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ISSN: 0717-5906
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Universidad de Chile
Chile
Misseroni, Adelio
Consideraciones jurídicas en torno al concepto de eutanasia
Acta Bioethica, vol. VI, núm. 2, 2000, pp. 247-263
Universidad de Chile
Santiago, Chile
Resumen Resumo
Abstract Résumé
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i Niño (1, p. 85), señala que la distanasia “consiste en
Ello, sin perjuicio de la sanción impuesta a la insti-
prolongar la vida vegetativa de un individuo, echan-
gación, auxilio o asistencia al suicidio y al suicidio
do mano, para ello, de los medios extraordinarios de
ejecutivo. Sobre el particular, vid. (1, p.82-83). reanimación con que hoy cuenta la ciencia médica”.
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Así, la Iglesia Católica acepta plenamente este tipo extraordinarios, reemplazándola por la de medios
de conductas. A este respecto, Pío XII señaló en 1957, proporcionados y desproporcionados, aceptando,
en un discurso pronunciado ante un grupo internacio- además, la interrupción de los medios
nal de médicos, que es aceptable la utilización de dro- desproporcionados, cuando los resultados defrau-
gas destinadas a suprimir el dolor, a pesar de tener den las expectativas puestas en ellos.
como efecto secundario abreviar la vida: “si entre la Más recientemente (1995), la Encíclica
narcosis y el acortamiento de la vida no existe nexo Evangelium Vitae de Juan Pablo II, confirma la po-
causal alguno directo, puesto por la voluntad de los sición históricamente sostenida por la Iglesia Cató-
interesados o por la naturaleza de las cosas... y, si por lica, señalando que “la eutanasia es una grave vio-
el contrario, la administración de narcóticos produje- lación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación de-
se por sí misma dos efectos distintos, por una parte, el liberada y moralmente inaceptable de una persona
alivio de los dolores y, por otra, la abreviación de la humana”, reiterando las conclusiones ya manifes-
vida, entonces es lícita”. La Iglesia Católica acepta la tadas en la Declaración preparada por la Sagrada
llamada eutanasia de doble efecto o activa indirecta, Congregación para la Doctrina de la Fe. Señala que
es decir, admite la administración de calmantes con el la eutanasia debe distinguirse de la decisión de re-
objeto de disminuir el sufrimiento de un paciente, a nunciar al llamado encarnizamiento o ensañamiento
pesar de que, como efecto secundario, pueda acelerar terapéutico, que son “ciertas intervenciones médi-
la muerte del enfermo. cas ya no adecuadas a la situación real del enfermo,
En 1980, la Sagrada Congregación para la Doc- por ser desproporcionadas a los resultados que se
trina de la Fe emitió una Declaración sobre la euta- podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravo-
nasia, en la cual condena la eutanasia activa directa, sas para él o su familia. En estas situaciones, cuan-
acepta la administración de drogas tendientes a ami- do la muerte se prevé inminente e inevitable, se pue-
norar el sufrimiento del paciente, aún cuando pueda, de en conciencia renunciar a unos tratamientos que
indirectamente, provocar o acelerar la muerte del en- procurarían únicamente una prolongación precaria
fermo y condena el encarnizamiento o ensañamiento y penosa de la existencia, sin interrumpir sin em-
terapéutico. Esta Declaración, por otra parte, aban- bargo las curas normales debidas al enfermo en ca-
dona la criticada distinción entre medios ordinarios y sos similares”.
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A este respecto, resulta ilustrativo el conocido mación que complementaban el mantenimiento de
caso de Karen Ann Quinlan, de Nueva Jersey sus funciones vitales. Pero la vida neurovegetativa
(EE.UU.), quien a raíz de la ingestión de una ele- de Karen Ann se mantuvo, nutrida e hidratada
vada dosis de alcohol y fármacos protagonizada artificialmente, hasta superar el decenio; y –con
durante una fiesta en que celebraba su emancipa- ella– el renovado debate acerca de la cuestión
ción, cayó en un irreversible estado de coma, en el eutanásica. Cuando su corazón, finalmente, se de-
que se mantuvo desde el 14 de abril de 1975 hasta tuvo, Karen pesaba 30 kilos, estaba la mayor parte
el 12 de junio de 1985. Antes de un año, el máxi- del tiempo en posición fetal y se mantenía total-
mo órgano judicial de Nueva Jersey autorizó su mente inconsciente de lo que sucedía a su alrede-
desconexión de los modernos aparatos de reani- dor. Vid. (1 p.25-195-197).
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JUAN PABLO II, en la Encíclica Evangelium Vitae, vii
define la eutanasia como “una acción o una omisión Sin perjuicio de la existencia del aborto eutanásico.
que por su naturaleza y en la intención causa la muer- viii
te, con el fin de eliminar cualquier dolor”. Señala, en V.gr., Bolivia, art. 257 CP.; Colombia, art. 326 CP.;
consecuencia, que “la eutanasia se sitúa, pues, en el El Salvador, art. 130 CP.; Paraguay, art. 106 CP.;
nivel de las intenciones o de los métodos usados”. Perú, art. 212 CP.
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conductas eutanásicas; la solución debe bus- mos descartar, sin embargo, estas posibili-
carse, en consecuencia, en los tipos genera- dades. El homicidio agravado contempla
les de homicidio. Cabe preguntarse, enton- situaciones que revelan una especial maldad
ces, cuál de todas las figuras de homicidio por parte del autor, lo cual no se condice con
es aplicable a estas prácticas. los móviles de piedad y el interés del mori-
Una primera aproximación nos lleva a bundo que están presentes en la eutanasia.
concluir, desde luego, que se excluye toda Prueba suficiente de ello es la pena dismi-
forma de homicidio culposo, pues la euta- nuida que para el homicidio pietístico
nasia es incompatible con la idea de negli- contemplan las legislaciones que se han
gencia o descuido: se trata, por ende, de una hecho cargo de estos casos.
forma de homicidio dolosoix . El parricidio, por las mismas considera-
Debemos eliminar, asimismo, la figura ciones anteriores, debe ser descartado como
del infanticidio como tipo penal en el cual figura típica posible, pues no es más que una
subsumir las prácticas eutanásicas. En efec- forma agravada de homicidio, en razón de
to, esta figura establece, generalmente, una los vínculos de parentesco que ligan a vícti-
pena disminuida para aquellas personas ma y victimario. Incluir las prácticas
–normalmente la madre y ciertos parientes– eutanásicas en cualquier forma de homici-
que dan muerte a un recién nacido, con el dio agravado atenta derechamente contra el
objeto de ocultar una deshonra. Esta moti- principio de culpabilidad.
vación es incompatible con los móviles La conclusión evidente es, entonces, la
pietísticos y con el exclusivo interés del en- siguiente: en aquellas legislaciones que no
fermo que están envueltos en la eutanasia. contemplan el tipo de homicidio pietístico
En cuanto al homicidio calificado o ase- ni de auxilio ejecutivo al suicidio, las prác-
sinato, nos interesan particularmente dos ticas eutanásicas sólo pueden ser subsumidas
circunstancias que las legislaciones, tradi- en el tipo penal de homicidio simplex . No
cionalmente, suelen incluir como casos de obstante ello, esta solución es absolutamen-
agravación de la pena: el uso de veneno u te insatisfactoria, pues, las penas señaladas
otro medio insidioso y la premeditación. para estos casos, son elevadas y bien sabe-
Podría pensarse que la eutanasia activa rea- mos que en un Estado de derecho debe exis-
lizada, verbigracia, mediante una inyección tir proporcionalidad entre las penas aplica-
letal, constituiría un asesinato mediante la bles y el grado de culpabilidad del actor.
utilización de veneno. Por otra parte, la pre- El homicidio por piedad constituye una
meditación conocida podría aplicarse tanto forma de homicidio atenuado por el motivo
a la eutanasia activa como omisiva. Debe- del autor y por el pedido de la víctima. No
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Niño (1, p.102), distingue, principalmente, tres cla- la tipicidad dolosa omisiva impropia o de comisión por
ses de eutanasia (que él llama resolutiva): activa direc- omisión. Compartiendo las apreciaciones de este au-
ta, activa indirecta y pasiva. Desde el punto de vista tor, debemos reiterar lo ya señalado, en orden a excluir
volitivo, el primer caso se sitúa en el ámbito del dolo del concepto de eutanasia la llamada de doble efecto,
directo de primer grado; la denominada eutanasia re- pues, sin perjuicio de las consideraciones en cuanto al
solutiva activa indirecta –que equivale a la que hemos dolo, constituye, por lo menos, una conducta ajustada
denominado eutanasia de doble efecto– corresponde- a derecho, amparada por la causal de justificación de
ría a una situación de tipicidad activa dolosa indirecta “ejercicio legítimo de un derecho u oficio”.
x
o de segundo grado o de consecuencias necesarias, V.gr., Argentina, art. 79 CP.; Brasil, art. 123 CP.; Chi-
sin descartar que, en ciertas situaciones, pudiera man- le, art. 391 núm. 2° CP.; Ecuador, art. 449 CP.; Guate-
tenerse en el grado volitivo inferior del dolo eventual; mala, artículos 123 y 124 CP.; Honduras, art. 116 CP.;
y la eutanasia pasiva, entraría de lleno en el ámbito de Venezuela, art. 407 CP.
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Así, v.gr., el preámbulo de la Declaración Univer- del Consejo de Europa, señala también en su preám-
sal de Derechos Humanos, remite al reconocimiento bulo que “the misuse of biology and medicine may
de la “dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
lead to acts endangering human dignity...”.
inalienables de todos los miembros de la familia hu-
mana”, como base de la libertad, la justicia y la paz en
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el mundo. El Pacto Internacional de Derechos Civi- Así, por ejemplo, Hobbes (9), 1997, señala que “la
les y Políticos, inicia su preámbulo reconociendo “la valía pública de un hombre, que es el valor que le ha
dignidad inherente a todos los miembros de la familia sido asignado por la república, es lo que comúnmente
humana”, señalando, más adelante, que los derechos llamamos DIGNIDAD. Y ese valor que le ha sido dado
iguales e inalienables del hombre se derivan de esa por la república se manifiesta en puestos de mando,
misma dignidad. La “Convention for the Protection en responsabilidades judiciales, en empleos públicos,
of Human Rights and Dignity of the Human Being o mediante nombres y títulos que se usan para dar dis-
with regard to the Application of Biology and Medi- tinción a ese valor”. No es, pues, en este sentido que
cine: Convention on Human Rights and Biomedicine”, entendemos la expresión dignidad.
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mento. En otros términos, significa que el absoluto, ella no desaparece en caso de en-
ser humano no se puede vender ni comprar, fermedad terminal; incluso en el evento de
que su vida es un fin en sí mismo y que toda que la persona en cuestión pida morir, hay
la ciencia y las artes tienen que ir orientadas que velar por su ser y por una atención
al servicio de este fin que es la persona hu- máximamente cercana a su situación de su-
mana, de otra forma se vulnera su dignidad frimiento.
y entonces el ser humano recibe un trato in- En consecuencia, cualquier legislación
digno (8, p.3). que pretenda despenalizar la eutanasia
El ser humano, dotado de dignidad, homicida –entendida en los términos restric-
¿puede disponer de su vida? Desde una pers- tivos enunciados en los párrafos preceden-
pectiva “autonomista”, suele responderse de tes– es inaceptable desde un punto de vista
manera afirmativa. A este respecto, se seña- ético y jurídico. En efecto, la dignidad de la
la que la dignidad de la persona humana persona humana es un principio básico de
deriva, precisamente, de la libertad, la cual cualquier Estado social y democrático de
debe ser respetada incluso en caso de derecho y, por ende, es un principio que,
autodestrucción. La dignidad –así conside- necesariamente, debe inspirar todo el orde-
rada– no sería, en consecuencia, un princi- namiento jurídico nacional. Cualquier dis-
pio de carácter absoluto, sino que depende- posición que lo vulnere debe reputarse, ne-
ría del ejercicio de la libertad. Ello significa cesariamente, inconstitucionalxiv, xv, xvi .
que los incapaces absolutos –v.gr., un de-
mente– o aquellos que se encuentran priva- Referencias
dos de su libertad por razones legales, han
perdido su dignidad. En nuestra opinión, la 1. Niño L. Eutanasia. Morir con dignidad: conse-
situación es, precisamente, la contraria: la cuencias jurídico-penales. Buenos Aires: Edito-
libertad deriva de la dignidad de la persona rial Universidad; 1994.
humana; se respeta la libertad porque se tie- 2.Diccionario de la Lengua Española. 21ª ed. Ma-
ne dignidad, y no al revés. drid: Espasa Calpe; 1992.
Siendo la dignidad humana de carácter 3. Francisconi C, Goldim J. Tipos de Eutanásia.
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Interesante resulta a este respecto el parecer emitido por no puede ser aislada del contexto más amplio representado
el Comitato Nazionale per la Bioetica, de Italia, de 14 de por el hecho de morir, hoy en día, en un mundo fuertemen-
julio de 1995, sobre “Questioni bioetiche relative alla fine te marcado por la técnica médica, con sus evidentes venta-
della vita umana”. Este organismo llega a la conclusión de jas, pero también con sus limitaciones. El verdadero desa-
que ninguna legislación propiamente eutanásica puede fío frente al cual se encuentra colocada la sociedad –agrega
tener valor bioético. Señala que es lícito y digno de respe- este Comité– consiste en permitir a cada persona vivir su
to por parte del terapeuta el rechazo del paciente a someter- propia muerte de la mejor manera y, en lo posible, no ser
se a una terapia, siempre que lo haga en forma libre, actual desposeído de ella. Esto puede evitarse con una resuelta
y consciente. Considera, asimismo, lícita cualquier inter- aplicación de los cuidados paliativos, con el acompañamien-
vención de carácter paliativo, siendo, además, un deber la to de la persona hasta el final de su vida y con el rechazo al
suspensión por parte del médico de cualquier ensañamien- encarnizamiento terapéutico. Finalmente –concluye este
to terapéutico. Por último –señala este Comité–, se consi- organismo– ello permite reducir las peticiones de eutana-
dera ilícita cualquier forma de eutanasia eugenésica y so- sia a situaciones excepcionalísimas, las cuales podrían te-
bre neonatos con malformaciones, como, asimismo, resul- ner una traducción jurídica en la instauración de una ex-
ta gravemente ilícita cualquier forma de eutanasia realiza- cepción de eutanasia. Sin embargo, provocar la muerte,
da sobre un paciente que no ha prestado su consentimiento. cualquiera sean las circunstancias y las justificaciones, cons-
Por su parte, el Comité Consultif National d’Etique tituye siempre una transgresión. Si en una situación límite
de Francia, en un parecer emitido con fecha 27 de enero de la decisión de detener la vida puede parecer un acto acepta-
2000 (N°63: Avis sur fin de vie, arrêt de vie, euthanasie), ble, tal decisión no podrá nunca convertirse en una práctica
señala acertadamente que la eutanasia propiamente dicha rutinaria o normal.
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 2
[Serial On Line] 1997–98 [citado 2000 jul 27] 7. Núñez R. Tratado de Derecho Penal. Parte Es-
Available from: URL: www.hcpa.ufrgs.br/gppg/ pecial. Delitos contra las personas. Vol. 3. Cór-
eutantip.htm doba- Buenos Aires: Ediciones Lerner; 1977.
4. Masía J. ¿Eutanasia o buena muerte? Cuestio- p. 150-1.
nes éticas más allá y más acá de la muerte. Di- 8. Torralba F. Morir dignamente. Bioética &
lemas éticos de la medicina actual-4. 1990; Debat 1998; 12(2): 3.
9:141. 9. Hobbes T. Leviatán. Traducción, prólogo y no-
5. Barrenechea J. Aspectos legales de la eutana- tas de Carlos Mellizo. Barcelona: Ediciones
sia. Dilemas éticos de la medicina actual-4. Altaya S.A.; 1997.
1990; 9: 90-1. 10. Kant I. La metafísica de las costumbres. Tra-
6. Sánchez F. La eutanasia. Santafé de Bogotá, ducción y notas de Adela Cortina y Jesús Conill
D.C.:Giro Editores Ltda.; 1997. Sancho. Barcelona: Ediciones Altaya S.A.; 1997.
xv La World Medical Association, en la Declaración de la vida de un paciente, ya sea que la solicitud provenga de
Venecia de 1983, refiriéndose a las enfermedades termina- éste o de sus familiares próximos, es éticamente inadecuada.
les, señaló que el médico tiene el deber de tratar y, en la Esto no impide al médico respetar los deseos del paciente en
medida de lo posible, aliviar el sufrimiento del paciente, orden a permitir el curso natural del proceso de muerte, en la
protegiendo siempre los intereses de éste, aún en el caso de fase terminal de una enfermedad.
enfermedades incurables. No obstante, el médico puede ali-
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viar el sufrimiento de un paciente terminal, no aplicando un En relación con el rechazo de una terapia por parte del
tratamiento, siempre que cuente con el consentimiento del paciente: The Convention on Human Rights and Biomedicine,
paciente o de su familia, cuando no pueda expresar su vo- del Consejo de Europa, establece en el art. 5 lo siguiente:
luntad. El médico, asimismo, debe abstenerse de emplear “An intervention in the health field may only be carried out
medidas extraordinarias, que no signifiquen beneficios para after the person concerned has given free and informed
el paciente. consent to it. This person shall beforehand be given
En la misma línea antes señalada, esta Asociación, en appropriate information as to the purpose and nature of the
la Declaración de Madrid de 1987, concluyó que la eutana- intervention as well as on its consequences and risks. The
sia, entendida como el acto de terminar deliberadamente con person concerned may freely withdraw consent at any time”.