrónicas. Tam- frendas. Entre otras piezas, se destacan varias figuras
bién hay indicios de relaciones entre el Valle del Cau- antropomorfas de cerámica, las que muestran guerre-
ca, Calima y San Agustín22. ros (?) que llevan escudos circulares y cascos con
Un problema especial consiste en la penetración de crestas; ellos están sentados sobre banquitos de cua-
las culturas del río Calima hacia la Costa Pacífica. En tro patas. Nuevamente se observa en estas figuras la
1.960 excavamos mi esposa y yo el sitio de Catangue- deformación artificial de las pantorrillas y se puede tal
ro, sobre el bajo río Calima, cerca de su confluencia vez sugerir una relación entre estas figuras de guerre-
con el río San Juan23. Fuera de relacionarse con las ros o chamanes y las del gran complejo funerario del
cerámicas del Período Mataje I, de la región de Tuma- Magdalena Medio. Sobre la espalda de estas figuras
co (véase Capítulo V) se observan ciertos rasgos que se levantan animales fantásticos, que también llevan
sugieren un parentesco con el Período Calima Tem- crestas. Fuera de estos objetos de cerámica, la tumba
contenía una gran figura de oro, representación de un
21
El mismo fenotipo aparece en cerámicas antropomorfas no fecha-
personaje muy estilizado, adornado con un elaborado
das, en la región de Zambrano bajo río Magdalena.
22 24
Plazas, Clemencia. Pro-Calima. 3/1983. pp. 40-41. Donald W. Lathrap. University of Illinois (comunicación personal).
23 25
El bajo río San Juan constituye el límite norte de difusión de los Ford. James A. "Excavations in the Vicinity of Cali" Yale University
complejos cerámicos de la región de Tumaco. Publications in Anthropology. N° 31, New Haven. 1.944.

9
atavío. La parte inferior, al pie de la figura, consiste de cen representar individuos y no estereotipos. El Quin-
una delgada placa semilunar. Así mismo, las pantorri- dío y sus cacicazgos contienen una gran promesa pa-
llas están deformadas por ligaduras, y dos animales ra la arqueología colombiana y americana, no sólo pa-
fantásticos, provistos de crestas dorsales, se muestran ra el científico sino también para el humanista y el his-
en perfil sobre los brazos de la figura. El objeto se en- toriador de arte.
cuentra en el Museo Británico en Londres, pero piezas Más hacia el norte del Quindío, en el departamento
muy similares, también procedentes de la región de de Antioquia, aún no se han efectuado casi excavacio-
Popayán, están en el Museo del Oro, en Bogotá26. nes sistemáticas, no obstante que se trata aquí de un
El mismo tipo de tumbas con cámara lateral es fre- área crucial30. En la época de la Conquista las monta-
cuente en la parte sureña de los Andes colombianos, ñas y valles de esta región estaban densamente po-
limítrofes con el Ecuador. Recientes investigaciones bladas por indios que habían formado un gran número
en el departamento de Nariño sugieren que las cerá- de cacicazgos bajo jefes locales. Tal como en el Quin-
micas pintadas de esta región del país forman una ex- dío, los suelos fértiles y bien irrigados, junto con las ri-
tensión de desarrollos ecuatorianos, en especial de la cas minas de oro, ofrecieron condiciones muy favora-
zona de Carchi. El antiguamente llamado "Complejo bles para un desarrollo cultural avanzado, pero infortu-
de Tuncahuan" se subdividió, en el Ecuador, en dos nadamente la arqueología de esta parte del país ha si-
estilos principales: el Estilo Piartal, de decoración ne- do descuidada y no se dispone de secuencias crono-
gativa tricolor y el Estilo Capuli, de decoración negati- lógicas, series estilísticas o excavaciones de vivien-
va bicolor27. Esta misma clasificación ha sido adopta- das. Muchos museos y colecciones particulares con-
da por María Victoria Uribe, para el altiplano nariñen- tienen objetos de cerámica, oro o piedra que sugieren
se28. Un tercer estilo, llamado Tuza, fue correlaciona- relaciones del departamento de Antioquia con la re-
do con la población indígena de comienzos de la eta- gión del Quindío, del Calima y aun del Sinú. La gran
pa histórica29. variedad estilística que se observa entre los artefactos
Antes de ocupamos de otras áreas del país, caben precolombinos de Antioquia indica una gran profundi-
algunas observaciones finales que resumen la des- dad cronológica que aún no se ha investigado. Un da-
cripción de los cacicazgos de la Cordillera Central y to histórico llama la atención; el cronista español Juan
del adyacente valle del Cauca. Los rasgos que más Bautista Sardela, al hablar de las hazañas del con-
distinguen estas sociedades son sus sistemas agríco- quistador Jorge Robledo, menciona que en sus explo-
las tan extensos, sus grandes adelantos en metalurgia raciones de las montañas de Antioquia, las tropas es-
y alfarería, todo aquello dentro de un marco de socie- pañolas llegaron al "valle de Arbi", donde encontraron
dades de rango y de gran belicosidad. Los cronistas un gran complejo arquitectónico prehispánico de rui-
del siglo XVI, quienes bien conocieron a estos indíge- nas y caminos de piedras talladas, más grandes que
nas, nos hablan en detalle de sus guerras intertribales, las del Cuzco, según el decir del cronista. No se sabe
de su canibalismo, sus sacrificios humanos, infantici- hoy dónde queda el valle de Arbi; grandes zonas de
dios y otras tantas costumbres que hacen parecer a Antioquia aún están cubiertas de selva y bien puede
estas gentes como aguerridas y en extremo crueles. ser que un día se descubriera este lugar arqueológico.
En cambio, las cerámicas y joyas de oro que forman el Pasamos finalmente a la Costa Caribe. En los an-
legado arqueológico de estas sociedades muestran un chos valles de los ríos Sinú y San Jorge se encuentran
gran refinamiento artístico, una gran sensibilidad de vestigios de culturas prehistóricas y protohistóricas
formas, texturas y colores, lo que mal concuerda con que nuevamente muestran las características de los
la imagen del guerrero caníbal. No cabe duda de que cacicazgos31. Por cierto, las descripciones que hacen
en los cacicazgos florecientes ya había maestros arte- 30
Sobre la arqueología del departamento de Antioquia existen algu-
sanos, alfareros, orfebres, tejedores y otros que po-
nos informes sobre excavaciones y reconocimientos, pero son esca-
dían dedicarse de pleno al ejercicio de sus respectivos sas las descripciones cerámicas detalladas y aún no se han estable-
oficios. A veces se percibe la marca de talleres, la hu- cido secuencias cronológicas locales. Véanse las siguientes publica-
ella de un maestro, y ocasionalmente sus obras pare- ciones: Arcila Vélez, Graciliano "Arqueología de Mutatá" Boletín del
Instituto de Antropología, Vol. 1, N° 1, pp. 7-50, Universidad de An-
tioquia, Medellín, 1.953; id. "Estudio preliminar de la cultura rupestre
26
Véase Pérez de Barradas, José. Orfebrería Prehispánica de Co- en Antioquia: Támesis" ibid., Vol. II. N" 5, pp. 5-22; id., "Investigacio-
lombia; Estilos Quimbaya y otros. Vol. II, Láminas 98-99, Madrid, nes antropológicas en el Carmen de Atrato, departamento del Cho-
1.965. có", ibid., Vol. II, N0 7, pp. 3-38, Medellín.
31
27
Francisco, Alice E. An Archaeological Sequence from Carchi, Ecu- Gordon, Bruce Leroy. Human Geography and Ecology in the Sinú
ador. Disertación doctoral, University of California, Berkeley, 1.969. Country of Colombia. University of California, Berkeley, 1.957; Fos-
28 ter, Donald W. & Donald W. Lathrap "Más evidencias sobre el desa-
Uribe, María Victoria "Relaciones prehistóricas entre la Costa del rrollo de la Cultura Selva Tropical en la Costa Norte de Colombia,
Pacífico y el altiplano nariñense" Revista Colombiana de Antropolo- durante el primer y segundo milenio antes de Cristo" Revista Colom-
gía, Vol. XX, pp. 11-24, Bogotá; id. "Asentamientos prehispánicos en biana de Antropología, Vol. XIX, pp. 104-137, Bogotá, 1.975; Par-
el altiplano de Ipiales, Colombia" Revista Colombiana de Antro- son, James J. "Ancient Ridged Fields of the San Jorge River Flood-
pología, Vol. XXI, pp. 57-196, Bogotá, 1.977-1.978; véase también plains, Colombia" Geographical Review, Vol. 56, pp. 3 17-343,
Cardale de Schrimpff, Marianne "Textiles arqueológicos de Nariño" 1.966; Plazas, Clemencia & Ana María Falchetti. Asentamientos pre-
Revista Colombiana de Antropología", Vol. XXI, pp. 246-282; "Ob- hispánicos en el bajo río San Jorge. Fundación de Investigaciones
jetos prehispánicos de madera procedentes del altiplano nariñense, Arqueológicas Nacionales, Banco de la República, Bogotá, 1.981:
Colombia" Boletín Museo del Oro, Año 3, pp. 1-15, Bogotá, 1.980. Plazas de Nieto, Clemencia, Ana María Falchetti de Sáenz & Juanita
29
Grijalva, Carlos E. La expedición de Max Uhle a Cuasmal, o sea Sáenz "Investigaciones arqueológicas en el río San Jorge" Boletín
la protohistoria de Imbabura y Carchi. Editorial Chimborazo, Quito, Museo del Oro, año 2. pp. 1-18, Banco de la República, Bogotá,
1.947. 1.979; Reichel-Dolmatoff, Gerardo y Alicia "Investigaciones arqueo-

10
los cronistas del siglo XVI de los indios del Sinú indi- mente excisos; se ven meandros, elementos romboi-
can claramente que se trataba de esta etapa de evo- dales, cruces y otros motivos. Las formas son las de
lución sociopolítica. copas de pedestal alto, de vasijas subglobulares con
Una zona arqueológica importante se encuentra en base anular y de varios tipos de vasijas con silueta
las orillas de la Laguna de Betancí 32, donde se ven compuesta; también hay recipientes en forma de zue-
muchos túmulos funerarios y plataformas para vivien- co. Otro estilo característico consiste de ollas globula-
das. Estas elevaciones son posibles de localizar fácil- res de diferentes tamaños, decoradas con líneas rec-
mente en las sabanas y por esta razón la mayoría de tas pintadas en negro y rojo, que forman un hachurado
ellas ya han sido excavadas por guaqueros. Uno de sobre un fondo color crema. Copas abiertas, sosteni-
los túmulos principales de Betancí que tuve la oportu- das por bases cónicas truncadas se decoran general-
nidad de explorar personalmente tiene una planta ova- mente con líneas incisas; también hay amplias copas
lada que mide unos 60x40 metros y alcanza una altura "majadoras" cuyo fondo lleva un motivo profundamen-
de 8 metros; el túmulo está rodeado por un camellón te inciso y que probablemente sirvieron para triturar ci-
ancho, de más de un metro de alto. Los buscadores ertos alimentos o condimentos. Una gran figura de un
de tesoros habían perforado esta estructura en todas hombre sentado en un banquito y con una vara en la
las direcciones; pero, al juzgar por los fragmentos ce- mano, procedente del alto río San Jorge, es muy si-
rámicos dispersos, se puede reconocer un solo com- milar estilísticamente a una figura femenina proceden-
plejo cerámico asociado con túmulos, que se extiende te de Ciénaga de Oro, en el Sinú Medio. Sea dicho a-
sobre toda la región del Sinú y está relacionado en bu- quí nuevamente que muchas caras humanas repre-
ena parte con la región del río San Jorge. Provisional- sentadas en la cerámica y orfebrería del Sinú tienen u-
mente denominé este conjunto de cerámica y túmulos, na marcada semejanza con el fenotipo de ciertas pie-
Complejo BetancíViloria; el último es el nombre de un zas procedentes del Quindío y de Antioquia.
caño del bajo río San Jorge, donde pude llevar a cabo En el Sinú, fuera de las vasijas y figurinas cerámi-
algunas excavaciones33. En efecto, la excavación de cas, se han encontrado volantes de huso hechos de
algunos pequeños montículos en la vecindad mostró barro cocido y decorados con motivos incisos; sellos
que éstos habían sido construidos encima de uno o para estampar motivos excisos, se han hallado tanto
varios entierros primarios acompañados de ajuares en entierros como en la basura de viviendas, y a ve-
compuestos de cerámicas, objetos de oro y artefactos ces tienen la forma de barras de sección rectangular.
de concha. La cerámica del Complejo Betancí-Viloria Los bellísimos objetos de orfebrería incluyen narigue-
es muy diferente de la que en este libro se ha descrito ras y orejeras, colgantes y cuentas de collar, remates
anteriormente para la llanura aluvial de la Costa Cari- para bastones, figurinas zoomorfas y gran variedad de
be. Un tipo característico consiste de una copa panda otras formas tales como cubresexos en forma de un
sostenida por una alta base (hasta 70 centímetros) en gran caracol como un embudo. Las narigueras frecu-
forma de campana elongada. El recipiente propiamen- entemente tienen silueta de abanicos abiertos y están
te dicho es relativamente pequeño y consiste de una manufacturadas en la técnica orfebre de la falsa filigra-
copa o plato pequeño, de manera que la gran base na. En un entierro que excavé en un pequeño túmulo
campaniforme es muy desproporcionada. La pared ex- cerca de la Laguna de Betancí, encontramos al lado
terna de la base campaniforme está decorada con va- del esqueleto desintegrado sólo dos objetos: una copa
rias figuras femeninas modeladas de barro y puestas de cerámica gris, de pedestal tubular muy alto, carente
de espaldas contra la base. En realidad, estas figuras de toda decoración, y un cubresexo en forma de em-
fueron modeladas por aparte, en tres dimensiones, y budo, hecho de la concha de un gran gasterópodo 34.
luego adheridas a la pared de la base. Figuras simila- Como es obvio de esta somera descripción, dicho
res adornan a veces las paredes de grandes recipien- complejo cultural no parece tener precedentes en la
tes globulares de base plana y corto cuello. Estas figu- llanura aluvial costeña y debe ser esencialmente de o-
ras modeladas de barro en una forma muy realista, rigen sureño, es decir, de la Cordillera Central, aunque
muestran mujeres sonrientes, vestidas con cortas fal- no se pueden negar ciertos elementos centroamerica-
das, mientras que sus torsos desnudos están decora- nos.
dos con intrincados motivos incisos o excisos, tal vez En el valle del río San Jorge la situación es algo dife-
representando tatuaje o pintura corporal. Ocasional- rente. Plazas y Falchetti (1.981), quienes excavaron
mente se encuentran también figuras sueltas que no en el bajo San Jorge, lograron distinguir dos tradicio-
formaban parte de un recipiente. nes cerámicas. La Tradición Modelada Pintada abarca
Una clase de cerámica de color oscuro y superficie la hoya del río San Jorge entre Monte Líbano y el Ca-
muy bien alisada está decorada con motivos profunda- ño Rabón en el curso bajo del río. Dentro de ésta se i-
lógicas en el departamento del Magdalena, Colombia, 1.946-1.950.
dentificó el complejo cerámico San Jorge Crema Fria-
Parte III" Divulgaciones Etnológicas, Vol. 1V, N4 4, pp. 1-98, Univer- ble, que se encontró en Monte Líbano y el Caño Vilo-
sidad del Atlántico, Barranquilla, 1.953; id., "Contribuciones a la ar- ria, en el bajo San Jorge. Además hay el tipo cerámico
queología del bajo Magdalena (Plato, Zambrano, Tenerife)" ibid. Vol. San Jorge Arenoso que se halló sólo en el bajo San
III, N° 5, pp. 145-163, Barranquilla, 1.954; id., "Momil: Excavaciones
en el Sinú" Revista Colombiana de Antropología, Vol. V, pp. 111-333,
Jorge, en los sitios de El Japón, Montañita y Caños Vi-
Bogotá, 1.956; id. "Reconocimiento arqueológico de la hoya del río loria, Carate y Rabón35. La tradición Modelada Pintada
Sinú" ibid., Vol. VI, pp. 31-149, Bogotá, 1.958. se relaciona con el Complejo Betancí-Viloria, en tanto
32
Reichel-Dolmatoff, Gerardo y Alicia, 1.958, supra, Cf. 58ff.
33 34
Reichel-Dolmatoff, G. Manuscrito inédito. Reichel-Dolmatoff, Gerardo y Alicia; Cf. Nota 32, Lámina II.

11
que los tipos cerámicos Betancí Modelada Incisa y Be- (1.981), la construcción de este sistema corresponde a
tancí Bicromada están emparentados con el complejo la población representada por la Tradición Modelada
cerámico San Jorge Crema Friable, que ha sido fecha- Pintada y data de aproximadamente los primeros si-
do en 1045 ± 45 antes de presente, es decir en 905 d. glos de la Era Cristiana.
de C.36. La Tradición Incisa Alisada se halló en el bajo Son dos las preguntas principales que se plantean
San Jorge, donde forma el complejo cerámico de Las entonces: ¿qué uso tenía este sistema de control hi-
Palmas, en los sitios de Las Palmas, Tiesto, Curva, dráulico y qué nos dice una obra de semejante magni-
Jegua y Carpeta, localizados a lo largo del Caño Matí- tud acerca de la organización socioeconómica de a-
as. El complejo de Las Palmas consiste de cuatro ti- quella época? Acerca de la primera pregunta caben
pos cerámicos que se distinguen ante todo por ciertas las observaciones siguientes. La hoya del San Jorge
características decorativas. Plazas y Falchetti (1.981, es una zona inundadiza donde periódicamente, en ci-
pp. 116-118) correlacionan su complejo de Las Pal- ertos ciclos, las aguas de los ríos Magdalena, Cauca y
mas con diversos tipos cerámicos encontrados por no- Nechí suben de tal manera que llegan a cubrir cen-
sotros (Reiche Dolmatoff, 1.954) en el bajo Magdale- tenares de miles de hectáreas. La gente debe enton-
na. Algunas fechas de radiocarbono para el complejo ces asentarse en elevaciones naturales o en montícu-
de Las Palmas son: 1.300 d. de C., 1.415 d. de C. y los y plataformas artificialmente levantadas. Por otro
1.640 d. de C.37 lado, la agricultura es posible solamente en las partes
Estas correlaciones entre Sinú Medio/San Jorge/Ba- elevadas, de modo que parece que hayan sido los ca-
jo Magdalena encuentran su plena confirmación en el mellones entre los canales los que servían como tie-
bajo río Sinú y en las Montañas de María, donde noso- rras de cultivo. ¿Pero cuáles serían estos cultivos?
tros encontramos aproximadamente la misma secuen- Probablemente se trataba de yuca y no de maíz, pero
cia cronológica38. aún queda por resolver este problema. Otra posibili-
En lo que se refiere a la metalurgia de la hoya del río dad que no se puede descartar del todo es que el sis-
San Jorge, es esencialmente de las mismas caracte- tema de canales y camellones se haya utilizado para
rísticas que la del río Sinú. Algunas formas son más la cría de peces, ranas comestibles o de ciertos mo-
populares en el San Jorge, como por ejemplo, las nari- luscos. Lo verdaderamente extraño es que no haya
gueras en forma de abanico, las cuales llegan a en- vestigios de una población muy densa; hay dispersos
contrarse hasta en los alrededores de Mompós, en las asentamientos nucleados de unas 10 a 12 casas, pero
riberas del Magdalena. Por cierto, aquí se plantea un no se han encontrado aún los basureros que atesti-
problema estilístico/cronológico; la espectacular orfe- guan largos períodos de ocupación.
brería de la región Sinú-San Jorge parece que corres- La segunda pregunta por cierto es aún más comple-
ponda a los primeros ocho siglos de nuestra era, pero ja. ¿Cuál fue la fuerza organizadora que pudo crear
continúa hasta la Conquista, aunque aún no se ha es- esta obra gigantesca? ¿Fue un poder gubernamental
tablecido una serie tipológica. centralizado o fue el consenso de una sociedad que
El rasgo arqueológico más sobresaliente de la hoya decidió enfrentarse a una catástrofe natural? No hay
del río San Jorge consiste en un inmenso sistema de aldeas grandes, no hay centros que indiquen una inte-
canales artificiales de drenaje que cubren una exten- gración para la construcción y el mantenimiento del
sión de aproximadamente 200.000 hectáreas. Estos sistema. En el fondo, según todos los datos disponi-
canales y sus camellones se construyeron perpendicu- bles hasta ahora, parece que se trataba de una pobla-
larmente al eje de los principales caños de la extensa ción rural cuyos restos materiales están muy superfi-
zona semiacuática, pero a veces forman una variedad cialmente dispersados. Fue una sociedad de rangos
de patrones locales, según la conformación del terreno bien definidos, al juzgar por la diferenciación en los
y la dirección de las corrientes. De acuerdo con las in- entierros, pero es difícil vislumbrar en ella una estruc-
vestigaciones efectuadas por Plazas y Falchetti tura de poder capaz de llevar a cabo semejante haza-
ña de ingeniería39.
35
La clasificación cerámica en Tradición, Complejo y Tipo es de las Cuando al comienzo del siglo XVI los españoles en-
autoras citadas. traron a las hoyas de los ríos Sinú y San Jorge encon-
36
La referencia de laboratorio es GrN 9242 ML Anc. 1(1) (Plazas & traron la región dividida en tres cacicazgos: Fincenú,
Falchetti. 1.981, p. 110). en el valle del Sinú, con su centro en los alrededores
37
Las referencias son: IAN 124 SB Pal I (2) 645 ± 170 antes de pre- de la Laguna de Betancí; Pancenú, en la hoya del río
sente: GrN 9243 Pal 1(10) 535 ± 50 antes de presente: BETA 2896 San Jorge, y Cenúfana, en la zona del bajo río Cauca
SB Pal 1 (Es. 4) 310 ± 50 antes de presente: véase Plazas y Falche-
tti, 1.981, pp. 13-14, 117-118. y del río Nechí. La cultura de estos cacicazgos parece
38
Reichel-Dolmatoff. Gerardo y Alicia; manuscritos inéditos. Al tratar haber sido bastante homogénea y corresponde esen-
del problema de los orígenes de las culturas del río San Jorge, Pla- cialmente al modelo descrito en otras regiones del
zas y Falchetti (1.981. p. 47. nota) mencionan la presencia en el país. Una diferencia, notable, sin embargo, consiste
San Jorge de un tipo de decoración cerámica designado como en la poca belicosidad de los indios y más bien se tra-
dentado-estampado, es decir de clara filiación con Momil, en el bajo
Sinú. Personalmente yo he podido comprobar la existencia de esa
39
deco-ración en yacimientos cerca a Ayapel. Las dos autoras citadas Sobre este tema, véase entre otros, el resumen de William P. Mit-
ha-blan de "... fragmentos de tipo dentado-estampado (drag & stab). chell "The Hydraulic Hypothesis: Are appraisal" in Current Anthropo-
Debo notar que el equivalente de dentado-estampado es dentate logy Vol. 14-N°5, pp. 532-534, 1973. Véase también Batchelor, Bru-
stamping y no drag-and-stab (sic). Drag-and stab se traduce "Inciso ce E. "Los Camellones de Cayambe en la Sierra de Ecuador" Améri-
a trechos" y es un modo decorativo totalmente diferente del denta- ca Indígena, Vol. XL, N° 4, pp. 671-689, México, 1.980, y otros artí-
do-estampado. culos aparecidos en el mismo número de la revista citada.

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ta de una variante que podría llamarse cacicazgo teo- Gerardo Reichel-Dolmatoff
crático, a diferencia de los cacicazgos militaristas del
interior andino. El culto centrado en los templos e ído-
ARQUEOLOGIA DE COLOMBIA
los, y el carácter semidivino de los grandes jefes (a ve- Un texto Introductorio
ces mujeres) son muy notorios en esta región. Presidencia de la república.
Fundación Segunda Expedición Botánica.
Editorial Arco
Bogotá 1.986

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