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UNIVERSIDAD CATOLICA ANDRES BELLO

Caracas, 7 de Mayo 2019


Estudiante: Dina Massi.
C.I: 25953847

“La realidad es aquello que, cuando uno deja de creer en ello, no desaparece.”

Las interpretaciones sobre la realidad son las que permiten llevar a las personas a un
punto de estabilidad o inestabilidad en base al nivel emocional, más que la realidad misma.
De esta forma, lo que piensa el hombre de sí mismo y de su experiencia va de la mano con
la construcción de la realidad social que el percibe.

De esta forma, lo que el hombre acepta como real, lo establece como consecuencia
de un proceso dialectico entre sus relaciones sociales, hábitos tipificados y estructuras
sociales; además, no cabe dudas de las interpretaciones simbólicas, internalización de roles
y la formación de identidades individuales, por otro lado, el sentido y carácter de esta realidad
se encuentra comprendido y explicado por medio del conocimiento.

En este caso, la sociología debe ocuparse en cómo es aquel conocimiento que se


interpreta y construye una realidad, es por eso que es fundamental la realidad de los procesos
de vida cotidiana. Primeramente, según Berger y Luckman poseen una perspectiva filosófica,
por medio de un análisis fenomenológico de la vida cotidiana; asimismo, destacan cinco
elementos fundamentales que les da una estructura en base a la triada de la realidad cuya
interpretación y significado es subjetivo, pero al mismo tiempo coherente:

 La conciencia, es definida por la intención y la búsqueda de objetos rutinarios.


 El mundo intersubjetivo, compartido por los demás.
 La temporalidad.
 La interacción social.
 Por último, el lenguaje como clave importante para la estructuración del
conocimiento del individuo en términos de relevancia.

Recopilando los elementos mencionados con anterioridad, se puede relacionar con


una reflexión de Mead, acerca de la mente donde habla de uno de sus conceptos más
importantes, el self. Dicho elemento, posee una determinada capacidad de considerarse a uno
mismo como objeto, es decir, este surge con el desarrollo y a través de la actividad sociales
como también de las relaciones sociales. Para desarrollar el self, el individuo necesita
reflexionar y ponerse inconscientemente en la posición de otros y de actuar como lo harían
ellos. Puesto que, tratan de examinarse impersonal, objetivamente y sin ninguna emoción.

De esta manera, se puede llegar a una primera hipótesis, del cual se considera a que
el individuo edifica una supuesta realidad considerando las perspectivas de aquellos que lo
rodean y a su vez, construye una realidad en conjunto con los demás. Para colmo, partiendo
de esta idea, se generan significados y relaciones sociales predeterminadas con tan solo
comprender el pensamiento colectivo hasta el individual. Tal cual como lo indica Mead,
existen dos fases: el “yo” es la respuesta inmediata de un individuo a otro y el “mi” es el
conjunto organizado de actitudes de los demás que uno asume.

A pesar de todo, a partir de esta consideración, se llega a cuatro razones para poder
comprender a Mead en la construcción social de la realidad: 1. Es una fuente importante para
la innovación en el proceso social; 2. Se parte de los valores más importantes para la sociedad,
además, de los hábitos que poseen cada persona; 3. La conformación de todo aquello que
hacemos o buscamos tener, es decir, la realización del self unido al concepto de la realidad;
y 4. Es un proceso evolutivo para comprender la realidad de todos.
Aun así, Berger y Luckmann tienen un gran enlace con la teoría de Mead, en especial
en la formación del “YO” humano. El ser humano se forma en interacción con su ambiente
cultural y el orden cultural-social.

Al haber mencionado el orden social, es un elemento importante para comprender las


realidades constantes, aunque, no es considerado como externo e impuesto al individuo, sino
que aparece por medio de una relación dialéctica con este, como producto humano. Sin
embargo, la realidad institucionalidad tiene su origen, por ende, en la tendencia a la
habituación del ser humano, dicha tendencia le facilita la estabilidad y por otra una
innovación constante.

De esta forma, para redondear la idea de lo tratado anteriormente en conjunto ahora


con Schütz, parece interesante mencionar una frase que resume lo siguiente: “el mundo de la
vida cotidiana es aquella realidad en la cual es posible la comprensión recíproca”. Frase que
lleva a comprender que al igual que yo, existen otras personas que se mueven y desarrollan
espacios, contextos y situaciones muy parecidas o a veces idénticas a las cuales escojo yo, y
que si bien somos individuos distintos. Asimismo, se observa una división entre lo social,
espacial y temporal, aspectos que dan vida a este mundo y que en esta ocasión y en torno al
ensayo, toca profundizar en el ámbito espacial en el cual se vive.
Del mismo modo, la coexistencia de este mundo de la vida cotidiana, es una realidad
innegable para los individuos y no se discute su presencia hasta que se presenten situaciones
problemáticas que provoquen a la duda. Para ilustrar el sentido, se puede identificar la
cotidianidad en que las personas presuponen y afirman sin irresolución alguna de las
siguientes afirmaciones:
 La existencia de otros hombres.
 Que esos hombres están dotados de una conciencia similar a la nuestra.
 Las cosas incluidas en nuestro entorno, se presentan en la misma forma a nuestros
semejantes y poseen el mismo significado.
 Se pueden establecer relaciones recíprocas con mis semejantes.
 Un mundo social y cultural estratificado está dado históricamente para todos las
personas de un sociedad, de la misma manera, que el mundo natural en sí mismo.
 Las situaciones ante las cuales se enfrenta el hombre constantemente son, en pequeña
medida, creaciones suyas como individuo y, en su mayoría, incluyen una mayor
cantidad de elementos dados por la realidad misma que hacen posible su existencia.

En conjunto con lo mencionado, Schutz indica que para actuar dentro del mundo de la
vida, se deben dominar los elementos que este otorga para generar la acción. Es decir, para
darle una significación a determinados objetivos, dentro de la realidad cotidiana, se deben
manipular los elementos presentes en esta, ya sean objetos materiales, u objetos culturales;
superar dificultades o rendirse ante situaciones inminentes. De esta manera, Schutz reitera
que el mundo de la vida cotidiana, si bien se nos presenta como una realidad inalterable e
incuestionable, es modificado y manipulado por las mismas personas durante toda nuestra
existencia a través de la acción, siendo manipulados así los elementos presentes en esta que
permiten desarrollar la acción misma.

Schutz, además, señala que, el mundo de la vida cotidiana se presenta de esta forma
durante toda la existencia. Todo el conocimiento que se obtiene acerca de la realidad
mundana, aparece ante el hombre a través de sus propias experiencias y, a su vez, de
experiencias que hereda de sus semejantes. Puesto que, estas experiencias son las que
permiten generar una manifestación propia de la realidad cotidiana en la que se desenvuelve.

Acto seguido, se llega a un nuevo concepto como lo es la “actitud natural”, es una


experiencia nueva que no se adecúa a lo que hasta ahora ha sido considerado como el
esquema de referencia válido presupuesto. Este mismo “presupuesto”, se considera como la
base de un contenido en específico, el cual posee un horizonte que, dentro de la actitud
natural, se percibe al momento de adquirir una experiencia determinada. Sin embargo, este
horizonte se presenta “lejano”, en el aspecto que, por ahora, es solo una posibilidad y no se
comporta como un problema específico a la experiencia en el momento. A propósito, en el
momento en que este horizonte indeterminado se presenta como un problema real, dentro de
la actitud natural, debe recurrir directamente al conocimiento adquirido y plantear una
solución al problema en cuestión y, en caso de que, desde el conjunto del conocimiento, se
logra interpretar una experiencia previa para aplicarla a la solución del problema, el saber
adquiere validez en tanto pueda seguir manteniéndose efectivo ante la resolución de
problemas y situaciones dentro del mundo cotidiano.

No obstante, en el proceso de comprensibilidad sobre la realidad objetiva, se debe


tener en cuenta la legitimación y la institucionalización. Esta misma institucionalización se
lleva a cabo a la tipificación reciproca de acciones entre los actores sociales, hasta llegar a
convertirse en un sistema de control social. En consecuencia, este comportamiento
institucionalizado se redifica, en otras palabras, se experimenta como una realidad objetiva.

Por cierto, es importante destacar que la legitimación alcanza entonces cuatro niveles
distintos, que los autores categorizan así:
 Un sistema de objetivaciones lingüísticas.
 Proposiciones teóricas en forma rudimentaria.
 Teorías explícitas del orden institucional.
 Universos simbólicos.

Dichos los cuatro niveles, son los que organizan coherentemente la posición que
ocupa cada uno en el conjunto social, los roles a desempeñar, su propia identidad y el total
de relaciones que constituyen la vida cotidiana.

En el caso de los universos simbólicos construyen, además, determinados


mecanismos que garantizan su permanencia: la mitología, la teología, la filosofía y la ciencia
son algunos de los más importantes, y han jugado su papel en determinados períodos
históricos. El poder en sí mismo, su capacidad para imponerse constituye otro mecanismo de
mantenimiento; en este sentido, la ideología es para Berger y Luckmann un medio de
mantenimiento que sirve a un interés de poder concreto.

En este caso, el individuo internaliza submundos diferentes, tiene acceso al


conocimiento de una realidad compleja y segmentada. No puede acceder a todo el
conocimiento, sino a una parte en función de su rol y posición social: el conocimiento
también se segmenta. Esto último ocurre porque los medios de acceso al conocimiento se
institucionalizan: es necesario aprender a través de cauces y procesos adecuados.
La identidad del individuo, se perfila dentro de una realidad objetiva que, aunque es
percibida por éste como algo externo, es en realidad un producto humano; surge de la relación
dialéctica entre individuo y sociedad. En cuanto, la conciencia humana esquematiza las
experiencias y se enfrasca en diferentes dilemas de acuerdo a situaciones.

En este sentido, todos los autores mencionados en dicho ensayo, señalan que ciertos
objetos de la realidad natural pueden conducir a situaciones problemáticas diferentes,
llevando a explicitar una misma experiencia en diferentes maneras o adquirir experiencias
nuevas para aportar a nuestro conocimiento. Ahora bien, si ante la situación descrita, la
conciencia no posee experiencia, o posee una experiencia anterior que se anteponga a la
nueva, comenzará a identificar la nueva experiencia en relación con la experiencia anterior
y, por consiguiente, se verá forzado a establecer una esquematización nueva permita
yuxtaponer ambas experiencias.

Por ejemplo: si yo, por concepto, solo conozco los “árboles”, y nunca en mi vida he
visto un “arbusto”, a la primera visualización de uno voy a tender a identificarlo con un árbol.
Sin embargo, la situación cotidiana bajo la que me encuentre, me llevará a darme cuenta que
eso no es un árbol en sí mismo, sino que otro tipo de planta con rasgos similares.
Inmediatamente me veré obligado a entregarle una esquematización que lo diferencie de mis
conocimientos anteriores y me permita clasificarlo, de modo que mi nuevo conocimiento
tenga validez.

Para resumir, los autores concluyen el apartado correspondiente señalando que la duda, la
problemática ante los supuestos, dentro de la vida cotidiana y la realidad natural sirve para
condicionar la acción. El mundo de la vida cotidiana condiciona el actuar de los sujetos que
llevan a cabo la acción social dentro de este y, en la medida que modifican o mantienen sus
supuestos, validan experiencias e incrementan la base de su conocimiento, condicionando su
determinada acción en sí misma y, por consiguiente, la realidad natural.

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