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Se fue, víctima de un corazón que no aguantó su alegría, su musicalidad, su

desprendimiento natural y su buen humor. Quizás, porque estas palabras puedan salvar
a quien lea, tampoco soportó el habito de fumar, ejercicios físicos sin supervisión
calificada y la inconstancia de tratamientos contra la ansiedad y la hipertensión arterial.
La muerte le dió un primer halón de orejas en octubre del 2015. Pero a los 8 meses del
susto, ya estaba de regreso a los habitos imcompatibles con su condición física.
Entonces no nos perdonó. Nos pasó factura por indolentes, por permisivos.
Nos quedamos en el límite, en la frontera, donde el respeto a la indivudualidad de un
hermano se vuelve nociva. Casi homicida.
A las 4:35 a.m. del 13 de Mayo, escuchabamos a los medicos del Instituto
Cardiovascular batallar contra una peligrosa Fibrilización Ventricular que le hizo entrar
en paro.
Tras la puerta, yo que había pasado todo el proceso del primer infarto creía
profundamente que le vería salir nuevamente airoso de ese lance. Pero la muerte se hizo
su novia y le dio el mas largo de los besos.
Lo mas difícil ahora es tropezar con su ausencia. Escoger las canciones para que otro
compañero se las aprenda. Comparar al que llega y querer, inconcientemente
encontrarlo en esas nuevas manos que no tienen culpa. El primer concierto sin Dairon
va a ser durísimo.
Todos nosotros estamos de luto profundo.
Pero todos sabemos que hay que seguir. Vivir es justamente pasar por esos dolores y
superarlos. Aprenderemos a viajar con su fantasma para seguir riendo de sus chistes y
su alegría. Sus padres quedan también a nuestro cuidado.
Gracias a todos los que han expresado su cariño y condolencias.
GRACIAS A TODOS.

Israel Rojas Fiel.

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