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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD”

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y EMPRESARIALES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA: LA CULTURA DE PAZ.

ASIGNATURA: DERECHOS HUMANOS

DOCENTE : Mag.

ALUMNOS:

MARCOS JOSEF CHUQUIMIA CASTILLO

JEAN PAUL PONCE FLORES

CICLO: VII

TURNO: MAÑANA Y NOCHE

PUNO – PERU

2019

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DEDICATORIA

El presente trabajo monográfico está


dedicado a nuestros maestros los cuales
nos proporcionan sustanciosa doctrina y a
nuestros padres, quienes con su ayuda
seremos mejores cada día

Página 2
INDICE

PORTADA………………..………………………………………………. pag.1

DEDICATORIA……………………………………………………………… pag.2

INDICE…………………………………………………………………………. pag.3

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………. pag.4

CAPÍTULO I: Ética Empresarial

1.1. Importancia de ética empresarial…………………………………… pag.5

CAPÍTULO II: Ética en la familia

2.1. El sentido cristiano en la familia...........................................…………. pag.6

2.2. la familia como proyecto de vida……………………………………... pag.6

CAPÍTULO III: Relación de la empresa con la familia y la ética

3.1. Factores claves del desarrollo empresarial……………………….. pag.8

3.2. Importancia de la familia y la ética en la empresa………………….. pag.8

CAPÍTULO IV: Aspectos básicos de la relación ética, empresa y familia

4.1. Rasgos básicos…….……………………………………………. pág.10

4.2. Elementos del carácter………………………………………….. pag.10

………………………………………………………………………….. pag.11

CONCLUSIÓN…………………………………………………………. pag.12

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………… pag.13

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INTRODUCCION

Este trabajo se hablara sobre cómo es la cultura de paz en la sociedad con la

familia y la ética. Como sabemos la cultura de paz es vivir en armonía con los

seres que nos rodean y busca tener influencias en la sociedad, de esa manera

a la vez en el vivir cotidiano.

La paz no han sido siempre las mismas, ellas han evolucionado a lo largo de la

historia hasta adoptar los significados que hoy le atribuimos. Por ello, para

elaborar una definición para lo que es la paz es útil recorrer, aunque de manera

simplificada, algunos de los hitos más importantes en la evolución de la idea de

paz. Cabe aclarar que se trata de un recorrido desde la perspectiva occidental

en la cual predomina una visión “externa” de la paz, al contrario de lo ocurre en

las culturas orientales donde, desde hace milenios, la vivencia interior constituye

el centro de la paz, o en las culturas indígenas, donde la paz está íntimamente

vinculada al equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Los diversos autores

que tratan el tema de la paz empiezan señalando que el término proviene de

Recorrido Histórico de la Idea de Paz.

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CAPITULO I:
CULTURA DE PAZ

Es una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la


violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para
solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las
personas, los grupos y las naciones. La Declaración y el Programa de
Acción sobre una Cultura de Paz (1999, Resolución A/53/243) identifican
ocho ámbitos de acción para los actores al nivel local, nacional y
internacional que proponen:

1. Promover una cultura de paz por medio de la educación

Mediante la revisión de:


los planes de estudio para promover valores, actitudes y comportamiento
s que propicien la cultura de paz, como la solución pacífica de los
conflictos, el diálogo, la búsqueda de consensos y la no violencia. Este
nuevo planteamiento de la educación también debería orientarse hacia las
siguientes metas.

2. Promover el desarrollo económico y social sostenible


Mediante la reducción de las desigualdades económicas y sociales, la
erradicación de la pobreza y garantizando una seguridad alimentaria
sostenible, la justicia social, las soluciones duraderas a los problemas de
la deuda, el fomento de la autonomía de la mujer, medidas especiales
para grupos con necesidades especiales y la sostenibilidad ambiental.

3. Promover el respeto de todos los derechos humanos.


Los derechos humanos y la cultura de paz son complementarios: cuando
predominan la guerra y la violencia, no se pueden garantizar
los derechos humanos pero, al mismo tiempo, sin derechos humanos en
todas sus dimensiones, no puede haber cultura de paz.

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4. Garantizar la igualdad entre mujeres y hombres
Por medio de la plena participación de las mujeres en la toma
de decisiones económicas, sociales y políticas, la eliminación de todas las
formas de discriminación y de violencia contra la mujer, el apoyo y la
asistencia a las mujeres necesitadas.

5. Promover la participación democrática


Entre los cimientos imprescindibles para la consecución y el
mantenimiento de la paz y la seguridad figuran principios, prácticas
y participación democráticos en todos los sectores de la sociedad, un go
bierno y unaadministración transparentes y responsables, la lucha contra
el terrorismo, el crimen organizado, la corrupción, el tráfico ilícito de
drogas y el blanqueo de dinero.

6. Promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad


Para acabar con las guerras y los conflictos violentos es preciso
trascender y superar las imágenes del enemigo mediante la comprensión,
la tolerancia y la solidaridad entre todos. Aprender de nuestras
diferencias por medio del diálogo entre civilizaciones y del respecto para
la diversidad cultural es un proceso enriquecedor.

7. Apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de


información y conocimientos.
La libertad de información y comunicación y los intercambios de
información y conocimientos son imprescindibles para una cultura de paz.
Pero hay que tomar medidas para hacer frente al problema de la violencia
en los medios de comunicación, comprendidos los que se valen de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

8. Promover la paz y la seguridad internacionales.


Los adelantos logrados en los últimos años en materia de seguridad
humana y desarme comprendidos los tratados sobre las armas nucleares
y el que prohíbe las minas antipersonales deben alentarnos a actuar con
más denuedo todavía en favor de la negociación de soluciones pacíficas,

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la eliminación de la producción y el tráfico de armas, las soluciones
humanitarias en situaciones de conflicto y las iniciativas una vez que
éstas finalizan.

Capítulo II

Paz Cultura de Paz, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz
duradera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad,
verdad, justicia y solidaridad. Está condenado al fracaso cualquier
proyecto que mantenga separados dos derechos indivisibles e
interdependientes: el de la paz y el de un desarrollo integral y solidario”.
Juan Pablo II (2000) “Que nadie se haga ilusiones de que la simple
ausencia de Pocos conceptos tienen un significado tan amplio y diverso
como la paz.
La paz nos habla de relaciones armoniosas entre países, grupos sociales
y personas y entre éstas y la naturaleza y Dios. Pero también se refiere a
un estado interior de las personas, a una vivencia y una emoción especial
que la hace ser deseada intensamente. Pero las ideas sobre la paz no
han sido siempre las mismas, ellas han evolucionado a lo largo de la
historia hasta adoptar los significados que hoy le atribuimos. Por ello, para
elaborar una definición para lo que es la paz es útil recorrer, aunque de
manera simplificada, algunos de los hitos más importantes en la evolución
de la idea de paz.
Cabe aclarar que se trata de un recorrido desde la perspectiva occidental
en la cual predomina una visión “externa” de la paz, al contrario de lo
ocurre en las culturas orientales donde, desde hace milenios, la vivencia
interior constituye el centro de la paz, o en las culturas indígenas, donde
la paz está íntimamente vinculada al equilibrio entre el ser humano y la
naturaleza.
Los diversos autores que tratan el tema de la paz empiezan señalando
que el término proviene de Recorrido Histórico de la Idea de Paz (Pax)
Cultura de Paz,la palabra latina “pax” y que en su origen se encontraba
asociada a la llamada “pax romana” que significaba dominación y
ausencia de rebeliones en tiempos del imperio romano. Es en el marco de

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esta concepción que se entiende el famoso precepto “si quieres la paz,
prepara la guerra”, porque la paz requería la dominación del contrario.
Asimismo, se encontraba asociada exclusivamente a la relación entre los
Reinos y Estados y no a las relaciones entre las personas o de éstas con
el Estado. Si bien el significado de la “pax romana” fue en su momento el
más difundido, existieron al mismo tiempo otras ideas de paz, como la de
los cristianos que representa la paz con Dios y el amor al prójimo. La paz
como idea que refleja la ausencia de guerra es la definición que por más
tiempo ha predominado en la historia. Los múltiples y frecuentes conflictos
violentos entre Reinos primero y, luego, entre Estados, hicieron que la paz
fuera sinónimo de los breves momentos en que no había guerra o se
terminaba con ella a través de los llamados “acuerdos de paz”. La guerra
era vista como una situación inevitable y natural, por lo cual pensar o
definir la paz no era importante. No es sino hasta la obra “La paz Perpetua”
(1795) del filósofo alemán Inmanuel Kant que se cuestiona
consistentemente la inevitabilidad de la guerra, señalando que sus “raíces
naturales” no hacen imposible instaurar la paz a través de la razón,
facultad humana llamada precisamente a modificar el estado natural del
hombre. Para lograr la “paz perpetua”, Kant consideraba necesaria la
creación de una federación de Estados independientes que, reconociendo
a sus súbditos igualdad y vigencia del Estado de Derecho, se encargaría
de evitar las guerras. Las ideas sobre la paz tuvieron que esperar hasta
después de la Primera Guerra Mundial (1917) para emerger nuevamente,
dando origen a lo que hoy se llama estudios sobre la paz, que constituyen
toda una disciplina dirigida a pensar cómo evitar las guerras. Una
perspectiva muy difundida en dichos estudios es la que asocia la paz con
un equilibro dinámico de los factores políticos, sociales, culturales y
tecnológicos entre los países, de modo que cuando dicho equilibrio se
rompe, se produce la guerra. En este enfoque, lo realista es mantener o
recuperar el balance de los factores, antes que pretender desterrar los
conflictos bélicos, pues la tendencia de la sociedad sería más bien hacia
la guerra. Paz como Ausencia de Guerra Paz como Equilibrio de Fuerzas
en el Sistema Internacional. No es sino hasta la fundación de las Naciones
Unidas (1945), luego de dos conflictos mundiales que costaron la vida de

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cerca de cien millones de personas, que por primera vez en su historia la
humanidad se plantea la tarea de desterrar la guerra, resurgiendo
entonces la idea de la paz como algo que es necesario construir. En ese
sentido, para “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la
guerra”, la Carta Fundacional de las Naciones Unidas declara como su
primer propósito: “Mantener la paz y la seguridad internacional, y con tal
fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas
a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de
la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios
de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de
controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir o
quebrantamientos de la paz”. (Naciones Unidas, 1945) En las ideas
implícitas en la constitución de las Naciones Unidas, la paz significaba
principalmente la ausencia de guerras entre Estados. Pero las ideas sobre
la violencia, de la cual la guerra es sólo una forma particular,
evolucionaron al punto de hacer insatisfactorio hablar de la paz sólo como
ausencia de guerra, de modo que el término paz fue abarcando también
la ausencia de otras formas de violencia y, en especial, la presencia de
valores y situaciones positivas en la relación entre las personas. Así, por
ejemplo la Encíclica “Paz en la Tierra” (1963) del Papa Juan XXIII, señala
que la paz entre todos, los pueblos se funda sobre la verdad, la justicia, el
amor y la libertad, aspectos que en muchos sentidos empezaron a nutrir
también los puntos de vista de los estudios laicos sobre la paz. En 1969,
Johan Galtung introdujo una idea fundamental para el concepto moderno
de lo que es la paz, afirmando que no sólo es lo opuesto a la guerra, sino
lo opuesto a toda forma de violencia, identificando tres tipos de violencia:
La “violencia directa”, referida a la agresión directa, a la cual pertenece la
guerra, la “violencia estructural”, asociada a la injusticia en la sociedad y
entre los países; y la “violencia cultural”, es decir, las ideas que legitiman
todas las formas de violencia .
De este modo, la paz es ausencia o reducción de todo tipo de violencia,
directa, estructural y cultural. La paz involucra, entonces, la paz directa, la
paz estructural y la paz cultural. Los estudios de Galtung lo llevaron a
identificar dos maneras de hablar de la paz. Una en forma de negación de

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las violencias y otra en forma afirmativa de lo que significa la paz. En la
primera forma, conocida como paz negativa, la paz directa sería
simplemente la ausencia de agresiones y Paz Negativa y Paz Positiva 16
Cultura de Paz Cultura de Paz 17 la palabra latina “pax” y que en su origen
se encontraba asociada a la llamada “pax romana” que significaba
dominación y ausencia de rebeliones en tiempos del imperio romano. Es
en el marco de esta concepción que se entiende el famoso precepto “si
quieres la paz, prepara la guerra”, porque la paz requería la dominación
del contrario. Asimismo, se encontraba asociada exclusivamente a la
relación entre los Reinos y Estados y no a las relaciones entre las
personas o de éstas con el Estado. Si bien el significado de la “pax
romana” fue en su momento el más difundido, existieron al mismo tiempo
otras ideas de paz, como la de los cristianos que representa la paz con
Dios y el amor al prójimo. La paz como idea que refleja la ausencia de
guerra es la definición que por más tiempo ha predominado en la historia.
Los múltiples y frecuentes conflictos violentos entre Reinos primero y,
luego, entre Estados, hicieron que la paz fuera sinónimo de los breves
momentos en que no había guerra o se terminaba con ella a través de los
llamados “acuerdos de paz”. La guerra era vista como una situación
inevitable y natural, por lo cual pensar o definir la paz no era importante.
No es sino hasta la obra “La paz Perpetua” (1795) del filósofo alemán
Inmanuel Kant que se cuestiona consistentemente la inevitabilidad de la
guerra, señalando que sus “raíces naturales” no hacen imposible instaurar
la paz a través de la razón, facultad humana llamada precisamente a
modificar el estado natural del hombre. Para lograr la “paz perpetua”, Kant
consideraba necesaria la creación de una federación de Estados
independientes que, reconociendo a sus súbditos igualdad y vigencia del
Estado de Derecho, se encargaría de evitar las guerras. Las ideas sobre
la paz tuvieron que esperar hasta después de la Primera Guerra Mundial
(1917) para emerger nuevamente, dando origen a lo que hoy se llama
estudios sobre la paz, que constituyen toda una disciplina dirigida a pensar
cómo evitar las guerras. Una perspectiva muy difundida en dichos
estudios es la que asocia la paz con un equilibro dinámico de los factores
políticos, sociales, culturales y tecnológicos entre los países, de modo que

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cuando dicho equilibrio se rompe, se produce la guerra. En este enfoque,
lo realista es mantener o recuperar el balance de los factores, antes que
pretender desterrar los conflictos bélicos, pues la tendencia de la sociedad
sería más bien hacia la guerra. Paz como Ausencia de Guerra Paz como
Equilibrio de Fuerzas en el Sistema Internacional. No es sino hasta la
fundación de las Naciones Unidas (1945), luego de dos conflictos
mundiales que costaron la vida de cerca de cien millones de personas,
que por primera vez en su historia la humanidad se plantea la tarea de
desterrar la guerra, resurgiendo entonces la idea de la paz como algo que
es necesario construir. En ese sentido, para “preservar a las generaciones
venideras del flagelo de la guerra”, la Carta Fundacional de las Naciones
Unidas declara como su primer propósito: “Mantener la paz y la seguridad
internacional, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para
prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión
u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de
conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el
ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales
susceptibles de conducir o quebrantamientos de la paz”. (Naciones
Unidas, 1945) En las ideas implícitas en la constitución de las Naciones
Unidas, la paz significaba principalmente la ausencia de guerras entre
Estados. Pero las ideas sobre la violencia, de la cual la guerra es sólo una
forma particular, evolucionaron al punto de hacer insatisfactorio hablar de
la paz sólo como ausencia de guerra, de modo que el término paz fue
abarcando también la ausencia de otras formas de violencia y, en
especial, la presencia de valores y situaciones positivas en la relación
entre las personas. Así, por ejemplo la Encíclica “Paz en la Tierra” (1963)
del Papa Juan XXIII, señala que la paz entre todos, los pueblos se funda
sobre la verdad, la justicia, el amor y la libertad, aspectos que en muchos
sentidos empezaron a nutrir también los puntos de vista de los estudios
laicos sobre la paz. En 1969, Johan Galtung introdujo una idea
fundamental para el concepto moderno de lo que es la paz, afirmando que
no sólo es lo opuesto a la guerra, sino lo opuesto a toda forma de violencia,
identificando tres tipos de violencia:

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La “violencia directa”, referida a la agresión directa, a la cual pertenece la
guerra, la “violencia estructural”, asociada a la injusticia en la sociedad y
entre los países; y la “violencia cultural”, es decir, las ideas que legitiman
todas las formas de violencia (Ver Capitulo II).

De este modo, la paz es ausencia o reducción de todo tipo de violencia,


directa, estructural y cultural. La paz involucra, entonces, la paz directa, la
paz estructural y la paz cultural. Los estudios de Galtung lo llevaron a
identificar dos maneras de hablar de la paz. Una en forma de negación de
las violencias y otra en forma afirmativa de lo que significa la paz. En la
primera forma, conocida como paz negativa, la paz directa sería
simplemente la ausencia de agresiones y Paz Negativa y Paz Positiva
asesinatos entres las personas, la paz estructural, la ausencia de
explotación, y la paz cultural, de ideas discriminadoras o incitadoras a toda
forma de violencia. En cambio en la forma afirmativa, llamada paz positiva,
se habla de las interrelaciones positivas presentes en la relación entre las
personas, en las estructuras sociales y en la cultura. Con el tiempo,
Galtung incluyó también como sujeto de paz a la naturaleza, de modo que
su definición de paz positiva la incluye en el siguiente texto.
“La Paz natural es cooperación entre especies… La Paz positiva directa
consistiría en la bondad verbal y física, el bien para el cuerpo, la mente y
el espíritu… dirigido a todas las necesidades básicas… el amor es el
compendio de todo ello… La Paz positiva estructural sustituiría represión
por libertad, equidad por explotación y los reforzaría con diálogo,
integración, solidaridad y participación… La Paz positiva cultural
sustituiría la legitimación de la violencia por la legitimación de la Paz”
(Galtung, 2003) De esta manera, “Los aspectos positivos de la Paz nos
conducirían a considerar no solo la ausencia de violencia estructural sino
la presencia de un tipo de cooperación no violenta, igualitaria, no
explotadora, no represiva entre unidades, naciones y personas”(Galtung,
2003). Otros investigadores han fortalecido esta visión de la paz positiva,
sobre todo enfatizando la presencia de la justicia. Adam Curle, resume
entonces la paz como una “situación caracterizada por un nivel reducido
de violencia y un nivel alto de justicia” (1974), a la vez que Betty Reardon

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señala que “La paz es un orden social o un conjunto de relaciones
humanas en el cual la justicia puede proseguirse sin violencia… la paz
nutre la vida, dignifica y cataliza las energía humanas para la
autorrealización” (1997). La paz positiva define la paz como la acción
necesaria para que se presenten un conjunto de características positivas
como la cooperación, la confianza o la justicia entre las personas,
sociedades y países. Enfatiza que la paz como un proceso antes que un
punto de llegada. Esta idea es remarcada por Galtung al señalar que la
paz es, en un sentido dinámico, también la capacidad de resolver los
conflictos de manera creativa y sin violencia (2003). En los años 70 y 80
una nueva perspectiva fue aportada a la idea de paz desde el movimiento
feminista, señalando que la violencia había sido vista sólo desde una
mirada “macro”, la guerra entre países, y que era necesaria también una
mirada “micro” de la violencia, en particular la violencia contra las mujeres
y los niños en los momentos en que no había guerra. Un contribución
importante del feminismo fue la identificación de la relación entre varones
y violencia, al punto de señalar, por ejemplo, que la guerra es una forma
masculina de afrontar los conflictos, mientras que existen otras formas,
desarrolladas especialmente por la mujeres en el espacio privado de la
familia, para manejar los conflictos mediante la negociación, la persuasión
y la reciprocidad. El feminismo y los estudios de género han incorporado
temas cruciales para la actual concepción de la paz, como son la
erradicación de la violencia de género, la necesidad de transformar las
relaciones entre varones y mujeres hacia una mayor igualdad, y el
enriquecimiento de la paz con los aspectos generalmente asignados a lo
femenino como son la importancia de las emociones y el cuidado de las
personas. Como señala Irene Comins, el aporte feminista consistió
principalmente en dos elementos: “En primer lugar, el descubrimiento y
crítica de las dominaciones y subordinaciones… En este sentido se ha
ampliado la clasificación de la violencia distinguiendo entre violencia
organizada y violencia no organizada, aportando así el análisis del
micronivel de la violencia: la violencia doméstica, a la infancia, etc. En
segundo lugar, el descubrimiento y reconstrucción de valores y actitudes
positivos para todos y que por determinadas razones han estado

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relegados a la mujer: la ternura, el cuidado… la categoría de género se
hace imprescindible (para) reconstruir nuevas formas de ser femeninos y
masculinos, más flexibles y menos violentas” (Comins, 2004). En los años
80 y 90 emerge un enfoque de paz que valora altamente la relación de los
humanos con el sistema bioambiental, concibiendo a la especie humana
como una unidad dentro de una unidad mayor que es la naturaleza, la cual
debe ser respetada y cuidada. Esta visión se ha reflejado, posteriormente,
en la Carta de la Tierra, documento elaborado por líderes y científicos del
mundo en un diálogo intercultural. Paz Feminista: Macro y Micro Niveles
de la Paz Holística Paz-Gaia: Paz con el Ambiente Violencia Directa
Violencia Estructural Paz Estructural Paz Cultural Paz Directa Violencia
Cultural Invisible Violencias y Paz Visible 18 Cultura de Paz Cultura de
Paz 19 asesinatos entres las personas, la paz estructural, la ausencia de
explotación, y la paz cultural, de ideas discriminadoras o incitadoras a toda
forma de violencia. En cambio en la forma afirmativa, llamada paz positiva,
se habla de las interrelaciones positivas presentes en la relación entre las
personas, en las estructuras sociales y en la cultura. Con el tiempo,
Galtung incluyó también como sujeto de paz a la naturaleza, de modo que
su definición de paz positiva la incluye en el siguiente texto. “La Paz
natural es cooperación entre especies… La Paz positiva directa consistiría
en la bondad verbal y física, el bien para el cuerpo, la mente y el espíritu…
dirigido a todas las necesidades básicas… el amor es el compendio de
todo ello… La Paz positiva estructural sustituiría represión por libertad,
equidad por explotación y los reforzaría con diálogo, integración,
solidaridad y participación… La Paz positiva cultural sustituiría la
legitimación de la violencia por la legitimación de la Paz” (Galtung, 2003)
De esta manera, “Los aspectos positivos de la Paz nos conducirían a
considerar no solo la ausencia de violencia estructural sino la presencia
de un tipo de cooperación no violenta, igualitaria, no explotadora, no
represiva entre unidades, naciones y personas”(Galtung, 2003). Otros
investigadores han fortalecido esta visión de la paz positiva, sobre todo
enfatizando la presencia de la justicia. Adam Curle, resume entonces la
paz como una “situación caracterizada por un nivel reducido de violencia
y un nivel alto de justicia” (1974), a la vez que Betty Reardon señala que

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“La paz es un orden social o un conjunto de relaciones humanas en el cual
la justicia puede proseguirse sin violencia… la paz nutre la vida, dignifica
y cataliza las energía humanas para la autorrealización” (1997). La paz
positiva define la paz como la acción necesaria para que se presenten un
conjunto de características positivas como la cooperación, la confianza o
la justicia entre las personas, sociedades y países. Enfatiza que la paz
como un proceso antes que un punto de llegada. Esta idea es remarcada
por Galtung al señalar que la paz es, en un sentido dinámico, también la
capacidad de resolver los conflictos de manera creativa y sin violencia
(2003). En los años 70 y 80 una nueva perspectiva fue aportada a la idea
de paz desde el movimiento feminista, señalando que la violencia había
sido vista sólo desde una mirada “macro”, la guerra entre países, y que
era necesaria también una mirada “micro” de la violencia, en particular la
violencia contra las mujeres y los niños en los momentos en que no había
guerra. Un contribución importante del feminismo fue la identificación de
la relación entre varones y violencia, al punto de señalar, por ejemplo, que
la guerra es una forma masculina de afrontar los conflictos, mientras que
existen otras formas, desarrolladas especialmente por la mujeres en el
espacio privado de la familia, para manejar los conflictos mediante la
negociación, la persuasión y la reciprocidad. El feminismo y los estudios
de género han incorporado temas cruciales para la actual concepción de
la paz, como son la erradicación de la violencia de género, la necesidad
de transformar las relaciones entre varones y mujeres hacia una mayor
igualdad, y el enriquecimiento de la paz con los aspectos generalmente
asignados a lo femenino como son la importancia de las emociones y el
cuidado de las personas. Como señala Irene Comins, el aporte feminista
consistió principalmente en dos elementos: “En primer lugar, el
descubrimiento y crítica de las dominaciones y subordinaciones… En este
sentido se ha ampliado la clasificación de la violencia distinguiendo entre
violencia organizada y violencia no organizada, aportando así el análisis
del micronivel de la violencia: la violencia doméstica, a la infancia, etc. En
segundo lugar, el descubrimiento y reconstrucción de valores y actitudes
positivos para todos y que por determinadas razones han estado
relegados a la mujer: la ternura, el cuidado… la categoría de género se

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hace imprescindible (para) reconstruir nuevas formas de ser femeninos y
masculinos, más flexibles y menos violentas” (Comins, 2004). En los años
80 y 90 emerge un enfoque de paz que valora altamente la relación de los
humanos con el sistema bioambiental, concibiendo a la especie humana
como una unidad dentro de una unidad mayor que es la naturaleza, la cual
debe ser respetada y cuidada. Esta visión se ha reflejado, posteriormente,
en la Carta de la Tierra, documento elaborado por líderes y científicos del
mundo en un diálogo intercultural. Paz Feminista: Macro y Micro Niveles
de la Paz Holística Paz-Gaia: Paz con el Ambiente Violencia Directa
Violencia Estructural Paz Estructural Paz Cultural Paz Directa

Violencia Cultural Invisible Violencias y Paz Visible


Cultura de Paz Cultura de Paz 19 “La humanidad es parte de un vasto
universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad
singular de vida… La capacidad de recuperación de la comunidad de vida
y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una
biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad
de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio
ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común
para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la
belleza de la Tierra es un deber sagrado” (Carta de la Tierra, 2000).
Asociada a esta visión surgen las ideas sobre el ecodesarrollo y el
desarrollo sostenible, concebido éste como el desarrollo que asegura las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras
generaciones para enfrentarse sus propias necesidades. De esta manera
la relación del ser humano con la naturaleza, tan presente en culturas
indígenas, se introduce en el pensamiento occidental acerca de la paz.
Aunque tradicionalmente en Occidente se ha dado poca importancia a los
aspectos subjetivos, en las últimas décadas se ha incrementado la
atención respecto a la interrelación entre el mundo interior de las personas
y los fenómenos externos, sociales, políticos, económicos y ecológicos,
así como sobre la importancia de la autorrealización y la trascendencia de
los seres humanos. En ese marco se ha puesto de manifiesto la relación
entre la vida interna de las personas (mente y espíritu) y la paz externa,

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que no vendrían a ser sino dos aspectos de un mismo fenómeno. “La paz
empieza dentro de cada uno de nosotros. Cuando tenemos paz interior,
podemos estar en paz con los de alrededor. Cuando nuestra comunidad
está en un estado de paz, puede compartir esa paz con las comunidades
vecinas, y así en estructuras cada vez más amplias. Cuando sentimos
amor y ternura hacia otros, no sólo hace que otros se sientan queridos y
cuidados, sino que también nos ayuda a desarrollar paz interior y
felicidad…” (Dalai Lama, al recibir el premio Nóbel). Esta visión, cuya
riqueza no podemos referir en estas pocas líneas constituye una
importante contribución para involucrar en la construcción de la paz a
todas las personas, no sólo a los líderes y autoridades, y para prestar
mayor atención a los aspectos espirituales involucrados en dicha tarea.

El Concepto Moderno de Paz Las diferentes ideas que han ido surgiendo
a lo largo de la historia respecto a lo que es la paz, antes que sustituir una
a la otra, se han sumado y complementado hasta formar lo que hoy, por
lo general, se entiende por paz. En ese sentido, podemos afirmar que una
definición completa debe incluir lo siguiente:
- La paz significa ausencia de toda forma de violencia, incluyendo la
violencia directa, estructural y cultural. No sólo se refiere a la guerra.
- La paz, exige simultáneamente a la ausencia de violencias, la presencia
de condiciones y aspectos deseadas (paz positiva) como la cooperación,
la igualdad, la justicia y la solidaridad y, ciertamente, el cumplimiento de
los derechos humanos.
- La paz involucra, en especial, una transformación igualitaria de las
relaciones entre varones y mujeres, así como la erradicación de cualquier
tipo de discriminación.
- La paz es también una forma de relación fructífera y respetuosa de los
seres humanos con la naturaleza y el ambiente.
- La paz tanto una dimensión externa (social) como interna (mental y
espiritual) y representa una íntima relación entre ambas dimensiones. Paz
Interna y Externa Para el hombre andino el mundo es una totalidad viva,
integrada y sagrada. No se comprende a las partes separadas del todo,
cualquier evento se entiende inmerso dentro de los demás y donde cada

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parte refleja el todo. Esa totalidad natural es la Pacha que comprende
todas las cosas vivas, incluyendo los cerros, las estrellas y los muertos.
Cuando el mundo está tranquilo, cuando nadie trasgrede esa tranquilidad
de la Pacha, es tiempo de paz. En la concepción andina existe una suerte
de solidaridad entre hombres, animales y naturaleza. Por eso la
introducción de un desorden social no es percibida solamente como un
peligro para el orden social sino para la naturaleza misma: puede traer
enfermedades o sufrimientos no tolerables (granizadas, heladas,
terremotos).
De ese modo la violencia introducida en la sociedad tiene que ser
expulsada mediante un combate que punta a la destrucción de quienes
se han puesto fuera de la sociedad. Si el primer tipo de violencia es
percibida como ilegitima y peligrosa, el segundo no solo es legítimo sino
necesario. (Ansion, 1985). Existen formas de ritualizar el desorden, las
discusiones o diferencias que se presentan en las comunidades y
restablecer la tranquilidad. Es el caso del Tinkuy, donde grupos opuestos
se enfrentan hasta pagar con sangre a la ofensa a la Pacha y restablecer
así la unidad y equilibrio. Qasi kausay (Vivir tranquilo):

La Paz de los Runas


Cultura de Paz Cultura de Paz “La humanidad es parte de un vasto
universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad
singular de vida.La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y
el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera
saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de
plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio
ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común
para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la
belleza de la Tierra es un deber sagrado” (Carta de la Tierra, 2000).
Asociada a esta visión surgen las ideas sobre el ecodesarrollo y el
desarrollo sostenible, concebido éste como el desarrollo que asegura las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras
generaciones para enfrentarse sus propias necesidades. De esta manera
la relación del ser humano con la naturaleza, tan presente en culturas

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indígenas, se introduce en el pensamiento occidental acerca de la paz.
Aunque tradicionalmente en Occidente se ha dado poca importancia a los
aspectos subjetivos, en las últimas décadas se ha incrementado la
atención respecto a la interrelación entre el mundo interior de las personas
y los fenómenos externos, sociales, políticos, económicos y ecológicos,
así como sobre la importancia de la autorrealización y la trascendencia de
los seres humanos. En ese marco se ha puesto de manifiesto la relación
entre la vida interna de las personas (mente y espíritu) y la paz externa,
que no vendrían a ser sino dos aspectos de un mismo fenómeno. “La paz
empieza dentro de cada uno de nosotros. Cuando tenemos paz interior,
podemos estar en paz con los de alrededor. Cuando nuestra comunidad
está en un estado de paz, puede compartir esa paz con las comunidades
vecinas, y así en estructuras cada vez más amplias. Cuando sentimos
amor y ternura hacia otros, no sólo hace que otros se sientan queridos y
cuidados, sino que también nos ayuda a desarrollar paz interior y
felicidad…” (Dalai Lama, al recibir el premio Nóbel). Esta visión, cuya
riqueza no podemos referir en estas pocas líneas constituye una
importante contribución para involucrar en la construcción de la paz a
todas las personas, no sólo a los líderes y autoridades, y para prestar
mayor atención a los aspectos espirituales involucrados en dicha tarea. El
Concepto Moderno de Paz Las diferentes ideas que han ido surgiendo a
lo largo de la historia respecto a lo que es la paz, antes que sustituir una
a la otra, se han sumado y complementado hasta formar lo que hoy, por
lo general, se entiende por paz. En ese sentido, podemos afirmar que una
definición completa debe incluir lo siguiente:
- La paz significa ausencia de toda forma de violencia, incluyendo la
violencia directa, estructural y cultural. No sólo se refiere a la guerra.
- La paz, exige simultáneamente a la ausencia de violencias, la presencia
de condiciones y aspectos deseadas (paz positiva) como la cooperación,
la igualdad, la justicia y la solidaridad y, ciertamente, el cumplimiento de
los derechos humanos.
- La paz involucra, en especial, una transformación igualitaria de las
relaciones entre varones y mujeres, así como la erradicación de cualquier
tipo de discriminación.

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- La paz es también una forma de relación fructífera y respetuosa de los
seres humanos con la naturaleza y el ambiente.
- La paz tanto una dimensión externa (social) como interna (mental y
espiritual) y representa una íntima relación entre ambas dimensiones. Paz
Interna y Externa Para el hombre andino el mundo es una totalidad viva,
integrada y sagrada. No se comprende a las partes separadas del todo,
cualquier evento se entiende inmerso dentro de los demás y donde cada
parte refleja el todo. Esa totalidad natural es la Pacha que comprende
todas las cosas vivas, incluyendo los cerros, las estrellas y los muertos.
Cuando el mundo está tranquilo, cuando nadie trasgrede esa tranquilidad
de la Pacha, es tiempo de paz. En la concepción andina existe una suerte
de solidaridad entre hombres, animales y naturaleza. Por eso la
introducción de un desorden social no es percibida solamente como un
peligro para el orden social sino para la naturaleza misma: puede traer
enfermedades o sufrimientos no tolerables (granizadas, heladas,
terremotos). De ese modo la violencia introducida en la sociedad tiene que
ser expulsada mediante un combate que punta a la destrucción de
quienes se han puesto fuera de la sociedad. Si el primer tipo de violencia
es percibida como ilegitima y peligrosa, el segundo no solo es legítimo
sino necesario. (Ansion, 1985). Existen formas de ritualizar el desorden,
las discusiones o diferencias que se presentan en las comunidades y
restablecer la tranquilidad. Es el caso del Tinkuy, donde grupos opuestos
se enfrentan hasta pagar con sangre a la ofensa a la Pacha y restablecer
así la unidad y equilibrio. Qasi kausay (Vivir tranquilo): La Paz de los
Runas
- La paz, a la vez que representa un objetivo, es también un proceso en
el cual crecientemente estamos involucrados todos y todas, no sólo los
lideres y gobiernos.
- La paz es un proyecto posible, al punto que las naciones del mundo se
han unido tras ese propósito, aunque no siempre de manera consecuente,
Como hemos dicho, la idea de paz que estamos presentando,
corresponde básicamente al punto de vista de la cultura occidental, punto
de vista que sin duda debe ser enriquecido con los conceptos de otras
culturas, en un necesario diálogo intercultural para un tema como la paz

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que involucra a todos los seres humanos. Los seres humanos siempre le
estamos pidiendo más a la idea de paz, abarcando cada vez más nuevos
y más transcendentes conceptos. Por ello, no tenemos por qué pensar
que la idea de paz no siga ampliándose en el futuro. Paz en Positivo Como
mencionamos en el recorrido histórico de las ideas sobre la paz, uno de
sus significados más duraderos ha sido simplemente la ausencia de
guerra del cual, con el tiempo, se fue alejando para representar lo opuesto
a todo tipo de violencia y no sólo a la guerra, adoptando luego un sentido
más afirmativo con la paz positiva de Galtung. Este sentido afirmativo lleva
a la paz y su construcción más allá del rechazo a la violencia y la sitúa
primordialmente en la adhesión y promoción del amor, la confianza, la
solidaridad, la cooperación y la justicia. Galtung (2003) emplea una
valiosa metáfora para explicar ese sentido afirmativo, comparando a la
paz con la salud y a la violencia con la enfermedad. Ciertamente, cuando
se tiene salud, no hay enfermedad, pero la salud es mucho más que
simplemente no estar enfermo. Significa estar en condiciones para un
buen funcionamiento y contar con las defensas necesarias para evitar la
enfermedad o superarla sin sufrir un daño permanente. Bajo esta metáfora
la paz debe permitir un funcionamiento saludable de la sociedad basada
en los elementos que nutren la vida en ella, como son el amor, la
confianza, la solidaridad, la cooperación y la justicia. Bajo la paz, la
violencia directa, estructural y cultural no tienen cabida (o son reducidas)
y los inevitables conflictos que se presentan en la vida social puedan ser
superados sin violencia. La paz como la salud, entonces, no se logran sólo
reprimiendo o evitando la enfermedad/violencia, sino sobre todo
fortaleciendo nuestra capacidad para una buena convivencia social. Ello
requiere fortalecer las relaciones entre las personas a través del afecto, la
empatía y la preocupación por el bienestar y la dignidad de las otras
personas, como también crear las estructuras sociales fundadas en el
desarrollo humano, equitativo y sostenible, en el respeto a los derechos
humanos y en la democracia. En relación a la violencia, la metáfora de
paz como salud nos llama a actuar no sólo sobre las consecuencias de la
violencia o sobre el riesgo de que se produzca, sino especialmente sobre
los aspectos que desde el interior de los individuos los protegen de ejercer

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o sufrir la violencia. Por ejemplo, es importante sancionar a los autores de
la violencia contra la mujer y atender a las víctimas, así como neutralizar
los factores de riesgo, pero también es importante fortalecer relaciones
armoniosas entre las parejas y en las familias. La Paz Imperfecta A
diferencia de lo que ocurría antes, la paz es crecientemente vista como un
proceso presente y no como un estado futuro e ideal. En ese sentido
podemos decir que la paz existe en el presente El Derecho Humano a la
Paz La Declaración Universal de los Derechos Humanos y los pactos de
derechos humanos no incluyeron a la paz como derecho, aún cuando en
el Preámbulo de la Declaración se considera que “la libertad, la justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros
de la familia humana”. En 1984, las Naciones Unidas, respondiendo al
contexto de amenaza de las armas nucleares en esos años, aprobó la
Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz, señalando que: “La
Asamblea General
1. Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tienen
derecho sagrado a la paz
2. Declara solemnemente que proteger el derecho de los pueblos a la Paz
y fomentar su realización es una obligación fundamental de todo Estado”
(Naciones Unidas, 1984). Sin embargo, no ha sido posible hasta la
actualidad establecer un tratado internacional que otorgue valor jurídico
vinculante a esta declaración del derecho humano a la paz, es decir que
haga obligatorio su cumplimiento como si ocurre con los otros derechos
humanos reconocidos que cuentan con pactos o tratados. Ello no hace
menos cierto lo que dice Bobbio: “La paz es la condición sine qua non
para proteger eficazmente los derechos humanos y la protección de los
derechos humanos favorece la paz” (1992), a la vez que representa un
objetivo, es también un proceso en el cual crecientemente estamos
involucrados todos y todas, no sólo los líderes y gobiernos.
- La paz es un proyecto posible, al punto que las naciones del mundo se
han unido tras ese propósito, aunque no siempre de manera consecuente,
Como hemos dicho, la idea de paz que estamos presentando,
corresponde básicamente al punto de vista de la cultura occidental, punto

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de vista que sin duda debe ser enriquecido con los conceptos de otras
culturas, en un necesario diálogo intercultural para un tema como la paz
que involucra a todos los seres humanos. Los seres humanos siempre le
estamos pidiendo más a la idea de paz, abarcando cada vez más nuevos
y más transcendentes conceptos. Por ello, no tenemos por qué pensar
que la idea de paz no siga ampliándose en el futuro. Paz en Positivo Como
mencionamos en el recorrido histórico de las ideas sobre la paz, uno de
sus significados más duraderos ha sido simplemente la ausencia de
guerra del cual, con el tiempo, se fue alejando para representar lo opuesto
a todo tipo de violencia y no sólo a la guerra, adoptando luego un sentido
más afirmativo con la paz positiva de Galtung. Este sentido afirmativo lleva
a la paz y su construcción más allá del rechazo a la violencia y la sitúa
primordialmente en la adhesión y promoción del amor, la confianza, la
solidaridad, la cooperación y la justicia. Galtung (2003) emplea una
valiosa metáfora para explicar ese sentido afirmativo, comparando a la
paz con la salud y a la violencia con la enfermedad. Ciertamente, cuando
se tiene salud, no hay enfermedad, pero la salud es mucho más que
simplemente no estar enfermo. Significa estar en condiciones para un
buen funcionamiento y contar con las defensas necesarias para evitar la
enfermedad o superarla sin sufrir un daño permanente. Bajo esta metáfora
la paz debe permitir un funcionamiento saludable de la sociedad basada
en los elementos que nutren la vida en ella, como son el amor, la
confianza, la solidaridad, la cooperación y la justicia. Bajo la paz, la
violencia directa, estructural y cultural no tienen cabida (o son reducidas)
y los inevitables conflictos que se presentan en la vida social puedan ser
superados sin violencia. La paz como la salud, entonces, no se logran sólo
reprimiendo o evitando la enfermedad/violencia, sino sobre todo
fortaleciendo nuestra capacidad para una buena convivencia social. Ello
requiere fortalecer las relaciones entre las personas a través del afecto, la
empatía y la preocupación por el bienestar y la dignidad de las otras
personas, como también crear las estructuras sociales fundadas en el
desarrollo humano, equitativo y sostenible, en el respeto a los derechos
humanos y en la democracia. En relación a la violencia, la metáfora de
paz como salud nos llama a actuar no sólo sobre las consecuencias de la

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violencia o sobre el riesgo de que se produzca, sino especialmente sobre
los aspectos que desde el interior de los individuos los protegen de ejercer
o sufrir la violencia. Por ejemplo, es importante sancionar a los autores de
la violencia contra la mujer y atender a las víctimas, así como neutralizar
los factores de riesgo, pero también es importante fortalecer relaciones
armoniosas entre las parejas y en las familias. La Paz Imperfecta A
diferencia de lo que ocurría antes, la paz es crecientemente vista como un
proceso presente y no como un estado futuro e ideal. En ese sentido
podemos decir que la paz existe en el presente El Derecho Humano a la
Paz La Declaración Universal de los Derechos Humanos y los pactos de
derechos humanos no incluyeron a la paz como derecho, aún cuando en
el Preámbulo de la Declaración se considera que “la libertad, la justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros
de la familia humana”. En 1984, las Naciones Unidas, respondiendo al
contexto de amenaza de las armas nucleares en esos años, aprobó la
Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz, señalando que: “La
Asamblea General
1. Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tienen
derecho sagrado a la paz;
2. Declara solemnemente que proteger el derecho de los pueblos a la Paz
y fomentar su realización es una obligación fundamental de todo Estado”
(Naciones Unidas, 1984). Sin embargo, no ha sido posible hasta la
actualidad establecer un tratado internacional que otorgue valor jurídico
vinculante a esta declaración del derecho humano a la paz, es decir que
haga obligatorio su cumplimiento como si ocurre con los otros derechos
humanos reconocidos que cuentan con pactos o tratados. Ello no hace
menos cierto lo que dice Bobbio: “La paz es la condición sine qua non
para proteger eficazmente los derechos humanos y la protección de los
derechos humanos favorece la paz” (1992) de una manera imperfecta. No
es la “paz perpetua” de los filósofos, sino una construcción en progreso,
una vivencia humana diferenciada de la guerra y la violencia que se
produce incluso en medio de ellas como “un signo de bienestar, felicidad
y armonía que nos une a los demás, también a la naturaleza y al universo

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en su conjunto” (Muñoz, 2004). La historia se ha escrito generalmente
siguiendo el hilo de las guerras, pero no desde el hilo de cómo se vive y
se construye la paz, la cual ha quedado así invisibilizada. El enfoque de
la paz imperfecta nos recuerda que simultáneamente con la historia de las
guerras y la violencia hay también una historia de paz, pues los seres
humanos estamos tratando siempre de vivir en paz. “Si el concepto de paz
positiva marcó una ruptura con la noción tradicional estableciendo la
relación de paz no con la guerra sino con la violencia; la paz imperfecta
señala un avance por cuanto si bien reconoce la imperfección de la
condición humana, también percibe que nuestras relaciones están
caracterizadas por decisiones y acciones guiadas, la mayoría de las
veces, por la regulación pacífica o no violenta de los conflictos, lo que
permite que los seres humanos en nuestras continuas tentativas,
procesos y ensayos tengamos cotidianamente más momentos de paz que
de violencia o de guerra” (Tuvilla, 2004). Paz y Guerra a Principios del
Nuevo Siglo Como nos lo recuerdan algunos historiadores como
Hobsbawm, el siglo XX ha sido el más sangriento en la historia de la
humanidad. “La cifra total de muertos provocados directa e indirectamente
por las guerras se eleva a unos 187 millones de personas… Si tomamos
el año 1914 como punto de partida, el siglo XX ha sido un siglo de guerras
ininterrumpidas, a excepciones de algunos breves períodos sin conflictos
armados organizados en todo el planeta” (Hobsbawm, 2007). Sin
embargo, ha sido también el siglo en el cual las naciones del mundo han
empezado a buscar caminos para alcanzar la paz, especialmente desde
que en 1945 surgen las Naciones Unidas para “librar a los pueblos del
flagelo de la guerra”. Desde entonces diversos acuerdos internacionales
han evidenciado un mayor compromiso con la paz, incluso entendida ésta
en su versión más integral y completa. Así, se produjeron la histórica
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el
reconocimiento del Derecho a la Paz (1984), la Declaración y Programa
para una Cultura de Paz (1999) y los múltiples acuerdos internacionales
que, sobre los problemas de la paz, el desarrollo, la democracia, los
derechos humanos y el ambiente, se celebraron a lo largo de la década
de los noventa y culminaron con la Cumbre del Milenio (2000), de la cual

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emanaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en la cual las naciones
del mundo se comprometieron, una vez más, con “establecer una paz
justa y duradera en todo el mundo” y “el respeto de la igualdad de
derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o
religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”
(Naciones Unidas, 2000). ¿Un Nuevo Siglo de Guerras?
Lamentablemente, la convulsión de la primera década del nuevo siglo, con
los atentados del 11 de setiembre y las “guerras preventivas” e invasión
en Afganistan e Irak parecen alejar la promesa de construir un mundo más
pacífico en el siglo XXI.

CAPITULO II: LA ETICA EN LA FAMILIA


“Esta importancia decisiva de la familia para el futuro de la humanidad no
se limita al hecho biológico de la prolongación de la especie
(consideración cuantitativa) sino más importante aún tiene un sentido
cualitativo de la formación de la persona, siendo la familia la primera
escuela y el primero modelo de sociedad para el individuo.” Y con ello nos
demuestra que la educación y nuestro comportamiento se inician en la
familia lo cual repercute en la empresa que vayamos a laborar o constituir.
Ya que existe la necesidad reproducirlo en la sociedad.
2.1 EL SENTIDO CRISTIANO DE LA FAMILIA

Según el autor nos indica, “La familia es la primera iglesia del cristiano en
cuanto que descubre en la familia los primeros pasos de la fe mediante el
testimonio de los padres y los hermanos. La familia es la iglesia doméstica
en su doble vertiente de acogedora y misionera.
La familia es un lugar de encuentro de las cuatro relaciones básicas del
ser cristiano.”

2.2 LA FAMILIA COMO PROYECTO DE VIDA.

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En la sociedad moderna, la familia tiene la responsabilidad ética de vivir
el ser sobre del tener, la solidaridad frente al individualismo, el compartir
frente a la mera acumulación de bienes, la participación frente a la
competitividad, la creatividad frente a la pasividad y la apatía, la
responsabilidad frente a la manipulación, la opción frente a la indecisión y
el capricho, el sentido de la alegría, de la fiesta y de la esperanza frente
al desencanto deprimente que hunde al ser humano.

Esto nos indica que en el amor, la familia vive, crece y se perfecciona


como comunidad de personas. La primera comunidad corresponde a los
cónyuges, compartiendo todo su proyecto de vida, lo que tienen y lo que
son.

CAPITULO III: RELACION DE LA PAZ CON LA FAMILIA Y LA ETICA


“En el mundo de crecimiento tan acelerado son actualmente pocas la
empresas o bien, siendo un poco más específico son pocos los
empresarios que se preocupan y se ocupan de crear negocios que
retribuyen al capital humano con elementos más allá del dinero, es decir;
que el negocio haga crecer a quien en el labora en ámbitos, profesionales,
espirituales , etc.”

En mención a este párrafo estamos de acuerdo con el autor ya que en la


actualidad vemos casos reales donde el empresario lo único que busca
son ganancias, retribución económica mas no el bienestar de su personal.
Y además este autor menciona que es “…como si las empresas requieran
únicamente de la acumulación de horas y horas de trabajo y no
necesitaran de gente sana equilibrada, y consecuentemente feliz, siendo
que con gente que reúna estas características la producción de horas de
trabajo efectivo se vería potencialmente en crecimiento”

De modo que “…se ha creado una total separación entre los conceptos
de familia y empresa, lo que ha llevado a ambos pilares de la sociedad a
ocupar posiciones de insalvable antagonismo”

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“Todo parte desde los adentros de tu formación, es decir, de la familia.
Aquí es el nicho donde aprenderemos a llevar a un negocio los valores y
virtudes que aprendimos en la familia, y es aquí donde aprenderemos ese
toque, familiar de confianza, a cualquier ambiente donde nos
enfrentaremos. Es esta la fase de donde nacen las empresas que se
destacan por ser un icono de aspiraciones para todo individuo, empresas
donde la rotación de su personal es baja .”

De acuerdo a lo mencionado estamos de acuerdo con los puntos tratados


ya que solo de esta manera llegas a crear un compañerismo puro donde
puedes llegar a sentir un entorno semejante al hogar que se deja todas
las mañanas, un clima laboral positivo.

3.1 FACTORES CLAVES PARA VIVIR EN ARMONIA


CARÁCTER: Porque sin ello no se puede enfrentar a los obstáculos que
todo negocio vive día a día.
CONFIANZA: En los clientes y confianza en los empleados, que se ve
reflejado en la lealtad a la empresa.

De acuerdo al enunciado anterior el autor menciona que, “Es


precisamente por la falta de estos elementos que el ambiente en muchas
empresas se torna agresivo, la lucha por los ascensos se vuelve feroz, el
compañerismo y el apoyo entre empleados, es solo una buena historia y
esto ocasiona que el crecimiento empresarial se vea truncado…”

Por consiguiente nosotros opinamos que si todas las energías que integra
una organización se encuentran invertidas en luchas internas y no son
unificadas para el logro de objetivos comunes y metas a largo plazo
entonces disminuirá el desempeño laboral.

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3.2 IMPORTANCIA DE LA FAMILIA Y LA ETICA EN LA PAZ
“El importante papel que juega la familia en la formación de las personas
que en algún momento pudieran llegar a formar parte del negocio es la
moral y la calidad de valores con los que cuenta las persona…”

“ De la familia se obtiene el carácter y la personalidad que definirá a la


persona de acuerdo a sus antecedentes familiares, sin embargo es en la
empresa cuando adquirirá la primera y la más importante, me atrevería a
decir experiencia de vida como parte de una sociedad laboral y productiva”

De todo lo mencionado anteriormente nosotros opinamos a favor ya que


la empresa no puede tener personalidad si su gente o personal que labora
no tiene carácter.

CAPITULO IV: ASPECTOS BASICOS DE LA RELACION ETICA Y


FAMILIA.

El autor Ríos Gómez nos indica, “La mayoría de valores, pilares de un ser
humano digno, tal como lo son la confianza, la humildad, la conciencia,
nacen y se forman en el nicho familiar, de las buenas bases con que se
formen estas cualidades dependerán el hecho de que el individuo sea
capaz de exportarlos a su exterior, a las personas que lo rodean y más
específicamente a la empresa donde se desenvuelven...”

Y ciertamente es real ya que la gran parte de nuestra educación se inicia


en la niñez y se desarrolla o es cambiante durante la etapa escolar.

El autor se atreve a afirmar que “…solo un individuo que nació y se


fortaleció en una familia con los valores bien firmes, ser pues digno de
ocupar un lugar dentro de cualquier empresa, desde los niveles operativos
hasta y con cuanta mayor razón en nivel gerencial y directivo.
Si esta hecho se da, estaremos frente a un negocio con un gran potencial
de convertirse en una empresa a la que todos aspiremos formar parte de
ella.

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De tal suerte que alguien que vivió en la soberbia en el seno de la familiar,
no se le puede pedir que dirija una empresa con un toque de humildad, o
alguien que creció siempre entre la desconfianza no podrá crear un ámbito
confiable empresarial”

Esto es de mucha importancia ya que constituir, desarrollar o liderar una


organización se debe de transmitir seguridad, confianza a todos sus
colaboradores para que ellos puedan tener una independencia en sus
puestos de labores y sea más efectivo los resultados que pueden ser de
ganancias o de excelente calidad.

4.1 RASGOS BASICOS


Asimismo se definen 6 rasgos del carácter básico de una persona capaz
de formar una organización y se dividen en dos.

VIRTUDES BASICAS
 Integridad
 Respeto
 Responsabilidad
 Equidad
 Aceptación ciudadanía

VIRTUDES IMPLICITAS

 Sinceridad
 Lealtad
 Autodisciplina
 Compasión
 Obediencia a las leyes
 Obligación de estar enterados
 Deber de votar

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Con esto es evidente que una empresa formada por gente con estas
cualidades tendría sin duda un destacado diferencial competitivo y
además seria vito por los demás de manera positiva y dinámica.

ELEMENTOS DEL CARÁCTER


a) Capacidad de compromiso
La persona humana es una gozosa fuente de compromisos profundos,
serios e inamovibles, compromisos que el hombre bien nacido asume con
valentía y decisión. El hombre se mide por su capacidad de compromiso.

b) Capacidad de Renuncia
El compromiso implica renunciar a todo aquello incompatible con el objeto
que uno se ha comprometido. La renuncia es la gran ausente de nuestra
civilización. Quien no es capaz de renunciar a nada es aquel que carece
de proyecto, quien absorbe todo sin discernimiento.

c) Capacidad del don de si


La entrega de sí mismo no solo es el acto cimero de los seres libres, su
ejercicio más noble y perfecto no solo es el acto fundamental para la
educación de nuestra libertad; es el acto educativo por excelencia.

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CONCLUSIONES

I.La ética define a una gran parte de nuestra personalidad, es la que determina

nuestra conducta, principios y valores morales. Sin embargo, esta palabra es

sumamente compleja, ya que lo que puede ser "bueno o malo" para una persona,

lo es de forma diferente para otra. Fuimos educados y formados de manera

distinta, crecimos en un entorno y en un ambiente familiar diferente, desde

pequeños captamos las normas de acuerdo a la manera en que nos las dictaron.

II. La ética en la actividad empresarial, no suelen ser considerados precisamente

nobles. A menudo se cita la «codicia» (antiguamente llamada «avaricia») como

el único móvil de la vida de los negocios, nos enfrentamos con un mundo distinto

al nuestro. Consideramos que hacemos nuestro trabajo bien, que somos leales

con los demás y que en nuestro ambiente laboral "nunca" hemos sido objeto de

algún escándalo (fraude, manipulación, espionaje, conspiración, malversación

de fondos).

III. Son pocos los empresarios que se preocupan y se ocupan de crear negocios

que retribuyan al capital humano con elementos más allá del dinero, es decir;

que el negocio haga crecer a quien en el labora en potenciar sus capacidades y

habilidades dentro de su propia corporación donde se desarrolla, equilibrada en

su ámbito personal, profesional, espiritual, a través un comportamiento ético

empresarial.

IV. En las relaciones empresariales al emparejar el ambiente familiar con lo

laboral no es fácil, es un camino que de seguirlo, los resultados serán altamente

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rentables. Los caminos a seguir no han de ser fáciles, puesto que no implica

desprendernos se nuestros propios ideales y remontarlo al nicho familiar de

donde rescataremos los elementos más básicos necesarios para forjarnos en

personas dignas y capaces de tomar las mejores decisiones en pro de un

bienestar colectivo y en áreas de lograr un desarrollo conjunto de la empresa y

la familia.

V. La empresa más conveniente es la propia familia y a la par, la familia más

sólida es la que trata con el mismo cuidado de quien cuida su negocio. el sistema

de valores de las empresas familiares nos permitirá crear un buen clima laboral

entre los empleadores y los empleados por falta del carácter, confianza

,paciencia se torna agresivo el clima laboral para ello debemos tener en cuenta

que estos factores son muy importantes si queremos tener un buen clima laboral

todos los trabajadores de la empresa empezando con los empleadores debe de

actuar con humildad objetividad y confianza esto se ve reflejado en el

comportamiento de todos los niveles jerárquicos.

VI. Los valores de familia se deben fomentar para la conservación de una

sociedad con principios que sirvan de base para el buen desarrollo de la misma

.debemos formar verdaderos hogares que fomentan en sus integrantes virtudes

como la integridad, respeto, responsabilidad o el cumulo de virtudes positivos

que forman personas con un gran nivel competitivo.

Página 33
BIBLIOGRAFIA

 NISBERG ( citado en kincullen y ohles 1994)

 DAVIS (citado en singhapakdi A y cols 1995)

 http://etica.uahurtado.cl/wpcontent/uploads/2012/12/Tony_Mifsud-Etica-

y-Familia.pdf

 Ver el certero análisis de M. GOMEZ RIOS, Familia y sociedad de

consumo (Madrid, 1985). En línea

 http://www.mercaba.org/FICHAS/Familia/la_nueva_frontera_etica_de_la

_fa.htm

 http://www.cabbconsultores.mx/wp-content/uploads/2014/08/ETICA-EN-

LOS-NEGOCIOS.pdf

 Mijaíl Gorbachov en su libro “La búsqueda de un nuevo inicio”, Talleres

Gráficos, Gobierno del Estado de Guanajuato, 1931, 78 pag.

 Mijaíl Gorbachov en su libro “La búsqueda de un nuevo inicio”, Talleres

Gráficos, Gobierno del Estado de Guanajuato, 1931, 78 pag.

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