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la administración publica en Venezuela desarrolla su actividad por medio diversos órganos

y entes, que están sujetos a las directrices emanadas del poder ejecutivo, respondiendo a la
realidad histórica; el ejercicio de la actividad administrativa conlleva a el surgimiento de
relaciones jurídicas entre los mencionados órganos y entes con los particulares, toda
relación jurídica puede presentar problemas, de ello surge la imperiosa necesidad de que
exista una competencia especial, que se lleve a cabo por normas, órganos administrativos
y judiciales, autónomos e independientes, que conforman la jurisdicción contencioso
administrativa.
Los actos emanados de las instituciones, órganos y entes de la administración pública
deben estar apegadas formalidades exigidas por ley, y toda actuación debe ser acorde al
principio de legalidad, previsto en el Artículo 137 de nuestra constitución, garantizando
con ello que exista seguridad jurídica para los particulares en su relación jurídica con ello.
En ese sentido, todo órgano y ente de la administración, actuará con apego al principio de
legalidad, cada actividad deberá estar expresamente facultada por la ley, para evitar toda
actuación contraria a derecho, habilita a los particulares para ejercer la acción que le
permita la protección de sus derechos, tanto por vía administrativa como judicial.
En este sentido, en Venezuela existe una acción o recurso denominado: demanda de
nulidad contra actos administrativos de efectos particulares y generales, el cual es una
garantía, un derecho, un procedimiento que le concede la constitución y la ley a los
particulares, se presenta como un mecanismo de control objetivo de la legalidad, y actualiza
la tutela judicial efectiva de los particulares frente a la administración pública, ejercido por
aquellos que tiene un interés legítimo, directo y personal, de proteger sus derechos
lesionados por lo contenido en los actos administrativos emanados de la administración
pública.
Por ello la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa 2010, regula los
procedimientos judiciales a ser tramitados en el contencioso administrativo, como lo es el
Recurso de Nulidad de los Actos Administrativos como principal medio procesal de
impugnación y , cuyo ámbito material de aplicación incluye actos de efectos generales y
particulares, actuaciones bilaterales, caracterizado en que solo se podrá impugnar por
motivos jurídicos como inconstitucionalidad o ilegalidad del acto, permitiendo con ello
que la actuación de la administración pública este ajustada a derecho, y anule así todo acto
que sea contrario al ordenamiento jurídico.
la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, establece normas
específicas para los casos de demandas de nulidad de actos administrativos, interpretación
de leyes y controversias administrativas, y a su vez establece un procedimiento común para
los tipos de actos (efectos generales y efectos particulares) y que cambia únicamente en
aspectos como son los del lapso de caducidad para la interposición de la demanda y la
publicación de carteles para la respectiva notificación.
En razón de ello el problema que se nos presenta es que gran parte de los particulares ignora
la forma correcta de llevar acabo el trámite procesal y la trascendencia del procedimiento
del recurso de nulidad de los actos administrativos, para que se consiga una tutela judicial
real y efectiva que responda frente a esa lesión que se le hace a los derechos de los
administrados, a la luz de un procedimiento transparente, célere, breve e idóneo,
expresamente establecido en la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa.
Por consiguiente, la presente investigación tiene como propósito, explicar desde los
diversos puntos de vista (constitucional, legal, jurisprudencial, y doctrinario) el trámite
procesal, evolución histórica y trascendencia el Recurso de Nulidad de los Actos
Administrativos como principal medio de impugnación, previsto en la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, desde su aspectos generales, capacidad,
legitimación e interés, como la competencia de los tribunales, los requisitos de los actos
procesales y las etapas del procedimiento.

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