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Melo

Ya desde esas fechas era discutida la necesidad, no sólo de enseñar contenidos memorísticos,
sino también la obligación de la introducción de metodologías de enseñanza que incluyeran la
puesta en práctica de los valores democráticos por medio de la discusión de problemas, el
ejercicio de recurrir a la práctica de un gobierno escolar, la publicación de periódicos y, en
general, la utilización de metodologías activas. Vale la pena recordar que en aquella época se
amplió la participación ciudadana por medio del voto (Melo, 2002).

Esos primeros intentos por implementar una educación cívica en Colombia


fueron echados atrás a mediados de siglo debido a la dictadura de Gustavo
Rojas Pinilla. Lo anterior debido a que no era de interés para el régimen
promover los valores democráticos o formas de participación de la
ciudadanía.
Por lo tanto, se tomó la decisión de remplazar la cívica por la cátedra
bolivariana y las cátedras de hispanidad. Sobre el tema de la cátedra
bolivariana resulta interesante traer a colación parte de una comunicación
enviada por el educador Horacio Bejarano a la doctora Francisca Radke,
directora en la época del Instituto Pedagógico:

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