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Calefactor

Calefactor halógeno.

El calefactor o estufa es un aparato, normalmente eléctrico, que proporciona a


una estancia o recipiente un flujo rápido de aire calientecontinuo mediante un radiador que
genera una fuente de calor y un ventilador que calienta rápidamente el aire y lo transmite al
lugar en que se encuentre.

Índice
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 1 El calefactor eléctrico
 2 Funcionamiento
o 2.1 Transmisión del calor generado en el conductor
o 2.2 Construcción
 3 Véase también

El calefactor eléctrico[editar]
Un calefactor eléctrico es un dispositivo que produce energía calorífica a partir de
la eléctrica. El tipo más difundido es el calefactor eléctrico "resistivo", donde la generación
del calor se debe al Efecto Joule.
Otros calefactores eléctricos menos conocidos son los "termoeléctricos", que intercambian
calor mediante un sistema más complicado: elEfecto Peltier.
Sirve para obtener calor de una forma cómoda, rápida y hasta elegante.
Entre las aplicaciones más conocidas del efecto Joule se tienen los elementos de las estufas
para calentar el ambiente, los filamentos de los secadores para el pelo, las resistencias de
las planchas para la ropa, las hornallas o fogones de las cocinas, las resistencias
detostadores y hornos industriales, los calentadores en los hervidores de agua y
fermentadores, los alambres para evitar el congelamiento en refrigeradores y el
empañamiento envidrios de las ventanas traseras de automóviles, los calefactores
en peceras e invernaderos, y muchísimas aplicaciones más.

Funcionamiento[editar]
Los calefactores resistivos generan calor proporcionalmente al cuadrado de la corriente
eléctrica que fluye a través de ellos. Esta relación es conocida como Ley de Joule.
Los materiales conductores (metales y aleaciones) no son "conductores perfectos", sino que
tienen una resistividad eléctrica al paso de la corriente eléctrica. La energía que se pierde
en la conducción se disipa en forma de calor. La resistividad es una desventaja cuando se
requiere transportar energía eléctrica, pero es deseable cuando se busca generar calor.
La explicación microscópica, pero "clásica", es que al haber una diferencia de potencial entre
los extremos de un hilo conductor hay un campo eléctrico en el interior del material. Este
campo acelera las cargas libres del material, hasta que éstas chocan (frenándose) con
alguno de los iones fijos en la red cristalina que forma el conductor. En esos choques, las
cargas ceden su energía cinética a los iones de la red, lo que corresponde a
una disipación de calor desde el material al medio que le rodea.
A mayor temperatura hay mayor agitación en los iones de la red. Esto hace que sea mayor
el espacio donde se mueven y, entonces, mayor la frecuencia de los choques de las cargas
con los iones. Por lo tanto, la resistividad en los conductores metálicos aumenta con la
temperatura. El valor de esta resistividad depende del tipo de átomos del metal, a sus
enlaces, a la cantidad y tipo de impurezas, y a otros defectos como los debidos a
deformación mecánica durante la fabricación y el conformado del conductor.
Transmisión del calor generado en el conductor[editar]
Para evitar que se funda el conductor, hay que transferir el calor generado por el efecto
Joule. Para mejorar esa transmisión térmica, en general los calefactores tienen mayor área
o superficie de contacto con el medio que les rodea. Dependiendo de la aplicación, el calor
se transfiere en una o más de las 3 formas posibles.

 Por conducción (hervidores, planchas, desempañadores, etc.)


 Por convección (secadores de pelo, calentadores de aire, etc.)
 Por radiación (tostadores, estufas de cuarzo, etc.)
Construcción[editar]
Si las pérdidas de calor al ambiente fueran menores que los vatios generados por efecto
Joule, la temperatura seguirá aumentando y el conductor puede llegar a fundirse. Por lo
tanto, en el diseño de calefactores (que trabajan entre unos 50 y 1150 °C aproximadamente)
es importante calcular bien el equilibrio térmico en el filamento; que el control de temperatura
funcione bien; y considerar materiales que no sean tan buenos conductores, que no se
fundan ni oxiden ni fracturen a la temperatura y atmósfera de trabajo, y cuya resistividad
cambie muy poco con la temperatura. Alogenos
El conjunto de aleaciones para calefactores (Nichrome, Chromax, Constantan y Nickel-
Cobre-Zinc) se denominan "materiales resistivos".
El término estufa tiene muchas acepciones. Por un lado, con este nombre (al que
muchas veces se le agrega el calificativo de “doméstica”) se conoce a una hornalla,
cocina o aparato destinado al calentamiento de los alimentos, gracias a la presencia
de una serie de hornillos u hornallas.

En lo que respecta a su funcionamiento, éste aparato se pone en marcha con el gas butano
– también conocido como doméstico – aunque hay casos en los cuales también se puede
realizar con leña y también con electricidad. Posteriormente, los alimentos se ponen sobre
el artefacto no sin antes ser colocados en ciertos elementos de la cocina, como es el caso
de las ollas y las sartenes. De acuerdo a la receta que se quiere llevar a cabo, una cocina
tiene la capacidad de freír, asar, fundir, cocer y hervir un determinado alimento. Los
modelos de estufas más sofisticados producto del desarrollo tecnológico funcionan
teniendo siempre el gas como base. En lo que respecta a su constitución, poseen parrillas
circulares – por lo general son cuatro – que se unen a otra mucho más grande y extensa, la
cual es empleada para uso del comal. Asimismo, cuenta con un asador y también con un
horno, el cual posee una lamparita y una ventana para permitir la observación del interior
sin la necesidad de abrirlo. En lo que respecta a la forma de encendido del artefacto, el
mismo se realiza por medio de una chispa de electricidad, aunque también es posible
hacerlo con una fuente externa de ignición, como el caso de los encendedores y fósforos.
El aparato, a su vez, trae consigo una estufa extra incorporada con otras perillas más, que
tienen en su diseño marcas de graduación, de acuerdo a la temperatura a la que se esté
queriendo llegar.

Otra de las acepciones de la palabra estufa, la


cual está relacionada con el tema que nos ocupa, tiene que ver también con un aparato
de caldeado, aunque no destinado primeramente a calentar alimentos sino a calentar
el hogar. Es decir, esta acepción se corresponde más con la de un aparato destinado a
calentar un determinado recinto, gracias al empleo de la electricidad o bien de la
combustión de madera o de gas, depende del modelo. Es decir, ya no se trata de un fogón
sino de una especie de sistema de calefacción de la vivienda. En cuanto a la operación,
por lo general se recomienda tener en cuenta una serie de medidas de seguridad, para
evitar cualquier peligro dentro de un espacio reducido como son las viviendas. En primer
lugar, nunca se debe dejar una estufa encendida sin vigilancia. Muchas veces, por
distracción, no nos percatamos de que el aparato ha quedado encendido y, por contacto
con algunos elementos, se generan situaciones de incendio involuntarias, algunas de ellas
sumamente graves. En segundo lugar, si está manejando un modelo de estufa que funciona
a gas, hay que asegurarse de no dejarlo encendido, otra causa de peligros más que
relevantes. Por último, siempre hay que mantener a los niños y las mascotas (e incluso a
las plantas) alejados del artefacto.

Historia de las estufas

A comienzos del siglo veinte, muchos años después de que Edison hiciera conocido su
invento de la lámpara incandescente, otros integrantes del grupo de prestigiosos
inventores (Crompton y Dowsing) se convirtieron en los responsables absolutos de la
primera estufa eléctrica, restringida fundamentalmente a un uso doméstico. La estufa
que Crompton y Dowsing habían diseñado consistía en un alambre que contaba con
muchísima resistencia y que se encontraba enroscado con una serie de vueltas
alrededor de una placa de hierro, que tenía una forma horizontal. El alambre, a su vez,
se encontraba ubicado en el centro de una pantalla parabólica (que permitía la
concentración y difusión del calor) y tenía a su cargo la función de conducir la electricidad,
haciendo que la misma adquiriese una suerte de brillo anaranjado, con el cual hoy nos
encontramos absolutamente familiarizados.
Pero como las invenciones siempre buscan superarse, al poco tiempo ya se estaban
perfeccionando los modelos eléctricos y uno de esos importantes perfeccionamientos fue
responsabilidad de Albert Marsh, cuyo descubrimiento se produjo en Illinois, Estados
Unidos. Allí, Marsh, en el año 1906, le agregó a la estufa un elemento irradiante elaborado
en cromo y en níquel, que le permitía al aparato llegar a altas temperaturas al rojo blanco,
pero sin correr nunca el riesgo de fundirse. Por otra parte, seis años después aparecería
un modelo británico que reemplazaría la pesada placa de hierro en la cual el cable se
enroscaba por un dispositivo mucho más liviano, elaborado en arcilla y que dio como
resultado el primer modelo portátil.

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